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La recepción crítica como réplica del mensaje literario. Una revisión ...

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AnuArio de lA universidAd internAcionAl seK (2011), 12: 53 - 59<br />

<strong>réplica</strong><br />

-<br />

<br />

<br />

Carlos Aulestia Páez 1<br />

1 Facultad de Comunicación, Universidad Internacional SEK, Quito, Ecuador.<br />

Palabras clave <br />

Recepción<br />

literaria, autor,<br />

lector, lector<br />

mo<strong>del</strong>o,<br />

archilector,<br />

lector implícito,<br />

Riffaterre, Iser,<br />

Eco.<br />

Keywords Abstract<br />

Literary<br />

reception, author,<br />

reader, mo<strong>del</strong><br />

reader,<br />

archilector,<br />

implicit reader,<br />

Riffaterre, Iser,<br />

Eco<br />

Correspondencia: carlos.aulestia@uisek.edu.ec<br />

Introducción<br />

<br />

es profundizar en el manejo de los conceptos de<br />

Archilector, Lector Implícito y Lector Mo<strong>del</strong>o,<br />

que, a pesar de haberse propuesto en ámbitos<br />

teóricos distintos y haberse empleado con objetivos<br />

dispares, constituyen avances tanto teó-<br />

El debate teórico acerca <strong>del</strong> rol que cumple el receptor en el <strong>mensaje</strong> <strong>literario</strong> ha dado<br />

lugar a numerosas posturas que, en algunos teóricos, constituyen puntos fundamentales<br />

en su obra y su pensamiento. Tres de ellos, Michel Riffaterre, Wolfgang Iser y<br />

Umberto Eco, son los especialistas que con mayor rigor teórico han asumido la tarea<br />

de explicar en qué consiste la función <strong>del</strong> lector en la obra literaria y cuál es la naturaleza<br />

de esta función. Es posible sostener que hay entre ellos conexiones que autorizan<br />

<br />

sus preocupaciones. Esta investigación busca abordar los conceptos fundamentales<br />

de cada autor, de manera que, mediante la confrontación de sus discursos, se pueda<br />

obtener un visión sintética y <strong>crítica</strong> que sostenga la propuesta de plantear la lectura<br />

literaria <strong>como</strong> una operación esencialmente activa, propia de un lector competente.<br />

The theoretical debate about the receptor role in the literary message has given rise<br />

to the expression of many view points, which for some theorists represents the fundamental<br />

points on which they base their work and thinking. Three of them, Michel<br />

Riffaterre, Wolfgang Iser and Umberto Eco, are the specialists, who with much theoretical<br />

rigor, have assumed the task of explaining the reader function in literary work<br />

and describing its nature. This investigation seeks to elaborate on the fundamental<br />

concepts of each author, in such away that, through the confrontation of their various<br />

discourses, a synthetic and critical vision could be obtained which supports the proposal<br />

of establishing literary reading as an operation which is essentially active, and<br />

<br />

ricos <strong>como</strong> metodológicos en la comprensión<br />

<strong>del</strong> fenómeno de la lectura <strong>crítica</strong> considerada<br />

<strong>como</strong> una respuesta, reacción o <strong>réplica</strong> al texto.<br />

<strong>La</strong> intención es revisar adecuadamente las<br />

propuestas de Michel Riffaterre, Wolfgang Iser<br />

y Umberto Eco sobre el lector <strong>como</strong> elemento<br />

activo <strong>del</strong> acto <strong>literario</strong>.<br />

53


AulestiA (2011)<br />

<br />

Para cumplir con el propósito señalado, confrontaremos<br />

fragmentos determinados de los libros<br />

Essais de stylistique structurale<br />

Michel Riffaterre, Der Akt des Lesens. Theorie<br />

ästhetischer Wirkung<br />

y Lector in fabula 1 , con<br />

<br />

teóricas sobre los diversos conceptos de lector<br />

que cada uno de estos especialistas desarrolla.<br />

<br />

analítico que permitirá elaborar un juicio crítico<br />

sobre los alcances e implicaciones de sus propuestas.<br />

Resultados<br />

Recepción <strong>del</strong> <strong>mensaje</strong> poético<br />

<strong>La</strong> noción <strong>del</strong> receptor que se recoge de las<br />

