sexualidad: consideraciones teológicas desde la realidad
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SEXUALIDAD: CONSIDERACIONES TEOLÓGICAS DESDE LA REALIDAD<br />
Antonieta Potente o.p.<br />
Premisas<br />
Las dos preguntas:<br />
1. ¿Desde dónde hab<strong>la</strong>mos sobre esta problemática?<br />
2. ¿Por qué nos interesa esta problemática?<br />
Supongo que no estamos aquí para hab<strong>la</strong>r de un tema, sino de <strong>la</strong> sutil trama,<br />
por lo más, secreta, que sostiene <strong>la</strong> historia y que está tejida con estos dos<br />
grandes hilos de <strong>la</strong> vida: <strong>la</strong> afectividad y <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>.<br />
Por mi forma de pensar y por mi quehacer teológico, me cuesta un poco hab<strong>la</strong>r<br />
de este tema sabiendo que ustedes no han tenido antes un tipo de análisis<br />
psicológica, social e histórica. Esto porque pienso que no se puede hab<strong>la</strong>r del<br />
Misterio sin entrar en esta complejidad de <strong>la</strong> historia humano-cósmica.<br />
Entonces me parece importante comenzar con decir algo sobre este término<br />
“<strong>sexualidad</strong>”, así como lo utilizamos comunmente y, luego, expondré mi visión y<br />
c<strong>la</strong>ve de lectura.<br />
Los referentes de este término son: <strong>la</strong> sociedad, <strong>la</strong>s religiones, <strong>la</strong>s ciencias<br />
humanas en general, pero también <strong>la</strong> experiencia de cada una y cada uno de<br />
nosotros.<br />
Hay que tener en cuenta que, dentro de nuestro universo simbólico, el término<br />
<strong>sexualidad</strong> es uno entre los muchos, que más está envuelto en lo que l<strong>la</strong>maría<br />
el manto de los prejuicios, entre sospechas, dudas, malicia, etc.<br />
Es por eso que es importante tener c<strong>la</strong>ro de que estamos hab<strong>la</strong>ndo.<br />
Por eso recojo sólo algunos f<strong>la</strong>sh, como una breve premisa.<br />
Como condición de <strong>la</strong> persona Recojo <strong>la</strong> idea de quien dice que <strong>la</strong><br />
<strong>sexualidad</strong> es una condición de <strong>la</strong> persona integral:<br />
Física<br />
Psíquica<br />
social (cultural-religiosa)<br />
Dentro de lo fisico está el sexo, y esto es evidente porque es a partir de<br />
nuestra condición física que descubrimos como estamos hechas , hechos,<br />
nuestras partes genitales, todo lo que nos caracteriza fisicamente como<br />
mujeres o varones.
Decir, sin embargo, que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> está anc<strong>la</strong>da en <strong>la</strong> estructura psíquica<br />
de los seres humanos, es algo menos evidente, pero en todo el campo de <strong>la</strong><br />
investigación psicológica, a lo <strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong> reflexión científica, se nos explicó, y<br />
además, si nos conocemos nos damos cuenta. Hasta nuestras historias, más<br />
íntimas e interiores, se mueven también, positiva o negativamente, como<br />
historias de nuestra <strong>sexualidad</strong>.<br />
Lo que es más difícil, sin embargo, es admitir y decir que lo sexual organiza en<br />
buena parte <strong>la</strong> vida social: re<strong>la</strong>ciones entre <strong>la</strong>s personas, <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses sociales y,<br />
entonces, <strong>la</strong> convivencia socio-política de un pueblo o grupo humano. Ejemplo:<br />
toda <strong>la</strong> problemática de género en <strong>la</strong> estructura de <strong>la</strong> sociedad y de <strong>la</strong> iglesia y,<br />
añadiría para nosotras(os) todo el ámbito de nuestro compromiso misionero,<br />
como nos movemos con otros, otras, nuestros quehaceres en el ámbito de <strong>la</strong><br />
que l<strong>la</strong>mamos evangelización.<br />
Lo que aparece más evidente, entre estos tres ámbitos, es que el ser humano<br />
logra, sin dificultad identificar <strong>la</strong> problemática sexual con el primer punto (sexo;<br />
genitalidad) pero muy poco los dos otros niveles.<br />
Sin embargo, percibo que hay que ayudarnos a redescubrir esta trama sutil de<br />
<strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>, como algo entretejido entre: lo físico, lo cultural, lo legal, lo<br />
artístico, lo patológico y hasta lo económico y ecológico.<br />
Si no se toma conciencia de eso, todo quedará siempre envuelto en algo<br />
oculto, no en el sentido de profundo, sino como incógnita, revestido de algo<br />
muy poco c<strong>la</strong>ro y, a veces, hasta infantíl.<br />
Ciertamente en esta complejidad están muchos aspectos que se mueven entre<br />
lo más exterior y lo más íntimo, secreto. Aspectos de género que también se<br />
mueven entre lo físico, lo social y cultural, lo afectivo, etc... Sintonias,<br />
atracciones, complicidades, rechazos, etc. La vital satisfacción que trae p<strong>la</strong>cer,<br />
serenidad, armonía...<br />
Por otro <strong>la</strong>do creo que es necesario recordar también, que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> hace<br />
parte de este mundo de <strong>la</strong> complejidad cósmica en lo cual el ser humano<br />
aparece como:<br />
como una especie entre otras<br />
como un organismo sano/enfermo<br />
como un sujeto feliz/insatisfecho<br />
como una parte adaptada/inadaptada de todo un conjunto más complejo<br />
Es en todo este cuadro que percibimos que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> tiene distintas<br />
funciones y creo que es por eso que hab<strong>la</strong>mos de el<strong>la</strong>, como algo importante,<br />
que está allí, mucho más creativa de lo que pensamos y está allí también si no<br />
hab<strong>la</strong>mos de el<strong>la</strong>, o si no <strong>la</strong> consideramos o <strong>la</strong> recordamos sólo algunas veces,<br />
cuando nos conviene.
Recuperar armonia El desafío es no fragmentar <strong>la</strong> vida, ni <strong>la</strong> nuestra, ni <strong>la</strong> de<br />
los demás, como muchas veces hacemos <strong>desde</strong> el punto de vista moral y<br />
<strong>desde</strong> <strong>la</strong> doctrina de <strong>la</strong> iglesia.<br />
Este intento, lo hacemos pensando que, fragmentar <strong>la</strong> vida significa también<br />
fragmentar <strong>la</strong> <strong>realidad</strong> y el misterio, creando así una historia jerárquica, es<br />
decir, donde hay partes que valen más que otras; donde hay opresiones y<br />
exclusiones además que explotaciones entre géneros, entre el género humano<br />
y <strong>la</strong> biodiversidad cósmica, entre c<strong>la</strong>ses sociales o culturales diferentes.<br />
Pienso que muchos factores que han estructurado y siguen estructurando<br />
nuestras comunidades religiosas, fueron precisamente cultivados en esta<br />
mentalidad dualista y fragmentaria del ser humano. De trás de <strong>la</strong> obediencia se<br />
han escondido aspectos muy sutiles de nuestra <strong>sexualidad</strong>, creando<br />
dependencias, falsos poderes, jeraquía, infantilismo, etc.<br />
Y eso porque <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> es condición de toda persona, pero también es<br />
capacidad física y psíquica de realizar gestos que significan algo, que no son<br />
neutrales, que nos permiten asumir ciertas posturas en <strong>la</strong> historia<br />
contemporánea.<br />
No es suficiente haber decidio no compartir nuestras energías genitales con<br />
otras personas, porque eso sería una simple negación. Hay mucho más:<br />
¿cómo expreso mi ser en esta historia? ¿qué postura tomo en <strong>la</strong> sociedad en<br />
que vivo? Esas posturas tan neutrales que a veces asumimos como comunidad<br />
creyente o religiosa, son muy ambiguas y reve<strong>la</strong>n nuestra incapacidad de ser<br />
responsables.<br />
Recordemos que no existen interéses egocéntricos, sólo en el ámbito genital,<br />
sino también, hay interéses en el ámbito de <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones sociales: búsquedas<br />
de privilegios, intentos de salvar como sea nuestros privilegios... Estas<br />
actitudes, en el fondo tienen los mismos rasgos de lo que condenamo como<br />
hedonismo.<br />
En fin, <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> es un modo de ser, pero antes es también un impulso<br />
sensible, un deseo biológico, orgánico que de alguna manera sobresale,<br />
empujando. Si no se acoge ese impulso en el ámbito de <strong>la</strong> conciencia, de <strong>la</strong><br />
inteligencia, de <strong>la</strong>s opciones de nuestra fe, se generan conflictos y<br />
desarmonías. Si se acoge, sin embargo, se puede recrear algo.
