descargar archivo .pdf - Misión Continental

Manual del Congresista
aludiendo a los agentes pastorales no consagrados y que colaboran
con el pastor en la acción evangelizadora que, a la luz de los nuevos
procesos sociales, debía basarse y al mismo tiempo trascender a la pura
enseñanza del Catecismo. De paso la II Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano realizada en Medellín explicita la opción preferencia
por los jóvenes (1968) y la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) hace lo
propio en su Asamblea Plenaria de 1971 en Temuco. Fue en esta Asamblea
donde los Obispos hicieron la siguiente declaración:
“Digámoslo con más precisión: la Iglesia necesita a los jóvenes;
los jóvenes necesitan a la Iglesia. La Iglesia es el sacramento que
signiica y hace posible la vocación de los jóvenes; los jóvenes son
el sacramento que recuerda y actualiza la misión de la Iglesia: ser
juventud del mundo.
Por eso hemos querido, los Obispos, intensiicar este diálogo y
comunión que permite, a la Iglesia, renovar su semblante y espíritu,
y estimula a los jóvenes a servir, en la Iglesia, las necesidades de un
mundo que reclama rejuvenecerse.
No queremos excedernos en palabras: los jóvenes ya han escuchado
muchas y no creen con razón sino al testimonio de los hechos. Nuestra
Iglesia desea y debe probar, con hechos, que cree en los jóvenes. Desea
y debe abrirse mucho más todavía a las inquietudes y anhelos, a la
voz, al lenguaje, al canto, a la audacia, a la alegría de empezar, que
caracterizan al mundo juvenil”.
1.2.1. La Pastoral Juvenil Nacional en los años 70’
Por César González
Educador del equipo pastoral salesiano
A inicios de los 70 la Iglesia Chilena recoge el agotamiento de la Acción
Católica y la emergencia de las Comunidades Juveniles como expresión
más adecuada de trabajar con los jóvenes “a medida humana” (Medellín).
Tiempos donde el mundo religioso se vuelca en el trabajo de base y en
18