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jean paul sartre - Dirección General de Bibliotecas - Consejo ...

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BIBLIOTECA DE MÉXICO<br />

NÚMERO NOVENTA YTRES<br />

MAYO-JUNIO DE 2006 • $35.00<br />

PLAZA DE lA CIUDADElA 4, CENTRO HISTÓRICO<br />

DE lA CIUDAD DE MÉXICO, CP 06040,<br />

TELÉFONOS 9172 4710Y 9172 47 12<br />

CORREO ELECTRÓNICO bibmeX@Correo.conaculta.gohmx<br />

CERTIFICADO DE liCITUD DE TíTULO NÚM. 6270<br />

CERTIFICADO DE LICITUD DE CONTENIDO NÚM. 4380<br />

CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES<br />

PRESIDENTA<br />

SARI BERMÚDEZ<br />

DIRECTOR GENERAL DE BIBLIOTECAS<br />

jORGE VON ZIEGLER<br />

REVISTA BIBLIOTECA DE MÉXICO<br />

DIRECTOR FUNDADOR: JAIME GARcfA TERRÉS t<br />

DIRECTOR: EDUARDO LlZALDE<br />

EDITOR: JOSÉ ANTONIO MONTERO<br />

EDITOR ASOCIADO: MARIO BOjÓRQUEZ<br />

SECRETARIO DE REDACCiÓN: JOSÉ DE lA COLINA<br />

CONSEJO DE REDACCiÓN: JUAN ALMElA, FERNANDO<br />

ÁLVAREZ DEL CASTILLO. MIGUEL CAPISTRÁN,<br />

ADOLFO ECHEVERRÍA. JAIME MORENO VILlARREAl<br />

VíCTOR TOLlEDO Y RAFAEL VARGAS<br />

PROMOCiÓN EDITORIAL: MIGUEL GARCíA RUIZ<br />

DISEÑO: PEDRO A. GARCrA c.<br />

ASISTENCIA EDITORIAL: MARINA GRAF<br />

Y ANDREA DEL RAZO<br />

COMERCIALIZACiÓN Y DISTRIBUCiÓN: RUYSDAEL NAVA<br />

IMPRESiÓN: GRÁFICA, CREAllVIDAD Y DISEÑO, SA DE C.v<br />

PORTADA: SARTRE DISTRIBUYE SU PERiÓDICO LA CAUSA DEL<br />

PUEBLO<br />

2A DE FORROS: SARTRE CON SIMONE DE BEAUVOIR EN CUBA<br />

4A DE FORROS: SARTRE ORADOR EN UN MITIN AFUERA DE lA<br />

PlANTA RENAULT<br />

lAS IMÁGENES QUE ILUSTRAN EL TEXTO SOBRE JEAN PAUL SARTRE<br />

PROVIENEN DE LOS LIBROS QUE SE INDICAN RESPECTIVAMENTE<br />

CON UN SIGNO DISTINTO:<br />

,+ FRANCOIS NOUDELMANN,jEAN PAUL SARTRE. ASSOClATION<br />

POUR lA DIFFUSION DE lA PENSÉE FRAN


Gustave Flaubert<br />

• Albert Camus<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Políticas <strong>de</strong>l compromiso<br />

La paradoja que Sartre dilucida a propósito <strong>de</strong> Flaubert<br />

-un hombre que escribe contra su época y que se con­<br />

vierte en un sujeto emblemático <strong>de</strong> ella- podría aplicar­<br />

se a él: una y otra vez rechazó los honores y la consa­<br />

gración nacional, y sin embargo llegó a ser el intelectual<br />

francés más reconocido, a cuyo entierro en el cemente­<br />

rio Montparnasse acudieron espontáneamente cincuen­<br />

ta mil personas, un suceso inédito <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el funeral <strong>de</strong><br />

Victor Hugo. Es cierto que la tesis <strong>sartre</strong>ana <strong>de</strong>l univer­<br />

sal singular podría aplicarse a su autor y el espíritu <strong>de</strong>l<br />

tiempo pudo encarnarse en un pensador que se puso<br />

<strong>de</strong>liberadamente al margen <strong>de</strong> sus instituciones. Sartre<br />

<strong>de</strong>sarrolló su filosofía fuera <strong>de</strong> la universidad y eligió sis­<br />

temáticamente el lado <strong>de</strong> los rebel<strong>de</strong>s, hasta el punto <strong>de</strong><br />

inspirar un odio que su muerte no ha extinguido (en<br />

forma <strong>de</strong> homenaje funerario, ciertos periódicos <strong>de</strong>nun­<br />

ciaron <strong>de</strong> nuevo al "corruptor <strong>de</strong> la juventud", compa­<br />

rándolo involuntariamente a Sócrates). No obstante,<br />

supo sobre todo ponerse al acecho <strong>de</strong> todas las fractu­<br />

ras históricas, a veces ciegamente, es <strong>de</strong>cir. sin la protec­<br />

ción <strong>de</strong>l análisis experto. Fue el barquero no sólo <strong>de</strong> teo­<br />

rías y escrituras nuevas sino también <strong>de</strong> los movimientos<br />

políticos que transformaron la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo<br />

xx. Antes <strong>de</strong> ser el fruto <strong>de</strong> una experiencia colectiva,<br />

esta sensibilidad a la rebelión le vino <strong>de</strong> su infancia, y la<br />

comparación con Flaubert falla cuando sabemos que<br />

Sartre fue educado en el universo <strong>de</strong> las palabras y la<br />

programación para la escritura. Si el joven Gustavo tuvo<br />

dificulta<strong>de</strong>s en el aprendizaje <strong>de</strong> la lengua, el pequeño<br />

Jean-Paul. llamado Poulou, confundía las palabras con las<br />

cosas y vivió en una fusión mágica con las palabras <strong>de</strong> su<br />

madre. Esta proximidad verbal fue hecha posible por la<br />

ausencia <strong>de</strong> pad re, que Sartre eligió simbólicamente co­<br />

mo un estado <strong>de</strong> gracia y <strong>de</strong> libertad. "Cuando los pa­<br />

dres tienen proyectos, los hijos tienen <strong>de</strong>stinos", ' ob­<br />

serva a propósito <strong>de</strong> los chicos Flaubert, <strong>de</strong> quienes el<br />

mayor reproduJo el mo<strong>de</strong>lo paternal mientras que Gus­<br />

tave se <strong>de</strong>finió como el hijo que no pudo respon<strong>de</strong>r a<br />

esta conminación familiar. En cambio, la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l<br />

padre, <strong>de</strong>scrita por Sartre en su autobiografla Los polobras,<br />

se llevó con ella el or<strong>de</strong>n patriarcal. Sin padre, no<br />

hay <strong>de</strong>stino ni ley ni semejanza, sino una t otal libertad <strong>de</strong><br />

elección. El hija construye así una pequeña mitología ínti­<br />

ma mediante la que <strong>de</strong>nuncia el principio mismo <strong>de</strong> la<br />

paternidad:<br />

N o existe n padres buenos, ésa es la norma; que no se<br />

hagan reproches a los hombres, sino al vínculo <strong>de</strong> la pater­<br />

nidad que está podrido. N o hay nada mejor que hacer hijos;<br />

pero tenerlos. iqué iniquidad l Si hubiese vivido, mi padre se<br />

habría tendido encima <strong>de</strong> mí cuan largo era y me habría<br />

aplastado. Por suerte, murió Jove n; en medio <strong>de</strong> los Eneas<br />

que cargan en su espalda a sus Anquises, yo paso <strong>de</strong> una<br />

ori lla a la otra, so lo y <strong>de</strong>testando a esos progenitores invi­<br />

si bles que montan a sus hiJOS durante t oda la vida; he <strong>de</strong>ja­<br />

do at rás a un joven muerto que no tuvo tiempo <strong>de</strong> ser mi<br />

El ,d,ow <strong>de</strong> lo fom,IIo . tomo l. Gall,mard. 197 I . p. 107


cooptación como simpatla, y marcó muy pronto su dis­<br />

tancia en relación con una enseñanza envarada, ignorante<br />

<strong>de</strong> las realida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>l pensamiento contemporáneo, Su<br />

amistad electiva <strong>de</strong> Paul Nizan es testimonio <strong>de</strong> tal crltica:<br />

este último se hallaba en total ruptura con el sistema <strong>de</strong><br />

reclutamiento <strong>de</strong> las élites, que no obstante lo habla dis­<br />

tinguido, y prefirió en cambio el compromiso polltico y la<br />

partida a Adén, La felicidad <strong>de</strong> esta época <strong>de</strong> estudios<br />

tenia que ver más con la libertad <strong>de</strong> vida y con las amis­<br />

ta<strong>de</strong>s que con el <strong>de</strong>scubrimiento intelectual. Sartre <strong>de</strong>scri­<br />

be aSI con nostalgia -y según un estilo inusual que evoca<br />

a los héroes novelescos <strong>de</strong>l siglo XIX- su afinidad con<br />

Nizan y sus felices paseos en la capital:<br />

Caminábamos por París durante horas, durante días: <strong>de</strong>scu­<br />

bríamos su fauna y su fiora, las piedras, emocionados hasta<br />

las lágrimas cuando se encendían las primeras luces <strong>de</strong> los<br />

anuncios eléctricos: pensábamos que el mundo era nuevo<br />

porque nosotros éramos nuevos en el mundo; París fue<br />

nuestro vínculo, nos encariñamos uno con el otro en medio<br />

<strong>de</strong> las muchedumbres <strong>de</strong> esta ciudad gris, bajo los cielos<br />

ligeros <strong>de</strong> sus primaveras<br />

Nizan tomarla <strong>de</strong>finitivamente la tangente, pero volverlan<br />

a atraparlo la guerra, para arrastrarlo, y luego la calumnia<br />

'Pau l N,zan". en S,wQ[¡ons IV. op Clt .. p. 144<br />

• Con Paul Nizan en la terraza <strong>de</strong>l Luxemburgo, 14 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1925<br />

10<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

<strong>de</strong> sus camaradas comunistas, Sartre permaneció solo en<br />

Parls y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un año <strong>de</strong> cautiverio, se convertirla en<br />

el intelectual adulado <strong>de</strong> la posguerra, Estos dos itinerarios<br />

se cruzaron a la manera <strong>de</strong> una novela <strong>de</strong> educación sen­<br />

timental y social, y fue ciertamente un "personaje" lo que<br />

encarnó el fllósofo-novelista-dramaturgo cuando llegó la<br />

ola <strong>de</strong>l existencialismo, En 1945, Sartre se convirtió en un<br />

autor <strong>de</strong> moda que participó <strong>de</strong> la imaginen'a literaria <strong>de</strong><br />

Saint-Germain-<strong>de</strong>s-Prés: la <strong>de</strong> los cafés literarios, Les Deux<br />

Magots y Le Flore, bo<strong>de</strong>gas don<strong>de</strong> se escuchaba jazz y se<br />

bailaba el be-bop, Las canciones <strong>de</strong> Juliette Greco propor­<br />

cionaron los clichés <strong>de</strong> una <strong>de</strong>spreocupación que volvie­<br />

ron a encontrar los Jóvenes que cargaban El ser y lo nodo<br />

como un fetiche <strong>de</strong> indumentaria y que buscaban una<br />

renovación moral <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rrumbe <strong>de</strong> todos los va­<br />

lores y <strong>de</strong> todas las creencias, Respondiendo a este entu­<br />

siasmo, Sartre dio una conferencia en octubre <strong>de</strong> 1945, "El<br />

existencialismo es un humanismo", <strong>de</strong>stinada a vulgarizar<br />

sus tesis filosóficas, En ella expuso una moral <strong>de</strong> la acción<br />

y <strong>de</strong> la libertad que sirvió <strong>de</strong> breviario a la generación <strong>de</strong><br />

la posguerra, BorisVian ha <strong>de</strong>scrito con humor este espec­<br />

táculo mediático y la adulación en el ambiente:<br />

Des<strong>de</strong> don<strong>de</strong> comenzaba la calle, la muchedumbre se atro­<br />

pel laba para llegar a la sala don<strong>de</strong> Jean-Sol Partre daba su<br />

conferenCia. La gente utilizaba astucias <strong>de</strong> lo más variadas<br />

para burlar la vigilancia <strong>de</strong>l cordón sanitario encargado <strong>de</strong>


obstante, Sartre <strong>de</strong>jó su proyecto inacabado, pese a la<br />

continuación que quiso darle, menos por el didactismo<br />

un poco pesado sin duda que en virtud <strong>de</strong> una técnica<br />

novelesca que diera cuenta <strong>de</strong> esta liberación. Captar el<br />

espíritu objetivo en las singularida<strong>de</strong>s exigía conmocio­<br />

nar radicalmente la narración novelesca y sus implicacio­<br />

nes, y Sartre prefirió en vez <strong>de</strong> ello el género teatral o el<br />

estudio antropológico. Con todo, Los cominos <strong>de</strong> lo libertad<br />

manifiestan el trabajo teórico, estilístico e íntimo <strong>de</strong><br />

Sartre, que integra los choques <strong>de</strong> la Historia en su ver­<br />

sión apocalíptica; la humanidad es perece<strong>de</strong>ra en ella, y<br />

hasta imposible, pero lo humano resurge para rechazar<br />

esta imposibilidad. L'Espece humoine, <strong>de</strong> Robert Antelme<br />

ofrece al respecto el testimonio al final <strong>de</strong> la guerra: la<br />

sola voluntad <strong>de</strong> vida, ante las humillaciones más Inhu­<br />

manas, es aún una resistencia <strong>de</strong> lo humano. El paso a la<br />

Historia y a lo colectivo separa, así, la obra y la vida <strong>de</strong><br />

Sartre en dos vertientes, antes y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Segunda<br />

Guerra Mundial:<br />

La guerra verda<strong>de</strong>ramente partiÓ mi vida en dos. Comenzó<br />

cuando yo tenía treinta y cuatro años, terminó cuando yo<br />

tenía cuarenta. y éste fue en verdad el paso <strong>de</strong> la Juventud a<br />

la edad madura. Al mismo tiempo. la guerra me reveló clel'­<br />

tos aspectos <strong>de</strong> mí mismo y <strong>de</strong>l mundo. Por ejemplo, ahí fue<br />

don<strong>de</strong> supe <strong>de</strong> la alienación profunda <strong>de</strong>l cautiverio. ahí co­<br />

nocí también el trato con la gente. con el enemigo. el ene­<br />

migo real, no el adversario. que viven en la misma sociedad<br />

que usted o que lo ataca verbalmente, sino el enemigo que<br />

pue<strong>de</strong> mandarlo arrestar y llevarlo a la cárcel con sólo hacer<br />

una seña a unos hombres armados. Y luego conocí ahí tam­<br />

bién, oprimido. abatido, pero todavía existiendo, el or<strong>de</strong>n<br />

social, la sociedad <strong>de</strong>mocrática. en la medida precisamente en<br />

que aquélla estaba opnmida. <strong>de</strong>struida y don<strong>de</strong> nosotros<br />

luchábamos por conservar su valor, esperando que <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> la guerra renacen'a. Es ahí. si usted quiere. que pasé <strong>de</strong>l<br />

individualismo puro <strong>de</strong> antes <strong>de</strong> la guerra a lo SOCial. al socia­<br />

lismo. Ése fue el verda<strong>de</strong>ro momento crUCial <strong>de</strong> mi Vida .'<br />

• Vietnam. caída <strong>de</strong> Salgón. 25 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1975<br />

Esta experiencia, por muy radical que haya sido, sigue<br />

estando no obstante lejos <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s tragedias vivi­<br />

das durante la guerra, y Sartre <strong>de</strong>scribe situaciones mo­<br />

<strong>de</strong>stas que provocaron su conversión, como compartir<br />

letrinas, en el campo <strong>de</strong> prisioneros, que hizo que <strong>de</strong>­<br />

saparecieran todos los pudores y las diferencias sociales.<br />

No cabe duda que existe un cierto <strong>de</strong>sfase entre sus<br />

gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> la posguerra, especialmente<br />

sobre la oposición entre los <strong>de</strong> la Resistencia y los cola­<br />

boradores. y sobre la libertad llevada a su apogeo cuan­<br />

do la eleCCión se limita a la vida y a la muerte. De hecho.<br />

el periodo <strong>de</strong> la Ocupación en Francia fue <strong>de</strong> medias tin­<br />

tas para un espíritu como el <strong>de</strong> Sartre, que <strong>de</strong>seaba ac­<br />

tuar pero no encontró las vías <strong>de</strong> una resistencia eficaz y<br />

que finalmente se acomodó, como la gran mayoría <strong>de</strong> los<br />

franceses y los intelectuales, a la opresión nazi, continuó<br />

dando clases, publicando mientras se excluía a los Judíos<br />

<strong>de</strong> todas las administraciones y <strong>de</strong> los catálogos <strong>de</strong> edi­<br />

ciones, y <strong>de</strong>spués se los <strong>de</strong>portaba hacia los campos <strong>de</strong><br />

exterminio. Sartre fue parte <strong>de</strong> la Resistencia pero sólo<br />

en el alma. pues no se comprometió Jamás con aquélla.<br />

Tal vez la mala conciencia motivó su activismo a partir <strong>de</strong><br />

la Liberación y hasta su muerte. Por lo menos Vladimir<br />

Jankélévitch ha sugerido tal interpretación.<br />

La voluntad <strong>de</strong> llevar a cabo una nueva política <strong>de</strong>l<br />

pensamiento implicaba fundar un espacio <strong>de</strong> publicación.<br />

Sartre creó para esta finalidad Les Temps mo<strong>de</strong>rnes. edi­<br />

tados por Gallimard, que se convirtió rápidamente en<br />

una revista <strong>de</strong> referencia que lo ha sobrevivido hasta el<br />

día <strong>de</strong> hoy. El comité <strong>de</strong> redacción incluyó especialmen­<br />

te a Raymond Aron, a Simone <strong>de</strong> Beauvoir y a Maurice<br />

Merleau-Ponty. A la manera <strong>de</strong> los manifiestos vanguar­<br />

distas, el primer número presenta un texto <strong>de</strong> gran fuer­<br />

za programática y ambiciona tratar todos los ámbitos <strong>de</strong><br />

la cultura, la política, el arte, la literatura, la filosofía, baJO<br />

la dirección <strong>de</strong>l compromiso. Según un análisis marxista<br />

<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología burguesa y un voluntarismo revoluciona­<br />

rio. Sartr-e quiso hacer <strong>de</strong> su revista un órgano <strong>de</strong> eman­<br />

cipaCión intelectual:<br />

"Autoportralt á sOlxante-dlx ans" con Mlchel Contat. en S,tuouons X<br />

Gallimard (coll. «Blanche»). 1976. p. 180 El fin lejano que nos fijamos es una liberaCión . Puesto que el<br />

.... • Sartre con Slmone <strong>de</strong> Beauvoir en La Coupole. Montparnasse 13<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México


Fue incluso el artífice <strong>de</strong> un diálogo entre intelectuales<br />

<strong>de</strong> los dos partidos beligerantes, sobre todo gracias a Les<br />

Temps mo<strong>de</strong>rnes. Al final <strong>de</strong> su vida, se interesó más par­<br />

ticularmente en la historia judía, gracias a los diálogos con<br />

un militante izquierdista, Benny Levy. convertido en el<br />

ocaso <strong>de</strong> la vida a los estudios judíos, lector <strong>de</strong> Levinas y<br />

quien llegó a ser su último secretario particular. Agobia­<br />

do por la ceguera, Sartre concibió con él el proyecto <strong>de</strong><br />

un libro <strong>de</strong> entrevistas <strong>de</strong>l que quedan algunos diálogos<br />

controvertidos. Intenta <strong>de</strong>finir ahí un nuevo proyecto filo­<br />

sófico y político a la luz <strong>de</strong> un mesianismo ateo, liberado<br />

<strong>de</strong> sus utopías revolucionarias.<br />

Sartre jamás renunció a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la emancipación y<br />

sin cesar reformuló las motivaciones y las finalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

una esperanza semejante. Su humanismo crítico no podía<br />

satisfacerse con la razón emancipadora <strong>de</strong> la Ilustración, y<br />

buscó en diversas fuentes las vías <strong>de</strong> una liberación social,<br />

económica y polftica <strong>de</strong>l ser humano. La fenomenología y<br />

luego el marxismo fueron, así, reinvestidos por este po<strong>de</strong>r<br />

emancipador que surgió <strong>de</strong> una moral que Sartre jamás<br />

escribió, pero que trabajó constantemente en su intento<br />

<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r las luchas por la igualdad y la dignidad.<br />

Los propósitos contemporáneos sobre el reconocimien­<br />

to necesario <strong>de</strong> las singularida<strong>de</strong>s, sean éstas étnicas o<br />

sexuales, le <strong>de</strong>ben mucho. Des<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista, la<br />

obra <strong>de</strong> Sartre se escribió también en contigüidad con la<br />

<strong>de</strong> Si mane <strong>de</strong> Beauvoir. pues la reivindicación <strong>de</strong> una<br />

igualdad <strong>de</strong> los sexos se fundó sobre una filosofía exis­<br />

tencialista común. La aparición <strong>de</strong> El segundo sexo fue un<br />

acontecimiento consi<strong>de</strong>rable porque Beauvoir presenta­<br />

ba en él al mismo tiempo una genealogía <strong>de</strong> la opresión<br />

femenina y una reflexión sobre la construcción <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>n­<br />

tidad sexual. La famosa fórmula: "No se nace mujer. sino<br />

que una se convierte en mujer" sirvió <strong>de</strong> breviario a toda<br />

una generación que luchó por los <strong>de</strong>rechos a la contra­<br />

cepción, al aborto y a la autonomía. Al mostrar cómo se<br />

ha dado forma a la i<strong>de</strong>ntidad femenina por medio <strong>de</strong> las<br />

representaciones masculinas en beneficio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />

los hombres, Beauvoir trazó el camino <strong>de</strong> una emancipa­<br />

ción social y <strong>de</strong> un pensamiento <strong>de</strong> la diferencia sexual<br />

que <strong>de</strong>terminó el <strong>de</strong>bate feminista. Y aun cuando esta<br />

negación <strong>de</strong> una esencia femenina conoció controversias<br />

internas, vuelve a plantearse todavía hoy en día en las dis­<br />

cusiones <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong>l Atlántico, con la noción <strong>de</strong><br />

género y su posible superación. El compartir esta visión<br />

<strong>de</strong> la igualdad entre Sartre y Beauvoir no se limitó a una<br />

proximidad filosófica, y la pareja encarnó, públicamente,<br />

otra concepción <strong>de</strong> las relaciones entre hombres y muje­<br />

res. Conjugó, efectivamente, la igualdad y la libertad, el<br />

respeto y la confianza, relegando las nociones <strong>de</strong> posesión<br />

y <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad a una <strong>de</strong>finición no igualitaria y alienada <strong>de</strong><br />

la relación amorosa. Sartre y Beauvoir se conocieron en<br />

el momento en que pasaban el concurso para la ogrégodon<br />

y conservaron una complicidad intelectual durante<br />

toda su vida, lo que no les impidió establecer muchas<br />

otras relaciones amorosas y sexuales, <strong>de</strong>claradas e inclu­<br />

so comentadas en su abundante correspon<strong>de</strong>ncia. Esta<br />

multiplicidad no fue siempre armoniosa y adoptó formas<br />

diversas, yendo <strong>de</strong>l compartir a la rivalidad. Esto dio lugar<br />

