Revista Esfera No 1 - Universidad Distrital Francisco Jose de Caldas
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Vicky Neumam, pintora
editorial<br />
Historia <strong>de</strong> dos ciuda<strong>de</strong>s<br />
Era el mejor <strong>de</strong> los tiempos, era el peor <strong>de</strong> los tiempos.<br />
Era la edad <strong>de</strong> la sabiduría, era la edad <strong>de</strong> la locura.<br />
Era la época <strong>de</strong> la fe, era la época <strong>de</strong> la incredulidad.<br />
Era la temporada <strong>de</strong> la luz, era la temporada <strong>de</strong> las tinieblas.<br />
Era la primavera <strong>de</strong> la esperanza, era el invierno <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperación.<br />
Teníamos todo ante nosotros, no teníamos nada ante nosotros.<br />
Íbamos todos <strong>de</strong>recho hacia el cielo, íbamos todos en sentido contrario.<br />
Charles Dickens<br />
Colombia atraviesa hoy en día, como en el poema <strong>de</strong> Dickens, uno <strong>de</strong><br />
los momentos más difíciles e inquietantes <strong>de</strong> su historia; está atrapada<br />
entre la inteligencia y la ignorancia, entre la cordura y la locura, entre la<br />
esperanza y la <strong>de</strong>sesperación, entre la carencia y la abundancia y sobre<br />
todo entre el pasado y el futuro; un pasado lleno <strong>de</strong> hostilidad, violencia<br />
y exclusión con ciuda<strong>de</strong>s llenas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarraigados, <strong>de</strong> gente sin <strong>No</strong>rte y<br />
postrados en la bobalización <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación.<br />
A esta suerte no escapa la <strong>Universidad</strong> <strong>Distrital</strong>, en ella se ven reflejados<br />
también los <strong>de</strong>bates <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad que <strong>de</strong>sgarran a una Nación,<br />
hacia a<strong>de</strong>lante o hacia atrás; por eso en esta revista hablaremos no sólo<br />
<strong>de</strong> la Colombia que tenemos sino <strong>de</strong> la Colombia que soñamos posible.<br />
<strong>Esfera</strong> no es la posición oficial <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>Distrital</strong>; es el espacio<br />
en el que todos po<strong>de</strong>mos expresar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la crítica y la imaginación<br />
las i<strong>de</strong>as que puedan enriquecer el <strong>de</strong>bate sobre nuestra suerte, gozando<br />
<strong>de</strong> su estética y su lenguaje; un lenguaje que provoque, que incite al<br />
pensamiento a enriquecer las miradas sobre la realidad, a gozar <strong>de</strong> los<br />
estilos y que se brin<strong>de</strong> a la sociedad.<br />
Hoy presentamos un dossier sobre ciudadanía que busca agitar el<br />
<strong>de</strong>bate sobre qué significa ser humanos en las moles <strong>de</strong> cemento que<br />
nos atrapan, en las leyes que nos gobiernan, en los miedos que nos<br />
paralizan y en los <strong>de</strong>seos que nos empujan.<br />
Nuestras páginas están abiertas.
Rector<br />
Ricardo García Duarte<br />
Vicerrector<br />
Carlos Javier Mosquera Suárez<br />
Secretario General<br />
Ómer Cal<strong>de</strong>rón<br />
Decano Facultad <strong>de</strong> Ciencias y Educación<br />
Manuel Flórez Pérez<br />
Decano Facultad <strong>de</strong> Ingeniería<br />
Alejandro Silva Riaño<br />
Decano Facultad <strong>de</strong> Recursos Naturales<br />
y Medio Ambiente<br />
Germán Ordóñez Pinzón<br />
Decano Facultad Tecnológica<br />
Iván Darío Zuluaga Atehortúa<br />
Director Administrativo<br />
Eladio Rey Gutiérrez<br />
Cra 7 <strong>No</strong>. 40-53 Bogotá, D.C.<br />
Conmutador: (571) 323 9300<br />
www.udistrital.edu.co<br />
Comité editorial<br />
William Ospina, Daniel Pecaut, Eduardo Posada,<br />
Adrián Serna, José Luis Villaveces<br />
Director<br />
Ricardo García Duarte<br />
Editor<br />
Fernando Duque<br />
Coordinación administrativa<br />
Merly Guanumen<br />
Corrección <strong>de</strong> estilo<br />
Susana Nivia Gil<br />
Diseño gráfico y diagramación<br />
Formato Comunicación Diseño Ltda.<br />
Impresión<br />
Domardhi Ltda.<br />
Fotografía<br />
Cortesía Olga Lucía Jordán<br />
Portada: Alberto Riaño, escultor<br />
Colaboración<br />
María Cristina Alvarado, Álvaro Carvajal<br />
Correo electrónico<br />
revistaesfera@yahoo.com<br />
La presente publicación es <strong>de</strong> carácter científico<br />
o cultural (Artículo 4, resolución 1508, 3 <strong>de</strong> octubre<br />
<strong>de</strong> 2000 <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Cultura).<br />
5<br />
DOSSIER<br />
La ciudadanía eclipsada<br />
Ricardo García Duarte<br />
Ciudadanía y poscolonialismo<br />
Adrián Serna Dimas<br />
La ciudad entre la acción<br />
y el discurso<br />
Luis Fernando Bravo León<br />
Ciudad, poesía y política<br />
William Ospina<br />
29<br />
INTERNACIONAL<br />
Globalizar la resistencia<br />
Ulrich Oslen<strong>de</strong>r<br />
36<br />
NACIONAL<br />
Refundar la política<br />
Lucía González D.<br />
Carta a los jóvenes<br />
Nathalie Olano D.<br />
Filosofía indígena<br />
Efrén Félix Tarapués Cuaical<br />
46<br />
FILOSOFÍA<br />
Muere un gran<strong>de</strong><br />
Roger-Pol-Droit<br />
Mítica polifonía <strong>de</strong>l ser y <strong>de</strong>l pensar<br />
Carlos Eduardo Satizábal
62<br />
CIENCIA Y SOCIEDAD<br />
Concepciones oriental y occi<strong>de</strong>ntal<br />
<strong>de</strong>l conocimiento y la investigación<br />
Jairo A. Romero Londoño<br />
67<br />
LITERATURA<br />
Escribir es como respirar<br />
Nahum Montt<br />
Sobre el progreso <strong>de</strong>l arte<br />
Julio César Londoño<br />
Lo que dictan los fantasmas<br />
Arturo Guerrero<br />
83<br />
POESÍA<br />
Cuatro poetas colombianos<br />
89<br />
FICCIÓN<br />
Mutación mortal<br />
Orlando Sierra Ordóñez<br />
91<br />
MÚSICA<br />
Diez años <strong>de</strong> felices músicas<br />
Luis Daniel Vega<br />
95<br />
CINE<br />
Jean Cocteau y la poesía <strong>de</strong>l<br />
cinematógrafo<br />
León García J.<br />
99<br />
RESEÑAS<br />
Cine<br />
El nuevo cine japonés<br />
Aguas oscuras<br />
Oscar Adán Díaz<br />
El gris <strong>de</strong>be ser ruso<br />
Tic tac<br />
Claudia Gallego<br />
Libros<br />
Pensamientos <strong>de</strong> guerra<br />
Luis Alejandro Díaz<br />
Todos los hombres son infieles<br />
Edith Sánchez
La ciudadanía<br />
eclipsada<br />
La ciudadanía es el estatus personal que<br />
obra como una segunda piel <strong>de</strong>l individuo,<br />
cuando éste se convierte en titular pleno <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>rechos y cuando establece un vínculo <strong>de</strong><br />
pertenencia con un Estado republicano. Ella<br />
constituye entonces la dimensión política <strong>de</strong>l<br />
ser humano. En éste convive el ser social y el<br />
ser político o, para <strong>de</strong>cirlo con una paráfrasis<br />
marxista, el “ser en sí” y el “ser para sí”; siendo<br />
que el primero está <strong>de</strong>terminado por la<br />
mera existencia social, en la que se traban<br />
múltiples relaciones entre las personas, mientras<br />
que el segundo lo está por una construcción<br />
política en la que aparece la conciencia<br />
que orienta la praxis social, en términos <strong>de</strong>l<br />
interés colectivo y <strong>de</strong> la esfera pública.<br />
Es como si en el mismo ser coexistieran el<br />
hommo oeconomicus y el hommo politicus. En<br />
el primero resi<strong>de</strong>n las condiciones naturales<br />
<strong>de</strong>l individuo, las que se orientan en función<br />
<strong>de</strong> sus intereses; en el segundo toma forma<br />
la participación en la vida pública orientada<br />
por el Estado. El hommo oeconomicus implica<br />
sobre todo una conducta <strong>de</strong> racionalidad in-<br />
dividualista, mientras el hommo politicus<br />
implica una construcción social a partir <strong>de</strong><br />
agregados individuales que sin embargo trascien<strong>de</strong><br />
las racionalida<strong>de</strong>s particulares y se instala<br />
en una esfera comunitaria distinta.<br />
Las dos ciuda<strong>de</strong>s<br />
La existencia <strong>de</strong> este doble estatus en el<br />
sujeto social ha tenido expresión, a lo largo <strong>de</strong>l<br />
pensamiento político, bajo la figura <strong>de</strong> las dos<br />
ciuda<strong>de</strong>s, las cuales siendo lugares <strong>de</strong> distinto<br />
carácter son habitados, no obstante, por los<br />
mismos seres, que <strong>de</strong> ese modo abandonan su<br />
incompletud para adquirir la posibilidad <strong>de</strong> ser<br />
sujetos. Son las mismas dos ciuda<strong>de</strong>s que en<br />
otro contexto <strong>de</strong> análisis están constituidas<br />
respectivamente por la sociedad civil y por el<br />
Estado. Una <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s es la sociedad<br />
natural en la que nace cada individuo, su país<br />
<strong>de</strong> origen o su nación <strong>de</strong> pertenencia. La otra<br />
ciudad es la organización superior que, trascendiendo<br />
a la primera, le da sentido a la existencia<br />
<strong>de</strong> lo público y or<strong>de</strong>n a la multitud <strong>de</strong><br />
acciones individuales o <strong>de</strong> grupos.<br />
1 Rector <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>Distrital</strong>. Politólogo <strong>de</strong>l Instituto <strong>de</strong> Estudios Políticos <strong>de</strong> París. Abogado, <strong>Universidad</strong> Nacional.<br />
Ricardo García Duarte 1<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
6<br />
revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Para Aristóteles la ciudad segunda, que en<br />
su caso es la única, está constituida por la<br />
polis, en la que el ser humano conquista su<br />
plenitud en una atmósfera <strong>de</strong> libertad y <strong>de</strong><br />
abierta <strong>de</strong>liberación. Por su parte San Agustín,<br />
interesado en proporcionarle una razón<br />
<strong>de</strong> ser a la Iglesia, establecía la separación<br />
entre las dos ciuda<strong>de</strong>s a las que simultáneamente<br />
pertenecía cada persona. La primera<br />
era la ciudad natural a la que se estaba vinculado<br />
por lazos <strong>de</strong> parentesco o por raíces<br />
sociales, y que no era otra que la ciudad <strong>de</strong><br />
los hombres. A la ciudad <strong>de</strong> Dios, que es la<br />
segunda, estaban vinculados sólo los cristianos,<br />
en cuanto tales, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong><br />
su origen natural.<br />
Pues bien, hoy la “ciudad <strong>de</strong> Dios” es la<br />
ciudad <strong>de</strong> la república, ya completamente secularizada;<br />
esto es, la ciudad <strong>de</strong> los ciudadanos,<br />
los cuales se reconocen entre sí ya no<br />
por ser hijos todos <strong>de</strong> Dios sino por serlo <strong>de</strong>l<br />
mismo Estado. La condición <strong>de</strong> hommo<br />
politicus no tiene que ver por ahora con el rol<br />
<strong>de</strong> ser militante <strong>de</strong> un partido u hombre <strong>de</strong><br />
Estado, sino con su acepción general <strong>de</strong> simple<br />
ciudadano.<br />
La condición <strong>de</strong> ciudadano, en tanto invención<br />
histórica, brota bajo la forma <strong>de</strong>l hombre<br />
libre que toma parte en los asuntos <strong>de</strong>l<br />
Estado, mientras que éste surge inicialmente<br />
no tanto como un instrumento <strong>de</strong> dominación<br />
cuanto más bien como comunidad <strong>de</strong><br />
hombres iguales. Es mucho <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Grecia,<br />
ya bajo las circunstancias políticas <strong>de</strong> la<br />
antigua Roma, que aparece un sentido vertical<br />
<strong>de</strong> dominación en la concepción <strong>de</strong>l Estado.<br />
Mientras que en Grecia la comunidad <strong>de</strong><br />
hombres libres se confundía con el propio Estado,<br />
en Roma el Estado se configura como<br />
un aparato <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r separado <strong>de</strong> los ciudadanos<br />
a los que gobernaba; pero sin que dicho<br />
fenómeno evitara el hecho <strong>de</strong> que los romanos<br />
mantuvieran un alto sentido <strong>de</strong> la<br />
participación en política, actividad a la que
se entregaban con pasión, muy en conformidad<br />
con la majestad que le atribuían a los<br />
altos asuntos <strong>de</strong>l Estado.<br />
En la Edad Media europea, el ciudadano y<br />
el hombre político <strong>de</strong>saparecen sustituidos<br />
por el hommo religiosus, perteneciente al<br />
mundo sacro. Dicho <strong>de</strong> otro modo, el senador<br />
y el ciudadano fueron reemplazados por<br />
el obispo y el feligrés.<br />
La edad mo<strong>de</strong>rna llega no sólo con la invención<br />
cultural <strong>de</strong>l individuo, sino con la reinvención<br />
política <strong>de</strong>l ciudadano. Por cierto,<br />
la nueva calidad <strong>de</strong> ciudadano viene envuelta<br />
en los imaginarios propios <strong>de</strong> la Grecia<br />
antigua y <strong>de</strong> la Roma clásica. Los ciudadanos<br />
son los hijos <strong>de</strong> la razón y <strong>de</strong> la libertad, mientras<br />
que estas dos arriban transfiguradas con<br />
los ropajes <strong>de</strong> la Antigüedad. Con la nueva<br />
racionalidad el individuo y el ciudadano nacen<br />
como los componentes <strong>de</strong> esa unidad que<br />
es el sujeto mo<strong>de</strong>rno. El estatus <strong>de</strong> ciudadano<br />
ya no está como en el pasado clásico ligado<br />
al hecho social <strong>de</strong> ser miembro <strong>de</strong> una “comunidad”,<br />
<strong>de</strong> una “ciudad” o <strong>de</strong> una “Iglesia”,<br />
sino a la condición <strong>de</strong> ser el individuo que<br />
existe por sí mismo; sin la adscripción ya a<br />
una entidad orgánica o familiar <strong>de</strong> la cual<br />
<strong>de</strong>pendía; en a<strong>de</strong>lante adscrito sólo estará a<br />
un ente nuevo e impersonal que es el Estado.<br />
Al ser primero individuo que se <strong>de</strong>sliga <strong>de</strong><br />
sus adscripciones tradicionales pue<strong>de</strong> transformarse<br />
el ciudadano; y ya convertido en tal,<br />
se revincula a una comunidad superior que<br />
es el Estado. Es por alcanzar previamente la<br />
condición <strong>de</strong> individuo que el sujeto social<br />
pue<strong>de</strong> apropiarse la calidad <strong>de</strong> ciudadano;<br />
pero también por ser individuo es que el ciudadano<br />
se <strong>de</strong>svía por el camino incierto <strong>de</strong> su<br />
<strong>de</strong>sdibujamiento como ciudadano activo.<br />
La individualidad y la ciudadanía son las<br />
dos dimensiones -social la una, política la<br />
otra- que conforman el sujeto mo<strong>de</strong>rno. Am-<br />
Para Aristóteles la ciudad segunda,<br />
que en su caso es la única,<br />
está constituida por la polis,<br />
en la que el ser humano conquista<br />
su plenitud en una atmósfera<br />
<strong>de</strong> libertad y <strong>de</strong> abierta<br />
<strong>de</strong>liberación.<br />
bas se ensamblan <strong>de</strong> modo inseparable; sólo<br />
que también <strong>de</strong>sarrollan una tensión interna,<br />
la <strong>de</strong> dos polos con magnetismos que se<br />
atraen repeliéndose al mismo tiempo. La tensión<br />
entre la individualidad social y la ciudadanía<br />
política constituye uno <strong>de</strong> los signos <strong>de</strong><br />
la mo<strong>de</strong>rnidad y, en forma particular, <strong>de</strong> los<br />
tiempos contemporáneos. Es una tensión con<br />
<strong>de</strong>splazamientos favorables a una u otra dimensión,<br />
según el lugar que ocupe cada una<br />
<strong>de</strong> ellas en la construcción <strong>de</strong> la personalidad<br />
propia <strong>de</strong>l sujeto mo<strong>de</strong>rno.<br />
En el comienzo <strong>de</strong> los tiempos contemporáneos,<br />
la condición <strong>de</strong> ciudadano aparece<br />
como el factor dominante en la constitución<br />
<strong>de</strong>l sujeto. Así lo fue en las representaciones<br />
ético-sociales y, sobre todo, en los imaginarios<br />
políticos. Realzar la calidad <strong>de</strong> ciudadano,<br />
como atributo <strong>de</strong>l hombre contemporáneo,<br />
contribuía en esos momentos iniciales a<br />
configurar una esfera pública y a consolidar<br />
la soberanía <strong>de</strong>l Estado, <strong>de</strong>jando en entredicho<br />
las obediencias ancestrales y <strong>de</strong>sintegrando<br />
las lealta<strong>de</strong>s tradicionales. Estos orígenes<br />
fundacionales han dado lugar no a una línea<br />
única <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo en esta tensión, sino a<br />
dos líneas básicas. La primera es la que acentúa<br />
el predominio <strong>de</strong> lo ciudadano sobre lo<br />
individual; la opuesta es la que acentúa lo<br />
individual sobre lo ciudadano. Estas dos líneas<br />
han conducido, incluso, a <strong>de</strong>sarrollos<br />
extremos, quizá viciosos; los mismos que han<br />
caracterizado los gran<strong>de</strong>s dilemas en la con-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
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8<br />
revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
formación <strong>de</strong> lo social y <strong>de</strong> lo político en el<br />
siglo XX.<br />
El sobredimensionamiento <strong>de</strong> lo ciudadano<br />
ha estado vinculado con los proyectos totalitarios<br />
<strong>de</strong> Estado, en los que la i<strong>de</strong>ología<br />
política <strong>de</strong> carácter movilizador eclipsaba tanto<br />
la individualidad económica como la i<strong>de</strong>ntidad<br />
cultural <strong>de</strong>l sujeto social. El sobredimensionamiento<br />
<strong>de</strong> lo individual ha estado<br />
vinculado, por el contrario, al neoliberalismo<br />
y a los proyectos <strong>de</strong>l Estado mínimo en los<br />
que la i<strong>de</strong>ntidad política <strong>de</strong>l individuo se disuelve<br />
en la lógica <strong>de</strong> un mercado, dominado<br />
por el capital. Entre estas dos líneas divergentes<br />
se ha movido la cambiante constitución<br />
<strong>de</strong>l estatus <strong>de</strong>l ciudadano en el sujeto<br />
contemporáneo.<br />
El <strong>de</strong>stino incierto<br />
<strong>de</strong> la ciudadanía política<br />
En materia <strong>de</strong> construcción ciudadana, la<br />
sociedad contemporánea ha vivido una paradoja.<br />
Ha difundido a la ciudadanía pero la ha<br />
hecho más opaca. Con el imperio <strong>de</strong>l Estado<br />
republicano, más individuos se convirtieron en<br />
ciudadanos. Con la puesta en práctica <strong>de</strong> los<br />
mecanismos <strong>de</strong>mocráticos, los nacionales <strong>de</strong><br />
un país podían convertirse en ciudadanos,<br />
hasta en los confines más remotos <strong>de</strong>l país.<br />
Pero con el triunfo <strong>de</strong> la ciudadanía, también<br />
sobrevino su <strong>de</strong>svaimiento. Ciudadano es<br />
quien es titular integral <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, pero<br />
también quien participa en los asuntos públicos.<br />
Es <strong>de</strong>cir, es aquel que perteneciendo al<br />
universo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos existentes toma también<br />
parte en las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l Estado. En tal<br />
sentido, hay una doble comunidad <strong>de</strong> los titulares<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. Un doble universo <strong>de</strong> ciudadanos,<br />
si se quiere. La primera comunidad,<br />
amplia, es la <strong>de</strong> aquellos que simplemente tienen<br />
unos <strong>de</strong>rechos, y <strong>de</strong> allí <strong>de</strong>rivan un nexo<br />
<strong>de</strong> pertenencia con el Estado que los garanti-<br />
La tensión entre la individualidad<br />
social y la ciudadanía política<br />
constituye uno <strong>de</strong> los signos <strong>de</strong> la<br />
mo<strong>de</strong>rnidad y, en forma particular,<br />
<strong>de</strong> los tiempos contemporáneos.<br />
za formalmente. La segunda comunidad, menos<br />
amplia, es la <strong>de</strong> aquellos individuos que<br />
toman parte en las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l Estado y, <strong>de</strong><br />
hecho, en la diaria reproducción <strong>de</strong> éste. Conforman,<br />
en realidad, dos círculos concéntricos,<br />
<strong>de</strong> los cuales el círculo interior es mucho más<br />
intenso que el primero.<br />
El efecto que ha tenido el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />
vida pública en la sociedad contemporánea<br />
es el <strong>de</strong> que ampliándose el círculo periférico<br />
<strong>de</strong> quienes tienen <strong>de</strong>rechos, simultáneamente<br />
se ha reducido el núcleo <strong>de</strong> quienes participan<br />
activamente en el <strong>de</strong>senvolvimiento <strong>de</strong><br />
los asuntos <strong>de</strong>l Estado. Los individuos se acercan<br />
más al goce <strong>de</strong> ciertas garantías civiles y<br />
sociales, pero son alejados, al mismo tiempo,<br />
<strong>de</strong>l ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. Ganan en individualidad,<br />
pero también en atomización. Ganan en<br />
una existencia social que sin embargo los<br />
enajena <strong>de</strong> la construcción real <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r; y<br />
todo porque el po<strong>de</strong>r mismo es sometido cada<br />
vez más a procesos <strong>de</strong> reproducción política,<br />
provenientes <strong>de</strong> la reproducción capitalista.<br />
Esta última envuelve a más zonas <strong>de</strong> la sociedad<br />
pero fractura, al mismo tiempo, a los<br />
individuos, convirtiéndolos en piezas <strong>de</strong> un<br />
mecanismo superior, al que no controlan y ni<br />
siquiera ven; no porque no exista, sino porque<br />
los trascien<strong>de</strong>, convirtiéndolos en agentes<br />
inconscientes que <strong>de</strong> ese modo sólo hacen<br />
conciencia <strong>de</strong>l estrecho límite en que se<br />
<strong>de</strong>senvuelven como piezas; razón por la cual<br />
cada individuo encuentra natural los mecanismos<br />
<strong>de</strong> reproducción capitalista, cuando<br />
éstos apenas son históricos; y cree controlar
su horizonte, cuando es controlado por un<br />
mecanismo que lo supera.<br />
En esas condiciones, el individuo contemporáneo<br />
es atrapado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una especie<br />
<strong>de</strong> tecnocratización <strong>de</strong> la vida social, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
cuyos engranajes le resulta difícil remontarse<br />
hasta el control sobre el conjunto social,<br />
control que <strong>de</strong>biera ser proporcionado por su<br />
participación en la esfera <strong>de</strong> la vida pública.<br />
Es cierto, como lo recuerda Polanyi, que el<br />
mercado contribuyó po<strong>de</strong>rosamente a la constitución<br />
<strong>de</strong>l individuo. Es cierto, como lo señala<br />
por otra parte R. Bendix, que la estruc-<br />
tura <strong>de</strong> administración mo<strong>de</strong>rna ayudó mucho<br />
a la formación <strong>de</strong> nación y ciudadanía.<br />
También es cierto, como lo dijo Marx, que el<br />
capital llevaba a un nivel <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo formidable<br />
las fuerzas productivas, base para un<br />
mayor control <strong>de</strong> los hombres sobre la vida y<br />
sobre la naturaleza. Pero también es cierto<br />
que capital, mercado y administración se ensamblan<br />
para imponer una lógica técnica y<br />
burocrática que integra a los individuos a la<br />
vez que los instrumentaliza; que les permite<br />
ser sujetos a la vez que los objetualiza. Esta<br />
especie <strong>de</strong> subjetivación <strong>de</strong>subjetivadora consume<br />
las posibilida<strong>de</strong>s para la emergencia <strong>de</strong><br />
sujetos libres e integrales. Erosiona así la formación<br />
<strong>de</strong>l espacio político en la sociedad, al<br />
mismo tiempo que instrumentaliza al Estado<br />
y a la <strong>de</strong>mocracia. Y finalmente reabsorbe al<br />
ciudadano en las nuevas lógicas <strong>de</strong>l consumidor<br />
y <strong>de</strong>l espectador pasivo.<br />
En otras palabras, el ciudadano se torna<br />
menos ciudadano. Hay cuantitativamente<br />
más ciudadanos pero menos ciudadanía real.<br />
El individualismo gana terreno sobre la dimensión<br />
ciudadana en la formación <strong>de</strong> la subjetividad.<br />
El homo oeconomicus <strong>de</strong>splaza al<br />
homo politicus; pero a<strong>de</strong>más, aun <strong>de</strong>senvolviéndose<br />
en la vida pública, cada vez más<br />
pálida, interviene bajo lógicas mercantiles e<br />
individualistas. La lógica <strong>de</strong>l interés colectivo<br />
se <strong>de</strong>tiene a las puertas <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> las relaciones<br />
interindividuales. Pero el mundo <strong>de</strong><br />
las relaciones políticas sí es capturado por la<br />
lógica <strong>de</strong>l mercado. El ciudadano no gobierna<br />
el interés individual, pero este último sí le<br />
impone su lógica al sujeto político.<br />
Los avances expansivos que en el espacio<br />
social experimentan los intereses utilitaristas<br />
hacen que las relaciones sociales sean más<br />
relaciones funcionales entre individuos y no<br />
entre ciudadanos, y que las relaciones <strong>de</strong>l<br />
universo político sean sobre todo relaciones<br />
mercantiles y no republicanas; que sean re-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
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revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
El individuo contemporáneo<br />
es atrapado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una especie<br />
<strong>de</strong> tecnocratización <strong>de</strong> la vida social,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuyos engranajes le resulta<br />
difícil remontarse hasta el control<br />
sobre el conjunto social, control<br />
que <strong>de</strong>biera ser proporcionado<br />
por su participación en la esfera<br />
<strong>de</strong> la vida pública.<br />
laciones guiadas por la oferta y la <strong>de</strong>manda,<br />
en vez <strong>de</strong> por el interés público. Antes fue el<br />
obispo el que reemplazó al senador, ahora lo<br />
reemplaza el empresario. Si el hombre político<br />
se convierte en empresario, el ciudadano<br />
<strong>de</strong>viene en un simple consumidor. En consecuencia<br />
los partidos, agentes colectivos que<br />
le dan vida al mundo político, se <strong>de</strong>baten entre<br />
la opción <strong>de</strong> conformar un proyecto i<strong>de</strong>ológico<br />
<strong>de</strong> interés superior y la <strong>de</strong> no ser más<br />
que simples agregados <strong>de</strong>l empresario político,<br />
en función <strong>de</strong> movilizar instrumentalmente<br />
la adhesión <strong>de</strong>l ciudadano-cliente.<br />
Así, toma su curso indoloro la <strong>de</strong>scomposición<br />
<strong>de</strong>l ciudadano activo. Como si fuera sumergiéndose<br />
en un inconmensurable pantano,<br />
claro y engañoso. El ciudadano activo es el<br />
súmmum <strong>de</strong>l republicanismo <strong>de</strong>mocrático y<br />
radical; el mismo que obra como sujeto i<strong>de</strong>al<br />
en la constitución <strong>de</strong> la comunidad política.<br />
Consiguió, como imaginario histórico, sus momentos<br />
culminantes <strong>de</strong> existencia social en la<br />
Grecia clásica, hace 2 500 años; luego, en la<br />
Roma republicana; y <strong>de</strong>spués, durante las revoluciones<br />
mo<strong>de</strong>rnas, particularmente, la<br />
francesa y la norteamericana, bajo cuyo influjo<br />
i<strong>de</strong>alizado se mo<strong>de</strong>laron los nacientes y precarios<br />
universos políticos <strong>de</strong> las naciones latinoamericanas,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.<br />
El ciudadano activo representa la dimensión<br />
con la que se corona el proceso interno<br />
<strong>de</strong> formación en el sujeto político, un proceso<br />
que se caracteriza por la mayor concentración<br />
<strong>de</strong>l interés colectivo en el interés <strong>de</strong> su<br />
personalidad, y por la mayor intensidad en<br />
su compromiso con la esfera <strong>de</strong> los asuntos<br />
públicos. Su imaginario ético está volcado hacia<br />
el interés público, lo que se traduce en un<br />
<strong>de</strong>sprendimiento personal muy gran<strong>de</strong> frente<br />
a intereses particularistas, a po<strong>de</strong>res mezquinos<br />
y a lógicas corporativas. Hay en él intensidad<br />
en el compromiso público, pero también<br />
generosidad en su entrega. Con la<br />
tecnocratización <strong>de</strong> la vida social, el ciudadano<br />
normal pier<strong>de</strong> intensidad en su compromiso,<br />
mientras que el ciudadano activo, aquel<br />
que caracteriza al hombre político, aunque<br />
no <strong>de</strong>bilite su intensidad sí olvida su generosidad.<br />
El <strong>de</strong>sprendimiento a favor <strong>de</strong>l interés<br />
público lo sustituye por la acuciosidad en favor<br />
<strong>de</strong>l interés <strong>de</strong> empresa.<br />
El interés individual, es cierto, nunca fue<br />
<strong>de</strong>l todo ajeno al hombre político o al ciudadano<br />
activo, pero como imaginario ético y<br />
político estaba gobernado por el interés superior<br />
<strong>de</strong> la entrega a la colectividad y al Estado<br />
que la representaba. Era apenas el soporte<br />
indispensable, la condición necesaria y<br />
externa para que tomara apoyo la realización<br />
<strong>de</strong>l componente principal <strong>de</strong>l sujeto político,<br />
como era precisamente la calidad <strong>de</strong> ciudadanía<br />
activa; que es la calidad que hay que<br />
recuperar, refrendándola, haciéndola parte <strong>de</strong><br />
un nuevo imaginario ético y político simbolizable<br />
en términos positivos. Pero también<br />
apoyándola con transformaciones estructurales,<br />
encaminadas en el sentido <strong>de</strong> una mayor<br />
equidad social y en la profundización <strong>de</strong><br />
procesos asociacionistas, que se encaminan<br />
en la dirección <strong>de</strong> un comunitarismo republicano<br />
y progresista, nada conservadurista, que<br />
al mismo tiempo dé lugar a una perspectiva<br />
globalizante en términos <strong>de</strong> resistencia y <strong>de</strong><br />
emancipación.
ciudadanía<br />
y poscolonialismo ´<br />
Adrián Serna Dimas 1
12<br />
revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Vacilo al usar la palabra libertad porque es, precisamente, en nombre <strong>de</strong> la<br />
libertad que se cometen los crímenes contra la humanidad. Esta situación<br />
no es nueva en la historia: la miseria y la explotación han sido productos <strong>de</strong><br />
la libertad económica; una y otra vez los pueblos han sido liberados en<br />
todo el mundo y esta nueva libertad se ha convertido en sumisión no a la<br />
voluntad <strong>de</strong> la ley sino a la voluntad <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> los otros.<br />
Los conflictos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia y la ciudadanía<br />
en los países antiguamente colonizados<br />
son parte relevante <strong>de</strong>l <strong>de</strong>nominado pensamiento<br />
poscolonial. Los procesos <strong>de</strong> emancipación<br />
colonial permitieron la construcción<br />
<strong>de</strong> un pensamiento anticolonial que, cuestionando<br />
la naturaleza <strong>de</strong> la dominación colonialista<br />
y su relación directa con el <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong>l capitalismo, se aproximó al socialismo<br />
consi<strong>de</strong>rándolo como la salida política para<br />
los nacientes Estados. <strong>No</strong> obstante, la crisis<br />
<strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo socialista, la arremetida <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo<br />
liberal y los <strong>de</strong>sajustes estructurales que<br />
afectaron la vida in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> estos nuevos<br />
Estados, condujeron a que diferentes posiciones<br />
académicas e intelectuales reclamaran<br />
una mirada más atenta a los efectos<br />
dura<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l colonialismo, consi<strong>de</strong>rados factores<br />
<strong>de</strong>terminantes en las condiciones traumáticas<br />
con las cuales las antiguas colonias<br />
ingresaron a la mo<strong>de</strong>rnidad.<br />
En este sentido, el pensamiento poscolonial<br />
se compromete con una serie <strong>de</strong> críticas<br />
a las construcciones históricas <strong>de</strong>l colonialismo,<br />
a las formas como éstas impusieron<br />
unas representaciones eficientes para <strong>de</strong>finir<br />
la existencia <strong>de</strong> los dominados y a la perdurabilidad<br />
<strong>de</strong> este régimen <strong>de</strong> construcciones<br />
Marcuse<br />
y representaciones en las socieda<strong>de</strong>s antiguamente<br />
colonizadas. Más allá, el pensamiento<br />
poscolonial no sólo interroga los efectos <strong>de</strong><br />
este régimen que se remonta a unos tiempos<br />
pretéritos sino, igualmente, la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />
un régimen si se quiere más reciente que, elaborado<br />
en el mundo occi<strong>de</strong>ntal mo<strong>de</strong>rno, impone<br />
también sus propias construcciones y<br />
representaciones. De este modo, el poscolonialismo<br />
consi<strong>de</strong>ra que este doble régimen ha<br />
afectado <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>terminante los procesos<br />
<strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong> diferentes naciones<br />
africanas, asiáticas y latinoamericanas.<br />
Obviamente, no faltan las críticas contra<br />
el pensamiento poscolonial, que incluyen su<br />
<strong>de</strong>sarrollo en el seno <strong>de</strong> las aca<strong>de</strong>mias <strong>de</strong> los<br />
propios países que dominaron los circuitos<br />
coloniales y su proximidad con ciertas modas<br />
propias <strong>de</strong> la reflexión posmo<strong>de</strong>rna. Des<strong>de</strong><br />
nuestro contexto, algunas posiciones consi<strong>de</strong>ran<br />
que el poscolonialismo resulta más<br />
pertinente para las áreas geopolíticas inscritas<br />
en las esferas <strong>de</strong>l colonialismo inglés, francés<br />
y estadouni<strong>de</strong>nse, abogando para América<br />
Latina por la adopción <strong>de</strong> un pensamiento<br />
posocci<strong>de</strong>ntalista. El presente artículo no preten<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sentrañar los cauces epistemológicos<br />
y políticos que condujeron a la afirma-<br />
1 Docente-investigador <strong>de</strong> la Maestría en Investigación Social Interdisciplinaria, <strong>Universidad</strong> <strong>Distrital</strong> <strong>Francisco</strong> José <strong>de</strong> <strong>Caldas</strong>.
ción <strong>de</strong> un pensamiento poscolonial ni las<br />
respuestas críticas al mismo. Simplemente<br />
preten<strong>de</strong> recuperar algunos <strong>de</strong> los análisis que<br />
han entrometido la cuestión <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia<br />
y la ciudadanía en medio <strong>de</strong> las críticas al<br />
colonialismo.<br />
Política y colonialismo<br />
La crítica hacia los efectos <strong>de</strong>l colonialismo<br />
en los sistemas políticos no occi<strong>de</strong>ntales se ha<br />
movido en dos direcciones. Por un lado, dilucidando<br />
las estructuras culturales nativas que<br />
dieron forma a estos sistemas y el impacto que<br />
aquéllas tuvieron en las políticas agenciadas<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las antiguas metrópolis; esta tarea hizo<br />
parte sustantiva <strong>de</strong>l pensamiento anticolonial.<br />
Por otro lado, esta crítica ha interrogado los<br />
discursos colonialistas, <strong>de</strong>sarrollistas y mo<strong>de</strong>rnizadores<br />
que históricamente negaron con<br />
toda suerte <strong>de</strong> representaciones la capacidad<br />
<strong>de</strong> auto<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> los pueblos sometidos<br />
y rechazaron la posibilidad <strong>de</strong> unos sistemas<br />
políticos civilizados en naciones que fueron<br />
consi<strong>de</strong>radas salvajes o bárbaras por<br />
naturaleza. Estos dos temas <strong>de</strong> la crítica contracolonial<br />
han resultado relevantes para asumir<br />
los conflictos que se han <strong>de</strong>satado en diferentes<br />
latitu<strong>de</strong>s con la imposición <strong>de</strong> unos<br />
sistemas políticos mo<strong>de</strong>rnos.<br />
Se pue<strong>de</strong>n distinguir tres ten<strong>de</strong>ncias para<br />
explicar los conflictos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia y la<br />
ciudadanía en los países antiguamente colonizados,<br />
no necesariamente excluyentes entre<br />
sí. La primera señala que estos conflictos<br />
son el resultado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bilidad o <strong>de</strong> la inexistencia<br />
<strong>de</strong> unos auténticos estados nacionales,<br />
provocados por el or<strong>de</strong>namiento forzado<br />
y arbitrario que impusieron los regímenes coloniales.<br />
La segunda ten<strong>de</strong>ncia señala que<br />
estos conflictos se originan en unas mo<strong>de</strong>rni-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
13
14<br />
revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
zaciones precarias o insolventes en lo político,<br />
lo económico y lo social, <strong>de</strong>bidas a las condiciones<br />
<strong>de</strong> atraso y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia que marcaron<br />
la inserción <strong>de</strong> los países colonizados al<br />
sistema económico mundial luego <strong>de</strong> su<br />
emancipación. La tercera señala que estos<br />
conflictos proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la permanencia <strong>de</strong> las<br />
tensiones propias <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s tradicionales,<br />
reforzadas por la fragilidad <strong>de</strong>l estado<br />
nacional y <strong>de</strong> los procesos mo<strong>de</strong>rnizadores.<br />
De este modo, el reparto colonial <strong>de</strong>finió<br />
unos mapas para los nuevos estados que, en<br />
algunos casos, pusieron en coexistencia a<br />
grupos diferenciados por criterios étnicos, religiosos<br />
o culturales, sin que ninguno <strong>de</strong> estos<br />
criterios fuese necesariamente compartido por<br />
todos estos grupos. La insuficiencia <strong>de</strong> los<br />
procesos mo<strong>de</strong>rnizadores condujo a que es-<br />
tos grupos entraran en confrontación por la<br />
apropiación <strong>de</strong>l Estado, convirtiéndolo en instrumento<br />
<strong>de</strong> coacción <strong>de</strong> unas mayorías sobre<br />
unas minorías o viceversa. Consecuentemente,<br />
la imposición <strong>de</strong> unos sistemas<br />
políticos mo<strong>de</strong>rnos en estas circunstancias favoreció<br />
la preservación y la exacerbación <strong>de</strong><br />
unas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s tradicionales. Este cúmulo<br />
<strong>de</strong> factores, que está en las bases <strong>de</strong> diferentes<br />
guerras nacionales en regiones como el<br />
África, hace parte <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates en torno a<br />
las <strong>de</strong>nominadas ciudadanías poscoloniales.<br />
La cuestión ciudadana<br />
y el poscolonialismo<br />
Los análisis <strong>de</strong> la cuestión ciudadana <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la tradición <strong>de</strong>mocrática occi<strong>de</strong>ntal han<br />
hecho énfasis en las formas <strong>de</strong> constitución
<strong>de</strong> un sujeto que históricamente ha ampliado<br />
su marco <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres: civiles, políticos,<br />
sociales, económicos y culturales. Los<br />
análisis han señalado cómo la ampliación <strong>de</strong><br />
este marco <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres ha respondido<br />
a los <strong>de</strong>safíos que han impuesto la consolidación<br />
<strong>de</strong> unos estados mo<strong>de</strong>rnos, la<br />
irrupción <strong>de</strong> una estructura <strong>de</strong> clases y, más<br />
recientemente, las reivindicaciones crecientes<br />
en torno a la diversidad étnica, <strong>de</strong> género,<br />
ambiental, etc. Conducida sobre el marco <strong>de</strong><br />
los <strong>de</strong>rechos y los <strong>de</strong>beres, la cuestión ciudadana<br />
ha sido remitida preferentemente a la<br />
disquisición sobre el sujeto político encargado<br />
<strong>de</strong> ejercerlo, don<strong>de</strong> han tomado forma las<br />
discusiones en torno a liberalismo, comunitarismo<br />
y republicanismo.<br />
Estos abordajes <strong>de</strong> la cuestión ciudadana<br />
requieren, para el caso <strong>de</strong> los países antiguamente<br />
colonizados o <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnizaciones<br />
periféricas, una indagación previa <strong>de</strong> los procesos<br />
históricos que han impedido la constitución<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, cuya existencia es<br />
indispensable para el ejercicio <strong>de</strong> este marco<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres. En este sentido, la<br />
cuestión ciudadana en estos países entromete<br />
los problemas asociados al carácter irresuelto<br />
<strong>de</strong> las nacionalida<strong>de</strong>s, a la preexistencia<br />
<strong>de</strong>l Estado a la nación, a la irrupción <strong>de</strong> una<br />
estructura <strong>de</strong> clases sociales con fuertes barreras<br />
y profundas inequida<strong>de</strong>s y a las condiciones<br />
críticas que han acompañado la vindicación<br />
<strong>de</strong> la diversidad. Los procesos<br />
históricos que han dado forma a este panorama<br />
han conducido a la negación <strong>de</strong> diferentes<br />
i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s, a la imposición <strong>de</strong> unas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s<br />
sobre otras y a la imposibilidad <strong>de</strong><br />
que el ciudadano irrumpa como sujeto político<br />
universal.<br />
Los procesos históricos<br />
han conducido a la negación<br />
<strong>de</strong> diferentes i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s,<br />
a la imposición <strong>de</strong> unas<br />
i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s sobre otras<br />
y a la imposibilidad <strong>de</strong><br />
que el ciudadano irrumpa<br />
como sujeto político universal.<br />
En este sentido, la cuestión ciudadana<br />
compromete algunos <strong>de</strong> los temas discutidos<br />
por el pensamiento poscolonial. Estos temas<br />
no son extraños al momento <strong>de</strong> indagar la<br />
construcción <strong>de</strong> la ciudadanía en Colombia:<br />
las limitaciones <strong>de</strong> la ciudadanía en el país<br />
pue<strong>de</strong>n ser remitidas en sus orígenes a la<br />
continuidad y la consistencia que mantuvieron<br />
las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s coloniales décadas <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> nuestros procesos <strong>de</strong> emancipación,<br />
a las formas como éstas fueron actualizadas<br />
en la estructura <strong>de</strong> clases mo<strong>de</strong>rna que apareció<br />
entre las últimas décadas <strong>de</strong>l siglo XIX<br />
y las primeras <strong>de</strong>l XX, y a la perseverancia <strong>de</strong><br />
ciertos lenguajes coloniales en la organización<br />
<strong>de</strong>l escenario público nacional hasta el presente.<br />
Si se quiere, el conflicto <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s<br />
insuperado por una i<strong>de</strong>ntidad ciudadana<br />
universal y elaborada participa <strong>de</strong>l curso estructural<br />
<strong>de</strong> las violencias históricas y cotidianas<br />
que ha mantenido la sociedad colombiana<br />
hasta nuestros días.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
15
La ciudad:<br />
entre la acción ´<br />
Ocurre con las ciuda<strong>de</strong>s lo mismo<br />
que con los sueños: todo lo imaginable<br />
pue<strong>de</strong> ser soñado, pero el<br />
sueño más inesperado es un acertijo<br />
que escon<strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo, o bien<br />
su inversa, un temor. Las ciuda<strong>de</strong>s,<br />
como los sueños, están construidas<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>seos y temores, aunque<br />
el hilo <strong>de</strong> su discurrir sea secreto,<br />
sus normas absurdas, sus perspectivas<br />
engañosas, y cada cosa<br />
esconda otra.<br />
Italo Calvino<br />
1 Filósofo, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> San Buenaventura. Lingüística y Literatura, <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Distrital</strong>. Magíster en Investigación Social Interdisciplinaria. Docente,<br />
<strong>Universidad</strong> Santo Tomás.<br />
y el discurso<br />
Luis Fernando Bravo León 1<br />
La ciudad contexto, la ciudad como tema,<br />
trama simbólica <strong>de</strong>l espacio y la memoria, nos<br />
urge una reflexión que distinga las posibilida<strong>de</strong>s<br />
conceptuales que haga inteligible un<br />
proyecto <strong>de</strong> indagación e investigación don<strong>de</strong><br />
sea posible la vida en toda su complejidad.<br />
Por ello, iniciar estas disquisiciones con un<br />
texto provisional es la manera <strong>de</strong> asumir las<br />
contradicciones personales pero también las<br />
colectivas <strong>de</strong> una reflexión que piensa y actúa<br />
en virtud <strong>de</strong> apostarle a la vida ciudadana<br />
ecológicamente asumida. Es <strong>de</strong>cir, se requiere<br />
hacer explícita la precaria visión <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
don<strong>de</strong> los horizontes temáticos puedan ser<br />
enfrentados. En este caso, pensamos la ciudad<br />
en las coor<strong>de</strong>nadas que anuncia este pretencioso<br />
título.<br />
Establecer las relaciones entre la ciudad y<br />
estos aspectos implica repensar las articulaciones<br />
simbólicas <strong>de</strong> la acción y el discurso.<br />
Así, lo político <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser visto como un problema<br />
<strong>de</strong>l uso legítimo <strong>de</strong> la fuerza para <strong>de</strong>rivarse<br />
al plano cultural; <strong>de</strong> esta visión se pue<strong>de</strong><br />
concluir la necesidad <strong>de</strong> reconstruir los<br />
espacios <strong>de</strong> interacción que permitan reconocer<br />
el po<strong>de</strong>r como constitución <strong>de</strong> los sujetos<br />
como actores sociales capaces <strong>de</strong> acción<br />
y discurso.
