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TEMA 5 - Grado de Historia del Arte UNED

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ARTE CONTENPORÁNEO AL MARGEN DE OCCIDENTE<br />

<strong>TEMA</strong> 5: ESTRATEGIAS DE RESISTENCIA<br />

Marcial Alfonso Sosa<br />

La revisión <strong>de</strong> la teoría crítica <strong>de</strong>be apoyarse en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la diferencia cultural y no <strong>de</strong> la diversidad cultural. La<br />

diversidad cultural, es la cultura como objeto <strong>de</strong> conocimiento, es el reconocimiento <strong>de</strong> contenidos y usos<br />

ya dados que da origen a i<strong>de</strong>as liberales <strong>de</strong> multiculturalismo, intercambio cultural o cultura <strong>de</strong> la humanidad.<br />

El concepto <strong>de</strong> diferencia cultural, por el contrario, se concentra en el problema <strong>de</strong> la ambivalencia <strong>de</strong> la autoridad<br />

cultural.<br />

Bhabha intenta explicar una experiencia i<strong>de</strong>ntitaria que va más allá <strong>de</strong> nuestras representaciones porque lo que está en<br />

juego es la naturaleza performativa <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s diferenciales, la negociación y regulación <strong>de</strong> esos<br />

“espacios” que se están abriendo continuamente. La diferencia no <strong>de</strong>be ser comprendida con la lógica <strong>de</strong> la<br />

suma, sino como un componente que altera el cálculo.<br />

5.1.- LA CONSTRUCCIÓN DE ESTEREOTIPOS<br />

Bhabha en “El lugar <strong>de</strong> la cultura” trata <strong>de</strong> mostrar cómo las proyecciones, usos,<br />

instrumentalizaciones, <strong>de</strong>seos, construcción <strong>de</strong> estereotipos... que el colonizador/dominador arroja sobre el<br />

colonizado/dominado no son sino un retrato constante <strong>de</strong>l mismo dominador y, al mismo tiempo, una operación<br />

<strong>de</strong> nombrar la diferencia que cuestiona el discurso colonial cada vez. Por todo ello, el primer concepto repensado<br />

por Bhabha será el <strong>de</strong>l Estereotipo.<br />

• Leer el capítulo <strong>de</strong> Homi Bhabha titulado “La otra pregunta. El estereotipo, la discriminación y el discurso <strong>de</strong>l colonialismo” en el libro “El<br />

lugar <strong>de</strong> la cultura” (páginas 91- 110)<br />

Priscilla Monge con sus Boomerangs con insultos, expresa como la construcción <strong>de</strong>l estereotipo siempre<br />

vuelve a quien lo construye y es a él a quien interroga.<br />

La función <strong>de</strong>l estereotipo es la <strong>de</strong> crear fijezas sobre el otro que marcarán las diferencias culturales, históricas y<br />

raciales en el discurso <strong>de</strong>l colonialismo. El estereotipo se consolida como la corroboración compulsiva <strong>de</strong><br />

conceptos. Va a <strong>de</strong>latar una inseguridad constante en la relación colono/colonizado que necesita una confirmación,<br />

una ratificación necesaria para certificar la diferencia colonial cada vez, <strong>de</strong>lata una incertidumbre que<br />

constantemente ha <strong>de</strong> ser superada.<br />

Chen Chieh-Jen, con su obra Lingchi. Ecos <strong>de</strong> una fotografía histórica, nos pue<strong>de</strong> ayudar a<br />

enten<strong>de</strong>r mejor el pensamiento <strong>de</strong> Bhabha. El Lingchi (la <strong>de</strong>smembración <strong>de</strong>l cuerpo) se tradujo en Occi<strong>de</strong>nte<br />

como “tortura china” o “suplicio <strong>de</strong> los diez mil cortes”. El conocimiento <strong>de</strong> esta práctica se divulgó en Europa a<br />

principios <strong>de</strong>l siglo XX. La difusión <strong>de</strong> estas imágenes en libros y a través <strong>de</strong> postales jugó un papel clave en la<br />

interpretación que Occi<strong>de</strong>nte realizó <strong>de</strong> China. Si bien los occi<strong>de</strong>ntales se aferraban a estas imágenes sádicas para<br />

conformar su visión peyorativa <strong>de</strong> China, olvidaban contradictoriamente que hasta 1814 habían existido castigos<br />

similares, como por ejemplo el <strong>de</strong>scuartizamiento, en países supuestamente más civilizados como Inglaterra.<br />

