Drácula, el no muerto - Roca Editorial
Drácula, el no muerto - Roca Editorial
Drácula, el no muerto - Roca Editorial
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
32<br />
dacre stoker e ian holt<br />
«No es de extrañar que la gente lo adore», pensó <strong>el</strong> joven.<br />
Incluso él estaba asombrado. Basarab, pese a que <strong>no</strong> había pronunciado<br />
ni una sola palabra, controlaba a todos los que tenía<br />
ante sí. ¡Qué magnífico sería verlo en <strong>el</strong> escenario! Daría tanta<br />
vida a las palabras de Shakespeare…<br />
Basarab le hizo una seña a Antoine, y los dos hombres<br />
desaparecieron en <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> teatro. La gente <strong>no</strong> se dispersó<br />
inmediatamente, como si esperara un bis. Un hombre pequeño<br />
salió d<strong>el</strong> teatro para anunciar que la taquilla abriría por la <strong>no</strong>che<br />
para vender entradas para la representación de Ricardo III.<br />
La multitud se convirtió en una turba que se abría paso hacia<br />
la puerta. Quincey se desanimó. Ya <strong>no</strong> podría quitárs<strong>el</strong>o de<br />
la cabeza. Deseaba desesperadamente ver actuar a Basarab, pero<br />
<strong>no</strong> tenía ni un franco. El per diem que le daba su padre estaba<br />
calculado para cubrir lo esencial e impedir que Quincey gastara<br />
dinero en lo que Jonathan Harker consideraba frivolidades.<br />
«Maldición. ¿Qué es la vida sin <strong>el</strong> teatro?»<br />
Quincey contó las monedas que había sacado de su anterior<br />
actuación. Era lo bastante joven para arriesgarse, aunque implicara<br />
echar ma<strong>no</strong> de su per diem y gastar hasta <strong>el</strong> último<br />
franco que tenía, con la consiguiente ira de su padre. La <strong>no</strong>che<br />
siguiente, asistiría a la actuación inaugural de Basarab en <strong>el</strong><br />
Théâtre de l’Odéon.