VIDA PASTORAL 2013 - Arquidiócesis de Santa Fé de Antioquia

acompaña en los viajes - (He 16, 6.7), está presente en Bernabé para coordinar la primera comunidad entre paganos (He 11, 24) y otros más.
Todo lo que sucede en la vida y en la historia del Pueblo de Dios es fruto de la acción invisible del Espíritu.
LA COMUNIDAD MODELO
“Los que habían sido bautizados se dedicaban con perseverancia a escuchar la enseñanza de los apóstoles, vivían unidos y participaban en la fracción del
pan y en las oraciones (He 2, 42).
PRIMERA COLUMNA
ENSEÑANZA DE LOS APÓSTOLES
Indica el nuevo cuadro de referencias e la vida comunitaria. Esta enseñanza es la nueva interpretación de la vida y de la Biblia, trasmitida por los apóstoles
a partir de la experiencia que tuvieron de la resurrección. Como Jesús, los cristianos tuvieron la valentía de romper con las enseñanzas de los escribas. En vez de
seguir la doctrina de los doctores de la época, siguen ahora la doctrina de los 12 apóstoles sin instrucción. (He 4, 13).
Este nuevo liderazgo no vino de tradición, ni de la raza, ni del poder, ni de la fuerza, ni de ningún discurso o diploma, sino de los signos realizados en la
comunidad (He 2, 43; 4, 33; 5, 12.15-16) y de las enseñanzas dadas por Jesús resucitado a Magdalena, a los 12 apóstoles. En el ejercicio de esta autoridad, sin
embargo, los animadores eran cuestionados por la comunidad (Gál 2, 11-14; He 11, 3) y tenían que rendir cuentas (He 11, 4.18).
SEGUNDA COLUMNA
COMUNIÓN
Indica el nuevo ideal de la vida comunitaria. La comunión (koinonía) nace del Padre (1Jn 1, 3), del Hijo (1 Cor 1, 9) y del Espíritu Santo (2 Cor 13, 13; Fil 2, 1),
y se traduce en comunión fraterna compartiendo los bienes. Los primeros cristianos ponían todo en común, de manera que no había necesitados entre ellos (He 2,
44-45; 4, 32.34-35). Así cumplían la ley que decía: “no habrá pobres entre los tuyos” (Dt 15, 4). La comunión indicaba la actitud de quien no se considera dueño de
lo que poseía, sino que era capaz de compartir sus bienes con los demás (Rm 15, 26; 2 Cor 9, 13; Filem 6 y 17).
El ideal de la comunión era llegar a compartir no solo los bienes, sino los sentimientos y la experiencia de vida, hasta formar todos un solo corazón y una
sola alma (He 1, 14; 2, 46; 4, 32), llegar a una convivencia sin secretos (Jn 15, 15) que supere barreras provenientes de la religión, clase, sexo y raza (Gál 3, 28; Col
3, 11; 1 Cor 12, 13).
Esta comunión es sagrada y no debe profanarse; quien abusa de ella en beneficio propio muere para la comunidad. Es la lección del episodio de Ananás y
Safira (He 5, 1-11).
TERCERA COLUMNA
FRACCIÓN DEL PAN
Indica la nueva fuente de la vida comunitaria. La expresión tiene su origen en las comidas judías, en las que el padre compartía el pan con los hijos y con los
que no tenían nada. La fracción del pan recordaba las muchas veces que Jesús compartió el pan con los discípulos y con los pobres (Jn 6, 11); así mismo recordaba
el gesto que abrió los ojos a los discípulos de Emaús para descubrir la presencia viva de Jesús en medio de la comunidad (Lc 24, 30-35).
Significaba sobre todo el gesto supremo del “amor hasta el fin” (Jn 13, 1), la Eucaristía, la “comunión con el cuerpo y la sangre de Cristo” (1 Cor 10, 16), la
Pascua del Señor (1 Cor 11, 23-27), la memoria de su muerte y resurrección (1 Cor 11, 26) que garantiza la vida a quienes la dan por los demás.
La fracción del pan se hacía en las casas y no en la majestad del templo (He 2, 46; 20, 7); era el lugar de la liturgia “en Espíritu y en Verdad” (Jn 4, 23). Pero
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