15<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

• Sartre en Cuba<br />

a muchos encuentros y a hermosos intercambios episto­<br />

lares, <strong>de</strong> uno y <strong>de</strong> otro lado, y tanto más cuanto que<br />

Sartre afirmó siempre que prefería frecuentar a mujeres<br />

cuya psique le fuera cercana. La elección <strong>de</strong> una vida libre<br />

y siempre disponible <strong>de</strong>scartó el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> procrear. pero<br />

el huérfano <strong>de</strong> padre mostró siempre preferencias por<br />

los niños perdidos o adoptivos a aquellos lastrados por el<br />

peso <strong>de</strong> sus ascendientes, así que oficializó una paternidad<br />

electiva con Arletle Elka'im, que se convirtió <strong>de</strong> este<br />

modo en su hija. Sin intentar construir un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> rela­<br />

ción a partir <strong>de</strong> su propia existencia, rechazó las posturas<br />

<strong>de</strong>l padre y <strong>de</strong>l marido y <strong>de</strong>fendió la igualdad <strong>de</strong> cada uno


cualquiera fuese su sexo. A manera <strong>de</strong> balance <strong>de</strong> la situa­<br />

ción, confió a Simone <strong>de</strong> Beauvoir:<br />

Comprendí que había relaciones entre hombre y mujer que<br />

indicaban la igualdad profunda <strong>de</strong> ambos sexos. Yo no me<br />

consi<strong>de</strong>raba superior a ti, o más inteligente, o más activo; por<br />

eso te puse en el mismo plan. Éramos iguales. Curiosamen­<br />

te, creo que eso, en cierto modo, fortaleció mi machismo<br />

porq ue me permitió portarme machista con otras mujeres.<br />

Sin embargo, la igualdad que teníamos no me parecía tan<br />

sólo una igualdad <strong>de</strong> hecho <strong>de</strong> dos individuos, si no que me<br />

parecía revelar la igualdad profunda <strong>de</strong> ambos sexos'<br />

El rechazo <strong>de</strong> la discriminación sexual fue, pues, una línea<br />

teórica firme y, si bien se hizo sensible tardíamente, Sar­<br />

t re <strong>de</strong>fendió también el reconocimiento <strong>de</strong> la homose­<br />

xualidad en la época <strong>de</strong> las reivindicaciones <strong>de</strong> los años<br />

setenta. El compromiso político <strong>de</strong> Sartre dio siempre un<br />

lugar especial a estos combates, a los que no quiso redu­<br />

cir a epifenómenos como lo hacían los teóricos dogmá­<br />

ticos <strong>de</strong> la lucha <strong>de</strong> clases. Es por ello que a menudo rei­<br />

teró esta cuestión teórica y práctica: ¿cómo articular la<br />

emancipación social con la liberación política l La dificul­<br />

tad <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a esta pregunta se manifestó dramáti­<br />

camente en sus relaciones con el comunismo real.<br />

La voluntad <strong>de</strong> actuar concretamente en la vida políti­<br />

ca y social había llevado a Sartre a crear; en 1948, con algunos<br />

amigos <strong>de</strong> izquierda, el Rossemblement démocrotique<br />

révolutionnoire,· que <strong>de</strong>seaba plantear nuevamente la i<strong>de</strong>a<br />

'S,mone <strong>de</strong> Beauvolr Interroge Jean-Paul Sart,-e' . en S,tuoUons x. op Cit... P<br />

120<br />

• AgrupaCión <strong>de</strong>mocrática revoluclonana<br />

• Durante su viaje a Cuba en I 960<br />

16<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

<strong>de</strong> la emancipación pero sin que intervinieran los partidos,<br />

<strong>de</strong>masiado osificados, Sin embargo, muy pronto, <strong>de</strong>scubrió<br />

los límites <strong>de</strong> una agrupación <strong>de</strong> intelectuales <strong>de</strong>sconecta­<br />

dos <strong>de</strong> toda base social, por lo que durante cuatro años,<br />

<strong>de</strong> 1952 a 1956, participó como simpatizante <strong>de</strong>l Partido<br />

Comunista. Si bien la esperanza <strong>de</strong> llegar a la clase obrera<br />

mediante esta proximidad fue una razón muy importante,<br />

el verda<strong>de</strong>ro motivo <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>cisión fue el anticomunis­<br />

mo virulento <strong>de</strong> aquellos años: Sartre fue más "anti-anti­<br />

comunista" que comunista. De hecho, reaccionó con furor<br />

al arresto lleno <strong>de</strong> peripecias <strong>de</strong> Jacques Duclos, repre­<br />

sentante <strong>de</strong>l PCF, acusado <strong>de</strong> espionaje en provecho <strong>de</strong> la<br />

URSS a causa <strong>de</strong> que transportaba unas palomas en su<br />

auto. Escribió entonces un largo artículo, "Los comunistas<br />

y la paz", que inauguró una serie <strong>de</strong> textos sobre las luchas<br />

obreras y sobre la contra-violencia que éstas encarnaban.<br />

En el origen <strong>de</strong> esta participación se hallaban no sola­<br />

mente los conflictos sociales franceses sino también el<br />

clima político <strong>de</strong> la guerra fria. Sartre apoyó las manifesta­<br />

ciones cont ra la guerra <strong>de</strong> Corea y comenzó a <strong>de</strong>clarar<br />

una oposición radical a la política imperialista <strong>de</strong> Estados<br />

Unidos; participó así en el Congreso <strong>de</strong> Viena, a finales <strong>de</strong><br />

195 2, que reagrupó a los simpatizantes comunistas <strong>de</strong><br />

todos los origenes. Durante este periodo <strong>de</strong> acercamien­<br />

to al Partido Comunista, participó en numerosas organi­<br />

zaciones favorables a la URSS, que visitó varias veces y<br />

don<strong>de</strong> se reunió con Jrushchov; al hablar <strong>de</strong> lo anterior;<br />

informa <strong>de</strong> los propósitos entusiastas para la construcción<br />

<strong>de</strong>l socialismo, la libertad y la felicidad soviéticas que son<br />

testimonio <strong>de</strong> su ceguera más o menos voluntaria en rela­<br />

ción ante el comunismo real. Estas <strong>de</strong>claraciones estaban<br />

<strong>de</strong>stinadas a la burguesía francesa y <strong>de</strong>fendían una opinión


contraria a su prensa, que Sartre combatía, especialmente<br />

con su pieza satírica Nekrossov. Las oposiciones se mani­<br />

festaron entonces sin matices, y la argumentación se tornó<br />

dogmática, lo que condujo a exclusiones <strong>de</strong>finitivas. De<br />

este modo, Sartre se malquista con Camus y con Merleau­<br />

Ponty, prefiriendo el activismo militante a la amistad filosó­<br />

fica. Pero el compromiso con el comunismo institucional<br />

no dura más que un tiempo, y la ruptura estalla brutal­<br />

mente en el momento <strong>de</strong> la intervención militar soviética<br />

en Hungría. Esta vez, el intelectual crítico retoma sus <strong>de</strong>re­<br />

chos para <strong>de</strong>nunciar la represión <strong>de</strong>l pueblo húngaro y<br />

escribe "Le fantome <strong>de</strong> Staline", que sella su separación<br />

<strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>l PCF, que se había convertido en un "mons­<br />

truo prehistórico". Pese a su distanciamiento crítico, Sartre<br />

no abandonó toda esperanza en la edificación <strong>de</strong>l socialis­<br />

mo, que esperaba reencontrar en las luchas anti-imperia­<br />

listas. Pero <strong>de</strong> nueva cuenta en éstas tras las sorpresas ven­<br />

drían amargas <strong>de</strong>cepciones, sin que por ello lamentara sus<br />

elecciones anteriores, ya que las verda<strong>de</strong>s se manifiestan<br />

siempre en la situación: tienen un <strong>de</strong>venir que no es un<br />

<strong>de</strong>stino y que no <strong>de</strong>be impedir la apuesta sobre la<br />

Historia. En 1960, Sartre y Beauvoir van a Cuba por invi­<br />

tación <strong>de</strong>l Che Guevara y <strong>de</strong> Fi<strong>de</strong>l Castro, con quienes las<br />

discusiones sobre la experiencia revolucionaria son fructí­<br />

feras. La euforia teórica y periodística <strong>de</strong> Sartre se verá no<br />

obstante atemperada varios años <strong>de</strong>spués, cuando la<br />

represión <strong>de</strong> los opositores comenzó a empañar; y por<br />

mucho tiempo, el éxito <strong>de</strong> este país que hizo frente a<br />

Estados Unidos. El internacionalismo revolucionario per­<br />

maneció en todo caso como una constante <strong>de</strong>l compro­<br />

miso <strong>sartre</strong>ano y <strong>de</strong> sus escritos políticos, sean cuales fue­<br />

ren las angustias <strong>de</strong> la construcción socialista. "Para un<br />

europeo, es en Vietnam, en Cuba y en América Latina<br />

don<strong>de</strong> se juega su propia suerte", <strong>de</strong>claró el filósofo, que<br />

acudía a todos aquellos lugares don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrollaba una<br />

• En Cuba<br />

17<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

alternativa al capitalismo triunfante y al mo<strong>de</strong>lo estadouni­<br />

<strong>de</strong>nse. La guerra <strong>de</strong> Vietnam fue uno <strong>de</strong> los momentos<br />

clave <strong>de</strong> la toma <strong>de</strong> conciencia política propia <strong>de</strong> toda una<br />

generación, y Sartre encarnó una referencia <strong>de</strong> ella. Así, en<br />

1967 participó en Estocolmo en el Tribunal Russell, una<br />

organización no institucional sustentada únicamente por<br />

su legitimidad y que aspiraba a juzgar los crímenes <strong>de</strong> gue­<br />

rra cometidos por Estados Unidos. Aunque criticaba el<br />

<strong>de</strong>recho formal burgués, Sartre no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> sostener esta<br />

exigencia <strong>de</strong> una jurisdicción universal que está en el ori-


gen <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho internacional actual. No habría pues con­<br />

tradicción en encontrarlo en 1980 al lado <strong>de</strong> Raymond<br />

Aron para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r a los boat people que huían <strong>de</strong>l régi­<br />

men comunista vietnamita. En los compromisos <strong>de</strong> Sartre<br />

está subyacente una rebelión moral. No es que <strong>de</strong>fendie­<br />

ra valores trascen<strong>de</strong>ntes, sino que mantuvo la esperanza<br />

<strong>de</strong> un mundo don<strong>de</strong> los seres humanos se liberarían <strong>de</strong> la<br />

necesidad y aceptarían la libertad <strong>de</strong>l otro ser humano. Es<br />

en nombre <strong>de</strong> este proyecto, formulado como <strong>de</strong>sarraigo,<br />

fusión o fraternidad, que <strong>de</strong>nunció el mal radical <strong>de</strong> la bar­<br />

barie nazi y que continuó, a lo largo <strong>de</strong> medio siglo, acorralando<br />

la posibilidad <strong>de</strong>l "hombre humano" en la rebe­<br />

lión <strong>de</strong>l sub-hombre. Los artículos <strong>de</strong> Sartre, reunidos en<br />

los diez volúmenes <strong>de</strong> Situations, dan testimonio <strong>de</strong> una<br />

atención sin tregua a los pueblos humillados, y uno <strong>de</strong> sus<br />

combates más caros siguió siendo contra el colonialismo.<br />

Al <strong>de</strong>smitificar el universalismo republicano, sin necesaria­<br />

mente ce<strong>de</strong>r a la retórica tercermundista, en ocasiones<br />

gritó su indignación ante la opresión colonial y a veces<br />

intentó compren<strong>de</strong>r la cultura contradictoria <strong>de</strong> los colo­<br />

nizados, en busca <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad perdida para siempre<br />

y que éstos <strong>de</strong>bían reconstruir. "Orfeo negro" forma parte<br />

<strong>de</strong> estos textos que analizan la alienación cultural y las vir­<br />

tu<strong>de</strong>s emancipadoras <strong>de</strong> la palabra poética; a manera <strong>de</strong><br />

introducción a la Anthologíe <strong>de</strong> lo nouvel/e poésie negre et<br />

malgache <strong>de</strong> langue franr;aise, publicada por Léopold Sédar<br />

Senghor en 1948, muestra la reapropiación dialéctica y<br />

subversiva <strong>de</strong> la lengua <strong>de</strong> los opresores por parte <strong>de</strong> los<br />

negros para hacer surgir una palabra a la vez hlbrida y<br />

auténtica. En cuanto a la violencia y a la rebelión, la guerra<br />

<strong>de</strong> Argelia provocaría los escritos más radicales <strong>de</strong> Sartre.<br />

En 1960, apoyó la red <strong>de</strong> apoyo al FLN, dirigido clan<strong>de</strong>sti­<br />

namente por Francis Jeanson, firmó el "Manifiesto <strong>de</strong> los<br />

121 ", que exigía la no sumisión a los soldados franceses, y<br />

redactó un prefacio al libro <strong>de</strong> Franz Fanon, Los con<strong>de</strong>nados<br />

<strong>de</strong> lo tierra, don<strong>de</strong> justifica el asesinato <strong>de</strong> los colonos.<br />

El horror <strong>de</strong> la tortura practicada por el ejército francés<br />

en Argelia motivó la violencia extrema <strong>de</strong> sus artículos, a<br />

tal punto que establece un lazo consubstancial entre la<br />

colonización y la tortura, que se rehúsa a consi<strong>de</strong>rar como<br />

un acci<strong>de</strong>nte.<br />

La colonización se lleva a cabo por medio <strong>de</strong> la anulación <strong>de</strong><br />

los colonizados. Ya no poseían nada, yo no eran nadie; noso­<br />

tros hemos liquidado su civilización rehusándonos a darles<br />

la nuestra. [ ... ] Cuando la <strong>de</strong>sesperación los empujó a la<br />

rebelión, fue necesario que estos sub-hombres estallaran, o<br />

que afirmaran su humanidad contra nosotros: han rechaza­<br />

do todos nuestros valores. nuestra cultura, nuestras supues­<br />

tas superiorida<strong>de</strong>s, y para ellos fue una sola cosa reivindicar<br />

el título <strong>de</strong> hombre y rechazar la nacionalidad francesa,w<br />

El radicalismo <strong>de</strong> Sartre se ejerció, así, en la indignación y<br />

el asco <strong>de</strong> su propia clase, <strong>de</strong> su propia cultura. La figura<br />

<strong>de</strong>l traidor que atraviesa su teatro y su filosofía, marcan­<br />

do la libertad <strong>de</strong> aquel que no respon<strong>de</strong> a lo que se<br />

espera <strong>de</strong> él, que pervierte la programación familiar y<br />

social, se convierte en una línea <strong>de</strong> conducta para la<br />

" "Une victoire". en Situations V. Gallimard (coll. «Blanche»). 1964. p. 85.<br />

19<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Manifestación feminista en París. 1968. (Lo primavera <strong>de</strong> París. Anaya & Mario<br />

Muchnik. Madrid. 1995.)<br />

acción política <strong>de</strong> Sartre. Lucha sin tregua contra lo esta­<br />

blecido y los establecidos, contra el aca<strong>de</strong>mismo, contra<br />

las posiciones adquiridas, contra el espíritu <strong>de</strong> seriedad.<br />

Más rebel<strong>de</strong> que revolucionario, más anarquista que<br />

comunista, Sartre experimentó naturalmente una gran<br />

simpatía por los movimientos estudiantiles <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong>l<br />

68. La oposición <strong>de</strong>l filósofo in<strong>de</strong>pendiente a los manda­<br />

rines universitarios se manifestó abiertamente en tales<br />

movimientos y marcó cuán diferentes eran los itinerarios<br />

<strong>de</strong> los antiguos camaradas <strong>de</strong> la escuela: Aron figuraba<br />

entonces como pensador institucional. Sartre conoció a<br />

Daniel Cohn-Bendit e hizo una aparición en la Sorbona<br />

ocupada, pero sobre todo participó en el activismo polí­<br />

tico <strong>de</strong> la esfera <strong>de</strong> influencia izquierdista <strong>de</strong> los años<br />

setenta. Si eligió apoyar a los maos <strong>de</strong> la izquierda prole­<br />

taria, fue principalmente a causa <strong>de</strong> su antiautoritarismo<br />

y <strong>de</strong> las motivaciones morales <strong>de</strong> su violencia. Lejos <strong>de</strong>l<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la vanguardia revolucionaria, prefirió una mo­<br />

dalidad <strong>de</strong> militancia que se pone al servicio <strong>de</strong> las masas<br />

y que no habla en lugar <strong>de</strong> ellas. En el momento en que<br />

su periódico, Lo Cause du peuple, fue prohibido, toma la<br />

dirección <strong>de</strong>l mismo y lo distribuye en las calles, antes <strong>de</strong><br />

dirigir el diario Libération: su papel <strong>de</strong> intelectual consiste<br />

en ponerse al servicio más que en dar lecciones. Sartre<br />

no se afilió jamás a un partido, acompañó los mo­<br />

vimientos; no fue misionero y dio su voz a la palabra <strong>de</strong><br />

otros. Cuando dio unas conferencias en Japón, formuló<br />

su <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l intelectual y recompuso esta figura naci­<br />

da <strong>de</strong>l affaire Dreyfus: el intelectual no pertenece a una<br />

casta profesional <strong>de</strong> la inteligencia. ni a una esfera moral<br />

guardiana <strong>de</strong> los valores racionales; cualquiera pue<strong>de</strong> lle­<br />

gar a ser un intelectual, no como estado sino en la<br />

acción; "El intelectual es alguien que se mete en lo que<br />

no le importa."Y propuso el ejemplo <strong>de</strong> los científicos:


Nycticorax Europaeus, dibujo <strong>de</strong> A. Bello Scoppus Umbretto, dibujo <strong>de</strong> A. Bello<br />

23<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

¿Qué tu nombre, famoso<br />

en reinos <strong>de</strong> la aurora,<br />

y don<strong>de</strong> al sol recibe<br />

su cristalina alcoba?<br />

Ayer por estas aguas,<br />

segura <strong>de</strong> sí propia,<br />

<strong>de</strong>safiaba al viento<br />

otra arrogante proa;<br />

y ya, padrón infausto<br />

que al navegante asombra,<br />

en un <strong>de</strong>snudo escollo<br />

está cubierta <strong>de</strong> ovas.<br />

¡Qué! ¿No me oyes? ¿El rumbo<br />

no tuerces? ¿Orgullosa<br />

<strong>de</strong>scoges nuevas velas,<br />

y sin pavor te engolfas?<br />

¿No ves, ¡oh malhadada!<br />

que ya el cielo se entolda,<br />

y las nubes bramando<br />

relámpagos abortan?<br />

¿No ves la espuma cana,<br />

que hinchada se alborota,<br />

ni el vendaval te asusta,<br />

que silba en las maromas?<br />

¡Vuelve, objeto querido<br />

<strong>de</strong> mi inquietud ansiosa;<br />

vuelve a la amiga playa,<br />

antes que el sol se esconda l


DE SERVANDO TERESA DE MIER<br />

Cuenta los sucesos que le acontecieron durante los últimos años en la lucha por la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> México. Opina acerca<br />

<strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> las nuevas naciones americanas. Recuerda a los amigos <strong>de</strong> sus días en Londres:<br />

FIlPDELFIA, 7 DE OCTUBRE DE 1821<br />

Mi querido Bello':<br />

Esta carta va a la aventura pues no sé su para<strong>de</strong>ro. V. me<br />

creerá muerto como al infeliz Mina 2 y a mi criado<br />

Antonio con casi todos cuantos fueron en la temeraria<br />

expedición <strong>de</strong> aquel valiente joven que con 290 hombres<br />

hizo prodigios, <strong>de</strong>struyó 5 a 6 regimientos europeos<br />

y <strong>de</strong>rrotó el ejército virreinal. Pero tuvo la <strong>de</strong>sgracia<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sembarcar a una época en que la insurrección estaba<br />

casi concluida y <strong>de</strong>sembarcó a 200 leguas <strong>de</strong>l teatro<br />

<strong>de</strong> la guerra.Yo caí prisionero en el fuerte <strong>de</strong> Soto-la-marina<br />

pero no se atrevieron a fusilarme, querían que pereciera<br />

trayéndome con grillos 300 leguas por la cima <strong>de</strong><br />

los an<strong>de</strong>s, don<strong>de</strong> sólo me quebré el brazo <strong>de</strong>recho que<br />

me ha quedado estropeadísimo, y me sepultaron en la<br />

Inquisición don<strong>de</strong> estuve 3 años. Salí porque se extinguió<br />

y me mandaban a España. La culpa <strong>de</strong> todo era mi<br />

Historio <strong>de</strong> lo revolución <strong>de</strong> Nuevo Espoñ0 3 • Me escapé en<br />

mayo <strong>de</strong>l morro <strong>de</strong> La Habana y cátame aquí.<br />

Pero ya sabrá V. la nueva insurrección que resultó en<br />

México el 24 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> este año, en que el coronel<br />

realista Iturbi<strong>de</strong> 4 alzó ban<strong>de</strong>ra por la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia absoluta<br />

<strong>de</strong> España bajo un emperador llamado para serlo<br />

a Fernando VII o a los infantes'. Este ha sido un golpe<br />

eléctrico que se extendió <strong>de</strong> un extremo al otro <strong>de</strong>l<br />

Anáhuac reuniéndose a Iturbi<strong>de</strong> casi todos los jefes realistas<br />

y patriotas con sus tropas, las ciuda<strong>de</strong>s y villas abrieron<br />

sus puertas y no les ha quedado a los realistas españoles<br />

sino Veracruz y la ciudad <strong>de</strong> México sitiadas estrechamente.<br />

El resto <strong>de</strong>l reino entero está libre. Los<br />

godos en México <strong>de</strong>pusieron a Apodaca 6 como antes a<br />

Iturrigarai: pero llegó <strong>de</strong> virrey sin este nombre Don<br />

Juan O'Donojú' . Pidió en una proclama permiso a los in<strong>de</strong>pendientes<br />

para pasar a México suplicándoles suspendiesen<br />

las armas hasta recibir el correo <strong>de</strong> 24 <strong>de</strong> junio.<br />

• Del onglnal manuscrito<br />

Mier <strong>de</strong>biÓ haber conocido a Bello hacia 1812 cuando Blanco Whrte publica<br />

en su periódico (a partir <strong>de</strong>l número nueve, <strong>de</strong>l 13 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1812) el<br />

texto Carta <strong>de</strong> un Amencano en Español que Mler firmó con el seudónimo<br />

