10.05.2013 Views

PDF. LAS NUEVAS EVAS. Si desea descargar las ... - Estampas

PDF. LAS NUEVAS EVAS. Si desea descargar las ... - Estampas

PDF. LAS NUEVAS EVAS. Si desea descargar las ... - Estampas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

De la jovencita a la transgénero, de la<br />

madre múltiple a la que no quiere<br />

tener hijos, estas mujeres, con vidas<br />

muy distintas, confirman con su<br />

testimonio que el universo femenino<br />

es más complejo que cualquier<br />

estereotipo que pretenda definir<strong>las</strong><br />

como humanas o divinas<br />

POR EFRAÍN CASTILLO<br />

FOTOS: RAFAEL BORRACHERO / CONTRA LA PARED<br />

<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong>


tengo 68 años”,<br />

suelta entre risas<br />

‘Orgullosamente<br />

‘Orgullosamente<br />

Margarita Clavier,<br />

divorciada, madre de una hija casi<br />

cuarentona y con dos nietas. De hablar<br />

pausado, es practicante del hinduismo<br />

y maestra de yoga, lo que asegura<br />

le ha permitido llegar a su edad<br />

con la capacidad necesaria para<br />

“Contemplar” (así, con mayúscu<strong>las</strong>)<br />

un oficio que no muchos ejercen y<br />

que ella llama “madurez espiritual”.<br />

“Después que uno pasa <strong>las</strong> pasiones<br />

de la juventud, llega la tranquilidad<br />

del alma, la paz interior, el sosiego<br />

cotidiano que te permite fijarte en los<br />

pequeños detalles y detenerte hasta<br />

en tu respiración. Pero la madurez<br />

espiritual sólo se alcanza cuando tienes<br />

fe plena, cuando sabes quién eres<br />

en este universo y entiendes que el<br />

milagro más grande de la divinidad es<br />

la naturaleza. La madurez espiritual<br />

es la que te hace creer en Dios, pero<br />

no en el que va a venir a ungirte con<br />

polvos mágicos para resolver tus problemas<br />

sino en el que vive dentro de<br />

ti, que te hace saber cuál es el camino<br />

del bien y del mal, te hace pensar, hablar<br />

y actuar en armonía. La madurez<br />

espiritual es la que te permite dormir<br />

tranquilo”.<br />

Cercana a <strong>las</strong> siete décadas de existencia,<br />

Margarita cree que cada día<br />

es momento de aprender a vivir, pero<br />

también a morir. “Entender la muerte<br />

es un asunto que debería enseñarse<br />

desde que se nace, porque es la única<br />

certeza que tenemos y puede llegar en<br />

cualquier momento. El asunto es que<br />

hay quienes ni siquiera aprenden a<br />

vivir y llegan a viejos cayendo en el<br />

mismo hueco o tropezando con la<br />

misma piedra sin saber qué hacer<br />

para no cometer los mismos errores”.<br />

Por eso es partidaria de darle a cada<br />

cosa su tiempo. “No se preocupen tanto<br />

que la vida es un saltico y todo pasa,<br />

o mejor dicho, todos pasamos”. No<br />

entiende a esas mujeres que libran<br />

una batalla permanente por una juventud<br />

perpetua. “Es una lucha estúpida<br />

en la que se desfiguran por fuera<br />

y descuidan el enriquecimiento de su<br />

mente y espíritu. Las célu<strong>las</strong> enveje-<br />

Margarita Clavier<br />

cen y no hay cirugía que pueda con<br />

eso. No reconocerse en el espejo es un<br />

signo de inmadurez porque en el fondo<br />

no aceptas tu cuerpo con su edad<br />

y circunstancia”.<br />

Ahora que es mayorcita, disfruta<br />

haberse convertido un poco en niña.<br />

“Soy una vieja adolescente, porque<br />

vivo con mi hija, mis nietas y su esposo<br />

y a veces tengo que escaparme porque<br />

ellos se mueren del susto pensando<br />

lo que hago, a dónde voy o qué<br />

puede pasarme. Es muy lindo volverse<br />

vulnerable y dejar que te cuiden,<br />

aunque gracias al yoga he podido<br />

demostrarme que puedo mantenerme<br />

sana e independiente. Yo soy una vieja<br />

feliz, me llevo muy bien conmigo<br />

misma, porque estoy en paz”.<br />

Una paz que espera legar a quienes<br />

vienen detrás de ella. “Yo confío en la<br />

reencarnación de mi espíritu, por eso<br />

quiero que mis cenizas sean colocadas<br />

en el árbol más cercano al crematorio.<br />

Porque si sirven como abono, será<br />

el logro más maravilloso con el que<br />

retribuiré al universo lo que me dio”.<br />

<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


Arianna Arianna Arteaga Arteaga<br />

rianna Arteaga<br />

Quintero tiene 31 años<br />

y no tuvo que aplicar<br />

esa conseja según la<br />

cual “para que una mujer se independice<br />

debe matar a su madre”. Se mudó<br />

por su cuenta hace dos años y aunque<br />

dice que no la “echaron” del nido, reconoce<br />

que fue su progenitora, la periodista<br />