Chen prefirió recrearse en filmar el rostro <strong>de</strong>l anónimo fotógrafo y las efigies pétreas e inexpresivas <strong>de</strong>l público<br />

asistente a la tortura para <strong>de</strong> este modo ilustrar las relaciones entre el consi<strong>de</strong>rado centro y la supuesta<br />

periferia a lo largo <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> la historia ortodoxa, cuyo discurso excluye los relatos escritos<br />

en los bor<strong>de</strong>, su i<strong>de</strong>a fue añadir dos cabezas a la imagen para <strong>de</strong>mostrar que no había una interpretación única.<br />

• Leer el capítulo titulado “El cuerpo <strong>de</strong> los con<strong>de</strong>nados” en el libro “Vigilar y castigar” <strong>de</strong> Michel Foucault (Madrid, Siglo XXI,<br />

1998).


• Lectura crítica <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> Susana Sanz Giménez en su Tesis Doctoral titulada “El cuerpo y la mirada como metáfora social en el<br />

arte contemporáneo taiwanés: Chen Chieh-Jen”.<br />

• Análisis <strong>de</strong> las imágenes que recibimos diariamente <strong>de</strong> los países árabes a partir <strong>de</strong>l vi<strong>de</strong>o <strong>de</strong> Al Fadhil.<br />

La Ambivalencia es otro <strong>de</strong> los conceptos centrales <strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong> Bhabha. En la medida en que<br />

se reconozca la ambivalencia <strong>de</strong>l estereotipo se compren<strong>de</strong>rá también uno <strong>de</strong> los cimientos <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r colonial. El cual <strong>de</strong>svela la relación entre el discurso y la política: esa “otredad” que es a la vez un objeto <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>seo y <strong>de</strong> irrisión, una articulación <strong>de</strong> la diferencia contenida <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la fantasía <strong>de</strong> origen y <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad.<br />

Revela los límites <strong>de</strong>l discurso colonial y permite una trasgresión <strong>de</strong> esos límites <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el espacio <strong>de</strong> esa otredad.<br />

5.2.- LA MÍMESIS<br />

La operación <strong>de</strong> resistencia ni siquiera es resultado <strong>de</strong> una acción coordinada <strong>de</strong> los sometidos, sino un<br />

reclamo <strong>de</strong> la autoridad colonial que acabará por volverse en su contra: La Mímesis.<br />

La Mímesis tiene lugar cuando el colonizador, queriendo reformar, civilizar y normalizar al Otro, le interpela a<br />

adoptar sus formas, i<strong>de</strong>ales, valores, etc... Ese otro se <strong>de</strong>svelará, entonces, como una copia, lo que Bhabha ha<br />

expresado como “casi lo mismo pero no exactamente”.<br />

• Leer el capítulo <strong>de</strong> Bhabha titulado “El mimetismo y el hombre” en las páginas 111 a 119 <strong>de</strong> “El lugar <strong>de</strong> la cultura”.<br />

El Otro, mimetizado, acabará por <strong>de</strong>svelar una vez más la ambivalencia <strong>de</strong> lo que siendo igual no consigue<br />

ser exactamente lo mismo. Así la autoridad colonial se apropia <strong>de</strong>l Otro, regulando, disciplinando su alteridad pero,<br />

al mismo tiempo, el colonizado se convierte en el signo <strong>de</strong> lo inapropiado, y asi proyecta una amenaza<br />

inmanente <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r colonial, tanto sobre el saber “normalizado” como sobre los po<strong>de</strong>res disciplinados. Por eso el<br />

mimetismo, si bien es alienante para el colonizado también lo es para el colonizador puesto que produce un<br />

