La Lactancia Materna -- Mejor para el bebé. Mejor para la mamá.

Solución:
• Minimice la inigurgitación asegurándose de que el bebé esté bien prendido del pecho, o
posicionado correctamente, y amamántelo con frecuencia inmediatamente después del
nacimiento. Deje que el bebé se alimente todo el tiempo que desee, siempre que esté bien
prendido de su pecho, y succione en forma eficaz. Durante los primeros días cuando la leche
comienza a producirse, deberá despertar a un bebé somnoliento cada 2 a 3 horas para
amamantarlo. Amamantarlo con frecuencia del lado afectado ayuda a extraer la leche, mantenerla
en constante movimiento, y evitar que el pecho se sobrecargue de líquido.
• Evite usar biberones suplementarios y abusar del uso del chupete.
• Intente exprimir con la mano o sacar un poco de leche para suavizar la mama, la aréola y el pezón
antes de amamantar, o masajee el pecho y aplíquele calor. También es posible que desee usar un
casquillo mamario (no un protector de pezón) en el sostén durante alrededor de 30 minutos
antes de amamantar, a fin de ayudar a suavizar la aréola y extraer el pezón.
• Las compresas frías entre cada amamantamiento pueden ayudarle a apaciguar el dolor. Algunas
mujeres utilizan hojas de repollo para aliviar la inigurgitación. Si bien no se ha comprobado su
eficacia, muchas mujeres dicen que eso las alivia. Puede utilizar las hojas frías o a temperatura
ambiente. Asegúrese de cortar un agujero para el pezón, coloque las hojas directamente sobre sus
pechos, y utilícelas en la parte interna del sostén. Extráigalas cuando se marchiten y reemplácelas
con hojas frescas.
• Si vuelve al trabajo, trate de sacarse la leche en los mismos horarios en que amamanta a su bebé
cuando está en su casa.
• Trate de descansar lo necesario, y de consumir la suficiente cantidad de alimentos y líquidos.
• Además, trate de usar un sostén con buen soporte y a su medida, que no esté demasiado ajustado.
IMPORTANTE: Si la inigurgitación perdura durante más de 2 días, aún cuando la esté tratando,
comuníquese con su médico.
3. Desafío: Conductos obstruidos contra infección mamaria (mastitis)
Es común que a muchas mujeres se les obstruyan los conductos de leche durante el período que están
amamantando. Si un conducto está obstruido, se percibe como dolor al tacto, mayor sensibilidad en la
mama, o como un bulto. No está acompañado de fiebre u otros síntomas. Esto ocurre cuando un
conducto de leche no drena adecuadamente, se inflama, se acumula presión detrás del tapón, y el tejido
circundante comienza a inflamarse. Por lo general, sólo se obstruye un conducto en uno de los pechos.
Por otro lado, una infección mamaria (mastitis), consiste en una sensación de dolor o un bulto en la
mama, acompañado de fiebre y/o síntomas como de gripe, tales como sentirse cansado o muy dolorido.
Algunas mujeres con infección mamaria también presentan náuseas y vómitos. También puede
presentarse una secreción amarillenta del pezón que se asemeja al calostro, o las mamas se perciben
tibias o calientes al tacto. Una infección mamaria puede producirse cuando otros miembros de la familia
padecen un resfrío o gripe, y al igual que con el conducto obstruido, usualmente sólo se observa en uno
de los pechos.
Cómo Enfrentar Los Desafíos Que Plantee La Lactancia Materna – Página 4 de 9