René Magritte, La caída<br />
Por ello, abordar la interrelación <strong>de</strong> la cultura,<br />
la acción y el discurso implica discutir<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ámbito <strong>de</strong> la razón práctica cómo se<br />
constituyen entramados <strong>de</strong> relaciones sociales<br />
que se manifiestan simbólicamente. Así, la<br />
intención <strong>de</strong> este ensayo es orientar la reflexión<br />
a la raigambre antropológica <strong>de</strong> lo político.<br />
La ciudad y la política<br />
Pensar en términos <strong>de</strong> ciudad nos lleva a<br />
poner en discusión el problema <strong>de</strong> lo urbano<br />
y su intrínseca manera <strong>de</strong> configuración instituyente<br />
e institucional. En la polis griega el<br />
ser ciudadano está asociado a la posibilidad<br />
<strong>de</strong> acción y <strong>de</strong> discurso, es <strong>de</strong>cir, a ser público,<br />
a superar la frágil situación individual; en<br />
palabras <strong>de</strong> Hannah Arendt “la polis fue para<br />
los griegos, al igual que la res publica para<br />
los romanos, su garantía contra la futilidad<br />
<strong>de</strong> la vida individual, el espacio protegido contra<br />
esta futilidad y reservado para la relativa<br />
permanencia, si no inmortalidad, <strong>de</strong> los mortales”.<br />
El ámbito <strong>de</strong> los hombres libres es la<br />
plaza don<strong>de</strong> se discuten los asuntos <strong>de</strong> la ciudad.<br />
Es el contexto <strong>de</strong> reconocimiento <strong>de</strong> la<br />
areté, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> la vida virtuosa y gloriosa.<br />
La inmortalidad es memoria que se trasmite<br />
<strong>de</strong> generación en generación. <strong>No</strong> importa una<br />
vida corta si se muere con gloria (Aquiles). El<br />
i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> la polis supone la vida en común. La<br />
antigüedad clásica se constituye bajo el i<strong>de</strong>al<br />
<strong>de</strong> la vida política, <strong>de</strong> allí su discusión antropológica<br />
ya sea en or<strong>de</strong>n al estado o en or<strong>de</strong>n<br />
al principio organizador <strong>de</strong> los seres o arjé.<br />
De esta manera, pensar lo público es pensar<br />
la polis o ciudad.<br />
En el occi<strong>de</strong>nte europeo, la <strong>de</strong>bacle <strong>de</strong><br />
Roma y las invasiones <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong>l norte<br />
generaron un proceso cuyo i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> unidad<br />
será el sacro imperio. Al calor <strong>de</strong> sus luchas<br />
y la necesidad <strong>de</strong> abrir el comercio y<br />
ampliar las formas <strong>de</strong> subsistencia, Occi<strong>de</strong>nte<br />
se forja como civitas en oposición a la barbarie,<br />
y lentamente el territorio se distingue y<br />
emergen las urbes medievales como centros<br />
<strong>de</strong> acopio e intercambio; los muros marcan<br />
su frontera. Así, las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Nuevo Mundo<br />
son la avanzada en la dominación colonial<br />
y se ubican como ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> paso en el proceso<br />
<strong>de</strong> colonización; pero, a su vez son ciuda<strong>de</strong>s<br />
puerto, ciuda<strong>de</strong>s centro <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Son<br />
los centros urbanos los que ejercen el control<br />
y se representan en su gran monumentalidad<br />
en su forma reticular. Como dice Fabio<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
17
18<br />
revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Zambrano “el urbanismo español en América<br />
es un caso <strong>de</strong> creatividad especial, <strong>de</strong> una<br />
construcción social <strong>de</strong>l espacio don<strong>de</strong> el instrumento<br />
fundamental <strong>de</strong> creación es la ciudad”.<br />
Lo militar y lo urbano se configuran en<br />
el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> conquista y como estrategia clara<br />
<strong>de</strong> dominación realiza el proyecto <strong>de</strong> colonización<br />
español.<br />
Umberto Boccioni, Los ruidos <strong>de</strong> la calle inva<strong>de</strong>n la casa<br />
La ciudad mo<strong>de</strong>rna<br />
es la representación <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al<br />
racionalizador <strong>de</strong> las prácticas<br />
sociales mo<strong>de</strong>rnizantes.<br />
En la época mo<strong>de</strong>rna el eje estructurador<br />
<strong>de</strong> la vida política está en las plazas con sus<br />
estatuas a los padres <strong>de</strong> la Patria y los panteones,<br />
nuevos templos <strong>de</strong> la República. Es el<br />
lugar para el <strong>de</strong>bate <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>as, es el espacio<br />
para que el individuo aparezca. La imagen <strong>de</strong><br />
un ciudadano capaz <strong>de</strong> ser por la propiedad y<br />
la posibilidad <strong>de</strong> votar. Es el ciudadano que<br />
en la cosmopolita ciudad se erige como ser<br />
libre en un ámbito don<strong>de</strong> las liberta<strong>de</strong>s dan<br />
muestra <strong>de</strong> la ciudad. Es el individuo que<br />
muere en ella en los extramuros <strong>de</strong> la miseria<br />
pero también es el individuo <strong>de</strong> la iniciativa y<br />
el comercio. La ciudad mo<strong>de</strong>rna es la representación<br />
<strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al racionalizador <strong>de</strong> las prácticas<br />
sociales mo<strong>de</strong>rnizantes cuya mayor ex-
presión es París, la Ciudad Luz <strong>de</strong> la belle<br />
époque, realización <strong>de</strong> la civilización. Es la<br />
ciudad <strong>de</strong>l siglo XIX, urbana y masiva, don<strong>de</strong><br />
la industria la recompone en sus conflictos y<br />
promesas (La metamorfosis <strong>de</strong> Kafka). La ciudad<br />
<strong>de</strong> los miserables obreros, cuerpos <strong>de</strong>sgarrados,<br />
exhaustos trágicos héroes rotos en<br />
su posibilidad <strong>de</strong> ser. Se trata <strong>de</strong> la ciudad metrópoli<br />
imbuida <strong>de</strong> progreso, euforia <strong>de</strong> la superación<br />
<strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> la naturaleza. Ciudad<br />
que vuelve en su reconstrucción en la<br />
posguerra como afirmación <strong>de</strong>l bienestar y el<br />
<strong>de</strong>sarrollo don<strong>de</strong> el mercado y la política hechos<br />
uso y consumo configuran nuevas dinámicas<br />
y mediaciones urbanas <strong>de</strong> la cultura.<br />
Actualmente, la ciudad se ha <strong>de</strong>splazado<br />
a la circulación <strong>de</strong> la información, en una dinámica<br />
<strong>de</strong> re<strong>de</strong>s locales y globales que cuestionan<br />
profundamente la i<strong>de</strong>a misma <strong>de</strong> Estado-Nación.<br />
Como lo señala Raúl Motta,<br />
“pareciera que los Estados se encuentran<br />
atravesados, por un lado, por un proceso <strong>de</strong><br />
globalización que los disloca hacia macroprocesos<br />
ingobernables <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su escala y, por<br />
otro lado, sufren <strong>de</strong>l alejamiento relativo <strong>de</strong><br />
las comunida<strong>de</strong>s que las conforman, a través<br />
<strong>de</strong>l congelamiento o <strong>de</strong>smaterialización <strong>de</strong> las<br />
mediaciones entre el Estado y la sociedad,<br />
generando las violentas <strong>de</strong>scentralizaciones<br />
en curso y poniendo en evi<strong>de</strong>ncia su incapacidad<br />
para gerenciar los microprocesos sociales”.<br />
Desmaterialización y dislocación <strong>de</strong> los<br />
ejes <strong>de</strong> la representación cuyas fuerzas<br />
or<strong>de</strong>nadoras y caóticas se <strong>de</strong>spliegan en una<br />
dinámica cada vez más amenazante tanto<br />
para los sujetos como para los colectivos en<br />
sus posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> política real.<br />
Se pue<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> lo urbano en contraposición<br />
con lo rural. Las urbes medievales<br />
se han transformado en las ciuda<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>rnas<br />
y éstas en metrópolis posmo<strong>de</strong>rnas, pero<br />
conservan ese sentido aglutinador como centros<br />
<strong>de</strong> mundos locales en los que giran, a<br />
manera <strong>de</strong> satélites, los pequeños poblados.<br />
A estos gran<strong>de</strong>s conglomerados humanos,<br />
proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l campo, llegan <strong>de</strong>splazados<br />
por causas políticas, sociales y económicas<br />
para hacer sus vidas generando, mezclando<br />
y configurando diversas formas vitales en un<br />
proceso híbrido. Así nuestras ciuda<strong>de</strong>s son<br />
un formidable collage <strong>de</strong> dinámicas y mediaciones<br />
que retroactúan en las diversas formas<br />
organizativas en una complejidad emergente<br />
que <strong>de</strong>safían nuestras formas <strong>de</strong><br />
explicar y <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r.<br />
Repensar la ciudad<br />
De la ciudad espacio cargado <strong>de</strong> memoria<br />
y <strong>de</strong>terminado por recovecos, plazas, lugares<br />
antropológicos, puntos <strong>de</strong> referencia don<strong>de</strong><br />
el espacio y el tiempo tienen su sentido, a la<br />
ciudad metrópoli, anónima y <strong>de</strong>scomunal,<br />
media la experiencia <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad en un<br />
proceso don<strong>de</strong> “todo lo sólido se <strong>de</strong>svanece<br />
en el aire”. Así, según Jesús Martín Barbero,<br />
“el caos urbano tendrá entonces su máxima<br />
expresión no en el <strong>de</strong>sconcierto y los miedos<br />
<strong>de</strong> sus habitantes perdidos en la enormidad<br />
<strong>de</strong> las distancias o en la inseguridad creciente,<br />
sino en el atasco vehicular. La verda<strong>de</strong>ra<br />
preocupación <strong>de</strong> los urbanistas ya no será que<br />
los ciudadanos se encuentren sino todo lo<br />
contrario, ¡que circulen! Ello justificará que<br />
se acaben las plazas, se en<strong>de</strong>recen los recovecos<br />
y se amplíen y conecten las avenidas.<br />
Lo que ahí se pierda es todo ganancia <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l flujo”.<br />
Este proceso generará, a juicio <strong>de</strong> Barbero,<br />
“por lo menos tres formas <strong>de</strong> percibir estos<br />
cambios por parte <strong>de</strong> los ciudadanos: la<br />
<strong>de</strong>sespacialización, el <strong>de</strong>scentramiento, la <strong>de</strong>surbanización.<br />
En el primer caso, la ciudad<br />
pier<strong>de</strong> cuerpo-espacio para privilegiar la velocidad-tiempo.<br />
En el segundo, los referentes<br />
<strong>de</strong> centro <strong>de</strong> mundo se <strong>de</strong>splazan o se pier<strong>de</strong>n<br />
en aras <strong>de</strong> la homogeneización para pre-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
19
20 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
servar la hegemonización. Por último, la <strong>de</strong>surbanización<br />
se refiere a la reducción <strong>de</strong>l espacio<br />
<strong>de</strong> uso <strong>de</strong> la ciudad dando paso al espacio<br />
consumo <strong>de</strong> la ciudad. La virtualización<br />
<strong>de</strong>l espacio y <strong>de</strong>l tiempo afecta profundamente<br />
la manera o los modos como los ciudadanos<br />
se reconocen y actúan públicamente. La<br />
espectacularización <strong>de</strong> la política que pue<strong>de</strong><br />
verse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el lugar <strong>de</strong> la intimidad (la alcoba)<br />
revierte en pensar <strong>de</strong> otra forma la relación<br />
entre lo público y lo privado. Las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s<br />
se dislocan en un proceso nómada <strong>de</strong><br />
nuevas tribus, que circulan a través <strong>de</strong> la<br />
música y <strong>de</strong>l Internet”.<br />
Nuestras ciuda<strong>de</strong>s son un<br />
formidable collage <strong>de</strong><br />
dinámicas y mediaciones<br />
que retroactúan en las<br />
diversas formas<br />
organizativas<br />
en una complejidad<br />
emergente que <strong>de</strong>safían<br />
nuestras formas <strong>de</strong><br />
explicar y <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r.<br />
En estas nuevas formas, en las que el papel<br />
<strong>de</strong> los ciudadanos se juega en los medios,<br />
los flujos y las re<strong>de</strong>s como nuevos escenarios<br />
<strong>de</strong> comunicación, nos asalta la pregunta por<br />
la razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> la nación como mito, imaginario<br />
integrador <strong>de</strong> nuestro ser colectivo.<br />
¿Seguirá siendo el mito movilizador <strong>de</strong> afectos<br />
y acciones? Pregunta que nos impele a<br />
reconocer la necesidad <strong>de</strong> repensar la ciudad<br />
y en ella al ciudadano que se <strong>de</strong>bate entre<br />
dinámicas que lo conflictúan y mediaciones<br />
que lo reconstituyen.<br />
En estas dos perspectivas amplias y por ampliar,<br />
la ciudad como un organismo complejo<br />
se <strong>de</strong>bate en medio <strong>de</strong> las dinámicas <strong>de</strong>l mercado<br />
y <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> conflictividad social<br />
y cultural don<strong>de</strong> emergen los modos <strong>de</strong> representación<br />
contemporáneos, en su largo periplo<br />
<strong>de</strong> los nuevos nómadas informativos y <strong>de</strong><br />
los cuerpos virtualizados que generan a su vez<br />
nuevos modos <strong>de</strong> reconocimiento pero también<br />
otros muy fuertes <strong>de</strong>safíos para ser estudiados,<br />
investigados y, sobre todo, para compren<strong>de</strong>r<br />
singularmente a los sujetos individuales y colectivos<br />
que se enfrentan y confrontan con las<br />
fuerzas globalizantes y resisten en un quijotesco<br />
esfuerzo por no ser anonimizados.
Ciudad<br />
poesía ´<br />
<strong>No</strong> hace mucho tiempo vi una fotografía<br />
aérea <strong>de</strong> Nueva York tomada a tal distancia,<br />
que esa ciudad que suele abrumarnos con<br />
su enormidad y su esplendor parecía una pequeña<br />
mancha en el abrazo <strong>de</strong> agua <strong>de</strong>l<br />
Hudson River y <strong>de</strong>l Atlántico, entre leguas <strong>de</strong><br />
bosques y casi borrada por la bruma matinal.<br />
Una <strong>de</strong> las primeras ilusiones que se<br />
hacen las ciuda<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>rnas es la <strong>de</strong> que<br />
han <strong>de</strong>jado atrás la naturaleza y que existen<br />
y discurren sólo en el ámbito <strong>de</strong> la cultura.<br />
Convertidas hoy en megalópolis, tien<strong>de</strong>n<br />
a borrar la conciencia <strong>de</strong>l entorno natural en<br />
que están situadas, tien<strong>de</strong>n a ser la ciudad<br />
absoluta, en la que todo lo que vemos ha sido<br />
concebido y construido por el ser humano, y<br />
prefigurado para satisfacer una necesidad, o<br />
una esperanza, <strong>de</strong> nuestra especie. Tien<strong>de</strong>n<br />
a serlo, pero el proceso nunca es perfecto, ni<br />
siquiera en esa curiosa invención futurista,<br />
Brasilia, la ciudad que no creció con sus habitantes<br />
sino que fue concebida primero como<br />
una i<strong>de</strong>a, como un diseño, <strong>de</strong>spués interpolada<br />
a la realidad y sólo finalmente poblada<br />
por las gentes.<br />
Aunque no queramos verlo, en las ciuda<strong>de</strong>s<br />
está siempre la naturaleza, y está por to-<br />
das partes: en los árboles que crecen en parques<br />
y jardines, en el viento que empuja las<br />
hojas por las avenidas, en la topografía que<br />
forma barrios planos y barrios en pendiente,<br />
en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> gravedad, en el sol<br />
que penetra por los ventanales, en la luna<br />
que platea los patios secretos, en los oleajes<br />
cósmicos <strong>de</strong>l día y <strong>de</strong> la noche, en la lluvia<br />
que ciega las calles y que a veces convierte<br />
las mo<strong>de</strong>rnas colocaciones urbanas en trincheras<br />
intemporales, zonas <strong>de</strong> perplejidad e<br />
incluso <strong>de</strong> <strong>de</strong>samparo. Pero sobre todo la naturaleza<br />
está en nosotros mismos, en el modo<br />
como oscilamos entre la disciplina colectiva<br />
<strong>de</strong>l termitero y la soledad <strong>de</strong> la araña que tien<strong>de</strong><br />
su tela, en la sangre que corre por nuestras<br />
arterias y en el torrente <strong>de</strong> las imágenes<br />
que a través <strong>de</strong> las pupilas se incorporan a<br />
nuestros nervios, en el modo como satisfacemos<br />
las necesida<strong>de</strong>s, como rivalizamos, como<br />
amamos, como enfermamos y morimos, como<br />
cuidamos <strong>de</strong>l medio o nos enfrentamos a él.<br />
Y a veces esa naturaleza que la ciudad intentaba<br />
olvidar nos recuerda abrumadoramente<br />
su existencia: las llamas <strong>de</strong>voran algún<br />
barrio, las casas en pendiente se <strong>de</strong>slizan<br />
<strong>de</strong> pronto por el trabajo <strong>de</strong>squiciante <strong>de</strong> las<br />
1 Poeta, ensayista y traductor. Este texto fue leído en Armenia con motivo <strong>de</strong> las jornadas <strong>de</strong> reconstrucción <strong>de</strong>l Eje Cafetero.<br />
y política<br />
William Ospina 1<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
lluvias, las calles se anegan gracias al <strong>de</strong>sbordamiento<br />
<strong>de</strong> los ríos, o el suelo firme se<br />
estremece por la acción <strong>de</strong> las fuerzas profundas<br />
<strong>de</strong> la tierra, y en cuestión <strong>de</strong> segundos<br />
pue<strong>de</strong> arrasar con las acumulaciones <strong>de</strong><br />
décadas, con la firmeza <strong>de</strong> las construcciones<br />
humanas. También en ese caso es posible<br />
advertir que una ciudad no es nunca sólo<br />
un amontonamiento <strong>de</strong> materiales, un conjunto<br />
<strong>de</strong> edificaciones, una red <strong>de</strong> vías, unos<br />
centros industriales y comerciales, que la ciudad<br />
es algo vivo que participa <strong>de</strong> ciertas propieda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l universo físico y <strong>de</strong> otras <strong>de</strong>l universo<br />
espiritual, y que es un error no advertir<br />
esa complejidad y no velar por ella.<br />
Se diría que las ciuda<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>rnas son la<br />
mejor prueba <strong>de</strong> que algunos filósofos calumnian<br />
al ser humano al <strong>de</strong>clarar que es un ser<br />
<strong>de</strong> naturaleza irremediablemente agresiva,<br />
que tien<strong>de</strong> a la violencia y a la <strong>de</strong>strucción. Si<br />
los seres humanos no pudieran confiar en los<br />
seres humanos, si no pudieran confiar en los<br />
<strong>de</strong>sconocidos, no nos encontraríamos hoy con<br />
esta asombrosa proliferación <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s<br />
enormes, no tendríamos en el mundo lugares<br />
como Tokio, Sao Paulo, México, Los Ángeles,<br />
Nueva York o El Cairo, que tienen cada una<br />
cerca <strong>de</strong> veinte millones <strong>de</strong> habitantes. Pero,<br />
por supuesto que esa enormidad es un <strong>de</strong>fecto<br />
y que el mundo corre peligro <strong>de</strong> muchas<br />
maneras distintas con ese exorbitante crecimiento<br />
<strong>de</strong> las urbes mo<strong>de</strong>rnas. Es difícil que<br />
se pueda vivir con cierta plenitud en ciuda<strong>de</strong>s<br />
tan gran<strong>de</strong>s: las distancias que hay que<br />
recorrer <strong>de</strong>voran el tiempo <strong>de</strong> sus habitantes<br />
y disminuyen las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> disfrute; el<br />
ruido, la contaminación, la prisa, son propicias<br />
a la neurosis, a la melancolía, a ese conjunto<br />
<strong>de</strong> tensiones corporales y mentales que<br />
hoy solemos llamar estrés, y finalmente también<br />
propician la irrupción <strong>de</strong> males nuevos<br />
y <strong>de</strong> peligros inéditos. Así como el filósofo<br />
Virilio nos ha dicho que por primera vez, gracias<br />
a estos tiempos <strong>de</strong> globalización, ha aparecido<br />
el peligro <strong>de</strong> un acci<strong>de</strong>nte global, así<br />
también nadie ignora que la inesperada irrupción<br />
<strong>de</strong> alguna peste incontrolable podría,<br />
gracias a esas vastas concentraciones <strong>de</strong> seres<br />
humanos, arrasar con poblaciones enteras<br />
en cuestión <strong>de</strong> días o <strong>de</strong> semanas.<br />
Pero es <strong>de</strong>masiado fácil jugar al tremendismo,<br />
y no es ese el propósito <strong>de</strong> estas reflexiones.<br />
Nadie podrá negar que la ciudad,<br />
la ciudad habitable, la ciudad armoniosa, la<br />
ciudad que es a la vez espacio práctico <strong>de</strong> la<br />
vida en comunidad y escenario complejo <strong>de</strong><br />
la aventura humana, ha sido uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />
sueños <strong>de</strong> la civilización, y ha acompañado<br />
siempre el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los seres humanos.<br />
Si bien las megalópolis son cosa <strong>de</strong> las últimas<br />
décadas, la ciudad es tan antigua como
La ciudad es tan antigua<br />
como la cultura, y a lo largo<br />
<strong>de</strong>l tiempo algunas ciuda<strong>de</strong>s<br />
afortunadas llegaron<br />
a aproximarse a la tentación<br />
<strong>de</strong> ser verda<strong>de</strong>ras<br />
obras <strong>de</strong> arte.<br />
la cultura, y a lo largo <strong>de</strong>l tiempo algunas ciuda<strong>de</strong>s<br />
afortunadas llegaron a aproximarse a<br />
la tentación <strong>de</strong> ser verda<strong>de</strong>ras obras <strong>de</strong> arte.<br />
Ahora bien, sólo pue<strong>de</strong>n llegar a trazarse<br />
el propósito <strong>de</strong> ser obras <strong>de</strong> arte las ciuda<strong>de</strong>s<br />
don<strong>de</strong> los seres humanos han llegado a compren<strong>de</strong>r<br />
que la vida no se agota en la supervivencia,<br />
que hay en nosotros algo más que<br />
necesida<strong>de</strong>s primarias, y es a ese or<strong>de</strong>n personal<br />
y social al que con mayor propiedad<br />
po<strong>de</strong>mos dar el nombre <strong>de</strong> civilización. Si sólo<br />
existieran en los seres humanos las necesida<strong>de</strong>s<br />
elementales <strong>de</strong> supervivencia, la necesidad<br />
<strong>de</strong> alimentarse, <strong>de</strong> protegerse <strong>de</strong> los climas<br />
adversos, <strong>de</strong> <strong>de</strong>scansar y <strong>de</strong> estar sanos,<br />
una ciudad podría agotarse en un sistema <strong>de</strong><br />
fábricas, <strong>de</strong> mercados, <strong>de</strong> casas, <strong>de</strong> habitaciones<br />
y <strong>de</strong> centros <strong>de</strong> salud, pero ninguno<br />
<strong>de</strong> nosotros concibe una ciudad sin ciertos<br />
espacios que no parecen tener una utilidad<br />
inmediata <strong>de</strong> supervivencia: sin templos, sin<br />
parques, sin ferias <strong>de</strong> recreación, sin centros<br />
educativos. Esos escenarios nos hablan continuamente<br />
<strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> algo en nosotros<br />
que no se satisface con la mera supervivencia,<br />
que necesita una dimensión espiritual,<br />
caminos para el ocio, diálogos con la naturaleza,<br />
horizontes <strong>de</strong> conocimiento.<br />
Y podríamos seguir enumerando escenarios<br />
y objetos: tribunales, teatros, cárceles,<br />
monumentos, museos, bibliotecas, estadios,<br />
sistemas <strong>de</strong> transporte, canales <strong>de</strong> comunicación,<br />
re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> información, diarios; cada<br />
una <strong>de</strong> esas cosas habla <strong>de</strong> una parte <strong>de</strong> nuestro<br />
ser, habla <strong>de</strong> nuestra sujeción a los ór<strong>de</strong>nes<br />
<strong>de</strong> la ley y <strong>de</strong> la justicia, habla <strong>de</strong> la sensibilidad,<br />
<strong>de</strong> la adhesión a las normas o el<br />
alejamiento <strong>de</strong> ellas, <strong>de</strong>l respeto al pasado y<br />
la pon<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la memoria, <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong><br />
valores que rige a la sociedad y que nos ayuda<br />
a juzgar nuestras acciones y nuestras<br />
omisiones, <strong>de</strong>l ansia <strong>de</strong> belleza, <strong>de</strong> información,<br />
<strong>de</strong> entretenimiento que hay en nosotros.<br />
La existencia urbana en el ámbito <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad<br />
tien<strong>de</strong> a hacer <strong>de</strong> nuestras vidas sistemas<br />
<strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s materiales crecientes,<br />
abiertas a todo lo posible, pero no siempre es<br />
un escenario propicio para la realización <strong>de</strong><br />
nuestras expectativas y para la conquista <strong>de</strong><br />
eso que llamamos, con una palabra tan ambiciosa<br />
como imprecisa, la felicidad. Toda ciudad<br />
muestra a la vista una suerte <strong>de</strong> diagrama<br />
<strong>de</strong> la cultura que la ha engendrado, <strong>de</strong>l<br />
or<strong>de</strong>n mental en que está inscrita, y en esa<br />
medida po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que lo visible revela lo<br />
invisible. Es posible saber, por los contrastes<br />
entre la opulencia y la miseria, si una sociedad<br />
se plantea o no un i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> justicia; por la<br />
diversidad <strong>de</strong> las construcciones, si estamos<br />
ante una sociedad homogénea o atomizada en<br />
estilos y volunta<strong>de</strong>s; por la magnitud <strong>de</strong> los<br />
espacios privados o públicos si en ella impera<br />
la generosidad o la mezquindad; por la actitud<br />
espontánea <strong>de</strong> sus gentes, si la caracteriza<br />
la hostilidad o la hospitalidad, si la presi<strong>de</strong>n<br />
númenes adustos o cordiales; por la<br />
presencia o no <strong>de</strong> árboles y bosques si hay en<br />
ella respeto hacia la naturaleza y conciencia<br />
<strong>de</strong> la necesidad que tenemos <strong>de</strong> estar en contacto<br />
con ese universo no humano tan indispensable<br />
para la vida.<br />
Pero hay también una parte consi<strong>de</strong>rable<br />
<strong>de</strong> la ciudad que no pue<strong>de</strong> ser buscada en las<br />
edificaciones, ni en el trazado urbanístico, ni<br />
en las cosas. También son la ciudad sus<br />
lenguajes, su memoria, sus tradiciones, sus<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
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24<br />
revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
valores, sus fiestas, sus músicas, sus sueños,<br />
sus pensamientos, sus i<strong>de</strong>ales, sus símbolos.<br />
También son elementos constitutivos <strong>de</strong> una<br />
ciudad una serie <strong>de</strong> leyendas, <strong>de</strong> invenciones,<br />
<strong>de</strong> ceremonias, <strong>de</strong> afectos, lo que podríamos<br />
llamar su mitología, y a veces ese or<strong>de</strong>n mítico,<br />
ese sistema <strong>de</strong> símbolos llega a ser tan<br />
importante o más importante que el mero trazado<br />
<strong>de</strong> las calles y que los ór<strong>de</strong>nes económicos<br />
y sociales que la constituyen. Así, a muchas<br />
ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo las i<strong>de</strong>ntificamos<br />
menos por su tejido urbano que por algunos<br />
símbolos que se imponen a la imaginación: El<br />
Cairo por el ayer casi intemporal <strong>de</strong> sus pirámi<strong>de</strong>s,<br />
Roma por su viejo Foro en ruinas o por<br />
su condición <strong>de</strong> capital imperial <strong>de</strong> la cristiandad,<br />
Venecia por el juego <strong>de</strong> espejos <strong>de</strong> sus<br />
canales y sus góndolas, San <strong>Francisco</strong> por la<br />
belleza <strong>de</strong> su marco natural y la libertad <strong>de</strong> sus<br />
gentes, Río <strong>de</strong> Janeiro por su alegría y por su<br />
Carnaval, Bagdad por su perfil legendario <strong>de</strong><br />
ciudad fantástica, que sigue erigiendo sus<br />
cúpulas azules y sus minaretes más en el<br />
mundo mágico <strong>de</strong> las Mil y una noches que en<br />
la realidad <strong>de</strong> las arenas irakíes.<br />
Tal vez no hay invención humana más fascinante<br />
que la ciudad, y tal vez no la hay más<br />
diversa. Porque cada ciudad se multiplica en<br />
los ojos y en la sensibilidad <strong>de</strong> sus habitantes<br />
y <strong>de</strong> sus visitantes, y cada uno pue<strong>de</strong> dar<br />
<strong>de</strong> ella una versión singular. El sueño <strong>de</strong> la<br />
ciudad humana es inagotable, con cada cultura<br />
resurge y ninguno <strong>de</strong> nosotros sabe cuáles<br />
<strong>de</strong> las discretas y humil<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />
presente serán en un siglo o dos, si la humanidad<br />
persevera en el mundo, los nuevos<br />
ejemplos originales <strong>de</strong> la aventura urbana.<br />
Cuando la Ciudad Prohibida <strong>de</strong> Pekín era ya<br />
el centro <strong>de</strong> una corte lujosa, no existían aún<br />
Babilonia ni Samarkanda. Cuando Tebas<br />
Hekatómpilus alzaba sus gigantescas columnas<br />
coronadas <strong>de</strong> lotos <strong>de</strong> piedra, y Troya<br />
había sido sepultada tres veces, todavía Roma<br />
no era más que una promesa en los labios <strong>de</strong><br />
Júpiter. Cuando Roma imperaba en el mundo,<br />
Lutecia era apenas una al<strong>de</strong>a bárbara<br />
perdida en el <strong>No</strong>rte a la orilla <strong>de</strong> un río <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado,<br />
y faltaban muchos siglos para que<br />
esa colonia marginal se convirtiera en París.<br />
Cuando París veía brillar la corte <strong>de</strong> Luis XIV,<br />
Nueva York era una al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> merca<strong>de</strong>res en<br />
una isla <strong>de</strong>solada con forma <strong>de</strong> pez.<br />
¿Quién nos dirá dón<strong>de</strong> están las Babilonias<br />
<strong>de</strong>l futuro, si las tecnologías crecientes van a<br />
exten<strong>de</strong>r metrópolis acuáticas en el <strong>de</strong>sierto<br />
<strong>de</strong>l Sahara o barrios vertiginosos en las montañas<br />
<strong>de</strong> Nepal, o si más bien, como lo presagian<br />
augures alarmados, las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l futuro<br />
serán infinitas barriadas <strong>de</strong> miseria en<br />
las orillas fangosas <strong>de</strong>l Amazonas, o una sola<br />
Chicago en ruinas, como lo soñara Bradbury,<br />
al lado <strong>de</strong>l abismo polvoriento que fuera en<br />
otro tiempo la cavidad <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s lagos<br />
norteamericanos?<br />
Todo el que se plantee el tema <strong>de</strong> la ciudad,<br />
<strong>de</strong> su planificación, <strong>de</strong> su administración,<br />
<strong>de</strong> su gobierno, <strong>de</strong>be tener conciencia<br />
<strong>de</strong> que una ciudad, en términos profundos,<br />
es un or<strong>de</strong>n material, un or<strong>de</strong>n mental, un<br />
sueño y una estética. Y que uno <strong>de</strong> los más<br />
firmes elementos constitutivos <strong>de</strong> la ciudad<br />
real es algo en principio casi invisible: el lenguaje.<br />
Una experiencia como la que se ha vivido<br />
en los últimos años en Colombia, a raíz<br />
<strong>de</strong>l terremoto <strong>de</strong>l Eje Cafetero, es un buen<br />
ejemplo <strong>de</strong> cómo la ciudad material, la ciudad<br />
<strong>de</strong> ladrillos y muros, <strong>de</strong> tejas y escaleras,<br />
<strong>de</strong> edificios y casas no es la más importante.<br />
Es la más necesaria y urgente, puesto que <strong>de</strong><br />
su existencia física <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> la supervivencia,<br />
la tranquilidad, la seguridad y la confianza<br />
<strong>de</strong> muchos seres humanos. Pero también esos<br />
seres humanos son la ciudad, y si queremos<br />
<strong>de</strong>cirlo así, son una ciudad más esencial, porque<br />
es la que permite que en el momento en<br />
que la ciudad material se vea afectada por los
acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la naturaleza o <strong>de</strong>l azar, sea<br />
posible reconstruirla, y mucho más que reconstruirla:<br />
tal vez, se diría, replantearla, tal<br />
vez reinventarla.<br />
Digamos, sencillamente, que los muros no<br />
pue<strong>de</strong>n reconstruir a los hombres pero que<br />
los hombres sí pue<strong>de</strong>n reconstruir a los muros.<br />
Que los muros no pue<strong>de</strong>n rediseñar su<br />
or<strong>de</strong>n y su estilo, pero que las comunida<strong>de</strong>s<br />
sí pue<strong>de</strong>n replantearse no sólo el or<strong>de</strong>n físico<br />
sino el or<strong>de</strong>n social en que viven, que hay en<br />
las comunida<strong>de</strong>s humanas un po<strong>de</strong>roso elemento<br />
creador que les permite apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la<br />
experiencia, repensar el pasado, proyectar el<br />
futuro, modificar su <strong>de</strong>stino. Por eso pudo<br />
salir la Roma imperial <strong>de</strong> los estercoleros <strong>de</strong><br />
la Roma primitiva, por eso pudo crecer, <strong>de</strong><br />
una al<strong>de</strong>a perdida entre el abrazo <strong>de</strong> agua <strong>de</strong>l<br />
Hudson River y el Atlántico, la tremenda cordillera<br />
geométrica, los acantilados <strong>de</strong> cristal,<br />
como los llamaría García Márquez, <strong>de</strong> los rascacielos<br />
<strong>de</strong> Manhattan.<br />
Lo que crea gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s, gran<strong>de</strong>s proyectos<br />
urbanos, gran<strong>de</strong>s urbes mitológicas, o<br />
algo más sensato y más discreto, ciuda<strong>de</strong>s<br />
bellas y felices, es esa parte <strong>de</strong> la ciudad a la<br />
que no le prestamos suficiente atención: los<br />
seres humanos. Por eso es tan importante el<br />
costado invisible <strong>de</strong> la ciudad, sus lenguajes,<br />
sus i<strong>de</strong>as, sus sueños, sus inventos, sus<br />
músicas, sus símbolos. Por eso una ciudad<br />
no lo es todavía mientras no permita que sus<br />
ciudadanos se sientan con <strong>de</strong>recho a soñar,<br />
a opinar sobre la ciudad, a proponer, a disentir.<br />
Y ello es aún más fructífero si esos<br />
ciudadanos que tienen <strong>de</strong>recho a proponer y<br />
a disentir, a exigir y a transformar, tienen también<br />
acceso a la información y al conocimiento,<br />
tienen un sentido <strong>de</strong> la belleza y <strong>de</strong> la armonía,<br />
y una profunda conciencia <strong>de</strong> su<br />
dignidad y <strong>de</strong> su importancia.<br />
Hace poco, hablando entre amigos sobre la<br />
dramática situación <strong>de</strong> nuestro país en los<br />
tiempos que corren, alguien señaló la dura circunstancia<br />
<strong>de</strong> que Colombia no ha sido jamás<br />
un país rico. La verdad es que el oro, que era<br />
originalmente la gran riqueza <strong>de</strong> este territorio,<br />
se fue muy temprano en los enormes<br />
galeones <strong>de</strong> España, con unas toneladas <strong>de</strong><br />
perlas y otras toneladas <strong>de</strong> joyas religiosas<br />
radiantes <strong>de</strong> esmeraldas, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />
nuestras escasas riquezas convencionales<br />
apenas han servido para hacer opulento a un<br />
sector muy pequeño <strong>de</strong> la sociedad. Pero la<br />
verdad es que la mayor riqueza <strong>de</strong> un país no<br />
está ni siquiera en sus yacimientos <strong>de</strong> petróleo,<br />
ni en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su gana<strong>de</strong>ría, ni en el<br />
esplendor <strong>de</strong> sus minas, sino en la fuerza <strong>de</strong><br />
su carácter. Cuando un país es capaz <strong>de</strong> creer<br />
en sí mismo, y <strong>de</strong> respetar a cada uno <strong>de</strong> los<br />
miembros <strong>de</strong> su comunidad humana, cuan-<br />
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revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
do es capaz <strong>de</strong> dignificarlos y <strong>de</strong> engran<strong>de</strong>cerlos,<br />
ese país no sólo es in<strong>de</strong>structible sino que<br />
es capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir todas sus otras reservas,<br />
<strong>de</strong> convertir la inteligencia, la recursividad<br />
y el conocimiento en riquezas más gran<strong>de</strong>s<br />
que las minas y que los pozos <strong>de</strong> petróleo.<br />
A veces hablamos <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> reconstruir<br />
el país. Pero las valiosas experiencias<br />
<strong>de</strong> reconstrucción en nuestro país nos<br />
ayudan a todos a compren<strong>de</strong>r que la palabra<br />
reconstrucción tiene ciertas limitaciones históricas.<br />
Sólo la ciudad perfecta, si existiera,<br />
sólo la urbe que fuera una obra <strong>de</strong> arte admirable,<br />
podría ante la adversidad proponerse<br />
la tarea <strong>de</strong> una reconstrucción, es <strong>de</strong>cir<br />
<strong>de</strong> una restitución idéntica <strong>de</strong> todo lo que era.<br />
Las otras, ciuda<strong>de</strong>s y socieda<strong>de</strong>s, afectadas<br />
por la <strong>de</strong>strucción, por los acci<strong>de</strong>ntes, por las<br />
guerras, por la disociación, terminan comprendiendo<br />
que su verda<strong>de</strong>ra tarea no es la<br />
<strong>de</strong> reconstruirse sino la <strong>de</strong> reinventarse, <strong>de</strong><br />
volverse a soñar, <strong>de</strong> no repetir los errores que<br />
las hicieron tan frágiles y vulnerables, para<br />
no volverse a fundar sobre las mismas tierras<br />
blandas y en el filo <strong>de</strong> los mismos peligros.<br />
Y también es importante apren<strong>de</strong>r la lección<br />
<strong>de</strong> que si bien el país tiene arruinados<br />
sus campos, en bancarrota su industria, golpeado<br />
por la corrupción y la falta <strong>de</strong> rumbo<br />
su Estado, amenazada a la sociedad por la<br />
inseguridad y por el terror, y postradas en la<br />
miseria material a sus mayorías, tal vez eso<br />
no es lo más grave, eso es sólo la ruina <strong>de</strong> la<br />
ciudad material, <strong>de</strong> pare<strong>de</strong>s y ladrillos, <strong>de</strong> tejas<br />
y escaleras, <strong>de</strong> edificios y casas. Lo verda<strong>de</strong>ramente<br />
grave es que estén <strong>de</strong>spojados <strong>de</strong><br />
su orgullo y <strong>de</strong> su dignidad incontables ciudadanos,<br />
que hayamos <strong>de</strong>scuidado ese país<br />
humano sin el cual será imposible hacer renacer<br />
la economía, rediseñar el or<strong>de</strong>n social,<br />
reinventar la política.
Yo me atrevo entonces a <strong>de</strong>cir que en esos<br />
momentos, cuando lo que está quebrantado<br />
es la confianza, la fuerza <strong>de</strong> voluntad, la fe <strong>de</strong><br />
cada quien en sus propias posibilida<strong>de</strong>s, la<br />
capacidad <strong>de</strong> creer en los <strong>de</strong>más y <strong>de</strong> formar<br />
rondas <strong>de</strong> solidaridad, cuando más que la<br />
sensación <strong>de</strong> miseria la sociedad vive una<br />
angustiosa sensación <strong>de</strong> fracaso, a la orilla<br />
<strong>de</strong> un abismo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación, lo que hay<br />
que reinventar primero no son las leyes, ni<br />
las instituciones, ni los partidos, lo que hay<br />
que reinventar es el lenguaje, ya que nadie<br />
ignora que es el lenguaje la sustancia que<br />
mantiene cohesionada a una comunidad, la<br />
que le da su sentimiento profundo <strong>de</strong> afinidad,<br />
la que le da su posibilidad <strong>de</strong> dialogar, y<br />
<strong>de</strong> proyectar un sueño compartido. Y es allí<br />
don<strong>de</strong> la política y la poesía bien podrían empezar<br />
a tener tareas comunes.<br />
Yo entiendo por poesía un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l lenguaje<br />
don<strong>de</strong> las palabras tienen a la vez sentido<br />
profundo, armonía y belleza. <strong>No</strong> llamo<br />
poesía al lenguaje almibarado que busca efectos<br />
sensoriales pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ña la seriedad <strong>de</strong>l<br />
sentido, ni al lenguaje meramente rítmico que<br />
no trasmite hondas verda<strong>de</strong>s humanas, ni al<br />
discurso pedante que carece <strong>de</strong> humanidad<br />
y <strong>de</strong> belleza. Me es más fácil encontrar poesía<br />
en los <strong>de</strong>lirios <strong>de</strong> los mendigos que en la<br />
ari<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los técnicos, en la conversación <strong>de</strong><br />
las personas humil<strong>de</strong>s que en el lenguaje almidonado<br />
<strong>de</strong> los académicos, en la indignación<br />
<strong>de</strong> los humillados que en el discurso interesado<br />
y cínico <strong>de</strong> los políticos. La principal<br />
sensación que nos produce en estos tiempos<br />
la política, la inercia <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />
y la mecánica <strong>de</strong> las burocracias es<br />
que el lenguaje que utilizan ha muerto, carece<br />
<strong>de</strong> gracia, <strong>de</strong> fuerza, <strong>de</strong> originalidad. Está<br />
hecho <strong>de</strong> repeticiones y <strong>de</strong> esquemas, <strong>de</strong> fatiga,<br />
<strong>de</strong> pesa<strong>de</strong>z y <strong>de</strong> tedio. Pero es <strong>de</strong>l lenguaje<br />
<strong>de</strong> don<strong>de</strong> brota otra vez la juventud <strong>de</strong><br />
las ciuda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> las naciones, y por ello es<br />
preciso encontrar un lenguaje don<strong>de</strong> nos<br />
emocionen <strong>de</strong> nuevo la vida, la gracia, la imaginación,<br />
la capacidad <strong>de</strong> soñar, <strong>de</strong> amar y<br />
<strong>de</strong> creer.<br />
Recuerdo haber visto en Armenia, en tiempos<br />
<strong>de</strong> la reconstrucción, a una comunidad<br />
que no sólo celebraba la conquista <strong>de</strong> unas<br />
propieda<strong>de</strong>s y unos subsidios, sino sobre todo<br />
el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> que hay una fuerza y<br />
una alegría en la solidaridad, en la ronda <strong>de</strong><br />
las alianzas. Algo que es urgente reinventar<br />
en Colombia, la confianza, la capacidad <strong>de</strong><br />
estar juntos, <strong>de</strong> marchar en una dirección armónica.<br />
En los últimos tiempos en Colombia,<br />
a medida que se pier<strong>de</strong> el sentido <strong>de</strong> la justicia,<br />
que se vulnera la legalidad, todo es sustituido<br />
por un formalismo insensato <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l<br />
cual se escon<strong>de</strong>n no altas verda<strong>de</strong>s sino bajas<br />
pasiones, no un sentido <strong>de</strong> la historia sino<br />
una interpretación interesada <strong>de</strong> los hechos<br />
y un oscuro tejido <strong>de</strong> maquinaciones.<br />
Es posible saber, por los<br />
contrastes entre la opulencia<br />
y la miseria, si una sociedad<br />
se plantea o no<br />
un i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> justicia.<br />
En ese sentido es importante el aporte que<br />
la poesía podría darle hoy a la política. Recordarnos<br />
que la política es simplemente la<br />
vida <strong>de</strong> la polis, la vida <strong>de</strong> la comunidad. Que<br />
ser ciudadanos es <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> actuar como individuos<br />
aislados en intereses particulares, recuperar<br />
un sentido <strong>de</strong> compañía, la conmovedora<br />
alegría <strong>de</strong> estar juntos. Y ello supone<br />
también saltar <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la necesidad al<br />
or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la plenitud, compren<strong>de</strong>r que ser<br />
humanos es necesitar no sólo alimento y techo<br />
sino dignidad, belleza y armonía. Y el futuro<br />
<strong>de</strong>mostrará, y el presente ya nos lo está<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
27
28<br />
revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
probando, que sólo pue<strong>de</strong> haber verda<strong>de</strong>ra<br />
política cuando hay en ella i<strong>de</strong>alidad, espíritu,<br />
una mirada en perspectiva y un sentido<br />
musical <strong>de</strong> la vida. Veremos entonces la política,<br />
tal como hoy la conocemos, como esa<br />
ciencia o esa técnica exhausta, que se apartó<br />
<strong>de</strong>l manantial <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong>l amor verda<strong>de</strong>ro<br />
por una comunidad y la búsqueda <strong>de</strong> su felicidad,<br />
que <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> beber <strong>de</strong> esa agua pura, y<br />
vio secarse toda su elocuencia. Y <strong>de</strong>jaremos<br />
que la política verda<strong>de</strong>ra se nutra <strong>de</strong> un<br />
lenguaje que no nombre generalida<strong>de</strong>s sino<br />
hechos vivos, circunstancias conmovedoras,<br />
<strong>de</strong>talles precisos, cosas aparentemente insignificantes<br />
pero que son aquellas por las cuales<br />
en realidad se ama y se odia, se vive y se<br />
muere en el mundo.<br />
Somos una fusión tremenda <strong>de</strong> lo natural<br />
y lo artificial, pero sólo en el arte esas dos<br />
potencias humanas se alían. Buscar lo bello<br />
renunciando a lo necesario es frivolidad, buscar<br />
lo necesario renunciando a lo bello es sordi<strong>de</strong>z.<br />
Hace cien años el <strong>de</strong>safiante escritor<br />
Oscar Wil<strong>de</strong> escribió una <strong>de</strong> sus más rotundas<br />
provocaciones. En una cultura don<strong>de</strong> se<br />
tien<strong>de</strong> a pensar que ser realista es ser elemental,<br />
que ser sensato es limitarse a lo convencional,<br />
y que por el contrario todo lo sutil<br />
es superfluo, él construyó aquel epigrama<br />
aparentemente frívolo pero en realidad profundamente<br />
significativo: “sólo lo superfluo<br />
es indispensable”. Para nuestra realidad, digámoslo<br />
<strong>de</strong> un modo atenuado: sólo lo que<br />
parece superfluo para nuestro conformismo<br />
es fundamental para nuestro ambicioso proyecto<br />
humano. En suma: limitarse a lo indispensable<br />
es negarnos a lo <strong>de</strong>seable; limitar<br />
los horizontes <strong>de</strong> lo humano a lo que es fácilmente<br />
alcanzable es negarnos a lo más humano:<br />
a la exploración <strong>de</strong> lo mejorable, a la<br />
conquista <strong>de</strong> lo posible.