nuevo saber, una nueva i<strong>de</strong>ntidad, un nuevo lugar <strong>de</strong> la cultura a partir <strong>de</strong> sus propias normas <strong>de</strong><br />

civilización. Este nuevo sujeto se convierte en doble móvil, <strong>de</strong>sestabiliza la i<strong>de</strong>ntidad inicial y los valores mismos<br />

que trata <strong>de</strong> enarbolar. La mímesis no es sino el paso previo <strong>de</strong> la hibridación, primero i<strong>de</strong>ntitaria, para luego<br />

ocupar “el lugar <strong>de</strong> la cultura”. El mimetismo, como fetiche, es un objeto parcial que revalúa radicalmente<br />

los conocimientos normativos <strong>de</strong> la prioridad <strong>de</strong> raza, escritura, historia. El fetiche imita las formas <strong>de</strong> la autoridad<br />

hasta el punto en que las <strong>de</strong>sautoriza. El mimetismo rearticula la presencia en términos <strong>de</strong> su “otredad”, aquélla<br />

que reniega.<br />

En ese “no exactamente igual” está la clave <strong>de</strong> un minimal o <strong>de</strong> un conceptual “pervertidos” en el territorio<br />

latinoamericano con unas connotaciones políticas que les han dado un lugar propio y diferenciado en el mapa<br />

artístico internacional.<br />

Cildo Meireles plantea una inversión crítica <strong>de</strong> los ready-ma<strong>de</strong>s duchampianos que, cuestionando<br />

nuevamente la asimilación <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> arte a su objetualidad, trata <strong>de</strong> incidir políticamente sobre el<br />

espacio <strong>de</strong> la vida cotidiana. Concibió el Projeto Coca-Cola, Intento por insertar contra información <strong>de</strong><br />

contenido político en un objeto comercial. Mientras la apropiación <strong>de</strong>sinteresada y aséptica <strong>de</strong> las Brillo Box<br />

por Andy Warhol suscitaba la pregunta por la naturaleza <strong>de</strong>l arte, Meireles se encontraba por el contrario más<br />

interesado en la posibilidad <strong>de</strong> inci<strong>de</strong>ncia sobre un contexto específico, para lo que se sirvió también <strong>de</strong> un objeto<br />

real, en este caso las botellas <strong>de</strong> Coca-Cola, pero no para situarlo en el espacio <strong>de</strong> la galería con el fin <strong>de</strong><br />

estimular la reflexión contemplativa, sino para intervenirlo antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>volverlo a los circuitos <strong>de</strong> distribución y<br />

circulación ordinarios. Meireles sobreim presionaba en las botellas el mensaje «YANKEES GO HOME», que<br />

aludía a la relación <strong>de</strong>l capital comercial con el mantenimiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r mediante la técnica <strong>de</strong> la guerra en Vietnam, al<br />

tiempo que con<strong>de</strong>naba la dictadura brasileña sostenida por el apoyo estadouni<strong>de</strong>nse. El proyecto contemplaba la<br />

posibilidad <strong>de</strong> que el consumidor pudiera modificar el contenido <strong>de</strong> los mensajes <strong>de</strong>l envase antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>volverlo a la<br />

circulación, con lo que se incentivaba la acción y no solo la asunción <strong>de</strong> contenidos ya pre<strong>de</strong>finidos por el<br />

artista. Las calcomanías eran realizadas con tinta blanca vitrificada, solo legible cuando la botella estaba llena, lo


que favorecía la no <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> las proclamas.<br />