Doctor José Guerra<br />

F,'anclSco Javier Mina, liberal navarro que a los 28 años Inva<strong>de</strong> México junto<br />

con Mler y los otros 22 ofiCiales y que muere fusilado el I I <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong><br />

I 8 I 7 en el Cerro <strong>de</strong>l Vellaco<br />

H'stono <strong>de</strong> la RevolUCión <strong>de</strong> Nuevo Españo. Antlguame'/re A.1óhuac. o verda<strong>de</strong>ro<br />

origen, causa <strong>de</strong> ella y lo RevoluCión <strong>de</strong> sus Progresos hosco el presente año <strong>de</strong><br />

181 3. Londres, Imprenta <strong>de</strong> Guillermo Gl/ndon. 18 I 3, 2 volúmenes<br />

Agusiín <strong>de</strong> Iturb,<strong>de</strong> (1783-1824)<br />

Mler alu<strong>de</strong> al Plan <strong>de</strong> Iguala (conOCido con el nombre <strong>de</strong> LasTres Garantías) "en<br />

el que se establece la conservac,ón <strong>de</strong> la IgleSia CatóliCa. la absoluta In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n­<br />

cia <strong>de</strong> MéliCO como monarquía. con una ostensible adheSión a Femando '/11, y la<br />

unión <strong>de</strong> españoles y mel/canos en términos <strong>de</strong> amistad". En: EnCiClopedia Unlve-so!<br />

l/u\I!odo Europeo-orncnCCJno. tomo " Madnd. Espasa Calpe. 1966. p 317<br />

Juan RlJlZ <strong>de</strong> .Apodaca y Ellza qUien en 1816 sustituyó a Calleja <strong>de</strong>l Rey en el<br />

gobierno <strong>de</strong> la colonld. Tuvo que dimitir' ante el levantamiento <strong>de</strong>l pueblo mexIcano,!<br />

el Ejé .·(,[Q <strong>de</strong> lOS Tres Gnrc'1r.Ós<br />

José <strong>de</strong> Itumga,-ay gobernó el VIITelllato <strong>de</strong> MéXICO <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 4 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong><br />

i 803 hasta el 16 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> : 808<br />

ti Cap,lan <strong>General</strong> Juan ODonojú qUien Iba posteriormente a encontral-se<br />

con Iturbl<strong>de</strong> en Cór-doba para firmar en nomb'-e <strong>de</strong> su goblemo un tratado que<br />

er-J Id confifmdclón <strong>de</strong>l Pian <strong>de</strong> Iguala<br />

24<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Servando Teresa <strong>de</strong> Mler<br />

En el caso que a pedimento <strong>de</strong> los diputados <strong>de</strong> México<br />

se trató con calor <strong>de</strong> conce<strong>de</strong>r 3 secciones <strong>de</strong> Cortes,<br />

<strong>Consejo</strong>s <strong>de</strong> Estado y Supremos Tribunales <strong>de</strong> Justicia<br />

<strong>de</strong> América. Pedían Infantes, pero sólo se concedían <strong>de</strong>legados<br />

regios. Se convenía en esto en la comisión ultramarina,<br />

con asistencia <strong>de</strong> muchos diputados <strong>de</strong> las cortes<br />

y los ministros. Pero sabida la libertad entera <strong>de</strong> Colombia,<br />

es <strong>de</strong>cir. <strong>de</strong> toda Venezuela y virreinato <strong>de</strong> Santa<br />

Fe con Guayaquil. <strong>de</strong> Chile y el Perú excepto Lima sitiada,<br />

el día 24 <strong>de</strong> junio, la comisión redujo su dictamen a<br />

que el gobierno propusiera a las cortes los medios que<br />

juzgase convenientes para la pacificación <strong>de</strong> las Américas.<br />

Los americanos protestaron y leyeron el día 25 sus proposiciones<br />

presentadas a la comisión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mayo, pero<br />

no se discutieron y las cortes se cerraron el día 30.<br />

Sin embargo, el Indicador <strong>de</strong> lo Habano que es como<br />

el papel oficial <strong>de</strong>l gobierno, ha publicado como aprobadas<br />

enteramente las bases <strong>de</strong> los diputados. ¿Para qué?<br />

Para engañar a los mexicanos. Con ellas negoció 0'00nojú<br />

un armisticio con Iturbi<strong>de</strong>, y luego adoptó su plan<br />

<strong>de</strong> absoluta in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, con un emperador. enviándose<br />

a España comisionados a ofrecer la corona a Fernando,<br />

poniéndose luego una junta provisional <strong>de</strong> 7 personas;<br />

una será O'DonoJú. Este gobierno nombrará una<br />

regencia <strong>de</strong> 3 y la regencia inmediatamente convocará a<br />

cortes, iQué <strong>de</strong>satinos! ¡qué podía producir un asesino<br />

<strong>de</strong>cenal <strong>de</strong> sus compatriotas l ¿Se verificará todo esto? Sí,


De los libros <strong>de</strong> V ni noticias. El diablo sólo pudo<br />

haberle metido a V en la cabeza la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> enviar 750<br />

ejemplares <strong>de</strong> una obra (cualquiera que fuese) a Buenos<br />

Aires, que <strong>de</strong> todos los países <strong>de</strong> América es sin duda el<br />

más ignorante, y don<strong>de</strong> menos se lee. 50 ejemplares hubiera<br />

sido un exceso, y estoy seguro <strong>de</strong> que no se habrán<br />

vendido 20. Es muy sensible no hubiesen quedado en<br />

Londres algunos, pues actualmente ha habido <strong>de</strong>manda<br />

<strong>de</strong> ellos, y en estas circunstancias se hubieran <strong>de</strong>spachado<br />

muy bien. Escribiré a Cap<strong>de</strong>vila y Manuel Pinto para<br />

que me remitan 100, Y si logro ven<strong>de</strong>rlos aquí, remitiré a<br />

V el dinero a don<strong>de</strong> me indique; pero juzgo necesario<br />

que V escriba a dichos sujetos autorizando esta petición<br />

que trato <strong>de</strong> hacerles.<br />

Acá tenemos a Irisarri, Diputado <strong>de</strong> Chile, que estima<br />

a V mucho, y va a escribirle. Dénos V noticias <strong>de</strong> las cosas<br />

<strong>de</strong> Nueva España, y <strong>de</strong> las cortes <strong>de</strong> Madrid, pues acá<br />

estamos a oscuras sobre las i<strong>de</strong>as e intrigas <strong>de</strong> la corte y<br />

la legislatura peninsular.<br />

Fuera muy bueno que V se <strong>de</strong>dicase a escribir una historia<br />

completa <strong>de</strong> la revolución <strong>de</strong> México, refundiendo<br />

en ella la primera que V dio a luz en Londres; pero en tal<br />

caso convendría <strong>de</strong>jar ciertas <strong>de</strong>clamaciones que no dicen<br />

bien a la imparcialidad <strong>de</strong> la historia, como V sabe<br />

mejor que nadie. Se trata simplemente <strong>de</strong> conservar la<br />

memoria <strong>de</strong> los sucesos; ella basta para llenar <strong>de</strong> infamia<br />

a los enemigos <strong>de</strong> nuestra causa; y tanto más seguramente,<br />

cuanto más justo e imparcial el historiador.Acuér<strong>de</strong>se<br />

V que habla con la posteridad, no con los Canceladas,<br />

y con otros periodistas <strong>de</strong>l mismo jaez, cuyas producciones<br />

efímeras volverán a los mostradores, en que<br />

se educaron sus autores, a envolver allí<br />

... "tus et adores,<br />

Et piper. et quidquid chortis omicitur ineptis".<br />

Pero me temo que es predicar en <strong>de</strong>sierto, y que la sangre<br />

<strong>de</strong> V es <strong>de</strong>masiado ardiente para seguir estos conse-<br />

jos, En tal caso no hay que pensar en escribir la historia.<br />

Man<strong>de</strong> V a quién es y será siempre su verda<strong>de</strong>ro amigo.<br />

BELLO<br />

United States<br />

Dr.Mier<br />

Care of Manuel Torres Esq<br />

Phila<strong>de</strong>lphia<br />

[En un bor<strong>de</strong> se lee]: Recibida el 6 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1822<br />

En fecha I 5 <strong>de</strong> marzo envío copia<br />

<strong>de</strong>l artículo marcado + al gobierno<br />

<strong>de</strong> Colombia en oficio reservado '.<br />

, Los o ficios que se transcriben a continuación se conservan en el Archivo <strong>de</strong><br />

San Carlos. Bogotá y se refieren a la carta en cuestión.<br />

Ministerio <strong>de</strong><br />

Relaciones Exteriores<br />

Palacio <strong>de</strong> Gobiemo en Bogotá a 17 <strong>de</strong> Julio <strong>de</strong> 1822<br />

RESERVADO<br />

27<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

A l Sr. José Rafael Revenga<br />

Paso a manos <strong>de</strong> V copia <strong>de</strong> un fragmento <strong>de</strong> carta, esenta por<br />

Andrés Bello resi<strong>de</strong>nte en la corte <strong>de</strong> Londres; y como por ella se ve clara­<br />

mente, que sus opiniones son contrarias <strong>de</strong>l todo a nuestro actual sistema <strong>de</strong><br />

gobiemo. lo participo a Vd. para que en sus comunicaciones con este individuo<br />

guar<strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida reserva.<br />

Dios guar<strong>de</strong> a V<br />

PGual<br />

Lo que sigue es copiado <strong>de</strong> una carta <strong>de</strong> A Bello, escrita en Londres el I 5 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 182 1. al Dr. D ' Servando <strong>de</strong> Mier - Acá como V pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>­<br />

rar. han hecho muchísimo ruido las últimas noveda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Nueva España; todo<br />

el mundo tiene la más alta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> las ventajas y recursos <strong>de</strong> esa parte <strong>de</strong><br />

América. y este es el momento en que tiene V a todo el comercio especulan­<br />

do. <strong>de</strong>l gobiemo no sé que <strong>de</strong>cir. porque sigue con su acostumbrada reserva,<br />

aunque siempre he sido y soy <strong>de</strong> opinión no tienen porqué quejarse <strong>de</strong> él nues­<br />

tros compatriotas. y que su conducta ha sido diferente <strong>de</strong> la que observa esa<br />

República (Los Estados Unidos) maquiavélica. que es <strong>de</strong> todas las naciones anti­<br />

guas y mo<strong>de</strong>mas la más odiosa a mis ojos. (.,,),


ANDRÉS BELLO<br />

ORTOGRAFíA CASTELLANA*<br />

Hasta muy pocos días ha, no llegó a nuestras manos un<br />

artículo <strong>de</strong>l Sol <strong>de</strong> Méjico (15 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1824), dirigido<br />

a los autores <strong>de</strong>l discurso sobre la conveniencia <strong>de</strong> simpli­<br />

{lcar la ortografía, que se dio a luz en la Biblioteca Americana,<br />

y ha sido reimpreso con algunas adiciones en el<br />

tomo primero <strong>de</strong>l Repertorio.<br />

Agra<strong>de</strong>cemos al señor N. N . la comunicación que nos<br />

hace; pero hubiéramos <strong>de</strong>seado una noticia más por<br />

menor <strong>de</strong> la traducción castellana que cita <strong>de</strong>l tratado<br />

sobre los sacramentos <strong>de</strong> la iglesia por el arzobispo <strong>de</strong><br />

Florencia Martini, impreso con una ortografía que bajo<br />

muchos respectos se asemeja a la nuestra. La misma individualidad<br />

sentimos echar menos en lo tocante a El moribundo<br />

socorrido; pero <strong>de</strong> todos modos nos lisonjea mucho<br />

la atención que algunos literatos <strong>de</strong> Méjico han prestado<br />

a nuestro discurso, sea modificando las opiniones<br />

Grus Clnerea. Shaw. dibUJO <strong>de</strong> A. Bello<br />

expresadas en él, sea rebatiéndolas. La discusión es el<br />

mejor medio <strong>de</strong> fijar el Juicio; y si mediante ella llegamos<br />

a convencernos <strong>de</strong> que la práctica recomendada por nosotros<br />

produciría más inconvenientes que utilida<strong>de</strong>s, seremos<br />

los primeros en abandonarla, y nos abstendremos<br />

<strong>de</strong> turbar a la etimología y el uso en el goce pacífico <strong>de</strong><br />

su jurisdicción sobre materias ortográficas, que a nosotros<br />

ha parecido siempre usurpada.<br />

"La ortografía (dice con razón el ilustrado traductor<br />

• Se publiCÓ en El ReperlofloAmenclJno. Londnes. abnl <strong>de</strong> 1827. pp. 50-56 (Co­<br />

MI90N EDiTORA. C'IV\C',)<br />

28<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

<strong>de</strong>l arzobispo florentino) se reduze al uso <strong>de</strong> las letras, o<br />

<strong>de</strong> los signos con qe se espresan los sonidos; a la puntuazion<br />

para <strong>de</strong>notar el sentido qe se ha <strong>de</strong> dar a las oraziones;<br />

y a la azentuazion, para distinguir o marcar la cantidad<br />

<strong>de</strong> las silabas, esto es, para qe se conozcan las qe<br />

son largas, o en qe se á <strong>de</strong> cargar la pronunziazion en los<br />

casos dudosos,<br />

"En cuanto a la puntuazion, en nada nos apartamos <strong>de</strong><br />

las mejores reglas rezibidas, Por lo qe aze a los azentos<br />

no creemos necesario mas qe uno, qe le usamos solamente<br />

en la silaba larga, qe lo reqiere, para evitar eqivocaziones<br />

i para uniformar en esto la pronunziazion, qe<br />

suele variar en algunas provinzias,<br />

"Yen lo respectivo al uso <strong>de</strong> las letras, qe es la piedra<br />

<strong>de</strong>l escándalo, toda nuestra variación se reduze a suprimir<br />

la b, y la u vocal. cuando no suenan, ni azen falta para<br />

Ar<strong>de</strong>a minuta, dibujo <strong>de</strong> A Bello<br />

qe se pronunzie el sonido qe se quiere espresar; a escluir<br />

la k por estraña y superflua, y la x por qe, a mas <strong>de</strong> ser<br />

eterojénea, y no necesaria, tiene diversas pronunziaziones,<br />

y es mui espuesta a equivocar su sonido en la lectura,<br />

como <strong>de</strong> facto suze<strong>de</strong>,<br />

También escluiríamos a la z por sobrante y estraña <strong>de</strong><br />

nuestro alfabeto, y <strong>de</strong> uso inzierto, si estuviese en nuestra<br />

mano azer qe, escribiendo con c, ca, ce, ci, ca, cu, pronunciasen<br />

todos za, ze, zi, zo, zu, por qe entonces pondríamos<br />

qa, qe,qi,qo,qu, con q, en lugar <strong>de</strong> ca, con c, qe, qi,<br />

con q, y ca, cu, con c: y con esto seria perfecto nuestro<br />

alfabeto: cada signo espresaria un sonido, y no mas, y nin-


gun sonido tendría mas qe un signo, qe le espresase, y<br />

todos escribirian con uniformidad. Pero como la c en las<br />

silabas ca, co, cu, la pronunzian todos como q, y para qe<br />

tenga el sonido <strong>de</strong> ce, o cedo, es menester usar <strong>de</strong> la z,<br />

se conserva esta letra, estendiendo su uso a las silabas ze,<br />

zi, qe es en lo qe está la diferenzia, por qe así nadie eqivacará<br />

el sonido con qe á <strong>de</strong> pronunciar; pues nos acomodamos<br />

al qe todos dan a la z, y usamos <strong>de</strong> la c solo<br />

para las silabas ca, co, cu, qe nadie errará, por ser conforme<br />

a la pronunziazion jeneral <strong>de</strong> este signo en dichas<br />

silabas.<br />

"Por la misma raza n , escribimos, ga, gue, gui. go, gu,<br />

con g: y jo, je, ji, jo, ju, con j, qe todos pronunzian sin tropiezo<br />

ni eqivocazion; y solo diferimos en usar <strong>de</strong> la j, y no<br />

<strong>de</strong> la g antes <strong>de</strong> la e y <strong>de</strong> la i, en que su sonido es <strong>de</strong> J, y<br />

asi nadie se eqivocará en lo que nosotros escribimos,<br />

fijando a cada uno <strong>de</strong> los dos signos el uso qe le correspon<strong>de</strong>,<br />

conforme a la pronunziazion comúnmente rezibida<br />

y no suprimimos la u en gue, gui, por qe pronunziarian<br />

je,ji.<br />

"Finalmente, no introduzimos ninguna letra, o signo<br />

nuevo, y nos valemos <strong>de</strong> los nezesarios <strong>de</strong>l alfabeto castellano<br />

para los sonidos que todos les dan.<br />

"De esta materia se an escrito <strong>de</strong> un siglo a esta parte<br />

varias obras, y buenos discursos en los diarios <strong>de</strong> esta<br />

ciudad y en los <strong>de</strong> Méjico, y en las recomendables gaze-<br />

TridactyJa hirsuto. dibUJO <strong>de</strong> A. Bello<br />

tas <strong>de</strong> Guatemala, que permanezen victoriosos. aunqe<br />

varian en aczi<strong>de</strong>ntes: y creemos que si no los siguen<br />

todos lo qe los an leido, es por lo que diJO el poeta, que<br />

imberbes disdicere, senes per<strong>de</strong>nda fateri erubescunt. El traductor<br />

<strong>de</strong> ambas obras es vieJO, y á escrito, e impreso<br />

otras varias en el metodo comun; pero la corruptela. el<br />

uso, y la costumbre misma <strong>de</strong>ben ze<strong>de</strong>r a la razono<br />

"Estamos bien persuadidos <strong>de</strong> qe la real aca<strong>de</strong>mia<br />

española lo conoze asi, y <strong>de</strong> qe por pura pru<strong>de</strong>nzia no á<br />

echo <strong>de</strong> una vez la reforma, qe cree justa y nezesaria, a<br />

fin <strong>de</strong> no chocar con la preocupazión y la ignoranzia <strong>de</strong><br />

los nezios, cuyo número es infinito".<br />

29<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

0115 tordo. dibujo <strong>de</strong> A. Bello<br />

Así dice este literato, y hemos copiado con exactitud<br />

su ortografía, para que nuestros lectores menos instruidos<br />

vean que ni somos singulares en nuestro modo <strong>de</strong><br />

pensar; ni han faltado hombres juiciosos que llevasen las<br />

reformas <strong>de</strong> materia <strong>de</strong> escritura algo más allá que los<br />

editores <strong>de</strong>l Repertorio. Nuestro sistema no es nuevo, ni,<br />

cuando dimos el artículo citado <strong>de</strong> la Biblioteca, tuvimos<br />

la menor pretensión <strong>de</strong> originalidad. Si se examinan nuestras<br />

reglas ortográficas, se verá que apenas hay una que<br />

no haya sido puesta en práctica antes <strong>de</strong> ahora. Tenemos<br />

a la vista la primera edición <strong>de</strong>l Terencio traducido por<br />

Pedro Simón <strong>de</strong> Abril (Alcalá <strong>de</strong> Henares, 1583), yen ella


pesadumbre <strong>de</strong>l exilio. Yo pa<strong>de</strong>zco el sortilegio <strong>de</strong> su voluntad<br />

repentina y <strong>de</strong>claro en frases indirectas el pensamiento <strong>de</strong>l re­<br />

tomo al mediodía jovial. Mis palabras vuelan ateridas, enfermas<br />

<strong>de</strong> la congoja <strong>de</strong>l cielo.<br />

La dama cortés adivina en lontananza un mensaje benévo­<br />

lo. Recibe <strong>de</strong> manos <strong>de</strong> un jinete menudo y suspicaz el secre­<br />

to <strong>de</strong> la belleza inmortal. el iris <strong>de</strong> los polos, una flor ignorada.<br />

La zarza <strong>de</strong> los médanos<br />

y se siente dormido<br />

en el ataúd.<br />

El insomne abre<br />

los ojos<br />

y ve <strong>de</strong> nuevo el espectro<br />

atravesando la pared<br />

con su cabeza cortada.<br />

El insomne se coloca la cabeza cortada<br />

en el lugar <strong>de</strong> su cabeza<br />

y empieza a gritar.<br />

pero no grita<br />

El país <strong>de</strong> mi infancia adolecía <strong>de</strong> una ari<strong>de</strong>z penitencial. porque nadie lo oye.<br />

Yo sufna el ascendiente <strong>de</strong> un cielo <strong>de</strong>svaído y divisaba el El insomne grita, grita,<br />

perfil <strong>de</strong> una torre mística. pero nadie lo oye.<br />

Los montes sobrios y <strong>de</strong> cima recóndita prefenan el capuz El insomne flota<br />

<strong>de</strong> noviembre. Las almas <strong>de</strong> los difuntos, según eJ pensamien- en el silencio <strong>de</strong>l Universo.<br />

to <strong>de</strong> una criatura pusilánime, se recataban en su esquivez,<br />

seguían las vicisitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un no perplejo y volaban en la brisa<br />

<strong>de</strong>l océano.<br />

Vencíamos el susto <strong>de</strong> las noches visionarias a través <strong>de</strong>l<br />

páramo, en la carroza veloz. Unos juncos lacios interrumpían<br />

la fuga <strong>de</strong> las ruedas y la luna indolente vertía a la redonda el<br />

embeleso <strong>de</strong> sus matices <strong>de</strong> plata.<br />

La criatura infantil. objeto <strong>de</strong> mis cuitas, amaba <strong>de</strong> modo<br />

férvido unas flores balsámicas, <strong>de</strong> origen si<strong>de</strong>ral, imbuidas en el<br />

aire salobre. Vivía suspensa <strong>de</strong>l anuncio <strong>de</strong> la muerte y las<br />

<strong>de</strong>mandaba para su tumba. Yo he <strong>de</strong>fendido las hojas monta­<br />

races <strong>de</strong>l asalto <strong>de</strong> las arenas.<br />

El mar salió <strong>de</strong> sus límites a cubrir el litoral <strong>de</strong>sventurado.<br />

Una sombra muda y transparente dirigió el esquife <strong>de</strong> mi salud<br />

al reino <strong>de</strong> la aurora, a la felicidad inequívoca.Yo <strong>de</strong>spertaba <strong>de</strong><br />

unos sueños encantados y percibía en el aire <strong>de</strong>l aposento los<br />

efluvios <strong>de</strong> la maleza fragante .<br />

El insomne<br />

El insomne no <strong>de</strong>scansa.<br />

Cierra los ojos<br />

VICENTE GERBASI*<br />

y sigue viendo un espectro<br />

que traspasa la pared<br />

y regresa con la lámpara<br />

encendida, opaca,<br />

<strong>de</strong> los muertos.<br />

El insomne toca la ma<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong> la cama, fna,<br />

A Francisco Pérez Perdomo<br />

• Vicente Gemasl (Canoabo, 191 3·Caracas. 1992), Fue fundador <strong>de</strong>l grupo<br />

Viernes Premio Municipal <strong>de</strong> Poesla (1943), Premio N aCional <strong>de</strong> Literatura<br />

( 1969). Algunos libros Vigilia <strong>de</strong>l nóufrago (1937), Bosque doliente ( 1940), Poe·<br />

mas <strong>de</strong> la noche y <strong>de</strong> la uerra (1943), Mi padre el inmigrante (1945), Los espa·<br />

ClOS cólldos (1952). Tirano <strong>de</strong> sombra y fuego (1955), Por arte <strong>de</strong>l sol (1958).<br />

011\05 <strong>de</strong> eternidad (196 1), Rememorando la Batalla <strong>de</strong> Carabobo (1971), Re·<br />

rumba como un sótano <strong>de</strong>l CielO (1977), Un dJ'a muy distante (1988), El solltano<br />

>lento <strong>de</strong> las hOjas ( 1989), D,amante fúnebre (1991 ), Los onundos <strong>de</strong>l Paral'so<br />

Vicente Gemasl, Antolog,'a poética, Monte Ávda Edrtones Latlnoamencana.<br />

Caracas, Venezuela. 2004, pp 234,235 y 255<br />

Hojas<br />

Qué silencio<br />

tan profundo<br />

se oye en tu muerte.<br />

Se abre el arcoiris<br />

en la soledad<br />

<strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>.<br />

Sólo oraciones<br />

se oyen en el curso<br />

<strong>de</strong>l no.<br />

El agua habla<br />

con las piedras.<br />

Tú y yo<br />

permanecemos<br />

ca llados<br />

bajo un cielo<br />

32<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

<strong>de</strong> hojas que vuelan.


