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Página 269, Litoral Cartas<br />

(...) Tú comprenderás querido Manolito, que aunque me acuerdo mucho de ti (esto va en serio) sin<br />

embargo si no fuera por motivos tan serios como esto que unido a esto sobrepasa a esto, estaría en<br />

estos momentos tranquilo y no escribiéndote para pedirte una cosa que a lo mejor te va a molestar pero<br />

no tengo más remedio que pedirte. Estamos haciendo aquí en Málaga entre unos amigos una revista<br />

maravillosa para cosas del mar, solamente del Mar (poesía, dibujo, música...) y como es natural nos<br />

hemos acordado enseguida de ti para que nos ayudes con tu esfuerzo. La revista promete ser una cosa<br />

prodigiosa, hazte cuenta que para el primer número tenemos ya poesías espléndidas de Juan Ramón,<br />

Federico, Rafael Alberti (poeta nuevo, cumbre) y otro todos de primera fila y solamente nos falta para<br />

la composición del número un dibujo para la portada que tú mejor que nadie puedes hacer por sentir<br />

con tanta intensidad como nosotros el Mar este al que más que a ninguno dedicamos la revista. El<br />

tamaño de esta es de 25 x 12´5 y se llamará LITORAL constará de unas 8 hojas en las que alternarán<br />

verso, música, dibujo, etc. por lo que además de la portada si quieres mandar algo para que se te<br />

publique en ella, te lo agradeceremos mucho. Te advierto que no es una cosa poco formal que tú me<br />

conoces bien y sabes que no me aventuro a publicar una cosa no teniendo seguridad plena de su<br />

valor...”<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 67, Litoral Deporte<br />

TARDES DE FÚTBOL<br />

Juan Perucho<br />

Mi padre era socio fundador del Fútbol Club Barcelona y su gran ilusión era contagiarme su afición.<br />

Compartía un palco con sus amigos y me llevaba siempre con él. Recuerdo esos domingos muy<br />

vivamente, porque su empeño generaba pequeñas tragedias domésticas. Teníamos, por supuesto, que<br />

comer más pronto de lo habitual, todo parecía acelerarse, y mi madre siempre tenía “la mosca en la<br />

nariz”...<br />

Cuando acababa el partido, muy temprano, me reunía con mi madre y mi hermana en el teatro.<br />

Naturalmente, siempre veía la función a medias, lo que acentuaba mi irritación y hoy día no tengo<br />

ninguna afición, pese a que el afán de mi padre supusiera que yo estuviera contemplando fútbol de<br />

manera constante. Creo que esa misma insistencia, esa reiteración, fue la culpable, pues me provocó, si<br />

no aversión, sí una absoluta indiferencia que no he podido ni querido superar, y jamás he participado de<br />

ansia futbolera alguna.<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 75, Litoral Deporte<br />

Si lo hubiera sabido, futbolista.<br />

Un deportivo hortera y una rubia<br />

todavía más hortera a la salida<br />

de los entrenamientos. Un pendiente<br />

en la orejita izquierda y el flequillo<br />

tenaz que cae y cae sobre mis ojos<br />

y lo aparto -¡qué tío!- con ese gesto<br />

que hasta imitan los niños...<br />

En fin, vida<br />

vidorra, anuncios, goles, entrevistas,<br />

vaya mansión, autógrafos y etcétera...<br />

Lo juro: futbolista. No estos versos<br />

ramplones y prosaicos. No estos años<br />

cabrones. Ni las suposiciones. Ni esperar<br />

a que nunca pase nada...<br />

Y no, ¡no!<br />

Poeta, no ¡no!, no poeta sobre todo,<br />

cualquier cosa antes que este camelo<br />

FUTBOLISTA<br />

que mira a lo que lleva: a lamentarse mucho<br />

de uno mismo, a exhibir trapos sucios,<br />

a este strip-tease grotesco, qué vergüenza.<br />

Abel Feu<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 211, Litoral Deporte<br />