Valentina Quintero, quien le<br />

dio el empujoncito. “No es que me<br />

sintiera mal viviendo con mi mamá,<br />

nunca me sentí ahogada. Pero sí quería<br />

tener mi propio espacio y estaba<br />

loquita por irme a vivir con mi novio.<br />

Cuando pensamos alquilar un apartamento,<br />

ella me apoyó económicamente<br />

y me ayudó a conseguir un crédito<br />

que ahora estoy pagando. Yo pensé<br />

que al irme me la pasaría volviendo a<br />

buscar comida o a lavar ropa. Ahora<br />

disfruto tanto mi propio techo y mis<br />

cositas que ella es la que se queja de<br />

que nunca la visito (risas)”.<br />

Pero mucho antes de montar tienda<br />

aparte, @Arianuchis se fue preparando<br />

en el oficio de ser independiente.<br />

“Desde chiquita siempre fuimos sólo<br />

mi mamá y yo. No olvido que me decía<br />

‘tú sólo cuentas contigo en la vida’<br />

y me hacía asumir responsabilidades<br />

para valerme por mí misma. En vacaciones<br />

me inscribía en campamentos<br />

que no conociera para que me adaptara<br />

y a los 17 años me mandó a estudiar<br />

a Estados Unidos. Vivía sola en un<br />

apartamento y aunque me daba el dinero<br />

para los cursos, tuve que trabajar<br />

para pagarme mis cosas. Con todo y<br />

? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong><br />

eso terminé viviendo con mi mamá<br />

hasta los 29. Quizás mientras más te<br />

empujan a la independencia, más<br />

quieres que te cuiden (risas)”.<br />

De hecho, contradice a quienes<br />

aseguran que para ser verdaderamente<br />

autónomo hay que cortar el cordón<br />

umbilical. “Yo digo que cuando me<br />

mudé no lo corté sino que lo alargué<br />

unas cuadras porque vivimos muy<br />

cerca. Soy adulta, pago mis cuentas y<br />

asumo <strong>las</strong> consecuencias de mis actos,<br />

pero siempre mantendré una dependencia<br />

emocional hacia mi mamá<br />

porque es una tipaza y la admiro, además<br />

de que nuestro nexo estará allí<br />

toda la vida. Es lógico que tus padres<br />

quieran opinar, aconsejarte e intervenir<br />

en tus cosas. La independencia<br />

está en poner límites y decidir con tu<br />

propio criterio. La libertad es una<br />

condición mental. <strong>Si</strong>empre habrá<br />

cosas externas que te aten. De ti<br />

depende si lo aceptas o te emancipas.<br />

<strong>Si</strong> le haces caso a los demás y no a tu<br />

conciencia no serás independiente<br />

nunca, así vivas sola desde que cump<strong>las</strong><br />

15 años”.<br />

La periodista también ha aprendido<br />

a hacerse vulnerable, sobre todo ahora<br />

que vive en pareja. “Es gracioso,<br />

pero los hombres <strong>las</strong> prefieren dependientes<br />

porque les han enseñado por<br />

siglos a ser los proveedores y si no lo<br />

hacen se sienten inseguros y débiles.<br />

Yo sé que puedo con muchas cosas<br />

pero a veces le pongo una vocecita a<br />

mi novio y le pido que me ayude. De<br />

vez en cuando hay que mostrarle a tu<br />

pareja que lo necesitas muchíiisimo<br />

(risas)”.<br />

Lo que nunca negociará es su independencia<br />

económica. Sabe que al<br />

final es garantía de libertad. “Cuando<br />

veo amigas mías mantenidas por sus<br />

maridos me da una angustia horrenda<br />

nada más imaginar tener que pedirle<br />

permiso a mi pareja para irme de viaje<br />

o comprar algo. <strong>Si</strong> eso ocurriera, todo<br />

lo que me enseñó mi mamá sí que se<br />

habría perdido”.


<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong>


María G. Colmenares<br />

era niña me<br />

hice dos promesas:<br />

no me voy a casar y<br />

‘Cuando<br />

‘Cuando<br />

no tendré hijos. La<br />

primera la rompí hace dos años para<br />

poder meter a mi esposo en el seguro<br />

médico de la universidad. La segunda<br />

la mantengo”. Las palabras son<br />

de María Gabriela Colmenares, profesora<br />

de la Universidad Central de<br />

Venezuela, de 46 años, para quien<br />

negarse a ser madre no es un capricho<br />

sino una decisión de vida y un<br />

acto de conciencia.<br />

“Obviamente de chama no tenía<br />

clara la razón, pero sí recuerdo que<br />

quería estudiar y tener una carrera y<br />

que los niños nunca estuvieron en mis<br />

planes. A mis muñecas, más que ver<strong>las</strong><br />

como hijas, <strong>las</strong> imaginaba como unas<br />

señoras a <strong>las</strong> que les montaba una maleta<br />

y <strong>las</strong> ponía a viajar y vivir aventuras.<br />

A medida que uno crece, va encontrándole<br />

justificaciones racionales a<br />

<strong>las</strong> cosas. Y más allá de <strong>las</strong> dificultades<br />