Cuando la limitación humana es gran<strong>de</strong>. y<br />

corremos en busca <strong>de</strong> perdices. maíz y el<br />

somnoliento fósforo como la lluvia.<br />

Vuelvo a hablarle al antiguo guerrero.<br />

El huésped invisible. adornado con bellas plumas.<br />

Me <strong>de</strong>tiene en el umbral <strong>de</strong> su casa.<br />

Con un gesto<br />

Ciego<br />

De amor.<br />

XII<br />

Yo me i<strong>de</strong>ntifico. a menudo. con otra persona que no me<br />

revela su nombre ni sus facciones. Entre dicha persona<br />

y yo. ambos extrañamente rencorosos. reina la beatitud y<br />

la crueldad. Nos amamos y nos <strong>de</strong>gollamos. Somos<br />

dolientes y pequeños. En nuestros lechos hay una iguana.<br />

una rosa mustia (para los días <strong>de</strong> lluvia) y gatos<br />

sonámbulos que antaño pasaron sobre los tejados.<br />

Nosotros. que no rebasamos las fronteras. nos quedamos<br />

en el umbral. en nuestras alcobas. siempre esperando un<br />

tiempo meJor.<br />

El ojo perspicaz <strong>de</strong>scubre en este semejante mi propia<br />

ignorancia. mi ausencia <strong>de</strong> rasgos frente a cualquier<br />

espejo.<br />

Ahora camino. <strong>de</strong>snudo en el <strong>de</strong>sierto. Camino en el<br />

<strong>de</strong>sierto con las manos.<br />

You<br />

T ú apareces.<br />

tú te <strong>de</strong>snudas.<br />

tú entras en la luz.<br />

tú <strong>de</strong>spiertas 105 colores<br />

tú coronas las aguas.<br />

RAFAEL CADENAS*<br />

Ra&eI Ca<strong>de</strong>nas<br />

VemIlS selecto.<br />

tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor;<br />

tú rematas la más cegadora <strong>de</strong> las orill as.<br />

tú predices si el mundo seguirá o va a caer;<br />

tú conjuras la tierra para que acompase su ritmo a tu<br />

lentitud <strong>de</strong> lava.<br />

tú reinas en el centro <strong>de</strong> esta conflagración<br />

y <strong>de</strong>l primero<br />

al séptimo día<br />

tu cuerpo es un arrogante<br />

don<strong>de</strong> vive<br />

35<br />

Biblioteca <strong>de</strong> M éxico<br />

el<br />

&<br />

temblor.<br />

palacio<br />

(De Una isla)<br />

• Rafael Ca<strong>de</strong>nas. nació en Barqulslmeto en 1930. ha publicado 105 poemanos<br />

Los cua<strong>de</strong>lnos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>suerro (1960). Falsas manIobras (1966). Imempene (1977).<br />

Memonal ( 1977). Amante (1983) Y Gesuones ( 1992) así como 105 textos<br />

RealIdad y LIteratura (1979). En tomo al lengUaje ( 1985). AnotaCIones ( 1983).<br />

DIchos ( 1992). Apuntes sobre San Juan <strong>de</strong> la (ruz y la misuca y Enffev/s(Qs (2000)<br />

Rafael Ca<strong>de</strong>nas. Poemas selectos. bid & ca. editor. Caracas. Venezuela. 2005.<br />

pp. 1 1. 45.78. 129 Y 138


el espacio don<strong>de</strong> comienza el nacer - invadido a cada instante­<br />

y el espacio puramente conjetural <strong>de</strong> la muerte.<br />

En vertical dos espacios se confrontan<br />

entre dos concavida<strong>de</strong>s opuestas en horizontal: percepción <strong>de</strong>l<br />

-suelo y cielo que a través <strong>de</strong> mi cuerpo<br />

intercambian ecos en un espacio hipotético.<br />

En ese instante<br />

(envuelto yo en una atmósfera magnética<br />

[suelo y percepción <strong>de</strong>l cielo<br />

cuando todas las sensaciones se confun<strong>de</strong>n hacia el blanco<br />

hacia un silencio agudo<br />

hacia un punto <strong>de</strong> aroma y <strong>de</strong> sabor que aprieto con la punta<br />

sólo una sensación parece venir <strong>de</strong>l exterior:<br />

[<strong>de</strong> la lengua)<br />

un rayo que atraviesa en diagonal el espacio formado por las<br />

dos concavida<strong>de</strong>s y los dos espacios hipotéticos.<br />

Antes <strong>de</strong> partir<br />

A ntes <strong>de</strong> partir<br />

No te <strong>de</strong>tengas a mirar<br />

Esas sábanas en <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />

y ese vaso<br />

Don<strong>de</strong> tantas veces uno ha bebido<br />

Busca más bien<br />

Los horizontes que puedas tejer como estambres<br />

Los pájaros que comen sobre los hombros <strong>de</strong> los ciegos<br />

y esa ruta que te lleve<br />

Como una escritura<br />

RAMÓN PALOMARES*<br />

.. aLlOTECA aASICA DE AUTORU VENEZOLANOS<br />

la comida<br />

No me comas Francisco<br />

que soy tu muerte<br />

Yo, la carne espesa <strong>de</strong> tomat es y orégano<br />

yo, la sal<br />

soy tu cuchillo<br />

No me comas Francisco<br />

que soy tu filo, tu punta <strong>de</strong> flecha,<br />

Yo, el venado<br />

el puerco <strong>de</strong> monte,<br />

el aguacate y la papa<br />

Soy tu vela <strong>de</strong> entierro,<br />

tu inCienso, tu urna<br />

N o me comas Francisco que soy tu agua bendita,<br />

las legumbres, yo<br />

tu pala, tu pico<br />

37<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

el sitio don<strong>de</strong> caven tu fosa<br />

No me comas, hijo, no me comas,<br />

que <strong>de</strong>spués no podrás vomitarme<br />

• Ramón Palomares nació en Escuque. estado Trujillo. en 19 35. Es fundador <strong>de</strong>l<br />

grupo literario SardiO (1958-6 1). años en los que se publica El reinO, su primer<br />

libro. PertenecIó a El Techo <strong>de</strong> la Ballena. Maestro. Fue profesor titular <strong>de</strong> L, ­<br />

teratura <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Los An<strong>de</strong>s<br />

A lgunos libros: POIsano ( 1964). El ahogado ( 1964), Honras (unebres ( 1965).<br />

Santiago <strong>de</strong> León <strong>de</strong> Caracas ( 1967), El vlenteClCO suave <strong>de</strong>l amanecer con los pomeros<br />

aromas ( 1969). AdiÓS Escuque (Premio NaCional <strong>de</strong> Literatura 1974).<br />

Elegia 1830 ( 1980). El vlenco y lo p,edra ( 1984). Alegres prOVinCIaS ( 1988).<br />

Méoda. elogIO <strong>de</strong> sus n'os ( 1985). Lobos y halcones ( 1997)<br />

Ramón Palomares, Antologia poética. Monte ÁVlla Edrtores Latinoamericana.<br />

Caracas. Venezuela. 2004, pp. 103-104. 177- 178


y comió Francisco su noche, su filo, su punta <strong>de</strong> flecha<br />

y comió su pala y su pico<br />

y la urna<br />

y las velas que no le pusieron.<br />

El jugador<br />

Yo soy como aquel hombre que estaba sentado en una<br />

[mesa <strong>de</strong> juego<br />

y al promediar la tar<strong>de</strong> ya estaba bien basado<br />

y dio y dio hasta que estuvo ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> montones <strong>de</strong> plata<br />

y ya en la tar<strong>de</strong>cita era puro <strong>de</strong> oro<br />

y le llegaban mujeres y le ponían los brazos al cuello<br />

y él se reía<br />

y estaba lleno <strong>de</strong> joyas, lleno <strong>de</strong> prendas<br />

y los ojos y las orejas eran <strong>de</strong> fina joyería<br />

y los bigotes y la barba eran <strong>de</strong> verdad piedras l Y muy<br />

Muy preciosas!<br />

y a las nueve ya estaba en su apogeo<br />

y la mesa y los jugadores y los que estaban en lo alre<strong>de</strong>dor<br />

brillaban<br />

y aquello eran nomás soles Y un gran sol que era él<br />

y esa casa era un solo resplan<strong>de</strong>cer y resplan<strong>de</strong>cer<br />

y mientras más entraba la noche<br />

más y más claro se hacía<br />

y el tiempo iba y venía y así<br />

hasta que todo era una gran montaña<br />

y el hombre estaba en el centro y en lo más alto <strong>de</strong>l monte<br />

y se veía como una enorme piedra roja y en lo alre<strong>de</strong>dor<br />

todos eran <strong>de</strong> oro y todos <strong>de</strong> monedas<br />

riéndose con aquellos dientes que chispeaban<br />

y hablando con sus lenguas <strong>de</strong> porcelana y rubíes.<br />

Entonces eran como las doce Y el reloj<br />

dijo a dar las doce<br />

y al ratico nomás quedaba la casa<br />

y al ratico<br />

nomás quedaba la sala con la gente brillando y brillando<br />

y ya no quedaba sino la mesa y los montoncitos <strong>de</strong> oro<br />

y el hombre miraba a todos lados<br />

y abría la boca y miraba<br />

y <strong>de</strong>saparecieron las mujeres Y vio los montoncitos <strong>de</strong><br />

ceniza<br />

y se quedó <strong>de</strong>snudo<br />

y se puso a llorar<br />

Ai se dio cuenta Que todo se le había vuelto noche<br />

y resplandores Nada l<br />

Todo <strong>de</strong> luto y hosco<br />

Yesos ojos <strong>de</strong> él vieron una luz<br />

y volvieron en sí<br />

y volvieron a mirarse como era él<br />

y tendió la mano sobre los montoncitos <strong>de</strong> ceniza<br />

sonriendo<br />

Ya me voy -dijo<br />

Me voy como me vine - dijo<br />

"Adiós"<br />

Y se fue por :0 oscuro.<br />

.... Paisaje <strong>de</strong> Venezuela<br />

39<br />

Bibl ioteca <strong>de</strong> México<br />

EUGENIO MONTEJO*<br />

Eugenio Montejo<br />

Poemas selectos<br />

La estatua <strong>de</strong> Pessoa<br />

La estatua <strong>de</strong> Pessoa nos pesa mucho,<br />

hay que llevarla <strong>de</strong>spacio.<br />

Descansemos un poco aquí a la vuelta<br />

mientras vienen más gentes en ayuda.<br />

Tenemos tiempo <strong>de</strong> tomar un trago.<br />

Son tantas sombras en un mismo cuerpo<br />

y <strong>de</strong>bemos subirlas a la cumbre <strong>de</strong>l Chiado.<br />

A cada paso se intercambian idiomas,<br />

anteoJos, sombreros, soleda<strong>de</strong>s.<br />

Démosle vi no ahora. Pessoa siempre bebía<br />

en estos bares <strong>de</strong> borrosos espejos<br />

que el Tajo cruza en un tranvía sonámbulo.<br />

¿Por qué no va a beber su estatua)<br />

Con todo el siglo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus huesos<br />

vueltos ya piedras llenas <strong>de</strong> sauda<strong>de</strong>s,<br />

casi nos dobla los hombros<br />

bajo el silencio <strong>de</strong> su risa pagana.<br />

&<br />

A Rafael Ca<strong>de</strong>nas<br />

• EugeniO Montejo (Cal'acas. Venezuela. 1938). ha publIcado los Siguientes<br />

libros <strong>de</strong> poesía: Élegos ( 1967). Muerte y memorra ( 1972). Algunos Palabras<br />

( 1976). Terredad (1978). TrópICO absoluto ( 1982). Alfabeto <strong>de</strong>l mundo (1986).<br />

AdIÓS 01 Siglo xx ( 1992). Partitura <strong>de</strong> lo cigarra (2999) y Papiros amorosos (2002).<br />

Ha publicado asimIsmo dos colecciones <strong>de</strong> ensayos Lo ventano obliCUO ( 1974)<br />

y El taller blanco ( 1983). así como vanos cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> escritura heteronímica<br />

entre los que figuran El cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> Bias ColI ( 1981 ). GUItarra <strong>de</strong> horrzonte por<br />

SergIo Sandoval ( 1992). El hacho <strong>de</strong> sedo por Tomás Lin<strong>de</strong>n (1996) Y Chamarra<br />

por Eduardo Polo (2004). Antologías <strong>de</strong> su obra poética han sido publIcadas<br />

en Brasil. España. México. Bogotá. Londres. Caracas y Valencia. En 1998 le fue<br />

concedido el Premio Nacional <strong>de</strong> Literatura.<br />

EugeniO Monte/o. Poemas selectos. bid & ce. editor, Caracas. Venezuela.<br />

2005. pp. 77-78. 86-88


No hay que apurarse. Llegaremos.<br />

Lo que más cuesta no es la altura <strong>de</strong> su cuerpo<br />

ni el largo abrigo que lo envuelve<br />

sino las horas <strong>de</strong>l misterio<br />

que se repliegan pétreas en el mármol.<br />

Cuanto a diario soñó por estas calles<br />

y <strong>de</strong>soñó y volvió a soñar y <strong>de</strong>soñar;<br />

el tiempo refractado en voces y antivoces<br />

y los horóscopos oscuros<br />

que lo han cubierto como una gruesa pátina.<br />

Alzar sólo su cuerpo sería fácil.<br />

Aunque se embriague no pesa más que un pájaro.<br />

Adiós al siglo xx<br />

Cruzo la calle Marx, la calle Freud;<br />

ando por una orilla <strong>de</strong> este siglo,<br />

<strong>de</strong>spacio, insomne, caviloso,<br />

espía od honorem <strong>de</strong> algún reino gótico,<br />

A Á/varo Mutis<br />

recogiendo vocales caídas, pequeños guijarros<br />

tatuados <strong>de</strong> rumor infinito.<br />

La línea <strong>de</strong> Mondrian frente a mis ojos<br />

va cortando la noche en sombras rectas<br />

ahora que ya no cabe más soledad<br />

en las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> vidrio.<br />

Cruzo la calle Mao, la calle Stalin;<br />

miro el instante don<strong>de</strong> muere un milenio<br />

y otro <strong>de</strong>spunta su terrestre dominio.<br />

Mi siglo vertical y lleno <strong>de</strong> teorías ...<br />

Mi siglo con sus guerras, sus posguerras<br />

y su tambor <strong>de</strong> Hitler allá lejos,<br />

entre sangre y abismo.<br />

Prosigo entre las piedras <strong>de</strong> los viejos suburbios<br />

por un trago, por un poco <strong>de</strong> jazz,<br />

contemplando los dioses que duermen disueltos<br />

en el serrín <strong>de</strong> los bares,<br />

mientras <strong>de</strong>scifro sus nombres al paso<br />

y sigo mi camino.<br />

La poesía<br />

La poesía cruza la tierra sola,<br />

apoya su voz en el dolor <strong>de</strong>l mundo<br />

y nada pi<strong>de</strong><br />

- ni siquiera palabras.<br />

Llega <strong>de</strong> lejos y sin hora, nunca avisa;<br />

tiene la llave <strong>de</strong> la puerta.<br />

Al entrar siempre se <strong>de</strong>tiene a miramos.<br />

Después abre su mano y nos entrega<br />

una flor o un guijarro, algo secreto,<br />

pero tan intenso que el corazón palpita<br />

<strong>de</strong>masiado veloz. Y <strong>de</strong>spertamos.<br />

40<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

El naufragio<br />

El naufragio <strong>de</strong> un cuerpo en otro cuerpo<br />

cuando en su noche, <strong>de</strong> pronto, se va a pique ...<br />

Las burbujas que suben <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo<br />

hasta el bordado pliegue <strong>de</strong> las sábanas.<br />

Negros abrazos y gritos en la sombra<br />

para morir uno en el otro,<br />

hasta borrarse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo oscuro<br />

sin que el rencor se adueñe <strong>de</strong> esta muerte.<br />

Los enlazados cuerpos que zozobran<br />

bajo una misma tormenta solitaria,<br />

la lucha contra el tiempo ya sin tiempo,<br />

palpando lo infinito aquí tan cerca,<br />

el <strong>de</strong>seo que <strong>de</strong>vora con sus fauces,<br />

la luna que consuela y ya no basta.<br />

El naufragio final contra la noche,<br />

sin más allá <strong>de</strong>l agua, sino el agua,<br />

sin otro paraíso ni otro infierno<br />

que el fugaz epitafio <strong>de</strong> la espuma<br />

y la carne que muere en otra carne.<br />

GUSTAVO PEREIRA*<br />

• Gustavo Pereira. poeta y ensayista venezolano nacido en Margarita (1940).<br />

doctorado en la Universidad <strong>de</strong> Paris y fundador <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Humanida<strong>de</strong>s<br />

y Ciencias Sociales <strong>de</strong> la Un iversidad <strong>de</strong> Oriente. Ha obtenido numerosos<br />

premios. como el Nacional <strong>de</strong> Literatura (2000). el Ramos Sucre (1997) Y<br />

el <strong>de</strong> Fundarte ( 1993). Director <strong>de</strong> la Revista Nacional <strong>de</strong> Cultura (1 999-2002)<br />

Y autor <strong>de</strong> una treintena <strong>de</strong> libros; su más reciente titulo. Sentimentario (2004).<br />

pertenece a la colección Altazor <strong>de</strong> Monte Avila Editores Latinoamericana.<br />

Gustavo Pereira. Poesía Selecta. Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas<br />

Venezuela. 2004. p.1 04. 134 Y 135.


illo a la soledad<br />

brillo a la parcela <strong>de</strong> aliento<br />

que guarda en los cartnagos<br />

en la marejada <strong>de</strong>l corazón<br />

en la penumbra <strong>de</strong> los sueños<br />

don<strong>de</strong> a veces relampaguea<br />

la dormida tenaza<br />

guijarro contra espejo<br />

preñez a contracielo<br />

me encontrarán tendida a ras <strong>de</strong> luna<br />

o flotando lluvia abajo<br />

en la resaca <strong>de</strong>l último cigarro<br />

en el silencio que vibra emparamado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> pronuncio mi postrer discurso<br />

exhortando a los curiosos a que <strong>de</strong>svíen la atención<br />

hacia otra parte<br />

por ejemplo a ciertas virtu<strong>de</strong>s<br />

que no tuve tiempo <strong>de</strong> probar<br />

quizás porque no logré lo que quise<br />

un cómodo sofá<br />

un mundo que no cambió<br />

que apenas si empieza a pestañear<br />

ahora que purgo mi orfandad<br />

que los párpados pesan asidos al <strong>de</strong>samparo<br />

ya voy tierra<br />

ya voy cenizas<br />

ya voy olvido<br />

circulen buenas gentes<br />

aquí no ha pasado nada<br />

regresen a sus oficios<br />

a la sobrecogedora normalidad<br />

SharonTate<br />

Sangre<br />

Sangre<br />

y más sangre<br />

WILLIAM OSUNA*<br />

un flujo <strong>de</strong> sangre por toda la casa<br />

las luces apagadas<br />

y el cinematógrafo encendido<br />

por última vez<br />

en la última escena<br />

la palabra pig escrita en las<br />

pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l baño<br />

• William Osuna ( 1948) es poeta. docente. editor. Ha publicado Estos 81 : Mas<br />

si yo fuera poeta. un buen poeta: Antología <strong>de</strong> lo molo calle: Son José Blues +<br />

Epopeya <strong>de</strong>l Gua/re y otros poemas. Dirigió el Taller <strong>de</strong> poesía <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong><br />

Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Ha obtenido los siguientes premios:<br />

IV Bienal José Antonio Ramos Sucre; Premio Municipal <strong>de</strong> Poesía Manuel<br />

Díaz Rodríguez; Premio Ciudad <strong>de</strong> Caracas; primera mención en el Concurso<br />

Internacional <strong>de</strong> la revista Poesía. Su obra poética ha sido traducida al inglés.<br />

chino y serviocroata. Es editor <strong>de</strong> las revistas En el cominO y A pleno voz.<br />

William Osuna. Miré los muros <strong>de</strong> lo patrio mío. Monte Ávila editores<br />

Latinoamericana. Caracas. Venezuela, 2004. pp. 225. 238 Y 245.<br />

no hay ticket <strong>de</strong> vuelta<br />

ni función continuada.<br />

Por la noche<br />

en los oscuros estudios <strong>de</strong> Hollywood<br />

un sueño <strong>de</strong> dólares y gatos perfumados<br />

se une a éste<br />

que finaliza<br />

en un estacionamiento<br />

y hace<br />

que yo <strong>de</strong>spierte<br />

con humo en la boca.<br />

Casi arte poética<br />

Un poema no sale <strong>de</strong> esta campana sorda.<br />

ni mucho menos<br />

<strong>de</strong> este bostezo angelical<br />

que teme pudrirse con las palabras.<br />

Un poema - por ejemplo- es capaz<br />

<strong>de</strong> reventar hasta caminando por las calles<br />

don<strong>de</strong> quebramos los vidrios hace quince años<br />

cuando entonces llevábamos pantalones mofletudos<br />

y los zapatos gastados en los tacones.<br />

En el mejor <strong>de</strong> los casos un poema es cuestión<br />

<strong>de</strong> principios<br />

y en este asunto sabemos que cada quien lleva los<br />

suyos<br />

Un (¡1m imposible <strong>de</strong> olvidar.<br />

Poetalandia<br />

42<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

L os poetas quieren escribir como niñas <strong>de</strong>l San José<br />

<strong>de</strong> Tarbes, cosa que no estana nada mal, si<br />

fuesen las niñas <strong>de</strong>l San José en persona.<br />

Parecen princesas <strong>de</strong>sanilladas. Toman caña<br />

mala, comen cuca andina, hablan <strong>de</strong> ambrosía,<br />

y <strong>de</strong> una miel que no vino <strong>de</strong>l estado Aragua.