Globalizar la<br />
resistencia<br />
1 Profesor <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Geografía, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Glasgow, Escocia. Investigador asociado, ICANH.<br />
Ulrich Oslen<strong>de</strong>r 1<br />
La verda<strong>de</strong>ra resistencia es la que combate por valores<br />
que se consi<strong>de</strong>ran perdidos.<br />
Ernesto Sábato<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
30 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Hay una nueva dialéctica <strong>de</strong> preguntas globales y locales que no se <strong>de</strong>jan<br />
acomodar fácilmente en la política nacional –‘preguntas glocales’-.<br />
Sólo en el marco transnacional pue<strong>de</strong>n ser representadas y solucionadas<br />
a<strong>de</strong>cuadamente.<br />
Las nuevas guerras geoeconómicas<br />
En su libro Imperio, Hardt y Negri afirman<br />
que “la soberanía ha tomado una forma nueva,<br />
compuesta <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> organismos<br />
nacionales y supranacionales, unida bajo una<br />
sola lógica <strong>de</strong> mando. Esta nueva forma global<br />
<strong>de</strong> soberanía es lo que llamamos imperio”.<br />
Aunque este concepto ha sido criticado<br />
posteriormente (sobre todo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la guerra<br />
en Irak que reveló más fuerte que nunca<br />
la actitud neoimperialista <strong>de</strong>l actual Gobierno<br />
estadouni<strong>de</strong>nse), brinda un marco <strong>de</strong> análisis<br />
importante para enten<strong>de</strong>r lo que <strong>de</strong>nomino<br />
en este artículo las nuevas guerras<br />
geoeconómicas: guerras sobre el acceso a recursos<br />
económicos y el control territorial que<br />
le facilita a un capital globalizador la creación<br />
<strong>de</strong> nuevos espacios <strong>de</strong> intervención y<br />
apropiación para trascen<strong>de</strong>r la crisis <strong>de</strong> la<br />
superacumulación. Esto no quiere <strong>de</strong>cir que<br />
en las guerras contemporáneas no importen<br />
elementos políticos u otros motivos para la<br />
intervención; con el concepto <strong>de</strong> guerra<br />
geoeconómica resalto el impacto creciente <strong>de</strong><br />
la lógica agresiva y militarista <strong>de</strong>l capitalismo<br />
tardío <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrumbar las barreras espaciales<br />
en su necesidad <strong>de</strong> expandir y usurpar nuevos<br />
espacios para su propia sobrevivencia.<br />
La lógica que subyace a la formación <strong>de</strong>l<br />
imperio es la marcha incansable <strong>de</strong>l capital<br />
por el mundo para crear re<strong>de</strong>s y caminos <strong>de</strong><br />
“un único sistema cultural y económico <strong>de</strong><br />
producción y circulación” que <strong>de</strong>struye las culturas<br />
tradicionales y organizaciones sociales.<br />
Ulrich Beck<br />
Esta lógica <strong>de</strong> un capital <strong>de</strong>sterritorializador<br />
penetra todos los rincones <strong>de</strong>l mundo; como<br />
dicen Hardt y Negri, “la <strong>de</strong>sterritorialización<br />
es la esencia <strong>de</strong>l aparato imperial”. Así, regiones<br />
y países enteros se ven sometidos a una<br />
lógica capitalista que agresivamente empuja<br />
unos intereses económicos específicos, a veces<br />
a través <strong>de</strong> procesos <strong>de</strong> cooptación y convencimiento,<br />
otras, <strong>de</strong> la fuerza y la guerra.<br />
Como apunta Serfati, quien consi<strong>de</strong>ra el militarismo<br />
como el brazo armado <strong>de</strong> la globalización<br />
neoliberal, el papel <strong>de</strong> la guerra en la<br />
coyuntura actual <strong>de</strong> la globalización <strong>de</strong>l capital<br />
ganará aún en importancia. Otro autor<br />
escribiendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una crítica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo<br />
eurocentrista ha argumentado también que el<br />
<strong>de</strong>splazamiento masivo <strong>de</strong> poblaciones locales<br />
se presenta como el resultado final <strong>de</strong> procesos<br />
culturales, sociales y económicos <strong>de</strong> la<br />
consolidación <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad capitalista.<br />
A continuación abordaré la reciente guerra<br />
en Irak (que aún no termina a pesar <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>claraciones precoces <strong>de</strong> su final oficial el 1<br />
<strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2003) y los procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sterritorialización<br />
y <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> poblaciones<br />
negras en la región <strong>de</strong>l Pacífico colombiano.<br />
Por diversas que parezcan estas dos situaciones,<br />
quiero mostrar que comparten un escenario<br />
don<strong>de</strong> las poblaciones locales están<br />
atrapadas en la mirada <strong>de</strong> un capitalismo global<br />
sediento <strong>de</strong> sus territorios y recursos.<br />
Si es cierto que el aparato imperial empuja<br />
procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sterritorialización y <strong>de</strong>splazamiento<br />
por el mundo entero, las resis-
tencias a este <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>ben también <strong>de</strong>sarrollar<br />
una estrategia global enfrentando al<br />
Imperio en su propio terreno. Es <strong>de</strong>cir, más<br />
allá <strong>de</strong> resistir en los campos locales y nacionales<br />
los conflictos, se les <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>r como<br />
un fenómeno que forma parte <strong>de</strong> un sistema<br />
global <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual no hay salida por fuera<br />
<strong>de</strong> su esfera; por en<strong>de</strong>, existe la necesidad <strong>de</strong><br />
globalizar la resistencia. Para Hardt y Negri<br />
este enfrentamiento se dará <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo<br />
sistema imperial: “La geografía <strong>de</strong> estos<br />
po<strong>de</strong>res alternativos, la nueva cartografía, aún<br />
está por escribirse o, en realidad, está siendo<br />
escrita hoy por las resistencias, luchas y <strong>de</strong>seos<br />
<strong>de</strong> la multitud”.<br />
En este sentido examinaré dos <strong>de</strong> estas<br />
resistencias: las protestas en contra <strong>de</strong> la<br />
guerra en Irak y las movilizaciones <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s<br />
negras en Colombia en contra <strong>de</strong> la<br />
guerra en el Pacífico colombiano.<br />
La multitud se levanta<br />
(y se vuelve a sentar)<br />
El 15 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2003 marcó un hito en<br />
la historia <strong>de</strong> las movilizaciones en contra <strong>de</strong><br />
la guerra en Irak. Más <strong>de</strong> 40 millones <strong>de</strong> personas<br />
se manifestaron en las calles y plazas<br />
<strong>de</strong> todo el mundo. En Gran Bretaña hubo las<br />
manifestaciones más gran<strong>de</strong>s que se hayan<br />
visto en el país. Los manifestantes eran estudiantes,<br />
trabajadores, ejecutivos, pensionados,<br />
niños, anarquistas, comunistas, liberales,<br />
nacionalistas escoceses, cristianos,<br />
musulmanes, etc.; sus diferencias en la vida<br />
cotidiana <strong>de</strong>saparecieron ese día para afirmar<br />
una posición común: el rechazo a la guerra.<br />
En términos sociológicos, ese día se formó una<br />
posición <strong>de</strong> sujeto común que trascendió las<br />
i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s diferenciadas cotidianas <strong>de</strong> clase,<br />
género, etnia y edad; se sintió el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />
la multitud. <strong>No</strong> se respiraban aires <strong>de</strong> revolución,<br />
pero sí un anhelo <strong>de</strong> esperanza <strong>de</strong> que<br />
se podía hacer algo para frenar lo que la mayoría<br />
rechazaba: una guerra ilegal cuyo pretexto<br />
(las armas <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción masiva) era<br />
tan obvio como falso y un insulto a la inteligencia<br />
<strong>de</strong>l ser humano.<br />
Para los manifestantes (como para muchos<br />
que se quedaron en casa) era obvio que en<br />
esta guerra Estados Unidos trataba <strong>de</strong> afirmar<br />
su control en Oriente Medio, región <strong>de</strong><br />
vital importancia geopolítica por su explotación<br />
petrolera. Con el establecimiento <strong>de</strong> un<br />
régimen amistoso posterior a Hussein se esperaba<br />
po<strong>de</strong>r controlar esta fuente vital para<br />
la industria norteamericana. A la vez que se<br />
preparaba la guerra, se diseñaba un plan <strong>de</strong><br />
reconstrucción <strong>de</strong> Irak que beneficiaría a<br />
empresas norteamericanas en primera fila con<br />
contratos multimillonarios una vez las hosti-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
31
32 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Con el concepto <strong>de</strong> guerra<br />
geoeconómica resalto el impacto<br />
creciente <strong>de</strong> la lógica agresiva y<br />
militarista <strong>de</strong>l capitalismo tardío<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>rrumbar las barreras<br />
espaciales en su necesidad <strong>de</strong><br />
expandir y usurpar nuevos<br />
espacios para su propia<br />
sobrevivencia.<br />
lida<strong>de</strong>s hubieran terminado. Po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r<br />
la actuación <strong>de</strong>l Ejército norteamericano<br />
en esa guerra como una fuerza <strong>de</strong>structora y<br />
<strong>de</strong> limpieza que prepara el terreno para la<br />
entrada <strong>de</strong>l capital. <strong>No</strong> obstante los discursos<br />
geopolíticos sobre el supuesto peligro <strong>de</strong><br />
Hussein para el mundo occi<strong>de</strong>ntal, esta guerra<br />
constituye una estrategia geoeconómica<br />
específica para Estados Unidos en la marcha<br />
constante para la acumulación <strong>de</strong>l capital. Por<br />
esta característica me refiero a la guerra en<br />
Irak como guerra geoeconómica.<br />
Sin embargo, las protestas contra esta guerra<br />
prácticamente <strong>de</strong>saparecieron en Gran<br />
Bretaña una vez comenzó. Con la invasión <strong>de</strong><br />
Irak cundió y se impuso sobre el rechazo a la<br />
guerra, un sentimiento nacionalista en la sociedad<br />
británica, que se pue<strong>de</strong> resumir en la<br />
frase que se oía esos días: “Ahora que estamos<br />
en guerra tenemos que apoyar a nuestras<br />
tropas”; negarles el apoyo a las tropas<br />
británicas mostraba falta <strong>de</strong> patriotismo. Consi<strong>de</strong>rando<br />
que las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s se constituyen<br />
<strong>de</strong> una red compleja <strong>de</strong> posiciones <strong>de</strong> sujeto<br />
cambiantes (Laclau & Mouffe), po<strong>de</strong>mos afirmar<br />
que hubo un cambio en las articulaciones<br />
<strong>de</strong> estas posiciones <strong>de</strong> sujeto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo<br />
antiguerrerista hacia lo nacionalista británico.<br />
Este cambio fue constantemente motiva-<br />
do por discursos <strong>de</strong>l Gobierno y <strong>de</strong> los medios<br />
<strong>de</strong> comunicación, que efectivamente llevaban<br />
a la <strong>de</strong>sarticulación <strong>de</strong>l movimiento antiguerrerista<br />
en Gran Bretaña. La multitud se volvió<br />
a sentar (en sus camas, escritorios, colegios,<br />
universida<strong>de</strong>s, oficinas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo).<br />
Desterritorialización<br />
en el Pacífico colombiano<br />
La región <strong>de</strong>l Pacífico colombiano ha sido<br />
escenario en los últimos años <strong>de</strong> procesos<br />
complejos <strong>de</strong> territorialización y <strong>de</strong>sterritorialización.<br />
La Constitución <strong>de</strong> 1991 reconoció<br />
la diversidad cultural <strong>de</strong> la nación y con ella<br />
se preparó el camino para legislaciones siguientes<br />
que reconocían a las comunida<strong>de</strong>s<br />
negras en las zonas rurales <strong>de</strong> esta región<br />
<strong>de</strong>rechos colectivos a sus tierras anteriormente<br />
consi<strong>de</strong>radas baldías.
Sin embargo, la agudización <strong>de</strong>l conflicto<br />
entre guerrillas, paramilitares y ejército en la<br />
región <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1996 ha llevado a la expulsión<br />
forzosa <strong>de</strong> las poblaciones locales que están<br />
atrapadas entre el fuego y amenazadas,<br />
<strong>de</strong>splazadas y masacradas por los diversos<br />
actores armados. Resultado <strong>de</strong> un ataque<br />
coordinado entre grupos paramilitares y el<br />
Ejército colombiano en el municipio <strong>de</strong> Riosucio<br />
en diciembre <strong>de</strong> 1996, so pretexto <strong>de</strong><br />
combatir a guerrilleros, se inició el primer éxodo<br />
masivo forzado en la costa Pacífica <strong>de</strong> unas<br />
20.000 personas. Más atención mediática recibió<br />
la masacre <strong>de</strong> 119 afrocolombianos en<br />
el pueblo <strong>de</strong> Bellavista a orillas <strong>de</strong>l río Atrato<br />
en mayo <strong>de</strong>l 2002, cuando un cilindro <strong>de</strong> gas<br />
lanzado por las FARC durante combates con<br />
grupos paramilitares cayó sobre la iglesia <strong>de</strong>l<br />
pueblo don<strong>de</strong> los pobladores habían buscado<br />
refugio (ONU 2002). Estos hechos son apenas<br />
la punta <strong>de</strong>l iceberg <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sarrollo hacia<br />
la <strong>de</strong>sterritorialización masiva <strong>de</strong> la<br />
población <strong>de</strong>l Pacífico colombiano. De los más<br />
<strong>de</strong> 2 millones <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazados se estima que<br />
30% son afrocolombianos. La región que hace<br />
diez años se consi<strong>de</strong>raba refugio <strong>de</strong> paz está<br />
ahora plenamente integrada en la cartografía<br />
<strong>de</strong> la guerra y las ‘geografías <strong>de</strong> terror’ en<br />
Colombia.<br />
Resalto una especificidad <strong>de</strong> la expresión<br />
regional <strong>de</strong> este conflicto en la costa Pacífica,<br />
don<strong>de</strong> se evi<strong>de</strong>ncia que intereses económicos<br />
específicos se están apropiando <strong>de</strong> la región:<br />
la extensión <strong>de</strong> cultivos <strong>de</strong> palma africana en<br />
los <strong>de</strong>partamentos <strong>de</strong> Nariño y Chocó, los planes<br />
para megaproyectos como la construcción<br />
<strong>de</strong> un canal interoceánico y la carretera<br />
Panamericana en el Chocó y, por supuesto,<br />
la más reciente expansión <strong>de</strong> cultivos ilícitos<br />
por toda la región. Estos proyectos vienen diseñados<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera, pero requieren la colaboración<br />
<strong>de</strong> la población local o la expulsión<br />
<strong>de</strong> la misma. Los pobladores se ven someti-<br />
dos al empuje <strong>de</strong> una lógica capitalista que<br />
choca con sus intereses y proyectos <strong>de</strong> vida,<br />
y que les saca <strong>de</strong> sus tierras utilizando el paramilitarismo<br />
para tales fines. Esta lógica ha<br />
llevado a una perversión completa <strong>de</strong> la<br />
intencionalidad <strong>de</strong> la Ley 70 <strong>de</strong> 1993 que pretendía<br />
garantizar la sostenibilidad <strong>de</strong> la explotación<br />
<strong>de</strong> recursos, la conservación <strong>de</strong> la<br />
biodiversidad en la región <strong>de</strong>l Pacífico y la<br />
protección <strong>de</strong> la cultura afrocolombiana. Sin<br />
quitarle el carácter político y la complejidad<br />
al conflicto colombiano, se pue<strong>de</strong> afirmar que<br />
las comunida<strong>de</strong>s negras en el Pacífico están<br />
atrapadas en una guerra geoeconómica.<br />
Resistencias al <strong>de</strong>splazamiento<br />
Para enfrentar esta realidad <strong>de</strong> terror,<br />
masacres y <strong>de</strong>splazamiento forzado, las comunida<strong>de</strong>s<br />
negras han creado varios mecanismos<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncia. En 1999, por ejemplo,<br />
se fundó en Bogotá la Asociación <strong>de</strong> Afrocolombianos<br />
Desplazados que exige al Gobierno<br />
nacional cumplir su responsabilidad <strong>de</strong><br />
proteger las poblaciones afectadas por la violencia;<br />
también se trabaja con ONG nacionales<br />
para aliviar la situación <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong>splazados<br />
en las ciuda<strong>de</strong>s. Sin embargo, frente<br />
al abandono por parte <strong>de</strong>l Estado, hay que<br />
preguntarse qué tan eficaces pue<strong>de</strong>n ser las<br />
<strong>de</strong>nuncias en el ámbito nacional, sobre todo<br />
si aceptamos que hay un número <strong>de</strong> interesados<br />
en la guerra en general y en las tierras<br />
<strong>de</strong>l Pacífico en particular. Si esta región forma<br />
parte <strong>de</strong> un aparato imperial global y <strong>de</strong><br />
su ten<strong>de</strong>ncia hacia la <strong>de</strong>sterritorialización y<br />
<strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> poblaciones locales, las<br />
resistencias contra estos procesos también se<br />
<strong>de</strong>ben formar a escala global; en otras palabras,<br />
es necesario globalizar la resistencia.<br />
Como ni la región <strong>de</strong>l Pacífico ni las comunida<strong>de</strong>s<br />
locales pue<strong>de</strong>n escapar <strong>de</strong> esta lógica<br />
capitalista <strong>de</strong>sterritorializadora, se tiene<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
33
Po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r la actuación<br />
<strong>de</strong>l Ejército norteamericano<br />
en esa guerra como una fuerza<br />
<strong>de</strong>structora y <strong>de</strong> limpieza<br />
que prepara el terreno<br />
para la entrada <strong>de</strong>l capital.<br />
que dar la lucha <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo terreno<br />
<strong>de</strong>l aparato imperial, <strong>de</strong>l cual forman parte<br />
las instituciones multilaterales, gobiernos y<br />
ONG internacionales. Afro<strong>de</strong>s ha aceptado<br />
este reto, entre otros, al abrir una oficina con<br />
un representante en Washington para sensibilizar<br />
a la sociedad civil y políticos en Estados<br />
Unidos hacia la lucha <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s<br />
negras en Colombia.<br />
Dentro <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s<br />
negras para contrarrestar el terror al<br />
que han sido sometidas, vale la pena resaltar<br />
la importancia <strong>de</strong> las tecnologías <strong>de</strong> información<br />
en este proceso; el Internet y el correo<br />
electrónico son herramientas importantes<br />
para distribuir rápida y eficazmente las <strong>de</strong>nuncias<br />
sobre la pasividad <strong>de</strong>l Estado y la<br />
complicidad <strong>de</strong>l Ejército nacional con las fuer-<br />
zas paramilitares. Esto les permite a los amigos<br />
<strong>de</strong>l proceso en todo el mundo escribir y<br />
presionar a las autorida<strong>de</strong>s colombianas. Se<br />
trata <strong>de</strong> visibilizar la lucha <strong>de</strong>l pueblo negro<br />
en Colombia en el plano internacional para<br />
ejercer mayor presión a través <strong>de</strong> instituciones<br />
multilaterales, diferentes ONG <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />
humanos y gobiernos involucrados con<br />
la administración colombiana. Una alerta es<br />
la noticia distribuida por correo electrónico<br />
el 1 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 2004 por el PCN sobre<br />
la <strong>de</strong>tención <strong>de</strong> un lí<strong>de</strong>r comunitario <strong>de</strong>l río<br />
Yurumanguí (Valle <strong>de</strong>l Cauca) por parte <strong>de</strong> la<br />
Infantería <strong>de</strong> Marina, que da la posibilidad<br />
<strong>de</strong> protestar frente al Programa Presi<strong>de</strong>ncial<br />
<strong>de</strong> Derechos Humanos y la Procuraduría General<br />
<strong>de</strong> la Nación.<br />
Quizá nunca sepamos qué eficaz puedan<br />
ser nuestros mensajes <strong>de</strong> solidaridad y protestas<br />
frente al Gobierno colombiano; pero es<br />
evi<strong>de</strong>nte que estos actos significan mucho<br />
para los que están atrapados en esta guerra<br />
absurda, como lo muestra el siguiente correo<br />
electrónico distribuido por activistas <strong>de</strong>l PCN<br />
el 20 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2002 refiriéndose a una<br />
acción colectiva <strong>de</strong> mandar cartas para pro-
testar contra la masacre <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 50 campesinos<br />
afrocolombianos e indígenas en la<br />
parte alta <strong>de</strong>l río Naya (Cauca) en abril <strong>de</strong>l<br />
2001: “Estos comunicados y correos tienen<br />
el valor <strong>de</strong> hacernos sentir que no estamos<br />
solos [...] Esta cercanía virtual es importante.<br />
Aunque el Gobierno no responda [...], queremos<br />
que sepan que en este caso sus mensajes<br />
han [...] impedido -en el caso <strong>de</strong> Naya y<br />
Yurumanguí- hasta ahora nuevas masacres<br />
y nuevos <strong>de</strong>splazamientos <strong>de</strong> la población.<br />
¿Hasta cuándo este tipo <strong>de</strong> presión pueda<br />
servir? <strong>No</strong> sabemos, pero por lo pronto hay<br />
que seguir intentándolo, abogando tercamente<br />
para que las comunida<strong>de</strong>s y sus territorios<br />
sean <strong>de</strong>jados por fuera <strong>de</strong>l tropel y <strong>de</strong> sus<br />
excesos, respetados sus proyectos <strong>de</strong> vida y<br />
su autonomía.”<br />
Cualquier esfuerzo <strong>de</strong> resistir a las formas<br />
<strong>de</strong> usurpación, expropiación y explotación<br />
también <strong>de</strong>be ser dirigido a escala global, más<br />
allá <strong>de</strong> las luchas inmediatas en los espacios<br />
locales y nacionales. Para muchos movimientos<br />
sociales que se enfrentan a estas nuevas<br />
guerras geoeconómicas, la opción <strong>de</strong> que su<br />
lucha sea global se vuelve una necesidad<br />
estratégica. Si la resistencia sigue siendo local<br />
no po<strong>de</strong>mos ignorar que las características<br />
globales <strong>de</strong> los conflictos contemporáneos,<br />
sean sobre acceso, control y explotación <strong>de</strong><br />
recursos concretos (petróleo en Irak / agroindustriales<br />
e ilícitos en el Pacífico colombiano)<br />
o sobre el control territorial más general para<br />
futuras intervenciones. Lo global <strong>de</strong>be ser<br />
entendido como oportunidad y no se le pue<strong>de</strong><br />
ignorar. Existe entonces una necesidad <strong>de</strong> articular<br />
una ‘política <strong>de</strong> escala’ que nos sensibilice<br />
hacia las implicaciones políticas <strong>de</strong> escala<br />
como relación. En palabras <strong>de</strong> Howitt,<br />
esto “brinda un camino para enmarcar respuestas<br />
estratégicas más efectivas a lo que<br />
parecen presiones ‘globales’ [...] Una geografía<br />
aplicada <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong>be urgentemen-<br />
Los pobladores se ven<br />
sometidos al empuje<br />
<strong>de</strong> una lógica capitalista<br />
que choca con sus intereses<br />
y proyectos <strong>de</strong> vida<br />
y les saca <strong>de</strong> sus tierras, y que<br />
utiliza el paramilitarismo<br />
para tales fines.<br />
te tratar las cuestiones cruciales <strong>de</strong> cómo actuar<br />
simultáneamente a escalas múltiples;<br />
cómo pensar global y actuar localmente, y al<br />
mismo tiempo pensar local y actuar globalmente”.<br />
Para activistas <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s negras es<br />
evi<strong>de</strong>nte el vínculo entre intereses <strong>de</strong>l capital<br />
y el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s en<br />
la región <strong>de</strong>l Pacífico a través <strong>de</strong>l paramilitarismo.<br />
Al sentirse abandonadas por un Estado<br />
en cuyo Ejército aún existen sectores colaborando<br />
con grupos paramilitares, esta<br />
opción por internacionalizar su lucha ha sido<br />
reconocida. Las movilizaciones <strong>de</strong>l 15 <strong>de</strong> febrero<br />
<strong>de</strong> 2003 en el mundo contra <strong>de</strong> la guerra<br />
en Irak también han mostrado que existe<br />
una conciencia global <strong>de</strong> resistencia. Aunque<br />
no tuvo éxito a corto plazo, sí hubo una guerra<br />
que está lejos <strong>de</strong> ser resuelta, vale la pena<br />
resaltar el legado <strong>de</strong> estas movilizaciones.<br />
Compartir esta experiencia con millones <strong>de</strong><br />
personas en el mundo produjo sentimientos<br />
po<strong>de</strong>rosos para muchos que sentían cerca la<br />
posibilidad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r cambiar el rumbo <strong>de</strong>l<br />
mundo. Ahora se trata <strong>de</strong> construir sobre esta<br />
experiencia, <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jarla enfriar en los recuerdos,<br />
y <strong>de</strong> movilizar esta conciencia global<br />
para po<strong>de</strong>r seguir construyendo resistencias<br />
en todos los espacios posibles. Esto es<br />
construir la globalización <strong>de</strong> la resistencia.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
35
Refundar la<br />
política ´<br />
Lucía González D. 1<br />
Si algo gratifica el espíritu<br />
<strong>de</strong> quienes tenemos como<br />
propósito <strong>de</strong> vida avanzar<br />
en la construcción <strong>de</strong> un<br />
mundo más justo y aportar<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquier esquina a<br />
la construcción <strong>de</strong> una sociedad<br />
capaz <strong>de</strong> reconocer<br />
la prevalencia <strong>de</strong> lo público<br />
sobre lo privado, es tener la<br />
posibilidad <strong>de</strong> ver a la ciudadanía<br />
en su pleno ejercicio,<br />
es verla actuante.<br />
1 Arquitecta. Asistente <strong>de</strong> Presi<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> la Corporación Viva la Ciudadanía.
El 12 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2004, más <strong>de</strong> 60 000<br />
mujeres, hombres, niños, jóvenes y ancianos<br />
<strong>de</strong> 85 cabildos indígenas y comunida<strong>de</strong>s negras<br />
<strong>de</strong>l sur <strong>de</strong>l país, acompañados por organizaciones<br />
sociales y políticas que se unieron<br />
a sus reclamos, en una “Minga por la vida, la<br />
justicia, la alegría, la libertad y la autonomía”<br />
marcharon <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los territorios nariñenses y<br />
caucanos hasta la ciudad <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Cali<br />
para reclamar al Gobierno y a los grupos<br />
armados el respeto por sus culturas, sus territorios<br />
y sus vidas, mandato recibido en<br />
Congreso Indígena realizado en Cota, Cundinamarca,<br />
en el 2001. De esta gran marcha y<br />
<strong>de</strong>l Congreso que tuvo lugar en el Coliseo <strong>de</strong>l<br />
Pueblo <strong>de</strong> Cali, se concretaron posiciones frente<br />
al Alca y al TLC, al <strong>de</strong>smonte <strong>de</strong>l Estado<br />
social y <strong>de</strong>mocrático <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho que buscan<br />
las reformas presentadas por el Gobierno nacional,<br />
frente a la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la autonomía y<br />
contra la reelección. <strong>No</strong> sólo se hicieron claramente<br />
públicas las posiciones y <strong>de</strong>mandas,<br />
sino que se construyeron propuestas concretas,<br />
como la <strong>de</strong> someter a consulta popular el<br />
proyecto <strong>de</strong> reelección, y se propusieron<br />
dotarse a sí mismos <strong>de</strong> escenarios e instrumentos<br />
que les permitieran <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> las<br />
violaciones a sus <strong>de</strong>rechos, avanzar en la negociación<br />
pacífica <strong>de</strong>l conflicto, y fortalecer los<br />
mecanismos <strong>de</strong> resistencia y <strong>de</strong>sobediencia<br />
civil para enfrentar la políticas <strong>de</strong> seguridad<br />
<strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong>l Gobierno actual, entre otros.<br />
Lo hicieron <strong>de</strong> manera pacífica, amorosa y rigurosa.<br />
Y todos sabemos que sus consignas<br />
no serán palabras al viento y que esa marcha<br />
que han iniciado, como ellos mismos lo dijeron,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace 500 años continuará porque<br />
“tienen más freno las aguas que van al río”,<br />
para hacerse cargo ellos mismos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa<br />
<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos, ejerciendo el <strong>de</strong>ber y el<br />
<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> organizarse, proponer y aportar.<br />
Complace profundamente también ver que<br />
las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Magdalena y <strong>de</strong>l Cesar,<br />
entre otras, se revelan contra la presión <strong>de</strong><br />
los grupos armados que han impedido la libre<br />
postulación a los cargos <strong>de</strong> elección popular,<br />
y haciendo uso <strong>de</strong> las herramientas que<br />
ha puesto a su disposición la Constitución y<br />
la ley, se imponen como mayoría a través <strong>de</strong>l<br />
voto en blanco, que esta vez es un grito contra<br />
la opresión.<br />
Sorpren<strong>de</strong> y anima ver y sentir que comunida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> municipios y regiones acosadas<br />
por la violencia, por la pobreza o la politiquería<br />
<strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n formar parte activa <strong>de</strong>l Gobierno<br />
y <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones sobre sus comunida<strong>de</strong>s y<br />
territorios, para hacer frente a los grupos armados<br />
o a las arbitrarieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus propios<br />
gobernantes y se instituyen en Asambleas<br />
Constituyentes como fueron, entre otros, los<br />
casos ejemplares <strong>de</strong> Mogotes, <strong>de</strong> Tarso, <strong>de</strong>l<br />
Tolima, <strong>de</strong>l oriente antioqueño y posteriormente<br />
<strong>de</strong> la Asamblea Constituyente <strong>de</strong> Antioquia,<br />
que hacen explícita y responsable la<br />
conciencia <strong>de</strong> que lo público es un asunto <strong>de</strong><br />
todos, y que compete también a la sociedad<br />
civil tomar parte activa en la construcción <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> sus pueblos.<br />
Puedo <strong>de</strong>cir que parte <strong>de</strong>l éxito <strong>de</strong>l proyecto<br />
<strong>de</strong> reconstrucción <strong>de</strong>l Eje Cafetero estuvo<br />
en esa manera <strong>de</strong> hacer partícipe a la ciudadanía<br />
<strong>de</strong> las soluciones, porque así lo reclamaron<br />
los ciudadanos y lo quiso enten<strong>de</strong>r la<br />
dirigencia <strong>de</strong>l Fondo para la Reconstrucción,<br />
entidad <strong>de</strong>legada por el Gobierno central para<br />
esa gran tarea. Es necesario reconocer que<br />
quienes reclamaron en primera instancia y<br />
con mayor contun<strong>de</strong>ncia la participación activa<br />
fueron las comunida<strong>de</strong>s más vulnerables,<br />
las más afectadas, obviamente las más pobres,<br />
que en una hermosa marcha, animada<br />
por los lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong> los alojamientos temporales,<br />
les hicieron saber a las autorida<strong>de</strong>s nacionales<br />
y locales que ellas “se sabían no sólo<br />
parte <strong>de</strong>l problema sino también <strong>de</strong> la solución”,<br />
y reclamaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces partici-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
37
38 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
pación en las <strong>de</strong>cisiones, exigieron subsidios<br />
para los no propietarios, animaron la <strong>de</strong>cisión<br />
<strong>de</strong> una feria inmobiliaria, que entregaba<br />
a cada quien la posibilidad <strong>de</strong> elegir para uso<br />
<strong>de</strong> su subsidio <strong>de</strong> vivienda, el lugar, el tipo, y<br />
el proyecto <strong>de</strong> vivienda en el que quería vivir.<br />
Se construyó entre todos la disposición para<br />
que tanto las inconformida<strong>de</strong>s como las propuestas<br />
tuvieran cauce, fueran escuchadas<br />
y, muchas veces, puestas en práctica, lográndose<br />
así un compromiso cada vez más colectivo,<br />
cada vez más claro <strong>de</strong> las organizaciones<br />
y personas en el proyecto <strong>de</strong> la reconstrucción.<br />
Construir ciudadanía fue el propósito<br />
que se puso en el centro <strong>de</strong> la agenda social<br />
<strong>de</strong> la reconstrucción, y se consi<strong>de</strong>ró que lo<br />
social <strong>de</strong>bía ser la esencia misma <strong>de</strong> la reconstrucción.<br />
La Ruta Pacífica <strong>de</strong> Mujeres y la Iniciativa<br />
<strong>de</strong> Mujeres por la Paz y Contra la Guerra libran<br />
en el país una batalla que se resume en<br />
este llamado a su último encuentro: “Mujeres<br />
<strong>de</strong> todos los colores, <strong>de</strong> todos los tamaños<br />
y con todos los dolores <strong>de</strong> una guerra que no<br />
queremos, que nunca hemos pedido y que sin<br />
embargo nos han impuesto, planteamos propuestas<br />
y estrategias sobre fundamentalismos,<br />
nacionalismos y militarismos; guerra,<br />
<strong>de</strong>sarrollo, feminización <strong>de</strong> la pobreza y ciudadanía<br />
<strong>de</strong> mujeres.”<br />
Pero no sólo los movimientos sociales han<br />
hecho gala <strong>de</strong> nueva condición <strong>de</strong> ciudadanos,<br />
también lo han hecho y <strong>de</strong> manera ejemplar<br />
en muchos casos, las instancias <strong>de</strong> la<br />
Iglesia católica en los últimos tiempos, haciéndose<br />
copartícipe en la <strong>de</strong>liberación y propuestas<br />
<strong>de</strong> la agenda pública, poniendo el <strong>de</strong>do<br />
en la llaga frente a temas <strong>de</strong> muchísima<br />
importancia para Colombia, como lo hace hoy<br />
acompañando los procesos <strong>de</strong> paz, como facilitadores<br />
o mediadores y como lo hizo en la<br />
Septuagésima Asamblea Plenaria <strong>de</strong>l Episcopado<br />
Colombiano <strong>de</strong> la que surge uno <strong>de</strong> los<br />
Y todos sabemos<br />
que sus consignas<br />
no serán palabras al viento<br />
y que esa marcha que han<br />
iniciado, como ellos mismos<br />
lo dijeron, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace 500 años<br />
continuará, porque "tienen más<br />
freno las aguas que van al río".<br />
más claros y contun<strong>de</strong>ntes documentos sobre<br />
la realidad agraria <strong>de</strong>l país. En este documento,<br />
la Iglesia interpela al Gobierno sobre<br />
sus políticas rurales y las garantías por el <strong>de</strong>recho<br />
a la tierra y al territorio, el reconocimiento<br />
y apoyo al campesinado, la protección<br />
a los mercados <strong>de</strong>l campo en las negociaciones<br />
internacionales, el <strong>de</strong>recho a la seguridad<br />
alimentaria, e interpela también a los<br />
grupos armados por el uso <strong>de</strong> la fuerza y la<br />
<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l capital rural.<br />
Éstos son sólo algunos casos, ejemplares,<br />
para nombrar momentos muy cercanos <strong>de</strong><br />
nuestra historia local que tienen origen directo<br />
en movimientos como la Séptima Papeleta<br />
y la Asamblea Constituyente que dio origen<br />
a la Constitución <strong>de</strong> 1991, cuya mayor<br />
virtud es justamente ésa, creer en los seres<br />
humanos, conce<strong>de</strong>rles mayoría <strong>de</strong> edad, reconocerlos<br />
como constituyentes primarios,<br />
hacerlos ciudadanos, sujetos <strong>de</strong> <strong>de</strong>beres y <strong>de</strong>rechos,<br />
miembros actuantes <strong>de</strong> una sociedad<br />
y un Estado, miembros plurales, <strong>de</strong>liberantes,<br />
en ejercicio <strong>de</strong> sus liberta<strong>de</strong>s, pero también<br />
en el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> construir nación, es <strong>de</strong>cir,<br />
<strong>de</strong> construir comunidad <strong>de</strong> sentido, entre<br />
todos.<br />
A pocos se les ocurriría hoy <strong>de</strong>volver a esos<br />
clérigos a sus púlpitos, a las mujeres a las<br />
cocinas <strong>de</strong> sus casas, a los damnificados a<br />
sus cambuches y a los indígenas a sus cha-
gras. <strong>No</strong>s sabemos parte y beneficiarios <strong>de</strong><br />
cada batalla, <strong>de</strong> cada lucha social que se libra<br />
y sabemos que sus logros inci<strong>de</strong>n sobre<br />
la calidad <strong>de</strong> nuestras vidas.<br />
Es por eso que complace ver que hombres<br />
y mujeres <strong>de</strong> todas las eda<strong>de</strong>s, etnias y condiciones<br />
económicas, culturales, sociales y<br />
políticas estén comprometidos con algo que<br />
va mucho más allá <strong>de</strong> su propia vida y dignidad,<br />
porque lo que está puesto en juego es<br />
un nuevo sentido ético y político que habla<br />
<strong>de</strong> la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> esos sujetos, y el resultado<br />
obviamente es su crecimiento. Como todo ejercicio<br />
<strong>de</strong> lo sublime, <strong>de</strong> lo generoso, se <strong>de</strong>vuelve<br />
y engran<strong>de</strong>ce.<br />
Pero eso que parece tan sencillo, que parece<br />
fruto <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s nobles, ha requerido<br />
<strong>de</strong> siglos para su maduración, para consti-<br />
tuirse en un propósito y en un <strong>de</strong>seo que se<br />
instala en el imaginario <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad y<br />
que, por ser novedoso, por ser revolucionario,<br />
no siempre cuenta con las condiciones<br />
políticas o culturales favorables para que se<br />
<strong>de</strong>sarrolle a cabalidad, para que crezca en libertad.<br />
La ciudadanía, esa categoría que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
Grecia antigua se viene construyendo en el<br />
Ágora y que se propone como una categoría<br />
requerida para acce<strong>de</strong>r a la mo<strong>de</strong>rnidad, resume<br />
la evolución <strong>de</strong>l ethos socio-cultural,<br />
entendido éste como el lugar <strong>de</strong> lo simbólico<br />
o el lugar don<strong>de</strong> se construyen y reconstruyen<br />
los imaginarios colectivos- y con ella, la<br />
ética y la política se encuentran en una nueva<br />
relación, más exigente, por ello también<br />
más productiva.<br />
Para que surja el ciudadano ha habido necesidad<br />
<strong>de</strong> que se reconozca al individuo -otra<br />
categoría <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad- ese sujeto fundado<br />
ante todo en su libre albedrío, en su<br />
capacidad para <strong>de</strong>cidir, para proponer. Y ha<br />
tenido que surgir y <strong>de</strong>sarrollarse a la par la<br />
<strong>de</strong>mocracia, ese or<strong>de</strong>n autofundado que permitió<br />
el paso <strong>de</strong> la enajenación popular <strong>de</strong>l<br />
po<strong>de</strong>r o la <strong>de</strong>legación inconsulta a una <strong>de</strong>legación<br />
consciente (la <strong>de</strong>mocracia representativa)<br />
e iniciar el tránsito hacia la participación<br />
activa (la <strong>de</strong>mocracia participativa)<br />
porque, en palabras <strong>de</strong> José Bernardo Toro<br />
“una <strong>de</strong>mocracia requiere ciudadanos, es <strong>de</strong>cir,<br />
sujetos sociales, y políticos, actores que<br />
puedan tomar <strong>de</strong>cisiones sobre su presente y<br />
su futuro, y hacer posible la convivencia pacífica”,<br />
y porque “las personas se hacen sujetos<br />
sociales y políticos cuando son capaces<br />
<strong>de</strong> crear, orientar y controlar organizaciones,<br />
or<strong>de</strong>namientos y relaciones sociales productivas<br />
económica, social y culturalmente”.<br />
Pero mucho antes en la historia fue necesaria<br />
una gran ruptura, la <strong>de</strong> la <strong>de</strong>stitución<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
39
40 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
<strong>de</strong> la religión o <strong>de</strong>l Dios como único referente<br />
<strong>de</strong> moral y <strong>de</strong> ética, y el reconocimiento <strong>de</strong> muchos<br />
nuevos centros <strong>de</strong> la esfera que pusieron<br />
en escena nuevas culturas, nuevos y múltiples<br />
valores, es <strong>de</strong>cir, la conciencia <strong>de</strong> un<br />
mundo inmensamente plural, divergente y<br />
muchas veces contrapuesto al or<strong>de</strong>n y a las<br />
verda<strong>de</strong>s instituidas, “la sociedad <strong>de</strong>scentrada”<br />
la llama Weber, para <strong>de</strong>signar ese largo y<br />
complejo proceso a través <strong>de</strong>l cual lo sagrado<br />
<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser el principio estructurante y totalizador<br />
<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social, su raíz y su fundamento,<br />
para dar paso a la formación <strong>de</strong> una constelación<br />
<strong>de</strong> significaciones y <strong>de</strong> universos<br />
simbólicos diferentes y a veces confrontados.<br />
<strong>No</strong>s sabemos parte<br />
y beneficiarios<br />
<strong>de</strong> cada batalla, <strong>de</strong> cada<br />
lucha social que se libra<br />
y sabemos que sus logros<br />
inci<strong>de</strong>n sobre la calidad<br />
<strong>de</strong> nuestras vidas.<br />
Aparece entonces la urgencia <strong>de</strong> reconocer<br />
y valorar al otro, distinto <strong>de</strong> uno, <strong>de</strong> mirar<br />
con <strong>de</strong>tenimiento y respeto otras maneras sociales<br />
<strong>de</strong> estar en el mundo, <strong>de</strong> refundar los<br />
mitos, <strong>de</strong> reconstruir los pactos que se consi<strong>de</strong>raban<br />
sagrados e intemporales en una ética<br />
civil que conce<strong>de</strong> al ser la capacidad <strong>de</strong><br />
garantizar un minimum ético que le permita<br />
vivir en comunidad y, finalmente, la urgencia<br />
<strong>de</strong> construir nuevas instituciones que dieran<br />
espacio a la expresión <strong>de</strong> las diferencias, garantizando<br />
a través <strong>de</strong> unas normas, unas<br />
leyes y nuevos escenarios la construcción <strong>de</strong><br />
los consensos, la expresión <strong>de</strong> los disensos y<br />
el trámite <strong>de</strong> los conflictos. Se hace necesario<br />
entonces también refundar la política.<br />
En esas nos hallamos en Colombia, tarea<br />
ardua que pocas veces ha encontrado un am-<br />
biente propicio en las élites que aún <strong>de</strong>finen<br />
nuestro <strong>de</strong>stino; pero por fortuna, la fuerza<br />
<strong>de</strong> los pueblos siempre es mayor que la <strong>de</strong> su<br />
dirigencia, que jamás ha querido un pueblo<br />
ilustrado y mucho menos <strong>de</strong>liberante y dueño<br />
<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>cisiones, porque no está en su<br />
conciencia ni siquiera que construir entre todos<br />
una manera <strong>de</strong> vivir juntos es con seguridad<br />
mucho más rentable y más grato para<br />
todos. Pero suce<strong>de</strong> también que los atropellos,<br />
las guerras, las limitaciones que se imponen<br />
<strong>de</strong>satan en el seno <strong>de</strong> los pueblos nuevas<br />
fuerzas, conciencia renovada <strong>de</strong> que el<br />
futuro está en sus manos y no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>legarse.<br />
Frente al proyecto imperante <strong>de</strong> la dirigencia<br />
colombiana, autoritario, castrador,<br />
<strong>de</strong>spectivo <strong>de</strong> sus congéneres y, sobre todo,<br />
enemigo <strong>de</strong> todas las diferencias, se expresa<br />
cada vez con mayor claridad, con mayor autonomía,<br />
con mayor rigor, la ciudadanía.<br />
Si, como dice María Teresa <strong>de</strong> Hincapié, el<br />
ethos cultural “instituye el sentido <strong>de</strong> las acciones<br />
<strong>de</strong> los sujetos, los grupos, las asociaciones,<br />
las clases, los pueblos y las naciones,<br />
y con base en el cual operan las nociones<br />
primigenias <strong>de</strong> lo bueno y lo malo, lo lícito y<br />
lo prohibido, lo posible y lo utópico, perfila<br />
las actitu<strong>de</strong>s frente a lo sagrado y a lo profano,<br />
lo místico, lo mágico, lo trágico, la vida y<br />
la muerte y don<strong>de</strong> se arraiga la moral y la<br />
ética” es igual para todos, la pregunta entonces<br />
es ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> se nutre ese aliento? ¿Por<br />
qué al lado <strong>de</strong> la barbarie, <strong>de</strong>l imperio <strong>de</strong> lo<br />
privado sobre lo público, <strong>de</strong> una política que<br />
favorece los intereses <strong>de</strong> unos pocos sobre los<br />
intereses comunes prospera entonces, y a pesar<br />
<strong>de</strong> todo, esa noción <strong>de</strong> lo público, ese ejercicio<br />
<strong>de</strong> ciudadanía?<br />
Si, como dice Toro, “el Estado es también<br />
factor pedagógico y constructor <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia,<br />
cuando es un Estado ético”, y si los referentes<br />
éticos se construyen con mucha fuerza<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la acción y los discursos <strong>de</strong> quienes
instituyen la ley y representan la autoridad,<br />
y esa autoridad hoy ni respeta ni valora ni<br />
cumple siempre la ley que imparte, ¿qué pue<strong>de</strong><br />
entonces estar pasando con nuestra sociedad<br />
y que pasará con ella en el futuro?<br />
Si algo se ha logrado en los dos años <strong>de</strong>l<br />
presente Gobierno es precisamente <strong>de</strong>construir<br />
ciudadanía generando miedo, <strong>de</strong>sconfianza,<br />
confrontación y nociones equivocadas<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber cívico. Ningún ejemplo más oportuno<br />
para <strong>de</strong>cir que no es promoción <strong>de</strong> ciudadanía<br />
que la política pública <strong>de</strong> hacer <strong>de</strong> un<br />
millón <strong>de</strong> congéneres <strong>de</strong>latores, informantes<br />
pagados por señalar, sin ningún compromiso,<br />
pagados como cualquier mercenario. En<br />
el alma <strong>de</strong>l estatuto ciudadano está contribuir,<br />
como <strong>de</strong>ber y como <strong>de</strong>recho al mantenimiento<br />
<strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n y unos principios pactados por<br />
todos, si se quiere, advirtiendo y <strong>de</strong>nunciando<br />
con valor civil y sin interés económico lo<br />
que no conviene a un sujeto o al conjunto <strong>de</strong><br />
la comunidad. Deconstruir ciudadanía es señalar<br />
<strong>de</strong> terroristas a quienes piensan distinto;<br />
instituir en enemigos a quienes reclaman<br />
sus <strong>de</strong>rechos; <strong>de</strong>tener arbitrariamente a quienes<br />
se asocian para disentir; contraponer o<br />
<strong>de</strong>liberar asuntos <strong>de</strong> interés común; hacer<br />
señalamientos públicos y privados a las organizaciones<br />
y movimientos <strong>de</strong> la sociedad civil<br />
y partidos políticos que se congregan para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<br />
los <strong>de</strong>rechos adquiridos en su Carta<br />
Constitucional y el cumplimiento <strong>de</strong> pactos internacionales<br />
adoptados por la nación. Contribuyen<br />
a reducir los ámbitos <strong>de</strong> la ciudadanía<br />
los silencios <strong>de</strong>l Gobierno y <strong>de</strong>l Estado<br />
frente a los asesinatos selectivos <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>res<br />
campesinos, sindicales, indígenas, mujeres; se<br />
constituyen en una esfera <strong>de</strong>l miedo creada<br />
en el mundo por los gran<strong>de</strong>s po<strong>de</strong>res para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<br />
los privilegios adquiridos frente a ese<br />
reclamo legítimo <strong>de</strong> construir otro mundo en<br />
el que quepamos todos.<br />
Pero algo hay en el ser que lo lleva a ser<br />
corresponsable con sus congéneres, con el<br />
mundo que habita; como dice Humberto Eco:<br />
“La ética aparece cuando el otro entra en escena”.<br />
Algo hay en la cultura que nos permite<br />
sentirnos corresponsables <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino propio<br />
y <strong>de</strong>l <strong>de</strong> nuestros hermanos. Y algo viene <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la Constitución <strong>de</strong>l 91 para acá que ha<br />
calado en el alma <strong>de</strong> los pueblos, que no va<br />
ser posible <strong>de</strong>rrotar a pesar <strong>de</strong> lo señalamientos,<br />
a pesar <strong>de</strong> las amenazas, a pesar <strong>de</strong> la<br />
ruptura <strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s sociales activas por la<br />
vía <strong>de</strong> los asesinatos, <strong>de</strong> las <strong>de</strong>tenciones, <strong>de</strong><br />
las expropiaciones y <strong>de</strong>stierros, y precisamente<br />
por ello. Y porque a pesar <strong>de</strong> lo difícil que<br />
pueda ser actuar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las máximas <strong>de</strong>l<br />
pensamiento racional, como <strong>de</strong>cía Kant “pensar<br />
por sí mismo, pensar en el lugar <strong>de</strong>l otro<br />
y ser consecuente”, es necesario confiar en el<br />
progreso <strong>de</strong> la humanidad porque los hombres<br />
son más heroicos, audaces y creadores<br />
cuando luchan por un i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> justicia y libertad<br />
que cuando <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n intereses mezquinos<br />
y privilegios adquiridos.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
41
Filosofía indígena<br />
Declaración sobre<br />
<strong>de</strong>rechos colectivos<br />
y el conocimiento <strong>de</strong> los pueblos indígenas *<br />
Efrén Félix Tarapués Cuaical 1<br />
Los tratados son reglas <strong>de</strong> juego trazados<br />
por hombres. Para los pueblos indígenas<br />
<strong>de</strong> América el <strong>de</strong>recho no nace <strong>de</strong> las<br />
relaciones entre los seres humanos solamente,<br />
nace <strong>de</strong> la relación con la Madre<br />
Tierra y con la comunidad <strong>de</strong> los seres vivos<br />
que la habitamos. Tierra que, como<br />
ser viviente, forma parte <strong>de</strong> una pequeña<br />
comunidad <strong>de</strong> cuerpos celestes que en torno<br />
<strong>de</strong>l sol existe en un perdido rincón <strong>de</strong><br />
la galaxia. Por eso, para nosotros existe<br />
una ley, la Ley <strong>de</strong> Origen, que rige nuestra<br />
vida y nos hace hermanos <strong>de</strong>l agua, <strong>de</strong>l<br />
viento, <strong>de</strong> la tierra, <strong>de</strong> las plantas, los animales,<br />
<strong>de</strong> la noche y <strong>de</strong> la luz; nadie pue<strong>de</strong><br />
para nosotros proclamar un <strong>de</strong>recho<br />
que vulnere esa ley. Ley que no se encuentra<br />
en ningún libro, sino que guardada en<br />
la memoria primordial <strong>de</strong> nuestros mayores<br />
se encuentra en calendarios solares y<br />
lunares conforme a los cuales se or<strong>de</strong>naron<br />
territorios, conocimientos y prácticas<br />
sociales. Es <strong>de</strong>cir, que construimos culturas<br />
y lenguajes atados a una cosmovision<br />
que <strong>de</strong>scifra los ciclos (gran<strong>de</strong>s y pequeños)<br />
que marcan el origen y la reproducción<br />
<strong>de</strong> todas las formas <strong>de</strong> vida. Todas<br />
1 Honorable Senador indígena <strong>de</strong> Colombia.<br />
*Este documento fue presentado a la IV Ronda <strong>de</strong> Negociaciones <strong>de</strong>l Tratado <strong>de</strong> Libre Comercio, TLC, en la ciudad <strong>de</strong> San Juan, Puerto Rico.
