FA.Foll.001.005.pdf

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DISCURSO
L E G A L ,
EN M A Y O R D E M O ST R A C IO N
de la justicia , que asiste^á Don Luis
Roca , vecino de Ja Ciudad
• X de. Orihuela-j;,
o * '
EN EL PLEYTO
IN S T A D O POR D O N A A N T O N I A
María H crcdia, y Rocamora , Marquesa
Viuda de Villesca.
S O (B
L A S U C C E S I O N EN P R O P I E D A D EN LO S BIEN ES
de diferentes M ayo ra zgos , com o fundados por D o ñ a B eatriz
M a sq u e fa , D o ñ a A n a , y D o n J a ym e R o sell,
confirm ando lo que se a lego en el
J u icio de V ista.
E N V A L E N C IA :
Por Onofrc G arcía, junco a la plaza de Calacrava.
T--
■ . í» ,

i : il îj o e I a
„I A D 3 J
E^^saIus Stwm multìiudlne maxmoferi'Ja-
ditun ideo 'adiconservationem iUimu multa'qui-
dem excQgitarunt f lcep.) onijT/ çC^oJ.
Cicerv’de Leg." lib. i.
O T Y H J T j ; i M l
A I M O 'i' H A A Ì4 O n Ü a O a A ' ? 'A I
£?:.::■ ir.M ^ r.v'fftnjo/l ; üÍLsisH
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a ¡.ñr/. i «obbb.r.'t »’ßlOD

A Sentencia que recayó en efte pleyco en el juicio de
viíta , hizo m anificfto, que en el superior concepto
del Tribunal que la pronunciò, ni la demanda era
can fundada como creía la Marquesa de V illesca, ni
la defensa tan vigorosa en codos los puncos, que se
ventilan, como Imaginaba Don Luis Roca : Cada uno de eftos li­
tigantes aspira sin embargo en efte grado de re v iñ a , à la confir­
mación de aquella Sentencia en la parte que le fue favorable, y
á su mejora , en la que no se conformò a su respediva intención,
pero en realidad con diferente motivo , porque la adición al M e­
morial ajuftado acredita subsiftentes, y en codo su vigor las resul­
tancias, que pudieron influir al desprecio de la demanda en los
extremos en que se verificó , como que nada se ha adelantado
por la aótora demandante con respeto à ello s, y mucho mas for­
talecidas con los nuevos medios de defensa, que sz han propor­
cionado en eñe ju icio , las razones que en el antecedente no bas­
taron á convencer, que la cal demanda devia despreciarse cambien
en quanco i la Heredad en la huerta de O rih u ela, partida de las
Correntias de U f e , y Casas en aquella Ciudad , Parroquia de San
Salvador, que se suponen vinculadas por Doña Beatriz Masque­
fa (num. I. ) , y la otra Heredad nombrada de T e l i , de el Vin­
culo fundado por Doña Ana Rosell y Calatayud (n. xo. ) , con
lo que Don Luis Roca (num. 8 3 .) , que ha pretendido siempre
se le absolviese de la demanda de la Marquesa enteramente, o en
quanto à todos los extremos que se comprendieron en e lla , tie­
ne mayor fundamento para esperar , que à su favor se verifique
variar su concepto el mismo Tribunal que le explicó en la Sen­
tencia de v iñ a , en quanco por ella declaró pertenecientes las insi­
nuadas C asas, y Heredades à la A ftora demandante , bolviendo à
formar el que prevaleció en el pleyto antiguo, cuya ultima deci­
sión dexó executoriada en el mismo Don Luis la legitima pertenen­
cia de codas eftas fincas, circunftancias que hacen oportuna rela­
ción à lo que advirtió , hablando de otro Tribunal can circuns*-
pedto como el de la Roca , el gran Juicio del Cardenal de Luca
( I ) j pero sin la desconfianza , de que un asumpco de gravedad se
A de-
^ D onut, dtfc. 1. n . 29. iHovuni non e j l , ut Tribunalia opiniones m uten t ^ a tq u e
d e r e licts iis , ¿juas moderno tem pore r e t in e n t , a d a n tiq u a s red ea n t^ tit in (sn tu m fe n c qu^i-
jlm tl/ u s bujusm odi m u ta tm e s in m a , habem us.

decida por una cftrana sutileza de poco momento , como el mis­
mo Autor afirma haver sucedido en un caso controvertido por
treinta años en dos grandes , y Supremos Tribunales, sin llegarse
á terminar, comprometido despues en dos muy dieftros Abogados,
cuya arbitral Sentencia se aprobó por otros dos grandes Tribuna­
les , y finalmente se reprobò en fuerza de una sutileza del dere­
cho Romano ( z ) ; acordaré las razones legales, que en la esfera
de mi capacidad se presentan de mayor solidez , para que se con­
firme la Sentencia de vifta , en la parce en que por ella se absol­
vió à Don Luis Roca de algunas pretcnsiones, de las que incluía
la demanda de la M arquesa, y se mejore en quanto á las dos in­
sinuadas, à que se dio lu g a r, siguiendo para ello el mismo orden
observado en la alegación, que se imprimió en el anterior juicio,
y procurando ser menos molefto con evitar la repetición , en quan­
to el mismo asumco permita poderse encender con la dificultad
de alegar todo lo conducente , sin incidir en repeticiones de cosas
ya dichas, insinuando solo lo que baftc à recordar algunas refle­
xiones , que deven autorizarse m a s, como quisiera conseguirlo.
z En los treinta primeros números de la cicada alegación , o
discurso le g a l, que se escrivió por parce de dicho Don L u is , se
hablo extensamente de la excepción de cosa juzgada , obñante à
la demanda, en fuerza de las Sentencias del pasado pleyco, en
que se disputaba la succesion en propiedad de varios bienes, y en­
tre ellos los mismos de que ahora se trata, y con especialidad en
virtud de la que se pronunciò en el Consejo en grado de segunda
Suplicación ( 3 ) > manifeílando , que ni la Real Cédula , con que
procurò prevenirse el difunto Marques de V illesca , preílaba mé­
ritos para inutilizar aquella excepción, no haviendo en ella clau­
sulas irritantes , ni derogatorias , ò que dispensasen la disposición
del derecho i ni el pretexto de haverse hallado nuevos documen­
tos , podía tampoco juftificar la reproducción legal de la duda so­
bre la pertenencia de dichos bienes, ya declarada, y decidida en
el Tribunal Supremo de la Nación por ultima Sentencia -, pero
pudo llegarse à entender, quando recayó la de vifta en efte pley-
t o , que blasonaban los defensores de la Marquesa haver encon­
trado para superar la insinuada excepción , doctrinas terminantes
( 2 ) Coìifitcì. legis observ. 286,
(3 ) Memor. ajuft. del presente plcyto num. i . al fin.
del

del Sr. Salgado de 5 íí/>/j/. a d S a n B , , de Parcj. de I n / í r m , e d it. , y
de Don Juan Escob. à Corr. de

4 ^
portar , para que a la Reai Provisión , que gano cl difunto Mar­
ques de V illesca, no pueda darse la extensión que se pretende, de
dexar sin efed o la. Sentencia pronunciada en grado de m il, y qui-
nienras, en quanto à los bienes á que ahora se dirige la deman­
da de la Marquesa^ cuya legitima pertenencia se disputo en aquel
pleyto ; pero aun dice mas > procediendo consiguiente à los prin­
cipios que dexaba eñablecidos, pues añade con aquel herm oso, y
varonil e íiilo , que diftingue las obras de efte A u to r, que el be­
neficio publico se interesa en el uso del saludable remedio de la re­
tención , como que el dexar sin efed o la cosa ju zgad a , y hacer
los pleycos interminables , es un contagio de la R epública, que
debe el Principe precaver con todas sus fuerzas, para no ver su­
mergidos á sus vasallos en gafto s, y discordias que les arruinen
( ^ ) •> y finalmente acuerda , en abono de su sentencia, el gravisi-
mo fundam ento, de que contra la cosa juzgada no bafta cl ex­
preso rescripto del Principe, si no incluye dos circunftancias nece­
sarias para que se cumpla ; una, la cierta ciencia de la cosa juzga­
da , y o tra , que al mismo tiempo manifieíle querer usar de la
plenitud de su poceftad , con la clausula: N o n o b sta n te ( l o ) ,
4 Efta es puntualmente la dodrina , que nos dexo escrita el
Sr. S a lg ., según la q u a l, lejos de poderse softener la pretensión de
la Marquesa al abrigo de la Real C é d u la , que gano su difunto
m arido} hemos de creer, que nada adelanto por su m edio, para
que se. descontase de aquella solemne Executoria , que obtuvo
Don Luis R o c a : trata por incidencia de la autoridad legal de la
cosa ju zgad a, y de lo que pueden valer contra ella los rescriptos
del Principe *, pero de que modo tan particular la recomiendal
Q u e expresiones tan vivas usa para significar la circunspección con
que debe atenderse cl m o d o , y circunftancias de tales rescriptos!
Y finalmente , qué seguridad manifiefta en la conclusión , de que
es necesaria la clausula ISlon obsta n te \ N o es eílrano , porque los
A A . hó dudaron afirm ar, que es in ju fto, è incivil cl rescripto.
C 9 ), t^m inante al num-yó. E t e x bue (uusa le g itim a ^ a liu insuper s u L o n tu r , p u -
b lu t p r a ju d k ii, & d a t m i, quo p m á p a li u r salubre hujus r e te n t m is n ititu r refu g iu m : v elie
em m rem jt^difatam carere e f e ó t u , litesq u e esse im m o rta les, R eip. e jl t o n t a m m , quod om -
m conatu Princeps cá vete te n e tu r , ne v a ssa lli sui d isco rd iis, & sum ptibas v exen tu r.
( l u ) C o o lefcrencii à inuclios A utofcs cjue cita , hablo así afirmativamente al
num. 79. C u m a d hoc ut ta le rescriptum aàim pleatu r , d m p recise r e q u ir a n tu r , riempe
x e r ta ?tin i}p ti_ siien tia r^i ju d k a ta ^ & q u o i s m u l ipse fU n itu d m c p o n (ia (ts u ta tu r iu m
cla u su la N on o b lU n te, u t n ota ru n t 6Ct*
en

en cuya virtud se dexa sin efeíto la cosa juzgada ( 11) *, y como
en la Real Cédula de que se valió el difunto Marques de Villesca,
ni se hallan expresiones, que manifieílen haver querido S. M.
( que Dios guarde ) dispensar la disposición del derecho , ni usac
de la plenitud de su suprema poteftad, ni tampoco se encuentra
aquella clausula Non obstante ^ que según acabamos de notar, era
no solo importante , si también necesaria, antes bien concluyó la
R eal C éd u la, encargando que eña Real Audiencia procediese en
la inftancia, que el Marques propusiera sobre el asumto que en
ella se referia' , según correspondiese en derecho ( n ) ; es conoci­
do , que por la doótrina de dicho Sr. Salg. nada pudo adelantar la
Marquesa a favor de su pretensión, y que si tal vez en su alega­
ción en derecho para la Sentencia de v ifta , quiso hacer mérito de
la autoridad de efte Escritor, huvo de ser necesariamente desqui­
ciando algunas expresiones de su verdadero contexto, muy agenas,
según la intención con que se escrivieron, de que pudiesen apli­
carse al intento, para que sin duda las debió acordar el defensor
de la M arquesa, incurriendo en el erro r, que reprendia con su
natural agudeza el Card. de Luc. (13), pues queda vifto qual
fue su verdadero modo de pensar, en todo lo que pueda tener
conducencia á la dificultad, que sobre efte punto se ofrece en el
presente pleyto.
5 L o mismo puede, y debe afirmarse con respeto á la doc­
trina de Parej. ( 14.), porque cambien efte Autor trató la especie
por incidencia > pero en las proposiciones que dexó eftablecidas,
y pueden considerarse de algún modo importantes á nueftro Inten­
to , muy diftante de impugnar la excepción de cosa ju zgad a , pro-
puefta en efte pleyto por Don Luis R oca , en méritos de la exe-
cutoria del C onsejo, la fundó puntualmente: se introduce ex­
trañando la disposición de la ley del Reyno (15), que prohibe
toda reclamación, ó recurso de la decisión que recae en los juicios
B su-
( í i ) C on muchos G iurb. D u i f . Regn. SicU. d e c i f . y . n um . i . m jujlum , C r in -
civile e(i rescrip tu m , per (¡uod rei ju d ica ta to llitu r effeitu s, , , r, , ,
( 1 1 ) Baio el n. 5. del Memorial ajuftado se transcribe toda la Real Cédula , cuy
o contexto acredita eíla verd ad, y la ultima clausula e s , que eíla Real Audiencia
‘proceda en la inltancia-del Marques de Villesca según corresponda en derecho.
( 1 5 ) C o n jlic. leg . obferv. 24. in prin. Vberior erro ru m , ac m eptiarum fa n s , v e l fcatu^
rigo illa , fip iu s itisinuata , procedendi u t d ic itu r, itt fid e parentutn ¡ (u m fo U
v e l fu p e r fiú t A u ih n ita tu m cet»
( 1 4 ) U c . c it. fu b n . 4.
( 1 5 ) I . 20, íií. I. Ub, 4, Rcwp. Mp. 8.