C<strong>la</strong>ve de lectura.<br />
Sexualidad como itinerario metafísico de <strong>la</strong> vida<br />
Las desconfianzas o <strong>la</strong>s sospechas, así como cierta ambición por enmarcar el<br />
tema <strong>sexualidad</strong> dentro de algunos parámetro doctrínales o sociales<br />
específicos, se deben a <strong>la</strong> necesidad de aprisionar este tema en sistemas<br />
teóricos y prácticos que nos permitan mantener un cierto control sobre <strong>la</strong> vida y<br />
también sobre el ser humano, su corporeidad y sensibilidad.<br />
Hedonismo y moralismo se mueven en este sentido dentro del mismo círculo<br />
hermenéutico (interpretativo).<br />
El primero (hedonismo), para que el ser humano entre en el juego sutil del<br />
mercado como una cualquiera pieza o un cualquier producto. El segundo<br />
(moralismo), por no considerar al ser humano totalmente adulto, autónomo y<br />
creativo con respecto al misterio y a <strong>la</strong> búsqueda de <strong>la</strong> propia autenticidad<br />
ética, individual y colectiva.<br />
En el ámbito teológico-ético –de cualquier confesión se trate- esta segunda<br />
actitud, se da con mucha facilidad, debido a <strong>la</strong> imperiosidad de principios<br />
incorporados en una <strong>la</strong>rga tradición y sistematizados en códigos morales<br />
específicos.<br />
El difícil diálogo con <strong>la</strong> historia, los paradigmas espirituales, antropológicos,<br />
entremezc<strong>la</strong>dos con <strong>la</strong> estructura jerárquica de <strong>la</strong>s mayorías de <strong>la</strong>s sociedades<br />
y culturas, además que el mensaje oficial de <strong>la</strong> moral, hacen que el misterio<br />
que de por sí subyace en esta problemática, se pierda en el olvido, y se nos<br />
escape.<br />
Propongo en este sentido un camino de reconciliación de nuestra teoría,<br />
nuestros códigos éticos y culturales, con <strong>la</strong> vida y su misterioso estallido que<br />
l<strong>la</strong>mamos <strong>sexualidad</strong>. En nuestro caso específico, este camino de<br />
reconciliación le compete también a <strong>la</strong> teología.<br />
P<strong>la</strong>nteo, entonces, una c<strong>la</strong>ve de lectura místico-poética, es decir, recreadora, y<br />
al mismo tiempo ético-vivencial sobre el tema.<br />
La c<strong>la</strong>ve de lectura que propongo, pasa por tres puntos, de los cuales, uno, el<br />
bíblico-teológico, es el eje transversal.<br />
Sexualidad narrada por <strong>la</strong> vida humano-cósmica<br />
Toma de conciencia e interpretación entre metafísica y fisiognómica<br />
Sabiduría y tradición judío-cristiana<br />
Comúnmente estamos más acostumbrados a juzgar <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>, a mirar<strong>la</strong><br />
<strong>desde</strong> fuera, como si –también cuando nos referimos a nosotras(os)- no nos<br />
perteneciera.
Mi propuesta es al revés, comenzaría como si tuviera que realizar un taller, el<br />
taller de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>. Es decir, deberíamos intentar salir de una actitud de<br />
simple juicio, para llegar a una actitud de progresivo desve<strong>la</strong>miento de algo que<br />
subyace en <strong>la</strong> vida y nos acompaña.<br />
Cada una, cada uno, podría intentar describir algo de sí misma (mismo), narrar<br />
su vida y sus gestos creativos y responsable.<br />
La vida está hecha por energías, impulsos, pero también por <strong>la</strong> capacidad de<br />
expresar estas mismas energías, compartir<strong>la</strong>s, poner<strong>la</strong>s en movimiento.<br />
Algunas(os) de nosotras(os) reconocemos que esas energías juegan<br />
sutilmente con <strong>la</strong> energía divina, y <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mamos espíritu. Para otras(os) se trata<br />
simplemente de un juego de energías humanas, biofísicas y cósmicas, sin<br />
embargo todas son muy preciosas y sin el<strong>la</strong>s <strong>la</strong> vida no es vida.<br />
Pensamos también, que es precisamente por su complejidad que este tema<br />
tiene un fuerte sabor a misterio, y por eso es necesario interpe<strong>la</strong>r todas <strong>la</strong>s<br />
disciplinas, porque, como <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>, cada disciplina involucra diferentes<br />
aspectos de <strong>la</strong> vida y los incluye <strong>desde</strong> su perspectiva. Por mi parte mantendré<br />
un enfoque teológico, para dejar que el misterio quiebre los horizontes cerrados<br />
de lo puramente empírico, jugando con <strong>la</strong> creatividad humano-cósmica y con <strong>la</strong><br />
osadía de <strong>la</strong> fe.<br />
Ciertamente es difícil poner de acuerdo un grupo humano sobre este tema;<br />
uniformar un pensamiento dentro ámbitos religiosos y vivenciales distintos, en<br />
los cuales se entre<strong>la</strong>zan lo sujetivo y lo social comunitario; conciente e<br />
inconciente individual y colectivo.<br />
La <strong>sexualidad</strong> narrada La <strong>sexualidad</strong> se conoce a lo <strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong> historia,<br />
principalmente porque viene narrada por alguien.<br />
Es necesario dejar que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> narre a sí misma, y sobre todo que nos<br />
narre. Me torna a <strong>la</strong> mente <strong>la</strong> página introductoria de una de <strong>la</strong>s obras del<br />
escritor Uruguayo Eduardo Galeano, en su libro “Las Pa<strong>la</strong>bras andantes”:…Yo<br />
he venido a su taller para invitarlo a que trabajemos juntos. Le explico mi<br />
proyecto: imágenes de él, sus artes de grabado, y pa<strong>la</strong>bras mías. Él cal<strong>la</strong>. Y yo<br />
hablo y hablo, explicando. Y él, nada. Y así sigue siendo, hasta que de pronto<br />
me doy cuenta: mis pa<strong>la</strong>bras no tienen música. Estoy sop<strong>la</strong>ndo en f<strong>la</strong>uta<br />
quebrada. Lo no nacido no se explica, no se entiende: se siente, se palpa<br />
cuando se mueve. Y entonces dejo de explicar; y le cuento. Le cuento <strong>la</strong>s<br />
historias de espantos y de encantos que yo quiero escribir, voces que he<br />
recogido en los caminos y sueños míos de andar despierto, <strong>realidad</strong>es<br />
deliradas, delirios realizados, pa<strong>la</strong>bras andantes que encontré –o fui por el<strong>la</strong>s<br />
encontrado. Le cuento los cuentos; y este libro nace. (1)
Lo no nacido no se explica, no se entiende, se siente, se palpa cuando se<br />
mueve…, esta podría ser <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>, algo que tiene un génesis<br />
escondido, oculto, misterioso, como lo del cosmos o de los seres humanos,<br />
sobre todo cuando este génesis se lo busca <strong>desde</strong> una perspectiva de<br />
hondura, por querer ser fieles al misterio que todavía guarda algo escondido y<br />
nos infunde nostalgia por <strong>la</strong> belleza herida, o inédita. Desde esta perspectiva<br />
queremos ser <strong>la</strong>s(los) protagonistas de este espacio secreto en que se puede<br />
