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INTRODUCCION<br />
El <strong>Museo</strong> <strong>de</strong> <strong>Armas</strong> <strong>de</strong> <strong>Eibar</strong> es relativamente reciente; se inauguró en 1914, el mismo ario en que<br />
comenzó la Gran Guerra Europea. Sin embargo, en buena ley y bajo un concepto estrictamente histórico,<br />
correspondía haberse creado muchos arios antes, como se hizo en Lieja o en otros puntos <strong>de</strong> distintos territorios<br />
con características industriales análogas, porque a la zona armera vasca pue<strong>de</strong> atribuírsele por antigüedad y<br />
por volumen fabril el ostentar en nuestro país tal preeminencia en atención a su primicia en la construcción <strong>de</strong><br />
armas manuales <strong>de</strong> fuego en series programadas y cuantiosas, como eran las que se <strong>de</strong>stinaban a fines<br />
militares. Igual criterio pue<strong>de</strong> sustentarse respecto a las que se <strong>de</strong>stinaban a la caza, que aunque no estaban<br />
sometidas a las rigurosas normas <strong>de</strong> fabricación que se dictaban para aquellas durante los tiempos <strong>de</strong>l régimen<br />
gremial, fueron susceptibles <strong>de</strong> aplicaciones ornamentales muy variadas, a capricho <strong>de</strong> las indicaciones y <strong>de</strong>l<br />
costo que sobre tales a<strong>de</strong>rezos pudiera permitirse el <strong>de</strong>stinatario.<br />
Si <strong>de</strong> cada variedad <strong>de</strong> ellas hubiera podido conservarse tan sólo un ejemplar <strong>de</strong> las que se fabricaron en<br />
nuestra comarca armera, se dispondría ahora <strong>de</strong> un rico y curioso museo en el que podría estudiarse todo el<br />
proceso <strong>de</strong> la armería <strong>de</strong> fuego <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus mismos orígenes, su piecería, materiales, procedimientos <strong>de</strong> forja...<br />
<strong>de</strong>talles muy importantes que permitirían un conocimiento más profundo <strong>de</strong>l avituallamiento <strong>de</strong> las tropas que<br />
colonizaron América o intervinieron en contiendas europeas o propias. Hubiera sido como contemplar esta<br />
parcela <strong>de</strong> la Historia en forma física mediante el examen <strong>de</strong> los correspondientes mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> cada período. Y<br />
bajo igual aspecto se observaría también el <strong>de</strong>sarrollo registrado con numerosas formas, innovaciones y<br />
sistemas <strong>de</strong> disparo en las escopetas <strong>de</strong> caza, <strong>de</strong> las que hay que contar por muchos millares las que han salido<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las fábricas eibarresas hasta los más sorpren<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>stinos geográficos. No olvi<strong>de</strong>mos en esta ocasión<br />
al gran número <strong>de</strong> grabadores burilistas que en sucesivas generaciones se <strong>de</strong>dicaron a adornarlas con dibujos<br />
<strong>de</strong> finísimo trazo o en artístico relieve, ni a los damasquinadores en oro que mediante el método creado por los<br />
Zuloaga para <strong>de</strong>corar las armas blancas y <strong>de</strong> fuego, porque fue esta su primera aplicación, extendieron también<br />
su arte por todos los confines <strong>de</strong>l planeta.<br />
Hubo hasta mediados <strong>de</strong>l siglo XIX en los almacenes y oficinas <strong>de</strong> las Reales Fábricas <strong>de</strong> <strong>Armas</strong>, que<br />
radicaban en Placencia-Soraluze, un pequeño <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> armas fabricadas en la comarca, que se<br />
conservaban más por curiosidad y como un vestigio <strong>de</strong> los propios gremios que como museo público. Pero al<br />
dictarse la Ley <strong>de</strong> supresión <strong>de</strong> estas RR.FF. y haberse nombrado una Comisión Receptora <strong>de</strong> armamento con<br />
la misión <strong>de</strong> liquidar <strong>de</strong>finitivamente la relación oficial que durante siglos se mantuvo entre el reino y los<br />
gremios, se llevaron también toda aquella colección que, a pesar <strong>de</strong> su limitado número <strong>de</strong> ejemplares, tanta<br />
aceptación y valor ofrecería ahora, sin que, al parecer, opusieran resistencia los maestros gremiales, sin duda<br />
afectados por el <strong>de</strong>cisivo final <strong>de</strong>l régimen gremial junto al <strong>de</strong> las RR.FF. <strong>de</strong> <strong>Armas</strong> <strong>de</strong>, Guipúzcoa y Vizcaya,<br />
como también se nombraban, o por las conflictivas situaciones socio-económicos que pesaron sobre nuestra<br />
tierra en esos tiempos. Lo cierto es que aquellas armas portátiles antiguas no ofrecen en el <strong>Museo</strong> <strong>de</strong>l Ejército<br />
<strong>de</strong> Madrid una referencia clara <strong>de</strong> su origen, que ahora pue<strong>de</strong> ser atribuido a cualquier país extranjero, como ha<br />
sucedido en ocasiones con nuestros productos.<br />
Todo esto pue<strong>de</strong> ayudar a compren<strong>de</strong>r por qué en el <strong>Museo</strong> <strong>de</strong> <strong>Armas</strong> <strong>de</strong> <strong>Eibar</strong> son mo<strong>de</strong>rnas la mayor<br />
parte <strong>de</strong> las piezas expuestas—<strong>de</strong>talle que no le priva <strong>de</strong> atractivo—y sean entre ellas una gran parte las <strong>de</strong><br />
proce<strong>de</strong>ncia extranjera, más <strong>de</strong>l cincuenta por ciento. No <strong>de</strong>bemos ocultar que también ha existido una falta <strong>de</strong><br />
interés sobre aspectos culturales propios, como este <strong>de</strong>l coleccionismo o archivo <strong>de</strong> ejemplares «<strong>de</strong> casa», y es<br />
causa directa <strong>de</strong> la laguna existente respecto a los <strong>de</strong> mecha y <strong>de</strong> chispa <strong>de</strong> los siglos XVI, XVII y XVIII.<br />
Añadiremos otra que, en buena medida, motivó durante el siglo pasado un notable receso en nuestra industria<br />
armera—nuestra artesanía armera para quienes consi<strong>de</strong>ren que la industrialización comenzó a mediados <strong>de</strong>l<br />
siglo pasado—: la invasión francesa y las guerras civiles, con la dispersión <strong>de</strong> reputados maestros y oficiales<br />
armeros hacia otras latitu<strong>de</strong>s don<strong>de</strong> crearon riqueza al establecerse.