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De lo literario y lo fílmico en Del amor y otros demonios - SciELO

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ActA LiterAriA Nº 43, II Sem. 2011<br />

mi<strong>en</strong>tras come unas uvas, y ti<strong>en</strong>e miedo porque sabe que la última uva marcará<br />

su muerte. Él, <strong>en</strong> su sueño, ve que ella está vi<strong>en</strong>do nevar desde la v<strong>en</strong>tana<br />

de aquel campo de Salamanca que le recuerda sus años de seminarista <strong>en</strong><br />

aquella ciudad española, y si<strong>en</strong>te mucho miedo porque también sabe que la<br />

última uva repres<strong>en</strong>tará la muerte de Sierva. Así son <strong>lo</strong>s sueños de <strong>lo</strong>s amantes<br />

<strong>en</strong> la novela. En el filme se produce la adaptación o com<strong>en</strong>tario de dichos<br />

sueños, y ti<strong>en</strong>e que ver con el cambio del campo nevado de Salamanca por<br />

una alberca, y las uvas por un candelabro con una vela <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dida. En el<br />

sueño del padre Cayetano, con el característico co<strong>lo</strong>r blanco que inunda la<br />

pantalla, éste observa a Sierva s<strong>en</strong>tada al lado de la alberca con el candelabro,<br />

la cámara <strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>to va captando su cuerpo <strong>en</strong> detalle, y luego con un<br />

plano g<strong>en</strong>eral se ve cómo el pie de Sierva lanza el candelabro al agua, y cuando<br />

ésta se apresura a recoger<strong>lo</strong>, despierta con las campanas de fondo s<strong>en</strong>tado<br />

fr<strong>en</strong>te a su escritorio. El segundo sueño, que <strong>en</strong> la novela corresponde a <strong>lo</strong><br />

soñado por Sierva, <strong>en</strong> la película se le atribuye de nuevo al padre Cayetano,<br />

quizás con el interés de reforzar su <strong>en</strong><strong>amor</strong>ami<strong>en</strong>to irracional por Sierva. En<br />

este sueño sucede casi <strong>lo</strong> mismo que <strong>en</strong> el primero, la única difer<strong>en</strong>cia ti<strong>en</strong>e<br />

que ver que la cámara <strong>en</strong>foca <strong>en</strong> un primer plano el cuerpo de sierva, luego<br />

con un plano de detalle se ve cómo su mano int<strong>en</strong>ta coger el candelabro que<br />

yace <strong>en</strong>c<strong>en</strong>dido <strong>en</strong> el fondo de la alberca, luego saca su mano con fuerza y<br />

la alberca se va tiñ<strong>en</strong>do poco a poco de co<strong>lo</strong>r negro y se observa la llama<br />

casi extinguida. El sueño termina con música de fondo, un primer plano del<br />

rostro de Sierva que mira la cámara, y el padre Cayetano que despierta con<br />

el repicar de las campanas de la iglesia. Lo blanquecino, la música de fondo,<br />

el sil<strong>en</strong>cio de <strong>lo</strong>s personajes y la limpieza del montaje son las principales<br />

características de estas secu<strong>en</strong>cias.<br />

Mi<strong>en</strong>tras tanto, las dos <strong>en</strong>soñaciones las vive el padre Cayetano despierto,<br />

pues <strong>en</strong> ambas se da la aparición de Sierva qui<strong>en</strong> le susurra <strong>en</strong> el oído.<br />

En la primera, se ve al padre Cayetano s<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> su escritorio ley<strong>en</strong>do y,<br />

de rep<strong>en</strong>te, del fondo oscuro del cuarto se pres<strong>en</strong>ta Sierva, qui<strong>en</strong> le susurra<br />

<strong>en</strong> el oído la expresión “Te conozco”. Inmediatam<strong>en</strong>te su<strong>en</strong>an las campanas<br />

y el padre Cayetano descubre que era una simple ilusión. En la segunda, la<br />

cámara contempla <strong>en</strong> un plano de detalle al padre fr<strong>en</strong>te a un crucifijo y,<br />

como <strong>en</strong> la anterior, del fondo oscuro surge Sierva para susurrarle <strong>en</strong> el oído<br />

<strong>lo</strong>s sigui<strong>en</strong>tes versos de Garcilaso: “Por vos nací, por vos t<strong>en</strong>go la vida, por<br />

vos he de morir y por vos muero”. Él se vuelve para acariciarla y besarla,<br />

pero ésta desaparece, como <strong>en</strong> su primera aparición. Ambas ilusiones ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

más de <strong>en</strong>soñación que de un sueño propiam<strong>en</strong>te, dada la aus<strong>en</strong>cia de <strong>lo</strong><br />

blanquecino, y debido a que no se pres<strong>en</strong>ta el cambio de planos y <strong>en</strong>cuadres<br />

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