Informe global 2007 - Grupo EspeleoKandil
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estas se encontraría la producción de ají, algodón y coca. También cultivaban una amplia<br />
gama de tubérculos.<br />
En cuanto a la caza, los Chachapoyas cazaban venados cuyas astas servían de<br />
motivos decorativos para las casas. Su piel era utilizada para distintas cosas, como la<br />
fabricación de instrumentos musicales.<br />
Según Pedro Cieza también se dedicaban al pastoreo de llamas y alpacas.<br />
El arte.<br />
Si bien los textiles de los Chachapoyas superaban con creces los de los invasores<br />
incas, no ocurría así con su cerámica. Esta era mucho más tosca que la que introdujeron los<br />
incas. La mayoría de las piezas cerámicas recuperadas son utilitarias moldeadas sin más con<br />
los dedos aunque en algunos casos se utilizó la técnica de los rollos. La decoración que le<br />
imponían a la cerámica era por incisión o estampados. En algunos de los restos se percibe la<br />
influencia de otros pueblos como Cajamarca.<br />
En cuanto a los textiles eran mucho más depurados que los incas. No sólo por la<br />
finura de la confección, sino también por la variedad y riqueza de los motivos<br />
representados en ellos.<br />
La religión.<br />
Poco, por no decir nada, sabemos de la religión de los Chachapoyas. La invasión inca<br />
impuso el culto al Sol aunque no debieron prohibirse las veneraciones religiosas locales. Lo<br />
que nos ha llegado, a partir de las crónicas, es una combinación de religión Inca, wakas<br />
(lugares u objetos sagrados) locales, pacariscas (lugares de origen) y del culto a los<br />
ancestros.<br />
Uno de los elementos que podemos descubrir en relación con los restos encontrados<br />
es la importancia que dan los Chachapoyas a sus difuntos. Generalmente estos se<br />
encuentran o bien formando parte de las estructuras de sus viviendas o bien en<br />
enterramientos colectivos. La presencia de ofrendas en estos últimos podrían apuntar a una<br />
cierta creencia en vida después de la muerte. Las momias de personajes importantes,<br />
conocidas como mallkis, frecuentemente eran consideradas wakas, adoradas y visitadas por<br />
miembros de su ayllu.<br />
Albornoz relata que el ayllu de Chuquipuyuntu veneraba una waka conocida como<br />
Calondi, “ una piedra que estaba en una cueva junto al pueblo de pucso vica “. Cuychacolla,<br />
waka de los indios de Para, era una lagunilla cerca del pueblo de Llaucamalla, la pacarisca de<br />
los Chuhayayas. Algunos cronistas, como Sarmiento de Gamboa y Murúa señalan que<br />
Cuychacolla representaba a la waka principal de los Chachapoya, la cual fue trasladada al<br />
Cusco por un general de Hayna Capac. Los Incas tomaban las wakas de los pueblos<br />
conquistados y las mantenían, como rehenes, con todos los honores, en el Cusco. Ya que<br />
Cuychacolla era una lagunilla, posiblemente que agua de esta fuera introducida en una vasija<br />
y de esta forma fuera transportada al cusco.<br />
Según el Padre Diego Isidoro García podría establecerse una relación entre los<br />
enterramientos y los lugares con agua (lagunas y ríos). No se sabría aún la vinculación entre<br />
estos dos elementos, pero no deja de ser significativo que prácticamente todos los<br />
enterramientos encontrados tienen a la vista lugares con agua.<br />
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