recrear <strong>la</strong> vida.<br />
La <strong>sexualidad</strong> nace con nosotras(os) sin embargo, al mismo tiempo se hace<br />
con nosotras(os), con nuestra historia, <strong>la</strong> historia de los grupos humanos:<br />
historia geográfica, biológica, política, institucional…o espíritu y simplemente<br />
espíritu. En este sentido nos invitamos mutuamente a narrar, para ser historia,<br />
y recoger <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras andantes, <strong>la</strong>s huel<strong>la</strong>s que el<strong>la</strong>s dejan, los esbozos que<br />
trazan en el aire y en los sueños de los pueblos.<br />
También en <strong>la</strong> Biblia <strong>la</strong> narración es importante, y sirve para alimentar <strong>la</strong> vida,<br />
intercambiar y revivificar <strong>la</strong> memoria para continuar a soñar. Narran los cielos,<br />
<strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s (Cf. Sl 19, 1-2). Para el pueblo, narrar es casi como un<br />
mandamiento que le ayuda a vivir (Cf. Dt 6,7): lo repetirás… La narración<br />
permite <strong>la</strong> comprensión de <strong>la</strong> vida y en <strong>la</strong> narración todo recupera su alma, su<br />
calidez, su misteriosas formas interiores; en el<strong>la</strong> también <strong>la</strong>s cosas tienen vida,<br />
son sacramentos. El sentido de <strong>la</strong> narración reve<strong>la</strong> algún secreto, manifiesta <strong>la</strong><br />
inhabitación y todo se personifica. En <strong>la</strong>s sabidurías más ancestrales este<br />
aspecto narrativo, es muy importante y hace <strong>la</strong> verdadera tradición.<br />
Por el cuento, <strong>la</strong> vida se puede expresar, y por eso, nos gustaría que el tema<br />
de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> se tratara <strong>desde</strong> <strong>la</strong> narración de <strong>la</strong> vida, como pa<strong>la</strong>bras<br />
andantes. Estamos seguras(os), que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> narrada redespierta algo<br />
dormido, evoca dimensiones más interiores y profundas: recoge voces,<br />
experiencias, dibujos, sonidos, ideas… que a lo <strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong> historia se han<br />
sembrado en el viento de <strong>la</strong>s culturas y de los pueblos, y que sirven para<br />
continuar a vivir.<br />
Es importante notar que, para algunos pueblos, <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> no hace parte<br />
sólo de <strong>la</strong> historia de los seres humanos, sino de toda <strong>la</strong> creación: es historia<br />
del sol y de <strong>la</strong> luna, del cóndor, del zorro, de <strong>la</strong>s flores, de los árboles…Es<br />
decir, esta energía vital pertenece a <strong>la</strong> vida en general. Con otras pa<strong>la</strong>bras,<br />
podríamos decir que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> tiene historia, una historia compleja, con<br />
muchos colores, tonos y movimientos. Su historia está re<strong>la</strong>cionada con los<br />
pasos de <strong>la</strong> evolución biológica, cultural e intelectual del ser humano. Desde<br />
ser considerada <strong>la</strong> simple expresión de un impulso, pasa a ocupar un lugar<br />
importante en <strong>la</strong>s diferentes culturas, de acuerdo a <strong>la</strong>s exigencias -siempre más<br />
profundas y críticas- de los pueblos. El<strong>la</strong> crece, podríamos decir, con <strong>la</strong><br />
identidad y <strong>la</strong> toma de conciencia de los derechos de los pueblos y de <strong>la</strong>s<br />
culturas, pero también con su responsabilidad sobre el mundo.
Aunque <strong>desde</strong> siempre acompañó <strong>la</strong>s manifestaciones del universo simbólico<br />
religioso de <strong>la</strong>s sociedades, sobre todo en el cielo de los dioses y diosas, es<br />
difícil reconocer<strong>la</strong> como presente en <strong>la</strong> vida más cotidiana y común de los seres<br />
humanos.<br />
En algunas cosmovisiones se re<strong>la</strong>cionó sobre todo con los ciclos de <strong>la</strong> vida y<br />
de <strong>la</strong> biodiversidad cósmica: <strong>la</strong> sintonía entre <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> y los ciclos fértiles<br />
de <strong>la</strong> tierra y de <strong>la</strong>s mujeres, será en algunos casos, muy presente, -como hace<br />
notar Nuria Sorli-. (2)<br />
Sin embargo hay que decir que <strong>la</strong> comprensión más profunda, superando <strong>la</strong><br />
simple perspectiva sexual, procreadora, o erótica de <strong>la</strong> vida, se comienza a<br />
vislumbrar en el siglo XX, donde <strong>la</strong>s exigencias de los seres humanos y de <strong>la</strong>s<br />
culturas en general, se hacen más fuertes en torno a un p<strong>la</strong>nteamiento más<br />
existencial de <strong>la</strong> vida, de sus derechos y deberes. La <strong>sexualidad</strong> se torna una<br />
cuestión más amplia, y se ubica dentro de <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones más cotidianas,<br />
l<strong>la</strong>mando a luz todas <strong>la</strong>s dimensiones de <strong>la</strong> vida humana y cósmica.<br />
Es por eso, que al enfrentar <strong>la</strong> temática, siento que todo lenguaje es<br />
insuficiente, y todo enfoque parcial y limitado.<br />
Metafísica de <strong>la</strong> vida “Hay tres cosas que no comprendo y cuatro que no<br />
conozco: el sendero del águi<strong>la</strong> en el cielo, el de <strong>la</strong> serpiente en <strong>la</strong> roca, el<br />
de navío en alta mar y el del hombre en <strong>la</strong> mujer joven…” (Pr 30, 18-19)<br />
La trama sutil del entretejido humano-cósmico de <strong>la</strong> vida parece dejar<br />
simplemente huel<strong>la</strong>s, surcos, sendas. Por eso, al terminar cualquier tipo de<br />
análisis, queda el secreto, cuidadoso centine<strong>la</strong> del misterio, como algo que<br />
existe y que, sin embargo, no se manifiesta y no se le escucha, hasta cuando<br />
irrumpe en <strong>la</strong> exterioridad socio-política de los pueblos y de su sistema-mundo<br />
cultural y religioso.<br />
El texto de Pr 30 evoca con melodía poética, <strong>la</strong> percepción de algo, o quizá,<br />
alguien, que se mueve en los intersticios de <strong>la</strong> vida cósmica y humana.<br />
Significado tanto metafísico como histórico; tanto humano-cósmico como<br />
sociológico. Expresión tanto colectiva como individual; corporal como verbal:<br />
movimiento y danza de <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones, lenguaje sociopolítico y místico-religioso.<br />
Testigos de todo ello son <strong>la</strong>s diferentes culturas, ancestrales sabidurías de los<br />
pueblos: el aire ha “tejido” el universo, al igual que el hálito “ha tejido” <strong>la</strong> vida<br />
humana –esboza bel<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> especu<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong>s indias- y ¿Quién ha tejido<br />
en el hálito?
