Capítulo 4: Hepatitis D
Capítulo 4: Hepatitis D
Capítulo 4: Hepatitis D
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HEPATITIS D<br />
El virus de hepatitis más virulento de todos<br />
El virus de la hepatitis D es tal vez el más singular de todos los virus de hepatitis y también el más virulento.<br />
Como virus, es defectuoso. El virus de la hepatitis D (VHD) no puede multiplicarse e infectar a alguien a menos que la persona<br />
ya esté infectada con el virus de la hepatitis B (VHB). El virus de la hepatitis D necesita el recubrimiento externo del virus de la<br />
hepatitis B—llamado el antígeno de superficie—con el fin de multiplicarse en un hospedero humano.<br />
Actualmente el virus infecta a 15 millones de personas en todo el mundo, casi todos adultos, y es muy común entre grupos de<br />
usuarios de drogas inyectadas y en los países que bordean el Mediterráneo. La mayoría de los niños con infección por VHD<br />
habitan en Italia y Grecia, y unos pocos en el norte de África. No hay informes o estimados del número de niños infectados<br />
con VHD en todo el mundo.<br />
A pesar de la hepatitis B generalizada en la población demográfica asiática, la infección por VHD es prácticamente<br />
desconocida allí y aparece más que todo en grupos de usuarios de drogas inyectadas.<br />
El VHD se transmite por la sangre y líquidos orgánicos, en forma similar a la del virus por hepatitis B. Los síntomas de la<br />
hepatitis D son parecidos a los de otras enfermedades<br />
hepáticas virales e incluyen ictericia, fiebre, malestar,<br />
orina oscura y náusea. Aunque los síntomas son<br />
parecidos, los pacientes están más enfermos con la<br />
hepatitis D que con la hepatitis B sola.<br />
Informes publicados sobre cómo le va a los niños con<br />
una sobreinfección son escasos, pero los médicos<br />
dicen que la enfermedad en niños sigue un patrón<br />
similar al de los adultos con rápido desarrollo de la<br />
enfermedad hepática. La mayoría de los niños con<br />
infección crónica por VHB solamente, son<br />
asintomáticos y no presentan signos de daño hepático.<br />
Cuando además contraen la infección por VHD, sufren<br />
daño hepático considerable como resultado de<br />
la sobreinfección.<br />
¿Qué es el virus de la hepatitis D?<br />
El Dr. Mario Rizzetto, de Italia, identificó el virus la<br />
hepatitis D en 1977. Examinaba células hepáticas de<br />
pacientes con infección crónica por VHB cuando<br />
observó un nuevo antígeno (una sustancia extraña<br />
nociva) que no era uno de los tres principales<br />
antígenos del VHB, que son el de superficie, el central<br />
y el antígeno e.<br />
Existen dos tipos de infección por VHD, infección concurrente<br />
y sobreinfección:<br />
La infección concurrente ocurre cuando un paciente está<br />
infectado simultáneamente por VHD y VHB. La mayoría<br />
de estos pacientes se recuperan por completo pero hay<br />
una mayor tasa de insuficiencia hepática fulminante y<br />
muerte, que con la infección VHB sola.<br />
La sobreinfección ocurre cuando un paciente con una<br />
infección crónica por VHB ya existente es infectado por<br />
VHD. Estos pacientes por lo general experimentan un<br />
empeoramiento repentino de la enfermedad hepática. La<br />
tasa de cirrosis y enfermedad hepática terminal es muy<br />
alta en pacientes con hepatitis B que resultan con<br />
infección crónica por VHD, lo que convierte a esta<br />
sobreinfección en una enfermedad muy peligrosa.<br />
Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica 129
Después de varios años de pruebas y de aislar el virus en chimpancés, por último los científicos llamaron a este nuevo virus<br />
hepatitis D. Este era un virus de ARN monocatenario defectuoso. En los virus del ARN, la información genética es almacenada<br />
en el ARN, mientras en células y algunos otros virus, esa información está almacenada en el ADN.<br />
Este virus tiene el genoma (material genético) más pequeño de todos los virus animales conocidos. El virus de la hepatitis D<br />
necesita una partícula del virus de la hepatitis B—el recubrimiento externo del virus de la hepatitis B llamado antígeno de<br />
superficie—para sintetizar su propia proteína externa y poder encapsular su núcleo genético. El virus de la hepatitis D todavía<br />
se puede multiplicar con éxito en personas cuya concentración de antígeno de superficie ha bajado a<br />
