Zona Literatura
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- ¿Hace cuánto tiempo que trabajas para mí?...- Exclamó.<br />
- Llevo casi tres meses- Dijo el cargador.<br />
- ¿Qué quieres?....- Rugió el jefe.<br />
- Señor- Dijo Samuel inclinando la cabeza-, la menor de<br />
mis hijas se encuentra gravemente enferma, y creo que morirá<br />
si no la interno en un hospital... Necesito dinero, y no sé a<br />
quien más recurrir.<br />
- Sabes de sobra que no debería prestarte nada- Dijo el<br />
jefe clavando la vista en Samuel como un puñal-, pero supongo<br />
que el dinero de un pelafustán es tan bueno como el de un<br />
hombre decente. ¿Qué garantía puedes darme?... Hasta donde<br />
sé solo posees la ropa que llevas puesta y esa casita en el<br />
centro de la Ciudad... Si no puedes ofrecerme nada más lárgate<br />
en seguida y no vuelvas a aparecerte en los muelles.<br />
Urbano se fijó entonces en lo demacrado y abatido que<br />
lucía de pronto su padre, y tuvo la impresión que al menos<br />
veinte años cayeron sobre sus hombros cuando dijo:<br />
- La casa será mi garantía.<br />
Al oír a Samuel, una sonrisa triunfante y maliciosa apareció<br />
en el rostro del jefe, y dijo con un tono desinteresado:<br />
- ¿De cuánto estamos hablando?...<br />
De este modo los sanguinarios dedos de la venganza comenzaron<br />
a deslizarse sobre el cuello del cargador. Hacía<br />
mucho tiempo ya que el nefasto corazón del contratista lamentaba<br />
el abandono de una jovencita, que harta de sus malos<br />
tratos había buscado refugio en un hombre honesto y tan pobre<br />
como ella. Y ocurrió que antes de que pudiera pagar la<br />
tercera parte de la deuda Samuel perdió su empleo, y su antiguo<br />
jefe movió cielo y tierra para que no le contrataran en<br />
ninguna parte. A partir de entonces la familia del cargador se<br />
Cristián Berríos | 122 | http://zonaliteratura.com