Cinco vientos que separan el cosmos y a <strong>la</strong> vez mantienen su unidad; cinco<br />
hálitos que “tejen” <strong>la</strong> vida humana, haciendo de el<strong>la</strong> un todo. Concepción<br />
arcaica del conjunto viviente –escribe Mircea Eliade- según <strong>la</strong> cual <strong>la</strong>s distintas<br />
partes están unidas entre sí por una fuerza pneumática (viento, hálito) que<br />
<strong>la</strong>s”entreteje”. (3)<br />
Re<strong>la</strong>ción asimétrica entre dos almas, es <strong>la</strong> vida, una “grande” y del cuerpo, otra<br />
“pequeña” y energética…(4)<br />
Eje transversal de <strong>la</strong>s sabidurías, dimensión secreta que habita <strong>la</strong> <strong>realidad</strong>.<br />
Todo evoca aspectos de <strong>la</strong> vida que escapan de <strong>la</strong>s simples comprensiones<br />
racionales; secretas sensibilidades y dinamismos inexpresables. Metafísica de<br />
<strong>la</strong> vida que a penas desve<strong>la</strong>: (Del griego metá ta physikà más allá de los libros<br />
de física); sabor que supera el gusto de lo empírico; inquietud que provoca <strong>la</strong><br />
búsqueda del génesis de <strong>la</strong>s cosas y de los gestos: significación, y reve<strong>la</strong>ción,<br />
filosofía de <strong>la</strong> vida y de <strong>la</strong> historia…<br />
Fisiognómica de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> (5)<br />
Las aproximaciones con respecto al tema de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>, pueden ser<br />
múltiples, así como múltiples son sus lenguajes. Aproximación de carácter<br />
biológico, psicológico, otras de carácter antropológico, sociológico, ético,<br />
místico-religioso, literario-poético, artístico…<br />
Su hermenéutica cambia a según de quién <strong>la</strong> narre y <strong>desde</strong> dónde se narre. Si<br />
<strong>la</strong> narrara un niño, ciertamente sus contornos aparecerían diferentes de los que<br />
sobresaldrían por <strong>la</strong> narración de un adulto.<br />
Si <strong>la</strong> narrara un indígena quechua o aymara, toba o trinitario, ayoreo o guarayo,<br />
guaraní o araucano…sus ecos y sus tonos cambiarían. Un creyente o un ateo;<br />
un cristiano o un budista, un islámico o un israelí, hindú o animista… Si quien <strong>la</strong><br />
narra pertenece a un universo simbólico específico, los matices se modifican:<br />
un psicólogo o un antropólogo, un teólogo o un filósofo, un sociólogo o un<br />
economista, una mujer o un varón, un sacerdote, un pastor, o una simple y<br />
común persona del pueblo…. Arte de <strong>la</strong> fisiognómica, arte de <strong>la</strong> reve<strong>la</strong>ción<br />
evidente.<br />
Sin embargo el arte de <strong>la</strong> fisiognómica no nos reve<strong>la</strong> todo, sino simplemente<br />
expresa <strong>la</strong> manifestación de <strong>la</strong> trama sutil que existe entre <strong>la</strong> existencia<br />
humana y <strong>la</strong> biodiversidad universal, anteriores a <strong>la</strong>s formas y a los gestos. El<br />
acercamiento al tema nos pide una intuición más profunda. Lo que <strong>la</strong><br />
fisiognómica podría indicarnos, es simplemente <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong><br />
tiene con <strong>la</strong> vida de individuos y colectividades: contextos y acontecimientos<br />
históricos, costumbres y experiencias, espacio público y privado, político y<br />
místico, ideas y gestos.
Dentro del recorrido histórico de esta comprensión, rescatamos que los seres<br />
humanos parecemos ser los más sensibles a esta intensa inhabitación<br />
energética, mientras los demás seres <strong>la</strong> viven instintivamente. En el<strong>la</strong> se<br />
entremezc<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s dimensiones clásicas de <strong>la</strong> existencia humana: biológicas,<br />
espirituales, sociales, racionales, trascendentales y psicológicas. Dimensiones<br />
evidenciadas no sólo ad intra, sino también exteriorizadas a través del vestido,<br />
el comer, <strong>la</strong> casa…Capacidad de ahondar <strong>la</strong> vida descubriendo y ensanchando<br />
<strong>la</strong>s dimensiones reales del espacio y del tiempo; infinitud de re<strong>la</strong>ciones; círculos<br />
vitales que se expanden en múltiples encuentros. Pensamiento y estudio,<br />
capacidad de leer dentro (intus-legere), análisis y síntesis…praxis, afectividad,<br />
instintos y emociones.<br />
El lento parto de <strong>la</strong> vida reve<strong>la</strong> el esfuerzo para trenzar estos sutiles hilos de lo<br />
humano más humano. Búsqueda de un centro gravitacional; anhelo por un<br />
equilibrio que nos permita respirar y hacer respirar, y sentir el aliento en el<br />
espacio habitado. Anhelo por <strong>la</strong> conciencia y <strong>la</strong> responsabilidad. Deseo de hi<strong>la</strong>r<br />
hasta llegar a <strong>la</strong> experiencia y al sentir: cuatro tipos funcionales corresponden a<br />
los medios evidentes por lo cuales obtiene <strong>la</strong> conciencia su orientación hacia <strong>la</strong><br />
experiencia –diría Carl Jung-. La percepción (es decir, <strong>la</strong> percepción sensorial)<br />
nos dice que algo existe; el pensamiento nos dice lo que es; el sentimiento nos<br />
dice si es agradable o no lo es, y <strong>la</strong> intuición nos dice de dónde viene y adónde<br />
va. (6)<br />
Complicidad entre el cuerpo con sus expresiones gestuales, sus raciocinios, y<br />
el espíritu, <strong>la</strong>s energías vitales, <strong>la</strong>s sensibilidades interiores. La <strong>sexualidad</strong>, no<br />
sólo iniciación y desarrollo del cosmos, no sólo iniciación y desarrollo de <strong>la</strong><br />
vida, sino iniciación y desarrollo de <strong>la</strong> conciencia, posibilidad de sentir <strong>la</strong> vida y<br />
ser responsables y creativas(os) en el<strong>la</strong>. Sexualidad: potencialidad de re<strong>la</strong>ción;<br />
expresión, lenguaje, gestos.<br />
Sin querer dar una definición, podríamos esbozar una síntesis a través de <strong>la</strong><br />
cual conseguiríamos alimentar nuestra creatividad y nuestra búsqueda para<br />
comprender mejor. Podríamos decir, como muchos dicen, que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> es<br />
energía vital, originaria y originante de <strong>la</strong> vida, que en <strong>la</strong> cotidianeidad de <strong>la</strong><br />
historia, se torna expresión y actuación. Estas últimas hacen parte de lo que<br />
l<strong>la</strong>mamos fisiognómica, manifestación y reve<strong>la</strong>ción de alguien y algo a través<br />
de… En el<strong>la</strong> participa el cuerpo, así como <strong>la</strong> inteligencia, capacidad de<br />
pensamiento y contemp<strong>la</strong>ción del ser humano. Por el<strong>la</strong> el cuerpo inventa los<br />
pasos de cada ritual de acercamiento a <strong>la</strong> <strong>realidad</strong>, al género opuesto o igual, a<br />
<strong>la</strong>s cosas, a los frutos y los productos de <strong>la</strong> actividad humana, a <strong>la</strong> belleza y al<br />
dolor. También genitalidad e implicación de órganos, movimientos de los<br />
músculos del cuerpo. Sensibilidad, obviamente sí, pero también captación de <strong>la</strong><br />
bondad o rechazo de lo que provoca daño, capacidad de esperar o de actuar,<br />
prudencia o atrevimiento para garantizar y obedecer a <strong>la</strong> vida. Proceso<br />
reproductivo, características hormonales, anatomía, fisiología y al mismo<br />
tiempo, conjunto de diferentes particu<strong>la</strong>ridades: físicas, psicológicas y afectivas,<br />
emocionales, socioculturales y espirituales.