ideas de estos teóricos (Archilector, Lector<br />

Ideal, Lector Mo<strong>del</strong>o) es, en los tres casos,<br />

de<br />

y maneja ciertos elementos esenciales en la<br />

estructura textual, lo cual posibilita su interpretación<br />

y la emisión de un <strong>mensaje</strong> que se con-<br />

<strong>réplica</strong>. No se trata en ninguno de<br />

los casos de un lector pasivo, irresoluto frente al<br />

texto, sino, por el contrario, de un tipo de receptor<br />

que, mediante su interpretación, propone,<br />

<br />

<strong>del</strong> texto. El conocimiento, límites y posibilidades<br />

de aplicación de estos conceptos es, pues,<br />

esencial <strong>como</strong> requisito para asumir la lectura<br />

de un clase de <strong>mensaje</strong> abierta y plurisémica,<br />

<strong>como</strong> la obra literaria.<br />

El “Archilector”, resultado <strong>del</strong> registro y la<br />

suma de juicios críticos<br />

Michel Riffaterre, teórico francés adscrito a<br />

tendencia <strong>crítica</strong> de la estilística, tiene el mérito<br />

<br />

el receptor <strong>del</strong> <strong>mensaje</strong> <strong>literario</strong> <strong>como</strong> un elemento<br />

gravitante en la estructura <strong>del</strong> texto; y,<br />

a partir de sus razonamientos, haber empleado<br />

esta noción por vez primera, tanto en el sustento<br />

teórico de sus ideas <strong>como</strong> en su aplicación a un<br />

54<br />

análisis concreto. En su libro Ensayos de estilística<br />

estructural <br />

Archilector, que maneja <strong>como</strong> una herramienta<br />

metodológica concreta cuya utilidad consiste<br />

en determinar en el texto los ‘hechos de estilo’<br />

sobresalientes, necesarios para la comprensión<br />

de la estructura de la obra. Parte para ello de la<br />

convicción de la extrema importancia que supone<br />

el lector <strong>como</strong> receptor <strong>del</strong> <strong>mensaje</strong>. “En<br />