Vuelven la Tierra mercancía<br />
que se compra y que se ven<strong>de</strong>,<br />
olvidan nuestro origen como seres<br />
vivos, nos separan <strong>de</strong>l cosmos y <strong>de</strong><br />
los espíritus invisibles que habitan<br />
en páramos, bosques, humedales<br />
y salados.<br />
nuestras culturas ancestrales, con variantes<br />
productos <strong>de</strong> su diversa localización geográfica,<br />
cumplen esa ley, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>riva que<br />
nosotros, los pueblos indígenas <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l sur-occi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Colombia, llamamos Derecho<br />
Mayor.<br />
De igual manera, taínos, aruacos y caribes<br />
arraigados profundamente en su universo<br />
natural crearon Puerto Rico antes <strong>de</strong> los<br />
<strong>de</strong>scubrimientos, antes que otros profanaran<br />
el territorio sagrado <strong>de</strong> “Nuestra América”<br />
como la llamó el poeta cubano José Martí.<br />
Sabemos que los indios <strong>de</strong> esta tierra, muy<br />
pronto en 1511, resistieron y protestaron por<br />
esa profanación; testimonio <strong>de</strong> ello es la lucha<br />
<strong>de</strong>l indio Guariney. Por eso es bueno que<br />
hoy, cinco siglos <strong>de</strong>spués, <strong>de</strong>spierte su palabra,<br />
para que todos los hombres y mujeres<br />
<strong>de</strong> esta isla maravillosa la hagan mestiza y<br />
vuelvan a proclamar la Ley <strong>de</strong> Origen para<br />
proteger la vida.<br />
Las convenciones y tratados que rigen los<br />
intercambios <strong>de</strong> productos <strong>de</strong> la tierra para<br />
ampliar el “mercado libre” <strong>de</strong>sconocen y se<br />
apartan <strong>de</strong> la relación vital <strong>de</strong> nuestros pueblos<br />
con la tierra, con el agua, con las especies<br />
<strong>de</strong> fauna y flora, con el viento, con la luna,<br />
con el sol. Vuelven la Tierra mercancía que<br />
se compra y que se ven<strong>de</strong>, olvidan nuestro<br />
origen como seres vivos, nos separan <strong>de</strong>l cosmos<br />
y <strong>de</strong> los espíritus invisibles que habitan<br />
en páramos, bosques, humedales y salados,<br />
lugares que para nuestros ancestros son y<br />
seguirán siendo sagrados. Se rompe la her-<br />
mandad entre el hombre y la naturaleza, por<br />
eso cuando se ven<strong>de</strong>n las especies y se crean<br />
<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> propiedad privada sobre ellas se<br />
socava la unidad <strong>de</strong> lo diverso; es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>l<br />
universo, <strong>de</strong> la trama que le da vida a la vida.<br />
Por todo lo anterior hago una pregunta:<br />
¿Hasta dón<strong>de</strong> llega nuestra libertad <strong>de</strong> comerciar<br />
con la trama <strong>de</strong> la vida a través <strong>de</strong> tratados?<br />
Poner precio y propiedad a la vida es<br />
reducirla y fragmentarla, es mirar sólo su<br />
valor <strong>de</strong> cambio ignorando su esencia<br />
invaluable. Poner precio al maíz por toneladas<br />
es reducir este alimento a las especies<br />
comerciales que ya tienen patentes <strong>de</strong> propiedad<br />
<strong>de</strong> multinacionales, <strong>de</strong> paso <strong>de</strong>saparecen<br />
varieda<strong>de</strong>s y semillas nativas, es <strong>de</strong>cir,<br />
que se empobrece la diversidad. <strong>No</strong>s con<strong>de</strong>nan<br />
a pa<strong>de</strong>cer las penurias <strong>de</strong>l monocultivo y<br />
el monopolio y con ello nos con<strong>de</strong>nan al sometimiento,<br />
la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y la indignidad.<br />
Nuestras culturas, lenguas y conocimientos,<br />
por esa vía, poco a poco quedan <strong>de</strong>rogados<br />
y así nos quitan el <strong>de</strong>recho a nombrar y<br />
or<strong>de</strong>nar nuestros territorios y nuestras relaciones<br />
<strong>de</strong> intercambio con base en la reciprocidad<br />
y la solidaridad. Empobrecimiento es<br />
la palabra que mejor <strong>de</strong>fine el resultado <strong>de</strong>l<br />
“mercado libre” que tenemos hoy, divorciado<br />
<strong>de</strong> los intercambios orgánicos que sustentan<br />
la vida y la rica diversidad que aún tenemos,<br />
a pesar <strong>de</strong> mutaciones genéticas que con sus<br />
inventos producen quienes por su <strong>de</strong>smedida<br />
ambición quieren dominar y profanar la<br />
tierra a costa <strong>de</strong> la vida.<br />
Veamos si no qué ha sucedido con las Plantas<br />
Sagradas <strong>de</strong> los indios <strong>de</strong> América, la coca,<br />
el tabaco. Sabemos que han sido <strong>de</strong>sintegradas<br />
y alteradas para aislar sustancias promisorias<br />
por su valor <strong>de</strong> uso, aunque por <strong>de</strong>sgracia,<br />
pronto comerciantes muy agudos<br />
<strong>de</strong>scubrieron que como esas substancias eran<br />
adictivas podían configurar un conglomerado<br />
<strong>de</strong> consumidores cautivos y con ellos un<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
43
44 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Poner precio y propiedad a la vida<br />
es reducirla y fragmentarla, es<br />
mirar sólo su valor <strong>de</strong> cambio.<br />
mercado seguro aunque “nocivo para la salud”.<br />
Y ya sabemos el costo en vidas, guerras<br />
y sufrimientos que por esa profanación nos<br />
ha tocado pagar. Claro está que no son las<br />
plantas sagradas las causantes <strong>de</strong>l mal, es<br />
su profanación y abuso el que se ha vuelto<br />
contra la sociedad, porque toda acción contra<br />
la Madre Tierra es tar<strong>de</strong> o temprano reclamada<br />
por ella.<br />
El mercado y las innovaciones hicieron que<br />
plantas usadas por culturas nativas para<br />
curar el mundo fueran transformadas en fuente<br />
<strong>de</strong> conflictos y enfermeda<strong>de</strong>s que afectan<br />
hoy a la humanidad. El mercado <strong>de</strong> licores, <strong>de</strong><br />
cigarrillos y <strong>de</strong> cocaína ha llevado a muchos<br />
campesinos e indígenas a participar para po<strong>de</strong>r<br />
sobrevivir, en la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la naturaleza<br />
mediante el cultivo extensivo (no tradicional)<br />
<strong>de</strong> la coca en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> las selvas y<br />
los ecosistemas. La hoja <strong>de</strong> coca transformada<br />
en cocaína en laboratorios clan<strong>de</strong>stinos<br />
circula por seguros mercados y se ha vuelto<br />
seria amenaza para las frágiles <strong>de</strong>mocracias,<br />
genera múltiples formas <strong>de</strong> violencia y su propagado<br />
consumo amenaza sobre todo a los<br />
jóvenes <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s opulentas.<br />
Un mercado sin consi<strong>de</strong>ración por la vida<br />
elimina el valor ético, estético y <strong>de</strong> conocimiento<br />
que ha emanado <strong>de</strong> una larga interacción<br />
<strong>de</strong>l hombre con la naturaleza. El afán <strong>de</strong>smesurado<br />
por la riqueza ha eliminado la integridad<br />
<strong>de</strong> los valores. Historia que comenzó con<br />
el <strong>de</strong>scubrimiento; el oro, por ejemplo, fue reducido<br />
a su precio en el mercado sin importar<br />
el significado sagrado que lo vinculaba con<br />
el sol, fuente <strong>de</strong> la vida; ornamentos y esculturas<br />
<strong>de</strong> oro para el culto fueron fundidas y<br />
convertidas en lingotes. Esta profanación con-<br />
tinúa en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> las montañas, <strong>de</strong> los<br />
ríos y las culturas nativas que en esos parajes<br />
habitan.<br />
Frente al <strong>de</strong>bate sobre los <strong>de</strong>rechos y en<br />
particular sobre los <strong>de</strong> propiedad intelectual<br />
<strong>de</strong> los pueblos indígenas, proclamamos nuestra<br />
Ley <strong>de</strong> Origen y en consecuencia, proclamamos<br />
el <strong>de</strong>recho a que no sean objeto <strong>de</strong><br />
comercio el saber colectivo asociado a la biodiversidad<br />
y la tierra que les dio nacimiento.<br />
Nuestro saber que se origina en la tierra y en<br />
nuestra concepción <strong>de</strong> lo sagrado no tiene<br />
precio, no estamos en condiciones <strong>de</strong> ponerle<br />
precio y <strong>de</strong> someterlo al mercado a riesgo <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>svanecerlo y profanar su valor. ¿Qué precio<br />
pue<strong>de</strong> tener el soplo, el rezo o la danza <strong>de</strong><br />
un chamán cuando ofrece yagé para curar el<br />
mundo armonizándolo con el cosmos? ¿Qué<br />
precio pue<strong>de</strong> tener un ritual <strong>de</strong> curación espiritual<br />
a través <strong>de</strong> plantas sagradas como el<br />
yopo, el yagé, el peyote? Cualquier <strong>de</strong>recho<br />
<strong>de</strong> propiedad sobre un saber ancestral, nos<br />
pone en <strong>de</strong>sventaja y en peligro <strong>de</strong> per<strong>de</strong>rlo<br />
en los intríngulis <strong>de</strong> las leyes nacionales e internacionales.<br />
Proclamamos el <strong>de</strong>recho al intercambio <strong>de</strong><br />
saberes para la vida, para proteger los <strong>de</strong>rechos<br />
colectivos y <strong>de</strong>l ambiente <strong>de</strong> todos los<br />
pueblos <strong>de</strong>l mundo; para que el reconocimiento<br />
<strong>de</strong> la diversidad natural y cultural se materialice<br />
en la protección <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> todas las<br />
especies, <strong>de</strong>l paisaje y su belleza escénica. El<br />
planeta que hemos heredado, <strong>de</strong>bemos entregarlo<br />
a las nuevas generaciones mejor <strong>de</strong> como<br />
lo hemos recibido. Como el hombre blanco y<br />
sus leyes exigen tratados, proclamamos la<br />
necesidad <strong>de</strong> un tratado que respete los saberes<br />
y territorios tradicionales <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s<br />
raizales: negras, campesinas e indígenas.<br />
Un tratado que no permita la comercialización<br />
<strong>de</strong>l saber colectivo y que promueva el intercambio<br />
que nos haga mejores a todos sin <strong>de</strong>trimento<br />
<strong>de</strong> la naturaleza y su diversidad.
Carta a los<br />
“Hombres atados <strong>de</strong> sus manos y sus pies<br />
estaban encerrados en una caverna. <strong>No</strong> tenían<br />
conocimiento <strong>de</strong>l mundo exterior, no<br />
sabían <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> venían, no sabían a dón<strong>de</strong><br />
iban. Sólo veían unas pequeñas sombras, reflejadas<br />
por un fuego a sus espaldas, las cuales<br />
eran para ellos la realidad”. Este Mito <strong>de</strong><br />
la Caverna, <strong>de</strong> Platón, ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser un<br />
mito. La sociedad en la que vivimos se ha convertido<br />
en nuestra propia caverna, estamos<br />
amarrados por los paradigmas, por las reglas,<br />
los esquemas, el miedo y la misma ignorancia.<br />
Las distracciones como la moda, el qué<br />
dirán y la manipulación <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación<br />
son nuestras sombras.<br />
¿Será que ansiamos salir <strong>de</strong> esa caverna?<br />
<strong>No</strong> lo sé. Tampoco sé si nos hemos dado cuanta<br />
<strong>de</strong> que hay una puerta, si nos hemos percatado<br />
<strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> un mundo exterior,<br />
<strong>de</strong> un mundo sin máscaras y sin disfraces.<br />
Los sueños han pasado a ocupar otro lugar.<br />
Nacemos y somos educados para triunfar, pero<br />
el mismo afán por vivir nos hace olvidar lo que<br />
verda<strong>de</strong>ramente importa. Olvidamos entonces<br />
la magia <strong>de</strong> una sonrisa, el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> una palabra<br />
y la importancia <strong>de</strong> un acto. Olvidamos<br />
por qué estamos aquí, olvidamos quiénes somos<br />
y para dón<strong>de</strong> vamos.<br />
Somos jóvenes. Para muchos somos el futuro,<br />
pero ellos están un poco equivocados. <strong>No</strong><br />
somos sólo el futuro, somos el presente, somos<br />
el ahora y estamos perdiendo mucho tiempo<br />
jóvenes ´<br />
1 Discurso <strong>de</strong> una estudiante <strong>de</strong> bachillerato el día <strong>de</strong> su graduación. Colegio Inglés <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, Cali.<br />
Nathalie Olano D. 1<br />
mientras esperamos por los días que vendrán.<br />
Precisamente nuestra misión es enten<strong>de</strong>r que<br />
el futuro está en nuestras manos, pero es algo<br />
que <strong>de</strong>bemos sembrar día a día, que <strong>de</strong>bemos<br />
construir con amor, con convicción, con alegría,<br />
con disciplina y voluntad para po<strong>de</strong>r cosechar<br />
<strong>de</strong>spués buenos frutos.<br />
Compañeros, aquí nos han <strong>de</strong>jado en esta<br />
ocasión, ésta es la primera estación <strong>de</strong>l tren.<br />
<strong>No</strong> olvi<strong>de</strong>mos nunca que los héroes no son<br />
sólo aquellos que reposan en los libros <strong>de</strong> la<br />
mitología. Héroe es todo aquel que en la odisea<br />
<strong>de</strong> la vida diaria, lucha contra los cíclopes<br />
<strong>de</strong> la indiferencia, <strong>de</strong>l pesimismo y <strong>de</strong> la rebeldía.<br />
Lucha por ser él mismo en una sociedad<br />
en la que muchas veces no encaja. Pero<br />
ésa es su prueba, ésa es su misión. Vayamos<br />
a don<strong>de</strong> vayamos, no olvi<strong>de</strong>mos el puerto <strong>de</strong>l<br />
que partimos, no olvi<strong>de</strong>mos a quiénes nutrieron<br />
nuestro ser, a quienes permitieron que<br />
nuestras raíces se fortalecieran y que diéramos<br />
los mejores frutos.<br />
Seamos jóvenes, jóvenes sin importar la<br />
edad o las circunstancias. Jóvenes empren<strong>de</strong>dores<br />
que se <strong>de</strong>stacan por la lucha continua,<br />
por la perseverancia y el entusiasmo que<br />
ponemos a las cosas. Pase lo que pase, no<br />
permitamos que nos digan que nuestros sueños<br />
son gran<strong>de</strong>s o chicos. Sólo luchemos por<br />
ellos. Porque es entonces, cuando soñamos y<br />
tomamos riesgos que marcamos la diferencia,<br />
y que le damos sentido a lo que somos y<br />
hacemos.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
Muere<br />
un gran<strong>de</strong><br />
Jacques Derrida da la impresión <strong>de</strong> nunca<br />
haberse sentido a sus anchas en un papel<br />
simple. De mil maneras transformó en problemas<br />
lo que aparecía dado y sin dificultad.<br />
Con él, nada resultaba tan evi<strong>de</strong>nte como<br />
uno lo podía creer o lo pretendía <strong>de</strong>cir. Detrás<br />
<strong>de</strong> nuestros hábitos, nuestras referencias<br />
y criterios más arraigados, se empeñó en<br />
hallar hipótesis <strong>de</strong>sapercibidas y presupuestos<br />
por interrogar. Siempre, a sus ojos, se requería<br />
más cuidado, más tiempo, más matices...<br />
y más pru<strong>de</strong>ncia, paciencia, osadía y<br />
apertura <strong>de</strong> espíritu <strong>de</strong> lo que disponía nuestra<br />
época. Filósofo, quiso mirar la filosofía<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera y cuestionarla sin complacencia.<br />
Escritor, nunca <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> injertar relato y<br />
concepto, <strong>de</strong> labrarlos, fecundarlos uno por<br />
otro. Profesor, interrogaba constantemente las<br />
instituciones <strong>de</strong> enseñanza y escrutaba el<br />
sentido tanto <strong>de</strong> la universidad como <strong>de</strong> la<br />
educación. Ciudadano, ha sido militante a su<br />
manera, criticando al tiempo las certezas <strong>de</strong><br />
las <strong>de</strong>mocracias actuales. ¿La razón <strong>de</strong> todas<br />
esas sutilezas? Para nada ansia <strong>de</strong> complicación<br />
sino una preocupación por preservar el<br />
Roger-Pol Droit 1<br />
porvenir. Jacques Derrida quería que se <strong>de</strong>jara<br />
<strong>de</strong> creer que todas las preguntas estaban<br />
resueltas, todas las palabras previstas o<br />
previsibles, todos los regímenes políticos vislumbrados.<br />
El eje principal <strong>de</strong> su obra: abrir el campo<br />
para la eventualidad <strong>de</strong> otro sentido, para algo<br />
inaudito. Reservar la posibilidad <strong>de</strong> un tiempo,<br />
<strong>de</strong> una escritura, <strong>de</strong> una forma <strong>de</strong> saber o<br />
<strong>de</strong> sensibilidad para los cuales no habría,<br />
hasta la fecha, mo<strong>de</strong>lo alguno. Empeñarse,<br />
para ello, en aflojar las evi<strong>de</strong>ncias antiguas,<br />
esmerarse a volver a introducir un juego en<br />
las construcciones existentes –<strong>de</strong> la metafísica<br />
a la lógica, <strong>de</strong> la psicología a la política- para<br />
que el futuro no que<strong>de</strong> cerrado <strong>de</strong> antemano.<br />
En una época en que las diversida<strong>de</strong>s tien<strong>de</strong>n<br />
a <strong>de</strong>saparecer, en que el mundo parece “sin<br />
afuera” y cada vez más carente <strong>de</strong> alternativas,<br />
su constante voluntad <strong>de</strong> propiciar un<br />
“lugar otro” pue<strong>de</strong> dar cuenta <strong>de</strong> su paradójico<br />
éxito: obra súperelitista, prestigio mundial.<br />
De no ser así, no podríamos enten<strong>de</strong>r cómo<br />
una prosa tan compleja, tan exigente y hasta<br />
oscura a veces haya podido suscitar en el<br />
1 Extractos <strong>de</strong>l artículo aparecido en Le Mon<strong>de</strong> el 12 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2004 a raíz <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Jacques Derrida. Traducción: Tania Roelens.
mundo entero semejante fervor. Sin duda<br />
existen múltiples respuestas. Entre otras, el<br />
entusiasmo <strong>de</strong> los literatos norteamericanos<br />
(los filósofos anglosajones puros y duros resistieron),<br />
la supuesta posibilidad <strong>de</strong> aplicar<br />
un “método Derrida” en campos muy diversos,<br />
la fecundidad <strong>de</strong>l autor (no menos <strong>de</strong> unos<br />
50 libros publicados en 35 años), su carisma<br />
personal, la diversidad <strong>de</strong> los campos abordados,<br />
atravesados o puestos en relación (<strong>de</strong><br />
la poesía a la fotografía, <strong>de</strong>l psicoanálisis al<br />
estatuto <strong>de</strong> la universidad, <strong>de</strong> Europa a la<br />
diferencia <strong>de</strong> sexos, entre muchos más); todo<br />
esto contribuyó sin duda a su gloria. Pero no<br />
<strong>de</strong>jan <strong>de</strong> ser elementos exteriores a su obra.<br />
De manera más radical y más profunda, hubo<br />
en Derrida un gesto, un llamado, una espera<br />
que sensibilizaron su época. Se esforzó en<br />
volver a dar una oportunidad al porvenir, en<br />
estar pendiente <strong>de</strong> lo imprevisible.<br />
He aquí por qué, en unos veinte años, entre<br />
1970 y 1990, Derrida terminó por encarnar<br />
casi para el mundo entero la figura <strong>de</strong>l filósofo,<br />
incluso a los ojos <strong>de</strong> los que no habían leído<br />
una sola línea <strong>de</strong> su obra, <strong>de</strong> India a Estados<br />
Unidos, <strong>de</strong> América Latina a Corea <strong>de</strong>l Sur,<br />
Nadie sabrá a partir <strong>de</strong> qué secreto escribo.<br />
Jacques Derrida<br />
<strong>de</strong> los países bálticos a África. En los últimos<br />
años, su aura se volvió aun más amplia. Hemos<br />
visto florecer novelas, hasta películas, en<br />
las que Derrida o algún pensador que se le<br />
parece singularmente, es el protagonista. Una<br />
nebulosa <strong>de</strong> sitios Internet se <strong>de</strong>dica a su obra<br />
o, a veces, sólo a su imagen (una foto, algunos<br />
apartes <strong>de</strong> textos). En una palabra, el pensador<br />
difícil se volvió una especie <strong>de</strong> estrella.<br />
Dos series <strong>de</strong> tres libros lo hacen reconocer<br />
como un filósofo singularmente original.<br />
En 1967, La voz y el fenómeno, De la gramatología,<br />
y La escritura y la diferencia. En 1972,<br />
Posiciones, Márgenes <strong>de</strong> la filosofía y La diseminación.<br />
Lo principal <strong>de</strong>l “programa” <strong>de</strong><br />
Derrida, <strong>de</strong> sus tesis y <strong>de</strong> su estilo <strong>de</strong> intervención<br />
ya es entonces conocido.<br />
A pesar <strong>de</strong> su extraordinario éxito, Derrida<br />
nunca suscitó unanimidad en torno a su nombre.<br />
En Francia estuvo apartado <strong>de</strong> los altos<br />
honores y cargos universitarios: ni la Sorbona,<br />
ni el Colegio <strong>de</strong> Francia lo nombraron. En el<br />
mundo anglosajón en el que su prestigio es el<br />
más fuerte, no carece <strong>de</strong> adversarios tenaces<br />
que consi<strong>de</strong>ran su obra como un galimatías<br />
y su pensamiento como una impostura. En<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
47
48 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
1991, cuando la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Cambridge<br />
propuso entregarle un doctorado honoris causa,<br />
se promovió una petición para impedirlo.<br />
La última década antes <strong>de</strong> su <strong>de</strong>saparición<br />
marca el tiempo <strong>de</strong> los retornos. Permanece<br />
más en Francia y, en todo caso se vuelve más<br />
visible. Se <strong>de</strong>ja invitar por la televisión <strong>de</strong> vez<br />
en cuando o por los periódicos, a pesar <strong>de</strong> su<br />
<strong>de</strong>sconfianza en el “simplismo periodístico”.<br />
Tal vez se trata también <strong>de</strong> un retorno a las<br />
cuestiones <strong>de</strong> lo político lo que prevalece en<br />
estos últimos años y probablemente nunca<br />
<strong>de</strong>sertó <strong>de</strong> la escena francesa ni <strong>de</strong> las luchas<br />
políticas. Miembro <strong>de</strong> la Asociación Jan Hus<br />
que ayudaba a los intelectuales checos disi<strong>de</strong>ntes,<br />
lo <strong>de</strong>tuvieron en Praga en 1981, inculpado<br />
<strong>de</strong> “producción y tráfico <strong>de</strong> drogas”<br />
(!) y finalmente liberado.<br />
A pesar <strong>de</strong> su extraordinario<br />
éxito, Derrida nunca suscitó<br />
unanimidad en torno a su<br />
nombre. En Francia estuvo<br />
apartado <strong>de</strong> los altos honores<br />
y cargos universitarios:<br />
ni la Sorbona, ni el Colegio<br />
<strong>de</strong> Francia lo nombraron.<br />
El giro político <strong>de</strong> sus intervenciones se<br />
vuelve sin embargo más explícito y más sostenido<br />
durante los últimos años. Con Espectros<br />
<strong>de</strong> Marx, subtitulado El estado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda,<br />
el trabajo <strong>de</strong> duelo y la nueva internacional,<br />
<strong>de</strong>dicado a Chris Hani, un héroe <strong>de</strong> la lucha<br />
contra el apartheid asesinado por ser comunista,<br />
Derrida parece reanudar según el modo<br />
nostálgico con las esperanzas que animaron<br />
los siglos XIX y XX antes <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>sviadas. Se<br />
interroga esencialmente en este libro sobre<br />
“el cadáver <strong>de</strong> lo político”, cuyos rasgos constitutivos<br />
estarían en vía <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecer. Esta<br />
reflexión se prolonga en Marx and sons, en<br />
que el pensador respon<strong>de</strong> a las discusiones<br />
abiertas por Espectros <strong>de</strong> Marx. Se encuentran<br />
las mismas preocupaciones políticas en<br />
su conversación publicada con Elisabeth<br />
Roudinesco, De quoi <strong>de</strong>main... así como en dos<br />
libros en que aborda el mundo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />
11 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> una manera muy hostil<br />
a la política americana, Voyous y Philosophy<br />
in the Time of Terror.<br />
Esta reseña da una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la amplitud y<br />
la diversidad <strong>de</strong> las intervenciones <strong>de</strong> Jacques<br />
Derrida. Queda, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, lejos <strong>de</strong> abarcarlas<br />
todas. Tampoco <strong>de</strong>jó él <strong>de</strong> empeñarse<br />
en no po<strong>de</strong>r ser resumido. A sus ojos, al fin y<br />
al cabo, no <strong>de</strong>jarse encerrar en una sola <strong>de</strong>finición,<br />
una sola pregunta, un solo propósito<br />
era la misma cosa que preservar un porvenir.<br />
¿Los espíritus <strong>de</strong> mañana se reclamarán <strong>de</strong><br />
su pensamiento?
Mítica polifonía<br />
y <strong>de</strong>l pensar<br />
<strong>de</strong>l ser<br />
Jacob Jordaens, Los cuatro evangelistas<br />
Carlos Eduardo Satizábal 1<br />
Qué sea el ser para el pensar se ha querido<br />
agotar en los campos <strong>de</strong> la palabra, cual si<br />
la palabra fuera el don axial <strong>de</strong> los dones humanos.<br />
Así, algunas tristes mitologías contemporáneas<br />
al querer explicar el fundamento<br />
<strong>de</strong> lo humano imaginan que resi<strong>de</strong> sólo en<br />
la palabra, y argumentan que la asunción <strong>de</strong><br />
cada individuo al lenguaje humano y a la ley<br />
social <strong>de</strong> la cultura que le corona <strong>de</strong> símbolos<br />
y ritos para el goce <strong>de</strong> la vida en comunidad<br />
está fundada en la palabra <strong>de</strong>l padre. En ello<br />
esta pobre mitología sólo parece hacer eco <strong>de</strong><br />
la interpretación temprana <strong>de</strong>l logos heraclíteo<br />
creada por el joven cristianismo: el ser es en<br />
tanto el verbo <strong>de</strong>l Dios Padre se hizo carne.<br />
Para otear en aquellos campos que la palabra<br />
no alcanza a tocar con su voz, como aquellos<br />
diamantes <strong>de</strong> lenguaje y sentido que sólo<br />
con el gesto o con el canto o con los juegos suntuosos<br />
y ciegos <strong>de</strong> la luz se revelan, partamos<br />
aquí <strong>de</strong> una variación <strong>de</strong>l mito cristiano: la exigencia<br />
teológica <strong>de</strong> la omniscientia divina.<br />
1 Ensayista, actor, dramaturgo y director teatral en la Corporación Colombiana<br />
<strong>de</strong> Teatro. Hace diez años fundó y dirige con Patricia Ariza el grupo<br />
Rapsoda Teatro.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
50 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Con vastedad alucinada los padres teólogos<br />
han argumentado ese rasgo esencial <strong>de</strong> la<br />
divinidad, sugiriéndonos con él que al lenguaje<br />
<strong>de</strong> Dios no le es suficiente la palabra, que el<br />
lenguaje divino es más vasto, abarcador e inexplicable<br />
que el mero verbo humano: el lenguaje<br />
<strong>de</strong> la divinidad es imaginable sólo como un<br />
cierto lenguaje total o polifónico, tan plural y<br />
diverso como el ser, tan múltiple y proteico<br />
como parecemos hoy <strong>de</strong>sear el gran espectáculo<br />
teatral y musical y luminoso. De este lenguaje<br />
absoluto <strong>de</strong> Dios sólo unas pocas y<br />
torpes trazas se nos han concedido a los humanos.<br />
Esos <strong>de</strong>tritus son lo que llamamos<br />
nuestros sentidos: la voz, el oído, el tacto, el<br />
olfato, la visión en la luz, la intuición en la<br />
oscuridad iluminada, la imaginación...<br />
Así, si guardamos huellas <strong>de</strong> una arcana<br />
polifonía <strong>de</strong> lenguajes, ¿por qué <strong>de</strong> todos ellos<br />
la voz y su palabra se han entronizado como<br />
el fundamento <strong>de</strong> nuestro precario ser? Y si<br />
aún la misma voz pue<strong>de</strong> gemir y silbar y musitar<br />
e imitar el canto animal o simplemente<br />
callar guardando para sí algo semejante al<br />
silencio, ¿por qué sólo la palabra viene entre<br />
nosotros a erigirse en el fundamento <strong>de</strong>l ser y<br />
en el modo puro <strong>de</strong> expresión <strong>de</strong>l pensar?<br />
¿Qué hay en ella <strong>de</strong> principal o <strong>de</strong> esencial y<br />
único o <strong>de</strong> origen para las <strong>de</strong>más trazas <strong>de</strong><br />
lenguaje que nos dan gozo, para que ella gane<br />
ese elevado horizonte, y su trono nos lleve a<br />
olvidarnos <strong>de</strong>l lenguaje <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> los<br />
cuerpos y <strong>de</strong> la luz o <strong>de</strong>l pensamiento musical,<br />
al momento <strong>de</strong> pensar la rara puerta por<br />
la cual nos hundimos los humanos en el ser?<br />
¿En qué se fundan los mo<strong>de</strong>rnos y los antiguos<br />
intérpretes <strong>de</strong>l logos para afirmar que<br />
advenimos al ser sólo en la palabra? ¿Será<br />
acaso que sólo lo repiten para no caer a los<br />
abismos <strong>de</strong> quien abandona el antiguo mandamiento:<br />
magister dixit ? ¿O para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<br />
la promesa y maldición <strong>de</strong> que somos la raza<br />
humana, y en especial los hijos <strong>de</strong> Yahvé, los<br />
Las inaugurales maldiciones<br />
<strong>de</strong> Jahvé Dios causaron<br />
a la humanidad dolorosas<br />
mermas <strong>de</strong> la potencia<br />
<strong>de</strong> actuar, <strong>de</strong> crear, <strong>de</strong> pensar<br />
y <strong>de</strong> entrar en relación.<br />
únicos here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la tierra, por ser la única<br />
especie <strong>de</strong> la creación que conoce el secreto<br />
<strong>de</strong>l logos, el mito <strong>de</strong>l verbo hecho carne?<br />
San Agustín, siendo él mismo otro filósofo<br />
<strong>de</strong>l logos cristiano, afirmó en sus Confesiones<br />
que la naturaleza <strong>de</strong>l pensamiento es visual,<br />
que el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l lenguaje proviene <strong>de</strong> la<br />
concupiscentia: la pasión <strong>de</strong> los ojos. Siempre<br />
<strong>de</strong>cimos: mira cómo luce, mira cómo se ve,<br />
mira cómo relumbra, mira cómo suena.<br />
También los mitos miran a los ojos. Y los<br />
sueños. Y la magia. Incluso la poesía, arte<br />
máximo <strong>de</strong> la palabra, no se rige por la sola<br />
palabra y su verbo y su sentido. La poesía<br />
primero se gobierna por el oído, por el ritmo y<br />
la cantidad, por el sonido y el color, por el<br />
sentido <strong>de</strong>l equilibrio y la armonía, que es un<br />
sentido visual y sonoro al mismo tiempo. La<br />
poesía es música <strong>de</strong> palabras y sólo <strong>de</strong>spués,<br />
al llegar el poeta o el lector a la última sílaba<br />
y al último silencio <strong>de</strong>l último verso, llega el<br />
poema a los juegos <strong>de</strong>l sentido, que no son,<br />
por <strong>de</strong>más, meros juegos lógicos sino juegos<br />
musicales y estéticos, iluminaciones y resonancias<br />
que <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nan la lógica <strong>de</strong>l sentido<br />
lógico meramente racional. Son verda<strong>de</strong>ros<br />
juegos polifónicos que contienen en sí los diversos<br />
lenguajes: <strong>de</strong> la danza, <strong>de</strong>l canto, <strong>de</strong>l<br />
teatro, <strong>de</strong> la pintura, <strong>de</strong> la arquitectura, <strong>de</strong> la<br />
música. Por eso oímos <strong>de</strong>cir que la poesía es
Guido Reni, Susana y los viejos<br />
común a todas las artes. Y escuchamos al<br />
artista afirmar que aspira en su obra alcanzar<br />
lo poético.<br />
La primacía <strong>de</strong> la palabra como centro <strong>de</strong><br />
lo humano es sólo primacía como logos y ley,<br />
como nomos que rige la vida colectiva, ley escrita<br />
por la palabra <strong>de</strong>l padre en el cuerpo <strong>de</strong><br />
la estirpe, palabra como escritura <strong>de</strong> la herencia<br />
<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n patriarcal. <strong>No</strong> palabra como<br />
palabra poética, pues la palabra poética aspira<br />
a inspirarse y ser iluminada en el polifónico<br />
<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los sentidos o en la polifónica<br />
diversidad <strong>de</strong> todos los lenguajes y formas <strong>de</strong><br />
pensamiento que aspira o recuerda la divina<br />
o arcana conjunción <strong>de</strong> todos los lenguajes<br />
en un mismo ser. “Seréis como dioses”, dijo<br />
la serpiente, cuando la humanidad por los<br />
oídos <strong>de</strong> Eva aún entendía el lenguaje <strong>de</strong> los<br />
seres <strong>de</strong> la naturaleza, cuando aún la cultura<br />
no había sido separada <strong>de</strong> la naturaleza<br />
por la ley <strong>de</strong>l logos y la iracundia <strong>de</strong>l verbo<br />
patriarcal; cuando la cultura aún se consi<strong>de</strong>raba<br />
a sí misma naturaleza.<br />
Otros pueblos no cristianos y no occi<strong>de</strong>ntales<br />
-incluso patriarcales- no vieron el origen<br />
en la voz <strong>de</strong>l padre. Los Desana, pueblo<br />
<strong>de</strong> la civilización <strong>de</strong>l Vaupés, ven el origen en<br />
la intención amarilla <strong>de</strong>l padre sol. Y ello hace<br />
tan refinada su sensibilidad que saben distinguir<br />
los colores <strong>de</strong> los rayos <strong>de</strong>l sol al mirar<br />
por entre las ramas altas <strong>de</strong> las inmensas<br />
ceibas <strong>de</strong>l Río Negro o <strong>de</strong>l Orinoco. Reconocer<br />
en los rayos <strong>de</strong> luz solar el especial brillo<br />
<strong>de</strong> la intención amarilla <strong>de</strong>l Dios le indica al<br />
sabedor indígena si es propicio sembrar o pescar.<br />
Así se hace sagrada la visión <strong>de</strong> la luz y<br />
su aprendizaje y la vida cotidiana en los bosques<br />
<strong>de</strong> lluvia.<br />
Para los Kogui la madre es el agua. Y para<br />
algunos antiguos patriarcas <strong>de</strong>l país <strong>de</strong><br />
Anáhuac, el origen es una guerra sangrienta<br />
por el retorno <strong>de</strong> la luz que hace crecer la<br />
vida, es un diario combate en los abismos <strong>de</strong><br />
la sombra entre dioses sanguinarios que al<br />
triunfar y ascen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> nuevo con la luz, esperan<br />
en la mañana victoriosa las ofrendas <strong>de</strong><br />
corazones <strong>de</strong> jóvenes vírgenes en las aras<br />
humeantes <strong>de</strong> las altas pirámi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> piedra...<br />
¿Cómo creer que se nos ha concedido el<br />
don <strong>de</strong> la palabra como verbo inicial y creador<br />
<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n humano y axis mundis sobre el<br />
cual levantamos nuestra astucia <strong>de</strong> seres<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
51
52 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
dominadores <strong>de</strong> la creación y patriarcas <strong>de</strong><br />
este dilatado Jardín <strong>de</strong>l Dolor y <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r, sin<br />
aún recuperar nuestra antigua o mítica comprensión<br />
<strong>de</strong>l lenguaje animal, sin lograr enten<strong>de</strong>r<br />
el canto <strong>de</strong> los pájaros a la luz que<br />
agoniza o a la oscuridad que se pier<strong>de</strong>, sin<br />
saber oír la antigua voz <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s árboles<br />
o el canto <strong>de</strong>l viento en las piedras <strong>de</strong> los<br />
valles ni po<strong>de</strong>r ver <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong> las<br />
olas los indicios <strong>de</strong> la luz que brota <strong>de</strong> los<br />
cuerpos que habitan el ciego mundo azul oscuro<br />
<strong>de</strong> las profundida<strong>de</strong>s oceánicas?<br />
El mito <strong>de</strong>l Génesis bíblico reconoce o supone<br />
que en el comienzo, antes <strong>de</strong> la expulsión<br />
<strong>de</strong> Eva y Adán <strong>de</strong>l Jardín y <strong>de</strong> las maldiciones<br />
que arrojara sobre ellos y sobre el<br />
mundo el Dios padre iracundo, Eva entendía<br />
el lenguaje <strong>de</strong> la naturaleza. El mito la muestra<br />
hablando con la seductora serpiente y<br />
cediendo a la curiosidad por encima <strong>de</strong> la<br />
prohibición <strong>de</strong>l Dios. Las inaugurales maldiciones<br />
<strong>de</strong> Jahvé Dios causaron a la humanidad<br />
dolorosas mermas <strong>de</strong> la potencia <strong>de</strong> actuar,<br />
<strong>de</strong> crear, <strong>de</strong> pensar y <strong>de</strong> entrar en<br />
relación, y atrajeron las <strong>de</strong>sgracias primordiales<br />
sobre la naturaleza, sobre la relación entre<br />
el hombre y la mujer y sobre el trabajo y el<br />
amor, al convertir a la especie humana en un<br />
ser colectivo que <strong>de</strong>sconoce los secretos <strong>de</strong> la<br />
naturaleza y a la vez se siente su dueño y<br />
dominador y al hacer <strong>de</strong>l hombre el patriarca<br />
que reina sobre la mujer y el mundo.<br />
La serpiente con su voz y su ofrenda <strong>de</strong><br />
sabiduría se hizo amiga <strong>de</strong> Eva, la que por<br />
soplo divino nació <strong>de</strong> una costilla <strong>de</strong>l hermafrodita<br />
dormido. Esa amistad es una puerta.<br />
Un umbral. El umbral <strong>de</strong>stellante <strong>de</strong> las re-<br />
velaciones: la serpiente le ofrece el conocimiento<br />
<strong>de</strong> los secretos <strong>de</strong> la naturaleza, <strong>de</strong>l<br />
Jardín <strong>de</strong> la Creación, y los secretos <strong>de</strong>l crear.<br />
La voz <strong>de</strong> la naturaleza le ofrece a Eva en la<br />
voz <strong>de</strong> la serpiente amiga el libro abierto <strong>de</strong> la<br />
sabiduría, la clara lectura, como agua mansa<br />
y transparente, <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>l conocimiento, y<br />
le ofrece la sabiduría divina para la creación,<br />
el sagrado arte <strong>de</strong>l soplo. Creación y conocimiento<br />
-los dones divinos- se le darán a ella<br />
con el mero ver, tomar, probar y mor<strong>de</strong>r: “seréis<br />
como dioses”.<br />
Afirma el mito que al probar el fruto, Eva<br />
recibe <strong>de</strong> la misma naturaleza al menos dos<br />
dones: el don <strong>de</strong> la comprensión <strong>de</strong> la vida,<br />
<strong>de</strong> sus secretos y misterios y el don <strong>de</strong> crear<br />
la vida. La serpiente es la mensajera, la voz<br />
<strong>de</strong> la naturaleza que se ofrece en alimento<br />
místico a los humanos, la voz que borra las<br />
diferencias entre lo humano, lo sagrado y la<br />
naturaleza. La voz <strong>de</strong> la naturaleza parece<br />
revelar que ella, serpiente mensajera, y ella,<br />
Eva, la creada por el soplo divino, y él, el<br />
amante <strong>de</strong> ella y él, el Dios soplador son una<br />
y la misma: ella. Basta probar <strong>de</strong>l fruto que el<br />
Dios ha or<strong>de</strong>nado no comer para alcanzar esa<br />
unidad perdida entre los géneros <strong>de</strong> lo humano,<br />
la naturaleza y lo sagrado 2 .<br />
La serpiente habla y provoca la curiosidad,<br />
el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ver, <strong>de</strong> tocar, <strong>de</strong> saborear, <strong>de</strong> comer,<br />
<strong>de</strong> saber, <strong>de</strong> ser el otro. Una curiosidad<br />
con la fuerza capaz <strong>de</strong> provocar un nuevo or<strong>de</strong>n:<br />
“Dios sabe que el día que comieres <strong>de</strong><br />
este fruto, se os abrirán los ojos y seréis como<br />
dioses, conocedores <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal...”<br />
Eva avanza su mano y se entrega al <strong>de</strong>seo<br />
<strong>de</strong> saber, <strong>de</strong> beber el agua <strong>de</strong>l entendimiento.<br />
2 Ella Eva, ella la serpiente, ella naturaleza: Marta Cecilia Vélez en su último e iluminado libro, Vírgenes energúmenas (<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Antioquia, 2004),<br />
prefiere escribir el/la, en una reveladora separación visual y musical <strong>de</strong> los sonidos que contiene, oculto, el esquivo sentido <strong>de</strong>l pronombre femenino: la<br />
aspiración a la unidad <strong>de</strong> lo humano, lo divino y lo natural. Esta separación al pronunciarla en su particular sonoridad, provoca una extraña sensación, que<br />
quizás siente quien se queda casi mudo; entre uno y otro sonido hay el vacío que recuerda la precariedad <strong>de</strong>l lenguaje, el gemido, el gruñido, la unidad<br />
anterior a la separación entre el ser y la palabra...