económicas que supone mantener a<br />

un muchacho con el sueldo de profesor<br />

en este país, siempre he tratado de<br />

ser una persona que pueda practicar<br />

la libertad, no en un sentido abstracto<br />

sino concreto. <strong>Si</strong>empre he querido<br />

vivir a mi manera, sin tener que someter<br />

mis decisiones a otro que dependa<br />

de mí. Y no es que tenga fobia a los niños<br />

porque me gusta mucho compartir<br />

con ellos. Tampoco creo que los hijos<br />

trunquen la felicidad. Sé de mucha<br />

gente que es feliz y plena con sus chamos,<br />

pero no es lo que quiero para mí”.<br />

María Gabriela reconoce algo de<br />

egoísmo en su decisión, pero aún así<br />

reivindica el derecho a ejercer su libre<br />

albedrío. “Es un egoísmo sano, no el de<br />

quien quiere subordinar a los demás a<br />

sus propios deseos. Se trata de pensar<br />

bien lo que es mejor para uno y actuar<br />

en consecuencia, porque al final quién<br />

te cuida si tú mismo no lo haces.<br />

También se trata de un asunto de conciencia,<br />

porque ¿cuánta gente que tiene<br />

hijos los quiso o los tiene por accidente<br />

o se los encasquetaron? Uno no<br />

puede permitir que en la vida <strong>las</strong> cosas<br />

le pasen porque sí cuando existe el<br />

chance de controlar tu destino”.<br />

Con esa misma firmeza le sale al<br />

paso a quienes creen que evade la<br />

adultez y rechaza <strong>las</strong> presiones sociales<br />

que ha sufrido. “Yo soy adulta no<br />

por tener a alguien a quien criar o<br />

que dependa de mí, sino porque soy<br />

responsable de mis decisiones. Mis<br />

padres nunca me han chantajeado con<br />

el cuento de que les dé un nieto y mi<br />

pareja siempre ha estado de acuerdo<br />

conmigo, pero algunos amigos me han<br />

dicho que voy a llegar a vieja y no tendré<br />

quien me cuide, pero conozco mucha<br />

gente que ha tenido muchachos y<br />

está más sola que un perro. Tener hijos<br />

no te garantiza nada. Además, los hijos<br />

no están para cubrir tus necesidades<br />

futuras”.<br />

También se niega a aceptar que la<br />

mujer sea definida por la maternidad.<br />

“A ningún hombre se le considera<br />

hombre por ser padre. Detrás de eso<br />

hay un concepto machista y mucha<br />

maldad. Es absolutamente discriminatorio<br />

pensar que sólo son mujeres <strong>las</strong><br />

que son madres y <strong>las</strong> demás no somos<br />

nada. Es perverso que te priven de tu<br />

propia identidad porque no cumples<br />

con el requisito social de reproducirte.<br />

No soy mejor ni peor mujer por no<br />

tener hijos. Soy gente y lucho por<br />

tener los derechos y oportunidades<br />

de cualquier ser humano”.<br />

Ahora que tiene 46 años le tranquiliza<br />

saber que pronto la naturaleza alejará<br />

definitivamente de su cuerpo la<br />

posibilidad de tener hijos. “No es verdad<br />

que me estoy perdiendo el chance<br />

de transmitir mis valores y creencias,<br />

porque desde hace casi 20 años estoy<br />

impartiendo conocimientos y visiones<br />

de vida a los estudiantes a los que doy<br />

c<strong>las</strong>es. Esa es mi visión de la trascendencia.<br />

A <strong>las</strong> mujeres que no quieren<br />

tener hijos les digo que es importante<br />

que analicen si eso es lo que realmente<br />

quieren, porque hay muchas que no<br />

son madres porque le tienen miedo<br />

a la idea. En ese caso, deben resolver<br />

su miedo porque podrían frustrarse a<br />

futuro. Ahora, si de verdad no <strong>desea</strong>n<br />

la maternidad sigan adelante que eso<br />

también tiene sus recompensas y trae<br />

la satisfacción de actuar según tu conciencia.<br />

Yo trato de ser feliz haciendo<br />

<strong>las</strong> cosas que me gustan, compartiendo<br />

con la gente que quiero y buscando<br />

alegrías cotidianas en el más mínimo<br />

motivo. Esa es la mejor manera de<br />

vivir. Al menos la mejor para mí”.<br />

<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


FOTO: ALFONSO ALFONSO ZAPATA/CORTESÍA MÓNICA PASQUALOTTO<br />

PASQUALOTTO<br />

? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong>


Mónica Pasqualotto<br />

iene en YouTube un<br />

reality show de su vida<br />

(Monica’s (Monica’s World) al<br />

mejor estilo de Kim<br />

Kardashian. Desde esa tribuna expone<br />

sus miedos, alegrías y triunfos<br />