TANTO DEPORTE CANSA<br />

Alfonso Sánchez Rodríguez<br />

Después de tus dos horas de piano,<br />

el resto de la tarde te lo pasas<br />

haciendo, Gala, abdominales, pesas,<br />

a lomos de una bicicleta estática.<br />

Y cuando dejas el gimnasio y vienes<br />

hacia Reding, camino de mi casa,<br />

casi siempre estás muerta de cansancio,<br />

sin fuerzas para deshacer mi cama.<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 127, Litoral Los ojos dibujados<br />

AUTORRETRATO<br />

Ayer, me tropecé conmigo mismo<br />

al cruzar un semáforo.<br />

Quizá os parezca extraño,<br />

Pero no hubo sorpresa.<br />

Esperaba este encuentro<br />

-por razones que ahora no sabría explicarmecon<br />

alguna impaciencia<br />

desde hace algún tiempo.<br />

Pude verme de lejos<br />

y observarme con calma<br />

en los gestos más míos que conozco.<br />

Me incomodó -al mirarmeese<br />

ademán nervioso hacia los ojos,<br />

la inclinación de hombros bajo un peso invisible<br />

cuando aguardaba, inquieto, otro cambio de luz.<br />

Y al contemplarme, a salvo,<br />

en mi estudiado desaliño indumentario<br />

o en la manera triste y resignada<br />

de encender el cigarro,<br />

no pude reprimir una sonrisa<br />

cargada de cinismo.<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

Álvaro Salvador<br />

Durante unos instantes,<br />

al cruzar esa calle que me trajo hacia mí,<br />

pude verme de lejos como a un desconocido:<br />

alguien que sólo es rastro de lo que fue algún día.<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 129, Litoral Los ojos dibujados<br />

PASEO POR EL RECUERDO<br />

Más que la infancia, acaso, mi patria fue aquel tiempo<br />

del que ya sólo queda un puzzle de recuerdos.<br />

La soledad. La lluvia. Las muchachas. Las calles.<br />

El deseo. La noche. Los cines y los bares.<br />

Las primeras caricias. El tacto de otro cuerpo<br />

debajo de la ropa. Las piernas y los pechos.<br />

La rebeldía sin causa. Los primeros problemas<br />

familiares. Los pelos largos y la protesta.<br />

El alcohol, todavía amistoso y discreto,<br />

que me enseñaba cómo disimular el miedo.<br />

El alcohol y los libros. Las primeras palabras<br />

escritas en cuadernos, sin oficio y sin maña.<br />

Todos los viejos mitos y nombres de la época.<br />

Los amigos. Las broncas. La fimosis. La yerba.<br />

La pasión extranjera. La mochila. El viaje.<br />

Los trenes. Los intentos de auto-stop. El paisaje.<br />

La primera aventura que terminó en la cama<br />

y la primera noche de amor, casi de drama.<br />

El trago inevitable de la comisaría<br />

cuando se va de ave nocturna por la vida.<br />

La palidez del alba. El despertar confuso.<br />

Las dos primeras copas para templar el pulso.<br />

El alcohol, ya con todas sus miserias, sin máscara…<br />

Pero ésa es otra historia, que contaré mañana.<br />

Página 61, Litoral La noche<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


EL HIJO DE LA NOCHE<br />

Aristófanes<br />

Al principio existían el Caos y la Noche,<br />

el negro Erebo, el Tártaro espacioso;<br />

no existían la tierra, la atmósfera ni el cielo.<br />

En el seno infinito del Erebo la Noche de alas negras<br />

pone un huevo sin germen y, cumplidos los ciclos,<br />

nace adorable Eros, con dos alas de oro brillándole en la espalda<br />

igual a un torbellino de viento huracanado.<br />

Y en el Tártaro inmenso, Eros unido al Caos de alas tenebrosas<br />

engendró nuestra raza y la sacó a la luz.<br />

No existía el linaje de los dioses hasta<br />

que Eros mezcló los elementos<br />

y unidos entre sí surgió el océano,<br />

surgió el cielo y la tierra y la estirpe indestructible<br />

de los dioses felices.<br />

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CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 87, Litoral La noche<br />