sumarios de competencia (i^), y acordando transltonamentc la
$uma autoridad , y maravillosa eficacia de la cosa juzgada , que
hace derecho entre las partes litigantes en el pleypo en qne sq ve­
rificó (17), se propone tres casos diftintos, de los. quales solo el
ultimo puede tener alguna relación á nueftro asumto >,.porque es
el de que una vez decidida la competencia, aparezca por las prue­
bas hechas, ó por inílrumentos legicimos nuevamente encontra­
d o s, qualidad atributiva de jurisdicción á aquél Juez'i o T ribu­
nal , que perdió la competencia, previniendo , que efte es un ca­
so sumamente difícil (18), porque para poderse nuevamente sus­
citar la contención , parece obftante gravisimo la regla de derecho
(q u e asi la llama) , de que la Sentencia que pasó en autoridad de
cosa juzgada , no puede rescindirse con el pretexto de nuevos
inftrumentos ( i ^ ) j y aunque es verdad que sin embargo resuel­
ve tener lugar en el caso propuefto la nueva competencia de juris­
dicción (lo), todo su fundamento se reduce á excepciones de
dicha regla general (21) , haciendo entre ellas mérito particu­
lar de la que consifte en la naturaleza del juicio sum ario, y pri­
vilegiado (zz) , á cuya consequencia afirma ser proposicion cer­
tísima en el derecho, que los decretos, ó Sentencias que deciden
las competencias de los Tribunales, como pronunciadas sin suje­
ción al orden le g a l, nunca llegan á adquirir la autoridad de cosa
juzgada (zs); y de efte modo dexa en su mismo vigor la insi­
nuada regla , cuya verdad eftablece nuevamente quando trata de
satisfacer al obftante , que en virtud de ella se propone (24), por
la excepción que produce la calidad de un asumto terminado se­
gún
(16) Asi lo m sniticlta bajo el tit» Spectes quaTta tn p rinc. que corresponde al n zi?.
(17) A si se nota en to d o el n. 5 16 , y al m ed. escrivió : E t facere dicitur ju s
quoad partem y pro q ua^ & contra quam f u i t lata»
(18) Num 5ZI : T ertius ^ & difficilim us casus e fi, c e t,
(19) N um . 521: C a m regula t u t a s it irt ja r e y quod fe n te n tìa transa¿la in rem ju d ìc a -
tant y rescindi m tm m e possit propter tnfirum enta de novo r e p e r ta . citan d o à M enoc G recr
L o p . M olin, y otros. *
(-«) AI n. | i 2 . in fin. con e ib s palabras: A b sq u e dubio a f fr m a n d m e j i ¡ con ten -
t m e m ju p e r ju r ts d ic lm e iterum , & d e b e r e, & posse jirm ari*
(21) Desde el n. 525. en adel.
(i2) H abent enim (d ice al n. 555. hablando de las decisiones en puntos de com -
C r q t u jm e u lU tnstantta expedtuntur , & m quibus Proceditur de fa d o . & fum m artè
(co n tin u a al n. 554.) d e j a r e certissim um est y fen tcn tia m y f i v t
decretum a ie n a to n b a s tn terp o sm m transitam num quam ¡a c e r e in r m jJ d tc a ta m , m o t e
tam quarn prolatum e x t r a j a d m lt t e r , & nullo ju r is ordine f e r m o ,
(2 4 ) A l n. 338.

. . . ^
gun su expresión, m llo jurts e x a m in e a à h lh ìto , y por la razon de
utilidad coin un, interesándose tal vez el favor publico, cjue son
las dos únicas limitaciones, cjue propone (15): Ninguna de ellas
se verifica en efte caso , porque no opone Don Luis Roca la ex-*-
cepcion de cosa juzgada en virtud del decreto , ò providencia di-
finitiva de un juicio sumario , sino en fuerza de las Sentencias,
que íccayeron en muchos Ordinarios, y aun en el extraordinario^
y ultimo recurso de la segunda suplicación *, ni hace à favor de la
publica utilidad la reproducción de los plcytos, y hablando con
precisión à nueftro caso , la nueva judicial disputa , sobre la per­
tenencia de unos bienes, que ya se disputaron tenazmente hafta
llevar el' asumto al ultimo termino à que podia llegar *, antes bien
se repíita como un contagio de la R ep ú b lica, que no se ponga
coto á la cabilacion, y terquedad de los litigantes, según antes
se insinuò (2-^)5 deducieniiose en consequencia de todo, que
tampoco pudo ser favorable à la Marquesa la dottrina de Parej.
bien entendida.
6 Menos pudo serlo la de Escob. à Corro de T u r it . K o h lU t.
(17), A u to r, y tratado que elogio de un modo muy particular
el cit. Parej. porque trato la especie no transitoriamente,
o por pura incidencia , sino muy de proposito, y de espacio : des-
pues de haver dicho quanto podia desearse, asi sobre la utilidad pu­
blica,' en que se ponga fin , y termino á los pleytos, como sobre
Jos efedos maravillosos de la cosa ju zgad a, y su grande autori­
dad , y firm eza, à que atribuye el origen de interesarse en ella la
República (2-9) í y de haver explicado lo que procede en las
causas sobre lim pieza, y nobleza de la eftirpe, o familia en con­
formidad de la ley del Reyno (30), que cftablecio las reglas
particulares en negocios de efta calidad (31)» resolvió hablar de
lo
(iK) En los nn. zzq. y 540- los quales en el primero d ic e : ^ ( /«hímíw
fupra M a w h /íí) quanda versamur in causa , quN

lo que por punco general puede ofrecerse para rescindir, o alce-
rar la cosa juzgada (32.), y al primer paso se propuso la queñion
famosa, de si podra efto verificarse con el prccexco de haverse en­
contrado nuevos inftrumencos (33): refiere la opinion de los que
eftan por la afirmativa con el auxilio de la refticucion inúntegrum,
y acuerda puntualmente las razones en que se fundan (34)') pero
sin embargo resuelve positivamente , que solo es adm isible, y
puede softenerse respeto de aquellas Sentencias, que no'llegan á
cftablecer cosa ju zgad a, como son las que se pronuncian en los
juicios sumarios, en las informaciones de limpieza de fam ilia, en
las causas matrimoniales, y otras semejantes *, pero no en las de­
m ás, respeto de las qualcs d ix o , que de ningún modo subscriviria
á dicha opinion , porque adm itida, quedarla sin efe£to la cosa
ju zgad a, y se anegarla la República en desazones , y pleytos, a
lo que nadie puede conformarse (35): admite en consequencia
la Sentencia contraria, que defendieron otros A A . con razones
mas solidas, y mas ajuftadas a la disposición del derecho (36),
las que luego despues va insinuando (37), con la firmeza de ase­
gurar , que eña opinion negativa eftá expresamente autorizada por
la Ley , de la qual por lo mismo no será licito separarse (38),
como que se hallaría una residencia expresa de derecho, y asi
deduce por consequencia de codo, que efta su opinion, aunque
no tenga en su abono tanca autoridad extrínseca como la conrraria,
se halla mucho mas bien fundada en la verdad, en el derecho,
y en la razón, que es á lo que debe atenderse para formar juicio
del mérito de una Sentencia, pueda en comparación con la que se
(32) Asi lo manifiefta el epigraf. de díqho §. i : An jure communi dentut causa y ex
quibus res judicata infringí v a íea t, & qua finí»
(53) C irca prim um (dice âl n. i . ) an res ju d ica ta retra ü a ri fffssit p ra te x tu instrum en-
t i noviter reperti.
(54) Continuando desde el n. i . hasta el 9 , y no se embaraza en confesar, que
hallaba mas comunmente admitida esta afirmativa sentencia, que algunos llegan à extender
aun à los teíUgos, que nuevamente se encontrasen.
($í) Asi dice al n. lo : H anc fen ten tia m y & optnionem ( e g o ) tantum a dm itten s m
fe n te n tiis, q ua non efjiciuut rem ju d ic a ta m , ut f u n t q ua feru n tu r in fn m m a rú s j u d i á i s , & in
p u rita tis in fo rm u tm ib u s , & tn causis m a tú m o m a lib u s, & fim ilib u s : ; : iw ca ten s vero, q u a
transttum fa ciu n t in rem ju d ic a ta m ytiullibi adm itterem y nec prañtcarem ^ cum ea adm issa res
ju d ica ta effeaum non fo r tir e tu r, & R espublica m agnis ju rg n s , & littbus conquajfaretur ; \uoit
nec fustinendum ^ nec fa ten d u m e s t.
(36) Ibidem n . i i , Contrariam fen ten tia m probant alti y e x ju ris m agts m s o n is ration i-
bus y & fundum en tis.
( 37) Hasta el n, 17.
(38) Cierra el n. 15, diciendo: Igttür habem us in ju r e decijfam e x p n s s e banc opiniih
n e m , à q ua restltre non H ccù it, nec p o ssu m u s, quia j u s répugnât aperturfi»
le

le opone j porque sucede tal vez , que la turba de ios Escrito­
res subscribe tumultuariamente á una opinion, sin mas examen,
que cl de ver que otros la siguen, y sin introducirse á apurar
los quilates de ju ñ icia, que la hagan m as, o menos apreciable
en el crisol del juicio de un perito imparcial (3P)j vicio que
reprehendió muchas veces el Card. de L u c ., hasta llegar á decir,
que es una necedad cchar menos el argumento de la autoridad
extrínseca, para adherir á una opinion , que se halla softenida
por las razones de derecho (40)-, y para m anifeftar, que en
efeóto la razón legal prevalece ventajosamente para resolver por
la negativa en la queñion propuefta , satisface por m enor, y
con separación a todos los fundamentos, de que se valen los que
defienden la afirmativa (41) i pero con especialidad hace méri­
to del que principalmente havrán manejado los defensores de la
M arquesa, y consifte en la vana apariencia de equidad , que al­
gunos A A . (42-) dixeron no poderse dexar de ofender, sÍ des­
contando de los nuevos inftrumentos , huviese de permanecer
subsiftente la Sentencia executoria, que recayó sin presencia, ni
noticia de e llo s, y satisface con las razones mas sólidas , que
tal vez aquellos mismos Escritores adoptaron en otra parte , has­
ta decir, que no es licito inducir una imaginaria equidad, sin
mas origen que cl del propio capricho , para eftablecer nuevas
opiniones, poco conformes á lo que cl derecho tenia mandado
C (43),
(59) quibus fa c ile colligi potest (continúa Escob. en el lugar citado n. 1 7 . )
quantum hac fe n te titia m eritate m ta tu r , ju r e , ac ration e , licet non tant

IO
(43) j Jc m anera, que en su concepto ( y lo será cambien en
el de qualquiera que medice , y se ponga de parce de la verdad )
eña equidad decancada , en que principalmence se fundan los se-
quaces de la opinion concraria , y con cuyo auxilio havran de­
clamado los defensores de la M arquesa, es precisamence capri­
chosa, è infundada, por no poderse deducir de la disposición
de derecho, como la llamo el mismo Gare. (44), poco con-
sequence en cfta parce à la opinion que admitió , fundado espc-
cialmence en la supuefta, y mal encendida equidad ( 45 ) , pu-
diendo con respeco á ella aplicarse sin violencia lo que dexó e s ­
e n t o Anc. Fab. ( 4^ ) , .culpando la ligereza de imaginarse cada
uno la equidad à su m o d o , de que en efe£to no hay cosa mas
acomodada para inducir los mayores errores.
7 Asi explicadas, y encendidas las doctrinas del Sr. Salg,
Parej. y Escob. con arreglo à lo que realmente nos dexaron es­
crito , y à la que se manificfta ser su opinion, ò dottrina pro­
pia , se halla d :sempenada la proposicion que se insinuò al prin­
cipio , sobre que no solo no favorecen á las replicas hechas por
parce de la Marquesa à la excepción de cosa ju zgad a, de que
se ha valido Don Luis R o c a , si que antes bien inutilizan todo
quanco se la quiso objccar, asi en virtud de la Real Cédula,
que procuró ganar el Marques de V illesca, como con el pre­
texto de los inftrumentos nuevamence encontrados, acreditando
apoyada en muy débiles fundamentos la satisfacción, con que en
su Memorial al R ey alegó , que el derecho le franqueba co­
nocidas acciones de que poderse v a le r, y Tribunales donde de­
ducirlas ( 4 7 ) : Queda vifto por lo que escribió tan de proposi­
(45) Asi responde ai n. 3 7 : Ad alterum e x tequitare considerata k ']oan. G are. C e -
b d l. & Boer. , dupltciier resfondetur : í r i m o , quod in proposita fp e cie concurrit fa v o r , &
é q u ita s p u b lica, qua publtcè m te r e s t, res ja d tca ta s fu stin e rt : : : S ecu n d ó, quod opimo no-
f ir a probatur e x ju rib u s a p e rtts, quA & aperta n itu n tu r u tilita te p u b lic a , a tq u e ideo fub~
v erti pTdtextu p rtra ta a q u it a t is , nec ju r e lic e t , nec erit expediens ix x & licitu m non e s t ,
cerebrinam a qu ttatem e x proprio ca p iti inducete ad constituendum novas opiniones.
(44) D e Expens. cap. i . «. 28 : N a m qud ¿ q u ita s sin e jurCy sine lege^ q ua fc r ip ta
non est y f e d capitosi a r r e p ta , pestilentissim tim virus e s t , & v ir o , d e r e , & v ita civtum
Agenti , d ira lu es.
(45 ) D e H isp. nobil. g lo f, 6» §. 2. n . 10.
( 46 ) Fab. in E pist. Subaud. D u ci, d ica t. Ub. d e I.rror. V ragw at, : Q u id a d in d ù -
tendos errores a ciom m od atiu s, quam si in reddtndo ju r e propriam cuique am m i fe n te n tìa m
pro ratione f e q u i, & n e scio, quo a q u ita tis com m entitia obtentu legtbus illudere passim con-
cedatur : ; : om nia referu nt ad tq u it a t e m , q uam pro a rb itrio sibi fin g u n t, cet.
( 4 7 ) Parej. di¿t* t i t , 2, resol» 6 , ». 341. vers» E t quod in nostra fpecie»
to