En este mito <strong>de</strong>l Dios único y terrible,<br />
Dios <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto sin agua don<strong>de</strong><br />
nunca la arena florece, y en todo<br />
el ciclo mítico que empieza con sus<br />
maldiciones inaugurales, se fundan<br />
los principales valores <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte:<br />
la Herencia y el Po<strong>de</strong>r.<br />
Prueba. Bebe. Muer<strong>de</strong>. Y corre don<strong>de</strong> su amado.<br />
Y él guiado por ella ce<strong>de</strong> también al saber<br />
que se entrega abiertamente, al conocimiento<br />
puro que la voz <strong>de</strong> la naturaleza abierta y generosa<br />
les ofrece. (¿<strong>No</strong> están los árboles y el<br />
agua nemorosa, y las piedras y las hierbas<br />
olorosas ofrendando siempre al caminante su<br />
frescura y su sombra y el sabor diverso <strong>de</strong> sus<br />
flores, sus cortezas, sus hojas, sus frutos?)<br />
Pero consumada esta suma amistosa <strong>de</strong><br />
las más sublimes pasiones -el placer <strong>de</strong>l amor<br />
y el placer <strong>de</strong>l conocimiento y el placer <strong>de</strong> ser<br />
una y uno con los otros- el iracundo Dios<br />
único irrumpe en el Jardín con sus truenos.<br />
Y maldice cada don y cada ser. Y maldice y<br />
somete a un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res e infamias las<br />
relaciones entre estos recién amigos y amigas<br />
amorosos. Y los expulsa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>licioso jardín<br />
<strong>de</strong> los dones al fantástico mundo <strong>de</strong> la<br />
creación humana, <strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong>l<br />
trabajo y <strong>de</strong>l amor.<br />
Dice el Génesis en el relato <strong>de</strong> la expulsión<br />
<strong>de</strong> Adán y Eva <strong>de</strong>l Paraíso, que maldijo Jahvé<br />
Dios a la generosa serpiente, la mensajera <strong>de</strong><br />
voz meloDiosa: “Maldita seas entre todas las<br />
bestias y entre todos los animales. Sobre tu<br />
vientre caminarás, y comerás polvo todos los<br />
días <strong>de</strong> tu vida. Enemistad pondré entre ti y<br />
la mujer, y entre tu linaje y el linaje <strong>de</strong> la<br />
mujer. Y ella, tu amiga, aplastará con su pie<br />
tu cabeza mientras tú acechas su calcañal. Y<br />
dijo luego a la mujer: maldita seas, tantas haré<br />
tus fatigas cuántos sean tus embarazos. Su-<br />
frirás y parirás con dolor. Hacia tu marido irá<br />
tu apetencia, y él te dominará. Y dijo finalmente<br />
al hombre: Por haber escuchado la voz<br />
<strong>de</strong> la mujer y haber comido <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong>l que<br />
yo te había prohibido comer, maldito seas y<br />
maldita sea la tierra que siembres. Con fatigas<br />
sacarás <strong>de</strong> ella tu alimento todos los días<br />
<strong>de</strong> la vida, y espinas y abrojos cosecharás.<br />
Comerás la hierba <strong>de</strong>l campo. Y ganarás el<br />
pan con el sudor <strong>de</strong> tu frente. Hasta que vuelvas<br />
al polvo, porque polvo eres y al polvo regresarás”.<br />
Así maldijo este dios único el amor y el conocimiento,<br />
la relación humana <strong>de</strong> cercanía<br />
e intimidad con la naturaleza. Y maldijo el<br />
trabajo, convirtiéndolo en con<strong>de</strong>na y fatiga<br />
humana: el trabajo que es la fuerza o el don<br />
humano para crear, para multiplicar la vida,<br />
fuente <strong>de</strong> la felicidad creadora. Así lo que es<br />
gozo lo convierte el dios único en tormento,<br />
en dolor, en con<strong>de</strong>na.<br />
En este mito <strong>de</strong>l dios único y terrible, dios<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto sin agua don<strong>de</strong> nunca la arena florece,<br />
y en todo el ciclo mítico que empieza con<br />
sus maldiciones inaugurales, se fundan los<br />
principales valores <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte: la Herencia<br />
y el Po<strong>de</strong>r. La segunda imagen <strong>de</strong> este ciclo es<br />
el asesinato <strong>de</strong>l hermano, imagen que es el fundamento<br />
<strong>de</strong> la guerra. En estas dos imágenes<br />
iniciales se pue<strong>de</strong> ver que la <strong>de</strong>sobediencia a<br />
la prohibición <strong>de</strong> probar los frutos <strong>de</strong>l árbol y<br />
el asesinato <strong>de</strong>l hermano están psicológicamente<br />
motivados por el estilo <strong>de</strong>l dios único,<br />
por su perversidad y autoritarismo.<br />
En la entrega al placer y al gozo prohibidos<br />
como en el crimen <strong>de</strong>l hermano se olfatea una<br />
secreta provocación psicológica en lo dispuesto<br />
por el dios único: en su modo <strong>de</strong> hablar y prohibir<br />
y <strong>de</strong> disponer el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l ritual (porque<br />
sí, porque él es quien dispone y prohíbe) hay<br />
una cierta perversidad, un casi oculto <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />
ser <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cido y <strong>de</strong> <strong>de</strong>satar <strong>de</strong>sgracias. Así<br />
como la prohibición <strong>de</strong> probar el árbol <strong>de</strong> la<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
53
54 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Masaccio, Adán y Eva expulsados <strong>de</strong>l Paraíso<br />
ciencia, prohibición meramente soportada en<br />
el trueno <strong>de</strong> su bondadosa palabra, es la causa<br />
psicológica que hace ce<strong>de</strong>r a Eva a la seducción<br />
<strong>de</strong> lo que brillante y bello y con hermosa<br />
voz la naturaleza le ofrece a sus ojos como<br />
fuente <strong>de</strong> sabiduría y <strong>de</strong> sabroso placer, así<br />
también el asesinato <strong>de</strong> Abel a manos <strong>de</strong> Caín<br />
esta motivado en la aviesa preferencia <strong>de</strong>l Dios<br />
único por las ofrendas <strong>de</strong> Abel, el pequeño <strong>de</strong><br />
los dos hermanos, y su insinuado <strong>de</strong>sprecio<br />
por las que le hiciera Caín:<br />
“Fue Abel pastor <strong>de</strong> ovejas y Caín labrador.<br />
Pasó algún tiempo y Caín hizo a Yahvé una<br />
oblación <strong>de</strong> frutos <strong>de</strong>l suelo. También Abel hizo<br />
una oblación <strong>de</strong> los primogénitos <strong>de</strong> su rebaño,<br />
y <strong>de</strong> la grasa <strong>de</strong> los mismos. Yahvé miró<br />
propicio a Abel y su oblación, mas no a Caín<br />
y la suya. Se irritó Caín en gran manera y se<br />
abatió su rostro. Y Yahvé le dijo: ¿Por qué<br />
andas irritado, y por qué se ha abatido tu<br />
rostro? ¿<strong>No</strong> es cierto que si obras bien podrás<br />
alzarlo? Mas, si no obras bien, a la puerta está<br />
el pecado acechando como fiera que te codicia,<br />
y a quien tienes que dominar. Caín dijo entonces<br />
a su hermano: ‘Vamos afuera’. Y cuando<br />
estaban en el campo lo mató.”<br />
Es más ominosa la perversidad y aviesa<br />
elección <strong>de</strong> Yahvé si pensamos que este dios<br />
con<strong>de</strong>nó con Adán a todas las generaciones a<br />
sembrar y cosechar abrojos y a ganar el pan<br />
con el sudor. Hizo <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> la tierra la<br />
con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> cosechar abrojos.<br />
Caín con su arte <strong>de</strong> labrador había hecho<br />
florecer las piedras y la reseca tierra maldita,<br />
y ofrenda al dios con flores y frutos ganados<br />
al <strong>de</strong>sierto con su arte e ingenio. Abel, apenas<br />
un pastor que <strong>de</strong>ja a sus rebaños triscar<br />
entre las breñas, mató el más gordo <strong>de</strong> su<br />
grey y lo dio en ofrenda. Jehová se irrita con<br />
Caín porque no soporta que las artes <strong>de</strong> un<br />
muchacho labrador hayan logrado burlar el<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su maldición divina que con<strong>de</strong>nó al<br />
hombre al infértil trabajo <strong>de</strong> cultivar la tierra.
Con su predilección por Abel, inexplicable<br />
para Caín, logró el dios insuflar la mala saña<br />
en Caín, pues en un mundo sometido a la<br />
égida <strong>de</strong>l padre nada hay más terrible que el<br />
<strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> un padre. Cuánto más si ese<br />
padre es dios mismo. El verda<strong>de</strong>ro culpable<br />
<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Abel es sin duda el propio<br />
Jehová, que al percibir el encono <strong>de</strong> Caín en<br />
lugar <strong>de</strong> acogerlo y aconsejarle con dulzura,<br />
lo zahiere incitando su corazón a la más fatal<br />
<strong>de</strong> las acciones: matar al hermano.<br />
Así, siguiendo la lógica <strong>de</strong>l mito que entronizó<br />
al verbo y a la palabra <strong>de</strong>l padre como<br />
esencias fundadoras <strong>de</strong> lo humano, llegamos<br />
a <strong>de</strong>scubrir que en realidad la palabra <strong>de</strong>l<br />
padre sólo fundó la incomunicación, el <strong>de</strong>sconocimiento<br />
y la <strong>de</strong>sacralización <strong>de</strong> la naturaleza,<br />
trastornó la relación <strong>de</strong> amor por la<br />
sujeción <strong>de</strong> la mujer a la égida <strong>de</strong>l hombre,<br />
maldijo el trabajo e inauguró el <strong>de</strong>sprecio por<br />
el esfuerzo y la inventiva humanas y precipitó<br />
a las generaciones en el abismo <strong>de</strong>l odio y<br />
la guerra con el crimen <strong>de</strong> los hermanos. El<br />
or<strong>de</strong>n humano fundado en la palabra se nos<br />
revela como un caos <strong>de</strong>structivo.<br />
El gusto por conversar con los <strong>de</strong>más seres<br />
<strong>de</strong> la naturaleza es mostrado por el relato<br />
<strong>de</strong> las maldiciones bíblicas como un don o una<br />
inclinación femenina, al igual que la curiosidad,<br />
la seducción y la <strong>de</strong>sobediencia. La iracundia<br />
<strong>de</strong> Jahvé al saberse <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cido separa<br />
la naturaleza <strong>de</strong> la cultura y <strong>de</strong>spoja a la<br />
humanidad <strong>de</strong> varios dones: <strong>de</strong>l don <strong>de</strong> dialogar<br />
con la naturaleza, <strong>de</strong>l don <strong>de</strong> la seducción<br />
amorosa, <strong>de</strong>l don <strong>de</strong> amar y <strong>de</strong> crear amando,<br />
<strong>de</strong>l don <strong>de</strong> vivir sin sujeciones, <strong>de</strong>l don <strong>de</strong> gozar<br />
con el trabajo. Jahvé con<strong>de</strong>na la curiosidad y<br />
la rebeldía o el ansia <strong>de</strong> <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cer al sin<br />
sentido y a las ór<strong>de</strong>nes inexplicables.<br />
Se ha repetido que nada sabemos y que este<br />
mito <strong>de</strong>l dios que crea el mundo y or<strong>de</strong>na lo<br />
humano con el mágico rugir <strong>de</strong> su palabra,<br />
El gusto por conversar con los<br />
<strong>de</strong>más seres <strong>de</strong> la naturaleza<br />
es mostrado por el relato<br />
<strong>de</strong> las maldiciones bíblicas<br />
como un don o una inclinación<br />
femenina, al igual que<br />
la curiosidad, la seducción<br />
y la <strong>de</strong>sobediencia.<br />
éste, nuestro mito original, ha muerto; aunque<br />
algunos han recordado que aún el dios padre<br />
pervive en el mundo <strong>de</strong> la vida inconsciente y<br />
en el lenguaje: en la gramática <strong>de</strong> la lengua que<br />
hace <strong>de</strong>l sujeto el dueño <strong>de</strong> la acción.<br />
Otros dicen haber escuchado la voz <strong>de</strong>l poeta<br />
clamar que nuestra soledad central está<br />
buscando -como el ave en las flores busca su<br />
néctar- un nuevo mito, un nuevo origen para<br />
fundarnos sobre él y renovar nuestro canto,<br />
nuestra voz, nuestra mirada, nuestra respiración<br />
y volver a percibir la pasmosa pequeñez<br />
<strong>de</strong> los seres humanos arrojados sin culpa<br />
a una creación sin centro ni po<strong>de</strong>r, a un<br />
amoroso vacío <strong>de</strong> creatividad y polifonía <strong>de</strong><br />
lenguajes y encuentros y diálogos mestizos,<br />
entre pueblos, culturas, géneros y generaciones,<br />
entre la humanidad y el cosmos.<br />
Y hay quienes creen haber visto y oído en<br />
sueños iluminados, luego <strong>de</strong> años <strong>de</strong> silencio<br />
<strong>de</strong>dicados a lenta observación <strong>de</strong> los astros y<br />
a espirituales ejercicios musicales, que nuestros<br />
limitados sentidos -ahogados hoy en la<br />
fe <strong>de</strong> la razón y en el discurso <strong>de</strong> los patriarcas-,<br />
sólo son vanidad ante la música <strong>de</strong> las<br />
esferas que sostiene en sus órbitas sonoras<br />
constelaciones, soles e inmensas y pequeñas<br />
lunas que giran en sus planetas. Oye la hierba<br />
crecer, en ella resuena también el canto<br />
<strong>de</strong> los cielos y la voz <strong>de</strong>l Amor “que mueve al<br />
sol y a las <strong>de</strong>más estrellas”.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
55
FOTOGRAFÍAS DE OLGA LUCÍA JORDÁN<br />
Pintores<br />
colombianos<br />
Luis Caballero
Luis Luna
Natalia Granada
Carlos Jacanamijoy
Ana Merce<strong>de</strong>s Hoyos
Diego Pombo
Ilustraciones <strong>de</strong> Carlos A. Cepeda<br />
Concepciones<br />
oriental
y occi<strong>de</strong>ntal<br />
<strong>de</strong>l conocimiento y la investigación<br />
Las profundas diferencias entre Oriente y<br />
Occi<strong>de</strong>nte no sólo existen en aspectos como<br />
sus costumbres y hábitos diarios, sino también<br />
en sus formas <strong>de</strong> pensar y <strong>de</strong> hacer ciencia.<br />
Pero como lo señala el epígrafe, los occi<strong>de</strong>ntales<br />
pecan <strong>de</strong> etnocentrismo al creer que<br />
los orientales se preocuparon por problemas<br />
poco significativos y que partieron <strong>de</strong> una<br />
racionalidad supersticiosa y con gran imaginación<br />
poética.<br />
Algunos consi<strong>de</strong>ran que el pensamiento<br />
filosófico <strong>de</strong> los orientales es menos riguroso<br />
y que su lógica se encuentra en <strong>de</strong>sventaja<br />
con la empleada por los occi<strong>de</strong>ntales.<br />
Jairo A. Romero Londoño 1<br />
La mayoría <strong>de</strong> las visiones <strong>de</strong>jan por fuera <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l pensamiento<br />
sistémico el aporte que nos ha hecho el mundo oriental. Des<strong>de</strong> que Grecia se<br />
levantó como cultura, el conocimiento <strong>de</strong> los orientales pasó a un segundo<br />
plano. Mejor dicho, se <strong>de</strong>jó en el olvido. Se hace entonces importante rescatar<br />
el valor que ellos tuvieron en su momento y aun lo que hoy en día nos<br />
pue<strong>de</strong>n aportar en lo que po<strong>de</strong>mos llamar problemas <strong>de</strong>l conocimiento.<br />
Gabriel A. Suárez<br />
El drama aceptado:<br />
El divorcio entre conocedor y conocido<br />
Los escépticos y los agnósticos al haber<br />
establecido una separación entre el explorador<br />
y la imagen pictórica que aquél se formaba<br />
<strong>de</strong>l mundo, y al haber <strong>de</strong>clarado que no<br />
se podía estar seguro <strong>de</strong> que la imagen así<br />
obtenida fuera verda<strong>de</strong>ra, crearon una serie<br />
<strong>de</strong> problemas, algunos <strong>de</strong> los cuales son tan<br />
complejos que aún hoy no han podido ser<br />
resueltos.<br />
Los racionalistas y los empírico-inductivistas<br />
complicaron más la cuestión. De acuerdo<br />
1 Administrador Público, ESAP; especializado en Desarrollo Humano, U. <strong>de</strong> Manchester; magíster en Filosofía, U. <strong>de</strong> Gales. Profesor invitado U. Chosun<br />
(Kwang-ju) Rep. <strong>de</strong> Corea. Profesor <strong>de</strong> Economía, U. Santo Tomás y <strong>de</strong> Ingeniería <strong>de</strong> Sistemas, U. <strong>Distrital</strong>.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
64 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
con el “principio <strong>de</strong> la no contradicción” el<br />
hombre conoce o por intermedio <strong>de</strong> la razón,<br />
como lo sostenían los primeros, o <strong>de</strong> la experiencia,<br />
como lo afirmaron los segundos; pero<br />
ambos no podían tener la razón. Por lo tanto,<br />
Kant rechazó ambas posiciones por ser extremas,<br />
ya que «...ninguno <strong>de</strong> los dos tiene la<br />
razón, pues no se pue<strong>de</strong> polarizar el conocimiento.<br />
Propone por el contrario que éste sólo<br />
se dará si se unen los juicios sintéticos a priori<br />
y la experiencia».<br />
Al quedar tanto el problema <strong>de</strong>l conocimiento<br />
como el metafísico sin solución, los<br />
discípulos <strong>de</strong> Kant se separaron en dos escuelas,<br />
los i<strong>de</strong>alistas y los positivistas. Hegel<br />
tratará <strong>de</strong> resolver el segundo problema diciendo<br />
que el espíritu es al que le correspon<strong>de</strong><br />
elevarse; y que sólo <strong>de</strong> esa forma se alcanzará<br />
una experiencia <strong>de</strong> tipo universal. Por<br />
su parte, A. Comte consi<strong>de</strong>rará que el problema<br />
metafísico se soluciona a través <strong>de</strong> los<br />
sentidos, pues éstos nos ponen en contacto<br />
con la realidad.<br />
Frente a quienes aceptan la existencia <strong>de</strong><br />
un or<strong>de</strong>n natural fijo y estable <strong>de</strong> acuerdo a<br />
unos principios <strong>de</strong>l entendimiento también<br />
fijos y estables, y ante quienes usaban un<br />
método que se calificara como “omnipotente,<br />
formalista y universal”, se levantó la escuela<br />
<strong>de</strong>l relativismo epistemológico, con Feyerabend<br />
a la cabeza, para quien todo método vale,<br />
sea científico o no.<br />
El problema <strong>de</strong>l conocimiento ha llegado a<br />
un callejón aparentemente sin salida.<br />
El paradigma <strong>de</strong> la inclusión,<br />
base <strong>de</strong>l pensamiento oriental<br />
Para todas las filosofías orientales, el principio<br />
lo uno-lo múltiple es la base <strong>de</strong> su visión<br />
<strong>de</strong>l mundo, <strong>de</strong> su racionalidad y <strong>de</strong> su<br />
forma <strong>de</strong> actuar. Al respecto, ha escrito Chica:<br />
«En un conjunto las filosofías orientales<br />
El problema <strong>de</strong>l<br />
conocimiento<br />
ha llegado a un callejón<br />
aparentemente sin salida.<br />
consi<strong>de</strong>ran que lo múltiple está subordinado<br />
a lo uno. <strong>No</strong> obstante, lo uno sólo tiene sentido<br />
cuando se le <strong>de</strong>scubre a través <strong>de</strong> lo múltiple.<br />
Por consiguiente, en China y Japón no<br />
hay lugar ni para el pluralismo ni para el<br />
dualismo. En otros términos todo es Uno y<br />
Uno es Todo».<br />
Frente a la pregunta: ¿Las cosas cambian<br />
o no?, y aquellas otras <strong>de</strong> igual formato a las<br />
que los filósofos occi<strong>de</strong>ntales dieron respuestas<br />
tan disímiles, los orientales, en especial<br />
los taoístas, primero, y la escuela <strong>de</strong>l Yin-<br />
Yang, <strong>de</strong>spués, han encontrado la respuesta<br />
y “solución”. Para Lao Tzu «el Tao produce lo<br />
Uno. Lo Uno produce, dos. El dos produce,<br />
tres. Y tres produce diez mil cosas. Las diez<br />
mil cosas traen el Yin [lo pasivo o el principio<br />
femenino] y el Yang [lo activo o el principio<br />
masculino] que por mezcla <strong>de</strong> la fuerza vital<br />
(Ch’i) producen la armonía».<br />
Los orientales observan que todos los cambios<br />
que se dan en el pensamiento, la naturaleza<br />
y la sociedad son manifestaciones <strong>de</strong> esas<br />
fuerzas cósmicas, opuestas pero inter<strong>de</strong>pendientes,<br />
Yin-Yang, y consi<strong>de</strong>ran que cualquier<br />
par opuesto constituye una relación polar<br />
don<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los polos está dinámicamente<br />
integrado al otro, creencia que para los<br />
occi<strong>de</strong>ntales es difícil <strong>de</strong> aprehen<strong>de</strong>r.<br />
Una crítica corriente que hacen los filósofos<br />
occi<strong>de</strong>ntales a los pensadores orientales<br />
es que su teoría <strong>de</strong>l conocimiento es poco racionalista<br />
y muy simple. Sin embargo, sostiene<br />
Wing-Tsit Chang que sería <strong>de</strong>sastrosamente<br />
errado suponer que los chinos no estaban<br />
interesados en los problemas metafísicos y<br />
que eran incapaces <strong>de</strong> formularse preguntas
elacionadas con<br />
las categorías <strong>de</strong>l conocimiento.<br />
Al respecto,<br />
afirma que ya en el<br />
siglo II d. C. <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
que se realizaron estudios críticos<br />
<strong>de</strong> la historia, se a<strong>de</strong>ntraron en<br />
la filosofía <strong>de</strong>l pensamiento y que éste estaba<br />
íntimamente relacionado con el lenguaje y con<br />
la comunicación, pues para los chinos el lenguaje<br />
era tanto formador <strong>de</strong>l pensamiento<br />
como el medio que objetivaba aquello esencialmente<br />
subjetivo, el pensamiento.<br />
A partir <strong>de</strong> los anteriores razonamientos,<br />
los orientales <strong>de</strong>sarrollaron un sistema filosófico<br />
compuesto <strong>de</strong> dos clases <strong>de</strong> filosofías.<br />
Una correspondiente a este-mundo, que se<br />
refería a los problemas <strong>de</strong> cómo el hombre<br />
consigue i<strong>de</strong>ntificarse con el universo y la otra,<br />
<strong>de</strong>l otro-mundo, que discurre en lo que está<br />
en la sociedad. En la medida que pudieron<br />
refinar su sentido <strong>de</strong> razón <strong>de</strong>sarrollaron,<br />
como lo expresa R. G. Collinwood, una filosofía<br />
<strong>de</strong> segundo grado o <strong>de</strong> pensamiento acerca<br />
<strong>de</strong>l pensamiento. De ello se <strong>de</strong>sprendió un<br />
estilo <strong>de</strong> prosa característico que fue llamado<br />
las perlas atadas o <strong>de</strong> la escritura <strong>de</strong> doble<br />
yunta, lo cual obligaba a comenzar con una<br />
proposición afirmativa, que era seguida <strong>de</strong><br />
otra segunda negativa y se terminaba con una<br />
conclusión.<br />
La honestidad intelectual era, a<strong>de</strong>más, la<br />
parte importante <strong>de</strong> todo proceso <strong>de</strong> investi-<br />
gación. Por ello,<br />
Chu Hsi recomendaba<br />
que se <strong>de</strong>be empezar<br />
por <strong>de</strong>spegar la<br />
mente, para luego dar un<br />
paso atrás, y pensar nuevamente,<br />
o calmada y lentamente estudiar<br />
lo que tenían que <strong>de</strong>cir ambos lados.<br />
Sólo cuando el hombre pueda retirarse <strong>de</strong> las<br />
cosas las pue<strong>de</strong> ver con mayor claridad. Como<br />
el juez, uno <strong>de</strong>be mantener una mente abierta<br />
e imparcial y no <strong>de</strong>jar que sus propias inclinaciones<br />
o <strong>de</strong>s-inclinaciones influyan en su<br />
pensamiento.<br />
Superadas las fases durante las cuales los<br />
filósofos orientales se preocuparon por los problemas<br />
éticos, sociales y políticos, hacia el siglo<br />
III a. C. se dio una primera síntesis entre el<br />
taoísmo, la escuela <strong>de</strong>l Yin-Yang y la doctrina<br />
<strong>de</strong>l medio. Una segunda síntesis ocurrió por la<br />
unión <strong>de</strong> las diferentes escuelas <strong>de</strong>l budismo<br />
(nihilismo, realismo, i<strong>de</strong>alismo y negativismo)<br />
en el Totalismo <strong>de</strong> Hua-yen. La última síntesis<br />
tuvo lugar con el neoconfucionismo, al<br />
fundirse el taoísmo con el budismo.<br />
Pero más importante que la síntesis entre<br />
las escuelas fue la síntesis habida en las i<strong>de</strong>as.<br />
Para los orientales hay unidad entre el ser y<br />
el no-ser; entre el Li o el principio que está<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> todas las cosas y el Ch’i que es lo<br />
material, la concreción y lo operante <strong>de</strong>l Li;<br />
entre lo que tiene nombre y lo que no tiene<br />
nombre; entre lo conocido y lo no conocido.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
65
66 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
A<strong>de</strong>más, para los orientales no hay diferencia<br />
entre el hombre y el universo, como tampoco<br />
lo existe entre conocimiento y conducta.<br />
Wing Tsit Chan escribe «por virtud <strong>de</strong> la<br />
naturaleza común que existe entre el conocedor<br />
y lo conocido, los dos pue<strong>de</strong>n establecer<br />
una estrecha relación. En otras palabras, para<br />
conocer verda<strong>de</strong>ramente, el conocedor <strong>de</strong>be<br />
aproximarse a la cosa “con inteligencia simpática”<br />
y sentimientos <strong>de</strong> unidad. Para que<br />
sea posible, la mente <strong>de</strong>be tener claridad, calma,<br />
concentración y estar libre <strong>de</strong> prejuicios,<br />
y la persona <strong>de</strong>be ser moralmente robusta».<br />
La síntesis total se reduce a la expresión china,<br />
t’i-jen, que significa comprobación personal.<br />
Según Chan «esta experiencia involucra,<br />
primero que todo, la i<strong>de</strong>ntificación propia con<br />
el objeto <strong>de</strong> conocimiento, luego una preparación<br />
moral y en la acción, y por último, juntar<br />
el método racional con la intuición. En<br />
una palabra, combina en un todo armonioso<br />
la metafísica, la epistemología y la ética».<br />
Es gran<strong>de</strong> el contraste entre la filosofía, la<br />
epistemología y el método como se han entendido<br />
en Occi<strong>de</strong>nte y en Oriente. Mientras<br />
los primeros se han encerrado en el paradigma<br />
<strong>de</strong> la simplicidad y <strong>de</strong>l pensamiento dialéctico,<br />
contradictorio y disyuntivo, los orientales<br />
se han fincado en el pensamiento holista,<br />
complejo, <strong>de</strong>l término medio e inclusivo. Es<br />
<strong>de</strong>cir, han estado ubicados en otro paradigma<br />
que sólo hasta ahora se “<strong>de</strong>vela” a nuestra<br />
civilización.<br />
El problema epistemológico presentado por<br />
los filósofos occi<strong>de</strong>ntales que crearon al separar<br />
el sujeto <strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong> investigación hizo<br />
que se presentaran muy variadas interpretaciones<br />
en cuanto a la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l conocimiento<br />
obtenido respecto a la realidad, y a<strong>de</strong>más<br />
hizo que la filosofía, la ética, el conocimiento<br />
y la acción tuvieran vidas in<strong>de</strong>pendientes.<br />
Muy diferente fue la percepción <strong>de</strong> los filóso-<br />
Los orientales observan<br />
que todos los cambios<br />
que se dan en el pensamiento, la<br />
naturalezay la sociedad<br />
son manifestaciones<br />
<strong>de</strong> esas fuerzas cósmicas,<br />
opuestas pero inter<strong>de</strong>pendientes.<br />
fos orientales. Para ellos no existe separación<br />
entre los conceptos básicos <strong>de</strong>l reflexionar <strong>de</strong>l<br />
hombre, como tampoco entre la epistemología,<br />
la ética, la filosofía, el lenguaje y el método.<br />
De esa visión <strong>de</strong>l mundo, <strong>de</strong>l conocimiento<br />
y <strong>de</strong>l método <strong>de</strong>bemos apren<strong>de</strong>r.<br />
Un método que rompa con las falencias <strong>de</strong>l<br />
método científico es el llamado investigación<br />
acción participativa, que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> cancelar<br />
la brecha habida entre el sujeto y el objeto,<br />
permite que el conocimiento y su construcción<br />
<strong>de</strong>jen <strong>de</strong> ser monopolio <strong>de</strong> unos pocos y<br />
que su base social se amplíe; a<strong>de</strong>más, facilita<br />
que sean los grupos con problemas quienes<br />
entren a dar su propia solución, al po<strong>de</strong>r conocerlos<br />
y al i<strong>de</strong>ntificar sus priorida<strong>de</strong>s.<br />
<strong>No</strong> se pue<strong>de</strong> negar que el empírico-positivismo<br />
ha traído consigo gran<strong>de</strong>s avances tecnológicos<br />
y materiales, pero tampoco pue<strong>de</strong><br />
negarse que ha traído consigo gran<strong>de</strong>s paradojas<br />
como son las altas tasas <strong>de</strong> crecimiento<br />
junto con la generación <strong>de</strong> masas empobrecidas,<br />
el alto consumo <strong>de</strong> los recursos<br />
naturales y las amenazas que aquejan al<br />
medio ambiente, para mencionar unas pocas.<br />
De ahí que sea necesario utilizar otros<br />
enfoques metodológicos y marcos epistemológicos<br />
diferentes, que sin que se pierda el<br />
rigor científico abran las puertas a las gran<strong>de</strong>s<br />
minorías y así mismo les brin<strong>de</strong>n mayores<br />
oportunida<strong>de</strong>s para alcanzar el tan anhelado<br />
bienestar.
Escribir es como<br />
respirar<br />
1<br />
Fernando Duque: ¿Cuándo comenzó como<br />
escritor? ¿Cuándo <strong>de</strong>scubrió la escritura?<br />
Nahum Montt: Yo creo que siempre he sido<br />
un escritor natural. Que yo recuer<strong>de</strong>, siempre<br />
he estado escribiendo; entonces, <strong>de</strong> cierta<br />
forma, llevo más <strong>de</strong> 20 años <strong>de</strong> estar escribiendo.<br />
Cuando uno es muy joven es muy<br />
poético por naturaleza y sobre todo fantástico,<br />
escribe textos subjetivos, <strong>de</strong>lirantes, juegos<br />
<strong>de</strong> palabras, pirotecnia verbal que llama<br />
uno. Llevo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 10 años asumiendo<br />
la escritura <strong>de</strong> manera más sistemática, ri-<br />
Entrevista por Fernando Duque *<br />
Nahum Montt, profesor <strong>de</strong> literatura <strong>de</strong> la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>Distrital</strong>, fue ganador <strong>de</strong>l Concurso<br />
Nacional <strong>de</strong> <strong>No</strong>vela Ciudad <strong>de</strong> Bogotá,<br />
uno <strong>de</strong> los más prestigiosos eventos literarios<br />
<strong>de</strong>l país y <strong>de</strong> Latinoamérica. Entre 110<br />
novelas El eskimal y la mariposa fue elegida<br />
como la más representativa <strong>de</strong> la nueva<br />
literatura.<br />
gurosa; <strong>de</strong> hecho, estudié literatura en la <strong>Universidad</strong><br />
Nacional.<br />
F.D. ¿Qué género le gustaba más en esa<br />
época?<br />
N.M. De todo un poco. A los 17 años me<br />
atreví a escribir una novela, malísima, a<strong>de</strong>más...<br />
Y por ahí conservo unas cajas que yo<br />
lo llamo «el museo <strong>de</strong> los esfuerzos inútiles»<br />
don<strong>de</strong> guardo todo lo que he escrito durante<br />
este tiempo. Siempre escribiendo en libretas.<br />
Al comienzo uno se atreve, creo que por ignorancia<br />
como dijo Hemingway o Faulkner, uno<br />
1 La primera parte <strong>de</strong> esta entrevista realizada por Fernando Duque* se publicó en el periódico <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>, en octubre <strong>de</strong> 2004.<br />
* Filósofo, <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>l Valle, editor <strong>de</strong> nuestra revista.<br />
Fotografías <strong>de</strong> Silvia Paulina Valero.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
68 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
se atreve con la poesía, que es lo que ve más<br />
próximo, lo sentimental y emotivo; <strong>de</strong>spués<br />
uno ataca el cuento, pero el cuento es un género<br />
<strong>de</strong> los más rigurosos que hay... y siempre<br />
escribe uno cuentos fallidos. Cuando uno<br />
fracasa con el cuento ataca la novela, en medio<br />
<strong>de</strong> esa ingenuidad y candor <strong>de</strong>l comienzo.<br />
Después uno va adquiriendo la madurez necesaria...<br />
F.D. García Márquez dice que la más difícil<br />
es la poesía, y que él hubiera querido ser<br />
un poeta. Otros dicen que la novela es lo más<br />
difícil, Borges dice que la novela son palabras<br />
mayores...<br />
N.M. Sí, que era una habitación llena <strong>de</strong><br />
gente y toda <strong>de</strong>sconocida...<br />
F.D. Que lo que había que <strong>de</strong>cir en pocas<br />
páginas para qué gastarle 500...<br />
N.M. Sí. Borges, con su ironía que lo caracteriza,<br />
la <strong>de</strong>fine <strong>de</strong> esa forma. Pero, en realidad<br />
hay cosas que únicamente pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />
la novela, como visión <strong>de</strong> mundo, como creación<br />
<strong>de</strong> mundo, en la creación y el manejo <strong>de</strong><br />
los personajes. En una novela sí emerge la<br />
condición humana. En el cuento es solamente<br />
un chispazo, un acontecimiento y a partir<br />
<strong>de</strong> allí se narra, por eso es tan riguroso. Pero<br />
en la novela tenemos una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> hechos.<br />
Lo más difícil es lograr hilarlos <strong>de</strong> una manera<br />
coherente y sobre todo atractiva para alguien<br />
que sea capaz <strong>de</strong> ver más <strong>de</strong> 100 páginas<br />
<strong>de</strong> un autor.<br />
F.D. ¿Por eso le gusta más la novela?<br />
N.M. . Siempre uno la piensa en términos<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>safío, <strong>de</strong> algo difícil <strong>de</strong> alcanzar, y sí,<br />
llega un momento, como dice Wil<strong>de</strong>, en que<br />
uno tiene muchas cosas que <strong>de</strong>cir y no le alcanza<br />
el género <strong>de</strong>l cuento y empieza a ver<br />
que los personajes comienzan a cobrar vida y<br />
que los espacios se vuelven otros personajes<br />
que también regulan y condicionan las vidas<br />
<strong>de</strong> esos personajes. Entonces llega un momento<br />
<strong>de</strong> verdad en que es mucho lo que uno<br />
tiene por <strong>de</strong>cir y no mi<strong>de</strong> la novela en términos<br />
<strong>de</strong> espacio, <strong>de</strong> paginaje, sino que es un<br />
universo que se va construyendo poco a poco.<br />
F.D. ¿Cree que su novela El eskimal y la<br />
mariposa lo logra?<br />
N.M. Mi novela trabaja una estructura policiaca,<br />
que creo es <strong>de</strong> los géneros más exigentes<br />
<strong>de</strong> novela. Y por eso tardé cuatro años<br />
en construirla y creo que lo logra. Después<br />
<strong>de</strong> más <strong>de</strong> 3 años casi la quemo..., novela fallida,<br />
no había cierre, no había catarsis al final,<br />
hasta que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mucho divagar, <strong>de</strong><br />
estar como <strong>de</strong>rivando en alerta, con las antenas<br />
sintonizadas y captando señales me llegó<br />
una imagen para lograr cerrarla.<br />
F.D. Usted ha nombrado a Faulkner, Hemingway,<br />
Borges, Wil<strong>de</strong>, ¿cuáles son los que<br />
más lee, sus maestros?<br />
N.M. Creo que uno lee por contagio. Un<br />
autor lleva a otro. Gabo te lleva a Faulkner,<br />
Faulkner a Hemingway, Hemingway a Borges,<br />
Borges te manda a Calvino; es una ca<strong>de</strong>na<br />
casi infinita, un rizoma <strong>de</strong> lecturas que se van<br />
entrecruzando. Particularmente para la novela<br />
me sirvieron mucho los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong><br />
Chandler y Hammet, los fundadores <strong>de</strong>l género<br />
negro. El jurado vio una novela policiaca,<br />
pero también vio el género negro que se<br />
sirve <strong>de</strong> la estructura policiaca. Ha sido muy<br />
interesante como se ha asimilado en Latinoamérica<br />
el género, Paco Ignacio Taibo II (México)<br />
y Rubén Fonseca (Brasil) son dos autores<br />
representativos. Ellos lograron articular el<br />
género policiaco o ese género que era cerebral;<br />
inicialmente, el <strong>de</strong> Poe, <strong>de</strong>spués Sir<br />
Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes, que<br />
eran más abstractos, racionales. En Latinoamérica<br />
se asume <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo social y muestra a
través <strong>de</strong> su tratamiento la corrupción, la sordi<strong>de</strong>z,<br />
las paradojas que implica la condición<br />
humana. En Latinoamérica se ha trabajado<br />
<strong>de</strong> ahí sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> lado el sentido <strong>de</strong>l humor.<br />
Creo que ese género negro latinoamericano<br />
en la novela se inscribe particularmente en<br />
ese par <strong>de</strong> autores.<br />
F.D. ¿En Colombia existen escritores <strong>de</strong><br />
ese género?<br />
N.M. Hay escritores que han pretendido,<br />
pero es muy difícil lograrlo porque las fronteras<br />
son muy frágiles y uno está muy próximo<br />
a caer en lo pornográfico, en lo sórdido, en lo<br />
macabro.<br />
F.D. <strong>No</strong> hablemos <strong>de</strong> los que han fracasado,<br />
hablemos <strong>de</strong> los que están más cerca.<br />
N.M. Entre los autores contemporáneos<br />
que mejor trabajan el lenguaje está Enrique<br />
Serrano, uno lo lee y dice este tipo sí sabe, sí<br />
sabe lo que es escribir. Está, sin lugar a dudas,<br />
Jorge Franco con Rosario Tijeras. Por<br />
ejemplo, yo <strong>de</strong>screo <strong>de</strong> Fernando Vallejo en<br />
términos <strong>de</strong> estructura narrativa, él maneja<br />
un narrador <strong>de</strong>cimonónico, él asume un narrador<br />
que se <strong>de</strong>vora las voces <strong>de</strong> sus personajes,<br />
es un narrador que no <strong>de</strong>ja hablar al<br />
mundo, un narrador yoista. Eso es lo que le<br />
gusta a la gente.<br />
F.D. Es importante lo que está diciendo<br />
porque Fernando Vallejo es consi<strong>de</strong>rado uno<br />
<strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s escritores... A mí me encanta.<br />
N.M. Sí, pero yo siento que Vallejo es más<br />
un escritor escandaloso que un gran narrador.<br />
F.D. Espero que él lea esta entrevista y armemos<br />
la polémica.<br />
N.M. Sí, claro.<br />
F.D. Me llamó la atención cuando dijo que<br />
se tomaba unos vodkas y nombró a Hemingway<br />
también..., ¿necesita usted tomarse unos<br />
tragos para escribir?<br />
N.M. <strong>No</strong>, lo que necesito es tomarme unos<br />
tragos para calificar los trabajos <strong>de</strong> mis alumnos.<br />
Son tan <strong>de</strong>primentes que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los<br />
trabajos tomo aguardiente o cerveza, cuando<br />
hay trabajos muy bacanos que me hacen reir<br />
me tomo mis escoceses. El vodka lo <strong>de</strong>jo para<br />
momentos privilegiados, a mí me fascina la<br />
música <strong>de</strong> Joaquín Sabina, que es poesía cantada.<br />
<strong>No</strong> me embriago para calificarlos, en realidad<br />
me tomo un par <strong>de</strong> tragos para aguantar<br />
el sopor <strong>de</strong> la lectura.<br />
F.D. ¿Y para escribir literatura?<br />
N.M. <strong>No</strong>, no puedo escribir una línea. Si me<br />
llegan imágenes, escribo imágenes que <strong>de</strong>spués<br />
retomo completamente sobrio. Es más,<br />
cuando estoy enguayabado no puedo escribir.<br />
F.D. ¿Cuál es la necesidad profunda para<br />
que alguien escriba?<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
69
70<br />
revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
N.M. La necesidad humana vital es una necesidad<br />
fisiológica, es así <strong>de</strong> sencillo, es como<br />
respirar.<br />
F.D. ¿Entonces, usted cree que si no escribe<br />
no vive?<br />
N.M. Claro, es una forma <strong>de</strong> vida. Es más,<br />
me equilibra. Cuando gané el premio pasé una<br />
semana y media sin escribir y andaba <strong>de</strong>sequilibrado,<br />
neurótico. Escribir me sirve <strong>de</strong><br />
catarsis, casi <strong>de</strong> terapia. Me ayuda a manejar<br />
una cantidad <strong>de</strong> neurosis que uno maneja<br />
aquí en la ciudad.<br />
F.D. ¿O sea a que a usted no le cuesta escribir,<br />
como a otros?<br />
N.M. Creo que existen dos clases <strong>de</strong> escritores,<br />
como lo planteó Nietzsche en El origen<br />
<strong>de</strong> la tragedia: los escritores dionisíacos y los<br />
apolíneos. Yo creo que uno tiene un poco <strong>de</strong><br />
los dos. Uno escribe por impulso, por necesidad,<br />
pero también por la técnica, por pulir,<br />
perfeccionar y mejorar cada día.<br />
F.D. Yo conozco gente para la que escribir<br />
es muy fácil y le fascina, y conozco escritores<br />
buenos para quienes escribir es una lucha.<br />
N.M. Sí, está el caso <strong>de</strong> Monterroso. Pero<br />
yo creo que están más atrapados por la pereza<br />
soñadora, que es caer en un estado <strong>de</strong> ensoñación,<br />
<strong>de</strong> imaginación, empezar a soñar<br />
cosas y no pasarlas a lo escrito. Esto es como<br />
nadar, cuanto más nada uno más apren<strong>de</strong><br />
técnicas; cuanto más yo escribo más aprendo<br />
a escribir y es una lógica sencilla en el<br />
fondo.
Sobre el progreso<br />
<strong>de</strong>l arte<br />
Julio César Londoño 1<br />
Desafiando el consenso unánime <strong>de</strong> los críticos, Julio César Londoño<br />
sostiene que la historia <strong>de</strong>l arte es una espiral ascen<strong>de</strong>nte.<br />
Aquí están sus razones.<br />
Pablo Picasso, Mujer llorando Robert Campin, Retrato <strong>de</strong> una mujer<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
72 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Existe entre los críticos una creencia que<br />
ha ido ganando con el tiempo carácter <strong>de</strong> dogma:<br />
no hay progreso en arte. La <strong>de</strong>mostración<br />
es económica y persuasiva, y se presenta<br />
siempre en forma <strong>de</strong> enumeración <strong>de</strong> obras<br />
prestigiosas: «Las pinturas <strong>de</strong> Altamira, La<br />
Ilíada, el Partenón y el David no han sido superados<br />
en siglos <strong>de</strong> aplicación, y las mejores<br />
obras <strong>de</strong> los siglos posteriores son, si acaso,<br />
igual <strong>de</strong> notables a estas cimas <strong>de</strong> la creación<br />
humana».<br />
Yo no comparto esta conclusión. Para empezar,<br />
<strong>de</strong>bo reconocer que encuentro la literatura<br />
clásica 2 , comparada con la contemporánea,<br />
reiterativa, lenta, previsible, y facunda<br />
como un viejito parlanchín.<br />
<strong>No</strong> tengo vocación <strong>de</strong> iconoclasta ni <strong>de</strong> evangelista<br />
<strong>de</strong> un nuevo culto, el culto a todo lo mo<strong>de</strong>rno.<br />
Lo que quiero, antes que convertir a nadie<br />
a mi «herejía», es explicarme a mí mismo un<br />
hecho insoslayable: ninguna obra clásica me<br />
conmueve tanto como algunos libros <strong>de</strong>l siglo<br />
XX; los mejores libros <strong>de</strong>l siglo XIX me parecen<br />
superiores a los <strong>de</strong>l XVIII y, extrapolando,<br />
aventuro que las obras literarias <strong>de</strong>l siglo n son<br />
superiores a las <strong>de</strong>l siglo n-1.<br />
La <strong>de</strong>mostración cabe en dos líneas: en las<br />
obras distinguimos el tema y la técnica. Los temas<br />
son los mismos ahora que hace dos mil<br />
años. Las técnicas se <strong>de</strong>puran todos los días.<br />
Por lo tanto el conjunto tema-técnica tien<strong>de</strong> a<br />
ser mejor cada vez. Ergo, el arte progresa.<br />
Que los temas <strong>de</strong>l arte son esencialmente<br />
los mismos ahora que al principio es algo<br />
evi<strong>de</strong>nte. El amor, la muerte, la ambición, los<br />
viajes, los mitos, el po<strong>de</strong>r, la sabiduría, la ley,<br />
la naturaleza, el <strong>de</strong>stino, los fantasmas interiores...,<br />
son los temas que han preocupado a<br />
los creadores <strong>de</strong> todos los tiempos. Quizá tengamos<br />
ahora menos dioses y hayamos ganado<br />
en cambio uno o dos argumentos (la inteligencia<br />
artificial, el tema <strong>de</strong>l «doble»), pero en<br />
general es válido afirmar que los creadores<br />
siguen urdiendo variaciones sobre los mismos<br />
asuntos; <strong>de</strong> manera que, en lo que a temas y<br />
argumentos respecta, el arte contemporáneo<br />
no es inferior al antiguo.<br />
En las obras distinguimos el tema<br />
y la técnica. Los temas son los<br />
mismos ahora que hace dos mil<br />
años. Las técnicas se <strong>de</strong>puran<br />
todos los días.<br />
En lo que atañe a la forma, los progresos<br />
son evi<strong>de</strong>ntes. En pintura, el <strong>de</strong>scubrimiento<br />
<strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong> la perspectiva por Paolo Ucello 3<br />
y Piero <strong>de</strong> la Francesca en el siglo XV le proporcionó<br />
a la pintura un instrumento <strong>de</strong> una<br />
agu<strong>de</strong>za nunca imaginada por los pintores<br />
antiguos. Y si la perspectiva añadió una dimensión<br />
espacial a la pintura, las obras <strong>de</strong><br />
Hyerónimus Bosch, Salvador Dalí y Renè<br />
Magritte le abrieron al túnel <strong>de</strong>l realismo ventanas<br />
hacia las vastas pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> la fantasía.<br />
El hiperrealismo <strong>de</strong> Alberto Vargas 4 y<br />
Darío Morales hace que la pintura figurativa<br />
1 Narrador y ensayista. Premio Juan Rulfo 1998. Ha publicado el libro <strong>de</strong> cuentos Los geógrafos y el volumen <strong>de</strong> divulgación científica ¿Por qué las moscas<br />
no van a cine? Colaboró con Cromos, El Espectador y El Malpensante. Es asesor <strong>de</strong> la Secretaría <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong> Cali y escribe para la revista Número y el<br />
diario El País.<br />
2 Con esta palabra se <strong>de</strong>signarán aquí obras consagradas <strong>de</strong>l arte o la literatura <strong>de</strong>l siglo XIX hacia atrás.<br />
3 Pintor renacentista a quien, según la leyenda, los pájaros que pintaba le revelaron los secretos <strong>de</strong> la perspectiva.<br />
4 Vargas fue un célebre ilustrador peruano <strong>de</strong> Play Boy, cuyos <strong>de</strong>snudos competían exitosamente con las fotografías <strong>de</strong> la revista.