Algo parecido pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r con el minimal. A pesar <strong>de</strong> la poética estricta y aún dogmática <strong>de</strong> sus orígenes,<br />

el minimalismo ha tenido más importancia como influencia generalizada que como escuela. Aparece un<br />

mimetismo <strong>de</strong>l lenguaje minimal como estrategia para romper su primer discurso y <strong>de</strong> esa manera po<strong>de</strong>r cargarlo<br />

políticamente. El lo que ves es sólo lo que ves <strong>de</strong> Frank Stella se ha pervertido en: Lo que ves ya no es sólo lo que<br />

ves. La poética que utilizan es ortodoxa pero se muestra subvertida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro sin negar sus marcos<br />

formales. Esa es la estrategia <strong>de</strong>l mimetismo, “especialidad” <strong>de</strong> la cultura latinoamericana con su<br />

capacidad <strong>de</strong> apropiarse y resignificar los mo<strong>de</strong>los culturales euronorteamericanos. Las premisas autoritarias y<br />

colonizadoras son así <strong>de</strong>sajustadas, reelaborando sentidos, <strong>de</strong>formando el original y generando revisiones en el<br />

trance paródico <strong>de</strong> la copia. Todo ello conlleva la <strong>de</strong>construcción antieurocéntrica <strong>de</strong> la autorreferencia <strong>de</strong> los<br />

mo<strong>de</strong>los dominantes y, más allá, <strong>de</strong> todo mo<strong>de</strong>lo cultural.<br />

Cildo Meireles en su obra Cruzeiro do Sul habla <strong>de</strong> una región mítica que no aparece en los mapas,<br />

llamada Cruzeiro do Sul, aludiendo al exterminio indígena durante la colonización portuguesa y<br />

española. La obra es un minúsculo cubo <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra hecho <strong>de</strong> pino y <strong>de</strong> encina <strong>de</strong> roble que contiene, según el<br />

artista, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la dimensión <strong>de</strong> energía contenida en un cuerpo mínimo. Para los Tupis la encina y el pino son<br />

árboles sagrados porque la fricción entre ellos era capaz <strong>de</strong> producir el fuego. Meireles explica esta obra:<br />

Este trabajo hace referencia a una región llamada Bico do Papagaion(...). Un día mi padre recibió un<br />

telegrama <strong>de</strong> un pastor <strong>de</strong>nunciando una masacre en la región. Mi padre fue enviado para allá para hacer un informe<br />

administrativo. Cuando llegó, acabó involucrándose en la causa, lo que acabó hasta afectando a su carrera. Él<br />

<strong>de</strong>scubrió que la masacre era la segunda contra un mismo grupo <strong>de</strong> indios. La primera había ocurrido unos quince<br />

años antes, realizada por un grupo <strong>de</strong> terratenientes li<strong>de</strong>rados por Raimundo Soares. Ese grupo <strong>de</strong> hacen<strong>de</strong>ros<br />

estaba interesado en las tierras indígenas Se reunieron y alquilaron un avión para sobrevolar la región <strong>de</strong> la al<strong>de</strong>a<br />

arrojando ropa infectada: guerra bacteriológica. En cuatro días la población fue reducida <strong>de</strong> cuatro mil a<br />

cuatrocientos habitantes. De los que sobraron, la mitad enloqueció, salió andando, o se volvió alcohólica. Mi<br />

padre <strong>de</strong>scubrió que hubo un primer crimen y luego un segundo. Cuando hizo pública esta historia<br />

transformó la investigación administrativa en policial llevando al responsable al Tribunal. El tipo fue juzgado,<br />

con<strong>de</strong>nado y, por primera vez en Brasil, alguien fue con<strong>de</strong>nado por matar un indio. Cruzeiro do Sul tenía<br />

como objetivo hablar <strong>de</strong> eso. La táctica <strong>de</strong> mostrar lo pequeño ante lo inmenso es también una manera <strong>de</strong><br />

engran<strong>de</strong>cer su fuerza. El precario cubo funciona como signo <strong>de</strong> lo local, como espacio <strong>de</strong> con<strong>de</strong>nsación <strong>de</strong> una<br />

energía que contiene en sí misma la <strong>de</strong>nsidad peligrosa <strong>de</strong>l fuego: el potencial <strong>de</strong> otra cultura, <strong>de</strong> otra forma <strong>de</strong><br />

conocimiento que <strong>de</strong>safía a la occi<strong>de</strong>ntal y a sus espacios <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, incluido el museo.<br />

