12.05.2013 Views

Descarge la antología de estos cuentos. - Conafor

Descarge la antología de estos cuentos. - Conafor

Descarge la antología de estos cuentos. - Conafor

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CONCURSO<br />

ESTATAL DE<br />

FOTOGRAFIA Y<br />

CUENTO:JALISCO<br />

Comisión Nacional Forestal Jalisco, 2012<br />

MÉXICO


INTRODUCCIÓN<br />

La Gerencia Estatal en Jalisco <strong>de</strong> <strong>la</strong> Comisión Nacional Forestal (<strong>Conafor</strong>), y el<br />

Sistema <strong>de</strong> Educación Media Superior (SEMS) <strong>de</strong> <strong>la</strong> Universidad <strong>de</strong><br />

Guada<strong>la</strong>jara (U<strong>de</strong>G), te invitan a participar en el 1.er Concurso <strong>de</strong> Cuento corto<br />

y Fotografía: "Cuento con los árboles".<br />

A continuación presentamos los <strong>cuentos</strong> y fotografías ganadores. Reciban una<br />

merecida felicitación y esperamos que en los próximos certámenes participen<br />

mas amigos <strong>de</strong> los árboles.


Perenne<br />

Primer lugar<br />

Alejandro Mario Cámara Frías<br />

“Ya en <strong>la</strong> longeva beatitud <strong>de</strong> un<br />

árbol o en los brotes <strong>de</strong> llores<br />

temporales (...) renacer <strong>de</strong> tu entraña y<br />

subir los peldaños que en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

vidas mi evolución alcance.<br />

Elías Nandino, Nostalgia <strong>de</strong> tierra.


a muerte no es más que una transformación y esto me consta. Me consta que parte <strong>de</strong> mí<br />

L<br />

viajó en penumbra hasta encontrar su lugar en ciuda<strong>de</strong>s lejanas. Yo me quedé aquí, en el<br />

terruño que me fue dado. Sintiendo cómo era absorbido por <strong>la</strong> tierra y mis cenizas se<br />

aliaban con <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s ocultas en el cielo <strong>de</strong>l suelo.<br />

Tras días <strong>de</strong> húmeda negrura, <strong>de</strong>jé el seno maternal <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra y <strong>de</strong>sperté lentamente. Vi<br />

sin ojos, como en sueños, un paraje que se <strong>de</strong>sdob<strong>la</strong>ba hasta el horizonte. Pronto mis <strong>de</strong>seos se<br />

redujeron a apagar una sed cada vez más acuciante y recibir el beso <strong>de</strong>l sol. Mi figura fue<br />

creciendo <strong>de</strong> manera caprichosa, dotándome <strong>de</strong> un tronco y <strong>la</strong>rgos brazos que luchan por tocar<br />

<strong>la</strong>s nubes, como abrazando al viento. Mi ramaje se mecía con cada revoloteo <strong>de</strong> ave y por <strong>la</strong>s<br />

noches, sentía insectos zigzaguear mi corteza y entrañas. Caí <strong>de</strong>spués, en una inmóvil<br />

tranquilidad y me <strong>de</strong>diqué únicamente a observar el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas, flores y arbustos en <strong>la</strong><br />

tierra que acabarían sustituyendo su inicial verdor o colorido por tonos apagados, dorado reseco<br />

o un negro amoratado.<br />

Aprendí a saborear el viento y a escuchar el susurro <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra. Al tiempo en el que me volvía<br />

experto en <strong>la</strong>s señales <strong>de</strong>l mundo, mi memoria se <strong>de</strong>shojaba forrando <strong>de</strong> lágrimas secas el<br />

terreno que mi fol<strong>la</strong>je sombreaba. Apenas si podía re<strong>la</strong>cionar nombres con rostros y nombrar<br />

lugares <strong>de</strong> <strong>la</strong> infancia, tan sólo recordaba algunas frases, escenas y canciones perfumadas <strong>de</strong> mi<br />

otra vida. Había conocido a fondo a <strong>la</strong> especie humana, quizá por eso ahora me alegraba ser<br />

ajeno a el<strong>la</strong>. Al fin, el tiempo <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser <strong>la</strong> espiral incomprensible <strong>de</strong> antes, para convertirse en<br />

una sustancia p<strong>la</strong>na y sin relieve, casi pre<strong>de</strong>cible. Fue un día <strong>de</strong> enero cuando un molesto ruido<br />

me a<strong>la</strong>rmó, una motosierra me sacudía y llenaba el ambiente con olor a gasolina quemada.<br />

