Descarga - Boletín Salesiano
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“Encontré a don Bosco y su carisma a<br />
través de los salesianos”<br />
Xavier acaba de profesar como <strong>Salesiano</strong> de Don Bosco,<br />
después de un año de noviciado en Granada. Aunque es<br />
belga, se siente muy a gusto en nuestro país donde ha sido<br />
muy bien acogido. Ha comprobado así que el espíritu<br />
salesiano no tiene fronteras. Pero si hoy está aquí como<br />
salesiano –dice- es porque Dios escribe siempre<br />
derecho con reglones torcidos. Nos lo cuenta él mismo.<br />
Mis padres –dice- han educado a sus cinco hijos con<br />
los valores cristianos. Por los diversos compromisos<br />
profesionales y voluntarios de mi familia, fui interpelado<br />
desde pequeño por los problemas sociales y las<br />
personas necesitadas. Por eso, me orienté después del<br />
bachillerato hacia la carrera de trabajador social, contra<br />
la opinión de muchos profesores que veían en mí<br />
un futuro ingeniero.<br />
Con trece años me marcó muchísimo un encuentro con<br />
un sacerdote-educador francés que trabajaba con los<br />
jóvenes delincuentes. Al final de la conferencia, me<br />
dije: “Cuando sea mayor, quiero ser como él”. Sentía<br />
esa llamada interior a entregarme al Señor. Un día volví<br />
a casa con un cartel sobre las vocaciones: “Dios me<br />
llama ... ¿A quién decírselo?” Lo colgué en la pared de<br />
mi habitación... Tenía mi rincón de oración en mi cuarto.<br />
Cada noche despedía así al Señor a quién hice chantaje:<br />
“Bueno, lo que quieras pero primero ayúdame a<br />
aprobar tranquilamente... después veremos...”<br />
Pero los primeros sentimientos propios de un adolescente<br />
aparecieron. Al mismo tiempo, maduraba en la<br />
fe en un grupo juvenil de oración. Cada vez que entraba<br />
en la capilla el viernes por la noche, veía esta frase:<br />
“Porque el mundo necesita del Amor, la Iglesia te<br />
necesita a ti... Sacerdote, una vocación”. Pero era<br />
demasiado tarde y tenía una buena excusa para que no<br />
me tocara a mí: ¡ya tenía novia!<br />
Sin embargo, varias veces la pregunta se hacía de<br />
nuevo presente sin poderla dominar. La rechazaba<br />
enseguida hasta que hice un retiro con el grupo de oración<br />
en una casa de espiritualidad... salesiana. Allí<br />
encontré a don Bosco y su carisma a través de los salesianos.<br />
Ese mismo lugar respondía a las más profundas<br />
aspiraciones de mi vida: entregarme plenamente a<br />
Dios, en una misión común, al servicio de los jóvenes<br />
necesitados. El encuentro con don<br />
Bosco puso un fin casi radical a<br />
todas mis dudas y empecé desde<br />
luego a plantearme la vocación<br />
salesiana para seguir a Cristo con el<br />
estilo de don Bosco. Un gran sentimiento<br />
de paz interior me invadía.<br />
El Señor me esperaba a pesar de<br />
mis numerosos rechazos. Hoy estoy<br />
realizando el sueño de mis 13 años:<br />
ser pastor y educador de los jóvenes.<br />
Doy gracias al Señor por haber<br />
sido paciente y haberme ofrecido<br />
las personas de confianza y de escucha<br />
necesarias para ayudarme a<br />
caminar. ¡Llega a ser lo que eres!<br />
Por eso, es imprescindible dejarse<br />
acompañar personalmente.<br />
Hoy el Señor me llena cada día de<br />
su felicidad. Ya lo decía Jesús: “La<br />
verdad os hará libres” (Jn 8,32).<br />
Noviembre 2005 • BS • 31<br />
jóvenes de hoy