Un juego secreto entre <strong>sexualidad</strong> y sensibilidad Sería ingenuo, inmaduro o<br />
burgués, pensar que esta energía vital que l<strong>la</strong>mamos <strong>sexualidad</strong>, dominara<br />
sólo en los espacios de <strong>la</strong> sensibilidad armoniosa y lúdica, haciendo de ésta<br />
una amenaza para <strong>la</strong> vocación ética del ser humano y su responsabilidad en <strong>la</strong><br />
historia y en el cosmos. Quien piensa así cae en lo que l<strong>la</strong>mamos hedonismo, o<br />
en lo opuesto: moralismo.<br />
La <strong>sexualidad</strong> es energía vital que involucra el ser humano como tal; inspira o<br />
inhibe gestos, sugiere opciones en <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones más interpersonales y<br />
privadas, así como en <strong>la</strong>s más públicas e históricas. Sin embargo, el problema<br />
consiste precisamente en haber mantenido <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> fuera de los espacios<br />
públicos, fuera de <strong>la</strong> vocación del ser humano a <strong>la</strong> justicia, a <strong>la</strong> paz, a <strong>la</strong><br />
política, al cuidado del ecosistema, con otras pa<strong>la</strong>bras: haber mantenido <strong>la</strong><br />
<strong>sexualidad</strong> lejos de los dolores de parto de <strong>la</strong> humanidad y del cosmos. A <strong>la</strong><br />
<strong>sexualidad</strong> se <strong>la</strong> confinó dentro de <strong>la</strong>s fronteras de <strong>la</strong> debilidad humana, una<br />
cosa so<strong>la</strong> con <strong>la</strong> sensibilidad, lejos de <strong>la</strong> ética y su sapiencial metafísica. .<br />
Reconocemos que como diría Emmanuel Levinás, <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> es una<br />
verdadera exposición del ser humano, sin embargo pensamos con el mismo<br />
filósofo que, por ser exposición, es también posibilidad de responsabilidad, y no<br />
simplemente fuerza o energía egocéntrica que hace que el ser humano ruede<br />
alrededor de sí mismo y de sus p<strong>la</strong>ceres. La responsabilidad para con el<br />
Otro…expresión. Franqueza, sinceridad, veracidad del Decir: no un Decir que<br />
se disimu<strong>la</strong> y se protege en lo Dicho, escudándose en pa<strong>la</strong>bras frente al otro,<br />
sino un decir que se descubre –eso es que se desnuda de su piel- como<br />
sensibilidad a flor de piel, a flor de nervios, que se ofrece hasta el sufrimiento,<br />
por tanto, una sensibilidad, <strong>la</strong> cual es enteramente signo, significándose. (7)<br />
Este bosquejo filosófico, encuentra su eco también en un cántico bíblico en que<br />
<strong>la</strong> sensibilidad se muestra en toda su elocuencia; grito de dignidad y también<br />
testigo de <strong>la</strong> injusticia y de <strong>la</strong> exclusión. Experiencia místico-política no sólo de<br />
un cuerpo destrozado, sin gracia ni belleza, sino de una <strong>sexualidad</strong> –otro modo<br />
de ser y estar- silenciada por haber anhe<strong>la</strong>do <strong>la</strong> justicia, por haber sido<br />
cómplice con <strong>la</strong> vida de otras personas sedientas y en búsqueda, por no<br />
separarse de <strong>la</strong> sensibilidad de los otros(as): Así como muchos quedaron<br />
espantados al verlo, pues su cara estaba tan desfigurada que ya no parecía un<br />
ser humano, así también numerosos pueblos se asombrarán, y en su presencia<br />
los reyes no se atreverán a abrir <strong>la</strong> boca cuando vean lo que no se había visto,<br />
y observen cosas que nunca se había oído. ¿Quién podrá creer <strong>la</strong> noticia que<br />
recibimos? Y <strong>la</strong> obra del Señor, ¿a quién se <strong>la</strong> reveló? Este ha crecido ante<br />
Dios como un retoño, como raíz en tierra seca. No tenía gracia ni belleza, para<br />
que nos fijáramos en él, ni era simpático para que pudiéramos apreciarlo.
Despreciado y tenido como basura de los hombres, hombre de dolores y<br />
familiarizado con el sufrimiento, semejante a aquellos a los que se les vuele <strong>la</strong><br />
cara, estaba despreciado y no hemos hecho caso de él. (Is 52, 14-15; 53, 1-3).<br />
En este cántico el juego entre <strong>la</strong> sensibilidad, <strong>la</strong> corporeidad, y <strong>la</strong> postura que<br />
esta asume en <strong>la</strong> historia, es profundamente significativo. El cántico vierte<br />
alrededor de una belleza desfigurada, es decir de una sensibilidad no<br />
reconocida, maltratada y ocultada.<br />
Por <strong>la</strong> sensibilidad, <strong>la</strong> vida y su expresión ética, se vuelve más cálida; algunas<br />
autoras hab<strong>la</strong>rían de una ética del cuidado (temática desarrol<strong>la</strong>da y debatida<br />
mucho en estos últimos años, en el ámbito feminista), donde los sujetos,<br />
mujeres y hombres, se mueven <strong>desde</strong> lo contextual, en <strong>la</strong> responsabilidad, en<br />
<strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones, y no sólo en una visión global y universal de <strong>la</strong> moral. En esta<br />
perspectiva, se pone el acento en el respecto por <strong>la</strong> identidad y <strong>la</strong>s diferencias.<br />
En esta perspectiva sobresale el grito de <strong>la</strong> diversidad y por supuesto lo de <strong>la</strong><br />
identidad, aspectos importantísimos en <strong>la</strong> fisiognómica de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>.<br />
Desde este enfoque, <strong>la</strong> sensibilidad juega un rol importante dentro de <strong>la</strong> esfera<br />
ética en que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> se dinamiza: sabiduría necesaria para vivir. La<br />
sensibilidad es centine<strong>la</strong>, diríamos guardiana de <strong>la</strong> verdad y autenticidad de <strong>la</strong><br />
vida de individuos y grupos humanos, y <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> se alimenta en el<strong>la</strong>,<br />
crece, y se inspira. La sensibilidad es guardiana del cuerpo, así como del<br />
espíritu; de los sentidos y de <strong>la</strong> inteligencia. Ciertamente no hab<strong>la</strong>mos<br />
simplemente de una sensibilidad genital, sino de una sensibilidad holística, en<br />
donde <strong>la</strong> alteridad corresponde al criterio inspirador <strong>desde</strong> su identidad y<br />
necesidades así como <strong>desde</strong> su sabiduría y <strong>desde</strong> su creatividad. La<br />
sensibilidad que permite oír, además que ver y sentir <strong>la</strong> reivindicación del<br />
cuerpo y de <strong>la</strong> tierra: ¿dónde está tu hermano? Dónde está <strong>la</strong> tierra que ha<br />
tomado <strong>la</strong> sangre de tu hermano… (Cf. Gn 4, 9-12). Si tomas en prenda el<br />
manto de tu prójimo, se lo devolverás al ponerse el sol, porque con él se<br />
abriga; es el vestido de su cuerpo… (Ex 22, 25). La sensibilidad es testigo: …<br />
tenía hambre, frío, sed, estaba solo, en <strong>la</strong> cárcel enfermo (Cf. Mt 25).<br />
Esta sensibilidad es inspiradora y nos mantiene cercanas(os) a <strong>la</strong> vida: Una<br />
anciana bruja de Ranchos me dijo que La Que Sabe lo sabía todo acerca de<br />
<strong>la</strong>s mujeres y había creado a <strong>la</strong>s mujeres a partir de una arruga de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta de<br />
su divino pie: por eso <strong>la</strong>s mujeres son criaturas que saben, pues están hechas<br />
esencialmente con <strong>la</strong> piel de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta del pie que lo percibe todo. (8)<br />
No sólo aprendemos por <strong>la</strong> cabeza, sino por los pies, <strong>la</strong>s manos, los ojos.<br />
Creada de una arruga de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta del pie…sensibilidad histórica que inspira <strong>la</strong><br />
mistagogía o acercamiento al misterio de <strong>la</strong> alteridad. Creada cerca de <strong>la</strong> tierra,<br />
horizonte humano y cósmico: no sólo manos, no sólo ojos, oídos, gusto, olfato,<br />
sino pies, simbología ligada al paso, caminos recorridos, familiaridad con el<br />
cansancio, con <strong>la</strong> búsqueda, con el movimiento.
