morelia - La Voz de Michoacán

LA VOZ DE MICHOACÁN Miércoles, 14 de noviembre de 2012 23A
OPINIÓN
JAQUE MATE
Rico
canadiense
SERGIO SARMIENTO
“Un buen gobierno es buena
política”
RICHARD J. DALEY
Toronto, Canadá.- Este pasado
mes de julio, mientras los canadienses
festejaban Canada
Day, la fiesta nacional del país, un
artículo del periódico Globe and
Mail de Toronto apuntaba que los
canadienses eran ya más ricos que
los estadounidenses. El artículo citaba
un estudio de la empresa Environics
que apuntaba que el patrimonio
neto de las familias canadienses
(activos menos deuda) alcanzaba
una cifra de 363,202 dólares de Estados
Unidos contra 319,970 de las familias
estadounidenses.
La noticia llevó a mucha celebración
y a muchas dudas de los
comentaristas económicos y políticos
de Canadá y de los Estados
Unidos. Los comentaristas de izquierda
en los Estados Unidos
apuntaron que la mayor riqueza
de sus vecinos era producto del
“socialismo” canadiense, mientras
que los conservadores respondieron
que era una consecuencia de
que Canadá sigue manteniendo
mayores libertades de inversión
que la Unión Americana
en campos, como
el petróleo. La
verdad, como siempre,
es más compleja.
Para empezar, el
mayor patrimonio
neto de las familias
canadienses es principalmente
consecuencia del fortalecimiento
del dólar canadiense
en los últimos años y de que los
precios de las casas no cayeron
tanto como en Estados Unidos a
partir de la crisis de 2008. La economía
canadiense tuvo un tropiezo
importante en 2009, cuando
cayó 2.77 por ciento, pero tuvo
una recuperación razonablemente
rápida, 3.21 por ciento en
2010 y 2.46 por ciento en 2011, debido
a la mejor situación de los
bancos canadienses en comparación
con los estadounidenses.
Las cifras del Fondo Monetario
Internacional sí muestran una mejor
situación de la economía canadiense
que la estadounidense. El
producto interno bruto per cápita
nominal de Canadá alcanzó en
2011 el décimo lugar del mundo
con 50,496 dólares por persona,
por encima de Estados Unidos
que, con un PIB per cápita de
48,328 dólares, se encontraba en el
lugar 14. Pero si es verdad que los
Canadá ha tenido
mejores políticas
ante la crisis,
entre ellas una
mayor austeridad
financiera
canadienses tienen hoy una mayor
producción que los estadounidenses,
también es cierto que los bienes
y servicios cuestan más en Canadá
que en Estados Unidos. Esto
significa que si el PIB se ajusta por
paridad de poder de compra, las
cifras del FMI se revierten: Canadá
baja al lugar 16 con 40,519 dólares
ajustados mientras que Estados
Unidos, el paraíso de los compradores
por tener la economía más
abierta del mundo, sube a la sexta
posición con 48,328 dólares.
Canadá ha tenido mejores políticas
para enfrentar la crisis, entre
ellas una mayor austeridad financiera
y mejores regulaciones.
También es cierto que estas buenas
políticas se han mantenido a
pesar de que Canadá cuenta con
un aparato de redistribución del
ingreso, a través de programas como
el de su sistema de salud, que
es realmente universal, bastante
más costoso que el de Estados
Unidos. Por otra parte, Canadá no
gasta la enorme cantidad de dinero
que la Unión Americana en su
aparato militar. Esto deja más dinero
para programas sociales.
Una de las razones de que la
economía de Canadá
ha mantenido
una buena posición
es su riqueza
mineral. La producción
de petróleo
de Canadá está
al alza en un momento
en que limitaciones
ambientales han golpeado
la producción de energéticos
en Estados Unidos.
Es muy fácil argumentar que la
situación relativamente cómoda
de Canadá en un momento de crisis
internacional es producto de tal
o cual ideología. Pero no es verdad.