Antes monan en una barricada. <strong>de</strong>vorados por el<br />

hambre, paraíso <strong>de</strong> las drogas, arrastrados en el<br />

estiércol <strong>de</strong> las oficinas, o <strong>de</strong> amor.<br />

Hoy aparecen como sombras parloteando en un<br />

matorral. Son límpidos e inmaculados. Si fuesen<br />

gusanos vivinan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> manzanas <strong>de</strong> oro.<br />

A los poetas les obse<strong>de</strong> una dulzura inimaginable.<br />

No se les conoce pares, la mejor especie.<br />

Invocan los caminos <strong>de</strong> la fama; en esos caminos<br />

trepan alto, andan en zancos por toda la ciudad,<br />

se hacen perseguir por ven<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> alfombras<br />

y artefactos eléctricos.<br />

En los hoteles cuentan historietas <strong>de</strong> hombres<br />

con gabán, lentes oscuros, noches <strong>de</strong> apremio en<br />

supermercados y cines.<br />

No revelan, no liberan, se unen a un hilo telefónico,<br />

a una suma bancaria, a una placa <strong>de</strong> bronce.<br />

en cualquier esquina o salón. Al pasar <strong>de</strong> los<br />

años <strong>de</strong>vienen en la butaca 1800 en el gallinero<br />

<strong>de</strong>l Parnaso.<br />

Los poetas viven <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los poetas. es <strong>de</strong>cir<br />

Suce<strong>de</strong>n.<br />

que allí no vive nadie, sino su pequeña ambición.<br />

EDDAARMAS*<br />

• (Caracas. 1955) Ha publicado los libros <strong>de</strong> poesía: Roto todo silencio (1975).<br />

Contro el aire (1977). Cuerdas <strong>de</strong> serpiente (1985). Rojo circular (1992). Sable<br />

(1994. Premio Municipal <strong>de</strong> Poesía 1995). La otro orilla (1999). La mujer que<br />

nos miro (2000). En bicicleta recibió en 2002 el Premio <strong>de</strong> Poesía <strong>de</strong> la X IV<br />

Bienal J. A Ramos 5ucre.<br />

Edda Armas. Armaduro <strong>de</strong> piedro. Ed. Pequeña Venecia. No. 97. Caracas.<br />

Venezuela. 2005. pp. 45 Y 67.<br />

Cuando regresen los guerreros<br />

con la vida metida en una misma maleta<br />

ahorcadas las i<strong>de</strong>as y los ruegos<br />

quemados ya los libros y los manifiestos<br />

escritos con celo <strong>de</strong> carcelero<br />

con el coraje <strong>de</strong> los silenciados<br />

<strong>de</strong> los que ya se han ido<br />

<strong>de</strong> la fogata sacarás los ojos<br />

para interrogarlo todo<br />

C astigar los amuletos. Trenzar<br />

la suerte con la cinta alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l tobillo<br />

no basta. Daga que se enfunda<br />

Cascabel que amarra la luz al encen<strong>de</strong>rla<br />

El lodo en el rostro son las nubes huesas<br />

<strong>de</strong> todo holocausto<br />

paso <strong>de</strong> piedra en piedra. Auschwitz<br />

Hiroshima. Bosnia. Irak, Bagdad<br />

La ciudad rota. las ciuda<strong>de</strong>s<br />

como piedra honda<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> esto escribo. Cae. duelen<br />

como cuerpo<br />

como país.<br />

El ojo sangra. El amuleto sangra<br />

Luna que nos sigue. No hay caverna<br />

Saliva amarga lo que tragas<br />

Decimos oro<br />

SANTOS LÓPEZ*<br />

Decimos oro.<br />

y el apetito <strong>de</strong> lo extraño limpia su camino <strong>de</strong> saña;<br />

y <strong>de</strong> lo propio, la roca <strong>de</strong> los muertos rueda hacia su volcán.<br />

El hombre <strong>de</strong>stinado al péndulo continúa su vaivén <strong>de</strong> trueque.<br />

A un lado prueba el amor y en el otro, la repugnancia y sus<br />

lenguas.<br />

4l<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Al pensar su permanencia, abre un suspenso.<br />

No sigue ningún cauce ni leyenda.<br />

Los anhelos no pasan cuando oímos quietud.<br />

• ( 1955) Poeta Director fundador <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong> la Poesía Pérez Bonal<strong>de</strong>. Libros<br />

<strong>de</strong> poesía publicados: Otras costumbres. Universidad Central <strong>de</strong> Venezuela.<br />

1980; Alguna luz Alguna ausencia. Fundarte. 1981 . Mas doliendo ya. la<br />

Calle Empedrada 1984; Soy el animal que creo. Fundarte. 1987. E/libro <strong>de</strong> la tribu.<br />

Monte Ávila Editores, 1993. Los buscadores <strong>de</strong> agua. Ediciones <strong>de</strong> la Casa<br />

<strong>de</strong> la Poesía. 2000. E/ cielo entre cenizas. Monte Ávila Editores, 2004. Poemas<br />

suyos han sido traducidos al inglés, alemán, francés, chino e italiano. Fue merecedor<br />

<strong>de</strong>l Premio Municipal <strong>de</strong> Poesía en dos ocasiones: 1986 y 200 l .<br />

Santos López, Soy el animal que creo. Antología; Colección Vitral es <strong>de</strong> Alejandría.<br />

Grupo Editorial Eclepsidra. Caracas, Venezuela, 2004, pp. 141 Y 160.


Decimos verdad.<br />

y <strong>de</strong> qué manera gozosa el caos agrada a nuestros sentidos<br />

y los disuelve en su hora.<br />

El cielo en la balanza es apenas un huésped <strong>de</strong>l día<br />

La luz hace luz en las palabras.<br />

y la noche tiene un préstamo pálido <strong>de</strong> la imaginación;<br />

y es prenda <strong>de</strong> la blasfemia bajo un sol celoso.<br />

Decimos adorno.<br />

y venimos al mundo en dos tiempos inseparables:<br />

Un milenio <strong>de</strong> mentiras recalentado en su sed<br />

y otro <strong>de</strong> fantasía, don<strong>de</strong> las aguas se beben estancadas.<br />

Contemplación<br />

Esta noche he sacado mi estera a la luz <strong>de</strong> la luna<br />

y sobre una piedra me acuesto a ver el cielo.<br />

Ahora puedo reír y volar a mis anchas.<br />

Aquí todo es resplan<strong>de</strong>ciente.<br />

Después <strong>de</strong>l redondo espejo en el cruce <strong>de</strong> la entrada,<br />

Aparecen las gran<strong>de</strong>s terrazas <strong>de</strong> los astros,<br />

El plumaje <strong>de</strong> las estrellas que se queman,<br />

El torrente <strong>de</strong> aguas que no se encoge,<br />

Las ondas celestes que navegan sin sombras,<br />

El torbellino transparente <strong>de</strong> nubes,<br />

El paso tembloroso <strong>de</strong>l arcoiris,<br />

El árbol <strong>de</strong> rocío que nunca cesa<br />

y las murallas <strong>de</strong> vapores y lluvias.<br />

Vi todo esto en el cielo acostado en una estera<br />

Sobre una piedra negra a la luz <strong>de</strong> la luna.<br />

... Caracas vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> La Rinconada<br />

Hay un puente<br />

MARISSA ARROYAl*<br />

Vertiente norte<br />

Qué nos han <strong>de</strong>jado<br />

la transparencia <strong>de</strong> la mañana<br />

el cuarzo rosado<br />

<strong>de</strong> una rama <strong>de</strong> apamate<br />

las crines <strong>de</strong> los caballos<br />

relucientes <strong>de</strong> rocío<br />

la niña bajo las bungavillas<br />

y un perfume en la mirada<br />

que a sí misma se mira<br />

Vida en el <strong>de</strong>sierto<br />

Tras las dunas<br />

45<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

los vientos se agitan y ululan y bruñen<br />

las torres ojivales <strong>de</strong> obsidiana<br />

en el tumulto <strong>de</strong> arena y sal<br />

a tientas hilo con hebras luminosas<br />

la frescura <strong>de</strong>l pozo<br />

que guardan el león y el unicornio<br />

Marissa Arroya/<br />

.Venezolana nacida en San José <strong>de</strong> Mayo. Uruguay. en 1959. Ha colaborado con<br />

la producción <strong>de</strong> la Semana Internacional <strong>de</strong> la Poesía. organizada por la Casa<br />

<strong>de</strong> la Poesía J. A Pérez Bonal<strong>de</strong>. Obtuvo mención <strong>de</strong> honor en la V bienal <strong>de</strong> literatura<br />

Mariano Picón Salas <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s. Premio Caupolicán<br />

Ovalles, con el poemario Vertiente norte. Su poemario infantil Guoroiro Repono<br />

fue finalista en la Bienal latinoamericana y <strong>de</strong>l Caribe <strong>de</strong> Literatura para Niños<br />

"Canta Pirulero". <strong>de</strong>l Ateneo <strong>de</strong> Valencia<br />

Marissa Arroyal. Vertiente Norte. Edicio nes Actual-Universidad <strong>de</strong> los<br />

An<strong>de</strong>s. Mérida. Venezuela. 2004. pp. 61 Y 93.


<strong>de</strong> no a no<br />

JUAN CARLOS LÓPEZ<br />

QUINTERO*<br />

JUJIl Carl", Lóp"] QUIIllcrn<br />

al pie <strong>de</strong> la página<br />

l,IU I'o r llllnlll\1 I III!"\IIII{<br />

(, 11)-1\11'" \'IIR.\I'\ 01 \ 111' ..... ORlo\<br />

P'll ,l"<br />

no me conformo con tener cabeza <strong>de</strong> chacal<br />

barbilla perfilada que no <strong>de</strong>ja apoyar mano alguna<br />

la casa gran<strong>de</strong> y eterna <strong>de</strong>l faraón<br />

no<br />

hay un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> saber que no teme pena<br />

y enmu<strong>de</strong>ce las palabras<br />

tengo que aceptar en la oscuridad<br />

los jeroglíficos <strong>de</strong> la angustia<br />

<strong>de</strong> un aquí y un allá<br />

entre un no y no<br />

agua <strong>de</strong> fuego fuego <strong>de</strong> agua<br />

han tendido el odio y todos somos presas<br />

triunfo <strong>de</strong> aquel que vive <strong>de</strong> su prisionero<br />

agua sal agua dulce<br />

las manos no encuentran los caminos<br />

esperamos sentados<br />

el agua <strong>de</strong>l aliento el aliento <strong>de</strong>l fuego<br />

nuestro pasado su futuro su futuro nuestro pasado<br />

el presente unísono refl ejo<br />

nubes y vientos vientos y nubes<br />

• Caracas. 1963. Es poeta. critico y fil ósofo <strong>de</strong>l arte. LicenCiado en Arte (Aca·<br />

<strong>de</strong>mla P,etro VannuCCl di Perugla. Italia. 1989) y en Filosofía (Universitá <strong>de</strong>gli<br />

Studl di Perugla. Italia. 1992). Tiene postgrado en Estética y Artes Visuales<br />

(Essex Unlverslty. Inglaterra. 1995). Una selección <strong>de</strong> poesías <strong>de</strong> su manuscrito<br />

"A" fue publicado en la Antologio <strong>de</strong> la poesia launoamencana <strong>de</strong>l siglo xx. El<br />

turno y la tranSICión. compilada por Julio Ortega para Siglo XXI Editores<br />

Juan Carlos López Quintero. Al pie <strong>de</strong> la página. Colección Vitrales <strong>de</strong> Ale­<br />

Jandría. Grupo Editorial Eclepsidra. Caracas. Venezuela. 2005. pp. 36 Y 40<br />

han tendido la red don<strong>de</strong> caemos con muecas y sonrisas<br />

laurel <strong>de</strong> puños<br />

vino <strong>de</strong> salivas<br />

pan <strong>de</strong> hambre<br />

han tendido el agua y el fuego<br />

Ezra<br />

46<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

EZEQUIEL BORGES*<br />

Nunca daría un ojo por ti Ezra Pound<br />

Sólo quisiera que nos sentáramos a remar un poco<br />

en la vieja barca <strong>de</strong> los días<br />

y esta vez me gustaría que dijeras lo que amas<br />

No tendría yo piedras acumuladas<br />

para distraer el tiempo <strong>de</strong>l agua<br />

Tu sabrías escucharme, a golpe <strong>de</strong> remo<br />

Yo sé que dirías la palabra justa.<br />

N o daría un ojo por ti Ezra Pound<br />

El oro no está lejos<br />

El oro pe sa igual en nuestras manos<br />

• Ezequiel Borges (1964). poeta venezolano. periodista y traductor; es una <strong>de</strong><br />

las voces más particulares <strong>de</strong> la joven poesía venezolana actual. De su palabra<br />

emanan múltiples universos expresados sorpren<strong>de</strong>ntemente, encuentros insó­<br />

litos con épicas y fábulas milenarias. mitos subyacentes en la memoria y el alma<br />

colectivas que afloran como enigmáticas experiencias personales.<br />

Ezequiel Borges. Treinta poemas. Comala.com. Caracas,Venazuela, 2005. pp.<br />

13 Y 32·33.


También el miedo es nuestro<br />

Nosotros que soñamos lo infinito,<br />

sabemos que nuestros árboles<br />

-como la lIuvia-<br />

sucedieron ayer<br />

Mañana las lunas per<strong>de</strong>rán el sentido.<br />

N i un ojo por ti Ezra Pound<br />

Un día, cuando estés loco,<br />

iré a llevarles pedazos <strong>de</strong> pan a tus palomas<br />

Mientras tanto, ojalá olvi<strong>de</strong>s, entre otras cosas,<br />

la voz <strong>de</strong> Radio Italia.<br />

Aunque podría <strong>de</strong>cirte que el amanecer nos muere<br />

Que este es el crepúsculo <strong>de</strong> levantarse<br />

Hoy muchas estrellas brillan <strong>de</strong> pronto<br />

Rojos oscuros, franjas azules, gris bellísimo<br />

Todo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nosotros.<br />

Ya no hay ojos para ti Ezra<br />

Te perdonamos, perdón ate tú ahora<br />

La vida es un animal en presente<br />

Si estás ciego, si estás enfermo, si estás cansado<br />

Descúbrete, vuelve a nadar el río<br />

Cuéntanos el último tonko <strong>de</strong> los pájaros<br />

Ahora que estás verda<strong>de</strong>ramente solo<br />

Cuéntanos la risa <strong>de</strong> la luciérnaga<br />

Con esa tos tuya<br />

Amigo<br />

Cuéntanos el amor que no tiene tiempo.<br />

Cuadrilátero<br />

Se llamaba Jack Johnson,<br />

se llamaba Jack<br />

Y cuando cruzaba la gran puerta <strong>de</strong> Harlem<br />

se quebraban los espejos<br />

y los niños negros jugaban a cantar<br />

el humo <strong>de</strong> sus bocas<br />

Esa luna que brillaba era una cama<br />

para los niños en el frío<br />

Y él era un hombre <strong>de</strong> arcilla vestido <strong>de</strong> ghetto<br />

Jack era un hombre <strong>de</strong> arcilla<br />

Un hombre terrible<br />

Decidido a quebrar el mar con las manos<br />

Pero aquel umbral que cruzaba no era para él<br />

Era para los que cruzaban día a día<br />

la soledad y el hambre<br />

Él peleaba por ellos largos asaltos<br />

En las noches rojas<br />

Jack<br />

VI<br />

CARMEN VERDE AROCHA*<br />

El hombre estaba guardado en mi bolso.<br />

Iba conmigo al colegio.<br />

Era gallardo.<br />

Llevaba el cielo en los huesos,<br />

entraba en remolino.<br />

No podía oír las clases<br />

porque me molestaba con su amor.<br />

Una noche quise vengarme.<br />

Sus manos eran largas como un río.<br />

Traté <strong>de</strong> dormir,<br />

los ojos se fueron cerrando.<br />

El hombre roncaba<br />

en su intento <strong>de</strong> enseñarme a multiplicar<br />

los murmullos.<br />

47<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Así quedó todo, en murmullos.<br />

Finalizó el año escolar.<br />

Al hombre se le llenó el cuerpo <strong>de</strong> uvas.<br />

Se trataba <strong>de</strong> un ánima.<br />

Por él <strong>de</strong>cido volver al Convento.<br />

(De Amentio)<br />

• Carmen Ver<strong>de</strong> A rocha (Caracas. 1967). poeta y ensayista. es licenciada en<br />

Letras <strong>de</strong> la Universidad Católica Andrés Bello. Ha publicado cuatro libros <strong>de</strong><br />

poesía: Magdalena en Ginebra (1994). Cuira ( 1997). Amencia (1 999) Premio <strong>de</strong><br />

poesía <strong>de</strong>l II Concurso Literario A nual Aristi<strong>de</strong>s Rojas. y Mieles (2003).También<br />

publicó el libro <strong>de</strong> ensayo El quejido trágico en Herrera Luque ( 1992)<br />

Carmen Ver<strong>de</strong> Arocha. Mieles. Poesía reunida. Monte Ávila Editores Lati­<br />

noamericana. Caracas Venezuela. 2005. pp. 63 y 99-10 l.


Tengo esta absurda forma <strong>de</strong> buscarte<br />

insistente representación<br />

<strong>de</strong> arrebatar tu mano en una plaza<br />

don<strong>de</strong> te instituyo cada mañana.<br />

Encontrarte perdida entre carpetas<br />

entre hojas<br />

entre cajones olorosos a polillas<br />

que <strong>de</strong>bieron morir y siguen vivas.<br />

Combino tus olores<br />

sonrío al pensar que me sonríes<br />

que, tal vez, por error<br />

te tropezaste con mi pensamiento,<br />

me creo así el invento <strong>de</strong>l apego<br />

y juego a que me juegas,<br />

a que también, <strong>de</strong> pronto,<br />

sin excusas,<br />

eres cálidamente ilógica.<br />

Va comiendo tus piernas un río<br />

<strong>de</strong>scien<strong>de</strong> raíz<br />

ascien<strong>de</strong> salpicando vino tinto<br />

fluye abriendo piedras<br />

tu franja <strong>de</strong>licada amputa<br />

arena creciendo <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> mí.<br />

y entra la mar<br />

como una garrafa rajada en un puerto<br />

te visto <strong>de</strong> macizo y monte<br />

permaneces<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una esmeralda<br />

ni la canela oscura<br />

cortada por los sacn1egos <strong>de</strong>tiene<br />

tu humedad durmiente.<br />

La vida se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> mi lado <strong>de</strong>recho<br />

Escucho las promesas<br />

las plegarias <strong>de</strong>l retorno<br />

la voz <strong>de</strong> la vigilia<br />

<strong>de</strong>l hambre<br />

Me pierdo<br />

entre los muros grises<br />

<strong>de</strong> esta habitación<br />

ERIKA REGINATO*<br />

• (Caracas, 1977) Cursa estudios <strong>de</strong> Letras en la Universidad Central <strong>de</strong><br />

Venezuela Obtuvo la Mención Hononñca en el Concurso Nacional <strong>de</strong> Poesía<br />

para liceístas <strong>de</strong>l año 1995. organizado por la Casa <strong>de</strong> la Poesía Pérez Bonal<strong>de</strong>.<br />

Ha realizado labores como asistente a la producción y relaciones públicas <strong>de</strong> la<br />

Semana Internacional <strong>de</strong> la Poesía; a la vez. ha participado en recitales <strong>de</strong> poesra<br />

en programas como "El país en el espejo <strong>de</strong> la literatura" (1 997), en la<br />

Semana Internacional <strong>de</strong> la Poesía ( 1997). Primer Encuentro <strong>de</strong> Jóvenes Poetas<br />

organizado por el Ateneo <strong>de</strong> Valencia ( 1998), entre otros. Participó en el Taller<br />

<strong>de</strong> Poesra dictado por Santos López.<br />

Erika Reginato, Día <strong>de</strong> San José, Colección Vitral es <strong>de</strong> Alejandría. Grupo<br />

Editorial Ec!epsidra. Caracas. Venezuela. 1999, pp. 17 Y 37.<br />

Con cautela observo<br />

las formas oscuras<br />

que se <strong>de</strong>tienen<br />

en el marco <strong>de</strong> la puerta<br />

Comienzo a tocarme<br />

el inicio <strong>de</strong> la errancia<br />

los fragmentos <strong>de</strong> mi espesor<br />

C amino sobre los cimientos<br />

<strong>de</strong> tu pueblo<br />

en pena<br />

recuerdo tu vejez<br />

Busco tus manos arrugadas<br />

en el Monte Grappa<br />

Escucho<br />

el ruido <strong>de</strong> las piedras<br />

los golpes <strong>de</strong> las ventanas<br />

que penetran<br />

49<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Toda la noche espero<br />

los restos que recorren<br />

estas pesadas telas<br />

estas camas que sostienen<br />

el olor <strong>de</strong> lo encerrado<br />

fA DE SAN JOSÉ<br />

EI(II,>\ RI( ,IN ¡, 'I! )


Las costillas<br />

T oca a la puerta<br />

GABRIELA ROSAS*<br />

el cor<strong>de</strong>ro duerme en las costillas<br />

no he podido ser la mujer<br />

diaria y fría<br />

ni el amor<br />

acostúmbrate a los huesos <strong>de</strong> María<br />

a su cama<br />

al malestar <strong>de</strong> vivir un mismo día durante años<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mí<br />

todo está hecho <strong>de</strong> tierra<br />

es t u culpa el odio que sostienen mis piernas<br />

la voz que me hace falta<br />

aunque nos pese.<br />

• (Caracas, 19T1). Ganadora <strong>de</strong>l Primer Premio Nacional <strong>de</strong> Poesía para Jóvenes<br />

Liceístas (1995), organizado por la Casa <strong>de</strong> la Poesía Pérez Bonal<strong>de</strong>. Colabora<br />

en la producción <strong>de</strong> la Semana Intemacional <strong>de</strong> la Poesía. Ha participado en<br />

diversos recitales y encuentros <strong>de</strong> poesía nacionales entre los que se encuen­<br />

tran el Primer Encuentro <strong>de</strong> Poetas y Narradores Noveles organizado por el<br />