concentraciones indetectables.<br />
Como el VHB, el virus de la hepatitis D inserta su material genético en las células hepáticas y usa los recursos de la célula<br />
para multiplicarse. Lo extraordinario del VHD es que se multiplica en una forma similar a la de la multiplicación de los virus de<br />
las plantas. Cuando el material genético del virus está montado en la célula hepática "hospedera", el virus se completa a sí<br />
mismo integrando el antígeno de superficie de la hepatitis B en su citoplasma, que después es liberado de la célula hospedera<br />
como un virus de hepatitis D completo capaz de infectar una nueva célula.<br />
Los investigadores creen que el virus de la hepatitis D daña directamente las células hepáticas. Esta es diferente de las<br />
infecciones por VHB, en las cuales la mayor parte del daño hepático al hígado es causado por los esfuerzos del propio<br />
sistema inmunitario del organismo con el fin de erradicar las células infectadas.<br />
Hasta el momento, los investigadores han identificado tres genotipos o variaciones regionales de VHD en todo el mundo. El<br />
Genotipo 1 se encuentra ampliamente distribuido por todo el mundo, el Genotipo 2 es un genotipo singular que se encuentra<br />
sólo en Japón y el Genotipo 3, de América del Sur, es relacionado con una forma grave de infección por VHD que se<br />
caracteriza por alta mortalidad y una lesión en el hígado llamada una célula mórula.<br />
Un equipo de gastroenterólogos canadienses ha aislado y estudiado muy detenidamente la biología molecular a través de la<br />
secuencia de los nucleótidos de un virus de la hepatitis D. Ellos descubrieron que un área determinada del virus era capaz de<br />
mutar con toda facilidad. Los investigadores sospechan que este virus es capaz de mutar rápidamente y de producir una<br />
variedad mucho más amplia de genotipos del VHD de la que ha sido identificada hasta el momento.<br />
¿Dónde ocurren las infecciones por VHD?<br />
En general, la infección por VHD refleja la epidemiología de la prevalencia del VHB, pero con algunas variaciones extrañas.<br />
En países con una baja tasa de infección por VHB crónica a largo plazo, el VHD también tiene una baja prevalencia entre<br />
aquellos pacientes con infección crónica por VHB. La infección por VHD en estos países ocurre más comúnmente entre<br />
usuarios de drogas inyectadas y personas con hemofilia.<br />
En países con concentraciones moderadas a altas de infección crónica por VHB, varía la prevalencia del VHD. En el sur de<br />
Italia y algunas regiones de Rusia y Rumania, la prevalencia de VHD es muy alta entre los portadores asintomáticos del VHB<br />
y los pacientes con casos agudos de VHB.<br />
Sin embargo, en la mayor parte del sudeste asiático, Taiwán y China, donde la prevalencia de la infección crónica por VHB es<br />
muy alta, la infección por el virus de la hepatitis D es muy poco común.<br />
En algunos países de América del Sur en la cuenca amazónica, se han presentado epidemias periódicas de infección por<br />
VHD, entre personas con infección crónica por VHB en regiones relativamente aisladas. Durante estos brotes epidémicos de<br />
VHD, los pacientes han evolucionado a hepatitis fulminante potencialmente mortal y el porcentaje de mortalidad ha sido entre<br />
un 10 a 20%.<br />
130 Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica
No está claro por qué es tan frecuente y letal el VHD en la cuenca amazónica, inexistente en el Asia, bastante benigno en<br />
Grecia, Asia y el Pacífico Sur. Los investigadores sospechan que diferentes genotipos del VHD causan distintos grados de<br />
daño hepático.<br />
En la mayor parte de Europa Occidental, Estados Unidos y Australia los porcentajes de infección por VHD son bajos. En<br />
Estados Unidos, el VHD se presenta más comúnmente en personas que están expuestas a la sangre o hemoderivados, como<br />
personal médico, usuarios de drogas inyectadas y hemofílicos que reciben concentrados de factor de coagulación.<br />
¿Cómo se transmite?<br />
La hepatitis D es una enfermedad de transmisión hemática y se transmite básicamente por exposición a la sangre o los<br />
líquidos orgánicos de una persona infectada. A diferencia de la hepatitis B, la transmisión sexual parece ser un modo menos<br />
eficiente de transmisión aunque todavía se puede transmitir por actividad sexual sin protección.<br />