La estabilidad de Canadá sí demuestra,
sin embargo, que un país
bien administrado podrá dotar de
un mejor nivel de vida a sus gobernados
y que tendrá dinero suficiente
para financiar programas
sociales que permiten una mejor
redistribución de la riqueza.
Comex y los Achar
La familia Achar empezó de la nada
para construir Comex. Hoy la
empresa ha sido comprada por la
estadounidense Sherwin-Williams
por 2,340 millones de dólares.
Habrá quien critique la venta,
pero en una economía globalizada
parece ser una buena decisión.
Twitter: @sergiosarmient4
Son ya muchos los años que
han transcurrido, desde que
los mexicanos han esperado
para tener un mejor país; para tener
una nación con oportunidades
para todos, con aquella idea de
Morelos que pugnaba por moderar
la opulencia y la pobreza.
Sexenios van y sexenios vienen,
y las cosas en lugar de mejorar, han
ido de mal en peor. Por supuesto que
no quiero retrotraerme a aquellos
años de la lucha independentista.
No, sólo quiero partir desde la época
alemanista, que marcó la transición
entre los gobiernos de militares a los
de civiles, en la que se instaló un régimen
que se vanagloriaba en que
dejaría el pasado de los militares y
que con los civiles al mando, hombres
más preparados, nos abriríamos
camino hacia la modernidad y
la industrialización.
Pero lo que ocurrió, fue que resultó
un gobierno depredador, que se caracterizó
por la desbordada corrupción
que permitió que la camarilla al
frente del gobierno se dedicara a hacer
todas las sinvergüenzazas posibles
con objeto de enriquecerse de
una manera no vista hasta entonces.
Las faltas cometidas se agravan,
cuando además se hacen con escándalo,
y este fue el caso de la proclividad
de Alemán por las mujeres, como
en el caso de aquella belleza brasileña,
Leonora Amar. Hubo otras con las
que se ligó e incluso tuvo hijos, situaciones
que Doña Beatriz, su esposa,
tuvo que soportar de manera estoica.
Bueno es recordar que vivíamos
entonces en un régimen antidemocrático
y autoritario. No podríamos decir
que al final de ese sexenio, el país se industrializó;
lo que si se logró, y vaya de
que manera, fue devastar al campo,
anulando al sistema ejidal y llevando
a cabo reformas reaccionarias que permitieron
la interposición del amparo
en materia agraria; se incrementó la
superficie de la pequeña propiedad, lo
que dio pie al neo-latifundismo. A los
campesinos los convirtió, de nuevo,
en peones del campo.
López Mateos, otro abogado, resultó
un mal Presidente, que tendrá
que cargar con la culpa de haber reprimido
a los ferrocarrileros y que su
admirable líder, Demetrio Vallejo
fuera encarcelado por muchos años.
Sin duda, el delito más grave, de
López Mateos, fue haber mandado
matar a un líder campesino morelense,
Rubén Jaramillo, a quien previamente
le había dado un abrazo en
público para sellar la paz; por esto, el
Entre la espera
y la esperanza
(PRIMERA DE DOS PARTES)
DR. RAÚL CASTELLANO
crimen tiene la agravante de la traición.
Xochicalco fue el escenario de
ese crimen proditorio, en que también
su esposa del líder, embarazada,
fue víctima de las balas asesinas.
Para compararse con el Presidente
Cárdenas, de ilustre memoria,
trató de que comulgáramos con una
rueda de molino, como fue el discurrir
que había expropiado la industria
eléctrica, cosa que es totalmente
falsa. López Mateos, en toda su pequeñez,
no simpatizaba con el General
Cárdenas, al grado de que impidió
que hiciera un vuelo a Cuba, en
los primeros años de la Revolución
contra Batista, para dar apoyo a Fidel
y, de paso, enviar un mensaje al Gobierno
de los Estados Unidos. Esto
concordaba con la inclinación reaccionaria
de López Mateos.