Ateneo <strong>de</strong> Valencia en octubre <strong>de</strong> 1998, en el ciclo "El país en el espejo <strong>de</strong> su<br />

literatura", en Caracas, evento organizado por la Fundación Herrera Luque en<br />

1997; el 111 Salón Pirelli <strong>de</strong> Jóvenes Artistas, evento organizado por el Museo <strong>de</strong><br />

Arte Contemporáneo <strong>de</strong> Caracas Sofia Imber, 1997, entre otros.<br />

Gabriela Rosas, La Mudanza, Colección Vitral es <strong>de</strong> Alejandría, Grupo Edi­<br />

torial Eclepsidra, Caracas Venezuela, 1999, pp. 22 Y 29.<br />

..... Monumento en Caracas<br />

¿Cómo salir <strong>de</strong> tu lengua<br />

sin ser atropellada por tu aliento?<br />

<strong>de</strong>scalza<br />

sin ropajes que puedan lastimarte<br />

dame paso<br />

quiero ser duen<strong>de</strong> que habite tus pupilas<br />

una amante celosa <strong>de</strong> cualquier ojo<br />

que te pretenda<br />

una criatura valiente<br />

a cambio<br />

una concha marina que te evoque<br />

un mago que me arroje un sueño<br />

don<strong>de</strong> tú me persigas.<br />

MUDANZA<br />

GABRIELA Ro AS<br />

VIT RA LE DE A LE.JANORfA<br />

RVI'O EDITORIAL E LEP'i IORA<br />

5 1<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México


RE NA TE RAECKE<br />

EL OJO ABIERTO<br />

MIRA EL LIBRO<br />

Traducción <strong>de</strong> Claudia Cabrera<br />

Agra<strong>de</strong>cemos profundamente a las doctoras Barbara Honrath, directora <strong>de</strong>l Goethe-Institut y Maria Linsmann, directora <strong>de</strong>l<br />

Bil<strong>de</strong>rbuchmuseum Troisdorf. su generosa autorización para reproducir el texto <strong>de</strong> Renate Raecke y las imágenes <strong>de</strong> la exposición<br />

Ilustración Contemporánea <strong>de</strong> Libros Infantiles en Alemania. No menor es el reconocimiento para Eva Maria<br />

Hackenberg, directora <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Información <strong>de</strong>l Goethe Institut, Mexiko, AC.<br />

52<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México


en la fase álgida <strong>de</strong> la literatura infantil<br />

antiautoritaria, el genial dibujante<br />

alemán F .K. Waechter volvió a poner<br />

en un pe<strong>de</strong>stal al niño revoltoso y<br />

autónomo con su ANTI-StruW'Nelpeter,<br />

si bien con una intención diferente a<br />

la <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong>l libro infantil ilustrado<br />

alemán, Heinrich Hoffmann.<br />

Si buscamos a los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong><br />

Hoffmann, Busch y Waechter entre<br />

los ilustradores que participan en esta<br />

exposición, y miramos si Pedro<br />

Melenos o Max y Moritz tienen bisnietos<br />

o incluso tataranietos, notaremos<br />

que, por lo menos entre los artistas<br />

aquí representados, la cotidianidad <strong>de</strong>l<br />

niño parece haber sido expulsada <strong>de</strong>l<br />

libro infantil. Pareciera que los niños le<br />

han cedido su lugar a ratones y conejos,<br />

cerditos y marmotas, gigantes y<br />

enanos. La única historia que se sale<br />

<strong>de</strong> este pat rón es el Schwi-Schwa­<br />

Schweinehund (El haragán interior), <strong>de</strong><br />

Karoline Keh r: con colores estri<strong>de</strong>ntes<br />

y grot escas exageraciones, Kehr crea<br />

a Florent ine, una niña indómita que se<br />

resiste animosa a las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> sus<br />

padres (ino comas dulces!, ilávate los<br />

dientes!, ior<strong>de</strong>na tu cuarto!) porque el<br />

haragán interior (personificado por<br />

un cerdo color rosa) resulta <strong>de</strong>masiado<br />

seductor. No obstante, la rebeldía<br />

<strong>de</strong> Florentine es <strong>de</strong> corto aliento y su<br />

sensatez se impone sobre el inescrupuloso<br />

haragán ... lo cual no le impi<strong>de</strong><br />

confesarle, una vez que están en<br />

cama en su ya or<strong>de</strong>nado cuarto, que<br />

le cae tan bien que se lo "comería".<br />

Con su muy personal método <strong>de</strong><br />

construir y fotografiar bastidores tridimensionales,<br />

que se amplían por<br />

numerosos reflejos, Kehr crea escenarios<br />

inconfundibles en los que se hace<br />

visible la cotidianidad actual <strong>de</strong> un<br />

niño (por ejemplo, en la basura por<br />

suelo <strong>de</strong> la habitación <strong>de</strong> Florentine, a<br />

resultas <strong>de</strong>l consumo).<br />

El salto que va <strong>de</strong> Hoffmann a<br />

Keh r pasando por Busch es osado y<br />

omite muchas cosas, pero nos permite<br />

aterrizq[ en medio <strong>de</strong> la ilustración<br />

contemporánea <strong>de</strong> libros infan-<br />

54<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

tiles en Alemania. No po<strong>de</strong>mos asumir<br />

que la visión <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l niño<br />

(en el sentido <strong>de</strong> una visión <strong>de</strong> la<br />

realidad) <strong>de</strong>penda en la actualidad<br />

<strong>de</strong>l libro infantil ilustrado o <strong>de</strong> texto.<br />

Pero para que el libro ilustrado tenga<br />

una oportunidad <strong>de</strong> sobrevivir es<br />

necesario ofrecer a los niños imágenes<br />

no convencionales y, por tanto,<br />

se necesitan artistas que encuentren<br />

un lenguaje visual a<strong>de</strong>cuado a la<br />

época y que le posibiliten alojo<br />

tener experiencias que le provoquen<br />

una exclamación <strong>de</strong> asombro: "iajá!"<br />

"Ilustrar. ¿qué es eso?", preguntó<br />

una vez Erhart Kastner. quien durante<br />

años fue director <strong>de</strong> la Herzog August<br />

Bibliothek (Biblioteca Con<strong>de</strong> Augusto)<br />

en Wolfenbüttel, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser un<br />

coleccionista apasionado <strong>de</strong> libros<br />

ilustrados por artistas para niños:<br />

¿Acaso po<strong>de</strong>mos permitimos tomar<br />

el concepto <strong>de</strong> la ilustración <strong>de</strong> manera<br />

tan superlicial, como si sólo se tratara<br />

<strong>de</strong> sentar a la fantasía en un sofá


y <strong>de</strong> repetir con el lápiz <strong>de</strong> dibujo lo<br />

que ya se dijo con palabras, lo que ya<br />

se puso en escena? Eso sena <strong>de</strong>masiado<br />

poco, eso no funcionaS<br />

Así pues, la ilustración <strong>de</strong>be hacer<br />

más que tan sólo poner en imágenes<br />

exactas lo ya narrado en palabras.<br />

Debe buscar el diálogo con el texto,<br />

<strong>de</strong>be fungir como un plano <strong>de</strong> narración<br />

propio, como contrapeso, como<br />

interpretación.<br />

En esta exposición están representados<br />

reconocidos artistas, cuyos<br />

libros se encuentran en el mercado<br />

alemán e internacional <strong>de</strong>l libro. Con<br />

sus ilustraciones muestran un amplio<br />

espectro <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> expresión<br />

artística. Algunos <strong>de</strong> ellos se dirigen<br />

con sus obras exclusivamente a<br />

los niños, mientras que otros pertenecen<br />

más bien a la categoría <strong>de</strong>l libro<br />

que rebasa fronteras y al que<br />

hoy gustamos <strong>de</strong> llamar 01/ oges.<br />

Tratemos <strong>de</strong> repetir la pregunta<br />

<strong>de</strong> Erhart Kastner, "Ilustrar, ¿qué es<br />

eso?", sirviéndonos <strong>de</strong> dos ejemplos<br />

tomados <strong>de</strong> esta exposición, para<br />

mostrar las distintas maneras en las<br />

que los artistas encontraron el diálogo<br />

con el texto y el plano narrativo<br />

propio <strong>de</strong> la ilustración.<br />

Klaus Ensikat parece haber tenido<br />

un trabajo relativamente fácil al ilustrar<br />

el texto Ponyweihnocht (Lo Navidad<br />

<strong>de</strong> los ponis), <strong>de</strong> Erwin Strittmatter.<br />

El autor cuenta una historia,<br />

rica en episodios que pi<strong>de</strong>n a gritos<br />

ser ilustrados, sobre una manada <strong>de</strong><br />

ponis Shetland y la familia con la que<br />

viven. Ensikat crea, muy apegado a la<br />

tradición <strong>de</strong>l dibujo clásico, a una encantadora<br />

y vivaz manada <strong>de</strong> ponis<br />

con melenas alborotadas y por la<br />

que todos envidian a la familia. Justamente<br />

la noche <strong>de</strong> Navidad los<br />

ponis, que pue<strong>de</strong>n pastar en libertad<br />

atrás <strong>de</strong> la casa, se pier<strong>de</strong>n. Strittmatter<br />

es parco al componer su historia:<br />

"Un potro Shetland pue<strong>de</strong> escon<strong>de</strong>rse<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> la<br />

cocina cuando su madre entra a pedir<br />

pan duro." En el dibujo <strong>de</strong> Ensikat<br />

surge una cocina con una atmósfera<br />

que inmediatamente le confiere al<br />

texto una época <strong>de</strong>terminada. El potro<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> la cocina y<br />

la yegua que asoma su cabeza por la<br />

puerta parecen ser menos importantes<br />

que el interior <strong>de</strong> la cocina <strong>de</strong><br />

la granja, en la que el molino <strong>de</strong> café,<br />

, Erhart Kastner, "lIustrieren. was ist das". en<br />

Philobiblon, año 3/ 1959. cua<strong>de</strong>mo 3. pp. 186 ss.<br />

el calendario, las tazas, las jarras <strong>de</strong><br />

leche, el embudo y las ollas permiten<br />

reconocer a un dibujante y cronista<br />

que trabaja con una precisión extrema.<br />

O en la siguiente página: "Cuando<br />

los Shetlands trotan, tirando <strong>de</strong><br />

su pequeño carro <strong>de</strong> ruedas rojas, el<br />

tráfico se <strong>de</strong>tiene." Lo único que el<br />

autor <strong>de</strong>termina en su texto son las<br />

ruedas rojas, el resto lo pue<strong>de</strong><br />

"inventar" el ilustrador: la ciudad, la<br />

calle, el Volkspolizist (miembro <strong>de</strong> la<br />

Policía Popular <strong>de</strong> Alemania Oriental),<br />

el limpiador <strong>de</strong> chimeneas, los<br />

visitantes <strong>de</strong>l balneario termal, los<br />

autos.<br />

En el transcurso posterior <strong>de</strong> la narración<br />

se hace alusión en el texto a<br />

que los ponis se comen la <strong>de</strong>coración<br />

navi<strong>de</strong>ña en el comedor <strong>de</strong>l VEB<br />

Strossen- und Tiefbou Neubron<strong>de</strong>nburg<br />

(empresa estatal para la construcción<br />

<strong>de</strong> carreteras y obras <strong>de</strong> ingeniería<br />

civil en Neubran<strong>de</strong>nburg), incluyendo<br />

el árbol <strong>de</strong> Navidad, los manteles <strong>de</strong><br />

papel y los adornos <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s,<br />

pero Ensikat le da nombre a aquello y<br />

lo "traduce" en sus imágenes: el vigilante<br />

nocturno que reclama su recompensa<br />

por haber encontrado a<br />

los ponis está sentado en un comedor<br />

totalmente caótico, en el que<br />

lemas fraternales-socialistas cuelgan<br />

en jirones <strong>de</strong> la pared, y en el que se<br />

encuentra en primer plano, <strong>de</strong> manera<br />

que es imposible pasarla por alto,<br />

una pala con el excremento <strong>de</strong> los<br />

55<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

caballos. "Atrás <strong>de</strong> cada poni había<br />

otra vez un montoncito <strong>de</strong> estiércol."<br />

Mientras que el autor cuenta una historia<br />

<strong>de</strong> Navidad, Ensikat ilustra, con<br />

humor subversivo, la <strong>de</strong>solada vida<br />

interior <strong>de</strong> la ex República Democrática<br />

Alemana (ROA).<br />

Jutta Bauer tuvo que ilustrar un<br />

texto que, como ella misma escribe,<br />

era consi<strong>de</strong>rado "imposible <strong>de</strong> ilustrar":<br />

Worum wir vor <strong>de</strong>r Stodt wohnen<br />

(Por qué vivimos o los afueras <strong>de</strong> lo<br />

ciudad). El autor, Peter Stamm, retrata<br />

la fantástica odisea <strong>de</strong> una fam ilia<br />

<strong>de</strong> varios miembros que busca un<br />

hogar. De manera sutil, poética y un<br />

tanto intrincada, Stamm <strong>de</strong>scribe los<br />

lugares en los que se establece la familia:<br />

<strong>de</strong> la casa con una lámpara azul<br />

se mudan porque ahí la hermana<br />

siempre estaba triste; <strong>de</strong>l trolebús,<br />

porque el papá ya no quena a la<br />

mamá; <strong>de</strong>l bosque, porque la mamá<br />

perdió su último libro.. Página por<br />

página se busca un nuevo refugio:<br />

bajo los puentes, en la luna, en el techo<br />

<strong>de</strong> la iglesia, en el bosque ... pero<br />

también en el violín <strong>de</strong> la tía, "en<br />

ningún lado", en el cine, en la lluvia,<br />

en un sueño.<br />

Jutta Bauer resuelve el problema<br />

utilizando una mirada aparentemente<br />

ingenua, que empieza por consi<strong>de</strong>rar<br />

posible todo lo que el autor<br />

propone. Mientras que en las páginas<br />

<strong>de</strong>l lado izquierdo, abajo <strong>de</strong>l texto,<br />

bosqueja con trazos <strong>de</strong> lápiz a la fa-


milia durante su peregrinar -cargando<br />

su equipaje, bailando o con impermeables<br />

para la lluvia (con lo cual<br />

la artista adopta sin problemas el ritmo<br />

fluido <strong>de</strong>l texto )-, en las páginas<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha se encuentra una ilustración<br />

cuadrada a colores frente al<br />

texto en el que se dibuja el nuevo<br />

"domicilio". El truco <strong>de</strong> Bauer radica<br />

en el hecho <strong>de</strong> que ni siquiera intenta<br />

representar todos los <strong>de</strong>talles<br />

narrativos <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> Peter Stamm,<br />

quien con sus palabras dice más <strong>de</strong><br />

lo que la ilustradora podría nunca<br />

traducir en imágenes.<br />

Con colores predominantemente<br />

cálidos y expresivos, los cuadrados<br />

constituyen una especie <strong>de</strong> espacio<br />

habitacional emocional, en el que resuttan<br />

posibles y concebibles los <strong>de</strong>talles<br />

<strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> Stamm, aunque no<br />

estén presentes. Precisamente con las<br />

ilustraciones "Cuando vivía yo solita"<br />

o "Cuando todas las noches vivíamos<br />

bajo un puente distinto", la artista<br />

reduce su imagen tan sólo a los sentimientos<br />

provocados por la situación<br />

<strong>de</strong> la protagonista, sin per<strong>de</strong>rse en<br />

<strong>de</strong>talles. Con un trazo ligeramente<br />

caricaturesco y utilizando ocasionalmente<br />

el collage, las imágenes <strong>de</strong> Jutta<br />

Bauer retoman las palabras <strong>de</strong>l autor<br />

como un tema musical que permite<br />

variaciones. Bauer juega el juego mental,<br />

poético y chocarrero <strong>de</strong> Peter<br />

Stamm, omitiendo algunas cosas y<br />

enriqueciendo otras. El <strong>de</strong>licado trazo<br />

<strong>de</strong> su línea, que casi siempre se trasluce<br />

a través <strong>de</strong> sus colores transparentes,<br />

le brinda un carácter ligero a<br />

sus ilustraciones: imagen por imagen,<br />

el etéreo equivalente <strong>de</strong> las utópicas<br />

resi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> la familia.<br />

A diferencia <strong>de</strong> Wolf Erlbruch, Jvtta<br />

Bauer y. como veremos al final, también<br />

Rotraut Susanne Bemer; quienes<br />

con sus ilustraciones apelan tanto a un<br />

público infantil como (o quizás particularmente)<br />

a uno adutto, varios artistas<br />

que participan en esta exposición<br />

se dirigen con sus textos e ilustraciones<br />

primordialmente a los niños:<br />

Nikolaus Hei<strong>de</strong>lbach, Axel Scheffler;<br />

Jacky Gleich, Nadia Bud<strong>de</strong>, Philip<br />

Waechter; Sybille Hein y Katja Wehner.<br />

Ellos tienen en común, a pesar <strong>de</strong> sus<br />

muy diferentes lenguajes visuales, que<br />

se dirigen <strong>de</strong> manera natural y directa<br />

a su principal audiencia: los niños.<br />

Axel Scheffler le apuesta totalmente<br />

a la calidad narrativa <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong><br />

Julia Donaldson y dibuja con colores<br />

brillantes y líneas vigorosas un fantástico<br />

mundo <strong>de</strong> juegos en el que la<br />

lógica adulta no tiene cabida. Gigantes<br />

y ratones diminutos, jirafas y enanos<br />

se encuentran y viven en pacífica<br />

armonía. La mirada sobre lo que ocurre<br />

se presenta siempre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

misma perspectiva, al nivel <strong>de</strong> los ojos.<br />

En algún lugar; un conejo habla por su<br />

teléfono móvil y un buggy book cuelga<br />

<strong>de</strong> un cochecito <strong>de</strong> bebé (como referencia<br />

al aquí y ahora), pero algunas<br />

páginas más a<strong>de</strong>lante, la pri ncesa<br />

camina <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l Rey Sapo. Así<br />

pues, es éste un mundo ilógico, un<br />

mundo al revés, que cuenta con que<br />

los niños saben valorar un ambiente<br />

sin complicaciones y que disfrutan las<br />

pequeñas figuras divertidas. Éste es un<br />

patrón que, por cierto, hemos ya interiorizado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que Janosch mandara<br />

en los años setenta a su Pequeño<br />

Oso y a su Pequeño Tigre a la<br />

búsqueda <strong>de</strong> tesoros y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

con su diminuto Mausesheriff (El sheriff<br />

ratón) convirtiera al personaje más<br />

56<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

pequeñito <strong>de</strong> todos en prototipo <strong>de</strong>l<br />

triunfador.<br />

Mientras que los animales <strong>de</strong><br />

Scheffier tienen un comportamiento<br />

antropomórfico (el zorro quiere<br />

dormir en un sleeping bag, el conejo<br />

habla por teléfono, el perro quiere<br />

mantener limpias sus patas, etc.) , el<br />

ratón <strong>de</strong> Janosch le es fiel a su especie:<br />

el ratón sigue siendo un ratón y<br />

su comida favorita sigue siendo el<br />

queso, aunque lleve la placa en forma<br />

<strong>de</strong> estrella <strong>de</strong> sheriff. El artista<br />

juega <strong>de</strong> manera soberana con nuestra<br />

memoria visual, que archiva los<br />

motivos y tópicos <strong>de</strong>l Viejo Oeste.<br />

Aun cuando el sheriff ratón aparentemente<br />

no tiene ninguna posibilidad<br />

<strong>de</strong> triunfar sobre los dos oscuros<br />

personajes que se acuclillan amenazantes<br />

frente a él, el lector sabe<br />

(puesto que conoce las correspondientes<br />

escenas fnmicas) que, al final,<br />

el más débil será el más fuerte. Los<br />

animales <strong>de</strong> Janosch (no sólo los ratones,<br />

sino también el Pequeño Oso<br />

y el Pequeño Tigre que quieren viajar<br />

a Panamá)6 son los nietos <strong>de</strong>l topo, la<br />

rata, el tejón y el sapo <strong>de</strong> Wind in the<br />

Willows (El viento en los sauces), un<br />

clásico escrito por Kenneth Grahame<br />

y publicado por primera vez en<br />

1908, en Londres. Tienen anhelos<br />

humanos pero disfrutan los gozos<br />

animales, se marchan para ampliar<br />

sus horizontes y tras el regreso a<br />

casa se contentan, sabios y agra<strong>de</strong>cidos,<br />

con su madriguera. Como ya lo<br />

dijo Goethe: " Basta con marcharse al<br />

extranjero, para apreciar lo bueno<br />

que se tiene en casa."<br />

• Janosch. Oh. wie schiin ist Panama. Weinheim. Beltz<br />

& Gelberg. 1978. 48 pp.


