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De LIEBIG's a SWIFT. Permanencia de Productos y Marcas.

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I SEMINARIO DE PATRIMONIO AGROINDUSTRIAL Paisajes Culturales <strong>de</strong>l Vino, el Pan, el Azúcar y el Café.<br />

13 al 15 <strong>de</strong> Mayo 2008 - Mendoza, ARGENTINA<br />

<strong>De</strong> LIEBIG’s a <strong>SWIFT</strong>.<br />

<strong>Permanencia</strong> <strong>de</strong> <strong>Productos</strong> y <strong>Marcas</strong>.<br />

Arq. Adriana Ortea<br />

Eric Evans 125, Pueblo Liebig, Entre Ríos, Argentina<br />

011. 43015374<br />

rueda<strong>de</strong>amigos@hotmail.com<br />

Carne es DINERO<br />

Liebig, marca histórica <strong>de</strong> siempre, es protagonista <strong>de</strong> la alimentación y la cocina,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1865 en Uruguay, 1903 en Argentina y 1923 en Paraguay; hasta hoy, cuando<br />

sus marcas ofrecen productos con todo el sabor natural <strong>de</strong> la carne <strong>de</strong> vaca.<br />

Extracto <strong>de</strong> carne y corned beef, caldos y sopas, llevan las marcas Oxo, Fray Bentos y<br />

Liebig; aunque las empresas productoras actuales sean Swift, Agnesi o Campbell.<br />

La Compañía Liebig’s Extract of Meat, <strong>de</strong> capitales ingleses, puso en marcha en<br />

Sudamérica una eficiente estructura <strong>de</strong> empresa con un circuito productivo integral.<br />

<strong>De</strong>s<strong>de</strong> las estancias <strong>de</strong> su propiedad, con ganado bovino incesantemente mejorado y<br />

equipos <strong>de</strong> personal entrenado, abasteció sus tres fábricas conserveras o frigoríficos y<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el río Uruguay embarcó sus productos alimenticios directamente al río Támesis,<br />

en Inglaterra, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> dirigió su distribución y comercialización.<br />

Se insertó en el litoral latinoamericano para aprovechar lo que en nuestros países <strong>de</strong>l<br />

Río <strong>de</strong> la Plata sobraba: la carne; y montó un sistema <strong>de</strong> organización y una técnica y<br />

una tecnología para concentrar y reducir la carne vacuna; haciendo más fácil su<br />

manejo, transporte, distribución y consumo. Los recursos agropecuarios se<br />

convirtieron en más <strong>de</strong> 200 productos exportados a Europa para alimentar enfermos,<br />

tropas <strong>de</strong> los ejércitos y a toda la población civil con déficit <strong>de</strong> alimentos.<br />

El proceso <strong>de</strong> industrialización <strong>de</strong> la carne, surgido <strong>de</strong> investigaciones en el campo <strong>de</strong><br />

la química, generó polos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo industrial en Fray Bentos, Fábrica Colón,<br />

Zeballos Cué y alre<strong>de</strong>dores, dando trabajo a miles <strong>de</strong> personas por más <strong>de</strong> 100 años y<br />

condicionando el <strong>de</strong>sarrollo económico <strong>de</strong> éstas extensas áreas territoriales.


I SEMINARIO DE PATRIMONIO AGROINDUSTRIAL Paisajes Culturales <strong>de</strong>l Vino, el Pan, el Azúcar y el Café.<br />

13 al 15 <strong>de</strong> Mayo 2008 - Mendoza, ARGENTINA<br />

El Patrimonio <strong>de</strong> la CARNE<br />

La historia <strong>de</strong> la carne argentina es vieja. Para algunos, se remonta a cuando Juan <strong>de</strong><br />

Garay, fundador <strong>de</strong> Buenos Aires en 1580, trajo las primeras 500 cabezas <strong>de</strong> ganado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Paraguay y las soltó en la extensa pampa. Para otros, son los jesuitas <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

1608 hasta 1767, creadores <strong>de</strong> las vaquerías con ganado cimarrón. Para 1801, Félix<br />

<strong>de</strong> Azara <strong>de</strong>finía a la gana<strong>de</strong>ría como el único tesoro <strong>de</strong>l Río <strong>de</strong> la Plata, y para<br />

aprovecharlo tanto Rosas como Urquiza se <strong>de</strong>dicaron a la industria <strong>de</strong>l sala<strong>de</strong>ro.<br />

El periodista Pepe Treviño en 1972, escribía en el libro La carne podrida: “Todo en la<br />

Argentina, empieza en la carne, o termina en la carne, o pasa por la carne en algún<br />

momento <strong>de</strong> su evolución. En siglos pasados ya éramos conocidos como el ‘país <strong>de</strong>l<br />

cuero’, ese cuero que es algo así como la envoltura <strong>de</strong> la carne; y cuando los ingleses<br />

se lanzaron al negocio, pasamos a ser el ‘país <strong>de</strong> la carne’.”<br />

En la Argentina tenemos 62 millones <strong>de</strong> vacas en tierras <strong>de</strong> 38 millones <strong>de</strong> humanos,<br />

