respuesta del sistema preventivo de un hospital ante los efectos de ...

RESPUESTA DEL SISTEMA
PREVENTIVO DE UN HOSPITAL
ANTE LOS EFECTOS DE UN SISMO
DR. CARLOS AGÜERO DIAZ-OSSA
DR. JUAN VILLAGRAN GARCIA

La ciudad de San Fernando se ubica en la provincia
de Colchagua, 145 km. al sur de Santiago, la capital
de Chile.
En el año 1840 la ciudad tenía 5.000 habitantes y el
único médico era el Dr.. Markmann, quien ejercía su
profesión sin contar con consultorio ni hospital para
los pacientes más graves.

Por su iniciativa, y contando con la colaboración
de los sanfernandinos, en el año 1848 se inicia la
construcción de un hospital, que fue edificado con
gruesos murallones de adobe y que continuó
funcionando así por más de un siglo

El hospital estaba conformado por varias salas
separadas y distantes entre sí, salas muy grandes,
de aproximadamente 40 a 50 camas cada una, con
techos a 6 metros de altura.
Esto hacía muy incómodo el funcionamiento del
establecimiento, tanto para los pacientes internos
como externos

Progresivamente, sin embargo, se fueron haciendo
edificaciones suplementarias que unieron estas salas
y se construyeron pasillos cubiertos, que facilitaron el
desplazamiento tanto del personal como de los
pacientes.

Estas construcciones fueron hechas primeramente
en adobes y sólo a mediados del siglo 19 se utilizó
madera o ladrillos para algunos muros.
Los primeros años de funcionamiento de este centro
asistencial fueron bastante complicados , tanto en el
recurso humano, como en el financiero.

Mediante decreto gubernamental, en 1864 se dicta
un reglamento para las Juntas de Beneficencia,
con características anecdóticas, por cuanto se
establece una administración formada por el
Intendente de la ciudad, un Administrador y dos
vecinos destacados.

El reglamento creaba además los Dispensarios,
que, con recursos municipales, debían entregar
gratuitamente los medicamentos a los pacientes
de bajos recursos. Estos dispensarios
funcionaban como anexos de los hospitales, con
sólo una hora de atención diaria.

En el año 1884 se inicia la construcción de una
capilla, obra de gran belleza arquitectónica que
destaca en la ciudad por su gran altura y por el
tratamiento gótico de su fachada, con
decoraciones de ladrillo a la vista.

En el año 1935 un gran incendio destruye parte
de la infraestructura y prácticamente toda la
documentación existente.
En la reconstrucción se decide crear una
Maternidad y una Unidad de Recién Nacidos.
En 1977 se construye un consultorio externo,
anexo al hospital, con una edificación
antisísmica.

En marzo de 1980 asume la dirección del
establecimiento el Dr. Carlos Agüero, cirujano dentista,
con estudios de postgrado en administración
hospitalaria.
Al momento de asumir la dirección, la ciudad tenía
aproximadamente 50.000 habitantes y el hospital
contaba con 230 camas y 480 funcionarios, de los
cuales 35 eran médicos.

En el año 1984 el conjunto arquitectónico
formado por el hospital, sus patios y la capilla,
fue declarado Monumento Nacional mediante
decreto ministerial.

La Dirección del Hospital, en conocimiento de los
periódicos sismos que asolaban a diversas partes
del territorio nacional y ante los desastrosos
incendios que ocasionalmente afectaban a los
hospitales, decide en Junio de 1984 elaborar un
plan de emergencias ante un potencial siniestro.

En este plan se configura patrullas responsables de
actuar inmediatamente de ocurrido el siniestro, formadas
por 1 a 11 funcionarios de cada una de las unidades
clínicas o administrativas del establecimiento, con un
total de 65 personas.

A cada uno de los integrantes de la patrulla se les
asignó funciones específicas para actuar durante
el desarrollo del siniestro mismo, durante la
evacuación de pacientes y con posterioridad al
siniestro.
Se estableció alternativas de acción según el
horario en que ocurriese la catástrofe

Se dio especial importancia a que, para facilitar
la evacuación de los pacientes, todas las camas
debían estar marcadas con tarjetas de colores
azul, amarillo o rojo, para indicar si el paciente
podría movilizarse por sus propios medios, si
necesitaba algo de ayuda, o si por su gravedad
debía ser movilizado por el personal.

El plan de emergencia estaba orientado
principalmente a los dos tipos de siniestros más
frecuentes en nuestros hospitales: los incendios y los
sismos. En el caso de los incendios, se establecía
normas para la etapa de detección y alarma.

Se normaba a quien debía comunicarse al detectarse
el incendio y la forma de configurar la primera
patrulla, que debía intentar sofocarlo con los medios
que disponía el establecimiento.

Recibida la alarma por la persona indicada, se
establecía que debía llamar al Cuerpo de Bomberos
y se especificaba a que otros funcionarios debía
llamar para constituir el Comité de Emergencias.

Este comité estaba compuesto de 14 personas, entre
las que figuraban jefes de: operaciones,
clasificación de heridos, sección de resucitación,
farmacia, hospitalización y altas, pabellones, cirugía
menor, distribución de personal, coordinación
interna y externa, movilización, encargado de
camilleros, radiocomunicaciones, transfusión y
mantenimiento

Se establecía, con nombres, quienes ocuparían estos
cargos, sus reemplazantes y las funciones a cumplir
por cada uno de ellos.
Todas estas medidas, cuyos detalles es imposible
exponer en esta presentación, fueron dadas a
conocer a todo el personal del establecimiento.

Tal como se hacía en las escuelas de Chile, una vez
implementado el Plan de Emergencia, se efectuó varios
simulacros de incendio o sismo, con evacuación de
todos los pacientes cuyas camas estaban marcadas de
azul o amarillo.

El día Domingo 3 de marzo de 1985, a las 19:45
horas, un fuerte sismo, grado 7 de la escala de
Richter, afectó a la provincia de Colchagua, con
epicentro en la ciudad de San Fernando.

A los pocos minutos de ocurrido el sismo, se
constituyó el Comité de Emergencia, que puso de
inmediato en marcha el plan de evacuación, el que se
desarrolló sin mayores inconvenientes.

Al ocurrir el sismo, el Director del Hospital se
encontraba a 20 km. de la ciudad, y al llegar al
establecimiento ya se estaba evacuando los pacientes
de acuerdo a las normas establecidas.

El Comité dio de alta a todos los pacientes posibles,
quedando 98 que fueron ubicados en dependencias
del consultorio externo, el cual, como se dijo, era de
construcción antisísmica.
Evaluaciones técnicas posteriores determinaron que
el 75 % de la estructura del hospital estaba dañada en
forma irrecuperable.

Desde el día Lunes 4 el Comité de Emergencia
funcionó permanentemente, abocado más que nada
en la reubicación de los distintos servicios clínicos y
oficinas administrativas, los que debieron distribuirse
en el 25% utilizables del hospital y en el consultorio
externo.

El consultorio externo mismo debió funcionar por 15
días en carpas facilitadas por el Ejército, para
posteriormente ser ubicado en otro edificio de la
ciudad, el que debió ser adaptado para estas
funciones.

Se deja constancia que las medidas preventivas
adoptadas en el Plan de Emergencias permitieron
que no hubiese pérdidas humanas y fueron lo
suficientemente eficaces como para hacer funcionar
el hospital en estas condiciones hasta el año 1989,
en que se entrega un nuevo edificio para el Hospital.

Creemos que medidas preventivas como estas
debieran ser aplicadas a todos los establecimientos
hospitalarios expuestos a este tipo de siniestros.

FIN