Según el California Pacific Medical Center, la transmisión sexual del VHD es menos común que la transmisión sexual del virus<br />
de la hepatitis B. Los investigadores basan esa conclusión en el hecho de que la incidencia de la infección por VHD es mucho<br />
más baja entre homosexuales que entre usuarios de drogas inyectadas. Ambos grupos son de alto riesgo de infección<br />
por VHB.<br />
La transmisión vertical (de madre a lactante) es rara. Un estudio realizado en 1981, encontró que de cinco bebés nacidos de<br />
madres positivas para el antígeno de superficie de la hepatitis B y con anticuerpos de la hepatitis D, sólo uno mostró indicios<br />
de infección por hepatitis D. Ese bebé nació de una madre con el antígeno e de la hepatitis B, en tanto que las otras madres<br />
habían desarrollado anticuerpos para el antígeno e. Por lo general, los individuos con el antígeno e tienen más virus<br />
circulando en el torrente sanguíneo.<br />
Los científicos estiman que el período de incubación del VHD varía entre 21 y 90 días, pero que puede ser menor en casos<br />
de sobreinfección.<br />
La sangre es potencialmente infecciosa durante todas las fases de la hepatitis D aguda, pero es justo antes de la aparición de<br />
la enfermedad y los síntomas, cuando un individuo quizás es más infeccioso. La sangre de una persona con infección crónica<br />
puede seguir siendo infecciosa.<br />
<strong>Hepatitis</strong> B e infección concurrente de la hepatitis D<br />
HEPATITIS D<br />
Se llama infección concurrente cuando una persona está infectada con hepatitis B y D al mismo tiempo.<br />
Una infección concurrente de hepatitis B y D es más grave que otras formas conocidas de infección de las hepatitis víricas<br />
solas. Las tasas de mortalidad e insuficiencia hepática son mucho más elevadas que las de la hepatitis B sola.<br />
Aunque la enfermedad es más grave que la mayoría de las infecciones de hepatitis víricas solas, la mayoría de los adultos<br />
sufrirán una infección aguda y su sistema inmunitario combatirá con éxito la infección por VHB. Una vez eliminados los virus<br />
de la hepatitis B, los virus de la hepatitis D no se pueden multiplicar sin el antígeno de superficie de la hepatitis B y<br />
también desaparecen.<br />
En un 90 a 95% de los casos de infección concurrente en adultos, la enfermedad empieza con una hepatitis autolimitada,<br />
seguida por la depuración de los virus de la hepatitis B y D, y por último el desarrollo de los anticuerpos de superficie de la<br />
hepatitis B, los cuales contrarrestan la inmunidad protectora contra la hepatitis B.<br />
La mayoría de los casos de infección concurrente de hepatitis B y D se resuelven por sí mismos, sólo de un 2,4 a un 4,7% de<br />
adultos con infección concurrente por hepatitis B y D se convierten simultáneamente en portadores de hepatitis crónica con<br />
riesgo de daño hepático grave, según el National Centers for Disease Control and Prevention (CDC por su sigla en inglés).<br />
Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica 131
Aunque disponen de pocas cifras para juzgar, en esos documentos esperan que los niños sean más susceptibles a padecer<br />
una infección crónica a largo plazo por VHD si están expuestos simultáneamente a los virus de las hepatitis B y D en una<br />
situación de infección concurrente.<br />
Los médicos esperan que los sistemas inmunitarios de los niños no serán tan agresivos como los de los adultos para rechazar<br />
una infección concurrente. Esperan que cuanto más pequeño sea el niño, más propenso será a padecer una infección crónica<br />
por VHD. Esta vulnerabilidad a la infección crónica refleja la respuesta que los niños pequeños experimentan al ser expuestos<br />
al virus de la hepatitis B.<br />
En caso de una infección concurrente, la IgM (inmunoglobulina Clase M) es el primer anticuerpo en ser generado por el<br />
sistema inmunitario para combatir los virus de la hepatitis D, seguida por IgG (inmunoglobulina G).<br />
Sin embargo, en cerca de un 15 por ciento de los pacientes, el único indicio de la infección por VHD puede ser la detección de<br />
un anticuerpo de IgM solo durante el período inicial agudo de la enfermedad o el anticuerpo IgG solo durante la convalecencia.<br />
Por lo general los anticuerpos de la hepatitis D descienden a concentraciones por debajo del nivel mínimo detectable después<br />
que ha desaparecido la infección y en la sangre de la persona no hay indicación de que el paciente estuvo alguna vez<br />