primer lugar, sostiene, el fenómeno poético, por<br />

<br />

poema, sino también todo el acto de comunica-<br />

<br />

El receptor reconstruye, por medio de la lectura,<br />

el <strong>mensaje</strong> poético, a partir de los “componentes<br />

característicos” de la poesía, que son<br />

cendentales<br />

en tanto se oponen a las contingencias<br />

formales, cuyo objetivo es llamar la atención<br />

y suscitar impresiones poéticas en el lector.<br />

“… procedimientos de esta índole tienen en<br />

principio un rasgo en común: estar calculados<br />

para suscitar reacciones <strong>del</strong> lector, aun a pesar<br />

de la evolución <strong>del</strong> código, aún a pesar de los<br />

<br />

Hay, por tanto, una ‘programación’, un ‘cálculo’<br />

que se mantiene sobre los rasgos circunstanciales<br />

y que controla las posibles reacciones<br />

que el texto es capaz de originar. Este control<br />

consiste en la distribución, sobre la estructura<br />

-<br />

miento<br />

pertinente al poema debe revisar, en un<br />

primer momento, las interpretaciones y juicios<br />

concretos que se han emitido sobre el texto, y<br />

que conforman un discurso integral atribuible a<br />

una unidad abstracta denominada Archilector,<br />

elemento múltiple y heterogéneo que recoge<br />

distintos puntos de vista de sujetos diferentes,<br />

y señala, en la secuencia verbal, los segmentos<br />

textuales que suscitan reacciones o efectos poéticos,<br />

los llamados ‘hechos de estilo’.<br />

<br />

sí es el “testimonio objetivo de la realidad de


AnuArio de lA universidAd internAcionAl seK (2011), 12: 53 - 59<br />

un contacto”. Esta realidad, esta concreción, es<br />

visible porque aparece explícita en los textos de<br />

lectura <strong>crítica</strong>, que evidencian la reacción frente<br />

a los rasgos estilísticos y semánticos dispuestos<br />

por el autor para llamar la atención, en la lectura,<br />

sobre los sentidos <strong>del</strong> texto. El Archilector<br />

<br />

implica una ventaja metodológica.<br />

Como herramienta <strong>del</strong> análisis estilístico, el<br />

Archilector existe real y objetivamente en los<br />

textos críticos, documentos que consignan las<br />

<br />

por tanto <strong>como</strong> una suma de juicios registrados<br />

<br />

<strong>del</strong> texto que mayor importancia estilística y semántica<br />

tienen:<br />

Cada punto <strong>del</strong> texto que hace detenerse<br />

al Archilector es considerado, hasta que<br />

dispongamos de un informe más amplio,<br />

<strong>como</strong> componente de la estructura poética,<br />

ya que la experiencia indica que esta<br />

clase de unidades (los rasgos de estilo)<br />

son siempre notadas por varios informa-<br />

<br />

<strong>La</strong> estética de la <strong>recepción</strong>. Iser y el Lector Implícito<br />

El alemán Wolgang Iser, uno de los autores más<br />

representativos de la llamada Estética de la Recepción,<br />

es el inventor <strong>del</strong> concepto de Lector<br />

camente<br />

más exacto y útil que otros similares,<br />

entre ellos el Archilector de Riffaterre. Iser empieza<br />

su exposición sobre el Lector Implícito<br />

estableciendo algunos antecedentes importantes<br />

en los intentos teóricos por aclarar la función<br />

<strong>del</strong> receptor <strong>del</strong> <strong>mensaje</strong> <strong>literario</strong>. Examina pues<br />

varios “tipos de lectores” que considera “construcciones<br />

que sirven para la formulación de los<br />

<br />

su intención es <strong>crítica</strong>, el primer objetivo claro<br />

de Iser es hallar los defectos de formulación o<br />

aplicación de estos conceptos:<br />

Tipos prominentes son, por tanto, el lector<br />

ideal, así <strong>como</strong> el lector de época,<br />

aunque una invocación directa de ellos<br />

frecuentemente se produce con reservas<br />

porque le primero está afectado por la<br />

sospecha de ser una mera construcción y<br />

el otro, aunque existente, es difícil de que<br />

sea concebido <strong>como</strong> construcción nece-<br />

<br />

<br />

Este fragmento es esencial para comprender<br />

la propuesta de Iser. “En general, los mencionados<br />

tipos de lectores se diferencian en que en<br />

unos se destaca más la construcción, en otros<br />

<br />

se trata de encontrar un concepto en el que<br />

ambos aspectos (el empírico y el conceptual)<br />

produzcan una unidad de análisis equilibrada y<br />

completa.<br />

Sobre el Archilector de Riffaterre, Iser<br />

formadores’<br />

que siempre se encuentran conver-<br />

<br />

de atestiguar en la coincidencia de reacciones la<br />

existencia de un hecho estilístico”. Así, el Archilector<br />

“es un ‘concepto-test’ para reconocer<br />

los rasgos estilísticos”.<br />

<br />

los conceptos antecesores de su teoría, bien<br />

considerándolos totalmente desdeñables, bien<br />

resaltando sus características positivas, para<br />

proponer su Lector Implícito.<br />

El rol <strong>del</strong> lector. Lector Implícito<br />

Ya en la enunciación de los fundamentos <strong>del</strong><br />

<br />

de importancia metodológica esencial: “Es re-<br />

-<br />

<br />

marcada en el texto a través de un repertorio de<br />

señales”.<br />

ción,<br />

que, en contraste con la claridad de sus<br />

ideas acerca de otros tipos de lectores, parece<br />

vaga y poco precisa:<br />

“…el concepto de lector implícito describe<br />

una estructura <strong>del</strong> texto en la que<br />

el receptor siempre está ya pensado de<br />

antemano, y la ocupación de esta forma<br />

55


AulestiA (2011)<br />

56<br />

cóncava tampoco puede ser impedida<br />

<br />

de lector, de manera explícita, parecen<br />

no preocuparse de un receptor o incluso<br />

pretenden excluir su posible público por<br />

medio de las estratagemas utilizadas”<br />

<br />

Más a<strong>del</strong>ante declara que “el concepto de<br />

lector implícito pone a la vista las estructuras<br />

<br />

<br />

vago y poco puntual, e Iser parece reticente a<br />

<br />

queda claro que, para llegar a hacerse una idea<br />

de este Lector Implícito que cumple un rol propio,<br />

es necesario distinguir entre lo que Iser llama<br />

“estructura <strong>del</strong> texto y estructura <strong>del</strong> acto”.<br />