Su logro más sobresaliente fue su
dedicación a viajar continuamente y,
sobre todo, a coleccionar amantes
por doquier, a cambio de migajas, y
de hacer ostentación de su carácter
de “Don Juan” y conquistador. Su
Secretario Particular, y hombre influyente
de ese sexenio, el michoacano
de La Piedad, Humberto , “El Chi-
no” Romero, hombre
de buen humor, incapaz
de dejar de hacer
un chiste, aunque tuviera
consecuencias
negativas para él, decía
que el Presidente, por
las mañanas, le preguntabainvariablemente:
“Humberto, ¿qué nos toca
hoy, viaje o vieja?.
Gustavo Díaz Ordaz, abogado
también, llegó al poder y desde un
principio mostró su faceta de intolerante
y autoritario, tuvo su mejor
oportunidad de mostrarse tal cual
era, al reprimir de la manera más violenta
posible, el movimiento estudiantil
del 68, con la masacre de centenares
estudiantes y ciudadanos, en
la Plaza de Tlaltelolco, en una acción
criminal premeditada, en la que participó
aquella siniestra “Brigada
Blanca”, hecho que marcó un parteaguas
en la vida nacional. Díaz Ordaz,
con una descarada arrogancia,
se responsabilizó de lo ocurrido.
En cuanto a mujeres y escándalos
se refiere, todo mundo se enteró de su
relación con una cantante chiapaneca,
Irma Serrano, quien en un ataque de
ira, lesionó al Presidente en un ojo.
A ese innombrable Presidente lo
sucedería un burócrata que fue ascendiendo
en la escala política hasta
el más alto cargo, como los anterio-
Sexenios van y
sexenios vienen, y
las cosas en lugar
de mejorar en
México, han ido
de mal en peor
res, gracias al dominio absoluto del
Partido Político en el poder.
Luis Echeverría, abogado también,
fue otro mandatario autoritario y
violento, siempre dispuesto a utilizar
el garrote contra el pueblo, como quedó
demostrado con la golpiza y muerte
de algunos estudiantes politécnicos.
Echeverría se vistió de izquierdista
que se distinguió por haber impuesto
a sus colaboradores el uso de la
guayabera, el agua fresca en las fiesta
y los equipales en su casa y, en realidad,
fue solamente un demagogo exacerbado,
que llevó al país a la ruina.
La tarea iniciada por Echeverría,
de arruinar al país, fue secundada de
manera muy eficaz, por su sucesor,
el brillante abogado, José López Portillo,
quien desperdició su inteligencia,
al grado que la obra destructiva
de ambos, que llevó al país a la bancarota,
fue bautizada por la gente, como
“la docena trágica”.
Este Presidente nos hizo creer
que tendríamos que acostumbrarnos
a administrar la abundancia, y
que esta beneficiaría a todos los mexicanos.
Pronto su afirmación caería
como plomo en el agua, y México vi-
viría una época difícil,
que lo llevó a llorar
en la Cámara de
Diputados y clamar
que nos habían robado
y que defendería
el peso como un perro.
Lo único cierto,
fue la gran devaluación
que causó estragos a todos los
niveles, y provocó la desconfianza
de los inversionistas.
No tuvo empacho para restregarnos
su descarada confesión de
que su hijo “era el orgullo de su nepotismo”.
Proclive también a las
“damas” y al escándalo, tampoco lo
tuvo para nombrar a una de sus
amantes como miembro de su gabinete,
y en sus giras, dejarse acariciar
en las reuniones de trabajo, por una
guapa fotógrafa que lo seguía.
No se trata aquí de dar lecciones
de moralismo, sino de hablar
de hombres que no tuvieron la
grandeza para representar con dignidad
y respetar su investidura.
¿Por qué el escándalo? Me parece
una actitud muy cretina, el esperar
a ocupar tan alto cargo, para actuar
con tanta torpeza y descaro.
Si hacemos un examen a fondo
de todos estos sexenios, ¿ hay en
alguno de ellos acciones de gran
envergadura, como era de esperar?
Me parece que no.