En este sentido hab<strong>la</strong>mos de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> como acercamiento a …; invención<br />
alquímica de gestos que nos permitan el encuentro, <strong>la</strong> realización de un<br />
proyecto, tímidos u osados acercamientos: atracción o repulsión corporal;<br />
atracción o repulsión psíquica, juego sutil del deseo, de los sentimientos,<br />
sinergias humanas; atracción espiritual: utopías y sueños, compromisos y<br />
complicidades místico-políticas.<br />
En estos niveles de atracción o repulsión, juegan otras dimensiones: <strong>la</strong><br />
dimensión cognoscitiva, <strong>la</strong> emocional, <strong>la</strong> social y <strong>la</strong> ética. Acercamiento por<br />
conocimiento, comprensión de algo y alguien; acercamiento lúdico,<br />
acercamiento por <strong>la</strong> posibilidad de abrirse a <strong>la</strong> diversidad o a <strong>la</strong> solidaridad con<br />
alguien del mismo sexo o del sexo opuesto; danza comunional, búsquedas<br />
juntas, juntos. Ética del cuidado y respecto, paciencia lentitud y prontitud frente<br />
a los ritmos del otro, <strong>la</strong> otra, individuos y comunidades.<br />
Lamentablemente parece que <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s veces, <strong>la</strong> problemática se<br />
encierra alrededor de <strong>la</strong> problemática sexual, el ejercicio de <strong>la</strong> genitalidad<br />
femenina o masculina, y en torno a este problema existe como una brumosa<br />
sospecha que ataña a <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>. Es interesante notar que esta actitud de<br />
sospecha se encuentra en dos diferentes frentes, que casi siempre se<br />
enfrentan y se insultan mutuamente, uno hedonista y otro moralista. Por un<br />
<strong>la</strong>do los más atrevidos y liberales y por el otro los más conservadores. Ambos –<br />
aunque <strong>desde</strong> posiciones diferentes- hacen de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> un puro y simple<br />
ejercicio de <strong>la</strong> genitalidad: exasperación y sublimación que enreda el ser<br />
humano y ciertamente lo limita. En ambos casos se le da al sexo mucha<br />
importancia, para sublimarlo o para criticarlo<br />
La mayoría de <strong>la</strong>s veces, estas dos posturas, llevan <strong>la</strong>s personas a considerar<br />
<strong>la</strong> problemática sexual un juego perverso, o por exaltación o por represión. En<br />
ambas reina el olvido total de <strong>la</strong>s tramas secretas y múltiples que <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong><br />
lleva consigo, a <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> se le quita toda mística, y se <strong>la</strong> desconoce como<br />
energía que atraviesa <strong>la</strong> vida. Ciertamente en estas dos comprensiones juegan<br />
un papel importante <strong>la</strong>s perspectivas culturales así como religiosas y<br />
doctrinales. En <strong>la</strong>s primeras entra toda <strong>la</strong> fuerza de una época, de un siglo, de<br />
los descubrimientos científicos, pero también de una estructura de mercado y<br />
economía: <strong>la</strong> comercialización del cuerpo o de los cuerpos, el negocio de <strong>la</strong><br />
publicidad o propaganda, el consumismo y <strong>la</strong> imagen de ser humano que éste<br />
propaga. En el segundo caso –enfoque moralista- juega un papel importante<br />
una cierta filosofía del ser humano, yuxtapuesta con una cierta imagen de Dios,<br />
además que una visión soteriológica y escatológica de <strong>la</strong> vida y una<br />
perspectiva paternalista y machista de <strong>la</strong> sociedad.
De mi parte no quiero entrar en este enredo y estancamiento de <strong>la</strong><br />
problemática, mi objetivo no es simplemente <strong>la</strong> crítica a determinadas<br />
posturas, cuanto <strong>la</strong> recuperación del significado, para que esta re-significación,<br />
nos pueda servir para vivir en otro modo, no sólo <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />
interpersonales, sino <strong>la</strong>s comunitarias y también <strong>la</strong>s ecológicas y económicas,<br />
es decir no sólo con personas, sino con el cosmos y <strong>la</strong>s cosas.<br />
El juego sensible de atracción o repulsión de <strong>la</strong>s vidas y de los cuerpos<br />
cósmicos es algo real dentro del universo. Más que de un juego entre opuestos<br />
que se atraen o se rechazan, se trata de un movimiento que se genera para dar<br />
sentido a <strong>la</strong> vida, <strong>la</strong> posibilidad de reconstruir un universo diferente: espacios<br />
de vida, comunidades humanas heterogéneas, re<strong>la</strong>ciones económicas nuevas.<br />
Participación de <strong>la</strong>s diversas <strong>realidad</strong>es humano-históricas y cósmicas,<br />
búsqueda de equilibrios para poder continuar a vivir y conocer <strong>la</strong> plenitud de <strong>la</strong><br />
vida. En <strong>la</strong>s cosmovisiones ancestrales esto significaba hal<strong>la</strong>r <strong>la</strong> posibilidad de<br />
que el ser humano se armonice con los ritmos astrales, por ejemplo unificando<br />
<strong>la</strong> luna y el sol en su propio cuerpo pneumático. (9)<br />
Búsqueda de vida, complicidad de los diferentes sujetos que habitan <strong>la</strong> vida<br />
misma, atracción no por llegar a excluir, suprimir, ap<strong>la</strong>star, eliminar, ni tampoco<br />
porque algo falte, o alguien tenga que complementar <strong>la</strong> ausencia, como en un<br />
juego compensatorio. Nada de eso, más bien <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> vivida en <strong>la</strong><br />
búsqueda de los equilibrios más verdadero, restauración de <strong>la</strong> unidad<br />
primordial -diría <strong>la</strong> fenomenología de <strong>la</strong> religión-, veracidad, honestidad,<br />
coherencia.<br />
Si repensamos todo eso, tenemos que recuperar los fragmentos de <strong>la</strong> sabiduría<br />
que los pueblos han simplemente respirado en el tiempo; sabidurías cósmicas,<br />
que intentan superar cada dualismo de <strong>la</strong> vida. Es interesante descubrir que el<br />
juego de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> puede ser movimiento atractivo o de rechazo, pero<br />
siempre un movimiento, una andanza mistagógica, es decir de quienes se<br />
prepara a encontrar y a re<strong>la</strong>cionarse con alguien o algo. Toda ciencia busca<br />
este secreto de <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción, <strong>desde</strong> <strong>la</strong> ecología, hasta <strong>la</strong> sociología o <strong>la</strong><br />
economía, se trata de una reivindicación socio-política de los cuerpos y de <strong>la</strong>s<br />
identidades. Hoy nos parece importante re<strong>la</strong>cionar todo eso con <strong>la</strong> necesidad y<br />
el anhelo por encontrar otro estilo de vida, para otro mundo posible.<br />
El eje transversal: Ecos de <strong>la</strong>s Escrituras<br />
No es mi intensión hacer un recorrido bíblico de lo que significa <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong><br />
en <strong>la</strong>s Escrituras. Sin embargo me parece importante evocar el contexto en el<br />
cual se desenvuelve esta problemática. Como otros aspectos de <strong>la</strong> vida<br />
humana, <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> se ubica en <strong>la</strong> frontera donde a penas se perciben los<br />
confines entre <strong>realidad</strong> y misterio; espacio en que se entre<strong>la</strong>zan vida y muerte,
dolor y gozo, lo lúdico y <strong>la</strong> responsabilidad, el amor y <strong>la</strong> justicia.<br />