to el citado Escob. y por lo que insinuaron los otros AA., que
no pudo en verdad afirmarlo asi, porque lo contrario es sin du­
da lo mas cierto; de m anera, que cl Sr. Don Martin de Lar-
reategui en la alegación, que escribió en cierta causa de compe-*
tencia, la que extravia, y en mucha parte transcribe cl men­
cionado P arej., eílableció efta proposicion: „ El que con pretex-
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i>
to de inftrumentos nuevamente encontrados, 6 nuevas infor-
yy maciones, quiere ser oído , no dice que no llevaron íntegros
los auto s, que havia fabricados hafta la Sentencia, antes lo
supone por cierto > pero pretende que ha de ser oido por los
nuevos que ha hallado despues de ella, y e/^o decim os que no
es p o s ib le , conform e a l tenor de la s p a la b r a s de la s dich as Cédula
s , y su m e n t e, y según buena ju risp ru d en cia , según d exam o s
yy fu n d a d o : Y lo mas e s, por lo que hace á nueftro asumto,
que aun los que defienden aquella opinion contraria, presupo­
nen el necesario antecedente de haverse im plorado, y consegui­
do el beneficio de la refticucion , y proponen la duda en termi“
nos de poder, b no hacerse uso de ¿1(48), y aqui nada me­
nos se ha hecho conftar por parte de la M arquesa, que haver
conseguido el beneficio de la rcftitucion contra la referida Sen­
tencia executoria (4^): Pero aun prescindiendo de c fto , tam­
poco podria alegarse con oportunidad la dodrina (aunque in­
fundada según se ha vifto) de los A A . que inclinaron á la afir­
mativa , porque requieren , que los documentos nuevamente
hallados, sean de tal modo demonftrativos de los derechos de
aquella parte que se vale de ello s, que viftos, ya no pueda
ofrecerse duda (50), como por exemplo una carca de pago a
(4 8 ) A si se advierte puntualmente en G are, de H ifp . nobiL áííi. g l o f 6 , i .
G uttier. d e 'ju ra m . c o n jim . Part. 5. ca p. 7. n . 8. Ceball. y los demás,
(49) L o acredita asi e Memorial ajuftado.
(50) D . Francisco Carrasco en su tratado especial, que in titu ló ; An h a b ea tlo ^
cum restitu tio contra fen ten tia m rev tsio n is, quiso defender la afirm ativa, pero se vio
sumamente em barazado, para satisfacer à la /. 5. t i t , 17. Íib. 4. Recop. que en efecto
es enteramente contraria ; para lo qual girò por un runibo bastante estraño,
haciendo diferencia entre retractar directamente la Sentencia pronunciada, y suscitar
un nuevo p le y to , despues de su execucion j y para mejor ponerse à cubierto,
cerró su discurso , protestando al n. 49. que su opinion se debia entender, u t s it
instrum entum liq u id u m , c e r tu m , & a u th o r a tu m , d e quo non possit esse d u b tta tio, illttd -
q u e conttnere solutionem y vel q u ieta tio n e m , e x q ua reus liberaitonem confequatur y non v e ­
ro a liu d q u o d , licet ad causum fin ita m a t t in e a t, & ejus m erita respicere p o tu isset, v o fit
adm ittendum , quia répugnât d i¿i. I, fin , in fin* C. de F id . in s t r m * & ^ r b a , & m ens
d iild legis f cet.
fa-

t t
favor de aquèl à quien se mandaba pagar la misma cancid^id,
como no sacisfccha, de cuyas circunftancias efta muy diftance
cl caso del pleyco , como lo acreditara el examen de los mismos
inftrumencos relativos à cada una de las propiedades que se pre­
tenden.
8 Se ofrece en primer lu g a r, según el orden del Memorial
ajuftado, y su adición, la Heredad de las Correncias de Ufé, y
las casas de O rihuela, que precende la Marquesa como sujetas
à M ayorazgo regular, efc¿iivamente fundado por Doña Beatriz
M asquefa (n. i . ) en su ceftamenco aucorizado por el Escrivano
Jaym e Montblanc , en 8. de Seciembre 153?? y publicado en
30. de Oótubre 1 540. ( 5 1 ) , y èfte no solo no es nuevo ins­
trumento (52,), en cuya vircud se haga dem onftrable, y se
Dcesence evidence el derecho, que supone ccner á los insinuados
)ienes, si que eftando por la verdad , y cernendo presences los
documencos presencados por parce de Don Luis R o c a , con es­
pecialidad en efte juicio de revifta (53)» puede producir
jufto mocivo de dudar del desprecio, que merece su precen-
sion en efta parce , porque ni dicha Doña Beacriz pudo fundar
M ayorazgo de las cicadas C asas, y H eredad, como que no
eran bienes suyos i ni su disposición incluye precisamence Vincu­
lo , o M ayorazgo de nacuraleza regu la r, ni en codo caso debe­
rla ser la que rigiese para la decisión, porque no la hizo abso­
luta , sino es para en el solo caso de que su hijo Don Marcos
(n. 1 .) no usase de las amplísimas facultades que le concedió,
y de que usò efe£tivamente, ò baxo la expresa condicion, de
que èfte pudiese sin embargo disponer, deviendose seguir su
voluntad , á que deferia la misma Teftadora (54): Cada una
de eftas razones bafta à inutilizar todo el fundamento de la Mar­
quesa , y á demonftrar, que su demanda no tiene en efte punco
merito algu n o , y la verdad de que concurren todas ellas , pue­
de conocerse sin dificultad , haciendo reflexión à las resultancias
del proceso, excraótadas en cl Memorial ajuftado, y su adición,
p Q ue las Casas , y Heredad de que hablam os, no eran
bie-
(51) Se tramcribe este Testamento en el Memorial ajustado n. 15.
(52) Según io que se alego en el n. 18. del discurso legal para el juicio de vista,
(55) A ddi n.n. 3. 6 . 7. y 8.
(54) Memorial ajustado n. 15 . clausuU 6» y 10*

ienes propios de dicha D ona B eatriz, es una cosa positiva, por^
que ella misma en su Teftamenco m anifcftó, que el unico titu­
lo que tema para haverlas adquirido, era la donacion , que ha-
vla hecho à su favor Don Marcos Rosell su hijo (n. z. ) , se­
gún se explica en el Memorial ajuftado ( ) , y sin düda por
el conocimiento en que vivía, de que ella donacion havla sido
solamente sim ulada, y por lo mismo de ningún efcílo en reali­
dad , previno, que aquel hijo que heredase las tales propieda­
des , las poseyese, asi por la parce que le podía pertenecer de
los bienes de la misma T eftad o ra, como de la que le cupiese
en los de su hijo Don Marcos ( $ 6 ; ni podía ignorar, que el
concraco havia sido precisamente paliado, para precaver con tiem­
po la confiscación de los bienes, que se hacia prudentemente
temible por una de las muchas infelices consequenclas, que en
aquellos clempos producían los bandos, y Germanias, en que
se abrasaba efte Reyno , y en Us que se hallaba cambien com­
plicado , como se acreditó completamente en el proceso , que
se formò à su Inftancia , por las deposiciones conteftes de cinco
ccftlgos ( S ? ) > importante extremo que enere otros igualmence
Utiles, y juftificados, pudo in fluir, para que se declarase la
citada donacion por nula, fingida, y sim ulada, y que jamas
surtió e fe fto , can ineficaz, como si nunca se huviese hecho,
por Sencencla de i z. de Deciembre i $ 70. (58), y que ahora
se ha acabado de acredicar mediance la copia auccnrica de una
Sencencla de la pasada Real Audiencia, su fecha en 5. de Seclem-
bre I $ ^4 , presentada en efte juicio por Don Luis R oca ( S 9 ).
pues en ella confta , que el citado Don Marcos Rosell se que­
relló criminalmente anee el Lugar-Tenience de General G over-
nador de la ocra parce de Xlxona , contra Guillermo March , y
Jaym e G a rd a , llamado el Colm enero, acusándoles de infra£to-
res de la p a z , y treguas, y en efeólo se juftificò, que el pri­
mero entrego un Arcabuz corro à un N egro llamado Francisco,
Esclavo de su hermano Francisco M a rch , para que con el ma-
D ca-
(55) Bajo el n. 15. clausula 2.
( 56 ) Continuando en el mismo lugar, es literal esta disposición de D oña Beatriz.
(57) Conila en el Memorial ajubtado n. zz»
(58) La declaración en estos mismos términos eonfta en el propio n, z i .
(59) A d d. al M em orial n. 8.

ta se à dicho Don Marcos *, el N egro antes de poderlo executar,
cftu vo algunos dias mancenicndose en casa de dicho Garcia el
Colm enero , hafta que tuvo ocasion de disparar el tiro , con el
q u e le hiriò gravem ente, y derribo en tierra derramando mu­
cha sangre, y teniendo eftado los autos, se sentencio a muer­
te de horca à dicho Guillermo March , prueba positiva de
que dicho Don Marcos se hallaba efedivamente metido en los
vandos , y parcialidades , que en Orihuela señaladamente se
softenian entre los Fernandez , R u ices, Rosells , Pracs, y otros
como los M archs, según asi expresamente se juftificò en aque­
llos autos (éo), pues se ha. hecho ya un axioma de derecho,
que los procesos hacen , que se tenga por notoria la verdad
que por ellos resulta { 6 1 ) , según la qual recibe tanto mayor
fuerza la declaración de nulidad insinuada, porque al tiempo
en que se pronunciò la Sentencia que la contiene , era ya asum­
to notorio, que efeftivamente se verificaba aquel m otivo, para
que Don Marcos Roseli huviese otorgado aquella paliada dona-
clon , cuya nulidad , è ineficacia se presenta evidente , aun
quando no eíluviera judicialmente declarada, como lo efta,
porque lo fue de todos los bienes, quedando el donante intes-
ta b le , por no haverse reservado cosa alguna, y con todos los
demás gravísimos d e fe d o s, que se juftificaron por las deposi­
ciones de aquellos cinco ceftigos ( ^ 2, ) , con respeto à los quales
se hizo ver por Don Luis R oca ( ó 3 ) , que de ningún modo
podía considerarse subsiftente, según el común sentir de los AA.
y con arreglo i las terminantes disposiciones de los fueros de efte
R e y n o , que entonces reglan.
10 Si una nulidad tan notoria , sobre serlo , y hallarse ju­
dicialmente declarada, necesitase de alguna confirmación^ para
dexar eftablecida su verd ad , la proporcionaría muy oportuna,
la prueba que se ha subminiftrado , por los inftrumentos pre­
sentados por Don Luis R oca en efte juicio de revifta, demoítra-
tivos de no havec tenido efeóto alguno la tal donacion, y de
(6ü) En dicho n. 2. del Memorial ajultado.
C^i) Barb. traSi. Var. a xio m . a ¿ l a .S . n . i . : A íia fa c iu n t r m notoriam .
(61) Memorial dicho n, 22.
(63) Parece que no admite rep lica, ni contradicción, lo que se alegó sobre
este punto bajo el n. 53. del discurso legal para el juicio de viíla.
ha-

IS
¿averle producido en quanto Importaba la referida declaración
de nulidad : Uno de ellos es una Escritusa de cargamiento de
censo, otorgada por Gines Rom ero , y su consorte, y Juan
G erbera, à favor de Doña Beatriz Martínez , imponiéndole es­
pecialmente sobre noventa tahullas de tierra en la partida de las
Correntias de U fe , que entre otros lindes, tenían el de tierras de
dicho Don Marcos Roseli (^4.),^ que por necesaria conscquen-
eia havian de ser las ^e que hablam os, pues no tenia mas bie­
nes que los comprendidos en la donacion ( é 5 ) , y como à la
fecha de efta Escritura de cargamiento , que lo fue en 10. de
Julio 1570. ante el Escrivano Juan Arsis { 6 6 ) , aun no havia
recaído la Sentencia de declaración de nulidad , pues que se
pronunciò en 12,. de Deciembre del mismo año 1570. ( ^ 7 ) ,
es clarísimo, que la donacion .como fingida , y pallada, no ha­
via producido efedto, pues continuaba el donante en la poseslon
de los mismos bienes, que ya algún tiempo antes havia de ha-
ver poseído su madre , si le huviese tenido.
1 1 T odo lo contrario se acredita respeto de su declaración
de nulidad, contenida en la mencionada Sentencia , según el
otro docum ento, que también presentò Don L uh Roca en efte
juicio (68), y es una Escritura de Capítulos matrimoniales an­
te Damian T a r d a , de 8. de M ayo 1588, por la qual Don
Francisco R ocam ora, y Roseli (n. 18.), de volu n tad , y con­
sentimiento de su C u rad o r, y otros parientes su yos, casando
con Dña Isabel T o g o re s, aporcó al matrimonio 28. mil lib. en
varios bienes, y entre ellos unas casas, que poseía en Orihuela,
Parroquia de San Salvador, de que se habla con separación en
la misma Escritura, una Heredad de 400. tahullas, parte hi­
guerales , y parte tierra blanca en la huerta de aquella Ciudad,
y partida de U fe ; pues á no haver sido efed lva la nulidad de
la donacion, que declaró la Sentencia, de ningún modo podía
suceder , que dicho Don Francisco Rocamora , y Roseli (n. 18.)
aportase al matrimonio, que contraxo con Doña Isabel Togores,
(64) Adición al Memorial, n. 7.
(65) Asi se justificó com pletam ente, y resulta en el Memorial n, 22.
(66) A d d. dicho n. 7.
(67) Memorial en el mismo n. 22, al fin.
(68) A d d . al Memorial n. 5.
las