Antes <strong>de</strong> dar contra el suelo, pu<strong>de</strong> ver el rostro <strong>de</strong> mi agresor. A partir <strong>de</strong> ese momento mi<br />

consciencia se vuelve intermitente. Sé que mi cuerpo transformado pudo amueb<strong>la</strong>r el cubículo <strong>de</strong><br />

un me<strong>la</strong>ncólico oficinista. Mi parte más amada fue cortada, a<strong>la</strong>rgada y repartida en pequeñas<br />

porciones para que el torno les diera forma hexagonal. Se pintaron color amarillo y se les inyectó<br />

alma <strong>de</strong> grafito a cada una en medio <strong>de</strong>l bullicio <strong>de</strong> <strong>la</strong> fábrica.<br />

El muchacho regresó agitado <strong>de</strong>l bosque, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlo admirado <strong>la</strong>rgo rato. Tomó asiento<br />

en una sil<strong>la</strong> chirriante dispuesto a escribir. A <strong>la</strong> vieja usanza empuñó un lápiz nuevo, sacó punta y<br />

se asomó al abismo <strong>de</strong> <strong>la</strong> hoja en b<strong>la</strong>nco. La enfrentó como el joven escritor que era y trazó <strong>la</strong>s<br />

primeras pa<strong>la</strong>bras: La muerte no es más que una transformación...


El HOMBRE ÁRBOL<br />

Segundo lugar<br />

Irepan Ramírez Janicua<br />

ace muchos años en un pequeño pueblo l<strong>la</strong>mado San Cristóbal vivía un<br />

Hmúsico con su hijo.<br />

Todo el pob<strong>la</strong>do gustaba <strong>de</strong> <strong>la</strong> música <strong>de</strong> este hombre, él fabricaba sus<br />

propios instrumentos creando armonías jamás escuchadas, sin embargo,<br />

nunca estuvo <strong>de</strong>l todo conforme, él <strong>de</strong>seaba captar el sonido que hacía el<br />

viento al zaran<strong>de</strong>ar <strong>la</strong>s ramas <strong>de</strong> los árboles.


Pero estaba envejeciendo y sus fuerzas ya no daban para más y aunque se empeñó<br />

en enseñarle música a su único hijo, éste por más que se esforzaba no tocaba una<br />

so<strong>la</strong> nota.<br />

El viejo murió sin cumplir su sueño. Su joven hijo se quedó solo con un sin número<br />

<strong>de</strong> instrumentos que no sabía tocar y partituras que no podía leer, luego <strong>de</strong> un<br />

tiempo <strong>de</strong> tenerlos arrumbados, llegaron los días difíciles y tuvo que ven<strong>de</strong>rlos<br />

todos y ponerse a trabajar en una mina <strong>de</strong> sol a sol.<br />

Un buen día en el camino <strong>de</strong> regreso a su casa se sentó a <strong>de</strong>scansar a <strong>la</strong> sombra <strong>de</strong><br />

un árbol, y pensando en su padre se quedó dormido.<br />

Despertó muy confundido <strong>de</strong>scubriendo que le habían salido raíces en los pies,<br />

asustadísimo trató <strong>de</strong> zafarse pero fue imposible.<br />

-­‐ ¿Qué me pasa?, ¿Cuánto tiempo he dormido?-­‐, se preguntó.<br />

Pero <strong>de</strong> pronto escuchó una melodía fascinante que emanaba <strong>de</strong> su cabeza-­‐tronco.<br />

El muchacho no comprendía lo que le pasaba, pero no le importaba, sentía un gozo<br />

extraordinario que se le salía <strong>de</strong>! corazón y literalmente le salían ramas <strong>de</strong>l<br />

corazón, <strong>de</strong> los pulmones, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s orejas…<br />

Y fue así como el hijo <strong>de</strong>l mejor músico <strong>de</strong> San Cristóbal al agitar sus ramas con e!<br />

ritmo <strong>de</strong>l viento logró cumplir el sueño <strong>de</strong> su padre convirtiéndose en un árbol.


Bellum Arboris<br />

Carlos Salvador Lora Velázquez<br />

Tercer Lugar


El letal relámpago lo sorprendió sin haber nombrado a un here<strong>de</strong>ro. Muerto el rey<br />

<strong>de</strong>l bosque, <strong>la</strong> guerra se antojaba inevitable. Tantos milenios le quedaban aún por<br />

vivir, los árboles, entonces y ahora, viven mucho. Durante esa época <strong>de</strong> conmoción<br />

y luto por el gran rey sacrificado lo que hacían aquellos majestuosos árboles era<br />

moverse, hab<strong>la</strong>r, hacer guerras.<br />

La avaricia envenenó <strong>la</strong> savia <strong>de</strong> los árboles. Ansiosos <strong>de</strong> apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong>l trono <strong>de</strong>l<br />

viejo rey, salieron al campo <strong>de</strong> enfrentamiento, cargados <strong>de</strong> armas para <strong>la</strong> batal<strong>la</strong>:<br />