infectado con VHD. El antígeno de la hepatitis D se puede detectar en el plasma (sangre) en solo 25 por ciento de los<br />
pacientes con hepatitis B y D concurrentes.<br />
<strong>Hepatitis</strong> B e infección concurrente de la hepatitis D<br />
Una sobreinfección ocurre cuando el paciente que tiene infección crónica por VHB es infectado con el virus de la hepatitis D.<br />
La infección por VHD es más virulenta en adultos y niños que ya tienen el antígeno de superficie de la hepatitis B circulando<br />
en el hígado. Aún cuando sólo están presentes pequeñas cantidades de antígeno de superficie del VHB y la persona es<br />
asintomática, el virus de la hepatitis D se puede multiplicar rápidamente valiéndose del antígeno de superficie de la hepatitis B.<br />
La subsiguiente infección por VHD, puede inducir rápidamente una hepatitis aguda, con daño hepático agregado.<br />
Cuando una persona por lo demás saludable que padece infección crónica por VHB empieza a experimentar síntomas de<br />
hepatitis aguda, los médicos deben realizar pruebas de VHD. Los adultos con infección concurrente por VHD por lo general<br />
padecen infección crónica por VHD. En estudios de largo plazo, de un 70 a un 80% de los pacientes con sobreinfección por<br />
VHD padecerán enfermedad hepática crónica y cirrosis, versus un 15 a un 30% con infección por VHB sola.<br />
Aunque el número de estudios es reducido, los médicos informan que la sobreinfección por VHD en niños es igualmente<br />
agresiva—tal vez aún más agresiva porque los sistemas inmunitarios de los niños aún están en desarrollo—con una<br />
enfermedad hepática de rápido desarrollo. Sin embargo, no se dispone de estadísticas sobre el porcentaje en el que niños<br />
con infección por VHD evolucionan hasta padecer cirrosis.<br />
Cuando niños y adultos con infección crónica por VHB son infectados con VHD en un escenario de sobreinfección, las<br />
concentraciones del antígeno de superficie del VHB descienden mientras los antígenos de la hepatitis D aparecen, lo que a<br />
veces oculta la presencia de la hepatitis B cuando se realizan las pruebas.<br />
Los antígenos y el ARN de la hepatitis D siguen siendo detectables debido a que la infección crónica por VHD por lo general<br />
ocurre en la mayoría de los pacientes con sobreinfección por hepatitis B y D. Las altas concentraciones de los anticuerpos IgM<br />
e IgG de la hepatitis D son detectables y persistirán indefinidamente.<br />
En caso de sobreinfección, hay un rápido aumento de las enzimas hepáticas, lo cual anuncia daño hepático.<br />
132 Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica
Cuándo realizar pruebas de infección por VHD<br />
No hay una norma o recomendación nacional sobre la<br />
realización de pruebas de antígenos o anticuerpos de la<br />
hepatitis D. Por lo general, los médicos realizan las pruebas de<br />
la hepatitis D sólo en pacientes que ya tienen hepatitis B<br />
crónica y un empeoramiento agudo de la enfermedad hepática.<br />
Se ha sugerido que se realice la prueba de infección por VHD<br />
a todos los pacientes con infección crónica por VHB, en<br />
especial si hay un empeoramiento repentino. Otros<br />
recomiendan las pruebas para los usuarios de drogas<br />
inyectadas que presenten ictericia, sean o no positivos para el<br />
antígeno de superficie de la hepatitis B, porque la hepatitis D<br />
puede ocultar o suprimir los antígenos de superficie de la<br />
hepatitis B en muchas pruebas de laboratorio convencionales.<br />
Si se realiza una biopsia, la muestra se puede probar para el<br />
antígeno de la hepatitis D.<br />
Prevención de la infección por VHD<br />
Debido a que el virus de la hepatitis D depende del virus de la hepatitis B para multiplicarse, la hepatitis D se puede evitar si<br />
se previene la hepatitis B con vacunación periódica o aplicando la vacuna de la inmunoglobulina de la hepatitis B o HBIG, que<br />
contiene grandes concentraciones de anticuerpos de la hepatitis B, para cualquier persona que haya estado expuesta al VHB.<br />
Sin embargo, no existe una vacuna que evite la sobreinfección por hepatitis D en personas con infección crónica por VHB. En<br />
consecuencia, poder evitar la sobreinfección por hepatitis D depende de reducir la exposición a la sangre y líquidos orgánicos<br />