17 razas bovinas registradas, 23.000 carnicerías ven<strong>de</strong>n sus cortes y 50 mil vacas se<br />

exterminan en los mata<strong>de</strong>ros por día, o 15 millones por año. Durante las décadas <strong>de</strong><br />

las ‘vacas gordas’, han sido emblema, icono, escudo y motor <strong>de</strong>l país. Hoy, el tema <strong>de</strong><br />

vacas, frigoríficos y carnicerías es eje <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate nacional: ¿el ingreso <strong>de</strong> 500 millones<br />

<strong>de</strong> dólares por la exportación <strong>de</strong> carne a repartirse entre el estado y algunas cuentas<br />

bancarias, o la felicidad <strong>de</strong> 35 millones para comer su asadito?.<br />

La carne, cada tanto, es el gran conflicto argentino. ¿Cómo es que pese a las peores<br />

crisis económicas, Argentina siga siendo su principal consumidor mundial? El<br />

argentino necesita comer carne, es un bien imprescindible e insustituible en la dieta,<br />

pues es una cuestión cultural. La carne vacuna es uno <strong>de</strong> los alimentos que mayor<br />

penetración tiene en los hogares <strong>de</strong> nuestro país, y el asado es el corte más preciado.<br />

Pocos sabemos cómo el asado argentino llegó a ser tan famoso, pero cada uno tiene<br />

su secreto inconfensable o algún dato heredado <strong>de</strong>l padre. No saber hacer un asado,<br />

en este país, te pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar en el <strong>de</strong>samparo más absoluto. Si una <strong>de</strong> las gracias <strong>de</strong>l<br />

asado es la conversación entre amigos, como dijo Jorge Luis Borges; la carne y lo que<br />

prece<strong>de</strong> a cada una <strong>de</strong> esas reuniones es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo, parte inescindible <strong>de</strong>l<br />

ser argentino. “Comer asado en Argentina es más un homenaje a la cultura nacional<br />

que una necesidad biológica”, <strong>de</strong>fine Juan José Becerra en La Vaca, viaje a la pampa<br />

carnívora. Si no hay carne, no hay diálogo, no hay reunión, ni vino y tampoco hay<br />

discusión. Si hay <strong>de</strong>sabastecimiento la reemplazamos por pizza, si está más cara, no<br />

importa, duele el bolsillo… pero goza todo el ser nacional.


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En la Liebig, el hábito productivo eran las vacas enlatadas, pero entre obreros el<br />

producto no ganó mucha fama. ¿Porqué cambiar un asado o un bife por un frasco <strong>de</strong><br />

extracto <strong>de</strong> carne? Este simple acto era muy fuerte para hombres acostumbrados a<br />

asar a escondidas las mejores mollejas. O para aquellos fieles a sus preferencias, no<br />

alcanzándole las latas y achuras que regalaba ‘la Compañía’, se arriesgaban a salir<br />

con un ‘matambre’ como faja, sin importar si se les caía frente al control <strong>de</strong> acceso.<br />

El historiador René Boretto en Apropiación In<strong>de</strong>bida recopila estas historias: “En la<br />

fábrica se tomaba mate a escondidas y se comían churrascos ‘a la plancha’, sobre los<br />

conductos <strong>de</strong> aire caliente. El chirriar <strong>de</strong> la carne no se escuchaba, porque elegían las<br />

horas en que la cinta transportadora <strong>de</strong> tarros marchaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ‘conserva’ hacia la<br />

‘pintada’. Cuando había mucho trabajo, los familiares les alcanzaban unas ‘viandas’.<br />

Consumidos los alimentos, las viandas no regresaban vacías, algún riñón, algunas<br />

lengüitas <strong>de</strong> cor<strong>de</strong>ro, algunas mollejas, hacían el viajecito <strong>de</strong> vuelta a la casa".<br />

<strong>De</strong>l otro lado <strong>de</strong>l Atlántico, los hábitos culinarios eran bien diferentes, recordaba una<br />

vieja señora inglesa: “Abrir una lata <strong>de</strong> ‘corned beef Fray Bentos’ era una verda<strong>de</strong>ra<br />

ceremonia, como la <strong>de</strong>l té para los japoneses”. Sobre gustos no hay nada escrito, otra<br />

señora inglesa al recorrer Uruguay puso cara <strong>de</strong> asco al <strong>de</strong>scubrir la ‘ciudad <strong>de</strong> Fray<br />

Bentos’. Sus recuerdos regresaban a épocas <strong>de</strong> guerra: “Fray bentos, era la lata <strong>de</strong><br />

corned beef con que corríamos hacia los túneles bajo tierra en ataques aéreos o si nos<br />

refugiábamos bajo la cama, llevábamos la latita junto al pecho.”<br />

El ayer y el hoy, se unen entorno a un producto: el corned beef o la carne, o una<br />

marca: Fray Bentos o Liebig, adquiriendo valor como patrimonio intangible.<br />

En Carne <strong>de</strong> Cañón, René Boretto relaciona el producto con las vivencias en la guerra:<br />

“En la I Guerra los muchachos <strong>de</strong>finieron ‘Fribentos’ para <strong>de</strong>finir coloquialmente a algo<br />

insuperable o que no podía estar mejor; y en la II Guerra un tanque británico fue<br />

bautizado Fray Bentos porque se sentían <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l vehículo como carne enlatada.”<br />