Es decir que, así <strong>como</strong> los rasgos de estilo<br />

<br />

la obra misma, el lector, en la operación paralela<br />

que su función <strong>como</strong> tal exige, esto es, en el<br />

acto de la lectura, se construye desde unos prin-<br />

<br />

rol, el cual, por tanto, “se determina <strong>como</strong> una<br />

estructura <strong>del</strong> texto y <strong>como</strong> una estructura <strong>del</strong><br />

<br />

Así pues, la discusión sobre si el lector es<br />

empírico o ideal pasa a un segundo plano, pues<br />

el Lector Implícito es una función emanada de<br />

la estructura <strong>del</strong> texto. Lo que queda claro es<br />

<br />

entre texto y lector, posibilitada por su “común<br />

horizonte de referencias”. <strong>La</strong> estructura <strong>del</strong> texto<br />

“obliga a tomar un punto de mira” al lector,<br />

que, una vez limitado, implicado por la perspectiva<br />

que la estructura <strong>del</strong> texto le propone,<br />

puede funcionar <strong>como</strong> Lector Implícito: “Estructura<br />

<strong>del</strong> texto y estructura <strong>del</strong> acto <strong>del</strong> rol de<br />

lector dependen, por tanto, muy estrechamente”<br />

<br />

Cada lectura individual es una actualización<br />

de las estructuras <strong>del</strong> texto, mediante representaciones,<br />

que corresponde a la estructura <strong>del</strong><br />

acto mismo de leer. Esta correspondencia limita<br />

el número de lecturas posibles a unas cuantas<br />

legítimas (las que están garantizadas por la estructura,<br />

en su doble dimensión de texto y de<br />

<br />

que desecha las lecturas subjetivas, parciales e<br />

impertinentes: Iser aclara que, “…. si toda actualización<br />

es una ocupación determinada de la<br />

estructura <strong>del</strong> Lector Implícito, entonces esta<br />

cesible<br />

intersubjetivamente la <strong>recepción</strong> indivi-<br />

<br />

<br />

una función co-relativa a la organización textual,<br />

en la que se concentran, potencialmente,<br />

la totalidad de posibilidades interpretativas pertinentes,<br />

admisibles por la estructura <strong>del</strong> texto.<br />

<br />

<br />

<strong>La</strong> exposición teórica de Umberto Eco sobre<br />

el lector, recogida en su libro Lector in fabula<br />

<br />

se puede comentar o tratar de esclarecer. Sus<br />

ideas sobre el problema son, asimismo, más amplias<br />

y organizadas, aunque, en lo substancial,<br />

no se apartan demasiado de las de Riffaterre y,<br />

sobre todo, de Iser. Pero <strong>como</strong> Eco parte, inversamente<br />

con respecto a sus colegas, desde el<br />

exterior <strong>del</strong> texto, desde su comprensión <strong>como</strong><br />

elemento de un proceso de comunicación, cuen-<br />

ces<br />

al momento de ocuparse <strong>del</strong> lector <strong>como</strong><br />

destinatario <strong>del</strong> <strong>mensaje</strong>.<br />

Para Eco, el texto (que es o contiene el <strong>mensaje</strong>,<br />

según se vea) brota de un emisor y llega a<br />

un receptor que, para comprender y responder<br />

adecuadamente al <strong>mensaje</strong>, tiene que poner en<br />

marcha una estrategia interpretativa basada en<br />

competencias, es decir, en capacidades adquiridas<br />

para alcanzar ese objetivo. <strong>La</strong> lectura o<br />

interpretación <strong>del</strong> texto es por tanto una <strong>réplica</strong><br />

pertinente a una propuesta comunicativa.<br />

Tanto Iser <strong>como</strong> Riffaterre encuentran muchos<br />

obstáculos y muestran no pocas vacilaciones<br />

al proponer la inclusión <strong>del</strong> receptor <strong>como</strong><br />

