INFORMATIVO - Compañía de Santa Teresa de Jesús - Pcn.net

Descansen en paz nuestras queridas hermanas
cillez y silencio, tal como había vivido siempre, su vida se fue consumiendo, y el
día 1 de octubre del 2012, fiesta de Santa Teresita, entró en el gozo de su Señor.
Teresa del Niño Jesús y Mireille del Niño Jesús. Un modo de vivir el espíritu
de la Santa de Ávila con acentos de Lisieux. Una infancia espiritual vivida con
la profundidad de una persona adulta en la fe, una misión educativa entregada
a los niños. Damos gracias a Dios por su vida y por haber podido compartir con
ella el buen carácter con que el Señor la había dotado.
HNA. ANASTASIA (ANA) DEL CORAZÓN AGONIZANTE DE JESÚS
IGLESIAS RIVERO
Provincia Virgen del Carmen
Al despedir a Hna. Ana, podemos decir que fue una verdadera discípula y
misionera de Jesucristo. Nació en Burgos el 24 de Mayo de 1927. Ingresó a la
Compañía de Santa Teresa de Jesús el 31 de Mayo de 1948, en Tortosa, España,
donde realizó toda su formación inicial. En el año 1956 alza el vuelo a las tierras
Americanas: Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile supieron de su austeridad,
de su capacidad inmensa de salir al auxilio de quien la necesitara. El calor, las
distancias, el frío, la lluvia fueron dejando huellas profundas en su piel, pero su
corazón permaneció terso y joven; reconocía al Señor presente en cada hermano
o hermana a quien ella atendía.
Para Ana, vivir el evangelio consistía en ser capaz de aliviar, consolar, acompañar,
servir, dándose por entero. Su modo de evangelizar fue al modo de Santa
Teresa: “Obras, obras quiere el Señor”. No le importaba tener que dejar sus cosas,
cuando Él, en algún hermano o hermana, necesitaba que le pusiera una inyección,
que le diera una palabra de consuelo, rezara una plegaria por un moribundo.
Ella supo contagiar el amor a la Virgen, especialmente en el “Mes de María”,
cuando en una casita escondida, en medio de los cerros, se reunía con algunas
personas a orar.
A Chile llegó en 1968 y le tocaron tiempos difíciles, vivió intensamente la historia
de esta tierra, golpe de estado, dictadura militar, pobreza, exiliados, etc. Ella
permaneció dispuesta a ayudar sin importar los peligros a que en momentos se
expuso, especialmente por valorar a la persona por encima de sus ideas políticas.
Sus huellas de mujer arriesgada y valiente quedan en Peñalolén, Santiago, Resi-
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