NOCHE DE AMOR<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

Ben Jafacha<br />

Pasamos la noche entregados al vino, mientras<br />

una charla suave corría como la brisa sobre la rosa.<br />

La ronda no cesaba y la copa perfumaba con su<br />

aliento: ¡Qué delicia no interrumpir más que para<br />

empezar de nuevo!<br />

Eran entonces mi manjar las margaritas de<br />

su boca y el lirio de su cuello, el narciso de sus<br />

párpados y la rosa de sus mejillas.<br />

Hasta que la copa y el sueño vencieron su<br />

cuerpo, reclinándolo entre mis brazos.<br />

Yo necesitaba calmar el ardor de mi corazón en<br />

la frescura de su boca.<br />

Y al verla despojada de su manto, la estreché cual<br />

a espada desenvainada.<br />

¡Qué suavidad de piel, qué derechura de talle,<br />

qué contoneo de caderas, qué brillo de acero bien<br />

templado!<br />

Yo requebraba a la rama en el arenal, mientras<br />

besaba la faz del sol naciente,<br />

y si ella no es el sol, o el sol no es ella,<br />

hermanos<br />

son, como correas cortadas de una misma piel.<br />

Mis manos se paseaban por su cuerpo, yendo tan<br />

pronto hacia su cintura como hacia su pecho.<br />

Una mano descendía por sus costados, para ir a<br />

Tihama, mientras la otra ascendía hasta el Nachd de<br />

sus senos.<br />

Página 211, Litoral La noche<br />

NOCHEVIEJA<br />

Jorge Valdés Díaz-Vélez<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


MIRAS arder lo que ha quedado<br />

en pie del último sendero:<br />

la luna llena de otro enero<br />

sobre la piel de tu pasado,<br />

un mar que olvidas y ha olvidado<br />

en su esplendor tu verdadero<br />

rostro, la luz que fue primero<br />

verbo y temblor a tu costado<br />

y que hoy dejas partir a solas,<br />

detrás del fuego. Hacia el poniente<br />

moja tu máscara un sol frío.<br />

Ya en ti la noche alza sus olas<br />

mansas. La oyes indiferente<br />

abrir el fuego y tu vacío.<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 214, Litoral La noche<br />

SAN JUAN<br />

María Victoria Atencia<br />

JUNIO, jacarandá azul que ya me dejas,<br />

llévame de la mano al fuego del solsticio<br />

con candelas que salte mientras se extiende el trébol<br />

y me persuade un mar que belleza asegura.<br />

Inciertas margaritas mullen el campo a golpes<br />

y el fruto de la higuera estalla en leche y miel.<br />

La vida me recorre, hoy, ayer y mañana,<br />

con rapidez sin tregua y no suspenso giro.<br />

El tiempo, el tiempo siempre; el tiempo, el tiempo, el tiempo:<br />

saltaré mientras dure la comba de las horas.<br />

Mi salteador, el tiempo. ¡Oh, sujetadme a un tronco,<br />

sujetad este pie, sujetad esta noche!<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 61, Litoral La noche<br />

NOCHE DE LOS DIFUNTOS<br />

Ricardo Molina<br />

AÚN no ha florecido el granado en el huerto.<br />

El naranjo está próximo a cubrirse de flores.<br />

La noche es un aroma con claridad de aurora.<br />

La vida, un río de espanto y un misterio sin nombre.<br />

Estoy al otro lado del mundo, en lo tangible.<br />

Estoy en lo brillante y en lo impenetrable,<br />

mas vosotros, oh muertos, ya sois algo tan libre<br />

e inmenso como el sueño, alma y luz de la tarde.<br />

Aunque no estéis aquí, yo os escucho en la tierra<br />

pero yo no me atrevo a nombraros siquiera;<br />

prefiero desgarrar, estrujar albas, cielos<br />

mientras la vasta noche se puebla de regresos,<br />

de plegarias, de astros, de viajeros sin huellas.<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 339, Litoral La noche<br />