En Vida <strong>de</strong> una vaca, el escritor chileno Juan Pablo Meneses pone en evi<strong>de</strong>ncia las<br />

asociaciones entre la carne <strong>de</strong> vaca y el cuerpo <strong>de</strong> los argentinos: “Las personas<br />

pu<strong>de</strong>n tener ‘buen lomo’ o ser una ‘buena presa’, pue<strong>de</strong>s ser una ‘ternerita’, si eres<br />

guapa y joven, o convertida en ‘vaquillona’ si se te pasó la mano con el engor<strong>de</strong>.”<br />

La marca Liebig está vinculada al menú gastronómico y la cocina europea. Ingleses,<br />

franceses e italianos saborean los productos, interpretando una marca como<br />

certificado <strong>de</strong> calidad y origen. Aunque muchos <strong>de</strong> quienes hoy día leen el nombre<br />

Liebig, Oxo y Fray Bentos, lo asocian al producto consumido, pero sin saber el origen<br />

y la historia <strong>de</strong> las fábricas <strong>de</strong> carne en conserva en Sudamérica.


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El paisaje cultural <strong>de</strong> la CARNE<br />

El espacio geográfico <strong>de</strong>l río Uruguay fue <strong>de</strong>terminante para la implantación <strong>de</strong><br />

las fábricas <strong>de</strong> conserva <strong>de</strong> carne; dadas las buenas condiciones <strong>de</strong>l suelo para la cría<br />

<strong>de</strong>l ganado, la presencia <strong>de</strong> puertos con a<strong>de</strong>cuado calado para la exportación <strong>de</strong> los<br />

productos y suficiente mano <strong>de</strong> obra para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la Liebig’ Extract of Meat.<br />

La agricultura y la gana<strong>de</strong>ría eran las activida<strong>de</strong>s tradicionales <strong>de</strong> las pampas.<br />

El ganado vacuno tuvo una importancia significativa en la vida económica. Primero,<br />

la ‘civilización <strong>de</strong>l cuero’ como la <strong>de</strong>nominó Domingo Sarmiento, cuando exportar un<br />

cuero costaba lo mismo o más que una res en pie. Antiguas industrias <strong>de</strong> la carne,<br />

fueron la fabricación <strong>de</strong> sebo para velas y la grasa que servía <strong>de</strong> aceite para todo.<br />

Luego, la explotación <strong>de</strong>l tasajo, origen <strong>de</strong> sala<strong>de</strong>ros como Santa Cándida, don<strong>de</strong> su<br />

producción equivalía a una vez y media el presupuesto <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Entre Ríos y<br />

a la cuarta parte <strong>de</strong> los ingresos nacionales. Y finalmente, la industria frigorífica <strong>de</strong> la<br />

carne <strong>de</strong>terminó la transformación social, económica y tecnológica para la región.<br />

En su historia, la industrialización <strong>de</strong> la carne trajo consecuencias importantes en el<br />

transporte: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los barcos y el ferrocarril hasta los camiones; y los medios <strong>de</strong><br />

comunicación: el correo y el telégrafo hasta el teléfono; y fundamentalmente en la<br />

radicación <strong>de</strong> la gente cerca <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> producción, acelerando el crecimiento<br />

<strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s (Fray Bentos) o creando pueblos industriales (Fábrica Colón).<br />

La nueva industria <strong>de</strong>l extracto <strong>de</strong> carne requirió una maquinaria a<strong>de</strong>cuada y<br />

totalmente <strong>de</strong>sconocida hasta el momento; así como la posterior reconversión en<br />

frigoríficos, con cámaras <strong>de</strong> frío, <strong>de</strong>mandó un equipamiento industrial <strong>de</strong> máximo nivel.<br />

En los ámbitos rurales llevó a la adquisición constante <strong>de</strong> tierras para la cría <strong>de</strong> vacas,<br />

obligó a mejorar las razas y su producción, e incorporar ovinos productores <strong>de</strong> carnes,<br />

y trajo cambios en las estancias, introduciendo la agricultura a la par <strong>de</strong> lo gana<strong>de</strong>ro.<br />

La revolución <strong>de</strong> Liebig fue aprovechar los avances <strong>de</strong> la ciencia y la tecnología al<br />

servicio <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> alimentos y contribuir al <strong>de</strong>sarrollo económico en la edad<br />

<strong>de</strong> la industrialización. En Liebig, la tecnología y la administración era inglesa; pero la<br />

tierra y la carne era sudamericana. El hombre <strong>de</strong> campo y el hombre <strong>de</strong> fábrica<br />

respondieron a políticas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo extranjeras, pero nunca <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> lado su<br />

esencia basada en el trabajo. Horas y hombres tenían un propósito: cocinar vacas y<br />

enlatarlas. Vacas con la mejor carne, carne sudamericana, transformadas en extracto:<br />

“Puro jugo <strong>de</strong> carne convertido en una pasta espesa, oscura, envasada en potes <strong>de</strong><br />

cerámica o vidrio y latas. Una res da 4kg <strong>de</strong> extracto, esto es 40 frascos <strong>de</strong> 2 onzas.”


