lecciones de escuela sabática - Sociedad Misionera Internacional...
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“Cristo vino a la tierra como Dios en forma humana. Ascendió a los cielos como Rey<br />
<strong>de</strong> los santos. Su ascensión fue digna <strong>de</strong> su exaltado carácter. Fue como alguien po<strong>de</strong>roso<br />
en batalla, vencedor, que llevaba cautiva la cautividad. Fue acompañado por la hueste<br />
angélica, entre aclamaciones <strong>de</strong> alabanza e himnos celestiales” (La Maravillosa Gracia,<br />
pág. 49).<br />
“Cuando Cristo entró por los portales celestiales, fue entronizado en medio <strong>de</strong> la<br />
adoración <strong>de</strong> los ángeles. Tan pronto como esta ceremonia hubo terminado, el Espíritu<br />
Santo <strong>de</strong>scendió sobre los discípulos en abundantes raudales, y Cristo fue <strong>de</strong> veras glorificado<br />
con la misma gloria que había tenido con el Padre, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> toda la eternidad” (Los<br />
Hechos <strong>de</strong> los Apóstoles, pág. 32).<br />
el Rey <strong>de</strong> gloRia RegReSaRá<br />
6. ¿Cómo regresará a la tierra por segunda vez el Rey <strong>de</strong> gloria? Apocalipsis<br />
19:11, 16.<br />
“Entonces vi que Jesús se <strong>de</strong>spojaba <strong>de</strong> sus vestiduras sacerdotales y se revestía <strong>de</strong><br />
sus más regias galas. Llevaba en la cabeza muchas coronas, una corona <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otra.<br />
Ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> la hueste angélica, <strong>de</strong>jó el cielo.…<br />
“Su corona era gloriosa y resplan<strong>de</strong>ciente. Estaba formada por una corona <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
otra corona, hasta un total <strong>de</strong> siete” (Primeros Escritos, págs. 280, 281, 53).<br />
“Cuando Cristo vuelva a la tierra, los hombres no le verán como preso ro<strong>de</strong>ado por<br />
una turba. Le verán como Rey <strong>de</strong>l cielo. Cristo volverá en su gloria, en la gloria <strong>de</strong> su<br />
Padre y en la gloria <strong>de</strong> los santos ángeles. Miríadas y miríadas, y miles <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> ángeles,<br />
hermosos y triunfantes hijos <strong>de</strong> Dios que poseen una belleza y gloria superiores a<br />
todo lo que conocemos, le escoltarán en su regreso. Entonces se sentará sobre el trono <strong>de</strong><br />
su gloria y <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Él se congregarán todas las naciones. Entonces todo ojo le verá y<br />
también los que le traspasaron. En lugar <strong>de</strong> una corona <strong>de</strong> espinas, llevará una corona <strong>de</strong><br />
gloria, una corona <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otra corona. En lugar <strong>de</strong> aquel viejo manto <strong>de</strong> grana, llevará<br />
un vestido <strong>de</strong>l blanco más puro, ‘tanto que ningún lavador en la tierra los pue<strong>de</strong> hacer tan<br />
blancos.’ Y en su vestidura y en su muslo estará escrito un nombre: ‘Rey <strong>de</strong> reyes y Señor<br />
<strong>de</strong> señores’” (El Deseado <strong>de</strong> Todas las Gentes, pág. 688).<br />
7. ¿Cuál será el privilegio <strong>de</strong> los redimidos en ocasión <strong>de</strong> la segunda venida <strong>de</strong>l<br />
Rey <strong>de</strong> gloria? Mateo 25:31-34; 16:27; Apocalipsis 22:12.<br />
“Pero cuando venga Jesús, conce<strong>de</strong>rá la inmortalidad a su pueblo; y luego los llamará<br />
a poseer el reino, <strong>de</strong>l que hasta aquí sólo han sido presuntos here<strong>de</strong>ros.…<br />
“‘El reino, y el señorío y la majestad <strong>de</strong> los reinos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> todo el cielo’ van a ser<br />
dados a los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la salvación y Jesús va a reinar como Rey <strong>de</strong> reyes y Señor <strong>de</strong><br />
señores.…<br />
“Dicha in<strong>de</strong>cible estremece todos los corazones, y cada voz se eleva en alabanzas <strong>de</strong><br />
agra<strong>de</strong>cimiento. ‘Al que nos amó, y nos ha lavado <strong>de</strong> nuestros pecados con su sangre, y<br />
nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a Él sea gloria e imperio para siempre<br />
jamás.’ (Apocalipsis 1:5, 6.)<br />
LECCIONES DE ESCUELA SABÁTICA