La parábola de los seis ciegos y el elefante indostano o ...
La parábola de los seis ciegos y el elefante indostano o ...
La parábola de los seis ciegos y el elefante indostano o ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Figura 1. El Dios Krishná y <strong>los</strong> <strong>ciegos</strong>…<br />
<strong>de</strong> <strong>el</strong><strong>los</strong> había podido tocarlo nunca, <strong>de</strong>cidieron salir<br />
al día siguiente a la busca <strong>de</strong> un ejemplar, y <strong>de</strong> este<br />
modo po<strong>de</strong>r salir <strong>de</strong> dudas. Tan pronto como <strong>los</strong><br />
primeros pájaros insinuaron su canto, con <strong>el</strong> sol aún<br />
a medio levantarse, <strong>los</strong> <strong>seis</strong> <strong>ciegos</strong> tomaron al joven<br />
Dookiram como guía, y puestos en fila con las manos<br />
al hombro <strong>de</strong> quien les precedía, emprendieron la<br />
marcha enfilando la senda que se a<strong>de</strong>ntraba en la<br />
s<strong>el</strong>va más profunda.<br />
No habían andado mucho cuando <strong>de</strong> pronto, al<br />
a<strong>de</strong>ntrarse en un claro luminoso, vieron a un gran<br />
<strong>el</strong>efante tumbado apaciblemente sobre su costado.<br />
Mientras se acercaban <strong>el</strong> <strong>el</strong>efante se incorporó, pero<br />
enseguida perdió interés y se preparó para <strong>de</strong>gustar<br />
su <strong>de</strong>sayuno <strong>de</strong> frutas que ya había preparado. Los<br />
<strong>seis</strong> sabios <strong>ciegos</strong> estaban llenos <strong>de</strong> alegría, y se<br />
f<strong>el</strong>icitaban unos a otros por su suerte. Finalmente<br />
podrían resolver <strong>el</strong> dilema y <strong>de</strong>cidir cuál era la<br />
verda<strong>de</strong>ra forma <strong>de</strong>l animal.<br />
El primero <strong>de</strong> todos, <strong>el</strong> más <strong>de</strong>cidido, se abalanzó<br />
sobre <strong>el</strong> <strong>el</strong>efante preso <strong>de</strong> una gran ilusión por tocarlo.<br />
Sin embargo, las prisas hicieron que su pie tropezara<br />
con una rama en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o y chocara <strong>de</strong> frente con <strong>el</strong><br />
costado <strong>de</strong>l animal. -¡Oh, hermanos míos! –exclamóyo<br />
os digo que <strong>el</strong> <strong>el</strong>efante es exactamente como una<br />
pared <strong>de</strong> barro secada al sol.<br />
Llegó <strong>el</strong> turno <strong>de</strong>l segundo <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>ciegos</strong>, que avanzó<br />
con más precaución, con las manos extendidas ante<br />
él, para no asustarlo. En esta posición en seguida<br />
tocó dos objetos muy largos y puntiagudos, que se<br />
curvaban por encima <strong>de</strong> su cabeza. Eran <strong>los</strong> colmil<strong>los</strong><br />
<strong>de</strong>l <strong>el</strong>efante. -¡Oh, hermanos míos! ¡Yo os digo que<br />
la forma <strong>de</strong> este animal es exactamente como la <strong>de</strong><br />
una lanza… sin duda, esta es! El resto <strong>de</strong> <strong>los</strong> sabios<br />
no podían evitar burlarse en voz baja, ya que ninguno<br />
MUCI-MENDOZA R<br />
se acababa <strong>de</strong> creer <strong>los</strong> que <strong>los</strong> otros <strong>de</strong>cían.<br />
El tercer ciego empezó a acercarse al <strong>el</strong>efante por<br />
<strong>de</strong>lante, para tocarlo cuidadosamente. El animal ya<br />
algo curioso, se giró hacía él y le envolvió la cintura<br />
con su trompa. El ciego agarró la trompa <strong>de</strong>l animal<br />
y la resiguió <strong>de</strong> arriba a abajo notando su forma<br />
alargada y estrecha, y cómo se movía a voluntad.<br />
-Escuchad queridos hermanos, este <strong>el</strong>efante es más<br />
bien como… ¡como una larga serpiente! Los <strong>de</strong>más<br />
sabios disentían en silencio, ya que en nada se parecía<br />
a la forma que <strong>el</strong><strong>los</strong> habían podido tocar.<br />
Era <strong>el</strong> turno <strong>de</strong>l cuarto sabio, que se acercó por <strong>de</strong>trás<br />
y recibió un suave golpe con la cola <strong>de</strong>l animal, que se<br />
movía para asustar a <strong>los</strong> insectos que le molestaban.<br />
El sabio prendió la cola y la resiguió <strong>de</strong> arriba abajo<br />
con las manos, notando cada una <strong>de</strong> las arrugas y<br />
<strong>los</strong> pe<strong>los</strong> que la cubrían. El sabio no tuvo dudas y<br />
exclamó:-¡Ya lo tengo! –Dijo lleno <strong>de</strong> alegría- Yo<br />
os diré cual es la verda<strong>de</strong>ra forma <strong>de</strong>l <strong>el</strong>efante. Sin<br />
duda es igual a una vieja cuerda.<br />
El quinto <strong>de</strong> <strong>los</strong> sabios tomó <strong>el</strong> r<strong>el</strong>evo y se<br />
acercó al <strong>el</strong>efante pendiente <strong>de</strong> oír cualquiera <strong>de</strong> sus<br />
movimientos. Al alzar su mano para buscarlo, sus<br />
<strong>de</strong>dos resiguieron la oreja <strong>de</strong>l animal y dándose la<br />
vu<strong>el</strong>ta, <strong>el</strong> quinto sabio gritó a <strong>los</strong> <strong>de</strong>más: -Ninguno<br />
<strong>de</strong> vosotros ha acertado en su forma. El <strong>el</strong>efante es<br />
más bien como un gran abanico plano – y cedió su<br />
turno al último <strong>de</strong> <strong>los</strong> sabios para que lo comprobara<br />
por sí mismo.<br />
El sexto sabio era <strong>el</strong> más viejo <strong>de</strong> todos, cuando<br />
se encaminó hacia <strong>el</strong> animal, lo hizo con lentitud,<br />
apoyando <strong>el</strong> peso <strong>de</strong> su cuerpo sobre un viejo bastón<br />
<strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra. De tan doblado que estaba por la edad,<br />
<strong>el</strong> sexto ciego pasó por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la barriga <strong>de</strong>l<br />
<strong>el</strong>efante y al buscarlo, agarró con fuerza su gruesa<br />
Gac Méd Caracas 41