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El territorio <strong>de</strong> las Estancias<br />

La compañía Liebig formó cinco socieda<strong>de</strong>s anónimas propietarias <strong>de</strong> campos <strong>de</strong> cría<br />

e invernada <strong>de</strong> ganado en Argentina, en Entre Ríos y Corrientes, y poseía doce<br />

establecimientos rurales. La primer estancia y la principal, Itá Caabó fue comprada en<br />

1898 y en 1925 fue visitada por el Príncipe <strong>de</strong> Gales en visita oficial. El espacio rural<br />

abarcaba 140.000 hectáreas <strong>de</strong> campo y 80.000 cabezas <strong>de</strong> ganado.<br />

La producción rural era la gana<strong>de</strong>ra, para proveer a sus propias industrias. La región<br />

subtropical era productora <strong>de</strong> vacunos criollos con una carne dura y magra <strong>de</strong>stinada a<br />

la elaboración <strong>de</strong> conservas y extracto, luego <strong>de</strong> Ia I Guerra comenzaron el<br />

mejoramiento gana<strong>de</strong>ro y a introducir toros <strong>de</strong> razas inglesas Shorthorn, Hereford y<br />

Angus y a perfeccionar el sistema <strong>de</strong> producción. Estas razas no <strong>de</strong>mostraron buena<br />

capacidad <strong>de</strong> adaptación al terreno y el cebú o Brahman americano apareció como<br />

opción, creando una nueva raza, la Bradford.<br />

La vida rural y el hombre <strong>de</strong> campo tienen padrones propios, don<strong>de</strong> una <strong>de</strong> sus<br />

cualida<strong>de</strong>s, es saber observar las cosas; y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese territorio la Compañía formó<br />

una organización que trabajaba con eficiencia y responsabilidad; los establecimientos<br />

rurales eran manejados estilo empresa don<strong>de</strong> todo era or<strong>de</strong>nado, las tareas se hacen<br />

un su tiempo y forma, y la gente sabe como se organiza.<br />

Tenía un tipo <strong>de</strong> administración con mucha gente y en las estancias no había ni<br />

teléfono, todo se basaba en la confianza y en una jerarquía estricta. Un administrador<br />

general; un gerente general en Buenos Aires; un mayordomo por cada campo, mano<br />

<strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l patrón; y los ‘segundos’, quienes no eran personal profesional, pero sólo<br />

querían trabajar en el campo, don<strong>de</strong> aprendían todo lo necesario.<br />

Los ‘segundos’ daban ór<strong>de</strong>nes en guaraní a los peones y las recibían en inglés <strong>de</strong> los<br />

mayordomos, y muchas veces ni sabían escribir los números. Muchos británicos se<br />

convirtieron en gauchos y se quedaron aquí para levantarse a las 4 <strong>de</strong> la mañana y<br />

tratar <strong>de</strong> quedar arriba <strong>de</strong> un caballo que no quería que uno estuviera arriba. Entre<br />

todos formaron una cultura con un estilo particular y la noción <strong>de</strong> integrar una familia.<br />

Para el trabajador <strong>de</strong> campo, hombres duros y avezados en dar ‘buena forma’ a vacas<br />

<strong>de</strong>stinadas al ‘cuchillo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>snucador’ en las fábricas, la Liebig fue el punto <strong>de</strong><br />

referencia y el orgullo <strong>de</strong> la pertenencia. Era estar asociados a privilegios como la<br />

estabilidad y el valor <strong>de</strong> la palabra, era una garantía <strong>de</strong> cumplimiento y el énfasis en la


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capacitación, la permanencia <strong>de</strong>l personal y la continuidad generacional. Cuando la<br />

empresa se vendió estos valores perduraron, aún en la nueva empresa, Pilagá S. A.<br />

El territorio <strong>de</strong> la Fábrica<br />

La gran planta <strong>de</strong> producción es una imagen espacial don<strong>de</strong> vacas, hombres y<br />

máquinas se aglutinaban en torno al fuego <strong>de</strong> una gigantesca cocina, con enormes<br />

cal<strong>de</strong>ros y cucharones; <strong>de</strong> don<strong>de</strong> el sabor al puchero familiar subía y envolvía todo.<br />

Paisaje y territorio queda saturado <strong>de</strong> mugidos <strong>de</strong> animales; <strong>de</strong>l cansancio y sudor <strong>de</strong><br />

cuerpos humanos; <strong>de</strong>l ruido constante y repetitivo <strong>de</strong> máquinas <strong>de</strong> enlatar; <strong>de</strong>l bullicio<br />

<strong>de</strong> voces <strong>de</strong> mujeres etiquetando latas; <strong>de</strong>l penetrante aroma <strong>de</strong> la salmuera <strong>de</strong><br />

cueros y tripas; y <strong>de</strong>l olor a tanta carne evaporando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esas ollas <strong>de</strong> cocimiento.<br />

El trabajador <strong>de</strong> la carne constituyó una mano <strong>de</strong> obra poco calificada; entraron siendo<br />

menores <strong>de</strong> edad, para alguna changa o <strong>de</strong> ‘chapero’ en el portón <strong>de</strong> entrada. Todos,<br />

