11.05.2013 Views

El Deseado de Todas las Gentes (1955) - Urgente24

El Deseado de Todas las Gentes (1955) - Urgente24

El Deseado de Todas las Gentes (1955) - Urgente24

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En su templo 133<br />

En ocasión <strong>de</strong> la crucifixión <strong>de</strong> Cristo, los que habían sido sanados<br />

no se unieron con la turba para clamar: “¡Crucifícale! ¡crucifícale!”<br />

Sus simpatías acompañaban a Jesús; porque habían sentido su<br />

gran simpatía y su po<strong>de</strong>r admirable. Le conocían como su Salvador;<br />

porque él les había dado salud <strong>de</strong>l cuerpo y <strong>de</strong>l alma. Escucharon<br />

la predicación <strong>de</strong> los apóstoles, y la entrada <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong> Dios<br />

en su corazón les dió entendimiento. Llegaron a ser agentes <strong>de</strong> la<br />

misericordia <strong>de</strong> Dios, e instrumentos <strong>de</strong> su salvación.<br />

Los que habían huído <strong>de</strong>l atrio <strong>de</strong>l templo volvieron poco a poco<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un tiempo. Habían dominado parcialmente el pánico que<br />

se había apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> ellos, pero sus rostros expresaban irresolución<br />

y timi<strong>de</strong>z. Miraban con asombro <strong>las</strong> obras <strong>de</strong> Jesús y quedaron<br />

convencidos <strong>de</strong> que en él se cumplían <strong>las</strong> profecías concernientes al<br />

Mesías. <strong>El</strong> pecado <strong>de</strong> la profanación <strong>de</strong>l templo incumbía, en gran<br />

medida, a los sacerdotes. Por arreglo suyo, el atrio había sido transformado<br />

en un mercado. La gente era comparativamente inocente.<br />

Había quedado impresionada por la autoridad divina <strong>de</strong> Jesús; pero<br />

consi<strong>de</strong>raba suprema la influencia <strong>de</strong> los sacerdotes y gobernantes.<br />

Estos miraban la misión <strong>de</strong> Cristo como una innovación, y ponían<br />

en duda su <strong>de</strong>recho a intervenir en lo que había sido permitido por<br />

<strong>las</strong> autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l templo. Se ofendieron porque el tráfico había<br />

sido interrumpido, y ahogaron <strong>las</strong> convicciones <strong>de</strong>l Espíritu Santo. [136]<br />

Sobre todos los <strong>de</strong>más, los sacerdotes y gobernantes <strong>de</strong>bieran<br />

haber visto en Jesús al Ungido <strong>de</strong>l Señor; porque en sus manos<br />

estaban los rollos sagrados que <strong>de</strong>scribían su misión, y sabían que<br />

la purificación <strong>de</strong>l templo era una manifestación <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r más<br />

que humano. Por mucho que odiasen a Jesús, no lograban librarse<br />

<strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong> que podía ser un profeta enviado por Dios para<br />

restaurar la santidad <strong>de</strong>l templo. Con una <strong>de</strong>ferencia nacida <strong>de</strong> este<br />

temor, fueron a preguntarle: “¿Qué señal nos muestras <strong>de</strong> que haces<br />

esto?”<br />

Jesús les había mostrado una señal. Al hacer penetrar la luz en<br />

su corazón y al ejecutar <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ellos <strong>las</strong> obras que el Mesías<br />

<strong>de</strong>bía efectuar, les había dado evi<strong>de</strong>ncia convincente <strong>de</strong> su carácter.<br />

Cuando le pidieron una señal, les contestó con una parábola y <strong>de</strong>mostró<br />

así que discernía su malicia y veía hasta dón<strong>de</strong> los conduciría.<br />

“Destruid este templo—dijo,—y en tres días lo levantaré.”

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!