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El Deseado de Todas las Gentes (1955) - Urgente24

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426 <strong>El</strong> <strong>Deseado</strong> <strong>de</strong> <strong>Todas</strong> <strong>las</strong> <strong>Gentes</strong><br />

Entre sus oyentes, muchos eran atraídos a él con fe, y a éstos<br />

les dijo: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verda<strong>de</strong>ramente<br />

mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os<br />

libertará.”<br />

Estas palabras ofendieron a los fariseos. Pasando por alto la larga<br />

sujeción <strong>de</strong> la nación a un yugo extranjero, exclamaron coléricamente:<br />

“Simiente <strong>de</strong> Abraham somos, y jamás servimos a nadie:<br />

¿cómo dices tú: Seréis libres?” Jesús miró a esos hombres esclavos<br />

<strong>de</strong> la malicia, cuyos pensamientos se concentraban en la venganza,<br />

y contestó con tristeza: “De cierto, <strong>de</strong> cierto os digo, que todo aquel<br />

que hace pecado, es siervo <strong>de</strong> pecado.” <strong>El</strong>los estaban en la peor c<strong>las</strong>e<br />

<strong>de</strong> servidumbre: regidos por el espíritu <strong>de</strong>l maligno.<br />

Todo aquel que rehusa entregarse a Dios está bajo el dominio <strong>de</strong><br />

otro po<strong>de</strong>r. No es su propio dueño. Pue<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> libertad, pero<br />

está en la más abyecta esclavitud. No le es dado ver la belleza <strong>de</strong> la<br />

verdad, porque su mente está bajo el dominio <strong>de</strong> Satanás. Mientras se<br />

lisonjea <strong>de</strong> estar siguiendo los dictados <strong>de</strong> su propio juicio, obe<strong>de</strong>ce<br />

la voluntad <strong>de</strong>l príncipe <strong>de</strong> <strong>las</strong> tinieb<strong>las</strong>. Cristo vino a romper <strong>las</strong><br />

ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> la esclavitud <strong>de</strong>l pecado para el alma. “Así que, si el<br />

Hijo os libertare, seréis verda<strong>de</strong>ramente libres.” “Porque la ley <strong>de</strong>l<br />

Espíritu <strong>de</strong> vida en Cristo Jesús—se nos dice—me ha librado <strong>de</strong> la<br />

ley <strong>de</strong>l pecado y <strong>de</strong> la muerte.” 8<br />

En la obra <strong>de</strong> la re<strong>de</strong>nción no hay compulsión. No se emplea<br />

ninguna fuerza exterior. Bajo la influencia <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios, el<br />

hombre está libre para elegir a quien ha <strong>de</strong> servir. En el cambio que<br />

se produce cuando el alma se entrega a Cristo, hay la más completa<br />

sensación <strong>de</strong> libertad. La expulsión <strong>de</strong>l pecado es obra <strong>de</strong>l alma misma.<br />

Por cierto, no tenemos po<strong>de</strong>r para librarnos a nosotros mismos<br />

<strong>de</strong>l dominio <strong>de</strong> Satanás; pero cuando <strong>de</strong>seamos ser libertados <strong>de</strong>l<br />

pecado, y en nuestra gran necesidad clamamos por un po<strong>de</strong>r exterior<br />

y superior a nosotros, <strong>las</strong> faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alma quedan dotadas <strong>de</strong><br />

la fuerza divina <strong>de</strong>l Espíritu Santo y obe<strong>de</strong>cen los dictados <strong>de</strong> la<br />

voluntad, en cumplimiento <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> Dios.<br />

La única condición bajo la cual es posible la libertad <strong>de</strong>l hombre,<br />

es que éste llegue a ser uno con Cristo. “La verdad os libertará;” y<br />

Cristo es la verdad. <strong>El</strong> pecado pue<strong>de</strong> triunfar solamente <strong>de</strong>bilitando<br />

la mente y <strong>de</strong>struyendo la libertad <strong>de</strong>l alma. La sujeción a Dios<br />

significa la rehabilitación <strong>de</strong> uno mismo, <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra gloria y

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