Fátima Martini, en Hamacas, vuelve a utilizar un lenguaje formal perfectamente minimal y perfectamente<br />

cargado. La hamaca, un objeto <strong>de</strong> uso universal, que fue conocida por los europeos a través <strong>de</strong> sus primeros<br />

contactos con indígenas americanos <strong>de</strong> Las Antillas, es un utensilio con significados ambivalentes: por un lado, es<br />

usado por los ejércitos y por los excursionistas <strong>de</strong> todo el mundo; por otro, refiere al ámbito <strong>de</strong> sus orígenes<br />

asociado al trópico y a un <strong>de</strong>terminado ambiente cultural. En la instalación, Martini construye esas hamacas a partir<br />

<strong>de</strong> largas tiras <strong>de</strong> fotografías <strong>de</strong> aborígenes actuales en el Paraguay. Parece que siempre, inevitablemente,<br />

tenemos que <strong>de</strong>scansar en el estereotipo.<br />

José Antonio Hernán<strong>de</strong>z Díez presentaba una instalación, Diez, In God We Trust, en la que una<br />

estructura piramidal proyectaba imágenes <strong>de</strong> los saqueos que se produjeron en 1989 en Venezuela que<br />

estaban ligados a las medidas neoliberales <strong>de</strong>l gobierno y que éste se empeñó en censurar para impedir el<br />

contagio <strong>de</strong> manera que pudieron verse más exhaustivamente fuera <strong>de</strong>l país. La estructura piramidal se asocia


inmediatamente con la figura que aparece en el billete americano <strong>de</strong> un dólar y con el ojo omnipresente <strong>de</strong> Dios.<br />

Dios y la corporación actuando como uno solo frente a la masa indignada.<br />

1989. Mientras en Berlín cae el muro, en Venezuela se producen actos <strong>de</strong> brutal vandalismo. Mientras aquí el<br />

límite se convierte en un recuerdo para tener un trofeo que mostrar a los amigos, allá el límite implica arriesgar la<br />

vida para cargar una nevera. Aquí, con la caída <strong>de</strong>l muro, una sociedad pue<strong>de</strong> reconciliarse consigo misma,<br />

como rogaban que ocurriera los canónicos <strong>de</strong>l neoexpresionismo alemán. Allá la fecha quedó inscrita en la<br />

<strong>de</strong>finitiva ruptura con el orgullo <strong>de</strong> ser una nación petrolera: la miseria puesta al <strong>de</strong>snudo ante los ojos <strong>de</strong> un<br />

mundo que volvía a imponer un nuevo or<strong>de</strong>n global.<br />

5.3.- Y POR FIN...LA HIBRIDEZ<br />

Para conservar sus relatos, el discurso occi<strong>de</strong>ntal requiere <strong>de</strong> modos <strong>de</strong> discriminación que no serán posibles sin<br />

la escisión entre el colono y sus bastardos; el yo y sus dobles, don<strong>de</strong> la huella <strong>de</strong> lo que es sometido a la renegación no<br />

es reprimido sino repetido como algo diferente; una imitación, un híbrido, en palabras <strong>de</strong> Bhabha. La<br />

hibri<strong>de</strong>z, en un primer momento, revela la discriminación y la diferencia, las impurezas frente a las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s puras:<br />

Es el producto principal <strong>de</strong> la dominación y termina por convertirse en una perturbación que se sintomatiza en la<br />

incapacidad <strong>de</strong>l colono para explicar al otro.<br />

La hibri<strong>de</strong>z pone en crisis el propio discurso colonial, <strong>de</strong> la autoridad, <strong>de</strong> manera que los saberes hasta ahora<br />

negados, entran <strong>de</strong> forma imparable, en el discurso dominante. Privados <strong>de</strong> su plena presencia, los saberes <strong>de</strong><br />

la autoridad cultural, pue<strong>de</strong>n ser articulados con formas <strong>de</strong> saberes “nativos” o enfrentados con estos sujetos<br />

discriminados que <strong>de</strong>ben gobernar pero ya no pue<strong>de</strong>n representar. Esto pue<strong>de</strong> llevar a cuestionar la autoridad<br />

que las autorida<strong>de</strong>s ya no pue<strong>de</strong>n sostener Artur Barrio con su obra El Libro <strong>de</strong> Carne ayuda a<br />