que puedan contener el virus de la hepatitis D. Esto se puede lograr con prácticas sexuales más seguras, precauciones<br />
normales para evitar el contacto con sangre y otros líquidos orgánicos, y evitar compartir los implementos para las<br />
drogas inyectadas.<br />
Síntomas de infección por VHD<br />
Los síntomas de infección por VHD son similares a los de la hepatitis B. Por lo general, la aparición de los síntomas es<br />
repentina e incluye fatiga, falta de apetito, fiebre, vómito y a veces dolor en las articulaciones, ronchas o sarpullido. El color de<br />
la orina se puede oscurecer y luego puede aparecer la ictericia (una coloración amarilla de la piel y el blanco de los ojos).<br />
En los niños es posible que no se presente fiebre, pero si se presentará en adolescentes.<br />
Según estudios en adultos, la cirrosis se desarrolla en un 60 a un 70% de las personas infectadas por VHD, una tasa mucho<br />
más elevada que la observada con la hepatitis B o C. La enfermedad puede evolucionar con rapidez, y en el 15% de los<br />
pacientes la cirrosis aparece uno o dos años después de la hepatitis aguda.<br />
Tratamiento de la hepatitis D<br />
Según el Dr. Howard Worman de la División de<br />
Gastroenterología de Columbia University:<br />
HEPATITIS D<br />
"La sobreinfección por el virus de la hepatitis D se<br />
debe sospechar en un paciente con hepatitis B<br />
crónica cuya enfermedad empeora de repente. Por lo<br />
general, hay antecedentes obvios de exposición<br />
continuada a sangre o hemoderivados (por ejemplo,<br />
un usuario activo de drogas de aplicación<br />
intravenosa). La infección concurrente o<br />
sobreinfección por el virus de la hepatitis D en un<br />
paciente con hepatitis B es diagnosticada por la<br />
presencia de anticuerpos contra el virus de la hepatitis<br />
D. Los anticuerpos IgM indican infección aguda".<br />
Históricamente, la investigación y el éxito han sido mínimos en cuanto al hallazgo de tratamientos efectivos para combatir la<br />
infección por VHD.<br />
Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica 133
Hasta el momento, la mayor parte de la investigación ha tenido lugar en la región mediterránea, en la que existe la mayor<br />
tasas de infección en niños y adultos. Dada su gravedad, la hepatitis D responde poco al tratamiento, se reactiva fácilmente y<br />
puede llevar a insuficiencia hepática.<br />
Actualmente el interferón alfa es uno de los pocos medicamentos administrados a niños y adultos que parece ayudar al<br />
tratamiento de la hepatitis D. Sin embargo, tiene sus limitaciones. Cerca de la mitad de los pacientes no responde al<br />
tratamiento con interferón, y la recaída es común cuando se descontinúa el tratamiento de 48 semanas.<br />
Según la Dra. Patrizia Farci, del Instituto de Medicina Interna de la Universidad de Cagliari en Italia, el interferón alfa sigue<br />
siendo el agente conocido más efectivo contra la hepatitis D. Estudios piloto que utilizaron el agente antiviral ribavirina no<br />
pudieron inhibir la multiplicación del virus de la hepatitis D.<br />
La experiencia con la politerapia ha sido limitada en el tratamiento de la hepatitis D crónica. En un estudio utilizando aciclovir<br />
durante dos semanas seguido por un tratamiento de cuatro meses con interferón alfa, los resultados no difirieron de aquellos<br />
obtenidos con la misma dosis de interferón alfa solo, informó la Dra. Farci. Resultados similares se encontraron en estudios<br />
que analizaban la politerapia con lamivudina e interferón.<br />
La Dra. Farci y científicos de otro centro médico en Italia, realizaron dos grandes estudios utilizando diferentes<br />
concentraciones del tratamiento con interferón en adultos con hepatitis D en Italia y Cerdeña, donde la enfermedad es<br />
endémica. Encontraron que el tratamiento con dosis más altas de interferón producía una notable mejoría de la función y la<br />
inflamación hepática.<br />
En este estudio, anotó la Dra. Farci, se observó una respuesta bioquímica sostenida en sólo un 35% de los pacientes tratados<br />
con la dosis más alta de interferón.<br />
La Dra. Farci sospecha que existen variantes genéticas del virus de la hepatitis D que causan diferentes grados de daño<br />
hepático y sugirió que el interferón alfa, cuando funciona, reduce la multiplicación del virus de la hepatitis D a una<br />
concentración que no causa daño hepático, pero nunca la erradica por completo.<br />