elemento funcional en la estructura <strong>del</strong> texto.<br />

Esto se produce porque parten, para su análi-


AnuArio de lA universidAd internAcionAl seK (2011), 12: 53 - 59<br />

sis, <strong>del</strong> propio texto <strong>como</strong> objeto de estudio en<br />

sí, para el que tratan de hallar correspondencias<br />

teóricas que involucren al lector. Mas si, <strong>como</strong><br />

en Eco, es todo el sistema de comunicación en el<br />

que se inscribe un texto lo que debe observarse<br />

<strong>como</strong> objeto, entonces se comprende fácilmente<br />

bio<br />

de reacciones en el que tanto valor teórico<br />

tiene la noción de Emisor (o autor) <strong>como</strong> la de<br />

Receptor (o lector), entre los cuales el objeto de<br />

intercambio que genera la lectura interpretativa<br />

es el <strong>mensaje</strong>, el texto.<br />

cados<br />

Según Eco, “un texto, tal <strong>como</strong> aparece en su<br />

-<br />

<br />

destinatario debe actualizar”. <strong>La</strong> naturaleza <strong>del</strong><br />

ber<br />

sido concebido para generar una actualización.<br />

Sólo cuando se cumple esta condición el<br />

proceso culmina. Eco sostiene que, “en la medida<br />

en que debe ser actualizado, un texto está<br />

<br />

Es obvio que el nivel más elemental de comunicación<br />

que se pone en marcha cuando el<br />

texto circula es posible gracias al contacto entre<br />

emisor y destinatario sobre la base de un código<br />

que les permita comprenderse. El lector, al descifrar<br />

el <strong>mensaje</strong>, debe, pues, contar con un conjunto<br />

de conocimientos básicos que le permitan<br />

operar los mecanismos que el <strong>mensaje</strong> plantea.<br />

“… todo <strong>mensaje</strong> postula una competencia gra-<br />

<br />

El texto funciona entonces <strong>como</strong> un artefacto<br />

<br />

solicitan la activación de una serie de señales<br />

estructurales que generan <br />

tamente<br />

en la estructura textual, sino que son<br />

sugeridos <strong>como</strong> posibilidades de actualización,<br />

esto es, no están presentes sino en la potencialidad<br />

de la lectura. Es decir que el texto funciona<br />

<strong>como</strong> huella de una ausencia:<br />

… un texto se distingue de otros tipos de<br />

expresiones por su mayor complejidad. El<br />

motivo principal de esta complejidad es<br />

precisamente el hecho de que está plagado<br />

de elementos no dichos <br />

<br />

<br />

pero precisamente son esos elementos no dichos<br />

los que deben recuperarse en la etapa de actualización<br />

<strong>del</strong> contenido. “Para ello, un texto (con<br />

mayor fuerza que cualquier otro tipo de <strong>mensaje</strong>)<br />

requiere ciertos movimientos cooperativos,<br />

activos y conscientes, por parte <strong>del</strong> lector” (Eco,<br />

<br />

Frente al concepto de Lector Mo<strong>del</strong>o, las<br />

perspectivas teóricas que tanto Riffaterre <strong>como</strong><br />

Iser asumen para plantear sus teorías resultan<br />

notablemente superadas, pues Eco considera<br />

al texto <strong>como</strong> un elemento comunicativo que,<br />

por su propia naturaleza, se comporta <strong>como</strong> un<br />

mecanismo generador de sentidos que exige una<br />

operación interpretativa. No se puede, por tanto,<br />

hablar de sentido sin hablar de interpretación;<br />

es decir, no hay <strong>mensaje</strong> sin receptor ni texto<br />

sin lector.<br />

El Lector Mo<strong>del</strong>o, núcleo de la estrategia textual<br />

Eco sugiere comparar el proceso comunicativo<br />

de la escritura-lectura con un juego o una partida<br />

en la que los oponentes diseñan estrategias<br />

de competencia para vencer al contrincante.<br />

“En toda estrategia (…) el estratega se plantea<br />

ganizar<br />

su estrategia textual, un autor debe remitirse<br />

