12.05.2013 Views

Descarge la antología de estos cuentos. - Conafor

Descarge la antología de estos cuentos. - Conafor

Descarge la antología de estos cuentos. - Conafor

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El letal relámpago lo sorprendió sin haber nombrado a un here<strong>de</strong>ro. Muerto el rey<br />

<strong>de</strong>l bosque, <strong>la</strong> guerra se antojaba inevitable. Tantos milenios le quedaban aún por<br />

vivir, los árboles, entonces y ahora, viven mucho. Durante esa época <strong>de</strong> conmoción<br />

y luto por el gran rey sacrificado lo que hacían aquellos majestuosos árboles era<br />

moverse, hab<strong>la</strong>r, hacer guerras.<br />

La avaricia envenenó <strong>la</strong> savia <strong>de</strong> los árboles. Ansiosos <strong>de</strong> apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong>l trono <strong>de</strong>l<br />

viejo rey, salieron al campo <strong>de</strong> enfrentamiento, cargados <strong>de</strong> armas para <strong>la</strong> batal<strong>la</strong>:<br />

<strong>la</strong>rgas ramas y gruesos troncos para el combate cuerpo a cuerpo, frutos para <strong>la</strong>nzar<br />

cual proyectiles y flores <strong>de</strong> tóxicos aromas para <strong>la</strong> guerra química. Se encontraron<br />

en <strong>la</strong> l<strong>la</strong>nura, inmensos ejércitos ver<strong>de</strong>s formados unos frente a otros, dispu<strong>estos</strong> a<br />

iniciar <strong>la</strong> batal<strong>la</strong>. Los asustados animales huyeron, los ríos cambiaron su curso, <strong>la</strong><br />

humil<strong>de</strong> hierba se tiró al suelo, pecho tierra. Parecía imposible <strong>de</strong>tener el conflicto<br />

que tanto dolor y tanta muerte estaba a punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>satar sobre <strong>la</strong> tierra en aquel<strong>la</strong><br />

arboleda.<br />

Pero un pequeño y simple árbol se a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntó al <strong>la</strong>mentable enfrentamiento; corrió y<br />

se p<strong>la</strong>ntó en medio <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> batal<strong>la</strong>, hundiendo sus raíces en el suelo, con <strong>la</strong><br />

férrea convicción <strong>de</strong> apaciguar a los <strong>de</strong> su especie.<br />

Los ejércitos tuvieron diferentes reacciones: unos rieron, otros se llenaron <strong>de</strong> ira,<br />

algunos sólo miraron <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñosos a ese pequeño y simple árbol que <strong>de</strong> ese modo se<br />

interponía en sus p<strong>la</strong>nes. Si <strong>la</strong>s reacciones fueron distintas, no lo fueron sus<br />

conclusiones: si el árbol se negaba a moverse, lo ap<strong>la</strong>starían cual insecto e iniciarían<br />

el enfrentamiento.<br />

Pero entonces, el pequeño habló:<br />

-­‐¿Por qué pelean? Somos hermanos, estamos para protegernos y ayudarnos, sea el<br />

rey aquel que no esté dispuesto a serlo, pues él será el mejor, nos protegerá a todos<br />

y no nos <strong>de</strong>struirá.<br />

Sus pa<strong>la</strong>bras tuvieron un gran efecto. Tras reflexionar un poco, el resto <strong>de</strong> los<br />

árboles acordaron que él <strong>de</strong>bía ser el rey, pues era el más digno <strong>de</strong> todos.<br />

Decidieron algo más: <strong>de</strong>pusieron <strong>la</strong>s armas y se allegaron a su nuevo soberano,<br />

hundiendo todos sus raíces en <strong>la</strong> tierra y para no pelear <strong>de</strong> nuevo en otra guerra sin<br />

sentido, todos seguirían el ejemplo real y quedarían inmovilizados, a merced <strong>de</strong>l<br />

viento.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!