Además, informó que "a pesar de los resultados alentadores de los regímenes de dosis elevadas, es claro que el interferón no<br />
es un tratamiento curativo para la hepatitis D, según lo indicaba la falta de erradicación del virus aún en pacientes con<br />
respuestas bioquímicas sostenidas".<br />
La Dra. Farci también sugirió que el reconocimiento y tratamiento tempranos de la infección crónica por VHD (dentro de los<br />
dos primeros años de la infección) puede reducir o retardar el daño hepático. Ella no ha encontrado que factores demográficos<br />
como la edad, género u origen étnico ejerzan algún impacto sobre la forma en que los pacientes respondan a la terapia.<br />
La Dra. Farci recomienda el tratamiento con altas dosis de interferón alfa de 9 millones IU tres veces a la semana durante por<br />
lo menos un año para adultos, y anotó que aunque 5 millones IU diarias se toleran mejor, la respuesta no es tan buena.<br />
Antes del tratamiento, se debe realizar una biopsia para evaluar la evolución de la enfermedad.<br />
Los investigadores han informado que la respuesta al tratamiento con interferón es más lenta en la infección crónica por VHD,<br />
tomándose hasta 10 meses después del inicio del tratamiento versus uno a tres meses para la hepatitis B o C crónica.<br />
Recomendaron que el tratamiento se suspenda si en el término de un año no hay respuesta.<br />
El interferón no se recomienda en pacientes con inmunodepresión y los que tienen cirrosis descompensada.<br />
134 Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica
Tratamiento en los niños<br />
A finales de la década de 1990, los médicos del Departamento de Medicina Interna y Pediatría de la Universidad de Ioannina,<br />
en Grecia, realizaron el seguimiento de siete niños con infección crónica por VHD. Ellos fueron tratados con interferón alfa tres<br />
veces a la semana.<br />
En tanto que sus concentraciones de alanina aminotrasferasa (ALT, enzimas hepáticas que son liberadas cuando las células<br />
hepáticas están dañadas) descendieron durante el período de tratamiento en los siete niños, la concentración de los<br />
anticuerpos de hepatitis D y de los anticuerpos IgG de la hepatitis D permaneció positiva en todos los niños. En cuatro niños,<br />
el ARN de la hepatitis D permaneció positivo. Ninguno de los niños seroconvirtió ni perdió el antígeno de superficie de la<br />
hepatitis B, ni desarrolló anticuerpos de superficie como un resultado del tratamiento. Los médicos consideraron<br />
decepcionantes esos hallazgos.<br />
El tratamiento con interferón alfa causó fiebre leve y malestar, pero los niños permanecieron activos y siguieron asistiendo a la<br />
escuela durante este período del estudio. De hecho dos de ellos aumentaron de peso durante el estudio.<br />
"El estudio indica indirectamente que se requieren con urgencia agentes más efectivos y nuevos enfoques en el ámbito<br />
molecular del genoma del virus de la hepatitis D, para su control en individuos ya infectados con el virus", concluyeron los<br />
investigadores. "Por último, los mediocres resultados de los tratamientos… refuerzan aún más la necesidad de expandir la<br />
vacunación contra el virus de la hepatitis B".<br />
Trasplante hepático como tratamiento<br />
HEPATITIS D<br />
Hasta el momento, los trasplantes hepáticos en pacientes con infección por VHD han producido resultados variados y<br />
no concluyentes.<br />
Según un informe del Dr. Sean R. Lacey del Departamento de Gastroenterología de Case Western Reserve<br />
University/University Hospitals of Cleveland, los trasplantes de hígado en pacientes con sobreinfecciones de hepatitis B y D no<br />
han sido alentadores. El Dr. Lacey encontró que "…una hepatitis fulminante (potencialmente mortal) por infección recurrente<br />
de hepatitis B y D en el hígado trasplantado, ha tenido como consecuencia la muerte del paciente o la necesidad de repetir<br />
el trasplante".<br />
Otros investigadores han encontrado que la hepatitis D reaparece en personas previamente infectadas que reciben un<br />
trasplante hepático. Aunque no parece haber indicios de antígenos de superficie de la hepatitis B después del trasplante, sólo<br />
unas pocas células hepáticas intactas infectadas por hepatitis D, son suficientes para causar una nueva ocurrencia de<br />
hepatitis D.<br />
Informe de PKID sobre la hepatitis pediátrica 135
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