Wassily Kandinsky, Improvisación 31 (Batalla Naval)<br />
anterior a ellos nos parezca ahora <strong>de</strong> un<br />
primitivismo enternecedor. El arte abstracto,<br />
hijo radical <strong>de</strong>l impresionismo -modalidad que<br />
había liberado al dibujo <strong>de</strong>l yugo <strong>de</strong> la línealiberó<br />
al color <strong>de</strong> la forma y permitió esas fiestas<br />
cromáticas <strong>de</strong> M. K. Chiurlionis, Wassily<br />
Kandinsky y Joan Miró.<br />
Aclaro que las últimas líneas son una digresión<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mostración que me propongo.<br />
<strong>No</strong> estoy afirmando que el arte abstracto<br />
sea superior al figurativo ni pretendo <strong>de</strong>sconocer<br />
que en aquella escuela pululan, como<br />
en todas, las obras <strong>de</strong> dudosa calidad. Sólo<br />
quiero subrayar lo importantes que son para<br />
el arte los experimentos, las aventuras, las<br />
transgresiones. Negarle al pintor estas posibilida<strong>de</strong>s<br />
sería con<strong>de</strong>narlo al figurativismo, a<br />
repetir hasta el cansancio sedas, ojos y cabellos<br />
perfectos, en círculos exasperantes <strong>de</strong> virtuosismo.<br />
Si dar ilusión <strong>de</strong> profundidad sobre un plano,<br />
lograr que una pintura <strong>de</strong>safíe el realismo<br />
<strong>de</strong> la fotografía o mandar todo a la porra y hacer<br />
manchas o rectángulos <strong>de</strong> escueta belleza no<br />
es progreso, entonces no sé qué lo sea.<br />
El progreso técnico <strong>de</strong>l cine es tan obvio<br />
que da pereza <strong>de</strong>mostrarlo. Para no citar los<br />
avances tecnológicos en imagen, sonido y efectos<br />
especiales, po<strong>de</strong>mos pensar en los parlamentos,<br />
tan largos y retóricos en los comienzos<br />
<strong>de</strong>l cine y ahora cortos y fluidos. O el<br />
movimiento <strong>de</strong> la cámara, que hizo por el lenguaje<br />
cinematográfico casi tanto como la metáfora<br />
por el lenguaje verbal. O la actuación,<br />
rígida y exagerada al comienzo y luego flexible<br />
y natural.<br />
En arquitectura, basta nombrar el arco, invención<br />
que curvó la piedra, llenó <strong>de</strong> gracia<br />
los cielorrasos y las fachadas, aumentó la «luz»<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
73
74 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Detrás <strong>de</strong> ese viejo sofisma,<br />
no existe progreso en arte,<br />
acecha el viejo miedo<br />
a la muerte.<br />
entre las columnas, <strong>de</strong>spejó los interiores <strong>de</strong><br />
los gran<strong>de</strong>s edificios y permitió los templos<br />
góticos, esas construcciones magníficas que<br />
se sostienen sobre sí mismas, como la fe. (Resulta<br />
paradójico notar que los griegos, geómetras<br />
consumados y estudiosos <strong>de</strong> las curvas<br />
cónicas, no inventaran el arco, carencia<br />
que los obligó a llenar <strong>de</strong> columnas el Panteón,<br />
para citar un ejemplo caro a los <strong>de</strong>tractores<br />
<strong>de</strong>l progreso <strong>de</strong>l arte. El arco fue un invento<br />
<strong>de</strong> los romanos, que <strong>de</strong> matemáticas<br />
pocón pocón). De la arquitectura mo<strong>de</strong>rna,<br />
hay que agra<strong>de</strong>cer su sobriedad, su inclinación<br />
por lo liso y lo vacío, los largos «vuelos»<br />
<strong>de</strong> las cubiertas y los balcones, y su tino al<br />
suprimir las figuras alegóricas, todos esos<br />
cupidos y musas y bacos que infestan la arquitectura<br />
neoclásica.<br />
En literatura hay unos hitos, fáciles <strong>de</strong> enumerar,<br />
que han contribuido mucho a su <strong>de</strong>sarrollo.<br />
Hacia el 180 antes <strong>de</strong> Cristo los gramáticos<br />
<strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong> Alejandría inventaron, adivinando<br />
la respiración <strong>de</strong> Homero, los signos<br />
<strong>de</strong> puntuación y pausaron las obras <strong>de</strong>l poeta.<br />
Sobra <strong>de</strong>cir que la versión resultante <strong>de</strong><br />
La Ilíada fue mucho más clara que la versión<br />
a renglón seguido que el tirano Pisístrato había<br />
hecho copiar cuatro siglos antes.<br />
A finales <strong>de</strong>l siglo XIX Edouard Dujardin 5<br />
y a principios <strong>de</strong>l XX Marcel Proust, James<br />
Joyce, Virginia Woolf y William Faulkner inventaron<br />
una manera inédita <strong>de</strong> narrar, el<br />
monólogo interior. Por primera vez el lector<br />
pudo escuchar los pensamientos <strong>de</strong> los personajes<br />
sin la intermediación <strong>de</strong>l narrador<br />
omnisciente y sin los artificiosos «apartes» y<br />
soliloquios <strong>de</strong> los dramaturgos. Para <strong>de</strong>cirlo<br />
con la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> Ernesto Sábato, «Joyce<br />
metió micrófonos en la cabeza <strong>de</strong> los personajes».<br />
En a<strong>de</strong>lante, las narraciones fueron<br />
íntimas, confi<strong>de</strong>nciales.<br />
Una <strong>de</strong> las cosas que entorpecen la narrativa<br />
antigua es la repetición innecesaria <strong>de</strong><br />
los parlamentos. Así, cuando Agamenón quiere<br />
sobornar a Aquiles para que regrese al combate<br />
manda una embajada al campamento<br />
<strong>de</strong>l pélida y le dice a Ulises que le ofrezca «siete<br />
trípo<strong>de</strong>s no expuestos aún al fuego, diez<br />
talentos <strong>de</strong> oro, veinte cal<strong>de</strong>ras relucientes y<br />
doce corceles rápidos y probados en las carreras.<br />
También siete mujeres lesbias, hábiles<br />
en labores primorosas, que yo mismo escogí<br />
cuando él tomó la bien construida Lesbos<br />
y que aventajaban en hermosura a todas las<br />
<strong>de</strong>más. Con ellas le entregaré a Briseida, que<br />
entonces le quité, y juraré solemnemente que<br />
jamás subí a su lecho». (La Ilíada, Canto IX).<br />
Como si fuera poco, y si los griegos alcanzan<br />
la victoria, le ofrece dotar a una <strong>de</strong> sus tres<br />
hijas, la que elija, para que la <strong>de</strong>spose, y siete<br />
ciuda<strong>de</strong>s ricas y populosas. Ulises va y repite,<br />
apenas dos páginas <strong>de</strong>spués, la larga lista<br />
<strong>de</strong> presentes. Duplicaciones semejantes se<br />
encuentran en La Biblia y El Ramayana, e<br />
incluso en obras medievales y renacentistas.<br />
Luego los narradores aprendieron a no<br />
malbaratar papel, a confiar en la memoria <strong>de</strong>l<br />
lector. También en su inteligencia. El autor<br />
contemporáneo sabe que <strong>de</strong>be pasar lo más<br />
inadvertido posible, y que no tiene que abundar<br />
en explicaciones porque hay cosas que<br />
todo el mundo entien<strong>de</strong> y otras que nadie<br />
5 Mediocre escritor francés que estrenó en Les lauriers sont coupés (Han talado los laureles, 1887) la técnica <strong>de</strong>l monólogo interior.
pue<strong>de</strong> explicar, por ejemplo el sabor <strong>de</strong> la<br />
naranja; o el <strong>de</strong> un beso. Entonces pone simplemente<br />
«naranja» –o «beso»– y el regusto<br />
memorioso <strong>de</strong>l lector hace el resto.<br />
Todo envejece, hasta la literatura. Sus metáforas<br />
se gastan, sus trucos se vuelven previsibles,<br />
y es <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> los autores renovarlos.<br />
Saben que ya no <strong>de</strong>ben equiparar los ojos a<br />
estrellas, ni el sueño a la muerte, ni el agua<br />
al tiempo, y crean nuevas metáforas y oxigenan<br />
el lenguaje.<br />
En el siglo XIX los poetas <strong>de</strong>cidieron que<br />
la poesía no tenía por qué cantar siempre cosas<br />
bellas o momentos sublimes ni estar escrita<br />
en lenguaje aséptico, y se atrevieron a<br />
cantar cosas prosaicas <strong>de</strong> manera franca (lo<br />
sórdido y hasta la carroña son <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />
asunto poético) usando para ello todo el<br />
lenguaje, no sólo palabras bonitas, y el verso<br />
rompió límites y multiplicó su potencia 6 . (En<br />
Colombia, para que nos entendamos, esta<br />
revolución es lo que explica el afortunado salto<br />
que va <strong>de</strong>l cauto y culterano Guillermo Valencia<br />
al vital y tremendista Barba Jacob).<br />
Demostrar que la literatura progresa, que<br />
sus estructuras son cada vez más ágiles, que<br />
el lenguaje literario es cada vez menos redundante<br />
y que el autor contemporáneo aprovecha<br />
mejor la inteligencia y el acervo vivencial <strong>de</strong>l<br />
lector para alcanzar sus propios fines es algo<br />
sencillo. Basta comprobar que la gravitación<br />
y el espíritu <strong>de</strong> Roma están más vivos en una<br />
página <strong>de</strong> las Memorias <strong>de</strong> Adriano <strong>de</strong> Margarita<br />
Yourcenar que en los volúmenes <strong>de</strong> Declinación<br />
y caída <strong>de</strong>l Imperio Romano <strong>de</strong> Edward<br />
Gibbon; que la esencia <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> Paolo<br />
Ucello está mejor atrapada en la poética biografía<br />
que hizo Marcel Schwob que en las arqueológicas<br />
páginas <strong>de</strong> Giorgio Vasari; que la<br />
crítica <strong>de</strong> Borges es mejor que la extraordinaria<br />
crítica <strong>de</strong> Valéry –que es superior a Wil<strong>de</strong>,<br />
que es superior a Saint Beuve–; o que, comparado<br />
con la amoralidad y la agu<strong>de</strong>za psicológica<br />
<strong>de</strong> A sangre fría, Crimen y castigo nos<br />
parece ahora un sermón <strong>de</strong>masiado obvio.<br />
Si progresan la medicina y la física, los textiles<br />
y la marroquinería, la cosmetología y la<br />
industria <strong>de</strong>l mueble, ¿por qué no habría <strong>de</strong><br />
hacerlo el arte? ¿Era el artista <strong>de</strong> ayer más<br />
inteligente que el <strong>de</strong> hoy? ¿Más sensible? ¿Tenía<br />
más recursos técnicos? ¿Más temas? Definitivamente<br />
no. ¿Entonces?<br />
Es una arrogancia vana <strong>de</strong> los artistas pensar<br />
que todo pue<strong>de</strong> progresar, ciencias y oficios,<br />
pero no el arte. En el fondo, sospecho,<br />
esa actitud revela la pretensión <strong>de</strong> encerrarse<br />
en una esfera sagrada, en un útero hermético<br />
y atemporal que garantice la eterna vigencia<br />
<strong>de</strong> sus obras y los salve <strong>de</strong>l olvido.<br />
Detrás <strong>de</strong> ese viejo sofisma, no existe progreso<br />
en arte, acecha el viejo miedo a la muerte.<br />
6 Ya François Villon había compuesto en el siglo XV poesía en esta dirección. Pero se consi<strong>de</strong>ra que es en el XIX, y concretamente con Bau<strong>de</strong>laire, cuando un<br />
grupo importante <strong>de</strong> poetas se rebela y se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> todo el lenguaje y <strong>de</strong> todos los temas.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
75
Lo que dictan<br />
los fantasmas<br />
¿Quién escribe cuando un escritor escribe?<br />
La pregunta parece estúpida, pero tomada en<br />
su espesor, está lejos <strong>de</strong> serlo. En efecto, hay<br />
una porción sustanciosa <strong>de</strong> las mejores obras<br />
literarias que parece escapar a la autoría <strong>de</strong><br />
quien las firma. Esta zona hurtada a la atribución<br />
personal es especialmente evi<strong>de</strong>nte en<br />
la poesía, pero también existe en la narrativa<br />
cuando los personajes cobran vida y caprichos<br />
propios, fugándose <strong>de</strong> la menguada omnipotencia<br />
<strong>de</strong> su lánguido creador.<br />
El interrogante sobre la autoría se extien<strong>de</strong><br />
igualmente a los temas. ¿Quién escoge los<br />
contenidos que <strong>de</strong>sarrolla el escritor? Los<br />
autores con frecuencia se sorpren<strong>de</strong>n ante el<br />
resultado <strong>de</strong> sus obras, parecen no reconocerse<br />
en ellas, llegan incluso a <strong>de</strong>screer <strong>de</strong><br />
haber sido ellos los culpables <strong>de</strong> los textos.<br />
Sin duda, hay un misterio <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> toda<br />
escritura creativa y libre. Es importante subrayar<br />
que no estamos hablando <strong>de</strong> cualquier<br />
clase <strong>de</strong> literatura. Hay escritos por encargo,<br />
hay tareas académicas, hay documentos <strong>de</strong><br />
trabajo que <strong>de</strong> ninguna manera podrían<br />
enfilarse en el espectro <strong>de</strong> la genuina literatura.<br />
Son textos amarrados a una autoridad,<br />
a una urgencia, a un interés, es <strong>de</strong>cir, no son<br />
palabras libres. De ellos no hablamos aquí.<br />
Para que el misterio acuda al acto literario<br />
es preciso que éste se <strong>de</strong>sarrolle en un ámbito<br />
<strong>de</strong> libertad, gratuidad y creación. La palabra<br />
cuando navega en el cauce <strong>de</strong>l arte cobra<br />
su pura índole expresiva, y es en este momento<br />
cuando concita a los ángeles <strong>de</strong> la casualidad<br />
y <strong>de</strong> la belleza. Estos ángeles son<br />
ariscos, azarosos, cubiertos <strong>de</strong> velos y <strong>de</strong> vapores<br />
que no los <strong>de</strong>jan ver con claridad. De<br />
ahí que valga la pregunta sobre los cinco signos<br />
que acechan la escritura creativa: ¿qué,<br />
cuándo, dón<strong>de</strong> y cómo escribe quien escribe,<br />
y quién es realmente el que escribe?<br />
Qué: los temas<br />
Arturo Guerrero 1<br />
Se ha abundado en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la escritura<br />
es un dictado, y el escritor un médium<br />
<strong>de</strong> fuerzas o presencias que le dictan. Mu-<br />
1 Estudió filosofía. Es periodista y escritor; columnista <strong>de</strong> El Colombiano y colaborador <strong>de</strong> El Tiempo; miembro <strong>de</strong> la corporación Medios para la Paz. Ha<br />
publicado La manipulación <strong>de</strong> la información, Nuevos vientos sobre el Caribe, Anarcoiris: textos casuales, Trópico: visiones <strong>de</strong> la naturaleza colombiana<br />
y El amor bravío.<br />
Ilustraciones <strong>de</strong> Carlos A. Cepeda<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
78 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
chos autores reconocen que sus mejores obras<br />
son aquellas que no han sido producidas con<br />
sujeción a un plan racional, sino que han<br />
brotado <strong>de</strong> fuentes incógnitas. De estos manantiales<br />
parecen emanar no sólo las palabras<br />
exactas, los ritmos, las furias musicales,<br />
sino incluso los temas mismos.<br />
Casi no hay autor que no reconozca esta<br />
alquimia, cuando alguien le pi<strong>de</strong> formular su<br />
poética. Así en el chileno Antonio Skármeta<br />
leemos «escribo para saber qué quiero escribir<br />
y estoy absolutamente disponible para las<br />
palabras. Por eso nunca escribo primero mentalmente».<br />
Si usted no sabe sobre qué escribir, escriba:<br />
ésta podría ser la consigna <strong>de</strong> esta especie<br />
<strong>de</strong> escuela prometeica <strong>de</strong> conocimiento.<br />
Robarles el fuego a los dioses es un acto a la<br />
vez intrépido y confiado. Porque no basta con<br />
el esfuerzo y con la aplicación frente a la pantalla.<br />
Es preciso abandonarse al fluido casual<br />
<strong>de</strong>l verbo. Y este abandono es enteramente<br />
opuesto a la programación racional <strong>de</strong>l texto.<br />
Por supuesto no se trata <strong>de</strong> expulsar a la inteligencia<br />
<strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> la creación, para que<br />
la fertilidad sea exclusiva responsabilidad <strong>de</strong><br />
los rayos <strong>de</strong> los dioses. Pero sí hay un énfasis<br />
en otra suerte <strong>de</strong> prestidigitación, diferente a<br />
la marcha metódica <strong>de</strong> los silogismos y las<br />
categorías.<br />
Octavio Paz propone el símil <strong>de</strong> la penumbra:<br />
bajar las bujías <strong>de</strong> la luz para que otras<br />
iluminaciones inalámbricas hagan su labor<br />
Si el escritor produjera textos<br />
sobre lo que ya sabe,<br />
<strong>de</strong>gradaría el acto creativo<br />
literario a una mera<br />
función notarial.<br />
sutil. «Los poetas dicen la verdad -escribe el<br />
Nóbel mexicano- cuando dicen que al comenzar<br />
a escribir un poema no saben lo que van<br />
a <strong>de</strong>cir. Escribimos para <strong>de</strong>cir lo no dicho y<br />
para saberlo... El poeta escribe sin darse cuenta<br />
clara <strong>de</strong> lo que se propone, no a ciegas. El<br />
poeta no escribe con los ojos cerrados, sino<br />
entreabiertos, en una penumbra».<br />
Si el escritor produjera textos sobre lo que<br />
ya sabe, <strong>de</strong>gradaría el acto creativo literario a<br />
una mera función notarial. De ahí que se escriba<br />
sobre lo que se ignora, precisamente<br />
para <strong>de</strong>rrotar esta ignorancia gracias al po<strong>de</strong>r<br />
cognoscitivo <strong>de</strong> la palabra. ¿Acaso la crucificada<br />
mitología <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte no comienza<br />
con la celebérrima afirmación <strong>de</strong> que «Al principio<br />
era el Verbo... Todas las cosas fueron<br />
hechas por Él, y sin Él no se hizo nada <strong>de</strong><br />
cuanto ha sido hecho»?<br />
La literatura es creación y toda creación genuina<br />
parte <strong>de</strong> la nada. De ahí que el poema<br />
construya y constituya su propia verdad, y que<br />
para hacerlo escoja las exactas palabras. José<br />
Donoso ha <strong>de</strong>sentrañado este carácter a la vez<br />
<strong>de</strong>miúrgico y epistemológico <strong>de</strong> la escritura en<br />
la siguiente afirmación: «Uno no escribe para<br />
<strong>de</strong>cir algo que sabe. Escribe para saber algo.<br />
Escribir es un proceso <strong>de</strong> conocimiento. La escritura<br />
es un aprendizaje, tú vas enseñándote<br />
a ti mismo tus métodos, tus triunfos, tus<br />
obsesiones, tus motivos».<br />
Al lado <strong>de</strong>l camino categorial <strong>de</strong> la razón,<br />
se levanta entonces este método <strong>de</strong> conocimiento,<br />
el <strong>de</strong> la escritura creativa, mediante<br />
el cual la realidad se va revelando por la vía<br />
<strong>de</strong>l arte.<br />
Quiénes: los fantasmas<br />
¿De qué escondido origen provienen los<br />
aprendizajes <strong>de</strong> la literatura? ¿Si el autor no<br />
es el responsable completo <strong>de</strong> su producción,
quién o quiénes lo asisten, qué mentes insuflan<br />
lo que se conoce como inspiración? ¿Son<br />
las fuentes <strong>de</strong> este conocimiento interiores al<br />
hombre o se pue<strong>de</strong> conjeturar su existencia<br />
exterior e in<strong>de</strong>pendiente?<br />
Es evi<strong>de</strong>nte que éstas no son preguntas dirigidas<br />
a la ciencia. La vía intuitiva para apropiarse<br />
<strong>de</strong>l mundo, que correspon<strong>de</strong> al arte,<br />
escapa al contenido y al método <strong>de</strong> la vía argumental<br />
y experimental <strong>de</strong> las ciencias. De<br />
ahí que cada pueblo y cada edad <strong>de</strong> la humanidad<br />
haya resuelto el enigma apelando a las<br />
sutilezas <strong>de</strong>l mito, a pesar <strong>de</strong> que en el siglo<br />
XX se haya creído hablar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong><br />
los mitos y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la supremacía <strong>de</strong> la razón.<br />
En su prólogo a Obra Poética, 1923-1976,<br />
Jorge Luis Borges hizo un rastreo <strong>de</strong> los principales<br />
intentos <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte. «Toda poesía<br />
-escribió- es misteriosa; nadie sabe <strong>de</strong>l todo<br />
lo que le ha sido dado escribir. La triste mitología<br />
<strong>de</strong> nuestro tiempo habla <strong>de</strong> la subconciencia<br />
o, lo que aún es menos hermoso,<br />
<strong>de</strong> lo subconsciente; los griegos invocaban la<br />
musa, los hebreos el Espíritu Santo, el sentido<br />
es el mismo».<br />
Cinco <strong>de</strong> las nueve musas atendían los géneros<br />
literarios <strong>de</strong>l teatro, la poesía y la oratoria,<br />
conocidos por los griegos: Talía, la comedia;<br />
Melpómene, la tragedia; Erato la elegía;<br />
Polimnia, la poesía lírica; y Calíope, la épica y<br />
la elocuencia. Eran diosas con ubicación entre<br />
las trescientas cincuenta divinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />
Panteón.<br />
El Espíritu Santo, en tanto tercera persona<br />
<strong>de</strong> la Trinidad, participa <strong>de</strong> la unicidad<br />
<strong>de</strong>l Dios cristiano. Su soplo es el agente <strong>de</strong> la<br />
inspiración <strong>de</strong> los hombres. Ahora bien, la<br />
tristeza <strong>de</strong> la mitología hoy vigente, a la que<br />
alu<strong>de</strong> Borges, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a que el subconsciente,<br />
don<strong>de</strong> se escon<strong>de</strong> lo que escapa a<br />
la introspección consciente <strong>de</strong>l individuo, no<br />
tiene ante la imaginación el colorido, las pasiones<br />
ni la forma <strong>de</strong> los vetustos dioses griegos<br />
y judíos.<br />
Llámense como se llamaren las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s o<br />
los fenómenos mentales que propician los conocimientos<br />
<strong>de</strong> la escritura, lo cierto es que<br />
en este ámbito reina el misterio. Porque entre<br />
los dioses y el subconsciente es poco lo que<br />
se logra iluminar <strong>de</strong> este proceso casual y<br />
variopinto. En este punto es todavía más cierto<br />
que el mayor patrimonio <strong>de</strong> los hombres es el<br />
misterio. Y tal vez el más bello, porque encierra<br />
al mismo tiempo todos los horrores y todas<br />
las maravillas.<br />
De ahí que el pintor y poeta Héctor Rojas<br />
Herazo prefiera referirse a ‘fantasmas’, para<br />
hablar <strong>de</strong> estas presencias. «Cualquier actividad<br />
con impulso creativo -afirma- está manejada<br />
por fantasmas. Ellos eligen y manejan a<br />
su antojo. Lo <strong>de</strong>más, por parte <strong>de</strong> la víctima,<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
79
80 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
no es otra cosa que temor en el <strong>de</strong>sarme».<br />
Víctima temerosa y <strong>de</strong>sarmada, eso es el escritor<br />
según este juicio. Y por encima <strong>de</strong> esta<br />
víctima, pululan los fantasmas, seres ululantes<br />
sin cara, escondidos <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> telas, que en<br />
la mayoría <strong>de</strong> los casos provocan pánico antes<br />
<strong>de</strong> plasmar su obra ajena.<br />
Cuándo: el abandono<br />
La llegada <strong>de</strong> los fantasmas es inescrutable.<br />
<strong>No</strong> se <strong>de</strong>jan manejar al arbitrio humano,<br />
ya que su ámbito es el <strong>de</strong> la gratuidad. <strong>No</strong><br />
obe<strong>de</strong>cen a intereses, a esfuerzos ni a merecimientos.<br />
Sus regalos vienen en forma <strong>de</strong><br />
dones, <strong>de</strong> dádivas insensatas. La palabra verda<strong>de</strong>ra<br />
exige, eso sí, la disponibilidad <strong>de</strong>l mediador,<br />
un estado <strong>de</strong> alerta y <strong>de</strong> preparación<br />
para su eventual acontecer.<br />
Álvaro Mutis, poeta y novelista, se refiere<br />
a esta exigencia en términos oníricos: «Escribo<br />
como sonámbulo. Van saliendo las cosas».<br />
El autor aparece sumergido en una pérdida<br />
<strong>de</strong> su conciencia, en una semivigilia. En cambio<br />
las cosas, los textos, cobran una subjetividad<br />
que las hace protagonistas <strong>de</strong> iniciativa,<br />
<strong>de</strong> conducción y <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.<br />
El tiempo <strong>de</strong> la inspiración es el <strong>de</strong>l abandono.<br />
El hombre baja sus armas inteligentes,<br />
se relaja y se entrega a la fatalidad. Él sabe<br />
que el acierto no es motivado por sus muchos<br />
sudores ni causado por sus habilida<strong>de</strong>s,<br />
sino por un <strong>de</strong>signio que le es arisco en<br />
sus conductas. «La palabra te la dan, no la<br />
mereces», respondió alguna vez el chileno<br />
Gonzalo Rojas, cuando le preguntaron ¿cómo<br />
le viene la poesía?<br />
<strong>No</strong> hay que creer, claro está, que el trabajo<br />
literario es inútil y que todo se resuelve acostándose<br />
en una hamaca con una botella <strong>de</strong><br />
ron y un tabaco, a la espera <strong>de</strong> los dardos <strong>de</strong><br />
las musas. En primer lugar, la escritura creativa<br />
supone que el autor ha alcanzado por<br />
parejo una estatura humana digna y una <strong>de</strong>streza<br />
<strong>de</strong>stacada con el instrumento <strong>de</strong>l lenguaje.<br />
Hay que ser hombre antes que escritor.<br />
Hay que dominar las técnicas <strong>de</strong> la lengua<br />
y <strong>de</strong> la escritura. Estas <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s y habilida<strong>de</strong>s<br />
son prerrequisito <strong>de</strong>l abandono, son el<br />
otro polo <strong>de</strong> la creación.<br />
El novelista francés Olivier Rolin supo dibujar<br />
esta doble tensión en el siguiente texto:<br />
«El trabajo <strong>de</strong>l escritor implica una especie<br />
<strong>de</strong> abandono, <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse ir hacia los <strong>de</strong>monios<br />
internos. Es lo contrario <strong>de</strong>l trabajo en<br />
sí. El escritor no tiene por qué trabajar. Tiene<br />
que <strong>de</strong>jarse ir en sus aspiraciones. Es un no<br />
trabajo, es un trabajo que requiere <strong>de</strong> disciplina,<br />
escritura y estilo. Esta es la polarización<br />
entre el abandono y la disciplina».<br />
El trabajo que no es trabajo es un pretrabajo<br />
y un postrabajo. Pretrabajo <strong>de</strong> preparación<br />
que pue<strong>de</strong> tomar media vida, durante la<br />
cual se ejercita una disciplina, se castiga un
El tiempo <strong>de</strong> la inspiración<br />
es el <strong>de</strong>l abandono. El hombre<br />
baja sus armas inteligentes,<br />
se relaja y se entrega<br />
a la fatalidad.<br />
estilo. Y postrabajo <strong>de</strong> corrección y estructuración,<br />
que hace pasar el material espontáneo<br />
<strong>de</strong> la creación por los filtros minuciosos<br />
<strong>de</strong> las exigencias formales, <strong>de</strong> las nomenclaturas<br />
rítmicas. Para el escritor el trabajo específico<br />
<strong>de</strong> creación no es un trabajo, dado<br />
que el trabajo real es un requerimiento. El<br />
nacimiento <strong>de</strong> la obra suce<strong>de</strong> en la hora <strong>de</strong>l<br />
abandono, que es lo contrario <strong>de</strong>l trabajo.<br />
Dón<strong>de</strong>: el silencio<br />
El escritor no es un aventurero, no es el<br />
que más países ha andado, el que ha hablado<br />
con más gentes, el que conoce innumerables<br />
historias ajenas. La escritura se resuelve<br />
más en los meandros interiores <strong>de</strong>l ser,<br />
que en los escenarios variados <strong>de</strong> la realidad<br />
exterior. Es posible que alguien muy experimentado<br />
en todas las latitu<strong>de</strong>s y muy mundano<br />
en sus relaciones sociales fracase al intentar<br />
el relato <strong>de</strong> sus hazañas. En contraste,<br />
un poeta logra adivinar el pasmo <strong>de</strong>l primer<br />
mongol que atravesó el estrecho <strong>de</strong> Behring<br />
hace veinte mil años, sin haber tenido contacto<br />
directo con ese hielo.<br />
Los fantasmas que dictan, si es que hay<br />
fantasmas y si los fantasmas dictan, prefieren<br />
una atmósfera para <strong>de</strong>jar caer sus punzadas.<br />
Es la atmósfera <strong>de</strong> la soledad, don<strong>de</strong><br />
es dable escuchar el silencio <strong>de</strong>l que surgen<br />
con mayor niti<strong>de</strong>z los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alma. Es en<br />
el aquietamiento interior don<strong>de</strong> se propicia el<br />
dardo azaroso <strong>de</strong> la palabra.<br />
Kafka lo experimentó <strong>de</strong> manera perentoria<br />
y <strong>de</strong>jó al respecto la siguiente expresión<br />
aleccionadora: «<strong>No</strong> hay necesidad <strong>de</strong> salir <strong>de</strong><br />
la habitación. Basta con sentarse a la mesa y<br />
escuchar. Ni siquiera hay que esperar, sólo<br />
apren<strong>de</strong>r a estar en silencio, quieto y solitario.<br />
El mundo se te ofrecerá libremente para<br />
ser <strong>de</strong>scubierto. Él no tiene otra alternativa;<br />
caerá en éxtasis a tus pies».<br />
El <strong>de</strong>spojo interior supone la confianza en<br />
la existencia <strong>de</strong>l dictado. Si se rin<strong>de</strong>n las armas,<br />
es porque se está seguro <strong>de</strong> que otras<br />
potencias más altas entrarán en acción para<br />
hacer <strong>de</strong>scubrir y conquistar nuevos continentes.<br />
En la soledad el escritor apela a instancias<br />
enigmáticas, a sabiendas <strong>de</strong> que éstas<br />
son generosas pero tienen sus propias<br />
reglas <strong>de</strong>sconocidas.<br />
Cómo: los milagros<br />
El procedimiento mediante el que operan<br />
los fantasmas, las musas, los dioses y el subconsciente<br />
es el <strong>de</strong>l milagro, es <strong>de</strong>cir, el ejercicio<br />
eficaz y secreto que provoca la admiración<br />
<strong>de</strong> la razón. Se admira aquello que escapa<br />
a los controles habituales <strong>de</strong> la facultad inteligente.<br />
La admiración es la contemplación<br />
arrobada <strong>de</strong> fenómenos que superan la estatura<br />
humana. Quien admira admite la carta<br />
<strong>de</strong> ciudadanía <strong>de</strong>l misterio en el orbe <strong>de</strong> las<br />
tareas <strong>de</strong>l hombre, reconoce que es imposible<br />
para las faculta<strong>de</strong>s terrestres abarcar con<br />
satisfacción las costuras <strong>de</strong>l universo.<br />
Uno <strong>de</strong> los campeones más lúcidos <strong>de</strong> la<br />
física mo<strong>de</strong>rna, Albert Einstein, reconoció que<br />
el misterio es una <strong>de</strong> las dimensiones más<br />
sugestivas <strong>de</strong> la realidad, y llegó a formular<br />
una división en la manera <strong>de</strong> habitar el planeta.<br />
«Hay dos formas <strong>de</strong> vivir la vida -sen-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
81
82 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
tenció. Una es como si nada fuera un milagro.<br />
La otra es como si todo lo fuera».<br />
Bien vistas las cosas, cada ingrediente <strong>de</strong><br />
la gran sopa primordial, cada grano <strong>de</strong> la materia,<br />
cada onda <strong>de</strong> la energía, la enorme relojería<br />
<strong>de</strong> los cielos, la minúscula filigrana <strong>de</strong>l<br />
pensamiento son otros tantos prodigios, más<br />
antiguos, más extendidos, más intrincados<br />
que la presencia misma <strong>de</strong> los hombres en<br />
sus tacañas existencias individuales y en la<br />
suma <strong>de</strong> las gestas <strong>de</strong> los pueblos.<br />
La escritura, en tanto acto creativo, no escapa<br />
<strong>de</strong> esta ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> sortilegios. Un autor<br />
es un <strong>de</strong>miurgo <strong>de</strong> planetas espirituales, que<br />
<strong>de</strong>be su omnipotencia a factores ajenos a su<br />
arbitrio. De ahí que ante la obra final <strong>de</strong> sus<br />
palabras, muchos <strong>de</strong> ellos reaccionen con incredulidad,<br />
arrobo y agra<strong>de</strong>cimiento. Es la<br />
postura apenas obvia ante el milagro.<br />
Cuando Juan José Arreola dice que «escribo<br />
porque creo en milagros», está reconociendo<br />
en su ejercicio literario la índole escondida<br />
<strong>de</strong> la grafía fundamental. Y a la vez está<br />
admitiendo la entrega a uno <strong>de</strong> los motores<br />
<strong>de</strong>l oficio creativo, que consiste en experimentar,<br />
así sea como médium, la cercanía al pensamiento<br />
<strong>de</strong> Dios.<br />
M.C. Escher
Cuatro<br />
poetascolombianos<br />
NANA DE LOS GAMINES<br />
diego echeverry<br />
Diego Echeverry<br />
A Antonio Álvarez Caicedo, <strong>de</strong>saparecido<br />
en Colombia en marzo <strong>de</strong> 1999<br />
Bajo lunas bravías<br />
y lluvias salivosas<br />
los gamines se enroscan<br />
en camastros <strong>de</strong> asfalto.<br />
Ocupan los rincones <strong>de</strong> la noche,<br />
se hun<strong>de</strong>n <strong>de</strong> súbito en el vértigo.<br />
Mientras yacen dormidos,<br />
<strong>de</strong>sgonzados rastrean<br />
los ancestros <strong>de</strong> su tribu<br />
y dioses azarosos<br />
les conce<strong>de</strong>n frutos<br />
<strong>de</strong> un común árbol genealógico.<br />
Por un instante hallan<br />
su verda<strong>de</strong>ro rostro,<br />
el origen sagrado<br />
que guarda sus rebaños.<br />
Más tar<strong>de</strong> los <strong>de</strong>spierta<br />
el sobresalto.<br />
Un sol apátrida <strong>de</strong>güella<br />
las tímidas ovejas <strong>de</strong> su sueño;<br />
los lanza sin parientes<br />
por las calles <strong>de</strong>l mundo.<br />
FIGURA DE MUCHACHO<br />
CON REVÓLVER<br />
Por calles culebreantes<br />
mientras la luna trepa<br />
sobre el perfil <strong>de</strong>l barrio<br />
y grupos <strong>de</strong> muchachos<br />
corroen las esquinas<br />
toman cuerpo los crímenes.<br />
Obreros gastados por el uso<br />
mueven las poleas<br />
<strong>de</strong> su andar <strong>de</strong>rruido,<br />
autos fantasmas mero<strong>de</strong>an<br />
el dorso <strong>de</strong>l ocaso<br />
y sobre el aire<br />
polvosa y lenta<br />
la medianoche empluma.<br />
Barrio a<strong>de</strong>ntro<br />
entre parques baldíos<br />
y tapias inconclusas<br />
los muchachos insomnes<br />
aguardan, en cuclillas, la hora.<br />
Entonces<br />
una voz terca nombra<br />
al futuro difunto.<br />
Los muchachos fustigan<br />
la moto pedregosa.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
84 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Fernando Denis<br />
Fernando Denis<br />
POEMA DEL TALLADOR<br />
Cuando el momento más elevado <strong>de</strong>l color<br />
Del paisaje, su integridad en el tiempo,<br />
O su verbo cansado en metáforas<br />
Encien<strong>de</strong> todas las pupilas <strong>de</strong>l mundo.<br />
La luz irreverente <strong>de</strong> otros ojos subterráneos<br />
Te mirará<br />
Y ar<strong>de</strong>rás para siempre hasta el milagro.<br />
Esta piedra está llena <strong>de</strong> ojos.<br />
Des<strong>de</strong> su mar intenso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus bosques <strong>de</strong> asombro.<br />
Correrá el día y la noche.<br />
Inventará el <strong>de</strong>stino otros pinceles para Turner,<br />
Cantará el verano con ver<strong>de</strong>ante luci<strong>de</strong>z<br />
El nombre que pondrá la vida sobre tus hombros.<br />
¿Qué luz matará lo más ver<strong>de</strong>, qué relámpago?<br />
¿Qué incesante gota <strong>de</strong> mar borrará esta esmeralda?<br />
Amanece, la mano <strong>de</strong>l amor reinventa los colores,<br />
El cielo crece en la <strong>de</strong>licada boca <strong>de</strong>l verano.<br />
Arriba, impetuoso, el sol cambia la luz <strong>de</strong> las nubes<br />
Mientras tallo para ti su fuego entre mis manos.<br />
¡Menudo poeta tenemos en Fernando Denis! Pequeño <strong>de</strong> estatura, sobrio <strong>de</strong> carnes,<br />
errabundo sin consuelo por la Avenida 19, este cienaguero ha construido con <strong>de</strong>nsidad<br />
y esplendor una poética sin antece<strong>de</strong>ntes en el panorama latinoamericano, pues se trata<br />
<strong>de</strong> impulsar <strong>de</strong> nuevo el prerrafaelismo que nos legara el poeta inglés Dante Gabriel<br />
Rosetti. ¡Quién sabe qué crimen cometió este Dante en vida que reencarnó en Fernando!<br />
Ha publicado |La criatura invisible en los crepúsculos <strong>de</strong> William Turner. Denis, quien<br />
con un pie en el estribo nos dice que se siente —y es— un <strong>de</strong>splazado en Bogotá, nos<br />
cuenta otro sorpren<strong>de</strong>nte dato: ‘He escrito ensayos sobre literatura inglesa y traducido<br />
poemas <strong>de</strong> Derek Walcott, G.K. Chesterton, Robert Browning, T.S. Eliot, Dante Gabriel<br />
Rosetti, Ch.A. Swinburne, entre otros’. Jota Mario Arbeláez.
LOS QUE SE ENCONTRARON<br />
De una tela <strong>de</strong> Dante Gabriel Rosetti<br />
A Eduardo García Aguilar<br />
Buscando la última luz roja <strong>de</strong>l crepúsculo<br />
<strong>No</strong>s internamos en el bosque<br />
Dicen que en este árbol que ha crecido horizontal dormía Merlín,<br />
Y las más hermosas mujeres,<br />
Inclusive las que se <strong>de</strong>spertaban en sus tumbas<br />
Venían a ver su sueño.<br />
El árbol llovía en llamas azules como su traje,<br />
Como sus ojos.<br />
Arriba la luna se asomó como un espejismo<br />
Para guiarnos hasta el río inmenso<br />
Que dolía en nuestras pupilas.<br />
Las piedras que arrojamos no tenían más <strong>de</strong>seos<br />
Que nuestros rostros juntos esculpidos en una roca<br />
Hechos con esas piedras.<br />
Vimos a Orión, que nos <strong>de</strong>fendía con su espada <strong>de</strong> la soledad<br />
Y <strong>de</strong>jábamos atrás el mundo entero<br />
Cuando me tocaba su mano infinita…<br />
Y el óleo intenso <strong>de</strong> aquella noche<br />
Lo sentía en mis labios.<br />
Dibujé en bocetos, que el carbón corregía en mi memoria,<br />
La belleza que su rostro retenía.<br />
La brisa encendía sus cabellos en ese paisaje<br />
Que veíamos en los cuadros <strong>de</strong> Turner.<br />
Siéntate a contemplar el mar<br />
En sus orillas.<br />
Cortamos por el sen<strong>de</strong>ro más iluminado<br />
Pero el mundo se <strong>de</strong>tenía a cada paso suyo.<br />
De pronto, una imagen, un espejo<br />
Y ella se <strong>de</strong>smaya en mis brazos<br />
Mientras yo temblaba…<br />
Un hombre y una mujer idénticos<br />
Sonriendo, como si lo más hermoso<br />
Estuviera <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ellos.<br />
Fernando<br />
Aparecieron <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l árbol.<br />
Él era yo, ella era ella, mi amada;<br />
Y <strong>de</strong>spués todo se <strong>de</strong>tuvo en el asombro.<br />
Merlín, ¿dón<strong>de</strong> estabas, si no dormías<br />
En el tronco <strong>de</strong> ese árbol solitario?<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
85<br />
Denis
86 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
henry valencia<br />
Henry Valencia<br />
Borges <strong>de</strong>claró que el verda<strong>de</strong>ro sentido <strong>de</strong> la poesía se pier<strong>de</strong> cuando hablamos<br />
<strong>de</strong> ella y que el poema <strong>de</strong>be invadir nuestro espíritu <strong>de</strong> una manera<br />
incomprensible para la razón. Hablar <strong>de</strong> la poesía <strong>de</strong> Henry Valencia es como<br />
usurpar un espacio sagrado reservado para el puro goce <strong>de</strong> los sentidos. O<br />
<strong>de</strong>l primero <strong>de</strong> los sentidos, que es el alma. Nacidos <strong>de</strong> su inagotable y permanente<br />
sorpresa ante el mundo, <strong>de</strong> su extrañamiento y su maravilla ante<br />
cada uno <strong>de</strong> los hechos -a la manera <strong>de</strong> Clarice Lispector en que pensar es un<br />
acto, sentir es un hecho- <strong>de</strong> la naturaleza: la hoja <strong>de</strong>l árbol, el árbol todo, el<br />
vuelto perfil <strong>de</strong> la muchacha en el bar o la palabra mágica recién pronunciada,<br />
sus poemas tienen un tono íntimo, grave, apasionado. Y el murmullo <strong>de</strong><br />
sus músicas se instala en nuestros oídos hondamente, <strong>de</strong>licadamente, aún<br />
cuando a veces puedan, también, revelarnos el universo mismo “con toda su<br />
pesada carga <strong>de</strong> fatalidad”, como querría Hol<strong>de</strong>rlin. Claudia Gallego.<br />
TEOREMA<br />
Y entonces<br />
quemé <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> mí<br />
las naves, tus labios,<br />
para oponerme,<br />
para inventar <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> mí la<br />
otra orilla, tus labios,<br />
para creer en mí, y toda<br />
esta angustia<br />
<strong>de</strong>trás y sin orillas.<br />
Entonces<br />
alguien abrió la puerta<br />
oscura <strong>de</strong> mi cuarto<br />
y en mi pupila acostumbrada<br />
a la oscuridad<br />
hubo una grieta<br />
irrumpió una luz<br />
una flor.<br />
<strong>No</strong> hablo <strong>de</strong> Dios.<br />
Pero hay creyentes que<br />
escuchan con fervor<br />
tus labios <strong>de</strong>l ardiente o álgido<br />
color <strong>de</strong>l atar<strong>de</strong>cer,<br />
tus labios en nuestra orilla,<br />
y proclaman que Dios y la luz<br />
son percepciones caóticas,<br />
que no existe manera <strong>de</strong> equipararlos,<br />
que hay duda en Dios y vacilación<br />
y alre<strong>de</strong>dor que toda luz es faro<br />
es <strong>de</strong>cir cuerpo<br />
es <strong>de</strong>cir rumbo.
SIN TÍTULO II<br />
UN HAIKU<br />
Gotas <strong>de</strong> agua nocturna<br />
en las ramas <strong>de</strong>l ciprés<br />
gotas <strong>de</strong> agua al amanecer<br />
<strong>de</strong>l color <strong>de</strong> la luna redonda<br />
como diciéndonos<br />
<strong>de</strong> la brevedad, <strong>de</strong> la eternidad,<br />
<strong>de</strong> lo precioso <strong>de</strong> cada instante.<br />
Ante un árbol milenario,<br />
digamos una Ceiba,<br />
hecho <strong>de</strong> ramas<br />
que dan la impresión<br />
<strong>de</strong> sostener todo el cielo<br />
muchas pequeñas hojas<br />
según dicta la época <strong>de</strong>l año<br />
una Ceiba como un viejo sabio<br />
según dicta la cordura.<br />
Y pasa una muchacha<br />
y la Ceiba se <strong>de</strong>rrumba en mis ojos<br />
y es nada ante ese contoneo<br />
<strong>de</strong> sus ca<strong>de</strong>ras,<br />
y me pregunto,<br />
porque he oído el ritmo <strong>de</strong> la Ceiba,<br />
lo he oído,<br />
y he sentido el ritmo en las ca<strong>de</strong>ras<br />
<strong>de</strong> la muchacha,<br />
qué se <strong>de</strong>rrumba en mis ojos,<br />
oh Dios, qué.<br />
CARMEN ELVIRA<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
87<br />
Mira<br />
esta tar<strong>de</strong> se parece a otra<br />
más antigua<br />
tar<strong>de</strong>.<br />
Nada ha cambiado en ellas:<br />
hay árboles<br />
y el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> sus árboles es inefable<br />
y pájaros con su gorjeo<br />
y hojas i<strong>de</strong>adas por el aire<br />
<strong>de</strong>l algarrobo, <strong>de</strong> la araucaria,<br />
<strong>de</strong>l canelo,<br />
<strong>de</strong>l árbol milagroso <strong>de</strong>l saúco.<br />
Es, pues, la misma tar<strong>de</strong> con sus nubes<br />
<strong>de</strong> fuego<br />
<strong>de</strong>l color <strong>de</strong> la tierra <strong>de</strong>l atar<strong>de</strong>cer<br />
y <strong>de</strong> la frágil llovizna sin orillas<br />
a la madrugada<br />
y estos cerros, su presente perfil,<br />
que con los años no han cambiado<br />
como tu rostro que permanece y se modifica.<br />
Es igual esta tar<strong>de</strong>,<br />
<strong>de</strong>solada, fría, inapelable,<br />
y aquel día, ¿recuerdas?,<br />
<strong>de</strong> tu irreparable <strong>de</strong>cisión,<br />
la muerte<br />
que hirió sin compasión al día, a la carne,<br />
el día<br />
que me recuerda y que me hiere<br />
con nombres que lo habitan,<br />
y uno es el nombre, el tuyo.