En <strong>la</strong> historia del pueblo bíblico, <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> es aproximación a <strong>la</strong> <strong>realidad</strong> y a<br />
Dios, aunque como siempre esté sometida a criterios culturales.<br />
Acercarse a <strong>la</strong> vida de alguien o algo, significa entrar y permanecer en <strong>la</strong><br />
esfera de lo sagrado; <strong>la</strong> zarza ardiendo que describe el Éxodo, no es<br />
simplemente el memorial de una visión mística o de un fenómeno sobrenatural,<br />
sino <strong>la</strong> experiencia de una energía que empujó a Moisés hacia <strong>la</strong> zarza, por<br />
haber oído simplemente <strong>la</strong> voz y vislumbrado apenas <strong>la</strong> Presencia alternativa<br />
(Cf. Ex 3).<br />
Podríamos decir que <strong>la</strong> historia de Israel es historia marcada por <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>,<br />
porque es historia de un pueblo que experimentó <strong>la</strong> fuerza o energía de <strong>la</strong><br />
atracción y del movimiento hacia alguien y algo. Es importante recordar que<br />
todas <strong>la</strong>s veces que Israel se equivoca como pueblo o como individuo, debe<br />
volver, es decir debe otra vez seguir el camino de <strong>la</strong> atracción.<br />
En su innumerables peregrinaciones, Israel, se deja acompañar por una<br />
pregunta casi un deseo, que los Salmos cantan como un estribillo: Señor quién<br />
habitará...quién estará en tu morada santa... (Cf. Sl 15; Sl 24). El deseo del<br />
acercamiento, el deseo por habitar un espacio sagrado, alternativo, inspira los<br />
gestos de amor (cantar de los Cantares) así como los gestos de <strong>la</strong> justicia y de<br />
<strong>la</strong> complicidad histórico-social del pueblo:...desatar los <strong>la</strong>zos de maldad,<br />
deshacer <strong>la</strong>s coyundas del yugo, dar <strong>la</strong> libertad a los quebrantados, y arrancar<br />
todo yugo...partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa.<br />
Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes...<br />
(Cf. Is 58,6-7). Si <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>, es movimiento de atracción hacia..., así como<br />
movimiento de retorno, es también parte de ese misterio de liberación en que<br />
participan no sólo los seres humanos sino todo el cosmos, <strong>la</strong> creación, <strong>la</strong> tierra,<br />
sus frutos, <strong>la</strong> mar, <strong>la</strong>s colinas: ...cuando Israel salió de Egipto...lo vio <strong>la</strong> mar y<br />
huyó, retrocedió el Jordán, los montes brincaron lo mismos que carneros,<br />
colinas como corderillos... (Cf. Sl 114,1.3).<br />
Del mismo modo, acercase a alguien, o vivir gestos para con alguien concreto,<br />
es como acercarse al misterio y a Dios, algo sumamente importante, por eso <strong>la</strong><br />
<strong>sexualidad</strong> cabe dentro de amplias normativas y severos juicios, sobre todo<br />
cuando este acercamiento recuerda algo muy parecido a los gestos idolátricos<br />
y a <strong>la</strong> imitación de <strong>la</strong>s costumbres de los pueblos atraídos por los ídolos. (10)<br />
Este mismo enfoque lo podríamos redescubrir también en <strong>la</strong> narración bíblica<br />
neotestamentaria, aunque con matices diferentes. En los re<strong>la</strong>tos evangélicos se<br />
desve<strong>la</strong> un mundo de re<strong>la</strong>ciones. La vida de Jesús expresa precisamente otro<br />
modo de re<strong>la</strong>cionarse con...: su narración, sus gestos, sus posturas frente al<br />
mundo-sistema en su propio contexto histórico, lo manifiestan. Por eso, buscar<br />
el sentido de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> en el Nuevo Testamento, no significa simplemente
indagar sobre <strong>la</strong> afectividad de Jesús, o sobre <strong>la</strong>s normativas religiosas y<br />
sociales de <strong>la</strong>s primeras comunidades, sino descubrir cada tipo de re<strong>la</strong>ción<br />
místico-política que Jesús tuvo con <strong>la</strong> vida y con el sueño de Dios en el<strong>la</strong>: con<br />
mujeres, hombres, discípu<strong>la</strong>s, discípulos; <strong>la</strong> naturaleza, los lirios del campo, los<br />
pájaros del cielo, <strong>la</strong> comida, el dinero, el poder...<br />
Para Jesús, esta re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> vida fue crítica: re<strong>la</strong>ción con los cuerpos y todo<br />
lo que estos cuerpos representaban y llevaban consigo: historias de género,<br />
religiosas, políticas y sociales. Su polémica religiosa y cultural con algunos<br />
grupos sociales como los fariseos, los maestros de <strong>la</strong> ley, los sacerdotes, se<br />
podría definir como una polémica en torno a <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong>, dentro de <strong>la</strong> cual<br />
caben diferentes problemáticas: el ayuno, <strong>la</strong> ley del sábado, <strong>la</strong>s purificaciones,<br />
<strong>la</strong> economía - servir a Dios o al dinero-, <strong>la</strong> solidaridad y <strong>la</strong> complicidad con los<br />
pobres y excluidos. Estas re<strong>la</strong>ciones, están atravesada por el eje místico: <strong>la</strong><br />
fidelidad al sueño divino, inspiración de los sueños históricos.<br />
De acuerdo a lo p<strong>la</strong>nteado anteriormente, interpretando <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> dentro<br />
del marco de <strong>la</strong> mistagogía -acción que acompaña hacia el misterio- podríamos<br />
decir que <strong>la</strong> polémica de Jesús con los fariseos y maestros de <strong>la</strong> ley o<br />
sacerdotes, vierte alrededor del enfoque legalista con que, estas categorías,<br />
leían a <strong>la</strong> vida y al ser humano. Ellos son los que proc<strong>la</strong>maban y obligaban a<br />
vivir, imponiendo pesadas cargas sobre los hombros de los (<strong>la</strong>s) demás (Mt<br />
23,4). Caben dentro esta perspectiva, los rituales de purificación celebrados<br />
antes de acercarse a <strong>la</strong> mesa, al altar; antes o después de cada re<strong>la</strong>ción o<br />
“contagio”...; todo esto, manifiesta c<strong>la</strong>ramente esta mentalidad.<br />
El gesto mistagógico de acercamiento a alguien o algo, se lo reduce a un ritual<br />
exterior de purificación, como si fuera <strong>la</strong> ley <strong>la</strong> que lo resolviera todo. La ética<br />
se torna una ética de <strong>la</strong> exterioridad, contraria al sueño de Jesús que intenta<br />
recuperar lo gratuito: secreto (Cf. Mt 6,1-8), oculto, motivado <strong>desde</strong> dentro,<br />
auténtico; expresión de <strong>la</strong> sed, de los gemidos, de los sueños y <strong>la</strong>s lágrimas.<br />
Recuperación de personas rechazadas por pertenecer a una cierta cultura, por<br />
corresponder a c<strong>la</strong>ses sociales determinadas: excluidas por el trabajo que<br />
ejercían, o por el género: mujeres y eunucos, pastores y campesinos, además<br />
que prostitutas y publicanos. Jesús se re<strong>la</strong>ciona con <strong>la</strong> vida y en <strong>la</strong> vida se<br />
entre<strong>la</strong>zan cuestiones doctrinales, éticas; problemática en torno al cuerpo, <strong>la</strong><br />
salvación, <strong>la</strong> justicia, problemática sociales de c<strong>la</strong>ses mantenidas lejos de <strong>la</strong><br />
participación al sueño histórico y metafísico de Dios, etc. (Cf. Jn 7,45-49)<br />
En <strong>la</strong> narración evangélica <strong>la</strong> ley es insuficiente: lo que ellos dicen háganlo pero<br />