También los conejos y gansos, ranas<br />

y marmotas <strong>de</strong> Katja Wehner en<br />

Hasen pfeifen nicht (Los conejos no silban)<br />

miran al mundo con gran<strong>de</strong>s<br />

ojos abiertos. Un conejo anhela algo<br />

<strong>de</strong>l todo imposible: apren<strong>de</strong>r a silbar.<br />

Ludvik Askenazy, el autor; conduce al<br />

conejo en la búsqueda <strong>de</strong> un maestro,<br />

una marmota. Ésta dirá, con una<br />

expresión un tanto taimada: "No todos<br />

tienen que saber silbar." En la última<br />

página, el conejo está sentado en<br />

una banca, un disonante silbido pen<strong>de</strong><br />

en el aire, no es perfecto, ¡pero<br />

algo es algo! Valió la pena el intento.<br />

Tanto Jacky Gleich como Philip<br />

Waechter eligen como tema al miedo<br />

infantil, pero ¡cuán diferente resulta el<br />

lenguaje visual empleado por cada<br />

uno <strong>de</strong> ellos! Con una línea expresiva<br />

y vigorosos colores, Gleich pinta, en<br />

perspectivas inclinadas, sueños que<br />

explotan con figuras temibles. El<br />

negro verdoso, el azul nocturno y el<br />

amarillo veneno son los colores predominantes.<br />

La ilustradora toma en<br />

serio el miedo <strong>de</strong> la narradora infantil<br />

en primera persona y no le resta<br />

importancia. Ojos y boca muy abiertos<br />

indican el pánico <strong>de</strong> la niña, mismo<br />

que sólo se esfumará cuando se <strong>de</strong>cida<br />

a hacerle frente a aquello que la<br />

aterroriza. Las figuras que se agitaban<br />

tan horrorosamente se convierten en<br />

siluetas reconocibles <strong>de</strong> árboles, el<br />

miedo ha sido <strong>de</strong>sterrado.<br />

Rosi, la protagonista <strong>de</strong> Rosi in <strong>de</strong>r<br />

Geisterbahn (Rosi en lo coso <strong>de</strong> los<br />

sustos / el tren fantasma) también tiene<br />

miedo, pero siguiendo el lema <strong>de</strong><br />

que "el peligro previsto es peligro<br />

extinto", se enfrenta al problema con<br />

seguridad y <strong>de</strong>terminación: ejercicios<br />

<strong>de</strong> yoga, visitas al terapeuta, boxeo<br />

<strong>de</strong> sombras a la luz <strong>de</strong> una lámpara<br />

<strong>de</strong> pie ... la sagaz conejita sabe dón<strong>de</strong><br />

conseguir ayuda y se escabulle<br />

por la colorida cotidianidad <strong>de</strong> la casa,<br />

la ciudad y la feria, dibujadas amorosamente<br />

en todos sus pequeños<br />

<strong>de</strong>talles. ¿Y el miedo? Los dinosaurios<br />

<strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> los sustos resultan ser<br />

"besables" criaturas <strong>de</strong> papel maché.<br />

De manera alegre e irónica, se narra<br />

cómo Rosi se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a superar sus<br />

miedos, enseñándoles a otros, al mismo<br />

tiempo, a temer.<br />

Nadia Bud<strong>de</strong>, Sybille Hein y Nikolaus<br />

Hei<strong>de</strong>lbach han creado textos<br />

e imágenes (los tres ilustran sus propios<br />

textos) cuya intención es estimular<br />

el "juego". As í, por ejemplo,<br />

Nadia Bud<strong>de</strong> seduce con el lenguaje,<br />

en el que la nocturna cuenta <strong>de</strong> ovejitas<br />

se convierte en un turbulento<br />

ritual, para nada soporífero, con co-<br />

57<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

nejas que corren y perros que saltan.<br />

Animales trazados con vigorosas<br />

líneas se ofrecen, en un vertiginoso<br />

lenguaje visual con perspectiva transversal,<br />

como sustitutos para las ya<br />

tan trilladas ovejas: salamandras y<br />

hienas, ratas y castores, cucarachas,<br />

polillas y muchos otros. El texto y las<br />

ilustraciones se aventuran en un novedoso<br />

lenguaje visual, lleno <strong>de</strong> carácter;<br />

al que también se integra la<br />

tipografía. El ritmo <strong>de</strong>l lenguaje y el<br />

ingenio <strong>de</strong> las imágenes van a la par<br />

y ambos alcanzan su objetivo.<br />

Sybille Hein quiere que el juego<br />

se perciba <strong>de</strong> manera sensorial con<br />

páginas cortadas horizontalmente a<br />

la mitad, que permiten numerosas<br />

combinaciones al darles vuelta <strong>de</strong><br />

acá para allá. La búsqueda <strong>de</strong> la felicidad<br />

<strong>de</strong> la protagonista Rutti Berg, a<br />

quien le gustaría mucho ser reina, se<br />

ve interrumpida por un monstruo.<br />

No obstante, Rutti empren<strong>de</strong> el camino<br />

para lograr el siguiente sueño<br />

(¡ser astronauta!). La artista llenó la<br />

narración <strong>de</strong> estas aventuras con<br />

figuras dibujadas y coloreadas que<br />

luego recortó y pegó sobre la línea<br />

casi continua <strong>de</strong> un horizonte curvado<br />

muy ligeramente. Collages <strong>de</strong> let<br />

ras y números, proporciones alteradas<br />

y líneas que se mueven con brío


ponen traviesamente en escena el<br />

sueño <strong>de</strong> Rutti Berg.<br />

Por último, Nikolaus Hei<strong>de</strong>lbach,<br />

en su libro Die dreizehnte Fee (Lo<br />

<strong>de</strong>cimotercero hado) traduce en imágenes<br />

los <strong>de</strong>seos subliminales y las<br />

fantasías nocturnas <strong>de</strong> algunos escolares.<br />

¿Cuáles son los dones que conce<strong>de</strong><br />

un hada? Partiendo <strong>de</strong>l cuento<br />

<strong>de</strong> hadas Lo bello durmiente, que está<br />

impreso en la versión <strong>de</strong> los hermanos<br />

Grimm en las guardas <strong>de</strong>l libro<br />

sobre un estampado <strong>de</strong> rosas, Hei<strong>de</strong>lbach<br />

les confiere a las hadas <strong>de</strong>l<br />

cuento apariencias extravagantes,<br />

que no coinci<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l todo con la<br />

i<strong>de</strong>a que nos hemos hecho <strong>de</strong> las<br />

hadas ... y sus "buenos <strong>de</strong>seos" no se<br />

correspon<strong>de</strong>n tampoco con aquello<br />

que nosotros o los niños consi<strong>de</strong>ramos<br />

como tales.<br />

Quien conozca el humor chocarrero<br />

<strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>lbach, sus extravagantes<br />

fantasías soñadas y sus diversas<br />

"citas textuales" tomadas <strong>de</strong> la historia<br />

<strong>de</strong>l arte en sus obras anteriores<br />

no se sorpren<strong>de</strong>rá por la variedad<br />

<strong>de</strong>l artista. Así pues, Konrad Becker<br />

se encuentra <strong>de</strong> pronto en un sueño<br />

bajo la falda <strong>de</strong> un hada. Se permiten<br />

todas las interpretaciones: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una<br />

madonna medieval con su manto<br />

protector hasta Anna Bronski, <strong>de</strong> El<br />

tambor <strong>de</strong> hojalata, <strong>de</strong> Günter Grass.<br />

Las hadas <strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>lbach irradian<br />

feminidad pura y ganas <strong>de</strong> vivir. El<br />

lector reconocerá que una vez más<br />

se ha <strong>de</strong>jado engañar por Hei<strong>de</strong>lbach:<br />

la bello durmiente y hadas, eso<br />

suena como un típico libro infantil,<br />

pero el ilustrador lo dotó <strong>de</strong> una tan<br />

placentera ambigüedad, que también<br />

el lector adulto podría abandonarse<br />

a la pasión <strong>de</strong> ese juego mental.<br />

Una vez más: ¿cuáles son los dones<br />

que conce<strong>de</strong> un hada? Las ilust<br />

raciones <strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>lbach y su juego<br />

con la fantasía nos incitan a seguir<br />

soñando y a <strong>de</strong>scubrir a la <strong>de</strong>cimotercera<br />

hada (ibuena!): una maestra<br />

más bien insignificante, que le ha leído<br />

en voz alta a su grupo el cuento<br />

<strong>de</strong> Lo bello durmiente. iQué homenaje<br />

más gentil a las mujeres que todos<br />

los días cumplen con su "misión en el<br />

frente" <strong>de</strong>l salón escolar.<br />

"En el mundo todo va con algo y<br />

en ningún lado hay un hueco. La nariz<br />

va con los lentes, la boca con la cuchara<br />

. . Los peces van con el agua,<br />

los pájaros con el aire, las vacas con<br />

la pra<strong>de</strong>ra ... Las palabras van con las<br />

cosas ... " El autor. Jürg Schubiger. ha<br />

puesto estas palabras en boca <strong>de</strong> un<br />

pequeño narrador en primera persona,<br />

quien escribe un diario. En Mutter.<br />

Vater. ich und sie (Madre, podre, yo y<br />

ello), el niño reflexiona sobre la vida<br />

con sus padres y su hermanita, a<br />

quien sólo menciona en tercera persona,<br />

ello. "Mamá dice que algunas<br />

cosas no van con nada. Hay vacas sin<br />

pra<strong>de</strong>ra y personas sin ropa... Mis<br />

pies no van con los zapatos <strong>de</strong> papá,<br />

mi hermana no va con los libros, porque<br />

todavía no sabe leer ... " 7 Las ilus-<br />

, Jürg Schubiger. Muner. Valer. ieh und sie. con ilustraciones<br />

<strong>de</strong> Rotraut Susanne Bemer. Weinheim.<br />

Beltz & Gelberg. 1997. p. 12.<br />

58<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

traciones <strong>de</strong> Rotraut Susanne Bemer<br />

aparentemente le toman la palabra<br />

ingenuamente al texto <strong>de</strong> Schubiger.<br />

Con sus líneas simples se acercan a<br />

los dibujos infantiles (y, por tanto a la<br />

perspectiva narrativa <strong>de</strong> los niños) y,<br />

no obstante, cada ilustración <strong>de</strong>muestra<br />

que la artista sabe más <strong>de</strong> la<br />

vida <strong>de</strong> lo que sospecha el niño narrador.<br />

Es este arco <strong>de</strong> tensión lo que<br />

le da vida al libro.<br />

Así, por ejemplo, cuando la abuela<br />

muere, en el diario ficticio se lee:<br />

"Morir es normal para todas las personas,<br />

animales y plantas, pero quizá<br />

no lo sea precisamente para quien<br />

está muriendo.' 'a Y como contraparte<br />

_ vemos un río azul oscuro en el que<br />

una canoa roja se <strong>de</strong>sliza hacia abajo.<br />

En el bote se encuentra una figura<br />

humana que sostiene una máscara<br />

<strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong> frente al rostro<br />

(que recuerda las dimensiones <strong>de</strong> las<br />

máscaras africanas). El lector infantil<br />

sentirá la tristeza y pesadumbre <strong>de</strong> la<br />

imagen, mientras que el adulto podrá<br />

interpretar a la figura humana como<br />

Caronte, el barquero encargado <strong>de</strong><br />

conducir a los muertos por el río<br />

Estigia hacia el reino <strong>de</strong> las sombras.<br />

¿Descubrir al mundo en el libro<br />

infantil ilustrado? Como hemos visto,<br />

las ilustraciones <strong>de</strong> los artistas se han<br />

transformado, son más diversas y<br />

complejas. Actualmente, la cotidianidad<br />

real <strong>de</strong>l niño aparece relativamente<br />

poco en el libro ilustrado <strong>de</strong><br />

artista. Pero muchas imágenes poéticas,<br />

creativas, surrealistas y cómicas le<br />

ofrecen al niño la oportunidad <strong>de</strong><br />

hacerse <strong>de</strong> una visión <strong>de</strong>l mundo a<br />

partir <strong>de</strong> lo que ve. Se trata más <strong>de</strong><br />

estímulos para la reflexión que <strong>de</strong><br />

reproducciones para reconocer y<br />

nombrar. "¿ Existen personas que<br />

pue<strong>de</strong>n imaginarse lo gran<strong>de</strong> sin<br />

empequeñecerlo?", pregunta Schubiger.<br />

9 En el lomo <strong>de</strong> un gato, Berner<br />

dibuja un "mapa" por el que pasea<br />

un hombrecito, por encima <strong>de</strong> él los<br />

astros giran alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l sol.<br />

Imaginarse lo gran<strong>de</strong> ... quizá a veces<br />

exigimos <strong>de</strong>masiado a los niños<br />

en este sentido, pero peor sería no<br />

ofrecerles lo gran<strong>de</strong>, con todas las<br />

varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l juego para agrandar y<br />

empequeñecer que sólo el libro infantil<br />

ilustrado pue<strong>de</strong> ofrecer: respuestas<br />

creativas a preguntas a veces<br />

irrelevantes, a veces existenciales.<br />

• J. Schubiger • op. cit. p. 52.<br />

• Ibid .. p. 27


qué limitarse. Al contrario, habrá tantos libros como<br />

información genere la actividad humana en el futuro. Lo<br />

po<strong>de</strong>mos ver aún en los términos <strong>de</strong>l vaticinio <strong>de</strong> Stéphane<br />

Mallarmé: "Todo lo que existe tar<strong>de</strong> o temprano<br />

termina en un libro". Pues bien, ahora po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir<br />

que "Todo lo que existe tar<strong>de</strong> o temprano termina en<br />

una pantalla".<br />

2<br />

Advierte T S. Eliot que las civilizaciones pasan por eda<strong>de</strong>s.<br />

La edad en que una civilización es capaz <strong>de</strong> examinarse<br />

y compararse consigo misma y con otras civilizaciones<br />

es la edad <strong>de</strong> la crítica. Para llegar a ella primero<br />

hay que pasar por dos etapas por lo menos: una <strong>de</strong> gestación<br />

y otra <strong>de</strong> esplendor. La tercera, cuando ya es factible<br />

dicha perspectiva crítica, sobreviene generalmente a<br />

la edad <strong>de</strong> consolidación en la cual la confianza <strong>de</strong> una<br />

cultura ha permitido construir y expresar -incluso <strong>de</strong>lirar-<br />

en lo que respecta a sus propias potencias creativas.<br />

La edad <strong>de</strong> la crítica no es el momento <strong>de</strong> la propagación<br />

sino la <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento, cuando pesa más el examen<br />

que la aventura. Estas tres etapas si bien no son<br />

<strong>de</strong>signios unívocos sí suelen coincidir en tanto que ten<strong>de</strong>ncias<br />

regenerativas en la vida lo mismo <strong>de</strong> un individuo<br />

que <strong>de</strong> una civilización. Así, los gran<strong>de</strong>s intelectos críticos<br />

son crepusculares. Eliot mismo y Paul Valéry lo fueron,<br />

como también, dos siglos antes, Voltaire y De<br />

Quincey En el momento en que una civilización está lista<br />

para <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> creer ciegamente en sí misma, y comienza<br />

a examinarse ha entrado en la edad <strong>de</strong> la crítica.<br />

Entre otras peculiarida<strong>de</strong>s, esta edad <strong>de</strong> la crítica entraña<br />

un perfeccionamiento <strong>de</strong> la lectura. No podía ser<br />

<strong>de</strong> otra manera, si consi<strong>de</strong>ramos que la lectura se <strong>de</strong>sarrolla<br />

sobre el cuerpo <strong>de</strong> lo escrito: hasta que existe ese<br />

cuerpo pue<strong>de</strong> comenzar a ser interpretado. La lectura,<br />

por lo tanto, es el ejercicio <strong>de</strong> recorrer y or<strong>de</strong>nar la historia<br />

<strong>de</strong> lo escrito. Una civilización que ha alcanzado una<br />

literatura no es sino una civilización que ha perfeccionado<br />

el arte <strong>de</strong> la lectura hasta convertirlo en una herra-<br />

mienta intelectual indispensable para la comunicación <strong>de</strong>l<br />

pensamiento.<br />

En términos <strong>de</strong> esta edad <strong>de</strong> lo crítico, saber leer quiere<br />

<strong>de</strong>cir ser capaz <strong>de</strong> comparar un texto con cientos o<br />

miles <strong>de</strong> textos comparables existentes y percibir sus eficacias<br />

o sus torpezas, su novedad o su reiteración. Un<br />

texto no es bueno o malo en sí, sino sólo en relación con<br />

el cuerpo entero <strong>de</strong> una literatura.<br />

Me temo también, llegados a este punto, que cada<br />

quien lee los textos que se merece. Se los merece, primero,<br />

porque han sido una elección suya (salvo en el<br />

caso <strong>de</strong> la escuela o la docencia), Yo segundo, porque la<br />

lectura es hasta cierto punto una proyección. En efecto,<br />

el lector proyecta en lo leído un persistente reflejo, un<br />

reflejo que recoge sólo cierta fisonomía personal <strong>de</strong>l<br />

total posible <strong>de</strong> contenido <strong>de</strong> un texto. Se ha comparado<br />

por eso a la obra literaria con un espejo en el que<br />

nos miramos no mejor sino más verda<strong>de</strong>ramente. No es<br />

exactamente así, pero mucho tiene <strong>de</strong> cierto. Dependiendo<br />

<strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> nuestra lectura los buenos textos<br />

no nos reflejan sino que nos traducen. En la medida<br />

en que dan forma a nuestras intuiciones humanas somos<br />

más plenamente humanos allí y en la medida en que iluminan<br />

zonas que estaban en penumbra nos ayudan a<br />

conocernos. Pero hay que estar dotados también para<br />

aprovecharlos, sin duda, puesto que la sabiduría no es un<br />

software que pase <strong>de</strong> una cabeza a otra. El texto literario<br />

es sólo un objeto propiciatorio. La belleza no suce<strong>de</strong> en<br />

la página, evi<strong>de</strong>ntemente, sino en la conciencia <strong>de</strong> quien<br />

la lee y estaba preparado para recibirla. Junto a las gran<strong>de</strong>s<br />

obras escritas son las gran<strong>de</strong>s lecturas las que completan<br />

las luces <strong>de</strong> una literatura. Por eso cuando afirmo<br />

que cada quien lee los textos que se merece estoy<br />

diciendo simplemente que el constituyente primordial<br />

<strong>de</strong> toda lectura proviene <strong>de</strong>l lector.<br />

3<br />

60<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Me he preguntado más <strong>de</strong> una vez en qué medida es<br />

posible afinar el ejercicio <strong>de</strong> la lectura. Es evi<strong>de</strong>nte que el


texto está ahí, inalterable, y que el fenómeno <strong>de</strong> su lectura<br />

ha <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r en nosotros, casi exclusivamente en<br />

la intimidad <strong>de</strong> nuestra conciencia. Pero ¿cómo ha <strong>de</strong> disponerse<br />

entonces nuestra conciencia a aprehen<strong>de</strong>rlo,<br />

cuál es el estado que mejor recogerá la edificación <strong>de</strong><br />

esas palabras y el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> esos territorios subjetivos?<br />

Creo que, como en casi todo, la práctica y la experiencia<br />

nos van dotando <strong>de</strong> alguna técnica más o menos<br />

eficaz. Sin embargo, y en especial cuando se trata <strong>de</strong> las<br />

mejores obras <strong>de</strong> la literatura, hay cierto nivel <strong>de</strong> percepción<br />

que <strong>de</strong>be ser alcanzado, así como cierto nivel <strong>de</strong><br />

elaboración imaginaria. Esto último no quiere <strong>de</strong>cir que<br />

esta clase <strong>de</strong> textos digan cualquier cosa y cada quien los<br />

interprete como pueda. Quiere <strong>de</strong>cir que una obra literaria<br />

posee varios niveles <strong>de</strong> sentido que están implícitos<br />

y entretejidos; si bien distintos entre sí, todos ellos verda<strong>de</strong>ros.<br />

Saber alumbrar estos niveles y apren<strong>de</strong>r a relacionarlos<br />

es fundamental para una lectura a<strong>de</strong>cuada.<br />

Hay tres niveles esenciales en un buen texto literario,<br />

por lo menos, tres niveles que requieren tres luces diferentes<br />

o tres momentos <strong>de</strong> la lectura, a saber: la luz <strong>de</strong>l<br />

día o la luz <strong>de</strong> la razón, la luz <strong>de</strong> la noche o la luz <strong>de</strong> la<br />

intuición y la luz <strong>de</strong>l fuego o la luz <strong>de</strong> la visión.<br />

La luz <strong>de</strong>l día es la primera luz, hecha <strong>de</strong> claridad y<br />

raciocinio, su sentido es or<strong>de</strong>nar y relacionar los elementos<br />

dispuestos en un texto. Alumbra la forma, la estructura<br />

que subyace en una obra literaria y los conceptos<br />

que la atraviesan. Alumbra la trama <strong>de</strong> una narración<br />

o las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> un ensayo, por ejemplo, lo mismo que la<br />

arquitectura <strong>de</strong> un poema. Puesto que es la luz <strong>de</strong> Apolo,<br />

es el razonable día <strong>de</strong> los ojos y el equilibrio la regocija.<br />

También es la luz que advierte la contradicción, la <strong>de</strong>sproporción<br />

y la paradoja. Detecta los excesos tanto<br />

como los <strong>de</strong>svaríos y es particularmente fina para calibrar<br />

la armonía <strong>de</strong> las semejanzas o puramente disfrutar<br />

<strong>de</strong> las simetrías.<br />

La luz <strong>de</strong> la noche es la complementaria <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l día.<br />

Mientras que la <strong>de</strong>l día es panorámica, la <strong>de</strong> la noche es<br />

íntima. Lo que la luz <strong>de</strong>l día rehun<strong>de</strong> en un horizonte<br />

amplio o dominante, la <strong>de</strong> la noche particulariza y <strong>de</strong>talla.<br />

Es la luz <strong>de</strong> la subjetividad, la emoción y la sutileza; la<br />

que alumbra los pormenores entrevistos, imperceptibles<br />

a la razón o <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñados por ella: el oído que escucha lo<br />

no dicho. Esta es la lectura que mejor pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r el<br />

valor <strong>de</strong> una metáfora, por ejemplo, en un rincón <strong>de</strong> un<br />

relato o <strong>de</strong> cierta sonoridad oculta, hipnótica, en la longitud<br />

<strong>de</strong> los enunciados. Es la que distingue la distancia<br />

no conceptual pero evi<strong>de</strong>nte que separa al "aún" <strong>de</strong>l<br />

"todavía" en una frase. Por eso se trata, también, <strong>de</strong> la luz<br />

<strong>de</strong> Dionisos, una luz sensorial, <strong>de</strong>spierta al <strong>de</strong>leite, alimentada<br />

libremente por las sensaciones; aquella, en<br />

suma, que permite que la lectura sea una experiencia <strong>de</strong><br />

todos los sentidos.<br />

La tercera luz es la más extraña pero la <strong>de</strong>finitiva para<br />

que una obra pueda ser universal. Son pocos los textos<br />

que la alcanzan. Es la luz que vuelve a una obra inquietante<br />

e inagotable más allá <strong>de</strong> sus hazañas técnicas o sus<br />

contenidos temáticos. La he llamado la luz <strong>de</strong> la visión o<br />

la luz <strong>de</strong>l fuego porque para mí representa la revelación<br />

a través <strong>de</strong> las palabras, tal vez hasta inconscientemente,<br />

<strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n simbólico o no articulable más que para el<br />

espíritu. Es la luz que toca el fondo <strong>de</strong>l sentido mismo <strong>de</strong><br />

la literatura, porque sin ella quizá sólo estaríamos ante<br />

ingeniosos entretenimientos <strong>de</strong> la inteligencia. Es una luz<br />

61<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

que tiene que ver también con el momento particular <strong>de</strong><br />

la vida en que se nos presenta esa obra en particular.<br />

algo que la torna <strong>de</strong>cisiva e irreversible en el campo <strong>de</strong><br />

nuestra experiencia. Quizá el momento en que recibimos<br />

por primera vez, a través <strong>de</strong> la lengua, un conocimiento<br />

ancestral. Es también la luz <strong>de</strong>l mito y la luz <strong>de</strong> la<br />

poesía; la que permite que súbitamente las palabras digan<br />

más <strong>de</strong> lo que saben y se comuniquen <strong>de</strong> una generación<br />

a otra como tesoros o secretos. Es la luz, en fin,<br />

que reúne a los hombres alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l fuego.<br />

Mircea Elia<strong>de</strong>, al hablar <strong>de</strong> la luz mística o sobrenatural<br />

<strong>de</strong> cuya experiencia hay registro en muchas culturas,<br />

nos refiere algunas <strong>de</strong> sus peculiarida<strong>de</strong>s:<br />

Podría <strong>de</strong>cirse que la significación <strong>de</strong> la luz sobrenatural se<br />

da directamente en el alma <strong>de</strong> quien la experimenta, y, sin<br />

embargo, esta significación no llega plenamente a la con­<br />

ciencia mientras que no se integra en una i<strong>de</strong>ología pree­<br />

xistente. La paradoja consiste en que la significación <strong>de</strong> la<br />

luz es, en suma, un <strong>de</strong>scubrimiento personal y que, por otro<br />

lado, cada uno <strong>de</strong>scubre lo que cultural y espiritualmente<br />

estaba preparado para <strong>de</strong>scubrir. '<br />

No puedo asegurar que se trate <strong>de</strong>l mismo fenómeno;<br />

pero es notable la suma <strong>de</strong> semejanzas entre esta luz<br />

sobrenatural a la que alu<strong>de</strong> Elia<strong>de</strong> y la tercera luz <strong>de</strong> la<br />

lectura que aquí intento <strong>de</strong>finir: Tal vez se <strong>de</strong>ba a que<br />

ambas son irreversibles saltos <strong>de</strong>l intelecto más allá <strong>de</strong> sí<br />

mismo. Pero en el caso <strong>de</strong> la tercera luz el salto proviene<br />

únicamente <strong>de</strong> la propia conciencia al reconocer su<br />

or<strong>de</strong>n verda<strong>de</strong>ro.<br />

De modo que, concluyendo, una obra maestra <strong>de</strong> la<br />

literatura, para serlo, <strong>de</strong>berá cumplirse ante estas tres<br />

luces y ante varias generaciones <strong>de</strong> lectores. La lectura a<br />

tres luces, en individuos avezados, pue<strong>de</strong> darse incluso a<br />

un tiempo; pero las más <strong>de</strong> las veces requieren distintos<br />

lugares, momentos y eda<strong>de</strong>s, tanto <strong>de</strong>l día como <strong>de</strong> cada<br />

uno <strong>de</strong> nosotros.<br />

, Mircea Elia<strong>de</strong>. "Experiencias <strong>de</strong> la luz mística" en Me(¡stófeles y el andrógino.<br />

Kairós. Barcelona. 200 l. p. 75. traducción <strong>de</strong> Fabián García.