88 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
andrea<br />
Andrea Cote<br />
cote<br />
(1) Ver llover<br />
Sé que la lluvia también es un dios, atroz como el otro,<br />
calmo como el otro. Lo sé porque veo a los hombres pronunciar<br />
alelados los dos nombres posibles <strong>de</strong> la lluvia en<br />
sus tar<strong>de</strong>s más grises, diciendo: ven y bórralo todo, ven y<br />
llénalo todo.<br />
Y siento la fe <strong>de</strong>l hombre que trabaja por el premio <strong>de</strong> la lluvia,<br />
que es el agua misma que la tocó a ella, que la bañó a ella,<br />
en la que ella ya durmió. Y sé que a todos les espanta ese rumor<br />
a cuentagotas <strong>de</strong> la lluvia que viene, con su misma cantata sin<br />
<strong>de</strong>suso y obliga a correr apresurados y cerrar las puertas <strong>de</strong> las<br />
casas que, <strong>de</strong> no ser así, se llenarán <strong>de</strong> lluvia y serán <strong>de</strong> la lluvia,<br />
como lo es el río que <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la lluvia está. Igual que todo sonido<br />
que no acaba <strong>de</strong> opacar su rumor, <strong>de</strong> <strong>de</strong>slucir su rumor.<br />
Corren por eso los hombres humillados a cerrar las puertas <strong>de</strong> las<br />
casas que guarecen la belleza <strong>de</strong> las mujeres, su belleza soleada, siempre<br />
menos clara que el agua.<br />
(3)<br />
En el fondo sé que la estrechez <strong>de</strong> nuestras calles es un anuncio <strong>de</strong> la noche<br />
que muere por contarte que cada día se va <strong>de</strong>finitivo, llevando un tren abarrotado<br />
<strong>de</strong> prodigios, que es el tren <strong>de</strong>l día que se cobra todas las cosas que ya<br />
no conocerás, las que nunca te harán mal; y por eso, tristemente intacto, vuelves<br />
a tu casa huyendo <strong>de</strong> la lluvia, soslayando la lluvia, pero sabiendo, al final,<br />
que esa mujer se adornaba con el agua, flor <strong>de</strong> marfil, pero sabiendo que ella era<br />
bella por la lluvia, pincel <strong>de</strong>l agua, y que el sonido repetido en cada calle era ella,<br />
rincón <strong>de</strong>l mundo, y que el rumor in<strong>de</strong>scifrable era su nombre aún sin pronunciar,<br />
porque al final, ese tren también es ella que se va con su beso <strong>de</strong>tenido, confundido<br />
entre las cosas que ya no suce<strong>de</strong>rán.<br />
(6) Desierto<br />
La tierra que jamás quiso tocar el agua es el <strong>de</strong>sierto que al <strong>No</strong>rte<br />
está creciendo como un estrago <strong>de</strong> luz.<br />
Pero los hombres que han visto el <strong>de</strong>spoblado -su amplitud sin sobresaltos-<br />
saben que no es cierto que la tierra esté reseca por capricho,<br />
o sin ninguna bondad, es nada más su manera <strong>de</strong> mostrar lo<br />
que transcurre bellamente sin nosotros.
Mutación<br />
mortal<br />
Hacía ya varios años que una nueva raza <strong>de</strong><br />
humanos había aterrizado en Marte, luego <strong>de</strong><br />
muchos fracasos con los intentos <strong>de</strong> hacerlo<br />
con el homo sapiens sapiens, creado pacientemente<br />
por la Madre Naturaleza luego <strong>de</strong><br />
cuatro millones <strong>de</strong> años <strong>de</strong> prueba y error; por<br />
no <strong>de</strong>cir, luego <strong>de</strong> tres mil millones <strong>de</strong> años <strong>de</strong><br />
evolución biológica <strong>de</strong>l planeta Tierra.<br />
Un clan<strong>de</strong>stino grupo <strong>de</strong> científicos a comienzos<br />
<strong>de</strong>l siglo XXI, a pesar <strong>de</strong> estar temerosos<br />
<strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> los hombres,<br />
se <strong>de</strong>dicó a criar unos engendros que muchos<br />
años <strong>de</strong>spués serían llamados homo miostatinos,<br />
logrando con los humanos lo que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
varios años antes se hacía con varias razas<br />
<strong>de</strong> bovinos a los que provocaron una<br />
mutación genética que impi<strong>de</strong> que una sustancia<br />
llamada miostatina sea efectiva 2 y da<br />
como resultado un aumento dramático <strong>de</strong>l<br />
crecimiento muscular. Así produjeron una<br />
nueva raza <strong>de</strong> humanos todo músculos, sin<br />
un gramo <strong>de</strong> grasa y con una característica<br />
sobresaliente: un gran culo <strong>de</strong> pura fibra que<br />
los <strong>de</strong>lataba con el solo hecho <strong>de</strong> estar <strong>de</strong> pie.<br />
Los culones, como se les conocía en la jerga<br />
planetaria, para el año 2040 ya llegaban a<br />
varios millones concentrados principalmente<br />
1 Administrador público. Jefe <strong>de</strong> la Oficina Asesora <strong>de</strong> Control Interno, <strong>Universidad</strong> <strong>Distrital</strong> <strong>Francisco</strong> José <strong>de</strong> <strong>Caldas</strong>.<br />
Orlando Sierra Ordóñez 1<br />
en el sur <strong>de</strong> los Estados Unidos <strong>de</strong> <strong>No</strong>rteamérica<br />
y en Europa, <strong>de</strong> la que ya prácticamente<br />
se habían apo<strong>de</strong>rado por completo y habían<br />
generado la primera más gran<strong>de</strong> división <strong>de</strong><br />
la humanidad, pues a pesar <strong>de</strong> que la historia<br />
<strong>de</strong> la humanidad es la historia <strong>de</strong> las guerras<br />
y la exclusión por motivos raciales, religiosos<br />
y políticos, nunca antes se había<br />
producido una brecha tan enorme entre la<br />
antigua especie <strong>de</strong> los “hijos <strong>de</strong> natura” y los<br />
nuevos homo miostatinos.<br />
El asunto es que la discriminación nació<br />
tan pronto se dieron las primeras noticias por<br />
el año 2007 sobre la existencia <strong>de</strong> un grupo<br />
<strong>de</strong> más <strong>de</strong> mil niños menores <strong>de</strong> 10 años que<br />
habían sido sometidos a mutaciones genéticas<br />
que pretendían crear no sólo una nueva raza<br />
<strong>de</strong> hombres muy fuertes y resistentes, sino<br />
muy inteligentes y <strong>de</strong> gran capacidad <strong>de</strong> concentración<br />
inducida por drogas que intervenían<br />
directamente en la sinapsis <strong>de</strong> las células<br />
<strong>de</strong>l sistema nervioso, haciendo que el<br />
coeficiente intelectual <strong>de</strong> los culones estuviera<br />
muy por encima <strong>de</strong> aquel <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong><br />
Natura. A<strong>de</strong>más, estaban programados para<br />
vivir 120 años o más, en muy buenas condiciones<br />
físicas y mentales, lejos <strong>de</strong> los azotes<br />
2 Cuando las dos copias <strong>de</strong>l gen que codifica la miostatina (una proteína) están inactivadas, los animales (vacas o ratones) <strong>de</strong>sarrollan una capacidad<br />
muscular inusual que los convierte en una especie <strong>de</strong> superratones o superbovinos. Esto es hoy una realidad y muchos <strong>de</strong> nosotros ya nos hemos<br />
alimentado con la carne proveniente <strong>de</strong> algún ejemplar <strong>de</strong> vaca <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 800 kilos <strong>de</strong> peso.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
90 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
naturales <strong>de</strong>l mal <strong>de</strong> Alzheimer, el cáncer y<br />
otros flagelos impuestos por la madre naturaleza<br />
quizás para controlar el crecimiento<br />
<strong>de</strong>smedido <strong>de</strong> cualquier especie.<br />
Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los juegos olímpicos <strong>de</strong> Beijing<br />
en el año 2008 se sospechaba que algunos<br />
<strong>de</strong>scomunales atletas habían sido sometidos<br />
a algún tipo <strong>de</strong> tratamiento genético, pues<br />
rompieron todos los récords olímpicos <strong>de</strong> atletismo,<br />
bajando el tiempo <strong>de</strong> los 100 metros<br />
a 7 segundos. Pero esto sólo era el comienzo<br />
<strong>de</strong> una nueva era <strong>de</strong> confrontación para los<br />
humanos.<br />
El primer intento <strong>de</strong> llegar a Marte en el<br />
año 2018 fue un enorme fracaso <strong>de</strong>bido al<br />
<strong>de</strong>bilitamiento extremo <strong>de</strong> los astronautas<br />
hijos <strong>de</strong> Natura, que perdieron tal cantidad<br />
<strong>de</strong> calcio y masa muscular en el trayecto <strong>de</strong><br />
ocho meses por el espacio, que cuando llegaron<br />
a la órbita <strong>de</strong>l planeta rojo no les fue posible<br />
intentar el amartizaje, pues se concluyó<br />
que si bajaban a la superficie marciana sus<br />
<strong>de</strong>bilitados miembros se doblarían a pesar <strong>de</strong><br />
la baja gravedad <strong>de</strong>l planeta. De hecho, regresaron<br />
a la órbita terrestre a la estación<br />
espacial internacional don<strong>de</strong> continuaron su<br />
proceso <strong>de</strong>generativo hasta morir unos tres<br />
años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su primer día en el espacio.<br />
En el año 2035 se hizo el primer intento<br />
con homos miostatinos y a pesar <strong>de</strong> mostrar<br />
algunos síntomas severos <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilitamiento<br />
en el viaje lograron el primer amartizaje y tras<br />
varias semanas expuestos a la gravedad <strong>de</strong><br />
Marte lograron recuperar su condición física.<br />
Ya para entonces, las mejores universida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l mundo estaban graduando alumnos<br />
que en su gran mayoría eran miostatinos con<br />
elevados coeficientes intelectuales que <strong>de</strong> una<br />
u otra forma se estaban apo<strong>de</strong>rando <strong>de</strong> los<br />
cargos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r en los gobiernos y en las gran<strong>de</strong>s<br />
corporaciones <strong>de</strong>l mundo.<br />
El caso es que todos los intentos por poner<br />
límites morales a la aplicación <strong>de</strong> la genética<br />
por parte <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Natura fueron neutralizados<br />
por los miostatinos, quienes sintiéndose<br />
víctimas <strong>de</strong> discriminación <strong>de</strong>sarrollaron<br />
su propio código ético en el que no había<br />
ninguna restricción para experimentar sobre<br />
asuntos genéticos o <strong>de</strong> drogas para incrementar<br />
la inteligencia en todos sus aspectos.<br />
A mediados <strong>de</strong>l siglo XXI ya eran los nuevos<br />
amos <strong>de</strong>l mundo y no trataban <strong>de</strong> ocultarlo. Al<br />
final, bastaron sólo ocho generaciones para<br />
que el homo sapiens sapiens fuera sólo un<br />
recuerdo <strong>de</strong> interés para los paleontólogos.<br />
Henri Rosseau, Niño en las rocas
Diez años <strong>de</strong> felices<br />
músicas ´<br />
<strong>No</strong> es un gran misterio que al referirnos al<br />
panorama <strong>de</strong> nuestra música, un recurrente<br />
aire <strong>de</strong> pesimismo impida darnos cuenta <strong>de</strong> lo<br />
que realmente se ha ido tejiendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />
más o menos diez años en Bogotá, Cali y Me<strong>de</strong>llín.<br />
Ha sido una década (1994-2004) <strong>de</strong><br />
exploración <strong>de</strong> la riqueza folclórica colombiana,<br />
su asimilación y posterior puesta en escena<br />
a través <strong>de</strong> lenguajes urbanos contemporáneos<br />
que ha permitido no sólo la divulgación<br />
<strong>de</strong> la tradición sino también que actualmente<br />
se escuchen con más fuerza los pasos <strong>de</strong> gigante<br />
con los que la “música popular contemporánea<br />
colombiana” se abre camino en el congestionado<br />
espectro musical que día a día, y sin<br />
esperanza <strong>de</strong> cambio, nos ofrecen los medios<br />
visuales, escritos y radiales. Aunque es evi<strong>de</strong>nte<br />
el silencio con el que se ha con<strong>de</strong>nado a las<br />
ten<strong>de</strong>ncias folclóricas contemporáneas por<br />
parte <strong>de</strong> la reacia industria musical, la intención<br />
<strong>de</strong> las presentes palabras no es lamentarme<br />
ni <strong>de</strong>nunciar el mencionado mutismo. Todo<br />
lo contrario. El motivo que me estimula a escribir<br />
es celebrar la fiesta animada por artistas<br />
y proyectos que guiados por una osada<br />
curiosidad les han inyectado nuevos vientos y<br />
horizontes prometedores a la diversidad sonora<br />
<strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las regiones colombianas.<br />
Dos colectivos<br />
Luis Daniel Vega 1<br />
A todos, en la diáspora.<br />
Aparte <strong>de</strong> la amplia producción musical con<br />
la cual nos hemos visto favorecidos en el 2004,<br />
el lanzamiento <strong>de</strong> dos colectivos <strong>de</strong>dicados a la<br />
proyección, investigación y grabación <strong>de</strong> las<br />
nuevas músicas colombianas es el punto <strong>de</strong><br />
partida que permite la retrospectiva <strong>de</strong> una generación<br />
en la que conviven armoniosamente<br />
los lenguajes <strong>de</strong> la experiencia y la juventud.<br />
Hablamos <strong>de</strong>l Colectivo Colombia y La Distritofónica.<br />
Lanzado a los medios el pasado 12 <strong>de</strong><br />
octubre en la sala Mallarino <strong>de</strong>l Teatro <strong>de</strong> Cristóbal<br />
Colón, el Colectivo Colombia, con el juicioso<br />
propósito <strong>de</strong> “...mejorar el panorama <strong>de</strong><br />
nuestra música en el mundo”, convocó a una<br />
amplia gama <strong>de</strong> agrupaciones en las que el<br />
folclor <strong>de</strong> nuestras dos costas, la riqueza cultural<br />
<strong>de</strong> la zona andina y el jazz propician un<br />
espacio <strong>de</strong> diálogo directo entre lo local y lo<br />
ajeno. Curupira, Guafa Trío, Palos y Cuerdas,<br />
1 Profesional en estudios literarios <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Javeriana. Coordinador <strong>de</strong> la franja Sonidos contemporáneos y Música <strong>de</strong>l mundo, emisora Javeriana<br />
Estéreo. Colaborador <strong>de</strong> la revista Rolling Stones y coeditor <strong>de</strong>l magazín literario virtual Vuelta <strong>de</strong> Tuerca.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
92 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
A fuerza <strong>de</strong> creer en lo propio,<br />
alimentándolo <strong>de</strong> otras voces,<br />
los paisajes ya no son <strong>de</strong>soladores;<br />
al contrario, imprimen ese hálito<br />
<strong>de</strong> anhelo y felicidad<br />
tan necesario en estos tiempos<br />
en que la violencia nos somete<br />
a un estado <strong>de</strong> inevitable <strong>de</strong>sengaño.<br />
Puerto Can<strong>de</strong>laria, Polaroid, Hugo Can<strong>de</strong>lario<br />
y Delta Trío han generado una novedosa forma<br />
<strong>de</strong> comunicar en variados ambientes y espacios<br />
el profundo eclecticismo musical que se<br />
genera cuando los colores <strong>de</strong> lo tradicional se<br />
fun<strong>de</strong>n con las texturas <strong>de</strong> lo inmediatamente<br />
actual. Guiados por el bagaje étnico-musical<br />
<strong>de</strong>l saxofonista Antonio Arnedo, este particular<br />
crisol <strong>de</strong> artistas reivindica una gran<br />
porción <strong>de</strong> la memoria musical colombiana alejándose<br />
<strong>de</strong> falsos nacionalismos e infundadas<br />
filantropías.<br />
Similar en espíritu pero caminando el sen<strong>de</strong>ro<br />
<strong>de</strong> la experimentación, el colectivo La Distritofónica,<br />
lanzado cautelosamente a principios<br />
<strong>de</strong> este año, propone una reinvención <strong>de</strong><br />
los lenguajes locales a través <strong>de</strong> una necesaria<br />
contradicción. Del ambiente netamente<br />
académico, el sentido <strong>de</strong> la música tradicional<br />
se traslada al ámbito <strong>de</strong> la ciudad y el carnaval,<br />
es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> la teoría al cuerpo, <strong>de</strong>l aula <strong>de</strong><br />
clase a los bares y la <strong>de</strong>smesura <strong>de</strong> la noche<br />
citadina. Alentados no sólo por la juventud y<br />
la perspicacia, Alejandro Forero, Jorge Sepúlveda,<br />
Javier Morales e Iván Zapata (creadores<br />
<strong>de</strong>l colectivo) le apuestan a un proyecto en el<br />
que las agrupaciones y los compositores que<br />
se dan cita en él (Asdrúbal, Tumbacatre, Súbito<br />
Chigüiro, el sexteto La Constelación <strong>de</strong><br />
Colombia, Tamal, Eblis Álvarez y Ricardo<br />
Gallo) asumen la música tradicional colombia-<br />
na con mordaz sentido <strong>de</strong>l humor en medio <strong>de</strong><br />
las ten<strong>de</strong>ncias más avanzadas <strong>de</strong>l free jazz, el<br />
funk, el rock, la electrónica y la música erudita<br />
contemporánea.<br />
Tanto el Colectivo Colombia como La Distritofónica<br />
se han nutrido <strong>de</strong> esa fascinante<br />
travesía que supone el embriagarse <strong>de</strong> las voces<br />
ancestrales <strong>de</strong> nuestro país y la han nutrido.<br />
<strong>No</strong> sólo la motivación intelectual ha<br />
guiado el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> estos ilustres <strong>de</strong>sconocidos;<br />
la pasión <strong>de</strong>smedida, traducida en una<br />
cándida conmemoración, ha alimentado un<br />
oficio creativo en el que la recordación <strong>de</strong>l<br />
antiguo rito <strong>de</strong> la música autóctona cobra<br />
vali<strong>de</strong>z y se hace ineludible transmitir a las<br />
nacientes generaciones.<br />
Una provechosa provincia<br />
Aunque la <strong>de</strong>uda principal <strong>de</strong> estos diez<br />
años <strong>de</strong> felices músicas la tengamos con el<br />
maestro Antonio Arnedo –quien dicho sea <strong>de</strong><br />
paso enriqueció la década <strong>de</strong> 1990 con cuatro<br />
grabaciones imprescindibles en la historia musical<br />
<strong>de</strong>l país, Travesías (1996); Encuentros<br />
(1997); Orígenes (1998); Colombia (2000)– es<br />
claro que sin el fundamental aporte <strong>de</strong> artistas<br />
como Iván Benavi<strong>de</strong>s y Ernesto “Teto”<br />
Ocampo el panorama <strong>de</strong> lo que ha venido sucediendo<br />
no sería tan holgado en géneros y expresiones<br />
musicales. Dándose a conocer a<br />
través <strong>de</strong>l fenómeno comercial que propagó<br />
Carlos Vives y el lanzamiento <strong>de</strong> la grabación<br />
Clásicos <strong>de</strong> la Provincia (1994), estos dos<br />
músicos supieron aprovechar el estímulo que<br />
suponía trabajar al lado <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las figuras<br />
más prominentes <strong>de</strong> la canción popular en Colombia.<br />
Pero no sólo estar con Carlos Vives los<br />
dio a conocer; por <strong>de</strong>recho propio Iván Benavi<strong>de</strong>s<br />
y “Teto” Ocampo se ganaron el reconocimiento<br />
<strong>de</strong>l público produciendo e interpretando<br />
grabaciones que hoy en día son<br />
valoradas como verda<strong>de</strong>ros puntos <strong>de</strong> giro en
lo que se refiere a la intervención <strong>de</strong> “otras<br />
músicas” <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l folclor. En primera instancia<br />
hay que referirse a La tierra <strong>de</strong>l olvido<br />
(1995) disco que, no obstante subvalorado por<br />
la crítica purista, <strong>de</strong>mostró que era posible<br />
presentar un producto musical, en apariencia<br />
sólo lucrativo, alejado <strong>de</strong>l facilismo lírico y<br />
la ligereza musical. Un año <strong>de</strong>spués, y amparado<br />
bajo el extraordinario proyecto discográfico<br />
Gaira, la escena se conmovió con la aparición<br />
<strong>de</strong> Bloque <strong>de</strong> búsqueda (1996) quizás<br />
una <strong>de</strong> las experiencias sonoras más afortunadas<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l panorama musical colombiano.<br />
Inclasificable en su época, Bloque <strong>de</strong> búsqueda<br />
(posteriormente llamado Bloque cuando<br />
fue fichado por el prestigioso sello <strong>de</strong> World<br />
Music Luaka Bop) reconoció el folclor colombiano<br />
como un escenario cultural don<strong>de</strong> era<br />
posible hermanar, sin <strong>de</strong>jarse tentar por el engañoso<br />
crossover, idiomas tan lejanos como<br />
el rock, la cumbia y la champeta. De ese mismo<br />
año, y enmarcadas también bajo el velo <strong>de</strong><br />
Gaira, datan dos grabaciones significativas:<br />
Lucía (1996), álbum <strong>de</strong>but <strong>de</strong> la cantante Lucía<br />
Pulido, producido por el pianista Héctor<br />
Martignon y Documento (1996), ópera prima<br />
<strong>de</strong>l sonido folclórico con conciencia urbana <strong>de</strong>l<br />
trío <strong>de</strong> rock Distrito. La semilla sembrada por<br />
Benavi<strong>de</strong>s y Ocampo se fue extendiendo en el<br />
tiempo incentivando el sonido <strong>de</strong> Manguala,<br />
la caleña Liliana Montes y el experimento étnico-electrónico<br />
Si<strong>de</strong>stepper que, <strong>de</strong> la mano<br />
<strong>de</strong> Richard Blair, resultó venturoso en el sentido<br />
que pudo reconciliar la música <strong>de</strong> discoteca<br />
con los terrenos vedados <strong>de</strong> las emisoras<br />
especializadas.<br />
Como se pue<strong>de</strong> observar, la labor que algún<br />
día dos músicos inquietos iniciaran al<br />
lado <strong>de</strong> Carlos Vives, se alza como uno <strong>de</strong> los<br />
picos don<strong>de</strong> la originalidad, la eficacia y la<br />
calidad aún hoy, sigue recogiendo frutos jugosos<br />
en medio <strong>de</strong> la industria discográfica,<br />
caso este último representado en Dolor <strong>de</strong><br />
ausencia (2004), la nueva grabación <strong>de</strong> Lucía<br />
Pulido y Latonera (2004), <strong>de</strong>but <strong>de</strong>l multiinstrumentista<br />
Alejandro Aponte.<br />
Un bun<strong>de</strong> bullicioso<br />
Juan Sebastián Monsalve y Urián Sarmiento<br />
son dos nombres sinónimos <strong>de</strong> entrega y<br />
<strong>de</strong>dicación al estudio <strong>de</strong> la música colombiana.<br />
Des<strong>de</strong> sus comienzos en las bárbaras esferas<br />
<strong>de</strong>l hard core, el punk y el ska, el <strong>No</strong>rte<br />
que visualizaron este par <strong>de</strong> músicos fue claro.<br />
Juntar la expresividad <strong>de</strong> los géneros más<br />
fuertes <strong>de</strong>l rock, transmutarlos y <strong>de</strong>jarlos ha-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
Marc Chagall, El violinista<br />
93
94 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
blar libremente en el campo <strong>de</strong> la tradición.<br />
Sintiendo un respeto profundo hacia ésta,<br />
Monsalve y Sarmiento abrieron el nuevo<br />
milenio presentando al público el que sería<br />
un lugar <strong>de</strong> convivencia entre la música <strong>de</strong><br />
gaitas, los porros, el currulao, el joropo y el<br />
jazz. <strong>No</strong>s referimos entonces a Curupira, agrupación<br />
que entre el 2000 y el 2003 nos regaló<br />
tres portentosas grabaciones don<strong>de</strong> la lozanía<br />
<strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> sus integrantes se vio fortalecida,<br />
a lo largo <strong>de</strong> su producción, por<br />
la lúcida veteranía encarnada en Malpelo y la<br />
voz <strong>de</strong>l “Cholo” Val<strong>de</strong>rrama.<br />
En el campo solista, y más cercano al jazz<br />
contemporáneo, Juan Sebastián Monsalve<br />
cristalizó <strong>de</strong> alguna manera el sonido expresado<br />
años atrás por Antonio Arnedo y consintió<br />
nuestros oídos con el sutil sonido <strong>de</strong> Bun<strong>de</strong> nebuloso<br />
(2001), grabación don<strong>de</strong> el virtuosismo<br />
no impidió la sana escucha <strong>de</strong> la emotividad y<br />
la fiesta <strong>de</strong> la cumbia alternada con el ca<strong>de</strong>ncioso<br />
ritmo <strong>de</strong> la música <strong>de</strong>l interior.<br />
Al igual que Benavi<strong>de</strong>s y Ocampo, Monsalve<br />
y Sarmiento también han incursionado<br />
en el campo <strong>de</strong> la producción. El primero al<br />
frente <strong>de</strong> artistas como Cabas y Victoria Sur,<br />
en tanto que el segundo se encauzó en la tarea<br />
<strong>de</strong> producir responsablemente al gaitero<br />
Jesús María Sayas Silgado que con Tradición<br />
negra en la gaita (2004) promete ser una <strong>de</strong><br />
las grabaciones más importantes en el terreno<br />
<strong>de</strong> lo estrictamente folclórico que el 2004<br />
ha traído consigo.<br />
Cali, Me<strong>de</strong>llín y Bogotá:<br />
Los sonidos <strong>de</strong> la esperanza<br />
En un reciente artículo para la revista Semana,<br />
el periodista y escritor Juan Carlos<br />
Garay realizó un atinado cuadro <strong>de</strong> la escena<br />
musical paisa. Al preguntarle a uno <strong>de</strong> los<br />
artistas por la naturaleza <strong>de</strong>l sonido que actualmente<br />
se expresa en la ciudad, respondió<br />
que se trataba nada más que <strong>de</strong>l “sonido <strong>de</strong><br />
la esperanza”. Iniciaba este artículo con la i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> celebrar un espíritu en el que la música<br />
traduce vida. Tan noble afirmación proveniente<br />
<strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín, sólo resta exten<strong>de</strong>rla a las <strong>de</strong>más<br />
capitales <strong>de</strong>l país en un gesto en el que<br />
las quimeras ya no son abstractas. Pues, a<br />
fuerza <strong>de</strong> creer en lo propio, alimentándolo<br />
<strong>de</strong> otras voces, los paisajes ya no son <strong>de</strong>soladores;<br />
al contrario, imprimen ese hálito <strong>de</strong><br />
anhelo y felicidad tan necesario en estos tiempos<br />
en que la violencia nos somete a un estado<br />
<strong>de</strong> inevitable <strong>de</strong>sengaño.<br />
Portadores <strong>de</strong> tan fascinantes perspectivas,<br />
abrigadas ellas en el dulce seno <strong>de</strong> la música,<br />
ha llegado <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín y Cali un puñado <strong>de</strong><br />
músicos cuya propuesta se fusiona con la bogotana<br />
creando un imaginario <strong>de</strong> nación don<strong>de</strong><br />
lo importante es el diálogo pluricultural.<br />
Son Claudia Gómez, Polaroid y Puerto Can<strong>de</strong>laria,<br />
por el lado antioqueño y Hugo Can<strong>de</strong>lario,<br />
<strong>Francisco</strong> “Pacho” Dávila y La Mojarra<br />
Eléctrica <strong>de</strong> la vertiente caleña; estos dos<br />
últimos casos especiales, pues aunque provenientes<br />
en su mayoría <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong> la<br />
salsa, han <strong>de</strong>sarrollado su trabajo en Bogotá<br />
contando con la ayuda <strong>de</strong> músicos <strong>de</strong> la capital.<br />
En contacto permanente con el mundo,<br />
la música que emanan estos artistas es prodigiosa<br />
en inspiración, interpretación y acatamiento<br />
<strong>de</strong>l bello transcurrir <strong>de</strong> la historia<br />
musical colombiana.<br />
Faltará espacio pero no palabras para festejar<br />
una década <strong>de</strong>udora <strong>de</strong> la notable visión<br />
vanguardista que tuvieran en sus años<br />
Pacho Galán, Lucho Bermú<strong>de</strong>z, Totó La<br />
Momposina, Petrona Martínez, entre muchos<br />
otros. Como es evi<strong>de</strong>nte que la <strong>de</strong>uda se está<br />
pagando con creces, continuemos halagando<br />
la virtud <strong>de</strong> lo que ha sucedido y sigue sucediendo<br />
esperando, por supuesto, que tamaña<br />
acción humana regale el bálsamo musical<br />
don<strong>de</strong> todas las balas sean silenciadas.
Jean Cocteau<br />
La poesía es un <strong>de</strong>stino. Nadie <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ser<br />
poeta. Especie <strong>de</strong> elegido, éste recibe el don<br />
así como el estigma. Su tarea es seguir por<br />
aquella vía sembrada <strong>de</strong> sufrimiento e inquietud,<br />
ese camino que no permite vuelta atrás;<br />
ningún logro le satisface, pues a cada paso<br />
apunta aún más lejos. Trabajo ingrato e inagotable<br />
es, sin embargo, la única posibilidad<br />
<strong>de</strong> movimiento <strong>de</strong> quienes parece que fueran<br />
sólo alma.<br />
Como la poesía no se <strong>de</strong>ja confinar en formas<br />
rígidas ni <strong>de</strong>finitivas, es natural que también<br />
se <strong>de</strong>slice sobre ese arte enigmático que<br />
es el cinematógrafo. El término exclusivo y<br />
categórico <strong>de</strong> Cocteau y Bresson, en oposición<br />
a cine, subraya <strong>de</strong> entrada que se trata<br />
<strong>de</strong> servirse <strong>de</strong> una cámara, <strong>de</strong> su escritura y<br />
1 Estudiante <strong>de</strong> cine <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> La Sorbona <strong>de</strong> París.<br />
´<br />
<strong>de</strong>l cinematógrafo<br />
y la poesía<br />
León García J. 1<br />
Yo no soy un cineasta, querido amigo,<br />
ése no es mi oficio.<br />
Jean Cocteau<br />
faculta<strong>de</strong>s propias, con el fin <strong>de</strong> hacer poesía,<br />
en una palabra: alcanzar la especificidad<br />
y el carácter único <strong>de</strong>l arte cinematográfico,<br />
en el cual la poesía surge, emerge, vive y se<br />
<strong>de</strong>splaza con entera libertad.<br />
Con absoluta legitimidad se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar<br />
la obra <strong>de</strong> cierto tipo <strong>de</strong> creadores como<br />
la prueba tangible <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r expresivo <strong>de</strong>l cinematógrafo<br />
en tanto arte autónomo e in<strong>de</strong>pendiente.<br />
Los verda<strong>de</strong>ros poetas <strong>de</strong>l cine:<br />
Vigo, Dreyer, Buñuel, Bresson, Bergman, Antonioni,<br />
Tarkovski y otros crearon un universo<br />
personal reconocible como una suerte <strong>de</strong><br />
marca in<strong>de</strong>fectible. Ahora bien, existe una<br />
cuestión fundamental a la hora <strong>de</strong> abordar el<br />
universo fílmico <strong>de</strong> Cocteau, a saber: la técnica.<br />
Los cineastas mencionados eran gran-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005
96 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Incluso cuando se trata<br />
<strong>de</strong> cosas graves, Cocteau<br />
no se prohíbe ni el juego<br />
ni un cierto bromear.<br />
<strong>de</strong>s virtuosos, conocían y dominaban con maestría<br />
su arte. Pero ¿Qué suce<strong>de</strong> cuando un<br />
hombre venido <strong>de</strong> afuera busca componer y<br />
producir algo auxiliado por el cinematógrafo?<br />
¿Y si por añadidura es un poeta? La historia<br />
<strong>de</strong>l cine ofrece tres casos excepcionales:<br />
Cocteau, Passolini y Paradjanov. Sus trabajos<br />
en otros ámbitos como la pintura, el dibujo<br />
y el teatro hacen pensar en espíritus<br />
siempre en busca <strong>de</strong> nuevas formas, siempre<br />
inestables y como sedientos <strong>de</strong> expresión,<br />
presas <strong>de</strong> una fijación primordial: dar cuenta<br />
<strong>de</strong> lo que atraviesa su existencia. A sus obras<br />
las caracteriza un rasgo común: una suerte<br />
<strong>de</strong> reinvención <strong>de</strong> la técnica a su propio uso.<br />
Hallarse <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l objetivo sin ser técnico,<br />
como si la historia <strong>de</strong>l cine y su evolución<br />
no hubiesen existido nunca es un gesto que<br />
provoca la ira <strong>de</strong> los formalistas que atacan<br />
con severidad el aspecto dizque torpe, ridículo<br />
e ingenuo. Pero olvidan una verdad: la inocencia<br />
y la ligereza a veces son signo <strong>de</strong> profundidad.<br />
Mozart es el ejemplo perfecto. Por<br />
otra parte, Cocteau hacía la distinción entre<br />
los escritores que “dicen cosas profundas con<br />
simplicidad y aquellos que dicen simplezas<br />
con complicación”.<br />
El caso Cocteau es, pues, el <strong>de</strong> un hombre<br />
al margen; no hace falta ser cineasta en el<br />
sentido profesional <strong>de</strong>l término. Claro que esto<br />
no es más que el privilegio <strong>de</strong> una pequeña<br />
elite, pues no a todos les es dado saber filmar;<br />
“es preciso que el cine os ame” dice el viejo<br />
Godard. Y Cocteau forma parte <strong>de</strong> los tocados<br />
por la gracia, sin duda porque era un gran<br />
poeta y podía darse el lujo <strong>de</strong> aventurarse hacia<br />
nuevas experiencias, no por simple curiosidad<br />
o ejercicio práctico sino porque no podía ser <strong>de</strong><br />
otro modo: la necesidad interior, como se sabe,<br />
es la base <strong>de</strong> toda obra maestra.<br />
Un gran artista se sirve <strong>de</strong> lo que verda<strong>de</strong>ramente<br />
necesita; todas las tentativas y tanteos<br />
<strong>de</strong>svelan el combate ininterrumpido <strong>de</strong><br />
un espíritu en perpetuo movimiento. Crisis,<br />
inquietud, enfermedad, aburrimiento, siempre<br />
algo que superar: “es preciso que tenga<br />
algo que vencer para que el trabajo me interese”.<br />
Ninguna temeridad gratuita, pues no<br />
hay otra forma <strong>de</strong> hacerle frente al vacío inexorable.<br />
El arma secreta es la libertad, impracticable<br />
en la vida pero total e irreducible en el<br />
interior <strong>de</strong> la creación artística.<br />
En esta perspectiva no es riesgoso afirmar<br />
que los realizadores se divi<strong>de</strong>n en dos: los que<br />
saben filmar y los <strong>de</strong>más. Si no, ¿cómo no<br />
confesar nuestra sorpresa, nuestra maravilla<br />
frente a esas obras sin par que conquistan<br />
nuestra creencia sin trampas ni mentiras sino<br />
por una especie <strong>de</strong> magia innegable? En una<br />
escena <strong>de</strong> Orfeo, cuando Heustebise le dice a<br />
Eurídice que él murió hace ya algún tiempo,<br />
ninguna incertidumbre, ninguna duda aflora<br />
en la mirada <strong>de</strong>l espectador, se olvida el relato,<br />
la transposición <strong>de</strong>l mito, se asiste a una<br />
escena <strong>de</strong> la vida, tan real, tan verda<strong>de</strong>ra, que<br />
la separación tradicional entre sueño, imaginación<br />
y mundo sensible parece insensata,<br />
por no <strong>de</strong>cir malsana.<br />
Cuando la poesía no es artificio <strong>de</strong>l lenguaje,<br />
es siempre el instrumento esencial <strong>de</strong><br />
aquellos que <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>cirnos algo sobre ellos<br />
mismos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ellos mismos, con el fin <strong>de</strong> alcanzar<br />
aquella comunión más allá <strong>de</strong>l espacio–tiempo,<br />
la única comunicación posible <strong>de</strong>
hecho. <strong>No</strong> en vano Cocteau cita a Goethe:<br />
“Cuanto más se aprieta uno contra sí mismo,<br />
más riesgo hay <strong>de</strong> encontrar almas hermanas”.<br />
Salvo que esta zambullida en las profundida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l yo es más peligrosa en tanto<br />
pone al artista que allí se interna en franco<br />
peligro <strong>de</strong> muerte; la empresa pue<strong>de</strong> tornarse<br />
espantosa e insoportable.<br />
Si se suele consi<strong>de</strong>rar vanidoso al artista<br />
que habla <strong>de</strong> sí mismo es porque se olvida<br />
que él es el mensajero <strong>de</strong> un misterio, <strong>de</strong> las<br />
fuerzas que lo atraviesan. Frente a los jueces,<br />
in<strong>de</strong>fenso, frágil y solo, pero triunfante,<br />
Cocteau <strong>de</strong>clara: Somos los servidores <strong>de</strong> una<br />
fuerza <strong>de</strong>sconocida que nos habita, nos mol<strong>de</strong>a<br />
y nos dicta sus planes.<br />
Las analogías entre los rituales <strong>de</strong> chamanismo<br />
y el acto poético son incontestables.<br />
Cual un poseso, el artista es un emisario <strong>de</strong><br />
lo sagrado, un mo<strong>de</strong>sto secretario <strong>de</strong> lo divino.<br />
Lo cual revela ante todo un dispositivo <strong>de</strong><br />
liquidación <strong>de</strong>l sujeto; los bienpensantes ni<br />
siquiera lo sospechan y los psicoanalistas se<br />
contentan con hallar en la vida íntima secretos<br />
mezquinos e inconfesables. Para Deleuze<br />
un individuo adquiere un verda<strong>de</strong>ro nombre<br />
propio al cabo <strong>de</strong>l más severo ejercicio <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>spersonalización. Cocteau interpreta su<br />
propio papel en su última cinta, pero las cosas<br />
que allí dice borran discretamente la persona.<br />
El autorretrato está hecho, el hombre<br />
se ha vuelto estilo.<br />
La sangre <strong>de</strong> un poeta, Orfeo, y El testamento<br />
<strong>de</strong> Orfeo son las tres obras fundamentales<br />
para todo acercamiento a la poesía cinematográfica<br />
según Cocteau. <strong>No</strong> sólo porque<br />
ilustran las diferentes etapas en la vida <strong>de</strong><br />
un poeta, sino porque materializan plásticamente<br />
lo que la poesía implica en tanto <strong>de</strong>stino<br />
<strong>de</strong> un hombre; es <strong>de</strong>cir, que la poesía<br />
cinematográfica es ese algo que nace <strong>de</strong>l encuentro<br />
entre la intensidad <strong>de</strong> un alma y una<br />
posibilidad <strong>de</strong> imagen inconcebible en otro<br />
campo <strong>de</strong> la creación artística.<br />
“Cuánta sangre, cuántas lágrimas…” se<br />
anuncia en los créditos <strong>de</strong> su ópera prima;<br />
su visión <strong>de</strong> la iniciación poética presenta una<br />
sorpren<strong>de</strong>nte analogía con la Anunciación <strong>de</strong>l<br />
Arcángel Gabriel a María. El autor sabe lo que<br />
le espera; pero ello no impi<strong>de</strong> un espléndido<br />
giro a la Cocteau <strong>de</strong>l Fiat, la imagen <strong>de</strong> la<br />
virgen ante la prefiguración <strong>de</strong> la encarnación,<br />
por un rostro invertido, con los ojos pintados,<br />
en éxtasis… pero <strong>de</strong> amor sensual.<br />
Hace falta una sinceridad sin concesiones,<br />
una honestidad a toda prueba y una gran fineza<br />
para po<strong>de</strong>r erguir una profesión <strong>de</strong> fe<br />
tan sublime. Quizás únicamente el Passolini<br />
<strong>de</strong> Teorema y el Tarkovski <strong>de</strong> El espejo lo hayan<br />
logrado; la poesía comienza por el miedo<br />
y se termina con un grito.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
97
98 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
Si Cocteau filma es porque está convencido<br />
<strong>de</strong> que las palabras, el drama, las líneas<br />
<strong>de</strong>l dibujo no bastan para representar lo que<br />
recorre su espíritu. La palabra es caprichosa<br />
y una cosa escrita permanece invariablemente<br />
un lenguaje <strong>de</strong> signos exterior a la realidad<br />
material. Tal vez el cinematógrafo, por su capacidad<br />
<strong>de</strong> mostrar las cosas tal y como son,<br />
se revela el medio i<strong>de</strong>al para dar cuenta con<br />
la mayor fi<strong>de</strong>lidad posible <strong>de</strong> un viaje a la inconsciencia.<br />
Puesto que el misterio, la noche,<br />
las tinieblas <strong>de</strong>l sueño, la muerte son inexplicables,<br />
hablar sería inútil;<br />
pero se pue<strong>de</strong>n mostrar sin<br />
nada que explicar. Una i<strong>de</strong>a<br />
se vuelve real cuando se ve:<br />
el “verismo” <strong>de</strong>l que habla<br />
Cocteau con respecto a la<br />
capacidad <strong>de</strong>l cinematógrafo<br />
<strong>de</strong> objetivar las verda<strong>de</strong>s<br />
interiores y otorgarles el estatuto<br />
<strong>de</strong> hechos.<br />
Incluso cuando se trata<br />
<strong>de</strong> cosas graves, Cocteau no<br />
se prohíbe ni el juego ni un<br />
cierto bromear; es su credo<br />
poético: no <strong>de</strong>tenerse frente<br />
a la ingenuidad ni la torpeza<br />
técnica; la dificultad <strong>de</strong><br />
ser, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> morir varias<br />
veces con el fin <strong>de</strong> renacer,<br />
su rechazo <strong>de</strong> la razón, tan-<br />
tas imágenes como el pasar al otro lado <strong>de</strong>l<br />
espejo, metáforas visuales <strong>de</strong> un viaje al interior<br />
<strong>de</strong> sí, el penetrar en la inconsciencia<br />
que sentimos porque lo vemos <strong>de</strong>sarrollarse<br />
bajo nuestra mirada. La perplejidad frente a<br />
la muerte, el momento grave y solemne antes<br />
<strong>de</strong>l trámite <strong>de</strong>l abismo en el Testamento <strong>de</strong><br />
Orfeo está acompañado por la voz <strong>de</strong> una azafata<br />
recitando las precauciones a seguir para<br />
esta partida hacia lo <strong>de</strong>sconocido, ejemplo<br />
que ilustra su particular forma <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r<br />
como poeta.<br />
Cocteau amaba el mundo<br />
griego, y la poesía <strong>de</strong>l cinematógrafo<br />
le permitió<br />
hacer un llamado a los dioses<br />
evadidos. El paso <strong>de</strong>l<br />
mito a la realidad se da espontáneamente<br />
por intermedio<br />
<strong>de</strong> la imagen cinematográfica,<br />
ese “maravilloso<br />
en directo” como le gustaba<br />
<strong>de</strong>finirla.<br />
Pero en el fondo y <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> todo, lo que perdura<br />
es el gesto <strong>de</strong> un artista<br />
que no podía doblegarse<br />
ante el <strong>de</strong>sencantamiento<br />
<strong>de</strong>l mundo. El arte cinematográfico<br />
permanece gracias<br />
a su ejemplo, un campo<br />
<strong>de</strong> batalla.