<strong>la</strong>rgas ramas y gruesos troncos para el combate cuerpo a cuerpo, frutos para <strong>la</strong>nzar<br />

cual proyectiles y flores <strong>de</strong> tóxicos aromas para <strong>la</strong> guerra química. Se encontraron<br />

en <strong>la</strong> l<strong>la</strong>nura, inmensos ejércitos ver<strong>de</strong>s formados unos frente a otros, dispu<strong>estos</strong> a<br />

iniciar <strong>la</strong> batal<strong>la</strong>. Los asustados animales huyeron, los ríos cambiaron su curso, <strong>la</strong><br />

humil<strong>de</strong> hierba se tiró al suelo, pecho tierra. Parecía imposible <strong>de</strong>tener el conflicto<br />

que tanto dolor y tanta muerte estaba a punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>satar sobre <strong>la</strong> tierra en aquel<strong>la</strong><br />

arboleda.<br />

Pero un pequeño y simple árbol se a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntó al <strong>la</strong>mentable enfrentamiento; corrió y<br />

se p<strong>la</strong>ntó en medio <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> batal<strong>la</strong>, hundiendo sus raíces en el suelo, con <strong>la</strong><br />

férrea convicción <strong>de</strong> apaciguar a los <strong>de</strong> su especie.<br />

Los ejércitos tuvieron diferentes reacciones: unos rieron, otros se llenaron <strong>de</strong> ira,<br />

algunos sólo miraron <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñosos a ese pequeño y simple árbol que <strong>de</strong> ese modo se<br />

interponía en sus p<strong>la</strong>nes. Si <strong>la</strong>s reacciones fueron distintas, no lo fueron sus<br />

conclusiones: si el árbol se negaba a moverse, lo ap<strong>la</strong>starían cual insecto e iniciarían<br />

el enfrentamiento.<br />

Pero entonces, el pequeño habló:<br />

-­‐¿Por qué pelean? Somos hermanos, estamos para protegernos y ayudarnos, sea el<br />

rey aquel que no esté dispuesto a serlo, pues él será el mejor, nos protegerá a todos<br />

y no nos <strong>de</strong>struirá.<br />

Sus pa<strong>la</strong>bras tuvieron un gran efecto. Tras reflexionar un poco, el resto <strong>de</strong> los<br />

árboles acordaron que él <strong>de</strong>bía ser el rey, pues era el más digno <strong>de</strong> todos.<br />

Decidieron algo más: <strong>de</strong>pusieron <strong>la</strong>s armas y se allegaron a su nuevo soberano,<br />

hundiendo todos sus raíces en <strong>la</strong> tierra y para no pelear <strong>de</strong> nuevo en otra guerra sin<br />

sentido, todos seguirían el ejemplo real y quedarían inmovilizados, a merced <strong>de</strong>l<br />

viento.


La Comisión Nacional Forestal, creada por <strong>de</strong>creto presi<strong>de</strong>ncial el 4 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong>l 2001, es un<br />

Organismo Público Descentralizado cuyo objetivo es <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>r, favorecer e impulsar <strong>la</strong>s<br />

activida<strong>de</strong>s productivas, <strong>de</strong> conservación y restauración en materia forestal, así como participar<br />

en <strong>la</strong> formu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> los p<strong>la</strong>nes, programas, y en <strong>la</strong> aplicación <strong>de</strong> <strong>la</strong> política <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />

forestal sustentable.<br />

El Sistema <strong>de</strong> Educación Media Superior (SEMS) <strong>de</strong> <strong>la</strong> Universidad <strong>de</strong><br />

Guada<strong>la</strong>jara (U<strong>de</strong>G), forma a los estudiantes con un enfoque social, humanista, en<br />

competencias pertinentes para <strong>la</strong> vida y para <strong>la</strong> integración a un mundo globalizado.<br />

Contribuimos a <strong>la</strong> generación <strong>de</strong> conocimientos, <strong>la</strong> difusión <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura y <strong>la</strong> vincu<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>s<br />

regiones don<strong>de</strong> el SEMS tiene presencia.<br />

El Bosque La primavera l APFFLP se localiza en <strong>la</strong> zona <strong>de</strong> confluencia <strong>de</strong> dos<br />

provincias florísticas, <strong>la</strong> Sierra Madre Occi<strong>de</strong>ntal y Sierras Meridionales o Eje Neovolcánico<br />

Transversal. Estas provincias florísticas pertenecen a <strong>la</strong> Región Mesoamericana <strong>de</strong> Montaña, en<br />

<strong>la</strong> que se unen <strong>la</strong>s Regiones Biogeográficas Neártica y Neotropical. La ubicación geográfica <strong>de</strong><br />

esta ANP influye en su diversidad vegetal.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!