ISABEL FRAIRE<br />

NUEVAYORK,<br />

CIUDAD IMAGINARIA<br />

Hace ya medio año que vivo en<br />

Nueva York, esa ciudad que todos<br />

imaginamos conocer a fuerza <strong>de</strong> verla<br />

tantas veces en las películas. Es, sin<br />

duda. una <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s más fotografiadas<br />

<strong>de</strong>l mundo, y la mejor conocida<br />

a través <strong>de</strong>l cine para los mexicanos.<br />

Gracias al cine negro <strong>de</strong> los<br />

cincuenta, magníficamente actuado,<br />

con sus policías sudorosos, ladrones<br />

traicioneros y escenarios sórdidos;<br />

las comedias <strong>de</strong> salón y revistas musicales<br />

don<strong>de</strong> Fred Astaire y Ginger<br />

Rogers flotan eternamente entre risas<br />

y alar<strong>de</strong>s <strong>de</strong> exquisito zapateado;<br />

las películas cómicofilosóficas <strong>de</strong><br />

Woody Allen y las orgías amargas y<br />

auto<strong>de</strong>structivas <strong>de</strong> Scorsese, hemos<br />

absorbido a Nueva York como por<br />

ósmosis y creado en nuestras mentes<br />

una ciudad graciosa o tenebrosa,<br />

pero siempre <strong>de</strong>slumbrante, con su<br />

horizonte <strong>de</strong> rascacielos brillando<br />

como un imán.<br />

Después <strong>de</strong> vivirla por seis meses<br />

en carne propia, agregando los gustos<br />

y sustos <strong>de</strong> la vida real y cotidiana al<br />

mo<strong>de</strong>lo mental que teníamos, es forzoso<br />

enfrentarnos a un hecho palpable:<br />

el Nueva York <strong>de</strong> los sueños no es<br />

el Nueva York <strong>de</strong> la realidad.<br />

Hay que confesar que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

vivir en Londres y conocer varias capitales<br />

europeas y regresar y gozar<br />

<strong>de</strong> México varios años, no vi la misma<br />

ciudad que en mi primer encuentro<br />

con ella. En el viaje en taxi <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el aeropuerto lo que vi esta vez fue<br />

una ciudad muy semejante a cualquier<br />

otra gran capital. consistente<br />

en vastos trechos <strong>de</strong> edificios blanquecinos<br />

o grises vistos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un periférico<br />

interminable. Cuando fui por<br />

primera vez al centro en esta vuelta<br />

(había estado en la ciudad en años<br />

anteriores por temporadas largas).<br />

ahí estaban otra vez los rascacielos<br />

<strong>de</strong> las películas. pero habían perdido<br />

su chiste. Sólo veía centenares <strong>de</strong> oficinas<br />

unas encima <strong>de</strong> otras y. bajando<br />

la mirada al nivel <strong>de</strong> la calle, un tráfico<br />

infernal y banquetas recorridas<br />

por turbas alarmantes.<br />

Después <strong>de</strong> varias semanas y meses<br />

no se ha modificado esa impresión.<br />

Al caminar por la banqueta se<br />

está en continuo peligro -sobre todo<br />

en verano cuando el calor intolerable<br />

exacerba los nervios- <strong>de</strong> ser arrollado<br />

por patinadores frenéticos que<br />

zigzaguean en ambos sentidos entre<br />

los transeúntes sobre ruedas silenciosas.<br />

Si se toma un taxi el chofer suele<br />

no enten<strong>de</strong>r bien ni el inglés ni el español<br />

y <strong>de</strong>sconoce las calles y los reglamentos<br />

<strong>de</strong> tránsito. La propina<br />

reglamentaria <strong>de</strong>be ser alta o <strong>de</strong> lo<br />

contrario le gritan al pasajero groserías<br />

y se niegan a irse sin la que <strong>de</strong>sean.<br />

La mayoría <strong>de</strong> los choferes inexpertos<br />

son inmigrantes recién venidos<br />

<strong>de</strong> Paquistán, Afganistán, Europa<br />

oriental o Etiopía que trabajan turnos<br />

<strong>de</strong> doce o más horas diarias para pagar<br />

el alquiler <strong>de</strong>l automóvil y a<strong>de</strong>más<br />

comer. Uno me dijo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> casi<br />

chocar en dos ocasiones y estar a<br />

punto <strong>de</strong> arrollar a un niño que atravesaba<br />

con el semáforo a su favor, que<br />

manejaba aprisa y corriendo riesgos<br />

62<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Fotografías <strong>de</strong> Mario Bojórquez<br />

para mantenerse <strong>de</strong>spierto. Con lo<br />

cual, por supuesto, me tranquilizó.<br />

Algunos <strong>de</strong> los transeúntes que<br />

encuentra uno en las calles o en el<br />

Metro hablan solos, lo cual es bastante<br />

normal en las gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s. Lo<br />

que no es normal es que muchas veces<br />

agre<strong>de</strong>n sin motivo a cualquiera<br />

que los vea feo o parezca insultarlos<br />

o se acerque <strong>de</strong>masiado o les niegue<br />

una limosna o las arañas. En los barrios<br />

resi<strong>de</strong>nciales muchos <strong>de</strong>sempleados<br />

sin hogar caminan como espectros<br />

arrastrando inmensas bolsas<br />

<strong>de</strong> plástico azul llenas <strong>de</strong> botellas vacías<br />

y latas vacías <strong>de</strong> refresco que llevan<br />

a los supermercados para cambiarlas<br />

por cinco centavos cada una<br />

De eso viven, y en Greenwich Village<br />

-ese barrio romántico <strong>de</strong> gran abolengo<br />

literario al cual llegamos en un<br />

principio- <strong>de</strong>ambulan todo el día y<br />

toda la noche hurgando en los gran<strong>de</strong>s<br />

recipientes para basura <strong>de</strong> casas y<br />

edificios arrastrando sus talegas tintineantes.<br />

Estos <strong>de</strong>samparados sin techo,<br />

entre los cuales hay también mujeres,<br />

duermen en las banquetas o <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> los puentes ferroviarios, cubiertos<br />

<strong>de</strong> cartones y con sus escasí-


simas posesiones junto a ellos. A<br />

veces <strong>de</strong>latan por la forma <strong>de</strong> hablar<br />

un alto nivel <strong>de</strong> educación y se dan en<br />

todas las variables raciales y grados <strong>de</strong><br />

truculencia o amabilidad. Algunos<br />

muestran una gran cortesía, otros un<br />

resentimiento que se antoja justo.<br />

Con frecuencia están drogados, crudos<br />

o a medio emborrachar y no se<br />

sabe exactamente cómo reaccionar<br />

cuando se cruza uno con ellos.<br />

En cambio en las gran<strong>de</strong>s tiendas<br />

<strong>de</strong> lujo <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> Manhattan, en<br />

don<strong>de</strong> ríos <strong>de</strong> turistas <strong>de</strong>jan sus ahorros,<br />

felices <strong>de</strong> adquirir la última elegancia<br />

con la cual sorpren<strong>de</strong>r a sus<br />

amigos cuando regresen a su patria,<br />

es fácil imaginar que en Nueva York<br />

todos son ricos, o llevan una vida <strong>de</strong>sahogada.<br />

Los restaurantes están llenos,<br />

como también los bares.Todo se<br />

consigue y los menús expuestos<br />

anuncian platillos franceses, tailan<strong>de</strong>ses,<br />

hindúes, chinos, árabes, italianos,<br />

israelitas, chicanos y hasta norteamericanos.<br />

Las esperanzas <strong>de</strong> comer<br />

bien, sin embargo, no siempre se<br />

cumplen, ya que muchas cocinas<br />

internacionales han a<strong>de</strong>cuado su<br />

producto al paladar medio norteamericano,<br />

con la consecuencia <strong>de</strong><br />

que la comida china, aunque barata,<br />

no sabe a nada. Ni en los establecimientos<br />

<strong>de</strong> lujo se obtiene algo mejor<br />

que una mediocridad servida con<br />

aspavientos <strong>de</strong> banquete a precios<br />

<strong>de</strong>smesurados.<br />

Pero eso sí, todo proclama ser lo<br />

mejor <strong>de</strong>l mundo y Nueva York la<br />

más estupenda creación <strong>de</strong>l espíritu<br />

humano. Nada es, según se colige,<br />

comparable a Nueva York. A cada<br />

paso se encuentra uno variantes <strong>de</strong>l<br />

lema original YO AMO A NUEVA YORK,<br />

con la palabra amo sustituida por el<br />

dibujo <strong>de</strong> una manzana La manzana<br />

ha llegado a significar la ciudad y la<br />

palabra amo indistintamente.Y la ban<strong>de</strong>ra<br />

norteamericana on<strong>de</strong>a en cada<br />

edificio que pudiera tener pretexto<br />

para aban<strong>de</strong>rarse, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las estaciones<br />

<strong>de</strong> policía, las escuelas y las<br />

oficinas públicas hasta los gran<strong>de</strong>s<br />

almacenes y cualquier otro que se<br />

pueda imaginar: Nunca he visto tantas<br />

ban<strong>de</strong>ras. Nunca me ha dicho tanta<br />

gente: "¡Ah, sí,Venecia .. . o Roma .. . o<br />

Londres o lo que sea ... qué maravi-<br />

. lIa! .. . pero yo amo a Nueva York" Y<br />

lo dicen con la sonrisa extática, los<br />

ojos húmedos <strong>de</strong> emoción, <strong>de</strong> niños<br />

en su retrato <strong>de</strong> primera comunión.<br />

Bien pue<strong>de</strong> uno preguntarse: ¿A<br />

qué se <strong>de</strong>be tanto on<strong>de</strong>ar <strong>de</strong> ban<strong>de</strong>-<br />

ras, tanto regocijo, en una ciudad<br />

que, fuera <strong>de</strong> sus rascacielos, no tiene<br />

tanto <strong>de</strong> qué presumir? ¿Será otro<br />

el Nueva York en el cuál imaginan<br />

vivir? ¿Cuál es ese Nueva York?<br />

Y ¿Cuál es este real, <strong>de</strong> cemento y<br />

lodo, carne y hueso, en el que viven<br />

tantas personas venidas <strong>de</strong> todas<br />

partes <strong>de</strong>l mundo, entre ellas yo?<br />

El Nueva York <strong>de</strong><br />

los turistas<br />

En cualquier día <strong>de</strong>l año pero sobre<br />

todo en los periodos <strong>de</strong> vacaciones,<br />

y con mayor razón en el largo verano,<br />

algunas zonas <strong>de</strong> la ciudad se encuentran<br />

casi paralizadas por la<br />

enorme afluencia <strong>de</strong> turistas. Los hay<br />

<strong>de</strong> todos tipos, jóvenes <strong>de</strong> mochila al<br />

hombro, en busca <strong>de</strong> sus congéneres<br />

ya amantes <strong>de</strong> los museos y los cafés<br />

y <strong>de</strong> la libertad que les da estar en<br />

una ciudad don<strong>de</strong> nadie los conoce<br />

63<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

y en don<strong>de</strong> se pue<strong>de</strong> hacer lo que le<br />

dé a uno la gana. Parejas mayores.<br />

elegante o discordantemente vestidas,<br />

dándose por fin los lujos que no<br />

pudieron darse en sus largos años <strong>de</strong><br />

trabajo: japoneses en manada o solitarios,<br />

armados <strong>de</strong> cámaras <strong>de</strong> foto<br />

fija o vi<strong>de</strong>o que no cesan <strong>de</strong> registrar<br />

para la posteridad lo que bien podrían<br />

guardar en la memoria. Latinoamericanos<br />

prósperos que salen<br />

<strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s tiendas ataviados orgullosamente<br />

con el último y pasajero<br />

grito <strong>de</strong> la moda internacional.<br />

Franceses atentos y discutidores, que<br />

se <strong>de</strong>tienen ante los cuadros <strong>de</strong> los<br />

museos o galerías, intercambiando<br />

comentarios. Grupos <strong>de</strong> escolares<br />

pastoreados por maestros que inva<strong>de</strong>n<br />

el Museo <strong>de</strong> Historia Natural o<br />

suben al nuevo rascacielos <strong>de</strong>l Centro<br />

<strong>de</strong> Comercio Mundial, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> hacer cola durante horas para<br />

po<strong>de</strong>r entrar: Mirar por los telescopios<br />

es, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, saber lo


que siente Superman cuando vuela<br />

sobre la ciudad en busca <strong>de</strong> villanos<br />

o víctimas. En el Central Park la visita<br />

obligada <strong>de</strong> los niños viajeros es al<br />

pequeño zoológico, en don<strong>de</strong> las focas<br />

hacen sus gracias y se pue<strong>de</strong> admirar<br />

a los osos polares nadando<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> un muro <strong>de</strong> cristal.<br />

Otros turistas acu<strong>de</strong>n a las calles<br />

en don<strong>de</strong> florecen, <strong>de</strong>sbocados, los<br />

centros <strong>de</strong> la industria <strong>de</strong>l sexo en<br />

todas sus variantes. Allí ce<strong>de</strong>n impunemente<br />

a los reclamos para los placeres<br />

<strong>de</strong> todo tipo, orgiásticos o solitarios,<br />

en vivo o en vi<strong>de</strong>o y para todos<br />

los bolsillos: la octava avenida,<br />

por ejemplo, junto a la zona <strong>de</strong> los<br />

teatros, o bien ciertas calles <strong>de</strong><br />

Greenwich Village, hoy convertidas<br />

en Zona Rosa mezclada <strong>de</strong> gueto<br />

homosexual. en don<strong>de</strong> el travestismo,<br />

la prostitución callejera masculina<br />

y femenina y la drogadicción saltan<br />

a la vista <strong>de</strong> cualquiera y a todas<br />

horas, pero sobre todo en verano. O<br />

el barrio chino, en don<strong>de</strong> las mercancías<br />

electrónicas, la ropa y los comestibles<br />

frescos o enlatados <strong>de</strong> todo<br />

tipo se consiguen a la cuarta parte<br />

<strong>de</strong> su precio normal y los bur<strong>de</strong>les<br />

cárcel y las fábricas cárcel proliferan<br />

en una ilegalidad tolerada.<br />

De hecho, la corrupción <strong>de</strong> la policía<br />

neoyorquina es un escándalo nada<br />

secreto que aflora en los periódicos<br />

y en los tribunales periódicamente,<br />

y la cantidad <strong>de</strong> reglas que se<br />

rompen cotidianamente con la<br />

anuencia tácita <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s,<br />

sobre todo en los barrios más populosos<br />

y menos afortunados, va <strong>de</strong>struyendo<br />

el tejido mismo <strong>de</strong> la sociedad.<br />

Pero al turista que pasa unos<br />

días feliz en los museos y galerías o en<br />

las gran<strong>de</strong>s tiendas <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong><br />

Manhattan, gozando <strong>de</strong> los restaurantes<br />

lujosos o comiendo sándwiches<br />

en la calle, eso no sólo le tiene sin cuidado<br />

sino que ni siquiera se percata.<br />

Porque no cabe duda <strong>de</strong> que los<br />

museos y galerías, la ópera y el ballet,<br />

el teatro <strong>de</strong> revista, el teatro serio, el<br />

teatro homosexual o feminista, las<br />

orquestas <strong>de</strong> jazz, los conjuntos <strong>de</strong><br />

rock y <strong>de</strong> rap, <strong>de</strong> música tropical, las<br />

lecturas <strong>de</strong> poesía, las librerías, las<br />

bibliotecas. hacen <strong>de</strong> Nueva York una<br />

meca para quienes vienen a pasarse<br />

unas vacaciones a gozar <strong>de</strong>l arte, <strong>de</strong><br />

la cultura, <strong>de</strong>l roce con el gran mundo<br />

y <strong>de</strong> las diversiones <strong>de</strong> todo tipo.<br />

Claro, hay que tener dinero, y mientras<br />

más dinero disponible, más satis-<br />

factores se encuentran <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un<br />

espacio muy reducido. Después <strong>de</strong><br />

todo, Manhattan, o sea la isla central<br />

<strong>de</strong> la zona urbana mucho más vasta<br />

que es Nueva York, es un territorio<br />

limitado. Dentro <strong>de</strong> ese territorio es<br />

fácil llegar a cualquier parte. Pasar <strong>de</strong><br />

allí a las islas vecinas y mucho mayores<br />

que contienen, junto a gran<strong>de</strong>s<br />

zonas <strong>de</strong> pobreza y criminalidad,<br />

otras resi<strong>de</strong>nciales provistas <strong>de</strong><br />

abundantes parques y playas, campos<br />

<strong>de</strong>portivos, universida<strong>de</strong>s y hospitales,<br />

implica hacer un viaje arduo en<br />

tren o en automóvil que pue<strong>de</strong> llevarse<br />

una hora o más <strong>de</strong> ida y otro<br />

tanto <strong>de</strong> regreso. Sin embargo, cuanto<br />

neoyorquino culto y rico o medianamente<br />

acomodado que prefiere<br />

vivir en relativa paz, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> jardines,<br />

al horizonte <strong>de</strong> rascacielos <strong>de</strong><br />

un penthouse junto a Central Park, se<br />

echa el viaje diariamente sin chistar.<br />

En cambio los turistas rara vez salen<br />

<strong>de</strong> Manhattan, aunque también en<br />

las otras islas que constituyen la zona<br />

urbana <strong>de</strong> Nueva York haya notables<br />

atractivos.<br />

Por otra parte Manhattan no es<br />

sólo la zona llena <strong>de</strong> atractivos que<br />

conocen los turistas.lnesperadamente,<br />

al pasar <strong>de</strong> una calle a otra, se<br />

encuentra uno con grupos <strong>de</strong> drogadictos,<br />

tiendas <strong>de</strong> barrio don<strong>de</strong> se<br />

ven<strong>de</strong>n toda clase <strong>de</strong> revistas y vi<strong>de</strong>os<br />

pornográficos, y las pintas características<br />

que <strong>de</strong>notan la presencia<br />

<strong>de</strong> pandillas. Hay que caminar <strong>de</strong><br />

prisa para salir <strong>de</strong> allí antes <strong>de</strong> ser<br />

asaltado y acuchillado o violado y<br />

jamás ir <strong>de</strong> noche, al menos que se<br />

vea uno obligado a vivir en esa zona<br />

por lo caro <strong>de</strong> las rentas en el resto<br />

<strong>de</strong> la ciudad. En el Central Park hay<br />

zonas intimidantes incluso <strong>de</strong> día, en<br />

don<strong>de</strong> se congregan personas <strong>de</strong>s-<br />

64<br />

Bibliotea <strong>de</strong> México<br />

amparadas, drogadictas, siempre a<br />

medio alcoholizar. De noche jamás<br />

hay que atravesar el único gran parque<br />

popular <strong>de</strong> Manhattan.<br />

Si sube uno por las calles que<br />

quedan al oeste <strong>de</strong>l Central Park<br />

hasta la Universidad <strong>de</strong> Columbia<br />

hay que tener cuidado <strong>de</strong> no cruzar<br />

la raya invisible en don<strong>de</strong> empieza<br />

Harlem, cuyos habitantes no tienen<br />

ya nada que ver con los iniciales<br />

pobladores holan<strong>de</strong>ses. Hoy la población<br />

es predominantemente negra,<br />

portorriqueña y latinoamericana,<br />

en gran parte <strong>de</strong>sempleada o subempleada,<br />

o empleada en el tráfico<br />

<strong>de</strong> drogas y la prostitución. Allí se ha<br />

permitido que la drogadicción y el<br />

pandillismo cundan hasta convertir la<br />

zona en una selva humana o más<br />

bien infrahumana. Hacia el noreste<br />

<strong>de</strong> Manhattan, y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un largo<br />

intervalo <strong>de</strong> barrios prósperos y<br />

tranquilos, ya en el sureste, en la<br />

zona dividida por las avenidas a, b y<br />

c, pasa lo mismo.<br />

Eso no quita que allí también florezca<br />

la cultura.varios <strong>de</strong> mis mejores<br />

amigos viven, escriben, pintan, dan ciases<br />

y dirigen galerías en esas zonas, en<br />

don<strong>de</strong> por otra parte hay todavía edificios<br />

elegantes, centros universitarios<br />

y bibliotecas y archivos históricos envidiables.<br />

Muchos <strong>de</strong> los bares don<strong>de</strong><br />

se dan lecturas concurridas <strong>de</strong> poesía<br />

en inglés o en español, alternadas con<br />

música <strong>de</strong> jazz, flamenco o tropical se<br />

encuentran en esas calles. Curiosamente<br />

las rentas bajas <strong>de</strong> las zonas<br />

in<strong>de</strong>seables atraen tanto a los negros<br />

y portorriqueños como a los inmigrantes<br />

latinoamericanos que, hambrientos<br />

<strong>de</strong> cultura y ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong><br />

congéneres, crean sus propios centros<br />

artísticos que florecen con o sin<br />

asistencia <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s.


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