El nuevo cine japonés<br />
Aguas oscuras<br />
Durante las dos últimas décadas<br />
el mundo ha fijado su<br />
atención en la nueva ola <strong>de</strong> producciones<br />
japonesas; títulos<br />
como El aro (1998), Ju-On (2003)<br />
y Pulse (2001) han hecho que la<br />
manera <strong>de</strong> contar historias <strong>de</strong><br />
horror se reevalúe para tomar<br />
nuevos rumbos. Si bien el género<br />
que llamamos cine <strong>de</strong> horror<br />
ha sufrido altibajos luego <strong>de</strong>l<br />
agotamiento <strong>de</strong> recursos temáticos<br />
y estructurales que sufrió<br />
en la década <strong>de</strong> 1980, los japoneses<br />
sorpren<strong>de</strong>n por su apropiación<br />
<strong>de</strong> técnica y <strong>de</strong> temas;<br />
<strong>de</strong>muestran que más que simples<br />
fábulas <strong>de</strong> asesinos enmascarados,<br />
sus filmes pue<strong>de</strong>n incluir<br />
la presencia <strong>de</strong> un temor<br />
metafísico, una belleza perfilada<br />
por lo macabro y un terror fino<br />
e intenso. Sus historias, lejos <strong>de</strong><br />
repetir los clichés instaurados<br />
por la reiteración <strong>de</strong> motivos (los<br />
adolescentes castigados por su<br />
extrema lujuria, el campamento<br />
<strong>de</strong> verano abandonado, la<br />
venganza <strong>de</strong> ultratumba, el<br />
hombre <strong>de</strong>l hacha, etc.), utilizan<br />
recursos clásicos como la importancia<br />
<strong>de</strong> los objetos cotidianos,<br />
locaciones perturbadoras, y largos<br />
y amenazadores silencios,<br />
logrando así hacer <strong>de</strong> su cine un<br />
verda<strong>de</strong>ro producto artístico.<br />
Sus nuevas incursiones al mundo<br />
<strong>de</strong> lo sobrenatural también<br />
sobresalen por involucrar elementos<br />
tecnológicos (teléfonos,<br />
vi<strong>de</strong>os, televisores, timbres,<br />
computadores, internet, etc.) y<br />
situaciones dramáticas <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> pequeños núcleos familiares.<br />
Aguas oscuras (título original:<br />
Honogurai mizu no soko<br />
kara 2002) es el octavo esfuerzo<br />
cinematográfico <strong>de</strong>l director<br />
Hi<strong>de</strong>o Nakata, joven creador que<br />
ya había sorprendido al mundo<br />
Óscar Adán Díaz 1<br />
con El aro (1998). En esta ocasión<br />
trae una historia que se<br />
ocupa <strong>de</strong>l tema <strong>de</strong> los fantasmas<br />
y la relación <strong>de</strong> éstos con el<br />
mundo <strong>de</strong> los mortales; tema<br />
que sigue apareciendo con frecuencia<br />
en el cine y la literatura,<br />
<strong>de</strong>mostrando que el miedo a<br />
lo <strong>de</strong>sconocido sigue siendo parte<br />
esencial <strong>de</strong> la cultura contemporánea.<br />
Des<strong>de</strong> siempre, el cine japonés<br />
se ha caracterizado por su<br />
<strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za y su manejo tradicional<br />
<strong>de</strong>l ghost-story. Recordando<br />
películas clásicas como Onibaba<br />
(1964) y Kwaidan (1964), enten<strong>de</strong>remos<br />
que en el cine japonés,<br />
la creación <strong>de</strong> atmósfera y la<br />
profundidad en la caracterización<br />
<strong>de</strong> sus personajes son elementos<br />
notorios; la estructura<br />
que utilizan es sugerir y no mostrar,<br />
plantear un misterio, relacionar<br />
a los personajes con él y<br />
1 Estudiante <strong>de</strong> literatura en la <strong>Universidad</strong> Nacional; editor <strong>de</strong> la revista Phoenix, colaborador en la revista Gritos y Susurros <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Nacional;<br />
creador <strong>de</strong> ciclos <strong>de</strong> cine un<strong>de</strong>rground y <strong>de</strong> horror en la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
CINE
100 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
conducir a personajes y espectador,<br />
paso a paso, a un clímax<br />
estremecedor.<br />
Hi<strong>de</strong>o Nakata cuenta ahora<br />
la historia <strong>de</strong> una madre divorciada<br />
que <strong>de</strong>be luchar por la<br />
custodia <strong>de</strong> su pequeña hija al<br />
tiempo que se <strong>de</strong>be enfrentar<br />
con lo sobrenatural en la forma<br />
<strong>de</strong>l espectro <strong>de</strong> una niña <strong>de</strong>saparecida.<br />
La cinta cautiva al no<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> imágenes borrosas<br />
o gritos angustiosos sino que, al<br />
contrario, se apoya en un drama<br />
familiar que junto a la siniestra<br />
atmósfera que enmarca<br />
el <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> los personajes logra<br />
un efecto sugerente e intenso<br />
a la vez.<br />
Durante las primeras secuencias<br />
entramos al drama <strong>de</strong><br />
Yoshimi, (Hitomi Kuroki), una<br />
madre divorciada que <strong>de</strong>be librar<br />
una batalla legal con su ex<br />
esposo por la custodia <strong>de</strong> la pequeña<br />
Ikuko (Rio Kanno). Yoshimi<br />
es emocionalmente inestable<br />
y sufre <strong>de</strong> una ansiedad<br />
reflejada en una constante preocupación<br />
por su papel <strong>de</strong> madre.<br />
Sumándose a este componente<br />
psíquico, madre e hija<br />
<strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n alquilar un apartamento<br />
en un viejo edificio. El edificio<br />
-<strong>de</strong> inaudibles habitantes- se<br />
Sus filmes pue<strong>de</strong>n incluir la presencia<br />
<strong>de</strong> un temor metafísico, una belleza<br />
perfilada por lo macabro y un terror<br />
fino e intenso.<br />
convierte en un personaje más,<br />
haciendo <strong>de</strong> sus pasillos un entorno<br />
asfixiante y claustrofóbico:<br />
corredores <strong>de</strong>shabitados, techos<br />
húmedos, pare<strong>de</strong>s pálidas,<br />
su antiguo ascensor y un negligente<br />
supervisor hacen que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el comienzo Yoshimi se sienta<br />
insegura y amenazada. Esta<br />
opresión es vivida tanto por los<br />
personajes como por la audiencia<br />
en una sucesión <strong>de</strong> episodios<br />
que lentamente se nos revelan,<br />
mientras nos hermanamos con<br />
el dolor <strong>de</strong> la madre y la ingenuidad<br />
<strong>de</strong> la hija.<br />
Con este marco, la historia<br />
transcurre entre los altibajos <strong>de</strong><br />
los aspectos judiciales <strong>de</strong> la custodia<br />
y las apariciones <strong>de</strong>l espectro<br />
<strong>de</strong> Mitsuko (Mirei Oguchi),<br />
la misteriosa niña que,<br />
vestida con un poncho amarillo<br />
y con un rostro cubierto por una<br />
cabellera negra, marca su presencia<br />
en los momentos más insospechados.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las<br />
apariciones <strong>de</strong> este personaje,<br />
tenemos la presencia <strong>de</strong> un objeto<br />
físico que crea el nexo entre<br />
lo material y lo espiritual;<br />
este objeto es una inocente maleta<br />
<strong>de</strong> colegiala que pertenecía<br />
a Mitsuko, pero que con el referente<br />
fantasmal, cobra una di-<br />
mensión macabra que constantemente<br />
perturba a Yoshimi y la<br />
hace interesarse más por la historia<br />
<strong>de</strong> la niña <strong>de</strong>saparecida.<br />
Junto al <strong>de</strong>terioro físico <strong>de</strong> la<br />
madre, el espectador presencia<br />
flashbacks que el director aprovecha<br />
para narrar la historia <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong>saparición y muerte <strong>de</strong> la<br />
misteriosa niña; piezas <strong>de</strong>l enigma<br />
que poco a poco se van<br />
<strong>de</strong>velando para que veamos en<br />
el pasado la fuente <strong>de</strong>l mal y entendamos<br />
su consecuente influencia<br />
en la vida <strong>de</strong> Yoshimi.<br />
Para mantener la tensión <strong>de</strong><br />
lo irreal, Nakata opta por hacer<br />
<strong>de</strong>l agua y la humedad los elementos<br />
siniestros. En forma <strong>de</strong><br />
cielos amenazadores, lluvia insistente,<br />
charcos y una terrible<br />
gotera, son estas Aguas oscuras<br />
las que dan ese tono triste y tétrico<br />
a la cinta. El agua satura<br />
la pantalla hasta estallar. Los<br />
objetos y los lugares cotidianos<br />
se convierten en entes amenazadores;<br />
así, la maleta roja, el<br />
baño, el jardín infantil, las habitaciones,<br />
el ascensor y la terraza<br />
<strong>de</strong>jan <strong>de</strong> ser los lugares<br />
comunes y se perciben como<br />
parte <strong>de</strong> los espacios en los que<br />
Mitsuko se paseaba mientras<br />
era mortal.<br />
<strong>No</strong>s preguntamos sobre las<br />
intenciones <strong>de</strong> Mitsuko y sólo<br />
hacia el final se aclarará el enigma.<br />
Cerca <strong>de</strong> la conclusión <strong>de</strong>l<br />
filme, conocemos todos los <strong>de</strong>talles<br />
<strong>de</strong> la extraña muerte <strong>de</strong>
Mitsuko y cuáles son sus planes<br />
respecto a madre e hija; sin<br />
embargo, Hi<strong>de</strong>o Nakata recurre<br />
a la estructura que ha utilizado<br />
en anteriores ocasiones y lleva<br />
al espectador a un momento <strong>de</strong><br />
real paroxismo: las escenas que<br />
nos revelan los <strong>de</strong>talles finales<br />
nos estremecen por su violencia<br />
y su tensión. Así las escenas<br />
nos confrontan y se da espacio<br />
para la <strong>de</strong>claración final.<br />
La conclusión nos lleva al<br />
presente/futuro en el que hija y<br />
madre se reúnen para el verda<strong>de</strong>ro<br />
adiós. <strong>No</strong> una conclusión<br />
satisfactoria o feliz, sino un final<br />
que coinci<strong>de</strong> con el tono <strong>de</strong> la película.<br />
Se conjugan lo sobrenatural<br />
y lo humano, el horror <strong>de</strong>l<br />
mundo fantasmal y la tristeza <strong>de</strong><br />
la horrible realidad. Las escenas<br />
finales, sugerentes y melancólicas,<br />
nos reiteran el carácter evocador<br />
que domina gran parte <strong>de</strong><br />
la cinta. En el filme la madre lucha<br />
contra adversida<strong>de</strong>s humanas<br />
y sobrenaturales; en ocasiones<br />
sentimos que presenciamos<br />
el horror <strong>de</strong> la realidad contemporánea<br />
y la fragilidad que los<br />
cambios abruptos crean en la<br />
vida contingente. De nuevo, los<br />
japoneses nos dan una lección<br />
<strong>de</strong> cómo hacer <strong>de</strong>l drama y <strong>de</strong>l<br />
horror un híbrido; la fuerza <strong>de</strong><br />
los intérpretes y las acciones<br />
perturbadoras nos hacen ir <strong>de</strong><br />
un lado a otro, <strong>de</strong> la angustia al<br />
miedo mientras sentimos que<br />
minuto a minuto el fin <strong>de</strong>l drama<br />
marcará la inclusión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>senlace<br />
fatal.<br />
En Colombia poco a nada llegamos<br />
a saber <strong>de</strong> las diferentes<br />
producciones asiáticas que<br />
inundan el mercado internacional;<br />
escasamente las distribuidoras<br />
nos traen las que son taquilleras<br />
o las que representan<br />
dinero. Es por esta razón que<br />
<strong>de</strong>sconocemos mucho <strong>de</strong> lo que<br />
ocurre en el mundo <strong>de</strong>l cine fantástico,<br />
y si acaso llegamos a ver<br />
estas cintas, lo hacemos en sistemas<br />
<strong>de</strong> vi<strong>de</strong>o casero. Dada<br />
esta situación, es difícil rastrear<br />
la carrera <strong>de</strong> varios directores y<br />
muchos permanecerán olvidados.<br />
Es indispensable aprovechar<br />
estrenos <strong>de</strong> este tipo en<br />
nuestra cartelera para apreciar<br />
cintas como Aguas oscuras y<br />
crearnos un panorama <strong>de</strong>l cine<br />
japonés actual o <strong>de</strong> la nueva ola<br />
japonesa, como algunos críticos<br />
la han bautizado.<br />
Como era <strong>de</strong> esperar, la industria<br />
norteamericana ya ha<br />
hecho varios remakes <strong>de</strong> las cintas<br />
japonesas y para diciembre<br />
se espera el estreno <strong>de</strong> Aguas<br />
oscuras versión Hollywood. Estos<br />
remakes explotan las i<strong>de</strong>as<br />
innovadoras que los directores<br />
japoneses constantemente proponen;<br />
es importante entonces<br />
saber que existen las fuentes<br />
originales y que por lo que vimos<br />
con el remake <strong>de</strong> El aro, éstos<br />
no se acercan a la calidad y<br />
al po<strong>de</strong>r sugerente <strong>de</strong> las producciones<br />
japonesas. El género<br />
en <strong>No</strong>rteamérica se ha agotado<br />
y son pocos los ejemplos <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro<br />
cine <strong>de</strong> horror en los que<br />
presenciemos, más que sangre<br />
y tripas o bellos rostros y asesinos<br />
<strong>de</strong> adolescentes, verda<strong>de</strong>ras<br />
i<strong>de</strong>as y técnicas novedosas. Esperemos<br />
que las distribuidoras<br />
le <strong>de</strong>n un chance a este nuevo<br />
cine y permitan que el público<br />
colombiano se <strong>de</strong>leite con esta<br />
nueva alternativa.<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
101<br />
CINE
El gris <strong>de</strong>be ser ruso<br />
Si el regreso fuera una mujer<br />
sería lejana y altiva, misteriosa;<br />
estaría siempre vestida <strong>de</strong> gris y<br />
llevaría los labios pintados <strong>de</strong> un<br />
profundo carmín. Se parecería a<br />
la María Iribarne <strong>de</strong> Sábato,<br />
aquella misteriosa hechicera<br />
cuya verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>ntidad no nos<br />
es dado conocer pero <strong>de</strong> quien<br />
nos enamoramos sin remedio.<br />
Sería como un cisne, a la manera<br />
<strong>de</strong> Truman Capote según la<br />
cual para serlo es necesario no<br />
saberlo. Esta mujer enigmática<br />
hablaría poco y cuando lo hiciera<br />
sus palabras tendrían el encanto<br />
estremecedor <strong>de</strong> una revelación.<br />
Sutil, en un palabra.<br />
Delicadamente sutil. Y sí, es válida<br />
la aparente redundancia.<br />
El regreso, la ópera prima <strong>de</strong>l<br />
director ruso Andrey Zvyagintsev<br />
nos <strong>de</strong>vuelve a un mundo<br />
don<strong>de</strong> el cine ruso se escribía<br />
con mayúsculas. Su estética<br />
minuciosa y perfeccionista, que<br />
no <strong>de</strong>scuida ninguno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>talles<br />
formales y sin embargo<br />
navega a través <strong>de</strong> la historia sin<br />
tropiezos, nos hace pensar en<br />
aquella frase <strong>de</strong> Susan Sontag:<br />
“la forma es el contenido”. La<br />
crítica ha consi<strong>de</strong>rado que Zvyagintsev<br />
es una promesa <strong>de</strong>l cine<br />
mundial. Temo no estar <strong>de</strong>l todo<br />
<strong>de</strong> acuerdo: Andrey Zvyagintsev<br />
es un genio y lo es ahora. Tal<br />
vez El regreso sea una película<br />
difícil <strong>de</strong> superar. Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />
elogio, el porqué.<br />
Claudia Gallego<br />
¿Quién <strong>de</strong>sata los cabos<br />
que ha ido atando el tiempo?<br />
Piedad Bonnett<br />
Un grupo <strong>de</strong> niños está jugando<br />
a tirarse por turnos <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
una torre <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra. El pequeño<br />
Iván no pue<strong>de</strong> hacerlo<br />
-por cobardía o exceso <strong>de</strong> sensatez<br />
para su edad- y tiene que<br />
esperar a que su madre venga a<br />
buscarlo para bajar amparado<br />
en su abrazo. Los <strong>de</strong>más lo<br />
tildan <strong>de</strong> gallina, entre ellos su<br />
hermano Andrey, un niño en esa<br />
edad ambigua entre la infancia<br />
y la adolescencia cuando la<br />
aprobación pública es necesaria,<br />
que se une al grupo para<br />
fastidiarlo. Pelean. Y la pelea<br />
acaba en una gran persecución<br />
hacia la casa. La casa es apacible<br />
como un convento y rigurosa<br />
como una cárcel.
Cuando llegan, se encuentran<br />
con que su madre (la hermosísima<br />
Natalia Vdovoina) <strong>de</strong><br />
la manera más casual les pi<strong>de</strong><br />
que no hagan ruido porque podrían<br />
<strong>de</strong>spertar a su padre que<br />
está durmiendo en una <strong>de</strong> las<br />
habitaciones. El problema es<br />
que el padre acaba <strong>de</strong> llegar a<br />
la casa <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 11 años <strong>de</strong><br />
inexplicada ausencia. Los niños<br />
corren a ver al individuo y se encuentran<br />
con un hombre con el<br />
torso <strong>de</strong>snudo durmiendo plácidamente.<br />
Necesitan una prueba<br />
y corren al zarzo a escarbar<br />
en un baúl una vieja fotografía<br />
que les ayu<strong>de</strong> a corroborar que<br />
en realidad sí, aquel hombre es<br />
su padre. A la hora <strong>de</strong> la cena,<br />
a la que también asiste una<br />
abuela, muda, se les informa<br />
que a<strong>de</strong>más, el recién llegado los<br />
llevará <strong>de</strong> paseo a los lagos al<br />
día siguiente. Y empieza un viaje<br />
a través <strong>de</strong> parajes sombríos<br />
y lluviosos, <strong>de</strong>solados pero hermosos,<br />
preciosamente iluminados,<br />
don<strong>de</strong> convergen por turnos<br />
todos los posibles grises que<br />
hay en el gris, como diciéndonos<br />
que es posible que cualquier<br />
cosa suceda. Y el autoritarismo<br />
<strong>de</strong>l padre comienza a enfrentarse<br />
con el afán <strong>de</strong> Andrey por lograr<br />
la aceptación <strong>de</strong> su Papá;<br />
aceptación que literalmente<br />
busca a cambio <strong>de</strong> lo que sea:<br />
llega incluso a mostrar satisfacción<br />
cuando el hombre lo golpea<br />
porque no ha sabido construir<br />
una palanca con hojas<br />
para <strong>de</strong>satascar el carro <strong>de</strong>l fango.<br />
Aceptación que contrasta<br />
con la rebeldía con la que se protege<br />
Iván para no <strong>de</strong>scubrir que<br />
también él quisiera un papá: ¿a<br />
qué has venido, para que volviste?,<br />
le grita entre lágrimas<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber estado esperando<br />
casi un día completo bajo<br />
la lluvia luego <strong>de</strong> que el papá<br />
quisiera darle una lección <strong>de</strong>jándolo<br />
solo por haberse atrevido a<br />
contrariarlo. El padre hace algunas<br />
llamadas sospechosas,<br />
no habla nada, no contesta<br />
nada. Exige como si siempre<br />
hubiera estado y sólo da a cambio<br />
unas lecciones <strong>de</strong> vida propias<br />
<strong>de</strong> los hombres en la calle.<br />
Y quiere hacerlo en unos días,<br />
que <strong>de</strong>ben reemplazar años.<br />
Pero es el padre y <strong>de</strong> eso se<br />
trata, <strong>de</strong> que ese lazo, sea como<br />
fuere, existe y es más fuerte que<br />
cualquier tejido <strong>de</strong> la cotidianidad.<br />
La magnífica cámara <strong>de</strong><br />
Mikhail Kritchman se <strong>de</strong>tiene en<br />
los <strong>de</strong>talles, y no obstante es<br />
también casual; ilumina la mirada<br />
<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos sobre<br />
ese ser misterioso que quisieran<br />
querer pero no pue<strong>de</strong>n y que<br />
también quisieran odiar pero<br />
tampoco logran. Se <strong>de</strong>tiene en<br />
la documentación <strong>de</strong>l lugar, <strong>de</strong><br />
los árboles, el agua y la arena,<br />
<strong>de</strong>jando que lo que ocurre tanto<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cuadro como <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong> nosotros los<br />
espectadores ocurra fuera <strong>de</strong> él.<br />
Finalmente, Iván, <strong>de</strong>sesperado,<br />
agarra el cuchillo que su padre<br />
ha llevado todo el tiempo consigo<br />
(y que tal vez simbolice el po<strong>de</strong>r<br />
que él mismo parece tener<br />
sobre los asuntos <strong>de</strong>l mundo<br />
pero que no podría representar<br />
nunca un po<strong>de</strong>r moral sobre sus<br />
hijos) y busca liberarse <strong>de</strong>l yugo<br />
<strong>de</strong> ese lazo que no logra compren<strong>de</strong>r,<br />
para luego huir hacia<br />
una torre. Esta vez la torre promete<br />
la liberación, la <strong>de</strong>uda que<br />
<strong>de</strong>be saldar consigo mismo, la<br />
forma <strong>de</strong> poner a prueba su coraje.<br />
Nuevamente hay una persecución:<br />
su padre corre <strong>de</strong>trás<br />
y sube uno a uno los escalones<br />
para alcanzar a su hijo. Pero no<br />
lo logra.<br />
Y lo que sigue es el viaje <strong>de</strong><br />
regreso. Otro regreso. El regreso<br />
<strong>de</strong>l encuentro. El regreso <strong>de</strong>l<br />
regreso <strong>de</strong> un padre ausente.<br />
Una secuencia en primer plano<br />
<strong>de</strong> los hermanos llevando <strong>de</strong><br />
vuelta a su padre en una barca<br />
a lago traviesa en la más espesa<br />
bruma y el trepidar <strong>de</strong> las<br />
olas al fondo como único sonido<br />
y la cámara terca que persiste<br />
con ellos, como ellos, en<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
103<br />
CINE
104 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
llegar a la playa. Escalofriante.<br />
Cada uno poniendo en práctica<br />
lo que trae <strong>de</strong> su reciente y atropellado<br />
nuevo aprendizaje. Iván<br />
y Andrey (soberbias actuaciones,<br />
sobra <strong>de</strong>cir) van a los lagos<br />
y regresan convertidos cada uno<br />
en lo que estaban a punto <strong>de</strong><br />
ser. A las malas, como casi<br />
siempre ocurre. Afuera, la vida<br />
sigue igual.<br />
En un tono que se asemeja<br />
en la superficie a un thriller <strong>de</strong><br />
misterio, Andrey Zvyagintsev<br />
<strong>de</strong>buta en el cine con una película<br />
<strong>de</strong> corte psicológico en la<br />
que el aspecto visual se mezcla<br />
con el carácter emocional <strong>de</strong> la<br />
narración para lograr unas alegorías<br />
ambiguas si se quiere,<br />
pero que con sus múltiples po-<br />
Tic tac<br />
sibles lecturas plantean preguntas<br />
esenciales sobre las relaciones<br />
familiares, el abandono, la<br />
sumisión, el carácter, la reivindicación<br />
y las posibilida<strong>de</strong>s e imposibilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l amor filial. Sobre<br />
lo complicado que es ser un<br />
niño y sobre lo complicado que<br />
es ser un padre.<br />
Esta película sabe que lo más<br />
importante <strong>de</strong> la vida no es lo<br />
que se dice sino lo que se sugiere<br />
apenas y que en eso consiste<br />
la verda<strong>de</strong>ra poesía, en su capacidad<br />
<strong>de</strong> sugerir, en lo que<br />
calla. Por eso el misterio que origina<br />
la tensión sobre la que se<br />
sostiene la película no consiste<br />
en <strong>de</strong>scubrir quién en realidad<br />
es ese hombre (¿es acaso un ex<br />
presidiario, un exiliado, un <strong>de</strong>-<br />
El porvenir es tan inevitable como el rígido ayer.<br />
Jorge Luis Borges<br />
Me interesa la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />
cine argentino <strong>de</strong> hoy, me interesa<br />
sobre todo ver cómo los argentinos,<br />
ahora sí con dolor real<br />
y no heredado, no sólo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarraigo<br />
que los <strong>de</strong>fine -patria hecha<br />
<strong>de</strong> inmigrantes al fin y al<br />
cabo- sino dolor por su propia<br />
patria, le dan una vuelta <strong>de</strong><br />
tuerca a su mirada sobre la vida.<br />
<strong>No</strong> en vano ese país nos regaló<br />
a Borges y a Cortázar. Es reconfortante<br />
ver cómo están rescatando<br />
para su imaginario las<br />
lincuente?) ni qué hace ni qué<br />
contiene aquel cofre que guarda<br />
con sigilo y cuyo ocultamiento<br />
parece ser la verda<strong>de</strong>ra razón<br />
<strong>de</strong> la visita a la isla. El padre y<br />
su aparición ya son <strong>de</strong>masiado<br />
misteriosos para <strong>de</strong>tenerse en<br />
las minucias. Porque la sutileza<br />
<strong>de</strong> El regreso no nace en los<br />
hechos sino en aquello que compete<br />
al corazón, a la vida, y que<br />
no se dice con palabras porque<br />
tal vez sea <strong>de</strong>masiado pedir que<br />
también la historia –aparte <strong>de</strong><br />
la cámara- cuente en pantalla<br />
con todos los posibles grises que<br />
hay en el gris.<br />
Aunque si eso fuera posible,<br />
sería posible para un ruso. Un<br />
ruso, claro, <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong><br />
Andrei Tarkovsky.
cosas básicas y repensando su<br />
ser y su relación con la tierra<br />
que los parió.<br />
Bar El Chino es una mezcla<br />
<strong>de</strong> documental y película, o mejor,<br />
una película que, como algunos<br />
textos literarios, construye<br />
historias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otras<br />
historias, un homenaje al medio<br />
audiovisual <strong>de</strong> todos modos.<br />
<strong>No</strong> es <strong>de</strong> aquellas que nos <strong>de</strong>manda<br />
un juicio <strong>de</strong> valor <strong>de</strong><br />
buena o mala. Bar El Chino se<br />
compromete en cambio con una<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> veracidad. El reto será<br />
hacernos creer que las historias<br />
que se generan o se remueven a<br />
partir <strong>de</strong> la filmación <strong>de</strong> un documental<br />
(este sí con todos los<br />
testimonios y lugares reales) son<br />
o no verda<strong>de</strong>ras. Cuando Martina<br />
aparece llena <strong>de</strong> frescura,<br />
ganas y equipos (enamorado incluido)<br />
ya está superada la primera<br />
prueba. Pero la prueba no<br />
evita, porque no es <strong>de</strong> eso <strong>de</strong> lo<br />
que se trata, los lugares comunes.<br />
Al contrario, se rego<strong>de</strong>a en<br />
ellos y los llena <strong>de</strong> luz. Ya dijo<br />
alguien que la realidad suele superar<br />
a la fantasía y para este<br />
director eso parece ser un precepto<br />
<strong>de</strong> vida.<br />
Están pues, todos los lugares<br />
comunes; la promesa <strong>de</strong><br />
amor, el hijo preocupado que regresa,<br />
la presencia incondicional<br />
<strong>de</strong> los amigos entrañables,<br />
el novio reemplazado, el fracaso,<br />
el dolor <strong>de</strong> la separación, la<br />
reconciliación con la vida, la realidad<br />
política que aparece (otra<br />
vez) a través <strong>de</strong>l televisor. Pero<br />
todos ellos, con la gracia divina<br />
<strong>de</strong> la verdad. Y la película logra<br />
su victoria porque todo es creíble<br />
y sobre todo porque parece<br />
posible que exista un lugar en<br />
el mundo don<strong>de</strong> la gente sienta<br />
que pue<strong>de</strong> ser como es y como<br />
no pue<strong>de</strong> ser en ninguna otra<br />
parte.<br />
El encuentro fundamental a<br />
partir <strong>de</strong>l cual se teje la trama no<br />
es el obvio, el <strong>de</strong> Martina y Jorge,<br />
muy joven ella, llegando a los<br />
50 él, sino el que ocurre entre dos<br />
generaciones <strong>de</strong> argentinos a<br />
quienes los une (so disculpa <strong>de</strong><br />
la misma profesión) una misma<br />
mirada acerca <strong>de</strong> la vida. Y la<br />
metáfora <strong>de</strong> esa mirada es su<br />
interés por la magia que envuel-<br />
<strong>No</strong>. 1 · enero· abril <strong>de</strong> 2005<br />
105<br />
CINE
106 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
ve el Bar El Chino. Él, con un<br />
proyecto inconcluso <strong>de</strong> un documental<br />
sobre el lugar, aplazado<br />
por ocupaciones que nada tienen<br />
que ver con su sueño <strong>de</strong> «hacer<br />
lo que quiero»; ella, con su búsqueda<br />
<strong>de</strong> un proyecto que le<br />
permita salirse <strong>de</strong> la mediocridad<br />
<strong>de</strong> las notas <strong>de</strong> un programa<br />
farandulero <strong>de</strong> televisión. Él <strong>de</strong><br />
vuelta, ella <strong>de</strong> ida. Ésa es la cuestión.<br />
Cuestión por la cual, claro,<br />
la vida los <strong>de</strong>sencuentra (otro lugar<br />
común) y les pone el mar <strong>de</strong><br />
por medio. Sin embargo, la cita<br />
ha sido cumplida porque el proyecto<br />
que los une en ese pedacito<br />
<strong>de</strong> vía en que se cruzan les da<br />
sentido a sus vidas y enfatiza el<br />
tamaño y la diferencia <strong>de</strong> sus<br />
sueños, que son, como querría<br />
otro argentino, el material <strong>de</strong> que<br />
estamos hechos.<br />
Ella <strong>de</strong> ida, él <strong>de</strong> vuelta.<br />
Como las dos generaciones<br />
<strong>de</strong> argentinos. Una, que partió<br />
a vivir en sentido contrario<br />
el <strong>de</strong>sarraigo <strong>de</strong> sus padres,<br />
pero <strong>de</strong>cidió volver<br />
porque sus raíces ya estaban<br />
<strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> acá, porque sus<br />
padres europeos ya habían<br />
tenido que vivir (como dice el<br />
español amigo <strong>de</strong> El Chino)<br />
con el corazón partido: tic<br />
acá, tac allá. Él <strong>de</strong> vuelta. La<br />
otra, la generación siguiente,<br />
la <strong>de</strong> Martina, la <strong>de</strong> Nacho<br />
y el hijo <strong>de</strong> Jorge, que continúa<br />
el ciclo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarraigo;<br />
quiere irse. Ella <strong>de</strong> ida. Tic<br />
acá, tac allá.<br />
Y en Bar El Chino, cuando<br />
la gente se reúne y oye el cantar<br />
sentido <strong>de</strong> los espontáneos<br />
siente que la historia<br />
seguirá pasando así, en tic<br />
tac por siempre, y que mientras<br />
haya corazones partidos<br />
habrá tango y nostalgia <strong>de</strong><br />
pasado (él) y nostalgia <strong>de</strong> futuro<br />
(ella).<br />
Por eso, porque Bar El Chino<br />
está llena <strong>de</strong> lugares comunes<br />
que no son otra cosa<br />
que la vida, porque esos lugares<br />
comunes han sido iluminados<br />
con la mirada <strong>de</strong>l<br />
alma, esta película es una<br />
película verda<strong>de</strong>ra.
Pensamientos <strong>de</strong> guerra<br />
¿Ópera o novela?<br />
De paseo por una <strong>de</strong> las tantas<br />
librerías que sobreviven en<br />
Bogotá vendiendo libros <strong>de</strong> segunda<br />
olvidados, a precios comparables<br />
con los <strong>de</strong> un almuerzo<br />
corriente, encontré una <strong>de</strong> las<br />
novelas más alucinantes que se<br />
han escrito en Colombia en los<br />
últimos cinco años y también la<br />
más <strong>de</strong>sconocida.<br />
Estando en la librería, el cigarrillo<br />
que por entonces se esfumaba<br />
<strong>de</strong> mi mano me dio la<br />
oportunidad <strong>de</strong> retardar un<br />
poco mi <strong>de</strong>spedida. En ese pequeño<br />
lapso <strong>de</strong> humo y espera,<br />
me agaché y en una <strong>de</strong> las esquinas<br />
<strong>de</strong>l estante <strong>de</strong> la literatura<br />
colombiana, tal vez organizado<br />
por apellido <strong>de</strong> autor,<br />
junto a las novelas <strong>de</strong> Rafael<br />
Humberto Moreno-Durán estaba<br />
la novela Pensamientos <strong>de</strong><br />
guerra <strong>de</strong>l escritor Orlando<br />
Mejía Rivera. Un libro pequeño,<br />
gris por un lado y ver<strong>de</strong> por el<br />
otro; curiosamente Premio Na-<br />
cional <strong>de</strong> <strong>No</strong>vela 1998 <strong>de</strong>l Ministerio<br />
<strong>de</strong> Cultura, ochenta y<br />
nueva páginas incluyendo el índice<br />
y editado por primera vez<br />
en junio <strong>de</strong>l 2000.<br />
El cigarrillo se acabó y tuve<br />
a disposición mis dos manos<br />
para abrirlo, concentrarme y<br />
leer un poco más <strong>de</strong> las primeras<br />
cuatro páginas. Una hora<br />
<strong>de</strong>spués lo había leído por completo,<br />
<strong>de</strong> pie, y sin mis anteojos.<br />
Cerré el libro y asumí que lo había<br />
entendido medianamente y<br />
<strong>de</strong> inmediato revisé <strong>de</strong>sesperadamente<br />
mis bolsillos sabiendo<br />
que la realidad era clara: no tenía<br />
ni un peso. Tuve que <strong>de</strong>jarlo<br />
sin mucha tristeza, pues algo<br />
estaba empezando a germinar<br />
en mí a propósito <strong>de</strong> esa fugaz y<br />
clan<strong>de</strong>stina lectura y la pronta<br />
alteración <strong>de</strong> mis sentidos así<br />
me lo hizo enten<strong>de</strong>r.<br />
El día continuó en vilo hasta<br />
la hora que por fin me <strong>de</strong>cidí a<br />
1 Graduado en Literatura, <strong>Universidad</strong> Javeriana; integrante <strong>de</strong> la Orquesta Sinfónica <strong>de</strong> Colombia hasta 1996.<br />
Luis Alejandro Díaz 1<br />
ir a una biblioteca pública a<br />
buscarlo, don<strong>de</strong> lo encontré y lo<br />
solicité en una <strong>de</strong> las salas. De<br />
nuevo volví a tenerlo entre mis<br />
manos y la aventura <strong>de</strong> su lectura<br />
me agarró con la misma velocidad<br />
con la que me puse los<br />
anteojos para no per<strong>de</strong>r tiempo.<br />
Al final <strong>de</strong>l día, y luego <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>ambular por mi barrio en una<br />
especie <strong>de</strong> colecta pública sólo<br />
para amigos y conocidos, tuve<br />
los tres mil pesos que costaba<br />
el libro en aquella librería. Sin<br />
embargo, fue hasta el día siguiente<br />
que lo compré y <strong>de</strong> nuevo<br />
lo leí.<br />
“Un profesor universitario es<br />
plagiado, llevado a un lugar<br />
oculto y sometido a diversos<br />
martirios por parte <strong>de</strong> los secuestradores.<br />
Con los ojos vendados,<br />
<strong>de</strong>shidratado y esposado,<br />
vive su reclusión en una<br />
cárcel subterránea -don<strong>de</strong> no<br />
pue<strong>de</strong> estar <strong>de</strong> pie ni encoger las<br />
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107<br />
LIBROS
108 revista <strong>de</strong> la universidad distrital francisco josé <strong>de</strong> caldas<br />
piernas. De allí lo sacan con una<br />
cuerda una vez al día durante<br />
cinco minutos para que coma<br />
pedazos <strong>de</strong> plátano, beba algo<br />
<strong>de</strong> agua y cumpla con sus <strong>de</strong>más<br />
necesida<strong>de</strong>s fisiológicas.<br />
Durante su encierro, el profesor<br />
<strong>de</strong> filosofía recuerda episodios<br />
<strong>de</strong> su niñez, su vida laboral y<br />
sus divagaciones filosóficas, que<br />
entremezcla con escenas <strong>de</strong> su<br />
hogar cargadas <strong>de</strong> ternura, fantasías<br />
sexuales con su esposa<br />
Sandra o juegos con su pequeño<br />
hijo Sebastián. La inconsciencia<br />
humana sumada a la<br />
admiración <strong>de</strong>l profesor por<br />
Ludwig Wittgenstein lo llevan a<br />
crear en su mente un diario apócrifo<br />
en el que se encuentran<br />
consignados los años difíciles<br />
<strong>de</strong>l filósofo austriaco durante su<br />
participación en la Primera Guerra<br />
Mundial, su cotidianidad,<br />
sus miedos, sus pensamientos<br />
políticos o religiosos y las cartas<br />
a su amante, David. Los relatos<br />
se entrecruzan, se modifican,<br />
se retroalimentan y se<br />
completan tal y como suce<strong>de</strong><br />
cuando nos encontramos en el<br />
umbral <strong>de</strong>l sueño profundo”. 2<br />
Esta es la novela: el drama y<br />
el conflicto que vive un profesor<br />
universitario en Colombia que<br />
luego <strong>de</strong> formar parte <strong>de</strong> un comunicado<br />
público <strong>de</strong> protesta es<br />
secuestrado, y durante su cautiverio<br />
sufre el trastorno mental<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>lirio y su historia se convierte<br />
al mismo tiempo en la <strong>de</strong>l<br />
filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein.<br />
La novela refleja el diario vivir<br />
<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los muchos colombianos<br />
que pa<strong>de</strong>cen esta prisión,<br />
y aunque su máximo grado<br />
<strong>de</strong> actualidad es el fenómeno<br />
social <strong>de</strong>l secuestro en Colombia,<br />
la gran metáfora <strong>de</strong>l libro<br />
es la con<strong>de</strong>na. La con<strong>de</strong>na representada<br />
en el encuentro con<br />
el yo y el conflicto <strong>de</strong> la representación<br />
<strong>de</strong> otras vidas <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> una en crisis. Al mismo tiempo,<br />
la novela viaja <strong>de</strong> 1914 a<br />
1990, <strong>de</strong> Europa a América, <strong>de</strong><br />
Austria a Colombia, <strong>de</strong> la guerra<br />
a la guerra y siempre encuentra<br />
lo mismo: el hombre en<br />
una carrera contra el tiempo<br />
<strong>de</strong>cidiendo eternamente entre<br />
su felicidad y sus i<strong>de</strong>ales, entre<br />
el mundo y su vida, entre la<br />
humanidad y los seres que ama.<br />
Esta novela no sólo refleja<br />
una realidad brutal en Colombia<br />
que es la <strong>de</strong>l secuestro y<br />
muerte <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> ciudadanos<br />
inocentes, sino que a<strong>de</strong>más<br />
pone en situación la única arma<br />
con la cual combatir esas realida<strong>de</strong>s<br />
extremas y mortales: las<br />
pasiones. Las pasiones y los recuerdos,<br />
el profesor y Wittgenstein,<br />
él y su esposa, el padre y<br />
su hijo. La novela resulta siendo<br />
un eje en el que giran muchas<br />
vidas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> una<br />
sola: la <strong>de</strong> él.<br />
Al mismo tiempo, los personajes<br />
encargados <strong>de</strong> cuidar al<br />
prisionero reflejan la sabiduría<br />
que provoca un conflicto social<br />
extremadamente efervescente y<br />
carente <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ales. <strong>No</strong> obstan-<br />
2 Mejía Rivera Orlando, Pensamientos <strong>de</strong> guerra, Ministerio <strong>de</strong> Cultura, Bogota, 2000. <strong>No</strong>ta escrita en la contraportada <strong>de</strong>l libro.<br />
te, una mujer que forma parte<br />
<strong>de</strong> este grupo <strong>de</strong> guerrilleros, ve<br />
en el prisionero, <strong>de</strong> vez en cuando,<br />
un hombre tal y como los<br />
que con ella conforman el grupo<br />
rebel<strong>de</strong>.<br />
La novela encarna la velocidad<br />
con la que el caos rige el<br />
or<strong>de</strong>n mundial y cómo hace eco<br />
<strong>de</strong> distintas maneras en el diario<br />
vivir <strong>de</strong> sus habitantes. Así<br />
pues, este libro seguramente sea<br />
una <strong>de</strong> las partes <strong>de</strong>l rompecabezas<br />
que intentan armar los sociólogos,<br />
historiadores, psicólogos<br />
y otros acerca <strong>de</strong>l conflicto<br />
armado en Colombia y sus repercusiones<br />
en la vida diaria <strong>de</strong><br />
la población civil.<br />
Al final, quien habla es un<br />
esqueleto que se ha quedado en<br />
posición fetal y que al tocarse<br />
sólo reconoce huesos. Un hueco<br />
en la tierra se lo ha <strong>de</strong>vorado:<br />
el mundo se lo ha comido,<br />
lo ha <strong>de</strong>spellejado y <strong>de</strong> nuevo lo<br />
ha escupido. El diario imaginario<br />
<strong>de</strong>l filósofo austriaco es la<br />
manera más bella <strong>de</strong> morir,<br />
intercambiando una correspon<strong>de</strong>ncia<br />
amorosa con otro hombre<br />
igualmente en guerra y lejos,<br />
quien a su vez, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa<br />
lejanía, ama y reza.<br />
Des<strong>de</strong> que poseo el libro lo<br />
releo y lo recomiendo. <strong>No</strong> sólo<br />
por su tema sino porque a<strong>de</strong>más<br />
está escrito impecablemente,<br />
ya que el hecho <strong>de</strong> entrecruzar<br />
dos vidas, dos diarios,<br />
dos épocas, dos países, dos guerras<br />
y dos muertes es trabajo <strong>de</strong>
poeta y para acce<strong>de</strong>r a cualquier<br />
cosa, el poeta hace <strong>de</strong> su existencia<br />
la mejor esponja: el escritor<br />
<strong>de</strong> esta novela es profesor<br />
universitario.<br />
<strong>No</strong> hace mucho vi que la novela<br />
se convirtió en una ópera<br />
con orquesta sinfónica, actores,<br />
coro y escenografita y me alegré.<br />
Pero me alegré aún más<br />
cuando <strong>de</strong>scubrí su segunda<br />
edición ya no <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong><br />
Cultura sino <strong>de</strong> una editorial<br />
privada.<br />
Finalmente, un aspecto más<br />
por recordar <strong>de</strong>l libro es el siguiente:<br />
el protagonista <strong>de</strong> la<br />
novela hace <strong>de</strong> la palabra su<br />
mejor compañía, al escuchar<br />
todo el tiempo la conversación<br />
que a propósito <strong>de</strong> él tienen sus<br />
captores y al imaginar las cartas<br />
y los diálogos bellamente escritos<br />
<strong>de</strong>l filósofo alemán. Es <strong>de</strong>cir, la<br />
palabra es quien finalmente le da<br />
vida en su cautiverio ya que nada<br />
más, absolutamente nada, prueba<br />
que está vivo.<br />
Todos los hombres<br />
LIBROS<br />
son infieles<br />
Edith Sánchez 1<br />
Todos los hombres son infieles<br />
es un libro que, por paradójico<br />
que parezca, colorea <strong>de</strong> esperanza<br />
el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> estos<br />
tristes “postmo<strong>de</strong>rnus sapiens<br />
sapiens”. Y esto por una razón<br />
muy simple: la lectura que hace<br />
<strong>de</strong> la infi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong>spoja a ésta<br />
<strong>de</strong> su fardo moral y, con ello, <strong>de</strong><br />
su enorme y telúrica carga pasional;<br />
el fenómeno aparece<br />
dibujado más bien como un escenario<br />
don<strong>de</strong> sorpresivamente<br />
se <strong>de</strong>vela el inconsciente con sus<br />
misterios, con sus caprichos <strong>de</strong><br />
crío <strong>de</strong>stetado. Ahora la palabra<br />
“traición” se relativiza; ya no es<br />
necesario cobrar venganza ni<br />
llorar hasta morir o matar ante<br />
la eventualidad <strong>de</strong> una <strong>de</strong> esas<br />
“cornadas”, <strong>de</strong> las que casi nadie<br />
se salva.<br />
1 Escritora, periodista y docente.<br />
Arturo <strong>de</strong> la Pava Ossa nos<br />
muestra cómo el discurso dominante<br />
ha impuesto un mo<strong>de</strong>lo<br />
i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> pareja que nos hace sufrir:<br />
nunca estamos a su altura<br />
durante más <strong>de</strong> tres meses. Y<br />
como los mo<strong>de</strong>los no pue<strong>de</strong>n ni<br />
<strong>de</strong>ben fallar, entonces transitamos<br />
por el dolor creyendo que<br />
somos nosotros quienes erramos.<br />
Así pues, lo que duele, a<br />
la hora <strong>de</strong> la verdad, no es la<br />
infi<strong>de</strong>lidad misma sino la mentira<br />
cultural, ese tal “ser el uno<br />
para el otro” o ese tal “hasta que<br />
la muerte los separe” <strong>de</strong> los dioses;<br />
el texto nos lleva a ver que<br />
el único dios capaz <strong>de</strong> unir lo<br />
que la naturaleza ha separado<br />
es la poesía, en sus múltiples y<br />
variadas formas.<br />
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El libro permite así una perspectiva<br />
renovada, en la que<br />
amor no tiene por qué escribirse<br />
en mayúsculas ni fi<strong>de</strong>lidad<br />
tiene por qué ir en negrilla, cursiva<br />
y subrayada. Es una obra<br />
profundamente humana que en<br />
ningún momento cae en la tentación<br />
<strong>de</strong> convertirse en manual<br />
<strong>de</strong> supermercado, <strong>de</strong> esos que<br />
ofrecen respuestas a problemas<br />
insolubles, para compradores<br />
<strong>de</strong>sesperados -yo diría, compradoras,<br />
básicamente-. En todo<br />
caso, no es un libro para comentar<br />
tomando onces con las amigas;<br />
seguro, el diálogo que propicia<br />
es íntimo, silencioso, un<br />
encuentro entre el autor y el lector,<br />
en el salón <strong>de</strong> los espejos y<br />
las revelaciones.<br />
Este libro nace con vocación<br />
<strong>de</strong> clásico porque aborda un interrogante,<br />
una hipótesis, una<br />
grieta milenaria: la insostenible<br />
levedad <strong>de</strong>l falo, <strong>de</strong> lo masculino.<br />
Porque apunta hacia una <strong>de</strong><br />
las fracturas fundamentales <strong>de</strong><br />
la posmo<strong>de</strong>rnidad: el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong><br />
la pareja y <strong>de</strong> la familia nuclear.<br />
Porque hace posible un encuentro<br />
fructífero entre psique, historia<br />
y sociedad. Pero, también<br />
tiene talante <strong>de</strong> clásico porque<br />
acu<strong>de</strong> a referencias con peso específico<br />
indiscutible <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />
panorama <strong>de</strong>l pensamiento<br />
humano: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Platón hasta<br />
Freud, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Lacan hasta Foucault,<br />
todo soportado a través <strong>de</strong><br />
una argumentación impecable,<br />
sin cabos sueltos, salvo los que<br />
ofrece la realidad misma.<br />
El texto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera página,<br />
pone el <strong>de</strong>do en la llaga y no<br />
precisamente por su referencia al<br />
mundo privado <strong>de</strong> los “machos”;<br />
su gran acierto es mantener, a<br />
distancia pru<strong>de</strong>ncial y bien medida,<br />
un tema capital para la cultura<br />
contemporánea: el lugar <strong>de</strong><br />
lo femenino. Y lo mejor, es un<br />
hombre quien escribe, es un<br />
hombre quien interroga y le<br />
apuesta a respuestas sobre el<br />
lugar <strong>de</strong> la masculinidad y su<br />
correlato mujeril, como queriendo<br />
liberarse y liberar, como bus-<br />
cando un diálogo entre géneros<br />
que incluya la seductora propuesta<br />
<strong>de</strong> inventar caminos nuevos<br />
hacia esa felicidad con minúsculas<br />
y sin comillas, la única<br />
que nos es dada a los humanos.<br />
El libro muestra un esfuerzo<br />
<strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong>cisivo. El<br />
psicoanálisis sale por fin <strong>de</strong>l<br />
clóset en que lo guardan frecuentemente<br />
los especialistas,<br />
<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser el eterno neologismo<br />
y se atreve a juguetear con<br />
nuestra vida cotidiana. Así,<br />
Arturo <strong>de</strong> la Pava Ossa nos ubica<br />
en un espacio <strong>de</strong> negociación<br />
discursiva: sin menguar la rigurosidad<br />
<strong>de</strong> los conceptos institucionalizados<br />
establece el nexo<br />
posible y necesario con el lenguaje<br />
fresco y <strong>de</strong>sprevenido <strong>de</strong><br />
cualquier mortal, logrando así<br />
la profunda sencillez y sencilla<br />
profundidad que caracteriza<br />
toda obra <strong>de</strong>stinada a permanecer.<br />
En una palabra, Todos los<br />
hombres son infieles es un bocado<br />
<strong>de</strong> dioses para ser saboreado<br />
por mortales.
FACULTAD DE INGENIERÍA<br />
Electrónica<br />
Eléctrica<br />
Industrial<br />
Sistemas<br />
Catastral<br />
FACULTAD DE MEDIO AMBIENTE<br />
Y RECURSOS NATURALES<br />
Ingeniería Forestal<br />
Ingeniería Topográfica<br />
Ingeniería Ambiental<br />
Administración Deportiva<br />
Administración Ambiental<br />
Tecnología en:<br />
Topografía<br />
Gestión Ambiental y Servicios Públicos<br />
Saneamiento Ambiental<br />
MISIÓN<br />
La <strong>Universidad</strong> <strong>Francisco</strong> José <strong>de</strong> <strong>Caldas</strong>, con más <strong>de</strong> 20.000 estudiantes, es la <strong>de</strong>mocratiza-<br />
ción <strong>de</strong>l conocimiento para garantizar, a nombre <strong>de</strong> la sociedad y con participación <strong>de</strong>l Estado, el<br />
<strong>de</strong>recho social a una educación superior rigurosa y crítica, con calidad, equidad y competitividad<br />
social, mediante la investigación, la enseñanza y servicios a las comunida<strong>de</strong>s en el contexto local,<br />
nacional e internacional.<br />
FACULTAD DE CIENCIAS<br />
Y EDUCACIÓN<br />
Licenciaturas en:<br />
Física<br />
Biología<br />
Química<br />
Pedagogía Infantil<br />
Licenciaturas en Educación Básica<br />
con énfasis en:<br />
Matemáticas<br />
Ciencias Sociales<br />
Humanida<strong>de</strong>s<br />
Lengua Castellana<br />
Inglés<br />
Pedagogía Infantil<br />
Educación Artística<br />
CONVENIO<br />
INSTITUTO DISTRITAL<br />
DE CULTURA Y TURISMO<br />
•<br />
UNIVERSIDAD DISTRITAL<br />
•<br />
ACADEMIA SUPERIOR<br />
DE ARTES DE BOGOTÁ<br />
Artes Plásticas y Visuales<br />
Artes Musicales<br />
Artes Escénicas<br />
FACULTAD TECNOLÓGICA<br />
Tecnología en:<br />
Electricidad<br />
Electrónica<br />
Mecánica<br />
Industrial<br />
Sistematización <strong>de</strong> Datos<br />
Construcciones Civiles<br />
PROGRAMAS DE CICLO PROFESIONAL<br />
EN INGENIERÍA<br />
DE LA FACULTAD TECNOLÓGICA<br />
Ingeniería Civil<br />
Ingeniería <strong>de</strong> Producción<br />
Ingeniería Mecánica<br />
Ingeniería en:<br />
Distribución <strong>de</strong> Re<strong>de</strong>s<br />
Control Electrónico e Instrumentación<br />
Telecomunicaciones<br />
Re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Computadores<br />
Producción
Carlos Granada, pintor
Cafetería Facultad Tecnológica <strong>Universidad</strong> <strong>Distrital</strong>, Ciudad Bolívar