personales, con una constante en<br />

muchos de los episodios: la preocupación<br />

por su aspecto físico. Actriz<br />

y animadora, Mónica Pasqualotto<br />

acaba de cumplir 37 años y a los 20<br />

se hizo su primera operación estética.<br />

Desde entonces ha ingresado<br />

varias veces al quirófano para “corregir”<br />

ciertos detalles con los que no<br />

se sentía a gusto. “No son tantas cirugías,<br />

más bien es que nunca <strong>las</strong> he<br />

negado”, dice ella vía e-mail desde<br />

Miami, donde reside desde hace<br />

algún tiempo. Seis operaciones en<br />

el busto, una lipoescultura para quitar<br />

y poner grasa y tallar abdominales<br />

y trasero, además de constantes<br />

retoques en el rostro con Bótox y<br />

ácido hialurónico conforman el paquete<br />

con el que esta venezolana ha<br />

“repotenciado” su gracia corporal.<br />

“A los 18 años tenía unos senos<br />

como los de mi nonna de 93 años.<br />

Tenía una copa doble D afectada<br />

por la ley de gravedad. No saben lo<br />

frustrante que era ir a comprar trajes<br />

de baño… El chiste típico cuando llegaba<br />

a casa era si había conseguido<br />

un chinchorro. Se podrán imaginar<br />

lo que pega eso en la autoestima de<br />

una adolescente. A los 20 tomé la decisión<br />

de reducirlos… El primer cirujano<br />

que me operó se equivocó dos<br />

veces: no una, dos. Y si antes necesitaba<br />

un chinchorro, ahora ni quería<br />

salir de mi casa. Gracias a esos errores<br />

tuve que someterme a cinco cirugías<br />

más para corregir lo que el primero<br />

había hecho… Hoy en día tengo<br />

<strong>las</strong> ‘lo<strong>las</strong>’ que siempre pensé debí<br />

tener. Años después viajé a Colombia<br />

a hacerme una lipoescultura para<br />

tallar la musculatura de mi cuerpo,<br />

quitar la grasa donde sobraba y ponerla<br />

donde faltaba. A los seis meses<br />

los cambios estaban ahí, visibles.<br />

Verte en el espejo y sentir tu cuerpo<br />

como te gusta es chévere. Ahora, no<br />

hay magia que dure mil años, tienes<br />

que mantenerte haciendo ejercicios<br />

y comiendo saludable”.<br />

Pasqualotto reivindica su derecho<br />

a usar la ciencia para perfeccionar<br />

lo que la naturaleza le dio. “<strong>Si</strong> alguien<br />

está inconforme con algo y tiene la<br />

posibilidad de mejorarlo o transformarlo,<br />

¿por qué no hacerlo? <strong>Si</strong> tienes<br />

un carro y no te gusta y luego logras<br />

tener el carro de tus sueños, te sientes<br />

contento y tu ánimo cambia”. <strong>Si</strong>n<br />

embargo, reconoce que la carrera por<br />

la belleza puede resultar peligrosa<br />

porque en ella hay mucho de mirarse<br />

en la imagen que te devuelven otros<br />

y no en lo que ves tú mismo de ti.<br />

“Yo hago todo esto para mí y por mí.<br />

Pero uno siempre quiere sentirse<br />

bien ante los demás. No vives aislada.<br />

Es muy difícil no juzgarte haciendo<br />

suposiciones de lo que podrían pensar<br />

los demás. Quizás la madurez o<br />

<strong>las</strong> experiencias de vida te hacen más<br />

seguro de ti mismo. Qué bueno aquellos<br />

que lo logran y pobres de los que<br />

lo predican de la boca para afuera y<br />

viven un infierno interior”.<br />

Aun así, Mónica niega que su búsqueda<br />

de belleza física encubra una<br />

baja autoestima. “Cuando no me<br />

sentía bien con mis senos no dejé<br />

de estudiar, de salir, de vivir. Que alguien<br />

quiera unas tetas más grandes<br />

o más pequeñas no quiere decir que<br />

tenga un problema emocional. No<br />

aceptar la imagen que ves en el espejo<br />

y llegar al cirujano con la foto de<br />

otra persona para que te deje como<br />

ella ya es otra cosa. Yo no quiero<br />

dejar de ser yo. No quiero otros ojos<br />

ni otra nariz ni otra forma de cara.<br />

Claro que me da sustito pensar cómo<br />

voy a ser cuando tenga 50, 70 o 96<br />

como mi abuelita. Yo le pregunto a<br />

mi mamá qué se siente verse en el<br />

espejo y recordar cómo era antes.<br />

Y la respuesta es: diferente. ¿Qué<br />

mujer veo cuando me miro? La que<br />

soy y la que quiero, la que tiene sueños,<br />

miedos, metas… Una mujer que<br />

se acuesta y se levanta sin maquillaje.<br />

Una mujer que ya no tiene 20, pero<br />

que ama sus 30”.<br />

<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


Tania Tania Sarabia Sarabia<br />

