epilogo cuenta de una historia de cuento - La Santísima Hostia ...
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¡Lástima que, los agentes <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l mal en el mundo, como hijos <strong>de</strong> las tinieblas<br />
que son, sean más astutos que los hijos <strong>de</strong> la luz y, engañen fácilmente a<br />
estos al estar en sintonía o comunión con ellos por el pecado. Y así, ¿De cuántas<br />
hostias sangrantes no se habla en estos últimos tiempos? Pero, ¿No son capaces<br />
ya para discernir y distinguir la mentira <strong>de</strong> la Verdad, y la Verdad <strong>de</strong> la mentira?.<br />
Lástima que su castigo sea: tener ojos y no ver, oídos y no enten<strong>de</strong>r...lástima que<br />
por no correspon<strong>de</strong>r, por no ser fieles, por no perseverar y aprovechar el precio <strong>de</strong><br />
la Re<strong>de</strong>nción: LA SANGRE DE JESUCRISTO, A PESAR DE ESTAR BAUTIZADOS,<br />
CONFIRMADOS, CASADOS U ORDENADOS: SE VAN A CONDENAR ETERNAMEN-<br />
TE!.<br />
LUEGO, es lógico <strong>de</strong>ducir que no hablo para los que no quieren ni pue<strong>de</strong>n oír,<br />
sino a quienes, a pesar <strong>de</strong> todo, siguen oyendo aunque sea un poquito y siguen<br />
viendo aunque sean miopes; y que por tantos <strong>de</strong>sengaños y <strong>de</strong>cepciones naturalmente<br />
se han hecho <strong>de</strong>sconfiados, razón ésta por la que estaba refiriendo experiencias<br />
<strong>de</strong> mi niñez y juventud, en las que sin ser psicólogos, cualquiera nota “el<br />
genio y figura” <strong>de</strong> mi condición humana simple, sencilla y sincera con la que gratuitamente<br />
nací y la adversidad pulió, pagando el precio <strong>de</strong> las lecciones recibidas, <strong>de</strong><br />
las que alg<strong>una</strong>s, sin ser provocadas por propios errores sino, absurdamente: por<br />
logros, sigo abonando, y tendrán que condonárseme cuando muera si <strong>de</strong>muestro<br />
que las aprehendí; porque sino, en vez <strong>de</strong> ser condonadas, me con<strong>de</strong>narán. Como<br />
“el hecho” <strong>de</strong> haber tenido que sufrir golpes y humillaciones cuando a los seis<br />
años aprendí a leer y a escribir; y con la emoción más gran<strong>de</strong> que alimentaba y<br />
alentaba mi curiosidad y fantasías pueriles al contar con la llave que me abría el<br />
portón <strong>de</strong>l conocimiento y la capacidad <strong>de</strong> la comunicación por signos o letras: en<br />
un paréntesis <strong>de</strong> distracción o travesura infantil manifesté por vez primera que ya<br />
podía “hablar con letras”, con signos silenciosos, que no hacen ruido como las palabras<br />
y se hacen oír <strong>una</strong> y otra vez... cuantas veces se lean hasta calcarse por la<br />
memoria recalcando su mensaje en la consciencia y activando los sentimientos <strong>de</strong>l<br />
corazón. Y a <strong>una</strong> compañera que tenía la cara llena <strong>de</strong> “pecas”, le escribí mi primer<br />
recado: “AMADA DOROTEA: TE MANDO UN ABRAZO APRETADO Y UN BESO<br />
TRONADO”… ¡Cuando <strong>de</strong> pronto, caigo en la <strong>cuenta</strong> <strong>de</strong> que la maestra A<strong>de</strong>lina<br />
Montaño, estaba a mis espaldas, con la regla en la mano. Me arrebató <strong>de</strong> las manos<br />
el gozo <strong>de</strong> entregar en un pedazo <strong>de</strong> papel la primera “flor” en botón <strong>de</strong> un sentir<br />
que era más fantasía e ilusión, más limpias y blancas que el papel que llevaba un<br />
abrazo apretado y un beso tronado <strong>de</strong> alguien que no sabía lo que era un abrazo<br />
“apretado” y un beso “tronado”, que me pusieron en <strong>una</strong> situación apretada en la<br />
que mi maestra tronó varias veces su negra regla sobre mis espaldas llevándome<br />
<strong>de</strong> los cabellos a los <strong>de</strong>más salones <strong>de</strong> la escuela en los que se enteraba a los<br />
alumnos <strong>de</strong> mi “pecado” para escarmiento <strong>de</strong> todos ante los que se me golpeaba <strong>de</strong><br />
nuevo con aquella vara <strong>de</strong> un metro con cuatro lados, por mi precocidad!. Ahí comencé<br />
a enten<strong>de</strong>r la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los escritos, que permanecen: “scripta manent”;<br />
tan fácil hubiera sido <strong>de</strong>cirlo con palabras que se lleva el viento: “verba volant”.<br />
Si refiero estas experiencias, POR ESCRITO, es con el afán <strong>de</strong> ser<br />
comprendido y entendido, no para satisfacción y beneficio personal,<br />
mas que como consecuencia <strong>de</strong>l “<strong>de</strong>ber cumplido”; sino para que crean<br />
y reciban para su propio aprovechamiento y bien espiritual EL TESTI-<br />
MONIO QUE “ME TOCÓ ENTREGAR” SOBRE EL MILAGRO DE LA SAN-<br />
TÍSIMA HOSTIA SANGRANTE, en el que José Camargo Melo nada tiene<br />
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