LA NOCHE SIN NOCHE<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

Josefa Parra<br />

En Tetuán se hace de noche antes que en ningún sitio. No hay espacio<br />

para el crepúsculo, y el sol desaparece sin aviso tras el Monte<br />

Dersa, dejando a la ciudad aterida y aún desnuda. No será hasta mucho<br />

más tarde cuando las luces de las farolas, de una tonalidad amarilla,<br />

la vistan y la recuperen. Y es en ese espacio entre dos luces cuando<br />

llegan los gatos. Ávidos y sigilosos, vienen a devorar los restos del<br />

día, esas esquirlas de sol que a veces quedan prendidas en el agua,<br />

en un espejo o en el fondo de una copa. Los gatos son guardianes de<br />

una ciudad que significa en tamazicht “los ojos”, y velan por la<br />

oscuridad, por sus dobleces, por sus misterios de tiniebla, de frío,<br />

de abandono.<br />

Algunos gatos son de carne y otros de sombra.<br />

En la noche de Tetuán también viven los desencantados. Los gatos<br />

los aceptan como a iguales, olfatean su oscuridad, la consienten.<br />

Algunos son de carne, otros de sombra. Buscan el cerco de la luna,<br />

pero la luna tarda en llegar, más que la luz de las farolas, y muchas<br />

veces falta a la cita, ocupada en alumbrar ciudades más alegres o más<br />

agradecidas. Los gatos no la buscan ni la desean: si maúllan a su luz<br />

redonda es para retarla.<br />

La luna no es de carne ni de sombra.<br />

Pero también en Tetuán hay noches que se escapan de todas las<br />

reglas. Esas noches no hay gatos, ni luna, ni desencantados, ni<br />

espejos, ni farolas. Son pocas y esquivas. Son las noches sin ruido<br />

en las que los seres nocturnos duermen a la par que los diurnos. Son<br />

las noches en que un secreto se extiende sobre los tejados y un<br />

milagro sucede en una de las casas, en una cualquiera, señalada por<br />

el amor o por el azar.<br />

Las noches sin noche sólo pueden ser de carne.<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 285, Litoral La noche<br />

PESADILLA<br />

Francisco Villaespesa<br />

Di, no has sentido, a media noche, un leve<br />

rumor furtivo, como si anduviera<br />

alguien descalzo? No advertiste un breve<br />

mirar que iluminó tu cabecera?<br />

(Pasa una mano rápida, de nieve,<br />

electrizando nuestra cabellera,<br />

y algo que es boca y no lo es, se bebe<br />

con nuestro aliento, nuestra vida entera.)<br />

Hacemos luz… un fugitivo ruido…<br />

Aún la cortina blanca se estremece,<br />

y algo se va apagando por la alfombra.<br />

¿Quién al reflejo de la luz ha huido?…<br />

Sombra de un sueño que se desvanece,<br />

o sueño fugitivo de una sombra?…<br />

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Página 285, Litoral La noche<br />

VIJILIA<br />

Juan Ramón Jiménez<br />

Todas las noches vienes a mi sueño,<br />

para decirme, dulce y quedamente,<br />

que mi empeño en echarte de mi frente,<br />

como a una maldición, es vano empeño.<br />

Las torres que conquisto en el risueño<br />

día para el olvido, en la doliente<br />

noche las voy perdiendo, nuevamente …<br />

¡Despierto esclavo si me dormí dueño!<br />

Velo al sol, y a la luna, desvelado,<br />

aguardo ansioso a que la sombra caiga<br />

y asuste tu visión la amanecida.<br />

El dormir ¡ay de mí! se me ha olvidado:<br />

de día, porque el sueño no te traiga,<br />

por la noche, esperando tu partida.<br />

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Página 304, Litoral La noche<br />

UN MAL SUEÑO<br />

Juan Vicente Piqueras<br />

La casa estaba llena de animales muertos.<br />

La casa vacía donde vivo ahora<br />

estaba llena de animales muertos.<br />

Apestaba.<br />

Leones, tigres, águilas, camellos,<br />

toros, caballos, perros …<br />

yacían muertos en el comedor,<br />

el pasillo, el aseo, la cocina,<br />

mi propia habitación.<br />

Y de repente sonaba el teléfono.<br />

Yo no sabía dónde. Lo buscaba,<br />

acudía a su timbre que me temblaba dentro,<br />

más fuerte cada vez, más cerca, comprendí<br />

que estaba sonando debajo del tigre,<br />

del cadáver del tigre. Lo apartaba.<br />

Mis dedos se hundían en su carne podrida y el hedor<br />

era brutal. Allí estaba el teléfono,<br />

resonando, cubierto de vísceras y sangre.<br />

Me dio asco cogerlo y acercármelo<br />

al oído. Una voz firme y grave me dijo:<br />

“No queremos volver a verte nunca más”.<br />

Yo comprendía que esa voz me hablaba<br />

en nombre de todos los que me conocen,<br />

que habían decidido, por su bien y por fin,<br />

alejarse de mí, dejarme solo<br />

en mi casa vacía pero llena<br />

de animales pudriéndose.<br />

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Página 340, Litoral La noche<br />