Tania Sarabia tiene 64 años<br />

y 10 de graduada de menopáusica,<br />

una experiencia<br />

que, según dice, puede<br />

sumar con gusto a su currículum de<br />

actriz, pero sobre todo a su hoja de<br />

ruta como mujer. “Son tantas <strong>las</strong> cosas<br />

que he vivido desde que la menstruación<br />

dejó de visitarme que pudiera armar<br />

un personaje sabrosísimo y echar<br />

un cuento largo. Creo que hasta deberían<br />

darme mi diploma”, dice ella entre<br />

risas. “A veces llego con retraso a<br />

<strong>las</strong> cosas y en este caso fue igual. Así<br />

como me vino por primera vez tarde,<br />

la regla se me fue para siempre como<br />

a los 54 años”.<br />

Recuerda que la llegada de esta<br />

etapa fue dura. “Nunca le tuve miedo,<br />

porque sabía que podía recurrir al<br />

reemplazo hormonal para hacerle<br />

frente. Pero cuando pasó se mezcló<br />

con mi cáncer de seno y por supuesto<br />

que no le paré ni media pelota porque<br />

de lo que estaba pendiente era de luchar<br />

por mi vida. Ahora, debo reconocer<br />

que fue una etapa fastidiosísima.<br />

Te pones de mal humor, todo te da rabia.<br />

Vives como si el mundo estuviera<br />

en tu contra. Además, los vaporones<br />

corporales son insoportables. En ese<br />

momento, un médico me recomendó<br />

tomar antidepresivos y fueron como<br />

pastil<strong>las</strong> de felicidad porque atajaban<br />

los cambios de humor. Cuando llega<br />

la menopausia dejas de producir serotonina,<br />

que es una hormona del placer<br />

y la tranquilidad, por lo que el antidepresivo<br />

colabora mucho”.<br />

? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong><br />

Pero contrario a lo que piensan mujeres,<br />

para Sarabia la menopausia no<br />

significó el final de un ciclo. “Ni es el<br />

fin de la juventud ni el comienzo de la<br />

vejez. Yo creo profundamente que el<br />

espíritu humano envejece sólo si lo<br />

permites. <strong>Si</strong> mantienes tu alma llena<br />

de estímulos no hay menopausia ni<br />

años que puedan contigo. Es cierto<br />

que físicamente aumentan <strong>las</strong> arrugas,<br />

se caen <strong>las</strong> cosas, se van <strong>las</strong> hormonas,<br />

pero uno no tiene que estar todo el<br />

tiempo mirándose al espejo. Lo peor<br />

que puedes hacer es lamentarte. <strong>Si</strong><br />

estás encerrado en la casa te friegas.<br />

Tienes que hacer cosas por ti, ejercitarte,<br />

pero también tienes que ayudar<br />

a los demás. Cada vez que yo tengo<br />

la oportunidad de hacerlo con<br />

SenosAyuda u otra fundación mis problemas<br />

se hacen chiquiticos. El discurso<br />

del ‘pobrecito yo’ acaba con uno”.<br />

Reconoce que el deseo sexual merma<br />

y que también puede disminuir el<br />

atractivo generado ante los hombres,<br />

pero insiste en que cada cosa tiene<br />

su momento y que se puede recuperar<br />

terreno en caso de que los deseos se alboroten.<br />

“Te puedes volver invisible<br />

para muchos hombres porque ya no<br />

estás buena, pero te dejas afectar por<br />

eso sólo si quieres. Yo pasé esa materia<br />

con honores y decidí archivarla con<br />

carpeta amarilla y todo. Mi deseo<br />

sexual se encuentra hibernando como<br />

un oso bajo un edredón, pero si llega<br />

alguien y lo despierta, bienvenido será.<br />

Yo bajé la Santamaría, pero no le puse<br />

candado por si alguien que valga la<br />

pena quiere abrirla (risas)”.<br />

La risa ha sido precisamente una de<br />

sus mejores compañeras para sacarle<br />

provecho a los cambios que han venido<br />

en esta etapa de su vida. “<strong>Si</strong> antes<br />

me la pasaba hablando de hombres<br />

con <strong>las</strong> amigas, ahora me toca conversar<br />

sobre la última rebaja de la farmacia,<br />

los descuentos del seguro o la nueva<br />

pastilla para <strong>las</strong> coyunturas o los<br />

huesos y créeme que eso puede resultar<br />

animadísimo (risas). Lo que quiero<br />

decir es que el humor es bueno para<br />

cualquier época, estado o situación.<br />

Es el santo remedio porque cura el<br />

espíritu. Yo soy feliz con mi edad, mi<br />

situación y mi circunstancia. Eso sí,<br />

después de 10 años menopáusica todavía<br />

no puedo con los calorones. Tengo<br />

ocho abanicos que me combino con<br />

cada vestido porque no puedo salir<br />

sin ellos ni que sea invierno”.