las casas en Orihuela , y heredad de las Correntias de U fé , que
por las vocaciones hechas por Doña Beatriz , no le pertenecían,
y solo podia haverlas adquirido en virtud del teftanienco de Don
Marcos Rosell (n. ) su abuelo , que le inftituyó heredero uni­
versal de las mismas determinadas fincas , que explico por su
nombre {69) > mayormente haviendo sido aquella Sentencia
un adto p u blico, y solemne, que en una Poblacion como O ri­
huela , ninguno de los Cavallcros podia ignorar, y mucho me­
nos los de la misma familia *, y asi es v ifto , que la explicada
declaración de nulidad , tuvo à conocimiento de todos , la mas
puntual observancia, por medio de los ados menos equívocos,
quales fueron los posesorios, en que continuò D . Marcos hafta su
teftamenco, en que dispuso de los mismos bienes, que c^ixo eftaba
poseyendo (7 0 ) (lo que acredita , que nunca tuvo efeóto la do­
nacion , pues la fecha de efte ceftamenco fue anterior à la Sen­
tencia , y su publicación pofterior) ( 7 1 ) > como que nadie me­
jor que el sabia , que realmente no havian salido de su domi­
nio , y luego después en consequencia de su disposición, la cica­
da Escritura de Capítulos matrimoniales i en cuyos términos,
no solo es enteramente inútil la reclamación, que al fin de se­
tenta años, transcurridos con pofterioridad á la Sencencla, quiso
hacer Don Jaym e Rosell (n. z i .) , por medio de los pedimen­
tos -de apelación que presentò Pedro Clim enc, incitulandose su
Procurador, en 5. y 7. de Febrero de 1642. (72), por lo
que ya se alegó en el juicio de vifta (7 3 ) , y no es del caso re­
petir ahora *, si también porque la cal reclamación de ningún
modo podia inucilizar los efedtos de la precedence observancia,
y mas quando no solo lo era de la declaración de nulidad, de­
rivada desde la fecha de dicha Sencencia, si cambien de la nuli­
dad m ism a, è ineficacia de la donacion en el ciempo pofterior à
su
(69) M em orial n. 25.
( 7 0 ) En el mismo n. 2 5 , y mas expresamente en la clausula , que consta i
fojas 351. de los a u to s, donde se leen estas expresiones en boca de D on Marcos;
V n a s C a sa s i : : y una H eredad con una C a sa y que yo tengo , y p o seo , cet.
(71) El Testamento se hizo en 8. de M arzo 1570, la Sentencia se pronunciò
en 11. de Deciembre del mismo año, y la publicación del Testam ento en j .
de Enero 15 71. Memorial n. 22, y 25.
(71) Memorial nn. 79 . 80. y 81.
(73) Bajo los nn. 53. y 34, del discurso legal escrito por parte de D o n Luis
Roca.

su otorgamiento, y anterior à la Sentencia (74), todo lo qual
produce un lleno convencimiento, de que no puede servir à la
Marquesa cl tcftamento de dicha Doña Beatriz, para pretender
la heredad de las Correntias de U fé , y casas de Orihuela , por­
que no puede haverle m ayor, que la demoftracion que queda
hecha, de que no eran bienes de dicha T cftad ora, sino de su
hijo Don M arcos, que como dueño les poseyó siempre, aun
después de hecha aquella paliada donacion, y finalmente dis­
puso de ellos en su tcftamento, sin que nadie en tiempo alguno
se huviese opuefto, porque aun el mismo Don Jaym e Roseli
(n. zi.)j à cuyo nombre se presentaron aquellos pedimentos
de apelación en cl año 1^42, havia autorizado con sus hechos
propios la libertad de eftos bienes , fundando de ellos un M a­
yorazgo en su tcftamento de 2 1. de Setiembre 1Ó30. (75), y
bolviendo à disponer nuevam ente, en el del año 1^48* ( ? ^ ) i
que presentò en el pasado pleyto la Marquesa i con lo que es
vifto de una parte , que sin duda dexo de continuar aquella im­
pugnación , porque conoció que no podia llevarla adelante , no
siendole permitido proceder contra sus hechos propios (77) > y
de otra, que en todo caso se apartó de la tal apelación del modo
menos eq u ivoco, dexando en todo su vigor la declaración de
nulidad, que contiene la referida Sentencia , efte unico à cuyo
nombre se hizo algún movimiento de Impugnación , y debe de-
xarse ya efta nulidad en concepto de cosa declarada, y de­
cidida.
1 2 Pero sin perjuicio de la insuperable oposicIon, que hace
à la pretensión de la Marquesa en efta parte , conviene también
advertir, para que de todos modos se convenza el ningún fun­
damento con que se resolvió à proponerla, que eftando por la
verdad, no puede hacerse supuefto, de que la citada Doña Bea­
triz fundase en dicho su Tcftamento un M ayorazgo regular,
aun prescindiendo de las facultades que para ello tuviese, y de
E lo
(74) Es puntual entre otras la dodrina de Altograd. contr. 81. tm . 54. y 55»
donde dixo : S d ?n dicla rfd a m a tia effe¿tum p rd ced v u is o b serv a n tu tolíer.e non val,te, etiam
si ilU proscripta non esset : i : & cum versem ur in term inis ol/servaniu in te r p r e ta tiv a , m n
t s t necessaria pr^scriptio.
(-75) Memorial nn. 8. 9. y 10.
(76) Memorial n. n .
(77) En la verdad de efta regla se fundaron determinadamente el Sr. M olin.
de H ispan, primo^. lib . 4. cap. i . n . 16., y -V a lsf. de TransaÜ , tit» 4. q tia st, z . ». 39-

lo condicional de su disposición, de que hablaremos después : R e­
conocidas sus clausulas, viene todo à parar en haver explicado
la Teftadora , que faltando sin hijos, los hijos, o hijas de Don
M arcos, las C asas, y Heredad codo junco , pasasen à los hijos,
c hijas de Don Arnaldo en defeóto de la dcscenclencla de eftos,
recayesen en los de Dona Aña , y en el caso de falcar la descen­
dencia de ello s, viniesen dichas casas, y heredad codo junco
à los proximos parlences del dicho Don Marcos de parce de pa­
dre , y de nombre R o sell, siguiendo de aquellos su descenden­
cia de unos en ocros, de manera, que en ningún modo saliesen
las casas, y heredad de parlences , y del nombre de Rosell ^ y
que si alguno que susccediese, no cómase efte nombre , perdiese
el derecho, y pasasen las casas, y heredad á ocro mas propin-
quo parience que le cómase, y que asi siguiese de unos en ocros
perpecuamente j de cuyas expresiones, y de la prohibición de
enagenar las tales fincas, se procura inducir el concepto de ha-
ver fundado un M ayorazgo perpetuo, g rad u al, y absoluto,
cuya succesion corresponda à la Marquesa i pero bien reflexio­
nada la disposición, se ofrece mucha dificultad , para softenet
cftc pensamiento , ni hay mas que una subftitucion vulgar, repe­
tida en sus respe£tlvos casos, conforme à la qual Don Marcos
(n. 2 .) inftituyo heredero á Don Francisco Rocamora (n. i8.)
su nieto, subftituyendole en el caso de que muriese sin hijos le-
gitinios, y naturales, à sus parientes mas proplnquos que vi­
viesen, de la descendencia , y familia de Don Arnaldo (n. 3 .)
su hermano (78), y por el mismo orden cl citado Don Fran­
cisco (n. 18.) inftituyo por su heredero universal à Don Pablo
Rocamora (n. 24. ) su hijo ; y en caso de fallecer èfte sin hijos
legítim os, y naturales, subftituyo à Don Jayme Rosell (n. 21.)
su primo ( 7 9 ) » terminando eftas dos disposiciones, en que el
ultimo respetivam ente llamado pudiese disponer de los bienes à
su libre voluntad ( 80), con lo que maniftilaron la inteligencia
en que se hallaban, de que en efed o no havia M ayorazgo fun­
dado por dicha Doña Beacriz , su m.adre, y bisabuela respedti-
vamence, y en realidad bien fundada > porque en codo su tes-
(78) iVleiDoiial n. í j ,
( 79 ) • Memorial n. 24,
(80) .Memüxíal dichos nn. z j * y 24.
ta-

tamento no usò la palabra Fideicomiso, M ayorazgo, ni Vin­
culo , pues aunque se nota efta ultima voz enere aquellas, con
tal p a B o , i>¡ncHlo , y condicion , solo importa la obligación con­
dicionada con que puso las subftltuclones, y en efte sentido
verdadero usò cambien las mismas palabras en la clausula sexca,
quando despues de haver Infticuido à la hija mayor de Don
Marcos (n. 2. ) en defed o de hijo , anadio : Con cal pado vin­
culo, y condicion, que dicho D. M arcos::: pueda desheredar:::
Ò quicar el codo, ò parce, ò porcion de dichas casas, y here­
dad (81) como le pareciese, ni campoco hay congcturas necesa­
rias, que precisen á dar por supuefta la fundación del M ayoraz­
go , quando se necesita, ò que las palabras sean expresas, o í
lo menos que se deduzga de ellas evldentisimamente efte con­
cepto , según dicen los A A . (82), sin que pueda considerarse
de cfta clase la expresión de que se siguiese de unos en otros per-^
fe tu a m e n te , porque efta perpecuidad , se dirigió à la observan­
cia de las mismas subfticuciones, y no á privar à los Infticuidos,
y subfticuidos en su respedivo caso , que pudiesen poner ocras,
por las quales vinculasen los b ie n e s, fundando M ayorazgo pa­
ra los succesivos dcscendiences con las qualidades que quisiesen,
que es lo que pradicó faculcarivamence Don Jaym e Rosell
(n. 21.) en la fundación , por la qual se declaró á favor de
Don Luis R oca la succesion en eftos mismos bienes, ni la cir-
cunftancia de la prohibición de enagenar , que solo puede ser de
algún m erito, quando se pone como causa, pero no quando
termina al unico e fcd o de que posea los bienes el Inftltuido , y
en su falta el subftituto, m campoco la prevención de que el
pariente que succediese, tomase el nombre de R o sell, porque no
es congetura, que califica vinculación perpetua , ni aun grava­
men , que se extienda à mas personas que à las determinadas.
1 3 Seria muy fácil fundar cada una de eftas proposiciones,
con un crecido numero de autoridades *, pero como el Sr. Don
Francisco Geronimo Leon crató efte asumto con detenido exa­
men , muy de proposito , y poniéndose de parce de la verdad.
(81) M em orial n. 15 . claus. 6.
(81) 'iiAeiiom m issum non inducitur n'tsi e x verbis ^ aut e x m ente ex verbis ipsis ev i-
denttssitfie collecla ^ Cefal. consil. 447. «. 14. Peregr. de Fideic» a r t, i . «. 26. , art*
I I . n , 57. & $9. y comunmente todos los Escrifores,
co-

z o
como es en sì (83), ha parecido mas oportuno reproducir la
especie del pleyto de que hablo , y la decisión que recayó en
e l , omitiendo el por menor de todas las razones en que funda
su Sentencia, enteramente conforme al concepto que se acaba de
explicar, y de la satisfacción a los argumentos contrarios , pun­
tualmente los mismos, que se hacen ahora por parte de la Mar­
quesa. Doña Beatriz de Borja, hermana del Sumo Pontífice Ale-
xandro Sexto , y dueña de la Baronía de Caftelnovo , en su tes­
tamento de 20. de Julio 1503. inñituyó por heredero univer­
sal à Don Rodrigo de Borja su sobrino, nieto de Dona Juana
de Borja su hermana , el qual pudiese disponer de los bienes,
pero con tal paóto , vincu lo, y condiclon , y no de orro modo,
que huviese de conservar siempre el nom bre, y armas de la fa­
milia de B o rja, y lo mismo debiesen pradicar su hijo , o hijos
varones , y succesores en dicha herencia ; y si alguno de dichos
sus hijos, que succediese en ella, no llevase cl nom bre, y ar­
mas de B orja, q u iso, y m andó, que su herencia , sin diminu­
ción alguna , perteneciese pleno jure à los mas proximos agna­
dos de la Tcftadora, del nom bre, y armas de Borja , por linca
m asculina, á quienes inftltuia por propios, y universales here­
deros suyos ; D udóse, si en efte teftamento se havia fundado
un V in cu lo , o Fideicomiso, y aunque Jacobo Menochio escri-
vió una alegación por la afirmativa ( 84), recayó en contrario
la decisión de la pasada Real Audiencia , sin embargo de que
también quería softenerse el supuefto Fideicomiso, como fun­
dado por dicho Don Rodrigo de Borja en su tcftamento de 10.
de Noviembre 1 5 3 2, en el que inftituyó por su heredero à Don
Juan de Borja el mayor, su hijo primogenito j y si èfte murie­
se sin hijos varones de legitim o, y carnal matrimonio, mandó
que todos sus bienes, sin diminución alguna pasasen à Don
Francisco de B orja, también su hijo de segundo matrimonio*,
en caso de morir efte sin hijos varones, llamó á Don Luis de
B o rja, y solo en efta contingencia inftituyó por heredero uni-^
ver-
(83) En la decis. 6o. del lib. i . en que comprende todo quanto puede decirse
en el asum to, bastando referirse à e llo , porque nada puede decirse mc;or,
ni mas oportuno.
(8 4 ) En el m s , 1 0 0 6 , lib r, u