HACERSE EL MUERTO<br />

Andrés Neuman<br />

¿Por qué nos gusta hacernos los muertos? ¿Se trata de una costumbre sádica, como se quejan nuestros<br />

amigos o cónyuges más sensibles? ¿Por qué nos fascina de niños, y seguimos siendo niños, quedarnos<br />

deliberadamente inmóviles como momias de nuestro propio futuro? ¿De dónde sale ese placer ácido que<br />

sentimos asistiendo al cadáver que todavía no somos? La explicación es sencilla, y por tanto misteriosa.<br />

Al ver mientras no miramos, al respirar cuando nada hacemos para seguir respirando, al notar en<br />

nosotros, con poderosa certeza, la selva de las arterias y la montaña rusa de los nervios, no sólo<br />

confirmamos que estamos vivos sino algo incluso más impresionante: experimentamos nuestra única,<br />

pequeña, modesta forma de trascendencia. Sobrevivimos a nosotros mismos. Derrotamos a la muerte<br />

jugando.<br />

Entra a casa mi hijo. Volveré a respirar.<br />

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CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 259, Litoral La noche<br />

EL ROMANTICISMO<br />

Karmelo Iribarren<br />

DICE que le regalé una estrella,<br />

dice que fue en el puerto,<br />

una noche de domingo,<br />

cuando empezábamos a salir.<br />

Yo no recuerdo nada, la verdad,<br />

hace media vida de eso. Pero,<br />

vete tú a saber. Bien mirado, puede<br />

que hasta sea cierto: veinte años,<br />

tonto perdido de amor<br />

y sin un duro en el bolsillo.<br />

Qué otra cosa les vas a regalar.<br />

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Página 61, Litoral La noche<br />

NOCHE<br />

Francisco Giner de los Ríos<br />

¡OH, QUÉ noche sin margen<br />

con las venas al aire!<br />

Las manos se revelan en los cielos oscuros<br />

sobre las cuerdas nuevas que ignoradas tocamos,<br />

y se orientan lejanas hacia nuevas estrellas.<br />

La noche es un abismo a la hondísima noche<br />

que ansío con la luz más clara de mi frente.<br />

Hacia ello desciendo por selvas de mi sangre<br />

deshaciendo en tus dedos posibles<br />

sus angustiosos pájaros.<br />

No hay nada más tremendo que su cintura quieta<br />

que siempre está aguardando que las manos la lleguen.<br />

Necesito tus labios para bajar a ella,<br />

para encontrarla dócil en mis pulsos temblando.<br />

Dos solas luces solas en una sola luz<br />

son mi sola escapada.<br />

Aquí, en la noche cierta que se esconde en la noche,<br />

en su quieta cintura,<br />

puedo encontrarte a ti,<br />

con tus ojos de luna que ha besado la tierra,<br />

con tu escondida sien que en los labios reluce,<br />

con tus hombros redondos que ha nublado la brisa,<br />

con tus alegres manos y sus flores tristísimas.<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

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Litoral La noche<br />

NOCTURNO<br />

Juan Gil-Albert<br />

NOCHE DE las estrellas te estremeces<br />

con un fluido oscuro. En tus arpegios<br />

de soledad escucho la hermosura<br />

de tu existencia. ¡Oh lumbres fugitivas<br />

en cuyo seno mora irreparable<br />

la verdad! Qué sombrías esperanzas<br />

abres a quien te mira recostado<br />

desde la dulce tierra y se incorpora<br />

con un temor incierto a esa frondosas<br />

penumbras celestiales. Brilla el rostro<br />

de la nocturna esfera fascinando<br />

como el de un animal entre las sombras<br />

con sus ojos abiertos; brilla el sueño<br />

de su caudal fluyendo lentamente<br />

cual si nada existiera; en esa duda<br />

no sé dónde poner mis ilusiones<br />

y a quién brindar la dicha de sentirme,<br />

tibio de vida en medio de los mundos,<br />

hijo fiel del ardor y la pereza.<br />

Esos silencios ruedan sumergidos<br />

en ingentes distancias, esas flores<br />

esparcen sus semillas vacilantes<br />

en la bondad de un éter misterioso.<br />

¡Ah, delirante triunfo de esperanzas<br />

con los soles despiertos! Ígneo atruena<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