<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong>


on 44 años y cuatro<br />

hijos (los dos últimos<br />

morochos), Patricia<br />

Zerpa de Novelli se<br />

reparte diariamente entre criar, ser<br />

periodista en ejercicio, manejar un<br />

matrimonio exitoso (es esposa del<br />

también periodista Sergio Novelli),<br />

además de ser hija, hermana y amiga.<br />

Para ella, su cotidianidad dominada<br />

por la maternidad múltiple<br />

no le impide ser mujer sino que,<br />

al contrario, la define y moldea.<br />

“Hay tiempo para todo… Son diferentes<br />

roles que vivimos a diario,<br />

el desafío es lograr el equilibrio. Lo<br />

más difícil, sin duda, es compaginar<br />

los diferentes papeles. A veces bromeo<br />

con que debería ganarme un<br />

premio como gerente de planificación<br />

o de logística y distribución”.<br />

Sobreviviente de cáncer, Patricia<br />

recuerda que su historia médica le<br />

hizo creer que no podría ser madre.<br />

“Cada uno de nuestros hijos fue<br />

buscado con mucho anhelo. Es más,<br />

puedo decir que son literalmente un<br />

regalo de Dios. Sufrí de linfoma de<br />

Hodgkin antes de casarme y recibí<br />

más de dos años de quimioterapia,<br />

lo que hacía sumamente difícil —por<br />

no decir imposible— para mí el tener<br />

hijos. En algún momento evaluamos<br />

someternos a un tratamiento de fertilidad,<br />

pero decidimos dejarlo en <strong>las</strong><br />

manos de Dios. Al fin y al cabo estaba<br />

sana por su gracia y su obra siempre<br />

es perfecta. Como prueba de eso<br />

vino Renzo, luego Mauro y para<br />

cerrar con broche de oro vinieron<br />

los morochos Fabio y Paola”.<br />

Aunque está convencida de que<br />

con los hijos “la vida cobra un nuevo<br />

sentido”, entiende a quienes no quieren<br />

ser madres. “Es su decisión y la<br />

respeto, pero yo les digo que la maternidad<br />

es el regalo más grande que<br />

puede recibir una mujer”. Se pone<br />

como ejemplo vivo ante <strong>las</strong> damas<br />

que no han podido gestar por más<br />

que lo intentan. “Era mi caso. A el<strong>las</strong><br />

sólo puedo decirles que para Dios<br />

nada es imposible. Lo más importante<br />

es descansar en Él, entender y<br />

confiar en que Dios tiene un plan<br />

para nuestra vida”.<br />

También rechaza la idea de tener<br />

hijos por complacer presiones o<br />

cumplir convencionalismos. “No<br />

creo que una decisión tan importante<br />

deba llegar por lo que ‘exija’ la sociedad.<br />

Se trata de una decisión de<br />

Patricia Zerpa<br />

vida que debe tomarse en pareja y en<br />

la que ambos deben estar totalmente<br />

de acuerdo. Lo correcto es lo que<br />

mejor funcione para cada familia”.<br />

Por eso niega haber tenido que<br />

sacrificar proyectos o sueños personales.<br />

“La vida se trata de elecciones.<br />

Yo elegí ser madre de varios hijos,<br />

ser esposa y profesional. Que posiblemente<br />

a nivel laboral hubiera podido<br />

alcanzar mayores logros de no<br />

ser madre de cuatro hijos puede ser,<br />

pero no creo que eso compensará lo<br />

feliz y satisfecha que me siento con<br />

mi familia. <strong>Si</strong>n duda alguna éste es<br />

el escenario que prefiero, con el que<br />

me siento plenamente realizada, así<br />

que realmente no he tenido que<br />

sacrificar nada”.<br />

Con muchachos de 15, 11 y ocho<br />

años, sabe que el oficio de criar apenas<br />

está comenzando y comparte<br />

con su esposo la tarea de convertirlos<br />

en gente de bien. Para el momento<br />

en que sus hijos crezcan y se independicen<br />

imagina lo primero que<br />

hará con su marido: “Mudarnos a<br />

un apartamento estudio facilito de<br />

limpiar, viajar y hacer una maestría<br />

o estudiar idiomas”. Bastante tiempo<br />

le sobrará para entonces.<br />

<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


FOTO: ARCHIVO<br />

ARCHIVO<br />

? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong>


Lupita Ferrer<br />

No dice su edad —“los<br />

artistas debemos guardar<br />

cierto misterio sobre<br />

nuestras vidas”—,<br />

pero ella misma reconoce que “con<br />

buscar en Internet puede sacarse<br />

la cuenta”. Hecha la diligencia vía<br />

Google queda establecido que el 6<br />

de diciembre cumplirá 64 años, cifra<br />

que la halaga porque poco tiene que<br />

ver con lo que muestra su rostro.<br />

El público tiene más de cuatro<br />

décadas viéndola frente a <strong>las</strong> cámaras,<br />

pero cada vez que encarna a algún<br />

personaje de telenovela se escuchan<br />

frases como “está igualita”, “qué bien<br />

se conserva” o “cómo lo hace”, dejando<br />

una estela de admiración —o envidia—<br />

sobre la gracia física que sigue<br />

iluminando su camino. Hasta el medio<br />

artístico en el que se desenvuelve<br />

—adorador de caras y cuerpos frescos—<br />

ha reconocido la generosidad<br />

con la que el tiempo la ha tratado. En<br />

2010 fue incluida en la lista de los personajes<br />

latinos más bellos de la revista<br />

People en español, distinción por lo<br />

general reservada a estrel<strong>las</strong> que no<br />

superan los cuarenta.<br />

“No me he sometido a grandes<br />

cirugías plásticas”, es lo primero que<br />

suelta, luego de asegurar que tampoco<br />

le ha obsesionado el tema de la juventud.<br />

“No le doy importancia extrema.<br />

Trato de estar lo mejor posible, más<br />

que nada por coquetería, pero también<br />

porque la televisión es demandante<br />

con el aspecto físico. Pero no<br />

es que haga grandes sacrificios. Llevo<br />

una vida sana y sin excesos. Mi interés<br />

no es verme cada día más joven y mucho<br />

menos apelar al quirófano para<br />

lograrlo. Más bien mi prioridad es<br />

mantener un buen estado de salud.<br />

Yo he hecho muchas cosas en <strong>las</strong><br />

distintas etapas de la vida y me siento<br />

más o menos satisfecha con lo que<br />

he conseguido. No tengo por qué sentirme<br />

frustrada porque estoy envejeciendo.<br />

No es un trauma para mí”.<br />

Aunque asegura que la genética<br />

familiar la ha privilegiado —“mi<br />

mamá tiene 86 años y tiene su piel<br />

lisita”— y se siente una mujer con sexappeal,appeal,<br />

cree que la mejor manera de<br />

