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Manual del Congresista
toda la ciudad capital. Y también se comienza el proceso de consulta para
la realización de la IV Asamblea Latinoamericana de Obispos en Santo Domingo.
En este contexto, la Sección de Juventud del CELAM, convoca y organiza
el Primer Congreso Latinoamericano de Jóvenes que se realizó en
Cochabamba, Bolivia, entre el 27 de diciembre de 1991 hasta el 3 de enero
de 1992. Así fue como los obispos del Continente ratiicaron la opción
preferencial por los jóvenes (SD 114), pidiendo un fuerte reimpulso a la
catequesis de conirmación.
En los distintos encuentros nacionales, la realidad nos iba indicando cada
vez nuevos desaíos. Fue en este tiempo cuando se comenzó a saber de
nuevas experiencias derivadas de la PJ en el sentido amplio. Se comienza
a consolidar el vínculo de la PJ con la Pastoral Vocacional y la formación
se fue especializando para abarcar realidades cada vez más especíicas:
preadolescente, adolescentes, jóvenes y jóvenes adultos; pastoral con
jóvenes del mundo rural o de situación críticas. Esta nueva mirada junto con
las intuiciones rescatadas y vigentes de otros tiempos quedó consignada en
la tercera edición de las Orientaciones Nacionales para una Pastoral Juvenil
Orgánica, documento que se llamó “Por las Huellas de Jesús” (1994) y que
fue considerado un recurso base para las orientaciones latinoamericanas
“Civilización del Amor, tarea y esperanza” (1996).
La Comisión Nacional de Pastoral Juvenil comienza a hacer presencia en
los Foros Internacionales de Jóvenes (actividad paralela a las Jornadas
Mundiales se la Juventud), a través de delegados que representasen el
sentir de las comunidades. Ya en 1989 en Santiago de Compostela había
participado Cristián Parra, de Chillán (economista), en 1993 en Denver,
participó José Lazcano, de San Felipe (profesor), en 1995 en Manila, participó
Marcelo Neira, de Melipilla (periodista) y Tamara Collado, de Santiago
(profesora diferencial), en 1997 en Paris fue Maritza Diéguez, de
Temuco (diseñadora) y Mauricio Díaz, de Linares (obrero) y en el 2000
en Roma fue, Fernando Torres, de Santiago (constructor civil). Esta misma
representatividad juvenil permitió que se fuera desplegando en el
país una suerte de coordinación nacional de jóvenes de pastoral juvenil,
con equipos elegidos por sus bases y que nos representaron en varios
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