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La recepción crítica como réplica del mensaje literario. Una revisión ...

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AulestiA (2011)<br />

56<br />

cóncava tampoco puede ser impedida<br />

<br />

de lector, de manera explícita, parecen<br />

no preocuparse de un receptor o incluso<br />

pretenden excluir su posible público por<br />

medio de las estratagemas utilizadas”<br />

<br />

Más a<strong>del</strong>ante declara que “el concepto de<br />

lector implícito pone a la vista las estructuras<br />

<br />

<br />

vago y poco puntual, e Iser parece reticente a<br />

<br />

queda claro que, para llegar a hacerse una idea<br />

de este Lector Implícito que cumple un rol propio,<br />

es necesario distinguir entre lo que Iser llama<br />

“estructura <strong>del</strong> texto y estructura <strong>del</strong> acto”.<br />

Es decir que, así <strong>como</strong> los rasgos de estilo<br />

<br />

la obra misma, el lector, en la operación paralela<br />

que su función <strong>como</strong> tal exige, esto es, en el<br />

acto de la lectura, se construye desde unos prin-<br />

<br />

rol, el cual, por tanto, “se determina <strong>como</strong> una<br />

estructura <strong>del</strong> texto y <strong>como</strong> una estructura <strong>del</strong><br />

<br />

Así pues, la discusión sobre si el lector es<br />

empírico o ideal pasa a un segundo plano, pues<br />

el Lector Implícito es una función emanada de<br />

la estructura <strong>del</strong> texto. Lo que queda claro es<br />

<br />

entre texto y lector, posibilitada por su “común<br />

horizonte de referencias”. <strong>La</strong> estructura <strong>del</strong> texto<br />

“obliga a tomar un punto de mira” al lector,<br />

que, una vez limitado, implicado por la perspectiva<br />

que la estructura <strong>del</strong> texto le propone,<br />

puede funcionar <strong>como</strong> Lector Implícito: “Estructura<br />

<strong>del</strong> texto y estructura <strong>del</strong> acto <strong>del</strong> rol de<br />

lector dependen, por tanto, muy estrechamente”<br />

<br />

Cada lectura individual es una actualización<br />

de las estructuras <strong>del</strong> texto, mediante representaciones,<br />

que corresponde a la estructura <strong>del</strong><br />

acto mismo de leer. Esta correspondencia limita<br />

el número de lecturas posibles a unas cuantas<br />

legítimas (las que están garantizadas por la estructura,<br />

en su doble dimensión de texto y de<br />

<br />

que desecha las lecturas subjetivas, parciales e<br />

impertinentes: Iser aclara que, “…. si toda actualización<br />

es una ocupación determinada de la<br />

estructura <strong>del</strong> Lector Implícito, entonces esta<br />

cesible<br />

intersubjetivamente la <strong>recepción</strong> indivi-<br />

<br />

<br />

una función co-relativa a la organización textual,<br />

en la que se concentran, potencialmente,<br />

la totalidad de posibilidades interpretativas pertinentes,<br />

admisibles por la estructura <strong>del</strong> texto.<br />

<br />

<br />

<strong>La</strong> exposición teórica de Umberto Eco sobre<br />

el lector, recogida en su libro Lector in fabula<br />

<br />

se puede comentar o tratar de esclarecer. Sus<br />

ideas sobre el problema son, asimismo, más amplias<br />

y organizadas, aunque, en lo substancial,<br />

no se apartan demasiado de las de Riffaterre y,<br />

sobre todo, de Iser. Pero <strong>como</strong> Eco parte, inversamente<br />

con respecto a sus colegas, desde el<br />

exterior <strong>del</strong> texto, desde su comprensión <strong>como</strong><br />

elemento de un proceso de comunicación, cuen-<br />

ces<br />

al momento de ocuparse <strong>del</strong> lector <strong>como</strong><br />

destinatario <strong>del</strong> <strong>mensaje</strong>.<br />

Para Eco, el texto (que es o contiene el <strong>mensaje</strong>,<br />

según se vea) brota de un emisor y llega a<br />

un receptor que, para comprender y responder<br />

adecuadamente al <strong>mensaje</strong>, tiene que poner en<br />

marcha una estrategia interpretativa basada en<br />

competencias, es decir, en capacidades adquiridas<br />

para alcanzar ese objetivo. <strong>La</strong> lectura o<br />

interpretación <strong>del</strong> texto es por tanto una <strong>réplica</strong><br />

pertinente a una propuesta comunicativa.<br />

Tanto Iser <strong>como</strong> Riffaterre encuentran muchos<br />

obstáculos y muestran no pocas vacilaciones<br />

al proponer la inclusión <strong>del</strong> receptor <strong>como</strong><br />

elemento funcional en la estructura <strong>del</strong> texto.<br />

Esto se produce porque parten, para su análi-

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