<strong>de</strong>sfilaban <strong>de</strong> sección en sección y se especializaban, aprendiendo un oficio en los<br />

distintos <strong>de</strong>partamentos: playa, ganchada, conservas, extracto, latería, empaque,<br />

laboratorio o talleres. La mayoría, terminó sus días allí, y en el mejor <strong>de</strong> los casos llegó<br />

a jubilarse, aunque en ese caso tuviera que buscar casa en la ciudad más cercana.<br />

La esencia <strong>de</strong> la fábrica eran los espacios <strong>de</strong> la faena y la matanza. Es un rito<br />

mecánico, una suerte <strong>de</strong> sacrificio en serie. <strong>De</strong>spués <strong>de</strong> pasar los bretes y un baño,<br />

cada vaca sube por una rampa. Allá arriba, un robusto hombre, da el golpe <strong>de</strong> gracia.<br />

En la playa <strong>de</strong> matanza, hileras <strong>de</strong> hombres procedían a <strong>de</strong>scuartizar las reses en la<br />

‘noria’. Los <strong>de</strong>solladores, encargados <strong>de</strong> sacar el cuero, se cuidaban <strong>de</strong> hacer algún<br />

tajo a riesgo <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r el jornal. El especialista más caro era el ‘matambrero’ y el más<br />

sofisticado era el ‘quita lenguas’. No faltaban los ‘triperos’, con <strong>de</strong>licadas manos para<br />

manipular, <strong>de</strong>sgrasar, inflar y limpiar partes <strong>de</strong>licadas, secadas al aire y en salmuera.<br />

El trabajo <strong>de</strong> la carne revelaba una sincronización perfecta, movimiento, calor y<br />

cansancio. No podía haber ‘tiempos muertos’ para el trabajador; ni <strong>de</strong>sperdicio en la<br />

‘fuerza <strong>de</strong> su trabajo’: a veinte minutos <strong>de</strong> vaca <strong>de</strong>gollada, la carne entra en cocción.<br />

Si entraban 1200 vacas por la mañana, para la tar<strong>de</strong> ya estarían enlatadas. En la<br />

‘ganchada’, separaban la carne gruesa hasta llegar al hueso, con rapi<strong>de</strong>z y <strong>de</strong>streza<br />

<strong>de</strong> barberos, aunque éstas fueran manos <strong>de</strong> mujeres, ‘las caranchas’.<br />

Al <strong>de</strong>partamento ‘extracto’ llegaban los huesos y eran <strong>de</strong>scargados en gran<strong>de</strong>s<br />

cal<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> ‘cocimiento’ para hacer el caldo; y la carne cortada en pedacitos se <strong>de</strong>jaba<br />

cocer a fuego lento hora tras hora. Hervía y evaporaba, pasaba por unas serpentinas y<br />

con<strong>de</strong>nsaba, revolvían y colaban el caldo, una y otra vez, hasta espesar, en total no


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menos <strong>de</strong> 70 horas. Convertido en extracto era envasado, en latas <strong>de</strong> 30 kilos para el<br />

viaje a Europa en barco y en frascos <strong>de</strong> vidrio <strong>de</strong> 113 y 226 gramos <strong>de</strong> consumo local.<br />

El territorio <strong>de</strong>l Pueblo<br />

Pueblo Liebig es claro testimonio <strong>de</strong>l Patrimonio Alimentario heredado <strong>de</strong> la industria<br />

<strong>de</strong> la carne. A pesar <strong>de</strong> la ruinosa construcción fabril y el paulatino <strong>de</strong>sarme <strong>de</strong> la<br />

sociedad <strong>de</strong>l trabajo, se pue<strong>de</strong> reconocer la planta <strong>de</strong> producción y un pueblo a su<br />

alre<strong>de</strong>dor, como capital cultural disponible entorno a una i<strong>de</strong>ntidad regional.<br />

La ubicación era estratégica: tenía fácil acceso para traer vacas <strong>de</strong> las mejores zonas<br />

gana<strong>de</strong>ras <strong>de</strong>l país y, fundamental, estaba justo en la ribera <strong>de</strong>l río Uruguay,<br />

conectado al Río <strong>de</strong> La Plata y conectado al Atlántico, conectado al puerto <strong>de</strong> Londres<br />

y conectado a Europa, don<strong>de</strong> la carne <strong>de</strong> vaca transportada en latas llegaban al plato.<br />

En Fábrica Colón, como se la conocía hacia 1903, antes <strong>de</strong> ser nombrado Pueblo<br />

Liebig en 1970: “aquí, el pueblo vivía <strong>de</strong> la carne”. En su época <strong>de</strong> gloria, a mediados<br />

<strong>de</strong>l siglo pasado, la actividad era humeante: salía humo <strong>de</strong> las chimeneas <strong>de</strong> la<br />

fábrica, <strong>de</strong> los buques <strong>de</strong> carga y, más a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong> los camiones <strong>de</strong> transporte.<br />

Directa o indirectamente, los habitantes <strong>de</strong>l lugar vivieron por y para la explotación <strong>de</strong>l<br />

recurso y fueron testigos <strong>de</strong>l progreso, y cuando la cosa se terminó <strong>de</strong>finitivamente en<br />