enten<strong>de</strong>rlo mejor. La obra sustituye al texto, la letra y el discurso por pura carne. Barrio está superando el texto,<br />

sustituyéndolo por la carnalidad y la corporalidad, está también cuestionando el conocimiento cuyo medio <strong>de</strong><br />

transmisión occi<strong>de</strong>ntal fundamental es el libro. Es sólo la historia escrita la que se consi<strong>de</strong>ra historia para la<br />

tradición occi<strong>de</strong>ntal. Lo <strong>de</strong>más sólo se consi<strong>de</strong>ra, como mucho, objeto <strong>de</strong> estudio. No sería <strong>de</strong>l todo temerario<br />

situar esta pieza en una crítica a la epistemología occi<strong>de</strong>ntal.<br />

Homi Bhabha se interesa por el momento “fuera <strong>de</strong> la frase”. Cómo ese estar fuera es el síntoma <strong>de</strong> la<br />

incapacidad <strong>de</strong>l semiólogo occi<strong>de</strong>ntal para contener la experiencia <strong>de</strong> otra cultura. La sola presencia <strong>de</strong> la alteridad<br />

cuestiona la teoría, la semiología o el alcance <strong>de</strong>l propio lenguaje porque su presencia va más allá <strong>de</strong> la<br />

experiencia racional conocida y por eso, por quedar fuera, cuestiona sus estructuras.<br />

A principios <strong>de</strong>l siglo XIX comienzan a repartirse por la India Biblias traducidas a los diversos idiomas hablados<br />

en el país. Convertir a los indios al Cristianismo no sólo sería una cuestión <strong>de</strong> fe, <strong>de</strong> compromiso católico, sino<br />

también una cuestión <strong>de</strong> buscar entre los nativos nuevos aliados, traductores, maestros y mediadores que les<br />

ayudaran a la labor colonizadora, “verda<strong>de</strong>ros civiles” dispuestos a producir otros civiles. Los nativos que<br />

reinterpretan la Biblia, que realizan una “mala traducción” <strong>de</strong> ésta, con sus preguntas o cuestionamientos<br />

durante la colonización, (pues siendo vegetarianos se horrorizan con el hecho <strong>de</strong> comerse el cuerpo<br />

<strong>de</strong> Cristo y beberse su sangre), en realidad están planteando un “espacio otro” para las negociaciones<br />

<strong>de</strong> la autoridad cultural: ni el nativo, ni el inglés, sino el colonial. Tanto los colonialistas como los nacionalistas<br />

habrían intentado silenciar este espacio colonial híbrido, este espacio “separado”, un espacio <strong>de</strong> separación<br />

(menos que uno y doble) ya que podía poner en duda sus pretensiones <strong>de</strong> origen y pureza, cuando es<br />

precisamente como una separación <strong>de</strong> los orígenes y esencias que este espacio colonial es construido.


ARTE CONTENPORÁNEO AL MARGEN DE OCCIDENTE<br />

Marcial Alfonso Sosa<br />

IMÁGENES DEL <strong>TEMA</strong> 5<br />

Lámina 1.- Priscilla Monge, Boomerangs, 1996.<br />

Lámina 2.- Chen Chieh-Jen, Lingchi. Ecos <strong>de</strong> una fotografía histórica.


ARTE CONTENPORÁNEO AL MARGEN DE OCCIDENTE<br />

Marcial Alfonso Sosa<br />

Lámina 6.- Cildo Meireles, Projeto Coca Cola, 1970<br />

Lámina 7.- Cildo Meireles, Cruzeiro do Sul, 1970<br />

Láminas 8 y 9.- Fátima Martini, Hamacas, 1996.


ARTE CONTENPORÁNEO AL MARGEN DE OCCIDENTE<br />

Marcial Alfonso Sosa<br />

Lámina 10.- José Antonio Hernán<strong>de</strong>z, Díez, In God We Trust, 1991<br />

Lámina 11.- Artur Barrio, Libro <strong>de</strong> carne, 1979.

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