revista Consiliario - Campillos.net

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Impresiones de un Pregonero
isfruta Antonio, es tu momento, no volverá a
pasar el tren por tu puerta… esas palabras no las
olvidaré mientras que la evocación de lo vivido,
ocupe un lugar en mi memoria.
Tras cuatro años en la secretaría de la
Agrupación de Hermandades y Cofradías, y conocedor
de cómo se lleva a cabo la elección del pregonero,
jamás pensé que tal honor recaería en mi
persona, al menos no tan pronto. Porque si algo
hay que marca, si hay algo singular y nuestro, es
precisamente el Pregón de nuestra Semana Santa,
y asumir la responsabilidad del honor que te
conceden cuando te proponen anunciar que llegan
esos días, te hace valorar y comprender muchas
de las cosas que rodean y dan vida a este nuestro
pueblo.
El tiempo es la medida más relativa de nuestra
existencia… y es que apenas hace un año me
encontraba ante una pantalla y un teclado intentando
ordenar todo ese cúmulo de sentimientos
que de forma confusa y caótica aparecían mientras
estaba en el trabajo, o en la calle o hablando con
cualquier amigo cofrade y que luego intentaba engarzar
y dar forma para poder dar vida al encargo
que unos amigos me hicieron del día que Nuestro
Padre Jesús procesionaba en Campillos el pasado
mes de Octubre de 2011.
Los recuerdos y las sensaciones de lo vivido
no los puedo circunscribir sólo al día en que me
dispuse a pregonar nuestra Semana Mayor desde
el atril, ya que los momentos que respiré antes de
esa situación son los que personalmente más añoro,
y es que cuando pienso, recapacito y medito
sobre los instantes vividos, doy gracias a todos los
que de una manera u otra me aportaron los medios
suficientes como para salir del mar de dudas
en el que me encontraba.
Seguro que hoy no haría el mismo Pregón, pero
también es seguro que no cambio nada de lo que
contaba en él. Sabía que era un texto arriesgado,
sabía que no iba a dejar a cofrades indiferentes tras
escucharlo, pero también sabía que lo hacía consciente
de que si algo tenía que hacer era agradecer
públicamente a la Agrupación de Hermandades y
Cofradías su labor y su gestión por intentar ensalzar
nuestra Semana Santa. Esa deuda pendiente
quedaba saldada.
No tengo palabras de agradecimiento para
mi amigo José Miguel Carbonero, quien hizo una
presentación como sólo la hacen las personas
formadas, instruidas y educadas. Al igual que con
José Trigos, una persona bondadosa y siempre
dispuesto a colaborar con cualquier proyecto. Ni
por supuesto a mi amigo Andrés Artacho, quien
sin saberlo, me ayudaba a colocar las cosas donde
tenían que estar.
No dejaré de repetir que todo lo que rodea
a nuestra Semana Santa es algo más que esa
Semana, es mucho más. Son los actos que se viven
con intensidad, donde siempre era recibido con
una, para mí a veces, inmerecida distinción. Son las
muestras de cariño y afecto de todos los cofrades
de este bendito pueblo los que antes, durante y
después del día 25 de marzo de 2012, en absoluto
me harán olvidar la satisfacción y la gratitud que
hacia todos ellos tengo tras esta vivencia que jamás
se borrará de mi recuerdo.
Antonio Javier Ortiz Mora
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