1980, por una u otra razón, la vida cambió en una larga agonía hacia la nada.<br />

La estructura <strong>de</strong> Pueblo Liebig, en Entre Ríos, configuró un sistema <strong>de</strong> ocupación<br />

territorial novedoso respecto <strong>de</strong> la tradición urbanística <strong>de</strong> la región. Todo fue iniciativa<br />

<strong>de</strong> la compañía, estableciendo un or<strong>de</strong>n social y <strong>de</strong> trabajo don<strong>de</strong> el poblador fue<br />

engranaje <strong>de</strong>l sistema. Se realizó para dar vivienda al personal gerencial y<br />

administrativo, y al personal obrero, ante la necesidad <strong>de</strong> contar con una población<br />

permanente para obtener una eficiencia mayor en la producción. El or<strong>de</strong>namiento se<br />

ajusta a un urbanismo funcional y la estratificación se manifiesta por la localización <strong>de</strong><br />

los elementos, su organización y el tipo <strong>de</strong> arquitectura utilizado para las distintas<br />

funciones. La fábrica, centro <strong>de</strong> todo se instala en relación con el puerto por don<strong>de</strong><br />

ingresan los insumos y se exporta la producción. La manga, por don<strong>de</strong> se trasladaba a<br />

las vacas a la playa <strong>de</strong> faena, separa físicamente el barrio <strong>de</strong> obreros y <strong>de</strong> empleados.<br />

En el auge y caída <strong>de</strong> la compañía Liebig hay verda<strong>de</strong>s irrefutables: el capital era<br />

foráneo pero regionalmente fueron una fuente <strong>de</strong> trabajo genuina y valiosa, llegaron <strong>de</strong><br />

afuera para consolidar la industrialización y comercialización <strong>de</strong> la carne, y cuando<br />

<strong>de</strong>saparecieron, se llevaron tras <strong>de</strong> sí la vida misma <strong>de</strong> un pueblo entero, que guarda<br />

por generaciones los recuerdos <strong>de</strong> los años <strong>de</strong> esplendor: inmensas moles vacías <strong>de</strong>


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mugidos vacunos y gritos humanos, <strong>de</strong>safiando el paso <strong>de</strong>l tiempo y a la espera <strong>de</strong><br />

otra oportunidad. Todos sabemos que antes y ahora: la carne es dinero.<br />

La producción <strong>de</strong> vacas concentradas<br />

Muchos <strong>de</strong> los platos más conocidos y cocinados fueron creados cuando no había<br />

para comer, y el hambre obliga a optimizar recursos naturales. La elaboración <strong>de</strong>l<br />

concentrado <strong>de</strong> carne fue una <strong>de</strong> las técnicas que cambiaron la cocina.<br />

El químico alemán Justus von Liebig pensó en mejorar la alimentación a partir <strong>de</strong> la<br />

carne concentrándola en forma <strong>de</strong> extracto y manteniendo sus valores nutritivos.<br />

No fue el primero, porque Leonardo da Vinci hace referencia: “al método <strong>de</strong> los priores<br />

para restaurar fuerzas durante la cuaresma a partir <strong>de</strong> unas pastillas <strong>de</strong> carne. En<br />

cada una, hay sustancias nutritivas en cantidad suficiente para que una persona pueda<br />

vivir por tres días sin tomar ningún otro alimento más que agua.” Tampoco fue el<br />

último, porque en 1874 Lawson Johnston presentó la “carne <strong>de</strong> vaca fluida”, a base <strong>de</strong><br />

extracto <strong>de</strong> levadura, producto más ecónomico y luego patentado como Bovril.<br />

La inspiración <strong>de</strong> Liebig fue poner la química al servicio <strong>de</strong>l hombre y sus necesida<strong>de</strong>s:<br />

alimentación, aprovisionamiento y conservación. La química salió <strong>de</strong>l laboratorio y se<br />

abrió a la producción agroalimentaria: el abono mineral, el polvo <strong>de</strong> hornear, la<br />

levadura y el extracto <strong>de</strong> carne fueron algunos <strong>de</strong> sus inventos.<br />

En 1840, nace el Extracto <strong>de</strong> Carne Liebig. Al principio, fue vendido en potes <strong>de</strong><br />

cerámica con una etiqueta con la firma <strong>de</strong> Liebig en azul y luego en potes <strong>de</strong> vidrio<br />

oscuros. <strong>De</strong>finido por el químico como “caldo <strong>de</strong> carne sólido, cuya agua se ha<br />

evaporado”, necesita 30kg <strong>de</strong> carne <strong>de</strong> vaca para hacer 1kg <strong>de</strong> extracto.<br />

Eran épocas bélicas y el producto se popularizó: 4 kilos <strong>de</strong> extracto con agua caliente,<br />

unos trozos <strong>de</strong> pan, papas y sal, hacía una nutritiva sopa para 128 soldados. Solución<br />

i<strong>de</strong>al: proteínas en abundancia, concentradas, fáciles <strong>de</strong> transportar y ágiles en su<br />

consumo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> expediciones hasta Viajes a la Luna: los astronautas <strong>de</strong> Julio Verne<br />