ganar batal<strong>las</strong> al reloj es escogiendo<br />

mejor el espejo. “Yo estoy consciente<br />

de que debo conservarme. Me cuido<br />

muchísimo la piel, trato de alejarme<br />

de los rayos solares, me acuesto temprano,<br />

hago ejercicios y mantengo mi<br />

peso comiendo sano. Pero va a llegar<br />

un momento en que quizás eso no me<br />

interese mucho. Además no puedo<br />

hacer nada porque el tiempo corre<br />

para todos. La edad es mucho lo que<br />

uno siente por dentro. Yo trato de estar<br />

activa, aprovechar cada oportunidad,<br />

plantearme y alcanzar nuevas<br />

metas, porque si te sientes viejo y<br />

acabado así también te verás. Pero<br />

eso implica cuidar la salud, porque<br />

el cuerpo es tu templo. <strong>Si</strong> yo pudiera<br />

hacer un pacto con el tiempo, más<br />

que juventud le pediría salud. Y eso<br />

incluye el enriquecimiento espiritual,<br />

el no darle importancia a <strong>las</strong> cosas que<br />

no la tienen y procurar la paz individual.<br />

Las mujeres queremos ser jóvenes<br />

y bel<strong>las</strong> por siempre, pero eso<br />

no es posible. Yo he entendido que lo<br />

mejor es dejar que el tiempo fluya”.<br />

Por eso se atreve a aconsejar a quienes<br />

buscan en el quirófano la juventud<br />

perpetua. “Me parece absurdo,<br />

agobiante y peligroso. Las cirugías van<br />

deformando. Muchas mujeres se desfiguran<br />

y no se les conoce la cara de<br />

tanto que se han hecho. Hay que prolongar<br />

la juventud, pero con mejores<br />

hábitos de vida, no con una obsesión<br />

enfermiza por ocultar <strong>las</strong> arrugas.<br />

Quizás es el momento de romper<br />

ciertos moldes”.<br />

¿Cómo convive Lupita con la edad<br />

que tiene, la que aparenta y la que vive<br />

internamente? “Con la que aparento<br />

me llevo muy bien porque he tenido<br />

la bendición de verme más joven y<br />

hasta cierto punto es agradable. La<br />

que tengo la asumo y la digiero sin<br />

complejos, pero la rejuvenezco con la<br />

de mi espíritu, que es activo y animado.<br />

No me aterra la vejez. Más miedo<br />

le tengo a la vejez sola, porque creo<br />

que la vida se hizo para compartirla”.<br />

<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


Ruth Ruth de de Krivoy Krivoy<br />

l dinero y el poder<br />

económico han sido<br />

asociados al hombre.<br />

En Venezuela, 36 de <strong>las</strong><br />

38 instituciones afiliadas al Consejo<br />

Bancario Nacional son presididas por<br />

caballeros y sólo dos mujeres encabezan<br />

juntas directivas.<br />

En ese mundo Ruth de Krivoy ha<br />

escalado <strong>las</strong> más altas posiciones.<br />

Titular, hoy, de una empresa de consultoría<br />

financiera, entre 1992 y 1994<br />

fue presidenta del Banco Central de<br />

Venezuela; en otras palabras, la política<br />

monetaria del país estuvo en sus<br />

manos. Graduada Summa Cum Laude<br />

en la Universidad Central de Vene -<br />

zuela, esta economista es consultora<br />

del Banco Mundial, del Banco<br />

Interamericano de Desarrollo,<br />

conferencista del Fondo Monetario<br />

Internacional, además de miembro<br />

del directorio de la Cámara venezolano<br />

americana de industria y comercio<br />

(Venamcham), por sólo nombrar<br />

algunos entes de impacto colectivo.<br />

Su vida pública es entonces un manifiesto<br />

de superación femenina y de<br />

igualdad de género. Algo que ella confirma<br />

dejando claro que para una fémina<br />

no es fácil conseguirlo, más aun<br />

cuando el camino del ejercicio profesional<br />

puede estar lleno de zancadil<strong>las</strong><br />

sexistas. “He tenido la fortuna de salir<br />

ilesa de los sesgos de género. Los enfrenté<br />

con la confianza de que estaba<br />

actuando correctamente. Para la mujer,<br />

el reto de manejar el poder es exi-<br />

? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong><br />

gente. Requiere visión estratégica,<br />

aplomo, perseverancia y ejercicio<br />

efectivo de la autoridad”.<br />

Aun nadando en aguas “masculinas”<br />

cree que “lo mejor es ser amada y respetada”,<br />

algo que responde cuando se<br />

le pregunta si resulta más conveniente<br />

ser temida para mantenerse a flote.<br />

“Los que les temen a <strong>las</strong> mujeres inteligentes<br />

sufren un severo problema de<br />

autoestima. Probablemente también<br />

le temen a los hombres inteligentes”,<br />

dice antes de mencionar que al laborar,<br />

su preferencia olvida el género.<br />

“Aspiro trabajar con personas inteligentes,<br />

honestas, bien dispuestas y<br />

con motivación al logro, sean hombres<br />

o mujeres. En equipos, el balance<br />

de género siempre ayuda”.<br />

Con más de 40 años de carrera y habiendo<br />

dedicado tanto tiempo a ocupaciones<br />

de envergadura, niega haber<br />

tenido que ahogar anhelos personales.<br />

“Yo no tuve que sacrificar mi hogar o<br />

el amor por mi carrera. He logrado el<br />

balance entre mis aspiraciones profesionales<br />

y mis roles como madre y esposa,<br />

pero siempre mi familia ha venido<br />

primero”, sentencia afirmando<br />

además que su esposo ha sido su gran<br />

aliado. “Comparte mis éxitos con el<br />

mismo entusiasmo con el que yo comparto<br />

los suyos. Cada uno tiene su espacio<br />

de realizaciones. No es asunto<br />

de competencia sino de colaboración”.<br />

Con su propia historia como ejemplo,<br />

Krivoy está convencida de que la<br />

presencia femenina en la vida pública<br />

es imprescindible. “La voz y la capacidad<br />

de decisión de la mujer enriquecen<br />

la toma de decisiones al incorporar<br />

en toda su dimensión <strong>las</strong> necesidades<br />

de la familia, la educación, la salud<br />

de hijos e hijas, los servicios públicos,<br />

la seguridad personal, el manejo de<br />

la cosa pública y la resolución de<br />

conflictos”.<br />

Incluso se atreve a disertar cómo<br />

sería el país conducido por una dama.<br />

“Venezuela es grande, nos gobierne<br />

un hombre o una mujer. La clave<br />

está en <strong>las</strong> cualidades de quien nos<br />

gobierne. Una mujer puede hacerlo<br />

muy bien”. En cuanto a si Venezuela<br />

está preparada para eso, responde:<br />

“Pronto lo sabremos”.