no hagan lo que ellos hacen... (Cf. Mt 23,3); <strong>la</strong> ley es insuficiente si falta de un<br />
cuerpo concreto que conoce el precio de <strong>la</strong> vida, el frío y al hambre, el gozo y el<br />
dolor, <strong>la</strong> ausencia y <strong>la</strong> presencia, <strong>la</strong> nostalgia y el goce. Para Jesús, no es tan<br />
cierto que sólo por <strong>la</strong> ley se pueda sintonizar con Dios. La ley es tan
insuficiente que <strong>la</strong> sintonía y <strong>la</strong> comprensión del misterio del Reino parece – en<br />
algunos casos- más cercana a prostitutas y publicanos que a los expertos en<br />
asuntos religiosos y éticos: De veras les digo que los publicanos y <strong>la</strong>s<br />
prostitutas les preceden en el Reino de Dios. Pues vino Juan a ustedes con un<br />
camino de justicia, y no le creyeron, pero los publicanos y <strong>la</strong>s prostitutas le<br />
creyeron. Y ustedes, viéndolo, tampoco se arrepintieron después para creer en<br />
él… (Mt 21,28-32).<br />
El lenguaje evidencia una paradoja, en el centro no están ni <strong>la</strong> gente sencil<strong>la</strong>, ni<br />
los pobres, ni los que sufren, sino publicanos y prostitutas, categorías que<br />
parecen no tener ninguna justificación ética, ni frente a Dios, ni frente a <strong>la</strong><br />
sociedad. Sin embargo, <strong>la</strong> ley, multiplicada en leyes, significaba seguridad y<br />
certeza que cobijaba más a <strong>la</strong>s autoridades políticas y religiosas, que al mismo<br />
pueblo. Eran muy pocos los que tenían en sus manos <strong>la</strong> ley y –según ellos- <strong>la</strong><br />
salvación o <strong>la</strong> condenación de todo el mundo. Sin embargo, fuera de este<br />
círculo, está Jesús y está <strong>la</strong> “gente”, de <strong>la</strong> cual los jefes tienen miedo (Cf. Mt<br />
21, 26). Gente –en griego- όχλοѕ, <strong>la</strong> mayoría numérica, popu<strong>la</strong>r, que no<br />
participa y no tiene una autoridad reconocida, pero existe y forja <strong>la</strong> vida,<br />
también por su <strong>sexualidad</strong>.<br />
Para abrir conclusiones.<br />
Siguiendo huel<strong>la</strong>s para encontrar caminos éticos Finalmente, <strong>la</strong>s huel<strong>la</strong>s<br />
que vislumbramos recorriendo <strong>la</strong>s Escrituras, nos permiten observar que <strong>la</strong><br />
<strong>sexualidad</strong> está envuelta en el proceso ético como cualquier otro aspecto de <strong>la</strong><br />
vida humana; un parto lento y sufrido, donde hombres y mujeres tienen que<br />
aprender una y más veces a vivir juntos, juntas; compartir los bienes, cultivar el<br />
sueño divino, inventar formas de convivencia e instituciones diferentes.<br />
De este parto nadie está excluido a priori, como a veces pensaban los fariseos,<br />
o pensamos todavía nosotros, en nuestras comunidades eclesiales y sociales.<br />
En esta economía histórico-divina, a nadie se le puede decir que no puede<br />
soñar con el sueño humano-cósmico de Dios, a nadie: ni a prostitutas, ni a<br />
publicanos, ni a eunucos, niños, extranjeros, con todo lo que estos términos<br />
significan hoy en <strong>la</strong> geografía p<strong>la</strong>netaria contemporánea.<br />
Rep<strong>la</strong>ntearnos el tema de <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> significa rep<strong>la</strong>ntearnos el tema<br />
humano-divino de <strong>la</strong>s identidades, de <strong>la</strong> dignidad, de los difíciles equilibrios<br />
ecológicos, del uso de <strong>la</strong> tecnología en un mundo no totalmente renovable y –<br />
como diría Martha Nusbaum- de <strong>la</strong> fragilidad del bien. (11)<br />
Sin embargo, significa también, hacer una relectura de los gestos<br />
intercambiados, los que hemos vividos hasta hoy y los que todavía no hemos<br />
aprendidos o hemos superficialmente omitidos, perdiendo fragmentos de vida.
Gestos, patrimonios de algunas culturas y ausentes en otras; gestos que<br />
infunden sabidurías para poder sanar <strong>la</strong> fragmentariedad de <strong>la</strong> vida y poder<br />
acercarnos al misterio. Gestos que se vuelven parábo<strong>la</strong> de <strong>la</strong> vida para los que<br />
observan con sospecha cuando alguien irrumpe con sus cuerpo y su historia,<br />
fueras de los cánones oficiales: Simón, cuando yo entré a tu casa no me<br />
ofreciste…tú no me besaste…no me echaste aceite… (Cf. Lc 7, 36- 50); …esta<br />
mujer hizo lo que le correspondía…(Cf. Mc 14,3-9).<br />
Repensar <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> significa repensar <strong>la</strong> ética, no sólo <strong>desde</strong> <strong>la</strong>s obras, ni<br />
sólo <strong>desde</strong> <strong>la</strong> fe, sino <strong>desde</strong> los gestos, que p<strong>la</strong>sman <strong>la</strong>s obras y vivifican <strong>la</strong> fe,<br />
en un sistema-mundo donde Dios y los seres vivientes somos cómplices, para<br />
mantenernos mutuamente en vida. Repensar <strong>la</strong> <strong>sexualidad</strong> significa, repensar<br />
nuestro destino, participación en <strong>la</strong> alquimia del futuro de <strong>la</strong> vida y del sueño<br />
humano-divino:<br />
Si en este sitio,<br />
en este fijo sitio se detuviera el mundo,<br />
Dios no tendría<br />
que comenzar de nuevo <strong>la</strong> Creación.<br />
Sólo dejarme, como estoy, soñando<br />
a ser lucero enamorando al sol,<br />
y dejarte en <strong>la</strong>s manos albas libres<br />
para <strong>la</strong> inmensa siembra de mi amor.<br />
¡Qué mundo forjaríamos del mundo!<br />
¡Qué azul nuestro secreto!<br />
¡Hijos de c<strong>la</strong>ridad!<br />
¡Flores de viento!<br />
¡Tierra y agua de amor!<br />
¡Aire de sueño!<br />
Las estrel<strong>la</strong>s l<strong>la</strong>maríanle hermano al cementerio,<br />
y nadie encontraría<br />
en el lenguaje <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra muerte<br />
Ni morales ni físicos,<br />
habría más entierros,<br />
y Dio descansaría…<br />
y tendría otro destino el universo<br />
(Julia de Burgos. Poema sin destino)<br />
Sexualidad: energía creativa, dada a <strong>la</strong>s y los que vivimos, para que Él o El<strong>la</strong>,<br />
pueda descansar, y el universo tener otro destino.
Notas<br />
1. Eduardo Galeano. Las Pa<strong>la</strong>bras Andantes. 1993. P. 2<br />
2. Cf. http://www.identidades.org/revista/historia_<strong>sexualidad</strong>.htm<br />
3. CF. Mircea Eliade. Tratado de historia de <strong>la</strong>s religiones, morfología y<br />
dialéctica de lo sagrado. 2000. Pp. 287-288<br />
4. Peter Gose. Aguas mortíferas y cerros hambrientos. Rito agrario y<br />
formación de c<strong>la</strong>ses en un pueblo andino. 2004. P.11<br />
5. Fisiognómica: antigua creencia pseudos científica que pretende deducir<br />
el temperamento, el carácter y <strong>la</strong>s formas de pensar y sentir de una<br />
persona a partir de su apariencia visible, sus gestos, y su rostro.<br />
Aristóteles señaló <strong>la</strong> posibilidad de juzgar <strong>la</strong> naturaleza de una cosa por<br />
sus re<strong>la</strong>ciones con su forma corpórea<br />
6. Carl Jung. El Hombre Y Sus Símbolos. 2002. P. 43<br />
7. Emmanuel Levinas. De otro modo que ser o más allá de <strong>la</strong> esencia.<br />
1999. P. 60<br />
8. C<strong>la</strong>risa Pinko<strong>la</strong> Estés. Mujeres que corren con los lobos. 2000.P. 49<br />
9. Mircea Eliade Ob. Cit. P. 286<br />
10. CF. André Chouraquí. La vita quotidiana degli uomini del<strong>la</strong> Bibbia. 1978.<br />
PP. 131-32<br />
11. Martha Nusbaum. La fragilitá del bene Fortuna ed etica nel<strong>la</strong> tragedia e<br />
nel<strong>la</strong> filosofia greca. 2001