<strong>de</strong>sayunaban pastillas <strong>de</strong> extracto <strong>de</strong> carne fabricado en Fray Bentos!<br />

<strong>De</strong>s<strong>de</strong> 1870 la compañía Liebig adoptó las nuevas estrategias <strong>de</strong> la publicidad para<br />

promocionar su nuevo producto: con la compra <strong>de</strong> un pote <strong>de</strong> extracto <strong>de</strong> carne<br />

regalaban una ‘figurita’, litografías <strong>de</strong> colección a todo color, con diversos temas y en<br />

distintos idiomas y al dorso, la explicación <strong>de</strong> los productos y recetas.<br />

En Europa, siempre llevaron a<strong>de</strong>lante una fuerte campaña <strong>de</strong> propaganda <strong>de</strong> la<br />

imagen empresarial, sus productos y sus marcas. Editaron menúes para restaurantes,<br />

calendarios, afiches, publicida<strong>de</strong>s en periódicos, autos y latitas Oxo, en 1908 fueron


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13 al 15 <strong>de</strong> Mayo 2008 - Mendoza, ARGENTINA<br />

sponsors <strong>de</strong> los juegos olímpicos en Londres, <strong>de</strong> 1911 es el primer libro <strong>de</strong> cocina con<br />

recetas con extracto <strong>de</strong> carne, y en 1955, apareció su publicidad en televisión.<br />

<strong>De</strong>l ‘extractum carnis’ a los ‘cortes premium’<br />

En 1889, empieza a producir el Corned Beef Fray Bentos, carne conservada, cocida<br />

y curada, presentado en latas <strong>de</strong> hojalata, cuyo formato favorecía el estibarlas y<br />

abrirlas con facilidad, con su llave pegada al envase.<br />

En 1910, aparece el Oxo Cube, ‘el producto <strong>de</strong> un penique’, <strong>de</strong> igual calidad a mejor<br />

precio, ofrecido en cubitos envueltos en papel <strong>de</strong> aluminio, envasados en cajas o latas.<br />

La marca Liebig, Oxo y Fray Bentos formaron parte <strong>de</strong>l ‘British way of eating’: como<br />

sinónimo <strong>de</strong> la familia unida y una feliz comida familiar. En su lanzamiento al mercado<br />

<strong>de</strong> la clase media fue promocionado “como el gran avance en la invención <strong>de</strong><br />

alimentos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el hombre comenzó a comer y la mujer aprendió a cocinar”.<br />

La familia real y la Reina Victoria fueron protagonistas <strong>de</strong> objetos <strong>de</strong> colección Liebig<br />

y hasta el Príncipe Carlos <strong>de</strong> Inglaterra contó a un empresario: “Yo recuerdo haber<br />

sido criado alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> esos bifes, he comido ‘Fray Bentos beef’ hasta mis orejas.”<br />

En la producción industrial <strong>de</strong> Liebig, se observaba todo <strong>de</strong>tenidamente y se<br />

estudiaban hasta los <strong>de</strong>sechos, su tratamiento o industrialización y su presentación al<br />

mercado como producto nuevo, para el que se buscaba y encontraba un consumidor.<br />

Otros productos exportados fueron: pechos vacunos, lenguas en salmuera, lenguas<br />

ahumadas, riñones envasados, menu<strong>de</strong>ncias congeladas, premier juice, grasa fina,<br />

sebo, hígado para pate, cueros colas, tendones, guampas y pezuñas <strong>de</strong> los animales.<br />

Se elaboraba harina <strong>de</strong> carne, con <strong>de</strong>sechos <strong>de</strong> carne secada mezclado con fosfato;<br />

polvo <strong>de</strong> huesos, <strong>de</strong>secado y triturado para combustible <strong>de</strong> las fábricas azucareras;<br />

<strong>de</strong>sechos <strong>de</strong> carne <strong>de</strong>secados y prensados para alimentos <strong>de</strong> aves y cabras; sangre,<br />

huesos, rúmen y grasa para fertilizantes; venas para goma <strong>de</strong> pegar, etc.<br />

Recién en 1965, llegó a la fábrica Liebig la transformación a la ‘era frigorífica’: gran<strong>de</strong>s<br />

espacios cerrados para ‘cámaras <strong>de</strong> frío’, mediante compresión <strong>de</strong> amoníaco.<br />

Los sistemas a utilizarse son el <strong>de</strong> carne congelada o ‘frozen beef’, y el <strong>de</strong> carne<br />

enfriada o ‘chilled beef’, <strong>de</strong> mejor calidad pero limitada a 45 días <strong>de</strong> conservación.<br />

Finalmente, el supercongelado: carne <strong>de</strong>shuesada y troceada, envasada al vacío en<br />

bolsas plásticas que la aislan <strong>de</strong>l aire, se enfría suavemente y luego a un frío intenso<br />

en forma rápida. Los cortes especiales <strong>de</strong> exportación eran: lomo, bola <strong>de</strong> lomo, colita<br />

<strong>de</strong> cuadril, peceto, nalga, tortuguita, bife ancho y bife angosto.