Z I
versal al hijo mayor varón , que èfte tuviese j y si muriese sin
dexar hijos varones , llamo à Don Pedro , hijo cambien del T es­
tador y si èfte muriese también sin tenerles, llamo á Don Mei--
chor de Borja , ò à su hijo mayor varón , en caso de haver èfte
muerco -, muriendo sin ellos, llamo à Don Simon Pedro, ò à su
hijo mayor varón, si huviese fallecido -, pero si dicho Don Juan
de Borja , su primer heredero, muriese dexando hijos varones,
pcrceneciese la herencia Íntegram ente y y sin dim inución de leg itim a
f a l c i d i a , treb elia n ica , ni otro derecho , al hijo mayor varón ^ y
a s i se siguiese de uno en otro entre los hijos de dicho Don Juan
hafta el ulcimo de ello s, prefiriendo el mayor à los reftantes, y
con dichos p a d o s , y condiciones, à saber, que si alguno de
ellos muriese sin hijos varones legítim os, y naturales, pasase la
herencia integramente al otro hijo del mismo Don Juan ds Bor­
ja (85): entro èfte en la succesion, siguió despues su hijo Don
Francisco, y ultimamente Don Barcholomé de Borja , hijo de
è fte, y nieco de aquél, que murió sin succesion , sobrevivien-
dole Dona Beatriz su hermana , que entrò à poseher la Baronìa
de C aftcln o vo, contra la qual puso su demanda Don Juan de
Borja m enor, hijo de Don M elch or, y nieto d e l. cicado Don
Rodrigo i y sin embargo del progreso à tancas subfticuciones,
del gravamen de nom bre, y armas, de la prohibición de decrac-
cion algu n a, de la expresión de que se siguiese de uno en otro
hafta el ultimo, de la repetida preferencia de varones, y de ha­
ver mandado siempre que la heredad pasase integra ^ la pasada
Real Audiencia , por Sentencia que publico Francisco Pablo A l-
reus j Escrivano de C am ara, en z i . de Junio 1 6 0 ^ , absolvió
à dicha Doña Beatriz de Borja de la demanda propuefta por el
citado Don Juan de Borja menor , considerando no haverse fun­
dado en dichos teftamentos, Vinculo , ni Fideicomiso de la Ba­
ronía de Caftelnovo ( S é ) j de manera, que si de proposito se
F buS'
(85) Son literales las dos fundaciones n.n. i . y 2. de dicha decis.
(86) E l Sr. Leon en dicha decís. 60. lo asegura asi bajo el n. 5 0 , y para el
presente pleyto son dignas de meditarse las Sentencias, que refiere de 50. de O c ­
tubre i5»4, z j . de Junio 1590, y ii, de Julio de 1J94 , en los pleytoS sobre U
Baronía de X araco, V a lle , y Castillo de G uadalest, y otros Pueblos, y Condado
de O liv a , desde el n. 20. al 52 , hallándose en aquellas fundaciones mas con-
geturas, y mas fuertes, para que se entendiese fundado M ayorazgo , que no en
el Tellam ento de Doña Beatriz M asquefa, pudiendo acreditarse con el examen de
lo que alli refiere, que esta proposición aun no signiÉca todo lo que podia decirse»

%%
busca entre los A A . que han tratado el asumto, uno que en pre­
cisos términos, muy por m enor, con mucha solidez , y autori­
dad intrinseca , y con la mayor recomendación por su autoridad
excrinseca, dexase satisfechas, y desvanecidas todas las razones,
y conjeturas, en que ha fundado el defensor de la Marquesa el
concepto de la erección de un Vinculo , o M ayorazgo en el tes­
tamento de dicha Doña Beatriz, sera sumamente difícil , sino
imposible, hallar otro alguno como el Sr. Leon en el lugar ci­
tado j teniendo por ociosisimo en fuerza de efte conocimiento,
hacer mayor detención en efte punto, que la referencia à lo que
tan dogam ente nos dexó escrito, singularmente quando se au­
torizo su dodtrina con tan repetidas conformes decisiones de la
pasada R eal Audiencia, de las que tenia hecho un grande elo­
gio ( 87), y á las que los mas clasicos A A . trataron con el ma­
yor respeto, hafta llegar à decir , que se debian observar como
ley ( 8 8 ) ; y asi tenem os, que aun quando Doña Beatriz Mas­
quefa ( a I.) huviera dispuefto de bienes propios su yos, quan­
do lo hizo de la heredad de las Correntias de U fé , y casas de
Orihuela (q u e no es asi, porque nunca salieron del dominio de
D on Marcos (n. z. ) , según queda demoftrado) no por efta ra­
zón pertenecerían à Doña Antonia Maria Heredia , y Rocamora
(n. 87.) en fuerza del Vinculo que se supone fundado, por­
que realmente aquella Teftadora no le fundo > fuera de que ea
todo caso Don Luis R oca (n. 8 3. ) es varón descendiente de D o­
na Inés Rosell (n, 30. ) , que puede considerarse tronco común,
© cabeza de linea de los d o s, como igualmente de Don Jaym e
Rosell ( a a i . ) que también lo fue de am bos, y de Don Juan
Rjosell, y R oda (n. 61.), ultimo posehedor, y en el tefta-
niento de Doña B eatriz, solo se hallan llamadas las hembras en
d efed o de varones (89) j y efta clara preferencia à favor del
.(87) In p ra i. ad le£t, pap. z . ponderando la autoridad de las Sentencias de la
pasada Real A u dien cia, da la razón en estos términos: Prodeim t nam que a Sen atu
d círcta w a tu n s diggesta r a t m i ú u s , m ultorum in g e n io , & labnre i m a t a , & quod p n tci-
fu u m est y om nium (onsensUy v d m ajoris partis Sen atus bene resoluta.
' ( 83) Kaudens. V ar, Resol, cap. 37. p a rt, z . in sp eíl, 6 . fe s . z . n . 205, in fin . : Q u id
atnplius volúm us y 'q u id fp eñ a n tu s y si habem us S en ten tia m V a ien iw i Senatus y prasapponcn-
tem verattt $sse decisionem C a s tr e n s is l Y el Sr. Valenz. torn. i . ton sil. 40. n . 55. ^ue
hablando dé uña Sentencia de la pasada Real Audiencia de este R eyno , dixo:
S en ten tia v .eg u A udien ttA y & Sen atus Valenttni prolata cum m axim a ca u st cognition e, qu4
debet u ti le x o b sn v a ri.
(89) Memorial n. ij. claus.¡2. y 4. ibi: T si no tuviese h^os ^ en tal Ms», U
hija major i cet*

sexo masculino, excluirla también la pretensión de la Marquesa,
singularmence quando aun en el caso de que fuese mugcr la
que succediese en dichas casas, y heredad , mandò expresamen­
te , no solo con respeto à la descendencia de Don Marcos (n.z.),
si también à la de Don Arnaldo (n. 3. ) , que el primer hijo que
tuviese la tal hembra succesora, se huviese de apellidar Roseli,
y succeder en dichas propiedades (^o), extendiendo efte mismo
gravamen i los parientes mas proximos de su hijo Don Marcos
(n, z . ) , del nombre de R oseli, 4 quienes subftituyo fenecida
la descendencia de Doña Ana Roseli (n. 4.), según es lucrai en
su tcftamento (91) > en cuyas circunftancias, parece evidente
la preferencia , que se deberia à Don Luis Roca (n. 83.) en la
succesion de los bienes de que hablam os, aun quando huvieran
sido propios de dicha Doña Beatriz (n. i . ) , y aun quando efta
huviera fundado un Vinculo , que realmente no fundo , según
queda v ifto , por lo que dexaron escrito los A A . concerniente á
efte asumto , aunque todo efto abunda en realidad , por­
que lo cierto es , que aun suponiendo en dicha Doña Beatriz el
dominio de dichos bienes , que en cfc¿to no tuvo , tampoco es
su tcftamento el que debe regir para la succesion en ellos, sino
el de dicho Don M arcos, porque la disposición de aquella fue
solamente provisional, o para en el caso, que èfte no la hiciese,
pues desde luego la qualificò determinadamente en quanto à la
heredad de las Correntias de Ufé, y casas de Orihuela , con la
expresa condicion, de que sin embargo pudiese dicho su hijo,
por qualquiera via, y fo rm a, que à él bien vifta le fuese, sin
___________ ________
(90) Memorial en el mismo num. ciaus. 20. y i i ; ibi; r si J u u ed itsen en m u-
ver , g«e el primer hijo que tu v ie s e , se huviese d e apeiiidar R o s e li, j a q u él s u cced a , j
haya d u b a s C a s a s , y Heredad»
(91 ) Clausula 23.
( 92 ) C om o en esta materia lo hace todo la voluntad del T estad o r, pues aun la
L 40. de Toro previene , que su disposición se entienda, sa lvo si otra cosa fu e dispuesta
por e l que instituyo el Mayoraz,go ; basta advertir, que la dicción en ta l c a so , restringe
la disposición à sola aquella ocurrencia, según el T o rr. de M ajorat. p art. i. cap. 38. ».
5 i9 , y generalmente los A A . : Asi que solo pudieron ser admitidas las hijas, quando
po huviese hijo alguno, y Jo mismo debe entenderse respeto^de las hembras mas remotas
, que nO pueden considerarse de mejor condicion que las mas próxim as, como
en semejantes circunstancias cscriviò entre otros Rosa consult. 69. ». 14 9 , singularmente
hallándose en este caso impuesto el gravamen de nombre , y armas de Ko-
se ll, que es muy importante , para arguir la prei¿rencia à los varones, según los muchos
à quienes cita , y sigue el mismo K.osa, en dicha consult. n . 5 7 , 163 , y siguientes
hasta el 171 ; y al ft» Uon Luis R oca cita un grado mas imediato al ultuno posehe-
d o r , que ia Marquesa.

dar cuenca á persona alguna , ni Ju ez , desheredar , y quitar
-.a m m V • • t • V * !*• ^
»
hijas, que efte cuviese , o Dios le diese, y quicar de qual­
í>
quiera de ello s, dando, y aumentando à los ocros, o al
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o tr o , que à el le pareciere, mucho , ò p o co , ò lo que bien
» vifto le fuese -, y que de las dichas casas, y heredad, que
93 dexaba al hijo mayor varen de dicho Don M arcos, ò à la
hija m ayor, m teniendo h ijo m ascülo , que si le pareciere qui­
93 tarlas al dicho h ijo , o hija todo , ò p a r t e , ¿ porcion de dichas
casas j y heredad, que le pareciere, o darlas á qual­
»3
93 quiera de los demás hijos másenlos, o hijas, pudiese hacerlo,
asi por teftamenco , como de qualquiera ocra forma , y ma­
93
93
dichos bienes à qualquiera de sus nietas, o nietos, hijos, o
nera ( ^ 3 ) > y aun no sacisfecha con unas expresiones , signi-
ficacivas de faculcadcs can amplias, que no parece posible hallar
ocras mas eficaces, mandó cambien , que si alguno de sus nie­
tos , ó niecas, hijos, ó hijas de Don M arcos, no se concenrase
de lo que èfte hiciese, y lo concradixesen , ó suscitasen pleyco,
en cal caso, les quería desde entonces tener por desheredados,
con una cafteUana de o r o , á cada uno que hiciese concradiccion
(94), reencargando finalmente en otra clausula, que se siguie­
se la voluntad de dicho su hijo (í? 5 ).
14. De efte modo , la proposicion de que Don Marcos ce­
nia libertad de disponer como quisiese entre sus hijos, y deseen-*
dientes, de dichas casas, y heredad , no es cosa que se colige,
ó deduce del teftamenco de Doña Beacriz *, es lo mismo precisa­
mente que ella m andó, y aunque en demoftraclon de efta ver­
dad , se dixo ya quanco pareció imporcance , en la alegación es-
crica para el juicio de vifta { 9 6 . ) , de manera, que hablando
por la verdad , no parece fácil discurrir mas adelante de lo que
alli se discurrió , haciendo ver, que las facultades concedidas à
dicho Don Marcos (n. 2.), no pueden considerarse limitadas à
los eftrechos términos que supone la Marquesa , por lo muchísi­
mo que significan aquellas expresiones , p u e d a desheredar , j qui­
ta r mucho , poco y à lo que b ien V iflo le f u e r e , p u ed a q u ita r to d o .
(95) A la letra en ci M em orial, dicho n. 15. claus. 6.
(9 4 ) Claus. 5».
(-95) . Claus. 10..
(9 6 ) Bajo los nn. jS . 4 44*

» % . ^ s
0 p a r t e , o p orclon de d ic h a s ca sa s ^ y h ered a d ', con to d o , por
cumplir la obligacion de adicionar, se hace preciso añadir algu­
nas reflexiones dirigidas (para que sean menos m oleftas, huyen­
do la repetición) à satisfacer las objeciones propueftas por parte
de la Marquesa al verdadero concepto , que ha defendido siem­
pre Don Luis R o c a , de que las facultades concedidas por Doña
Beatriz a Don M arcos, fueron verdaderamente grandes, y am-
plisimas para disponer, como lo hizo,, de la heredad de las Correntias
de U fé , y casas de Orihuela.
1 $ Ellas exiften literalmente en la clausula , que acaba de
transcribirse , y por lo mismo no se pueden reducir a disputa sin
temeridad , quedando solamente à la Marquesa el débilísimo re­
curso , de valerse de doctrinas generales, escritas á otro intento,
y en casos muy diftintos, como sin duda se ha verificado : N o
puede a punto fixo asegurarse quales sean , pero no se aventura­
ra mucho la proposicion, si se afirm a, que quando se recorran
todas ellas, acaso, o seguramente no se hallará una so la , en
los mismos términos del caso del pleyto , ò en otros equivalen­
tes , que es decir , en el caso de haverse concedido por el Tefta-
dor las facultades, que aqui concedió dicha Doña Beatriz a Don
M arco s, valiéndose de unas expresiones tan amplias, y signifi­
cativas , como las que aquella usò , poniendo desde el principio
por condicion de lo que disponía, en quanto à las referidas ca­
sas , y heredad, que pudiese el referido su hijo desheredar, o
quitar el to d o , ò parte , ò porclon de ellas ì aquel hijo , ò hi­
jos , que quisiese , y dando a otros , según le pareciese , lo que
à aquellos quitase i pero governando el concepto por lo que
también pudo entreoírse en efte punto , quando se sentenció el
pleyto en v ifta , sobre que por parte de la Marquesa se hablaba
con satisfacción, Indicándose el fundamento , en las autoridades
de Peregr. y el Card. de Luc. de F ld e lc o m . , asegura nueva­
mente Don Luis R o c a , que en realidad por la atSora deman­
dante no se ha traído en efte particular do¿trÍna alguna puntual?
porque eftos dos Autores determinadamente solo Insinúan por
incidencia alguna cosa , que no puede aplicarse , para suponer
reducidas las facultades de dicho Don M arcos, à usar de cierto
metodo en la diftribucion de los bienes (^7), como lo ha que­
rido hacer el defensor de la Marquesa.
((í7 ) Peregr.' d t Fideicom m is, m , 19. y el C ard. de L uc. d is(. jS .

