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El cuidado de su bebé
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Al igual que con la lactancia (o sea el amamantamiento), lo mejor es tener un
horario flexible en base a las necesidades de su bebito. Pasados los primeros
días –cuando la mayoría de los bebés comen muy poquito– el recién nacido
usualmente toman de dos a tres onzas de fórmula cada tres a cuatro horas.
Lave las botellas, chupones y todo artículo que se utilice para preparar fórmula
en agua jabonosa y caliente. Revise el chupón y asegúrese que el flujo no sea
demasiado lento ni muy rápido. Mantenga el chupón lleno de fórmula cuando
el bebé la esté tomando.
Jamás fije el biberón en lugar alguno para que de ahí coma el bebé; no lo deje
nunca en la cuna con su botella. Es arriesgado; además, el niño necesita de la
seguridad y la alegría de estar en brazos a la hora de comer.
Eructar (repetir)
Después de que haya comido, siempre haga que el bebé eructe para ayudarle a
sacar el aire que haya tragado. Sostenga al infante en vertical sobre el hombro
o boca abajo sobre el regazo. Sóbele o golpee la espaldita con suavidad. No se
alarme si acaso escupe una pequeña cantidad de comida al repetir ni se preocupe
si a veces no logra repetir nada.
Baño
La hora del baño es otra oportunidad para que pueda cargar y tratar con cariño
a su bebé, una oportunidad de conocerlo mejor. No obstante, unas cuantas
palabras de precaución:
• JAMÁS deje a su bebé desatendido en o cerca del baño, ni siquiera por unos
cuantos segundos.
• Baje la temperatura del calentador del agua a 120˚ Fahrenheit (ó sean 48˚
Centígrados) para no escaldar / quemar accidentalmente al infante.
• Junte todo lo necesario antes de empezar el baño; así no tendrá que andar
cargando con el niño mojado buscando cosas.
El recién nacido no requiere de baño diario; basta un baño cada tercer o cuarto
día. Al bañarlo, cerciórese que tanto la habitación como el agua estén ni muy
fríos ni muy calientes, sino templados.
Use una pequeña tina de plástico o un fregadero recubierto con toalla o con
esponja. Vierta en la tina unos doce centímetros (unas cinco pulgadas) de agua
calientita, suficiente para cubrir los hombros del bebé.
Pruebe la temperatura del agua con el codo antes de meter al niño. Limpie
suavemente la cara del bebé sin jabón, luego lave el cuerpo con una toallita
jabonosa. Deje al último el área del pañal y luego enjuague al niño con agua
limpia.