mi corazón roído por deseos<br />

irrealizables, salta en sus prisiones<br />

como un astro humillado que pidiera<br />

que lo dejaran ser; pálido atiendo<br />

su súplica vehemente como un padre<br />

oye qué desmedidas ambiciones<br />

turban la paz del hijo. ¡Oh noche, oh fragua<br />

de los altos desvelos, solitaria<br />

cripta donde reposan sus racimos<br />

hombres y estrellas!<br />

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Páginas 165-166, Litoral Femenino<br />

huida la mía la verdadera…”<br />

MARÍTIMO<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

Inés Montes<br />

“…la huida la ciega<br />

Y arrojaré mi vestido sobre la arena aún tímida<br />

y triunfará mi pie sobre la ola<br />

que fiera abraza mi cuerpo.<br />

Toda mi piel será presa dócil<br />

moldeable bajo tu tacto aún no sometido.<br />

Y ya no habrá más encuentros con tu orilla<br />

porque no me pertenezco en ella,<br />

sólo habitará mi oído<br />

el silencio de tus límites<br />

y mi huida.<br />

Y sabíamos de la llama extinguiéndose en su<br />

propio fuego<br />

y del recuerdo siendo caballo desbocado en la<br />

memoria<br />

del tiempo<br />

y de la herida que profunda se abre indolente y<br />

perpetua.<br />

Mas recorrimos juntos esa entrega,<br />

y vivimos la noche con el desasosiego<br />

que ofrecen los sueños inacabados,<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


tu noche y la mía se presentían.<br />

Fuimos cómplices hasta el final.<br />

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Página 52, Litoral Humo en el cuerpo<br />

LA VIDA ES CORTA, FUMES O NO FUMES<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

Cristóbal González Montilla<br />

¿Prohibido qué? ¡Prohibido prohibir lo prohibido! En<br />

el trabajo no se fuma. En este bar, sí, pero en aquél, no.<br />

En la cola del paro, tampoco. Sí y no. No y sí. El dilema es<br />

seguir o no seguir abriendo y cerrando esas cajetillas<br />

“que matan”, y llevan tatuada la solicitud que expide el<br />

carnet del “Club de los perjudicados seriamente”.<br />

Con este panorama, por la vida cotidiana siguen<br />

circulando vagones cargados de fumadores, como los de<br />

aquellos trenes lentos en los que siempre era tarde para<br />

subirse y pronto para bajarse. Y también hay señores con<br />

un nudo de humo en la corbata que firman leyes<br />

antitabaco, como si éstas fueran la guillotina que condena<br />

al supuesto caballo de hierro a echar el freno. Mientras,<br />

éste se resiste a parar y no deja de expulsar el humo de su<br />

locomotora en una vía muerta...<br />

Porque si es verdad que la huella del pasado no<br />

siempre miente, el eco de esa travesía de décadas y siglos<br />

que es la Historia nos susurra que los avatares del tabaco<br />

por los labios de los humanos y la mirada de los<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


gobernantes parecen inmersos en un viaje cíclico,<br />

perdidos en una inercia imparable condenada a<br />

deambular entre lo prohibitivo y lo lucrativo.<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

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Página 96, Litoral Humo en el cuerpo<br />