l ó
1 6 El caso que propone Peregr. es en eftos términos : U n
T e ñ a d o r, despues de haver legado ciertos predios a una nieta
suya, d ix o , que deberla succcder en ellos la tal nieta, y sus
herederos, y dcscendiences librem ente, y sin ninguna contra­
dicción (^8 ) : Y a se ve quan diftlnca es efta especie de la que
aquí se craca , y solo por incidencia satisfizo el Autor al obftan-
cc, que se proponia á. la subfticucion fideicomisaria, por aque­
llas expresiones librem en te^ y sin contra d icion , diciendo, y m uy
bien en aquel caso , que con ellas no quiso dar a encender el
T efta d o r, que la cicada su nieca legacaria cuvlese libre disposi­
ción , si so lo , que con franqueza, y sin dificultad pasasen sus
bienes a sus herederos, y succesores { 9 9 ) , El Carden, de Lúe.
tracó cambien un asumco m uy diftinto, de una inftirucion de
herederos con varias subftituciones, y una especial clausula, li­
mitada a ciertos bienes de extraordinaria calidad, por su natu­
raleza equivoca , y ambigua (100), y con rcspcco á eftas par­
ticularísimas circunftancias sacisfizo a la objecion , de que las ex­
presiones, que havla usado en aquel caso el Teftador , serian
enceramcncc inuciics, y sin efed o , a la que reconoció una gran­
de eficacia ( l o i ) ^ pero en codo el discurso replcló varias veces,
que no hay ocra cosa á que atender, que á lo subftancial de la
voluncad , que claramence se conozca (101^, ala que es me-
nefter sujetarse , sin haver lugar a sucilezas , ni diftlncio-
nes , y asi , en el caso de haver concedido el Teftador fa­
cultad al heredero gravado, de disponer de los bienes á favor
de quien quisiese , pero dencro de cierco genero de personas,
dexando por supuefta, y por subsiftence efta libercad j duda solo^
si no haviendose hecho uso de ella, se encenderá hecha la dis­
posición a favor del mas proximo de aquellos, entre quienes
podia haverla usado ( 103) i sobre cuyos principios giraron cam­
bien ocros A A . (104), eftableciendo efta diftincion , que el
(98) En el exordio de dicho art. 19. antes del n. i ,
(99) Al n. ao.
(100) En dicho disc. 58. nn. i . y ?,
( l o i ) V b i fu p r , n , 6»
(101) En el mismo lugar n. 2. y 7 . vers, M ib i a u tem ,
(105) Disc, 60. n. 9.
mis-
(104) C ita á algunos el C iria c ., que en la controv. 7 ? . al n. «7, se propuso
la question, de SI el que tuvo lacuJtad de disponer, se entenderá haver usado de
T . ^ U í o intestado; y para resolver, distingue de este m odo : O quando el
lestador dio iacultad de disponer, no previno á quien deberian pasar los bienes,
V en

- , 2,7
mismo Card, de Lue. dice ser la mas fundada , y juiciosa (10 5):
O cl Teftador dio la facultad de disponer, sin dccir ì quien ha-
vian de percenecer los bienes, en caso de no usar de ella ; ò al
mismo tiempo , que la concedió 3 previno, que quando no dis­
pusiese , pasasen los bienes a tal sugeco ¡ que es puncualmence
nueftro caso ¡ y entonces dice Ciriac, , que aquel à quien se
concedió la tal facultad de disponer, debe hacerlo específica­
mente^ manifeftando que usa de ella, y en su defeóto , deben
pasar los bienes a a q u e l, que el Teftador mandò en efta con­
tingencia , donde vem os, que coda la duda es mas de hecho,
que de derecho, à saber, ò en realidad se concedieron por el
Teftador iguales facultades, o no se concedieron; y aqui nin­
guno que imparcialmenre examine la disposición de Doña Bea­
triz Masquefa , dexara de resolver por la afirmativa, pues nada
pudo dccir de mayor, ni mas extensa significación , para demos­
trar las amplias facultades , que concedia à Don Marcos Rosell
su hijo, que lo que comprendió en la clausula sexta de su cefta­
menco , diciendo, que hacia la inftitucion de herencia, en la
que havia dispuefto determinadamente de dichas casas, y heredad
, con f a ñ o , V in c u lo, y co n d icio n, que éste por qualquiera V ia ,
y f o r m a , que bien V is ta le f u e s e , sin d a r c u e n t a , 7ii ra^on à na~
d i e , pudiese desheredar á sus hijos , ò h ija s , que le pareciesen^
q u ita n d o e l todo , ò p a r te , o porcion de estos bienes à unos , y d a n -
do lo que les q u ita se à o tr o s , Iparones, ¿ h e m b r a s, a s i por testa -'
m ento y como de q u a lq u iera o tra fo r m a j y aun con circunftancias
menos fuertes acuerda cl Card. de Luc. dos decisiones, para las
quales se hizo necesario supuefto , de que las facultades conce^
didas en el caso de que hablan, eran amplísimas , y no limica-
das à lo que quiere eftrecharse cl a rb itrim n boni V i r i , de que se
ha hecho canco asumto por el defensor de la Marquesa ( 1 0 6 ) ,
bien
en caso de no reducirse à execucion : A u t d a t fu cu lta te m d isp on en di, C r si non disposue-
r i t , m andat deventre ad ta lem , & tunc qttia testator (ogitav it aliquem u s u m , quo non dis-
p o n eret, quo non disp oneret, q u i non posset d a r t, ubi dicereiur , disposui-sse etiam decedendo
ab in testato i opus e s t , quod disponat fp e cifii 'e exp rìm en d o, se u ti fa cú lta te sibi competen
te , alias bona deveniu nt ad e u m , ad qnem ordin avit testator. Manric. de C o n jeil. u ltim .
v o lu n t. Itb, 7. t i t . 7 . sub n . 14. : Explica en que modo se debe usar esta facultad, dicien
do, que tendría lugar la substitución del Testador , nisi de bonis su b jects f id d -
(om m isso fpeciaitter etia m disposuisset bis cui data esset potestas dispontndi*
(105) D i¿ l. d isc. 58. sub n. 7 . vers. In prim a parte.
( 106) Post. d ici. disc. 57. ubi la tè y y copiando sus palabras en e! vers. Tales aa-
te m c o n je tu r a , podra decirse también oportunamente , con referencia à las que aqui
usò la Testadora : verba p m u n t tn c U ú s , absolutam esse trtbutam fa cu lta tem hitrtdi
no-

ien que efte arbitrio de buen varón queda cumplido , siempre
cjue el que le usò se conformò à la mence del Teftador (io7)y
y en realidad, á Don Marcos (n. z. ) no huviera podido hacer
otra cosa m as, que seguir los mismos .grados de subftlcuclonj
y por él'mismo orden que eftablecia Doña Beatriz (n. i . ) , muy
van o , y muy superfluo era condicionar la inftitucion de heren­
cia , con cal, que aquel pudiese desheredar, y quitar los bie­
nes à unos, y darlos à otros, sin dar cuenca , ni razón à nadie,
según bien vifto le fu ese, y señaladamente, quitar si le pare­
ciese el tódo , o solo una parte, ò porclon de dichas casas, y
heredad ¿ como en semejante caso consideraba cl mismo Card,
de Luc. (io8), insinuandolo, como razón dem oftrativa, de
que las facultades concedidas de disponer, no se reftrlngian , ni
limitaban , porque el Teftador huviese dispuefto de efte , ó del
otro modo , quando no se redugesen à execucion *, y en una pa­
labra , si quando tratamos de cumplir la voluntad de la T cfta ­
dora , que es lo unico que hay que hacer ( 109 ) , nos separa­
mos de la propia, y verdadera significación de las voces, y ex-i
presiones de que se v a lió , buscando interpretaciones que no ca­
ben 5 quando habló con claridad ( n o ) , pues según dicen los
A A . ( 1 1 1 ) , si las palabras son claras, cenemos el texto expre­
s o , y no es del caso glosarle, para explicar la mente del T efta­
dor ; incidiremos siempre en cl error de equivocarnos volunta­
riamente : El que m urió, dexando dispuefto su teftamento , na«
da puede decir mas de lo que en el se halla escrito j es menefter
verlo, y observarlo según claramente aparece, porque nada
valen la imaginación, ni la credulidad, quando la verdad se
debe deducir de las palabras escritas ( i i i ) ; vemos que Doña
Bea-
n om in an d i, n ullis lim tttbus resm cta m , nec coa rü a ta m ab eo y quod disposait in casu no»
fa ¿ Í£ nom m atíonis per haredem .
( 10 7 ) Card, de L uc. ubi supr. vers» S o n obsta t : :: non p otest d i c i , non fecisse no-
tn in a tio n m ju x t a arbitrium boni v i r i, regulatum j u x t a m entent testa toris,
( iü8) S i enim hares ( continua en dicho vers. T a les a utem ) ten eretur pracisè nom inare
prim ogenitum , fru stra n eu m f u i s s e t, concedere ipsi haredi fa cu lta te m y a r ia n d i, & m u -
ta n d i y cet,
(1Q9) L eg , O m nium 19. C od , de T esta m , Navf/. ü . cap. a . col. 4 : D isponat «««;*
qutsque super s u is , & sit le x ejus volu n ta s.
( n o ) Castil. Q u otid . Controv, lib , 5. cap. 91. n . 70 : C u m in dttbio versam ur y non
a u t m cum de v o lú n ta te, a u t m ente appare f , leg . U le a u t Ule D , d e leg . j . C u m in verbis
n u lla est a m b ig u ita s, v o lu n ta tis q uastio non debet a d m itti,
(111) En precisos termines Peregrin, de îtd eicom . a rt. 1 1 . ». 2 , donde dixo : C u m
verba fu n t c U r a , te x tu m h a b em u s, nec indigem us glossa a d expU candam testatoris m en tem ,
(112) T e s t a m in fepuU hro e st (decía con mucha viveza Dekker* disserc. i* lib«
2.

Beatriz Masquefa concedió á su hijo Don Marcos unas faculta­
des amplísimas, para disponer de dichas casas, y heredad à fa­
vor del h ijo , Ò hija que quisiese \ vemos que le dio poder bas­
tante para desheredarles ; vemos que le permitió poder dividir,
y partir la heredad , y casas de que hablam os, dando solamen­
te una parte, ó porcion de ellas à los hijos, ó hijas que le pa­
reciese ; vemos finalmente , que no pudo significar mejor su efi­
caz voluntad, de dexar toda la disposición à su arbitrio, que
diciendo, como dixo, que no tuviese necesidad de contar con
nadie para usar eftas facultades, asi en teftamenco, como en
qualquiera ocra m anera, añadiendo para mas expresarlo , que
todo efto pudiese hacerlo dicho su hijo, como si por la T efta­
dora se huviese dexado, y ordenado en el mismo ceftamenco
(113)) ¿y hemos de d u d ar, que su disposición solo fue provi­
sional > para en el caso que Don Marcos no la hiciese ; o en ocro
concepto condicional, cfto e s , con cal, que sin embargo pu­
diese èfte disponer de ocro modo ? Es necesario cerrar los ojos à
la luz, para no ver, que en la verdad de eftas proposiciones
no puede dudarse.
I á Que imporca el argumenco, de que enconces eftaban ex-
pueftas á quedar sin efcd o las subftituciones, que hizo Doña Bea­
triz en su ceftamenco ? En todas las disposiciones de efta clase su­
cede lo m ism o, y sin em bargo, no hay en ello inconvenience
ninguno le g a l, porque bafta , que pueda haver algún caso , en
que puedan ser e fe d lv a s, del mismo m o d o , que puede serlo
el Fideicomiso de algunos bienes, sin embargo de haverse dado
licencia de enagenar al heredero gravad o , porque cieñe lugar,
y se verifica en los que no se enagcnan, y cfto bafta, para que
los A A . no duden , que en semcjance caso puede hacerse uso de
dicha libercad (114) ; pero quando reftase sin embargo alguna
duda, se removerla por la observancia, que produce enere ocros
H èfte
z . B. 28.) loqu i n e s d t f m entem tabulis co n cred id it, inde ipse lo q iú ttir: a p e r ia n m i l U , &
quod cla ra v o u s o n a n t, rectptam as, quod non s o n a t, aversem ur. S i b i l vaUi tm aginatio, &
ejus comes cred u U ta s, ubi v e n ta s e x verbis m etienda ; hic qutdquid fu p p letu r ab tniquo est.
(115) Memorial n. ly . claus. 6. y 7.
(114) Mantic. de c m je t t . u ltim a r, v o la n t, lib r. 5. tit. 17. n . 1 1 . in jin . : S ed in tel-
ligeretur essc relicium ( jidetcom m issum ) , si non fu e r it fa c ía a lie n a tio , & m lla^ esset con '
íra d íclio . Altograd. contr. 48. n . 2 0 : Q u ia jideicom m tssum in eo ordm atum recle cum d i-
¿la lícentiét a lie n A n d t, cotnpatitUTf & locum habet in casHy qu9 h n a non M ien en tu r,