I SEMINARIO DE PATRIMONIO AGROINDUSTRIAL Paisajes Culturales <strong>de</strong>l Vino, el Pan, el Azúcar y el Café.<br />

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A esta altura <strong>de</strong> la industrialización <strong>de</strong> la carne, llegamos a los productos con marca,<br />

como las ‘carnes Angus’ y otros ‘cortes premium’; espacio <strong>de</strong>l mercado don<strong>de</strong> la<br />

compañía Liebig no llegó, pero sí sus marcas son lí<strong>de</strong>res en diversos segmentos.<br />

<strong>De</strong> Liebig a Swift<br />

A más <strong>de</strong> 25 años <strong>de</strong> cerrada, Liebig es marca registrada en el mercado actual.<br />

En Italia, la marca Liebig es parte <strong>de</strong>l grupo Agnesi/Colussi y sus productos: el<br />

extracto <strong>de</strong> carne y caldos <strong>de</strong> carne, son “saborizantes 100% natural con carne <strong>de</strong><br />

origen sudamericana”. La web <strong>de</strong>l grupo anuncia: “Liebig es el mejor aliado <strong>de</strong>l ama <strong>de</strong><br />

casa al acercar un producto práctico y adaptado a una alimentación correcta”.<br />

En Francia, Liebig es una marca <strong>de</strong>l grupo Campbell, para su línea <strong>de</strong> sopas<br />

instantáneas; embaladas en sobres, cartones y ahora en envases pet a rosca.<br />

En Inglaterra, la marca registrada Oxo, es <strong>de</strong>l grupo Unilever <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1984, y<br />

comercializa: cubos <strong>de</strong> caldo <strong>de</strong> carne en cajitas y salsas granuladas, en sobres.<br />

<strong>De</strong>s<strong>de</strong> 2001, Campbell posee la marca Oxo y Fray Bentos, en tradicionales tartas<br />

enlatadas y ‘puddings’; salsas con carne bolognesa y al curry; y el corned beef.<br />

Éste producto es producido en Argentina, por Swift, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> San José, Entre Ríos, a<br />

muy pocos kilómetros <strong>de</strong> la ayer mo<strong>de</strong>rna y hoy obsoleta planta: Fábrica Colón.<br />

La etiqueta <strong>de</strong> la clásica lata, traducida <strong>de</strong>l inglés, dice: “El famoso corned beef, <strong>de</strong><br />

primera calidad, fue producido primero, hace casi un siglo, en un pequeño poblado<br />

uruguayo llamado Fray Bentos. 100 años <strong>de</strong> experiencia aseguran que el Corned Beef<br />

Fray Bentos, reúne los más altos standards establecidos por calificados especialistas”.<br />

La empresa Swift, <strong>de</strong> capitales norteamericanos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1907, quebró en los ‘70 y<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 2005, es parte <strong>de</strong>l grupo brasileño Friboi-JBS; principal exportador <strong>de</strong> carnes y<br />

alimentos <strong>de</strong> origen vacuno, sin transformar la naturaleza <strong>de</strong> la materia prima, a más<br />

<strong>de</strong> 70 países. Nuevas inversiones y avances tecnológicos se utilizan en la producción<br />

<strong>de</strong> la carne cocida y congelada, dándo un mayor valor agregado mediante el sistema<br />

IQF (Individual Quick Frozen). Comercializa marcas propias o <strong>de</strong> terceros, y sus<br />

productos son: carnes cocidas congeladas, hamburguesas y milanesas, salchichas y<br />

fiambres, patés untables, corned beef, extracto y jugo <strong>de</strong> carne, caldos, roast beef,<br />

carne con salsa; los cortes especiales y ‘premium’ <strong>de</strong> Cabaña Las Lilas.<br />

<strong>De</strong>s<strong>de</strong> el inicio en 1865 o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1903 en la Argentina, los productos Liebig ganaron<br />

fama por la calidad <strong>de</strong> las carnes: ‘Liebig, calidad <strong>de</strong> exportación’.<br />

Hoy, ofrecemos productos <strong>de</strong> calidad y <strong>de</strong> alto valor agregado con ‘carne argentina’:


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‘Sol, pampa y Swift, la empresa que alimenta al mundo’.<br />

<strong>De</strong> Liebig a Swift, la permanencia <strong>de</strong> sus productos y marcas, consolidan el concepto<br />

<strong>de</strong>l Patrimonio Industrial Agroalimentario <strong>de</strong> la Carne, en Entre Ríos.<br />

Bibliografía<br />

Pepe Treviño, Carne podrida. Quiebra Swift-<strong>De</strong>ltec<br />

Juan José Becerra, La vaca. Viaje a la pampa carnívora<br />

René Boretto, Apropiación in<strong>de</strong>bida<br />

René Boretto, Carne <strong>de</strong> Cañón<br />

Juan Pablo Meneses, La vida <strong>de</strong> una vaca.<br />

Magdalena Capurro, Pilagá<br />

Adriana Ortea, El trabajo <strong>de</strong>l extracto <strong>de</strong> carne.<br />

Adriana Ortea, Clementina entre vacas cocidas y enlatadas<br />

Adriana Ortea, Fotografía en Palabras. La Liebig <strong>de</strong> Martí.

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