FUMANDO ESPERO<br />

Félix Garzo<br />

Fumar es un placer<br />

genial, sensual.<br />

Fumando espero<br />

al hombre a quien yo quiero,<br />

tras los cristales<br />

de alegres ventanales.<br />

Mientras fumo,<br />

mi vida no consumo<br />

porque flotando el humo<br />

me suelo adormecer...<br />

Tendida en la chaisse longue<br />

soñar y amar...<br />

Ver a mi amante<br />

solícito y galante,<br />

sentir sus labios<br />

besar con besos sabios,<br />

y el devaneo<br />

sentir con más deseos<br />

cuando sus ojos veo,<br />

sedientos de pasión.<br />

Por eso estando mi bien<br />

es mi fumar un edén.<br />

Dame el humo de tu boca.<br />

Anda, que así me vuelvo loca.<br />

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CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Corre que quiero enloquecer<br />

de placer,<br />

sintiendo ese calor<br />

del humo embriagador<br />

que acaba por prender<br />

la llama ardiente del amor.<br />

Mi egipcio es especial,<br />

qué olor, Señor.<br />

Tras la batalla<br />

en que el amor estalla,<br />

un cigarrillo<br />

es siempre un descansillo<br />

y aunque parece<br />

que el cuerpo languidece,<br />

tras el cigarro crece<br />

su fuerza, su vigor.<br />

La hora de inquietud<br />

con él, no es cruel,<br />

sus espirales son celestiales,<br />

y forman nubes<br />

que así a la gloria suben<br />

y envuelta en ella,<br />

su chispa es una estrella<br />

que luce, clara y bella<br />

con rápido fulgor.<br />

Por eso estando mi bien<br />

es mi fumar un edén.<br />

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Página 129, Litoral La poesía del cine<br />

EL CINE y EL POETA (Fragmento)<br />

León Felipe<br />

Un buen cuento es como un poema… Y el cine es una máquina de contar cuentos. Se inventó porque el<br />

Poeta dijo un día: Un cuento bueno… un poema hay que contárselo a todos los habitantes del planeta.<br />

CLUB LECTOR BIBLORAL<br />

CON PROPOSICIONES Y PREPOSICIONES: A, ANTE […] LOS AMIGOS


Página 322, Litoral La poesía del cine<br />

Caballitos de Jerez<br />

EDGAR NEVILLE<br />

Caballitos de Jerez,<br />

con ojos de Greta Garbo<br />

y caderas de mujer.<br />

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Página 264, Litoral La poesía del cine<br />

Carta abierta (“Cal y Canto”)<br />

Rafael ALBERTI<br />

Yo nací -¡respetadme!- con el cine.<br />

Bajo una red de cables y aviones.<br />

Cuando abolidas fueron las carrozas<br />

de los reyes y al auto subió el Papa.<br />

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Página 61, Litoral Femenino<br />

Romances de la voz sola<br />

4 Nuria Parés<br />

Esta voz, que no es mi voz,<br />

con la que hablo y me río,<br />

que habrá de seguir en mí<br />

y habrá de acabar conmigo,<br />

esta voz que no es mi voz.,<br />

que está robándole el sitio<br />

a esa voz que yo me sé<br />

cantando sonidos vivos…<br />

Esta voz, que no es mi voz,<br />

¿habrá de acabar conmigo<br />

sin que la otra voz, mi voz,<br />

pueda surgir de su olvido?<br />

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Página 86, Litoral Los poetas del cine<br />

Hollywood, Hollywood…<br />

Fabuloso Hollywood…<br />

Babilonia de celuloide,<br />

gloriosa, fascinante…<br />

ciudad delirante,<br />

frívola, seria,<br />

audaz y ambiciosa,<br />

viciosa y glamorosa.<br />

Ciudad llena de dramas,<br />

miserable y trágica…<br />

inútil, genial<br />

y pretenciosa,<br />

tremendo amasijo…<br />

Relumbrona terrible,<br />

absurda, estupenda;<br />

falsa y barata,<br />

asombrosamente<br />

espléndida…<br />

¡¡HOLLYWOOD!!<br />

HOLLYWOOD<br />

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Don BLANDING<br />

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Página 269, Litoral El vino<br />

Si muero,<br />

Abu MIHJAN A-THAGAFI<br />

Enterradme con vino,<br />

Para que sus raíces<br />

(Instrucciones que da para su entierro)<br />

Puedan calmar la sed de mis huesos.<br />

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Página 23, Litoral El Vino<br />