cftc para nueftro caso , Importante cfcd o (115), pues el ci­
tado Don Marcos usò de la facultad , que su madre le concedió
(ii6)j sino es que digam os, que no la necesitaba, porque
los bienes eran suyos, y en su ceftamento les dexó determinada­
mente á su nieco Don Francisco Rocamora , y Rosell (n. 18.),
á quien infticuyó heredero , con efta explicación (117)3 y èfte
despues nombró en sus Codicilos à Don Pablo Rocamora (n. 14 .),
subfticuyendole , en caso de fallecer sin hijos legítim os, y nacu-
rales, à Don Jaym e Rosell (n. i i . ) su primo (118), y luego
despues governò su disposición ; pues por la muerce de Don
Jaym e R o sell, Marques de R afal (n. $8.), eneró en la suc-
cesion de eftos bienes Don Juan R o sell, y Roda (n. é i.), ul­
timo posehedor ( 1 1 ^ , por cuya muerce sin h ijos, se suscitò
cl pasado pleyco *, y si se huvieran repucado por de M ayorazgo
regular, en virtud de la disposición de dicha Dona Beacriz , hu-
viera succedido en ellos Doña Isabel Rosell (n. sp.), hermana
de dicho Don Jaym e (n. 58.), pues que vivía al tiempo en
que èfte murió ( i z o ) , con lo que se acaba de convencer, que
por q u alq u iera parte que se mire el asumco, no es el ceftamen-
co de Doña Beacriz Masquefa (n. i . ) el que debe governar pa­
ra la decisión sobre la percenencia de eftos bienes.
1 7 N i es obftance de consideración el de la Sencencia, que
recayó à favor de dicho Don Jaym e (n.zi.), en el pleyco con
Doña Hermenegilda Sarrio ( i z i) , no solo por lo que ya se
dixo en la alegación para cl juicio de vifta (iz z ), si cambien
porque no hizo eftado , respeto à que Don Andrés Perez de
Sarrió (n. 34. ) , y ocros herederos de dicha Doña Hermenegil­
da (n . Z 4 .) , incroduxeron suplicación , que les fue admitida , y
en su consequencia dio dicho Don Jaym e Rosell (n. zi.) las
cor-
(115) t i Sr. Valenz. io n s. 97, n , Z04, y otros varios á quienes cican, y siguen
los Adicionadores al Sr, M olin, i e B u fa n » pxim og. lib . i . c a f . j . n . 39. versic. Nona
conjeílttra.
( 116) Asi se lee en la Escritura de donacion , que se transcribe en el Memorial
n. 55 , presentada por el Marques de V illesca, según se nota en el 54.
( 117) Memorial n. 25.
(118) Memorial n. 24, ^
(119) ' Asi consta por la Certificación relativa a los autos de posesiones, actuados
en el año 1 7 2 7 , que se transcribe en el Mem, n. 8 8 , especialmente al fin,
(i>o) Adición al Mem. n. 6 , donde consta, que otorgo su testamento en 5. de
Julio 1757> y por lo mismo sobrevivió muchos años á U vacante, que cam ó la
muerte de su hermano D on Jayme en
(121) Memorial n. 19,
(122) Bajoein. j2.

correspondientes fianzas (12-3), con lo que se acredita, que no
hizo eftado j fuera de que no sabemos, si se fundo no canco en
la disposición de Dona Beatriz, como en la de Don Francisco
R ocam ora, y Rosell (n. 18.), pues aunque se lea aquella ex­
presión , V irtu te supradiB orum V in c u lo m m , can equivocada pare­
ce la referencia en quanco à u n a , como en quanco à ocra disposi­
ción , porque ya se ha fundado, que en la de D oña Beacriz
no huvo Vinculo e fe d iv o , ni perpccuo -, y en la de Don Fran­
cisco , ni señal se advierte de haverle confticuido, y à m as, ce­
nemos à la vifta , que en aquel pleyco no se presentaron las car­
tas macrimoniales de efte ulcimo(ii4)j ni el ceftamenco de
D on Marcos (n. z .) ( iij)-, ¿y dexarán de producir eftos Ins-
trumencos, que ahora nuevamence se examinan , los efedos pro­
pios de su resulcancla , porque no les presencó Don Jaym e
(n. 21.) en un pleyco , que no puede decirse terminado , por­
que la Sentencia, que se pronunciò, fue reclam ada, y quedó
cxpuefta i revocación ? < Es bueno , que Don Luis Roca cieñe à
su favor la execucoria mas solem ne, y ha de querer la M arque­
sa cener acción expedica, para cracar de los mismos bienes de
aquel pleyco , con mocivo de nuevos inftrumencos i y hablando
ahora de una Sencencla reclam ada, y que no hizo eftado, no
havla de hacerse merlco de los que son canco mas n uevos, quan­
co en aquel pleyco , ni siquiera se vieron enunciados ? ¿Se havla,
de desconcar del influxo que cienen, en credico ya de que Don
Marcos usase de las faculcades que le concedió su madre , ya de
que la donacion que hizo á favor de èfta , fuese efedivamence
nula, como se declaró, y como el donance , y donacarla la re-
pucaron siem pre, permaneciendo conftancemence los bienes en
poder del primero ? Aun quando no se huviese Incerpuefto el
remedio de suplicación de dicha Sentencia, la negligencia, y
omlsion en haver presentado los citados inftrumencos, dexaria
el campo ablerro , para que qualquiera succesor usase de su de-
re c h o , sin embarazarse en ella ( 12 é ) *, ¿ pues que inconvenience
puede producir en nueftro caso, quando confta , que se recla-
\
mo
( 123 ) Memorial n. 85.
0 ^4 ) Adición al Mem. n. j
(125) Memorial n. 25.
( 126) El Sr. Leen in Respons. jitr , post decís» I7J> n» 155, con el Sr. Moliti.
lib . 4 . cap» 8. «. 7 , y otros muchos.

mó ( izy) ? Ninguno en realidad , y quedan por consequencia
en codo su vigor las razones que persuaden , que el teftamenco
de Doña Beatriz Masqucfa (n. i . ) no puede facilitar acción al­
guna á la M arquesa, para pretender la succesion en la heredad
de las Correncias de U fé , y casas de Orihuela , porque ni en él
pudo formar M ayorazgo de eftos bienes , como que no eran
su yos, ni su disposición incluye precisamente Vinculo , ó M a­
yorazgo de naturaleza regular, ni en codo caso la hizo absolu­
ta , si solo provisional, por si su hijo Don Marcos no la hacia,
o baxo la condicion ¡ de que efte pudiese sin embargo disponer,
dando, quitando, ó dividiendo, según le pareciese, las referidas
propiedades, que es quanco podia decirse, para acribuirle las
mas amplias facultades, y no dudarse , que las tu v o , para dis­
poner del modo que lo hizo,
1 8 En quanto á la heredad de Tell, a que tan^bien se ex­
tiende la demanda de la M arquesa, se verifica , como en la an­
tecedente de que se ha hablado hafta ah ora, que sin haverse
adelantado cosa alguna por su parce , ha mejorado mucho su defensa
Don L u is R o c a , pues á mas de lo que en su razón se ale­
gó en el discurso legal para el juicio de vifta (iz8 ), que no
debe repetirse, ha producido en el presente prueba inftrumen-
tal, y de ceftigos, que acaba de dem oftrar, no haver aquella
satisfecho la obligacion, de acreditar la identidad de la finca, á
que dirige su demanda j y para que efta verdad se conozca
desde luego , importa presuponer , que pretende la heredad
nombrada de T e ll , como vinculada en cl teftamento de D o­
ña Ana R o sell, y Calatayud (n. 2,0.), de z z . de M arzo 1 55)2,
y prescindiendo ahora del tenor de su disposición , y del in-
fluxo que pueda dársele , asi por lo que sus clausulas inclu­
yen, como por la observancia, que en efta parte se ha verificada
, igual á la de la heredad de las Correntias de U f e , de que
se ha hecho mérito poco anees, sobre cuyos particulares, bafta
hacer referencia á lo que se dixo ya en la alegación del antece­
dente ju icio , y á lo insinuado en la presente ; lo cierto e s , que
en virtud de dicho teftamento no puede aspirar a ocra cosa mas,
que á aquella heredad de T e l l , que supone vinculada por dicha
(127) Memorial dicho n. 85.
( i i S ) Bajo los nn. 54. j j . 56. 57. y 58*
D o -

Dona Ana tal qual fuese , efto e s , llmicadamcnte a la extensión,
y cabida que tuviese entonces ^ de donde nace , que aquella re­
gla , de que en pleytos como el presente, es de cargo del aótor
acreditar la identidad de la finca, de un modo concluyente , en
que no pueda ofrecerse duda, ni dificultad (129), milita con­
tra la pretensión de la M arquesa, con un motivo tanto mas su­
perior y quanto ni en dicho ceftamento , ni en los inventarios que
hizo Don Joaquín Calacayud , se acotan los lindes de la tal he­
redad , ni se explica su comprensión, y al mismo tiem po, la
prueba que subminiftró la adora demandante en el juicio de
viña , es sumamente débil , y equivoca , quando la que ha
dado Don Luis Roca en el presente, asi inftrum ental, como
de ceftigos, hace ver, que de ningún modo confta , que la he­
redad de T e ll , que posehe , sea la que vínculo dicha Dona
Ana , á la qual sola , y unicamence podria dirigirse la precension.
Es asi, que los ceftigos de quienes se valió , acredicaion
bien fundado el concepco , que sin duda se cenia hecho de su do­
cilidad j pero cambien es mencfter confesar, que con sus depo­
siciones no pudieron superar la dificulcad : Aseguraron, que en
la huerca de Orihuela , y parcída de Tell, no hay heredad, que
se llame la Casa grande de Tell, sino es la que posche D . Luis
R oca j i pero acaso en la Escritura de Inventarios (130), ni de
C o n co rd ia, presentadas por la Marquesa (131), hay una pa­
labra siquiera , de que en la herencia de dicha Doña Ana reca­
yese heredad , que se llame la Casa grande de T e ll ? N i aun se
dixo tam poco, que la heredad se diftinguíese con efte nombre,
ni mas de que recaía en la cal herencia una Alquería , y tierras
contiguas a ella, en el termino , y huerta de Orihuela , partida
vulgarmente dícha de T e ll ( 131 ), y así, el haver articulado en
la pregunca quarca de su interrogatorio del juicio de v ifta , y se­
gunda del presente , que dicho D . Luis posehe una heredad, lla­
mada la Casa grande de Tell, y el haverlo asegurado los tefti-
gos (133), no solo no prueba la identidad, de la que unicamence
puede precender la aóbora demandante , si que arguye lo
I con-
( 1Z9) L . 6 . D to g . de ret vindic. Paz in V ra x, torn. 3. 3. n n. 4. i 6 ,
(130) M em orial i). 98.
( 151 ) Memorial n. 99.
( 13 i ) Es literal esta clausula en el mismo n. 99. in med,
(135) M em orul nn, l o i . y 103 , y A d d , nn, 23.y 24,

3 4 . . . .
contrario, porcjue efta particular denominación , no la nene la
que recaía en la herencia de dicha Doña Ana j y reconociéndose
en la misma segunda pregunta del ultimo interrogatorio de la
M arquesa, que en la partida de T e ll hay otras diftintas hereda­
des (134) j quedamos en la duda , de que sea tal vez alguna de
ellas, la que piensa pertenecerle, consideraciones tan obvias, co­
mo convincentes, de que lo articulado en las preguntas tercera,
y quarta, reducido á que la heredad de la Casa grande es dis­
tinta de la que se conoce con el nombre de T e ll el chiquito
(135), es absolutamente im portuno, una vez que por efte me­
dio de ningún modo se puede argüir, que la heredad en la par­
tida de Tell, que se dice vinculada por dicha Doña Ana , sea la
misma que Don Luis posche, que es lo que directamente debia
haverse probado, haciéndola ver comprensiva de aquella misma
porcion de terreno, que comprendía la de que solamente pudo
hablar en su teftamento , pero como la verdad efta en contra­
rio , ni se p ro b ó , ni aun se articuló, dexando las cosas, quan­
do menos, en una incertidumbre, baftancc a hacer decaer la ac­
ción intentada, q ue solo podría tener lu g a r, supuefta una ple­
na demoftracion en efte punto (13ó).
20 Baftaria a Don Luis Roca , para ser absuelto como reo
demandado, efte defeóto de prueba en la parte a d o r a , según
principios triviales del derecho (137)*, pero se ha mejorado no­
tablemente su defensa , por lo que deponen sus ceftigos al tenor
de las preguntas de su Interrogatorio de efte ultimo juicio ( i 3 8)-,
pues el haver muchas heredades bajo el nombre de Tell, exclu­
ye desde luego el argum ento, que en todo caso podria formar­
se , si no huviese mas de una , que se denominase asi j pero sien­
do varias, y no haciéndose ver, que los lindes de la que posche
Don L u is, sean precisamente los de las tieras contenidas en la de
que habló dicha Doña Ana, es manificfta la falta de prueba:
L a verdad de que bajo los que oy se señalan á la heredad de la
Casa grande de T e l l , se hallan comprendidas las 300. tahullas
(134) Adición dicho n. 25.
(155 ) Adición n. 2y.
O 56) Por lo fundado en el n. 129,
( 137) L. 4. C. edendo\ ley 39. tit. 2. parí. 3.
O 5^) Adición al Memorial desde el n. 14. hafta el 21.
de

