CAPÍTULOS - El CRISTO, Instructor de humanidades
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Calvario<br />
LA DESPEDIDA<br />
Llegó por fin la tar<strong>de</strong> en que según los rituales <strong>de</strong> ley <strong>de</strong>bían comer el cor<strong>de</strong>ro pascual, y el<br />
Maestro quiso celebrar esa cena sólo con sus Doce discípulos íntimos. Eran ellos los<br />
fundamentos <strong>de</strong> su escuela <strong>de</strong> amor fraterno, <strong>de</strong> su escuela <strong>de</strong> vida en común, sin egoísmos, sin<br />
intereses, una perfecta hermandad, don<strong>de</strong> ninguno era mayor ni menor, sino que todos tenían<br />
iguales <strong>de</strong>beres e idénticos <strong>de</strong>rechos.<br />
Fue elegido para ésto, el cenáculo <strong>de</strong> la mansión adquirida por María <strong>de</strong> Mágdalo para<br />
hospedaje <strong>de</strong> los peregrinos venidos <strong>de</strong> Galilea.<br />
Myriam se trasladó allí don<strong>de</strong> se encontraba su hijo, a fin <strong>de</strong> celebrar aquellos ritos <strong>de</strong> ley en<br />
compañía <strong>de</strong> sus familiares y amigos venidos con ella <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Nazareth.<br />
Así que todo estuvo preparado, el Maestro entró al cenáculo con sus Doce y ocupó la cabecera<br />
<strong>de</strong> la mesa. Cuando se vio ro<strong>de</strong>ado por ellos, mandó cerrar las puertas y quitándose el manto,<br />
se dirigió a la piscina <strong>de</strong> las abluciones que se hallaba en un ángulo <strong>de</strong>l pavimento. Llenó un<br />
lebrillo, se puso la toalla en el brazo y acercándose a Pedro se arrodilló ante él.<br />
<strong>El</strong> buen hombre se puso <strong>de</strong> pie <strong>de</strong> un salto y con azoramiento infantil le dijo:<br />
-¡Maestro!... mi Señor, ¿qué haces?<br />
-Es mi postrera enseñanza -le contestó el Maestro-. Siéntate Pedro y déjame que lave tus pies,<br />
para que sepáis y os acordéis toda vuestra vida, <strong>de</strong> que el mayor ha <strong>de</strong> ser el servidor <strong>de</strong> los<br />
más débiles y pequeños.<br />
"Así lo haréis vosotros en memoria mía".<br />
Pedro obe<strong>de</strong>ció, pero sus ojos claros se inundaron <strong>de</strong> llanto, y sus lágrimas al rodar <strong>de</strong> su<br />
rostro caían silenciosas sobre las manos <strong>de</strong>l Maestro que le lavaba y le secaba los pies.<br />
Igualmente lo hizo así con los <strong>de</strong>más discípulos que en extremo conmovidos empezaban a<br />
compren<strong>de</strong>r que algo así como el Juicio <strong>de</strong> Dios se cernía sobre ellos.<br />
Zebeo y Juan lloraban como dos niños, que temieran algo que ellos mismos no sabían precisar.<br />
¿Qué significaba aquello?. En razón <strong>de</strong> su poca edad, Juan fue el último e inclinándose al oído<br />
<strong>de</strong>l Maestro le preguntó con su voz sollozante:<br />
-¿Por qué nos afliges así, Maestro? ¿quieres <strong>de</strong>cirnos con esto que estamos manchados <strong>de</strong><br />
culpa?.<br />
http://elcristoes.net/calvario.htm (2 <strong>de</strong> 32) [14/04/2004 20:47:17]