Explotación sexual de niñas y adolescentes en ... - unesdoc - Unesco
Explotación sexual de niñas y adolescentes en ... - unesdoc - Unesco
Explotación sexual de niñas y adolescentes en ... - unesdoc - Unesco
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Painel Nacwnnl sobre IA explotación Sexual <strong>de</strong> Niñih y Adolewrn~cs <strong>en</strong> Brasil 51<br />
Conseguimos, con mucho esfuerzo, que el c<strong>en</strong>tro <strong>de</strong> at<strong>en</strong>ción a<br />
m<strong>en</strong>ores permitiera que las <strong>niñas</strong> fueran a hacerse el exam<strong>en</strong>. Esos c<strong>en</strong>tros<br />
están <strong>en</strong>vueltos con el tráfico <strong>de</strong> <strong>niñas</strong> y esa práctica todavía no fue cohibida<br />
ni por el Estatuto ni por las instituciones<br />
at<strong>en</strong>ción al niño y al adolesc<strong>en</strong>te.<br />
ejecutoras <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong><br />
Para <strong>de</strong>scubrir la red <strong>de</strong> prostitución yo pasé un año <strong>en</strong>tero <strong>en</strong> la<br />
prostitución. Las personas me llamaban para comer y yo <strong>de</strong>cía, no puedo,<br />
t<strong>en</strong>go un <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro con un azfetño. Y ahí, conseguí <strong>de</strong>scubrir que existe, <strong>en</strong><br />
Aracaju, el intermediario <strong>de</strong>l cufctão. El cafrtão gana muy poco. Yo vi cuánto<br />
él gana -- aquel que es el dueño <strong>de</strong>l parque, <strong>de</strong> la calle. Ricos son los que<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los prostíbulos montados. Pero esos que están <strong>en</strong> la calle ganan una<br />
parcela. Ellos pasan para un intermediario - eran varios ex-comisarios <strong>de</strong><br />
m<strong>en</strong>ores, con carros <strong>de</strong>l último mo<strong>de</strong>lo. Incluso, conversé con algunos y<br />
algunas veces llegué a <strong>en</strong>tablar negociaciones. La niña que cu<strong>en</strong>ta que, a<br />
veces, ella ni gana, porque el c+tã~ recibe antes, el intermediario recibe<br />
antes. Pero, cuando ellas son llevadas para algún lugar, <strong>de</strong>spués que ellos<br />
manti<strong>en</strong><strong>en</strong> relaciones <strong>sexual</strong>es con ellas, las golpean y no les dan ningún<br />
dinero. Uno <strong>de</strong> los comisarios <strong>de</strong> m<strong>en</strong>ores -. <strong>de</strong>spués lo <strong>en</strong>contramos como<br />
cli<strong>en</strong>te - estaba allá bailando con las <strong>niñas</strong> y contó que era una<br />
investigación sobre la prostitución que el Gobierno estaba haci<strong>en</strong>do.<br />
Entonces, el día que llegamos, era una transformación. Los c~fitlies y<br />
las cafefinrzs me querían matar, <strong>en</strong>loquecidos, me dijeron muchas cosas. Yo<br />
tratando <strong>de</strong> calmarlos, fui <strong>en</strong>trando. El local don<strong>de</strong> las <strong>niñas</strong> recibían los<br />
cli<strong>en</strong>tes era bastante sofisticado y organizado, pero el local para hablar con<br />
las <strong>niñas</strong> era lo contrario. Era un sótano. Para <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> la casa, al revés <strong>de</strong><br />
subir, usted t<strong>en</strong>ía que bajar escalones. Y, allá <strong>en</strong> el fondo, una oscuridad.<br />
Aquellas <strong>niñas</strong> lindas, arregladas por la noche, completam<strong>en</strong>te<br />
transformadas. Los cabellos <strong>de</strong>sgreñados, todas s<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> el suelo, <strong>en</strong><br />
pijamas, irreconocibles. Aquellas <strong>niñas</strong> habían sido tan simpáticas con<br />
nosotros, nos contaron sus vidas, sus confi<strong>de</strong>ncias y, al final, escribieron<br />
recaditos <strong>de</strong> amistad para nosotros... una cazuela <strong>en</strong>orme <strong>de</strong> comida, y las<br />
<strong>niñas</strong> comían todas juntas <strong>en</strong> aquella cazuela. Al mismo tiempo, v<strong>en</strong>ía un<br />
perro para coger la comida. Ellas <strong>en</strong>pujaban con la pierna. Una esc<strong>en</strong>a<br />
extremadam<strong>en</strong>te primitiva. Cuando yo com<strong>en</strong>cé a hablar una serie <strong>de</strong> cosas,<br />
las <strong>niñas</strong> com<strong>en</strong>zaron a levantarse. Algunas se disgustaron y dijeron que<br />
iban a hacer el exam<strong>en</strong> ginecológico. Los cafet¿%~ terminaron concordando y<br />
díjeron una expresión que ellos usan <strong>en</strong> Aracaju: “Ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que regresar <strong>en</strong> 15<br />
minutos”, 0 sea, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que volver <strong>en</strong> 15 minutos. Imagin<strong>en</strong> un exam<strong>en</strong><br />
ginecológico <strong>en</strong> 15 minutos. Las <strong>niñas</strong> <strong>en</strong>traron llorando, y <strong>de</strong>cian: “iAy,