de la donacion a Doña Florencia de Avellaneda (139), como
en vifta de efta Escritura lo conceftan codos los ceftigos, con las
mejores razones de ciencia (140), excluye enceramence la su-
puefta identidad , y mas haviendose juftlficado tam bién, que las
tales 300. cabullas no pueden equivocarse con otra alguna he­
redad de dicha partida (14.1), de que se infiere, que preten­
diendo la Marquesa la heredad que posehe Don Luis Roca , que
al codo comprende como unas 6 $ o . cabullas , pretende por de
contado , muy cerca de la micad de ella con exceso en codo ca­
so á lo que podia corresponderle, aun haciendo supuefto de to­
do quanto quiere ; y en fin , el hallarse en la heredad de la C a­
sa grande dos casas unidas, una pequeña > y ocra grande , con
diftlncas puertas, y á diferentes ayres, que por su diversa cons­
trucción , se reconoce haver sido en cl tiempo anterior casas de
diftintas haciendas ( i4 z ) , acaba de acreditar, que no solo no
se halla la prueba, que era de cargo de la M arquesa, si que es­
tamos en el caso contrario , por haverse juftificado , que la he*^
redad que pretende , no es aquella , a que podría tener derecho,
aun quando fueran seguros los ancecedences de donde quiere in­
ferirle ^ creciendo con ventajas el mérito de efta defensa , por las
Escrituras presentadas en efte ultimo juicio ( 143 ) > q^^ demues­
tran la absoluta incercidumbre, con .que procede en quanco a
efta heredad la adora demandante, por ser m uchas, y de mu­
cha extensión las que se hallan en la partida de Tell, con qual-
quiera de las quales se puede equivocar, no conftando, como
no confta en la vinculación de dicha Doña Ana , ni en la Escri­
tura de C oncordia, hecha por Don Joaquín C alatayu d , des­
pués de su mucrce , de los lindes de la heredad , que en ella po­
seía , ni de circunftancia parcicular alguna de situación , ni del
numero de jornales, y asi, debe esperar Don Luis R oca con
mucho fundam ento, la mejora de la Sencencia de vifta en efta
parce, pues nada es mas propio de los Tribunales Superiores,
que reformar sus decisiones, si advierten motivos de creerlas me­
nos ajuftadas (144).
(159) Memorial n. 107.
(140) Adición nn. 16. y 17.
(141) Adición en el mismo lugar.
(142) Adición nn. 18. y 19.
(145) Adición nn. 50. $i.y 54. , v
(144) Entre otros A A . el Sr. Crespi > fa rt» l . ohserv» 22. ». 214. nos dexo

a I Pero todo lo contrario sucede , quando no hay méritos
algunos, para variar el concepto , y asi puncualmence ocurre en
quanto á las heredades llamadas de las Monjas , y de Rayguer,
respeto de las quales , se absoIvÍ6 á Don Luis Roca de la de­
manda de la M arquesa, porquesubsiftcn en su misma fuerza las
razones que pudieron serlo, para que se despreciase en quanco
a eftos extremos, como se manifeftará a poca cofta , haciendo
recuerdo de lo que se alego en dicho discurso legal del juicio de
vifta (145), donde se hizo ver, por lo que hace a la heredad
de las Monjas , que en cl pleyco executoriado á su fa v o r, se tra­
taba de la succesion en los Mayorazgos de Benejusar, y T e ll,
con sus u n id o s, y a g r e g a d o s, que vacaron por la muerce sin suc­
cesion de Don Juan R o sell, y Roda (n. éi.), y haviendose
prescncado en aquellos aucos el ceftamenco de Don Jaym e Rosell,
y R uiz (n. 58.), en que se funda la M arquesa, se incluyo en
el-la insinuada heredad , no como quiera agregandola , si aun in­
corporándola al M ayorazgo de Benejusar, y á favor de los suc-
cesores, que en él lo fuesen perpetuam ente (146)-, y eftando
executoriada á fa v o r de dicho Don Luis la succcslon en propie­
dad del M ayorazgo de Benejusar, con sus unidos, y agregados
(147), lo efta cambien por consequencia necesaria la succesion
en la heredad de las Monjas , y cabullas de cierra, que pretende
la M arquesa, cuya poscsion cieñe adquirida bajo efte concepco
Don Luis R o c a , solo desde que es dueño del lugar de Benejusar,
como en parce lo aseguran los mismos ceftigos de la Marquesa
(148) i y aunque en cales circunftancias no parece necesario de­
tenerse , á fundar con doótrinas la jufta razón de confirmarse la
Sencencia de vifta en efta parce, con codo, podrá concribuir á su
m a y o r, y mas perfeóto convencimienco , la respetable autoridad
del Sr. Rox. Alm ansa, que cracb de proposito de los efe¿tos de
la agregación y para e llo , se incroduxo dejando por supuefto,
que en su vircud, la cosa agregada se hace parce de aquella á
que se a g reg a , y sigue su nacuraleza, m odo, orden, y forma
(149)
advertido: Jotí» ntbil m agis proprmm Suprem orum Tril/ítnalium , q uam f e n t e n t u s p ro p ria s
co rrig cre, si vid erin t a liq uid m inus r e íle dcscisum»
(145) Bajo los nn. 59. y 60.
(146) Memorial n. 113.
(147) M em orial n. i .
(148) Adición al Mem, n. 39.

( 149 ], de conformidad con otros muchos ÀA. ( i $o) , à cuya
consequencia cñablece la proposicion, de que el primer efedto,
que produce en el derecho la agregación de unos bienes à M a­
yorazgo , es que se consideren parte de e l , y pertenezcan á co­
dos los que sean sus posehedores, teniendo eftos el mismo dere­
cho al M ayorazgo , que à la agregación ( i S ^ ^ segundo
cfe d o que noca, es el de que compete la misma acción para la
vindicación de los bienes vinculados, que para la de los agrega­
dos ( 1 5 2 ) ; y el tercero, y mas particular para nueftro caso,
que si alguno litigase sobre la succesion, o posesion del Mayo-
razc^o, y obcuviese Sencencia à su fa v o r , aunque en ella no se
hiciese mención de los bienes agregados por diftincos posehedores,
Ù otros de la familia , la cal Sentencia se ha de llevar á execu-
cion , en quanco à los bienes agregados, del mismo modo , que ^
en quanco à los contenidos en la fundación principal (153)»
es mas aun de lo que aqui se necesita , porque en la Sencencia
execucoria , q*^^ obtuvo a su favor Don Luis Roca , se extendió
la decision expresamente à los Mayorazgos de Benejusar, y T e ll,
y à sus unidos, y agregados (154), a mas de que , como ya
se advircio en dicho discurso legal ( 1 5 S ) > hablamos puntualmente
de una agregación , que se hizo por via de incorporacion,
que es el modo mas eficaz, para que los bienes agregados sean
inseparablemence de a q u é l, à cuyo favor se declaró la succesion
del M ayorazgo i que se agregaron, pues los A A . que hablan
de los efedos de la incorporacion , ó les asemejan à los de un
m etal, que se mezcla con ocro ( 1 5 é ) , ó a los de las aguas de
K par-
C149) D e incomp. m ajorat, disp. i. qUíist> n* §• -•
(150) Señaladamente Alvar. Peg. de S U p r a t, torn. i . cap, 5. ». » 1. Y el br.
Sale, de m . p m e d . p a r t .^ . cap. 10. n n . 89. Cr 90.
f M I ) V n d e ( sigue diciendo en dicho n. 61.) tste est p rm u s ^ & verus effed a s,
quem aggregano aliquorum b o n o r u m ja a a m a jo r a tu i, s o r titu r , i n j u r e n o stro ,
tu r pars ip^ius m a jo r a tu s, & feq u a tu r possessores omnes í/í»hí, C r quod omnes tlh , qut
ad m ajoratum fu n t v o c a li, sm t etia m ad a g g regatia n m , & %dm j u s , quod ad m ajora-
tum b a b en t., stmuL etiam ad aggregattonem ten ea n t.
t n el mismo lugar n. 6 1 , ^ r ■
( l U ) Teritus effeclus e s t (dice al n. 65.) quod si quts Ittem agat fttper fuccessto-
Hí, a u t possessione m a jo ra tu s, & obtineat ftn t e n t u m in su i favorem l a t m , quam vis tn
ea n u lla jia t m entio de bonis aggregatis per altos d tstin d os p ossessores, v cl J '
m ilia , adhuc potest fe n te n tta executtoni m an d a n pro boms a g g r e g g iti, stcuti pr» boms m
prtncipali fundatton e con ten tis,
(*54) Memorial dicho n. i .
(Mti Bajo el n. 6ü. , , .
(156) Com o el K.ÜX, en el lugar citado en dicho n. 60. de la Alegación
juicio de vista.

particulares fuentes, y ñ o s, que introduciéndose en él mar, se
hacen marítimas, y saladas, y se reviftcn de la misma naturale^
za^ y qualidad de las del mar (is?)» de m anera, que nada
podria darse mas monílruoso , que dexando eftablecida, y exe-
cutoriada en Don Luis Roca la succesion en propiedad del M a­
yorazgo de Benejusar, separarle la heredad de las M onjas, y
tierras enexas, que se le agregaron por via de incorporacion.
Z2 N o seria menor monftruosidad, que pudiese tener lu­
gar la pretensión de la M arquesa, en quanto á la heredad de
R a y g u e r, quando la funda en aquel mismo teftamento del ano
1^4-8 , que fue el principal apoyo de su intención en el otro
pleyto (158), y principal asumto también de las prolijas con-
tcftaciones, y probanzas, que en el se dieron (15^), como
ya se alego en dicho discurso legal ( 1 6 0 ) : alli se dixo quanco
podia im portar, para que absolviese , como se absolvió à Don
Luis Roca de la demanda de la Marquesa en efta parte, à lo que
baftaria hacer referencia, sino ocurriera cl nuevo motivo de la
prueba, que ha querido dar en e f t e ultimo juicio : Dirigió la pregunta
sexta de su Interrogatorio, á probar, que la heredad, lla­
mada de R a y g u er, en el teftamento de Don Jaym e R o sell, y
Dona Isabel R u iz (n, a i . ) del ano 1^ 4 8 , cuyos lindes explicó,
es la misma , que se llama , y es conocida con el nombre de la
heredad de R u b e s, que posehe Don Luis Roca , desde que es
dueño de Benejusar , sin poderse equivocar con otra ( i ó i ) : La
misma Marquesa ha repetido varias veces en los aucos, que en
el ocro pleyco se governò la decision por el teftamenco del año
1^30. y donacion del ano 1^33, y que dexando salva la exe­
cutoria , deriva ahora su acción de diftintos principios, y se di­
rige à otros M ayorazgos, que los que se fundaron en dichos
teftamento, y donacion ( i ¿ 2, ) -, y como en efte mismo tefta­
menco se comprendió la heredad de R u b e s, por las generales ex-
prc-
( 157) C om o ios que enuncia el Card, de L uc. de fe u d , d isc. 117. n . 4; Exem -
f líf iía r i fo le n t tn aqu'ts d u lá h u s, p o v e n m i é u s ex p 'tv a ú s fo n tib u s , v e l r iv u U s, quod in-
tra u tes tn w are , ejjU tu n tu r m a r itm u , v e l f a l i m , ipsiusque m arts n a tu r a m , & q u a lita -
tem a siu m u n t.
( 158) Memorial n. iiy.
(159) Memorial n. 114.
(160) Bajo el n. 61.
(161) Adición al Mem. 11.4^.
A cada paso en los autos, especialmente en el mismo m em orial al R ey,
n. 5. del Ajustado.

presiones de sus clausulas (1^3), y porque los mismos funda­
dores dixeron expresamente en.la donacion, que era parce del
V in cu lo , y M ayorazgo de Benejusar (164), se infiere con evi­
dencia , que si efta misma heredad es la de R a y g u e r, como ar­
ticulo la Marquesa , y en efed o depusieron sus ceftigos ( i ^ s ),
por sola efta razón, quando otra no huviese , no pudo ser ob-
jeco de sus precenslones, supuefto que tancas veces ha reconoci­
do , que no se dirigen, ni pueden dirigirse á los Mayorazgos
fundados en dichos ceftamenco, y donacion.
z 3 Parece haverse demoftrado , como se ofreclb al prin­
cipio , que permanecen en coda su eficacia , y aun podria haver­
se dicho m ayor, las razones legales, que persuadieron jufto,
absolver a Don Luis R oca de la demanda de la M arquesa, por
lo respectivo á las precensiones de que últimamente se ha habla­
do , y que se ha mejorado con muchas ventajas su defensa , en
quanco á las ocras, en que por la Sentencia de vifta se eftimb
bien fundada su acción , debiendo esperarse , que en fuerza de
eftas nuevas resultancias, se mejore en efta parce , absolviéndo­
se á Don Luis Roca por encero de dicha demanda, ya que no
haya sido posible evicar el pleyco, y sus consiguiences moleftias.
V alen cia, y Enero 14 . de 1785.
Imprimase. J o s é / Ferran do,
M í a ,
( 165 ) Memorial n. 9.
(164) Memorial del Consejo nn. 64. y 65 ; y Adición de este juicio n. 4 7 ,
donde afirma el R elator, que asi resulta.
(165) Adición nn. 45. 44. y 45.

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