<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?


? 16 OCTUBRE 2011 <strong>Estampas</strong>


Tamara Adrián<br />

Nació como varón<br />

en 1954, pero nunca<br />

se sintió como tal.<br />

Durante décadas<br />

batalló contra la realidad biológica que<br />

veía en el espejo, una lucha personal<br />

que culminó en Tailandia en 2002<br />

con una operación de reasignación<br />

de sexo. Abogada de la Universidad<br />

Católica Andrés Bello y doctora en<br />

Derecho de la Universidad de París,<br />

es la primera mujer transgénero<br />

venezolana que pide ante el Tribunal<br />

Supremo de Justicia el reconocimiento<br />

de su identidad. La querella jurídica<br />

lleva siete años y medio y el expediente<br />

está engavetado. Ante la ley sigue<br />

llamándose Tomás, como aparece en<br />

su cédula; sin embargo, ella es Tamara<br />

Adrián, uno de los rostros más reconocidos<br />

de la contienda por los derechos<br />

de la comunidad homosexual, bisexual,<br />

transexual e intersex del país.<br />

“Me he sentido mujer desde que<br />

tenía tres o cuatro años, que es cuando<br />

comencé a tener uso de razón, sólo<br />

que mi cuerpo no me acompañaba.<br />

Cuando te haces la operación de<br />

reasignación de género, lo que haces<br />

es adaptar tu cuerpo a lo que tu mente<br />

te dice que eres como persona —a un<br />

costo muy grande, por cierto. Y no<br />

es una decisión que tomas a la ligera<br />

o por capricho, sino una necesidad<br />

de coherencia entre lo que eres, lo que<br />

piensas y lo que ves en tu exterior”.<br />

Pero Tamara cree que la mente no<br />

tiene género. “La mujer no nace, se<br />

hace. Los hombres y mujeres son<br />

iguales en 99%. Lo único que los separa<br />

son aspectos biológicos relacionados<br />

con la procreación, pero nada<br />

más. De resto, todos tenemos aspectos<br />

femeninos y masculinos en un<br />

yin y yang perfecto, sólo que en el desarrollo<br />

social se suprime uno de los<br />

dos lados de la moneda. Los hombres<br />

y mujeres piensan distinto no porque<br />

sus cerebros sean diferentes sino por<br />

la educación que reciben. A <strong>las</strong> niñas<br />

se les enseña a actuar de una forma y<br />

a los varones de otra y eso determina<br />

<strong>las</strong> nociones de feminidad y masculinidad.<br />

Pero en el siglo XXI, creo que<br />

ser mujer —y hombre— es aprender<br />

a integrar los aspectos femeninos y<br />

masculinos que toda persona tiene”.<br />

Además de superar la intolerancia,<br />

su reto ha sido superar los estereotipos<br />

de feminidad. “En algún momento<br />

puedes sentirte una caricatura de mujer<br />

o una caricatura de hombre. Las<br />

personas trans femeninas aprendemos<br />

a ser mujeres tardíamente porque<br />

nacemos y nos forman como varones.<br />

Pero una vez que asumimos lo que se<br />

supone es la conducta femenina, debemos<br />

también desaprenderla porque<br />

la familia y la escuela te enseñan a ser<br />

mujer inculcándote conductas de sumisión,<br />

como si tuviéramos capacidades<br />

menores. Lo más complejo para<br />

mí fue entender que una mujer es<br />

aquella que puede expresarse emocional<br />

y racionalmente como un ser a<br />

parte entera, más allá de patrones o<br />

etiquetas. Me identifico como feminista<br />

de tercera generación: no me planteo<br />

una guerra contra el hombre, sino<br />

una lucha contra el machismo, estructura<br />

de poder institucionalizada y<br />

arraigada en muchos y muchas”.<br />

Es al machismo y su violencia a lo<br />

que más le teme. “Pese a haber nacido<br />

como hombre, mi miedo es el de<br />

todas <strong>las</strong> mujeres, el de ser parte de<br />

<strong>las</strong> estadísticas de violencia patriarcal,<br />

esa que va desde los piropos mal<br />

entendidos hasta el asesinato. La intolerancia<br />

me preocupa menos porque<br />

en la sociedad venezolana hay<br />

una mayor apertura y respeto a <strong>las</strong><br />

diferencias de identidad y preferencia<br />

sexual. Los que no se han enterado<br />

son los políticos, que temen<br />

asumir la bandera de la igualdad”.<br />

A sus 57 años, se siente satisfecha,<br />

aunque aún no pueda llamarse legalmente<br />

Tamara. “Más que una mujer<br />

transgénero, soy una mujer. Y si alguna<br />

vez le pregunté a Dios: ¿por qué me hiciste<br />

esto?, hoy le agradezco la oportunidad<br />

de abrir caminos por el derecho<br />

a tener iguales derechos. La vida me<br />

hizo luchadora. Y estoy orgullosa”. ❋<br />

efcastillo@eluniversal.com<br />

<strong>Estampas</strong> 16 OCTUBRE 2011 ?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!