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de obsidiana a los pueblos del alto Valle de México. Puesto que
el relato dicho en español macuahuitl era un trabalenguas
muy difícil de pronunciar, la palabra vulgar de “macana” fue
preferida. Se parecía a una cachiporra irlandesa, pero con
la capacidad de lacerar a un adversario dejándolo muerto o
irreconocible. Estaba dotada de hojas de obsidiana a manera
de colmillos, pegados en ranuras por ambos lados. Los rollos
de tributo especificaban “macanas” Pero se usaba el término
en su sentido más amplio, que incluía puntas de flechas y
lanzas también.
Prescott cita al Capellán de Cortés, Francisco López de
Gómara, quien escribió en su “HISTORIA DE LAS INDIAS Y
CONQUISTA DE MÉXICO” que los españoles observan a los
guerreros aztecas matar a dos caballos cortándoles la cabeza,
con riendas y todo, con un solo golpe de sus macuahuitls.
Izcóatl negoció desde una posición de fuerza con el Rey
de Texcoco para ganar jurisdicción sobre algunos de Ios
pueblos con talleres de armas, de acuerdo con RELACIONES
HISTÓRICAS ESTADÍSTICAS. 18 Texcoco cedió la mitad de
las macanas recogidas como tributos de la comunidad de
Epazoyucan, Pachuca, Cempoala, Tezontepec, Tlaquilpan y
Temascalapan llegaron a ser avanzadas aztecas que pagaban
su cuota totalmente con macanas a Tenochtitlán. Quedaron
exentas de pagar sus tributos acostumbrados de granos y
comida, pieles de venado, cestería, mantas y ropa, así como
animales vivos.
Tanto Bernal Díaz del Castillo como Prescott, confirman
que las armas con puntas hechas de obsidiana eran
profusamente consumidas. Las frágiles lanzas flechas
18.-"Relaciones Históricas Estadísticas", citado por R. H. Barlow, en
"The Extent of the Empire of the Culture Mexica", University of California,
Berkeley, Ibero Americana 28, 1949, nota a pie de pág. 81 y 82, pp. 71-72
y Bibliografía, p. 139.