Antología Palatina, XI, 56<br />

Traducción de Begoña<br />

Ortega Villaro<br />

Bebe y goza. Qué pasará mañana, o qué en el futuro,<br />

nadie lo sabe. No corras, no te canses.<br />

Cuanto puedas, disfruta, compártelo, come y piensa<br />

como mortal que entre vivir y no vivir no hay ni un<br />

paso.<br />

Toda la vida es, así, el movimiento de una balanza: si<br />

tomas la delantera, tuyo será todo, pero si mueres, de<br />

otro será y tú nada tendrás.<br />

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Página 163, Litoral Femenino<br />

SIN ARIADNAPar delicatess<br />

He perdido mis días. Estaba yo en el centro<br />

perfecto de la vida, las ramas –cuánto pájaro-<br />

señalaban un nombre, me decían el camino,<br />

nombre que diseñaba la dirección del viento.<br />

Equivoqué la ruta, la noche no perdona,<br />

el invierno es la puerta, cancel de los deseos,<br />

y allá se queda inútil la fragante palabra<br />

como una nube sola en un cielo de estrellas,<br />

He perdido m i vida, laberinto de sueños,<br />

y las cifras escriben en lo vacío de mi historia.<br />

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J’ai perdu ma vie.<br />

(A. Rimbaud)<br />

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(B.<br />

A María Victoria Atencia<br />

Elena MARTÍN VIVALDI


Página 29, Litoral El Vino<br />

Poema frente al vino<br />

¿Por qué pelear arriba de los cuernos de un caracol?<br />

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Po Chu-I<br />

Este cuerpo dura lo que una chispa al chocar dos piedras.<br />

Debe continuar la alegría sin que importen riqueza o pobreza,<br />

Es tonta la gente que no abre su boca para reír.<br />

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Página 269, Litoral El Vino<br />

SEXO Y VINO<br />

Fragmento de Macbeth,<br />

Shakespeare<br />

¡Pardiez!, señor; enrojecimiento de nariz,<br />

modorra y orina. En cuanto a los apetitos<br />

amorosos, los provoca y los desprovoca, provoca<br />

el deseo, pero impide la ejecución. Por eso el<br />

mucho beber puede decirse que es el jesuitismo<br />

de los apetitos amorosos. Los crea y los<br />

destruye, los excita y los paraliza, los<br />

persuade y los desanima, los endereza y los<br />

arruga.<br />

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Página 53, Litoral Animalia<br />

LA PRIMAVERA NÓRDICA (fragmento)<br />

Mesa Toré<br />

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José Antonio<br />

No importa que el amor se mida a escala.<br />

Puedo ver las antorchas en las calles<br />

ausentes<br />

y presentir las huellas de los alces<br />

que cruzarán sin prisas el asfalto<br />

de Karlskoga, de Gränna, de Helsingborg…<br />

O descifrar tu nombre en el silencio<br />

de las runas.<br />

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Página 54, Litoral Animalia<br />

A UNA ALONDRA<br />

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José Luis CANO<br />

Me enamora la sombra de tu vuelo<br />

sobre el desnudo azul de la bahía,<br />

y me enamora la melancolía<br />

de tus alas dolientes bajo el cielo.<br />

¿Qué nostalgia te trae a este subsuelo<br />

de arena sin amor y roca fría,<br />

donde el poeta taciturno espía<br />

la hermosa destrucción de tu desvelo?<br />

¿Qué otras doradas alas indolentes<br />

causaron tu amoroso desvarío<br />

y perdieron tu voz que ya no sientes?<br />

Viento bajo, alga seca, oscuro río,<br />

serán para tus alas inocentes<br />

el paisaje final de tu desvío.<br />

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Página 58, Litoral Animalia<br />

LA TELARAÑA<br />

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Miguel Ángel VELASCO<br />

La caricia del sol desciende íntima<br />

sobre la yerba húmeda y descubre<br />

la delicada urdimbre: su oro tiembla<br />

como jirón de sueño todavía<br />

prendido a la mañana.<br />

Por sus hilos se ensartan irisadas<br />

las cuentas del rocío. En esas cuerdas<br />

el bosque hace su música más límpida,<br />

mientras la vida se nos queda presa<br />

en el arco iris de la telaraña.<br />

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