Descargar - Els arbres de Fahrenheit
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62 Antonio Labrióla<br />
el siglo XVII), que fué, si León XIII no se ofen<strong>de</strong> por envidia<br />
profesional, el último <strong>de</strong> los escolásticos verda<strong>de</strong>ramente<br />
convencidos, moría <strong>de</strong> la peste, negando la peste porque no<br />
entraba en las diez categorías <strong>de</strong> Aristóteles, la escolástica<br />
había ya recibido los primeros golpes, los más violentos y<br />
más <strong>de</strong>cisivos. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces tiene toda una historia las<br />
conquistas positivas <strong>de</strong>l pensamiento, que han absorbido o eliminado,<br />
o reducido y combinado diferentemente esta materia<br />
<strong>de</strong>l saber, que antes constituía la filosofía existiendo por sí<br />
misma y, por lo tanto, dominando la ciencia. En esta línea<br />
<strong>de</strong>l pensamiento científico nos encontramos, por ejemplo, con<br />
la psicología empírica, la lingüística, el darwinismo, la historia<br />
<strong>de</strong> las instituciones y la crítica propiamente dicha. Y<br />
diría también con el Positivismo —el positivismo verda<strong>de</strong>ro<br />
y no el adulterado que corre por las calles—, si no temiera<br />
con ello dar origen al nacimiento <strong>de</strong> un equívoco. En efecto,<br />
el Positivismo, consi<strong>de</strong>rado en general y a gran<strong>de</strong>s rasgos,<br />
es una <strong>de</strong> las tan num,'erosas formas por las cuales el espíritu<br />
se ha ido avecinando al concepto <strong>de</strong> una filosofía que<br />
no anticipa scbre las cosas, sino que le es inmanente. Por lo<br />
tanto, no hay que asombrarse <strong>de</strong> que a consecuencia <strong>de</strong> la<br />
homogeneidad genérica que acerca el materialismo histórico<br />
a tantos otros productos <strong>de</strong>l espíritu y <strong>de</strong>l saber contemporá-<br />
neo, muchos <strong>de</strong> los que tratan la ciencia a la manera <strong>de</strong> le-<br />
trados o <strong>de</strong> lectores <strong>de</strong> revistas, engañados por los <strong>de</strong> afuera y<br />
siguiendo el impulso <strong>de</strong> la curiosidad erudita, crean po<strong>de</strong>r<br />
completar a Marx con tal o cual cosa; <strong>de</strong>rivaciones <strong>de</strong> las<br />
cuales nos es difícil <strong>de</strong>shacernos. El estudio evolutivo o genérico,<br />
generalizado en casi toda la ciencia <strong>de</strong> nuestro tiempo,<br />
es lo que principalmente induce a ese error: <strong>de</strong> solerte que<br />
los que están poco al corriente o son superficiales todo lo<br />
confun<strong>de</strong>n en el término común <strong>de</strong> Evolución. Con todo <strong>de</strong>recho<br />
concentra usted su atención sobre los caracteres dife-<br />
renciales y diferenciados <strong>de</strong>l materialismo histórico —que,<br />
añado yo, son propios a una ciencia <strong>de</strong> comunistas dialécticamente<br />
revolucionarios— y no se pregunta si Marx pue<strong>de</strong> ser<br />
concillado con tal o cual filósofo, sino que, por el contrario,<br />
se pregunta cuál es la filosofía que está necesaria y objetivamente<br />
implícita en esta doctrina.<br />
Es por esta razón que le he aceptado y le acepto el uso <strong>de</strong><br />
la palabra metafísica en un sentido no peyorativo. En el fondo