a “una serie de competencias (expresión<br />

más amplia que “conocimiento de los códigos”)<br />

capaces de dar contenido a las expresiones que<br />

<br />

prever un Lector Mo<strong>del</strong>o, capaz de cooperar en<br />

la actualización textual de la manera prevista<br />

por él y de moverse interpretativamente, igual<br />

que él se ha movido generativamente” (Eco,<br />

tor,<br />

corresponde otro de lector, el cual, <strong>como</strong><br />

Lector Mo<strong>del</strong>o, ya ha sido imaginado <strong>como</strong><br />

oponente.<br />

Sin embargo, esta postulación <strong>del</strong> contrincante<br />

efectuada por el autor es de suyo parcial<br />

e hipotética; no está acabada, pues en la partida


AulestiA (2011)<br />

misma los movimientos <strong>del</strong> lector, en la medida<br />

en que se van concretado, colaboran en su<br />

consolidación <strong>como</strong> idea de oponente previsto:<br />

“Por un lado, el autor presupone la competencia<br />

de su Lector Mo<strong>del</strong>o; por otro, en cambio,<br />

la instituye”. De esta manera, imaginar el co-<br />

<br />

presuponer que exista, sino también “mover el<br />

texto para construirlo. Un texto no sólo se apoya<br />

sobre una competencia: también contribuye<br />

<br />

Así pues, “la noción de interpretación supone<br />

siempre una dialéctica entre la estrategia<br />

<strong>del</strong> autor y la respuesta <strong>del</strong> Lector Mo<strong>del</strong>o”<br />

<br />

de la estrategia que constituye el universo de<br />

sus interpretaciones, si no legítimas, por lo<br />

menos legitimables. Dentro <strong>del</strong> sistema de<br />

comunicación que supone el actor creativo<br />

y su correspondiente interpretación, Emisor<br />

y Destinatario tienen sobre todo una importancia<br />

funcional, pues “están presentes en el<br />

texto no <strong>como</strong> polos de acción de la enunciación,<br />

sino <strong>como</strong> papeles actanciales <strong>del</strong> enunciado”;<br />

es decir, están inscritos en el propio<br />

<strong>mensaje</strong> y pueden ser rastreados, leídos en él<br />

<br />

El Autor Mo<strong>del</strong>o <strong>como</strong> <strong>del</strong>imitación de la lectura<br />

<strong>La</strong>s distintas formas de expresión mediante las<br />

cuales el autor se hace visible buscan despertar<br />

en el Lector Mo<strong>del</strong>o la capacidad intelectual<br />

de compartir el <strong>mensaje</strong> propuesto “cooperan-<br />

<br />

es imprescindible que se sintonicen de alguna<br />

manera las competencias <strong>del</strong> autor y las <strong>del</strong><br />

lector: “Naturalmente, para realizarse <strong>como</strong><br />

Lector Mo<strong>del</strong>o, el lector empírico tiene ciertos<br />

brar<br />

con la mayor aproximación posible los có-<br />

<br />

que existe un emisor que plantea esta reacción<br />

competente, se puede hablar de un Autor Mo<strong>del</strong>o<br />

<strong>como</strong> hipótesis interpretativa mediante la<br />

cual el sujeto de una estrategia textual aparece<br />

“tal <strong>como</strong> el texto mismo lo presenta”, y se<br />

<br />

<br />

58<br />

<strong>del</strong>o<br />

depende de determinadas huellas textuales,<br />

pero también involucra al universo que<br />

está detrás <strong>del</strong> texto, detrás <strong>del</strong> destinatario y,<br />

probablemente, también ante el texto y ante el<br />

proceso de cooperación (en el sentido de que di-<br />

<br />

<br />

nes<br />

en otras dos de sus más importates obras:<br />

Los límites de la Interpretacón (1988) y Seis paseos<br />

por los bosques narrativos (1996).<br />

Discusión<br />

Oposición y complementariedad de los diferentes<br />

‘lectores’<br />

<strong>La</strong> <strong>revisión</strong> de los conceptos de Archilector,<br />

