El Dulce Nombre

DulceNombre
El Culto en las Cofradías
S
on dignas de análisis, en este
número, las características
que asemejan, y también
aquellas que diferencian, a los cultos
interno y externo en nuestras
hermandades y cofradías: las de la
ciudad de Sevilla.
Inicialmente, hay que tener en
cuenta que en la mayoría de los casos
existe una doble condición de
HERMANDAD y COFRADÍA en
nuestras corporaciones. Esto hace
que la promoción del culto -interno
y externo- a las Sagradas Imágenes
titulares, que es fin primordial de
las cofradías, no sea la única razón
de ser de su existencia ya que el
de las hermandades como tales es,
generalmente, ayudar a los fines
apostólicos de la Iglesia Católica,
promoviendo la evangelización o
practicando obras de piedad, caridad,
etc.
Sin embargo, lo que trasciende
con frecuencia a la opinión pública
es, en mayor medida, todo lo relacionado
con el culto. No porque sea
lo que más promueven las hermandades
-en algún caso puede que sísino
porque es en lo que participan
mayor número de hermanos. De
este modo, ocurre que la ansiada
evangelización viene
dada, indirectamente,
por una finalidad cultual,
diferente a ella en
sí misma.
Por otro lado, es interesante
comprobar que
en cuanto al culto promovido
por las cofradías
lo más importante,
en líneas generales, es
la Estación de Penitencia
que tiene lugar en
Semana Santa. De todos
los actos públicos o privados
que se producen
en la vida de una hermandad
la Estación de
Penitencia tiene una relevancia
muy superior
a cualquier otro, entre
otras razones porque, en concordancia
con nuestra argumentación
anterior, es el acto que reúne a
mayor número de hermanos de la
corporación. En muchos casos, es
la única ocasión en el año en la que
un gran número de hermanos participan
en la vida de la Hermandad.
También tienen numerosa
participación otros cultos externos
como los Vía Crucis, los traslados o
las salidas extraordinarias.
Pero a diferencia de los cultos
internos, en la Estación de Penitencia
NO se encuentra la presencia de
Cristo Sacramentado. La importancia
de la Eucaristía -en la que Jesucristo
está realmente presente- en la
vida del cristiano hace paradójico
comprobar como los cultos internos
suelen tener menos presencia de cofrades
que los cultos externos.
Es ésta una cuestión muy trascendente
a analizar por las juntas
de gobierno de las hermandades y
cofradías, sin entrar en ningún tipo
de valoración que reste importancia
a la existencia de ningún tipo
de culto. Todos son actos piadosos
y de Fe y todos, junto al resto de
fines de las hermandades, forman
la misión de estas asociaciones pú-
Editorial
blicas de fieles de la Iglesia Católica
que son las hermandades y cofradías,
auténtico freno al laicismo
que recorre toda Europa.
Este análisis nos hace comprobar
que para alcanzar los fines
fundacionales que persigue la
Hermandad del Dulce Nombre, o
cualquier otra hermandad, es primordial
la FORMACIÓN de los
hermanos. Ése es el pilar básico
del cofrade, aquello que hace que
tengamos los conceptos claros y
no dudemos en aquellas cuestiones
que son fundamentales, no ya
en la vida de un cofrade sino en
la de un cristiano que persigue su
santificación a través de la vida de
hermandad.
Para concluir, unas breves y sinceras
líneas dirigidas a un hermano
del Dulce Nombre recientemente
fallecido, muy querido por quienes
escriben estas líneas, y apreciado
por todos. Sólo hay que analizar
los adjetivos que emplean quienes
hacen alguna referencia sobre él;
bueno, amable, afable, educado,
tranquilo, alegre, solidario, comprensivo,
sincero, conversador, cariñoso,
bofetero y hermano; Martín
Arévalo Espejo, descanse en paz
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