Lector Implícito y Lector Mo<strong>del</strong>o es útil en la<br />

medida en que ayuda a comprender de forma<br />

amplia la evolución de la ideas sobre las relaciones<br />

entre el lector y la obra. Entre éstas, y<br />

<strong>como</strong> un rasgo común que debe resaltarse en<br />

las tres teorías, se destaca la idea de que tanto<br />

el Archilector <strong>como</strong> el Lector Implícito y el<br />

Lector Mo<strong>del</strong>o no tienen mayor importancia en<br />

su dimensión empírica o concreta. El individuo<br />

lector con nombre y apellido es tan solo una realización<br />

circunstancial que idealmente ha sido<br />

construida de antemano en la obra misma y por<br />

las intenciones <strong>del</strong> autor. Eco propone el interesante<br />

concepto de Autor Mo<strong>del</strong>o para reforzar<br />

esta propuesta.<br />

Se piensa que estas nociones se pueden apli-<br />

<br />

una operación propia <strong>del</strong> lector competente, al<br />

cual se puede considerar, en su momento, Archilector<br />

o Lector Mo<strong>del</strong>o. En la medida en que<br />

existe una suma de juicios críticos de diversos<br />

autores que convergen y llaman la atención sobre<br />

ciertos temas, procedimientos, fórmulas, re-<br />

<br />

puede hablar <strong>del</strong> Archilector de esta obra. Si lo<br />

que se busca son las estrategias textuales que ha<br />

aplicado un autor para estructurar su obra, y que<br />

generan sentidos que deben ser actualizados por<br />

una lectura estratégica interpretativa basada en<br />

competencias diversas, se puede hacer referencia<br />

al Lector Mo<strong>del</strong>o de esa obra.


AnuArio de lA universidAd internAcionAl seK (2011), 12: 53 - 59<br />

Se cree que el concepto de Lector Implícito,<br />

por su naturaleza conceptual y su complicada<br />

aplicación práctica, no es tan adaptable al trabajo<br />

<strong>del</strong> lector crítico, si bien lo puede ser en<br />

otro tipo de lecturas. Además, muchas de las<br />

<br />

<strong>del</strong> fenómeno son reelaboradas por Eco desde<br />

una perspectiva práctica que hace que adquieran<br />

mayor valor metodológico.<br />

<strong>La</strong> respuesta canónica. <strong>La</strong> lectura <strong>como</strong> operación<br />

crítico-propositiva<br />

<strong>Una</strong> vez relacionados los conceptos de Archilector<br />

y Lector Mo<strong>del</strong>o con la lectura <strong>crítica</strong>, se<br />

sostiene que ésta constituye una respuesta <strong>del</strong><br />

lector competente y que, en determinadas circunstancias,<br />

puede llegar a convertirse en un<br />

<br />

un juicio crítico o interpretativo estable.<br />

Se considera que, en la medida en que el<br />

conocimiento de estos discursos implica una<br />

competencia determinante en el conjunto de habilidades<br />

que el lector crítico debe poseer, éste<br />

puede plantearse <strong>como</strong> un Lector Mo<strong>del</strong>o que<br />

ofrece una lectura propositiva (no redundante) y<br />

una interpretación novedosa, una reacción pertinente<br />

tanto frente a la obra de estudio <strong>como</strong> a los<br />

juicios que sobre ella se han emitido. Este principio<br />

pretende sustentar la propuesta de considerar<br />

líneas de lectura que han sido eludidas<br />

o poco consideradas por los discursos críticos<br />

establecidos. En este sentido, es posible generar<br />

interpretaciones que diferirán de la <strong>crítica</strong>, de<br />

acuerdo con un análisis basado en criterios teóricos<br />

y metodológicos propios <strong>del</strong> lector competente<br />

<strong>como</strong> Lector Mo<strong>del</strong>o. Lo que se busca, por<br />

tanto, es una interpretación <strong>del</strong> texto más amplia<br />

<br />

será, para utilizar el término de Eco, cooperar<br />

con la obra <strong>del</strong> autor y colaborar en su necesaria<br />

actualización.<br />

Bibliografía<br />

1. Lector in fabula: la<br />

cooperación interpretativa en el texto narrativo<br />

2. ___________ (1988). Los límites de la Interpretación<br />

3. <br />

<br />

4. El acto de leer: teoría<br />

<strong>del</strong> efecto estético. Madrid: Taurus.<br />

5. Ensayos de estilística<br />

estructural<br />

59

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