8 - DGCS UNAM - Universidad Nacional Autónoma de México

IISUE AHUNAM Colección Manuel Gutiérrez Paredes 2876.
describe el ánimo de los manifestantes:
Pueblo mexicano: puedes ver cómo no somos unos vándalos
ni unos rebeldes sin causa, como se nos ha tachado con
extraordinaria frecuencia. Puedes darte cuenta que nuestro
silencio, un silencio impresionante, un silencio conmovedor
[es] un silencio que expresa nuestro sentimiento y a la vez
nuestra indignación. 9
Cuando la columna llegó al Zócalo a las siete de la noche,
un grito ensordecedor salió de la multitud: “¡México, libertad!
¡México, libertad!”. El último contingente de la marcha ingresó
a la plaza dos horas más tarde.
Durante el mitin tres oradores tomaron la palabra. El primero,
un estudiante de Chihuahua, expresó: “No nos afectan los
tanques, las injurias, ni la represión. La historia pondrá en
su sitio a cada cual […] el intransigente es el gobierno que
pretende discutir los problemas del pueblo de espaldas al
pueblo.” 10
Luego tocó el turno a una estudiante de la UNAM, Roberta
Avendaño, La Tita, representante de la Facultad de Derecho
en el CNH, que exclamó: “La lucha es por la democracia y
la vigencia de la Constitución, eso significa el cumplimiento
del pliego petitorio. El artículo 145 del Código Penal es un
instrumento de represión política que atenta contra las
garantías individuales […]”. 11
Por último Eduardo Valle, El Búho, representante de la
Escuela Nacional de Economía del Poli sentenció: “Esta
marcha del silencio es la respuesta a la injusticia. Pueden
todavía desatar la más brutal de las represiones, pero ya
no nos doblegarán, no nos pondrán de rodillas. Hemos
comenzado la tarea de hacer un México justo, porque la
libertad la estamos ganando todos los días”. 12
Era notoria la sensación de júbilo y de ánimo entre los
manifestantes quienes, al concluir el mitin, cerca de las diez
de la noche, se retiraron ordenadamente. La salida del Zócalo
se hizo como si fuera una segunda manifestación, plena de
combatividad y esperanzas. 13
Cuando algunos asistentes volvieron al estacionamiento
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del Museo de Antropología se encontraron
con que agentes del gobierno
armados con metralletas —“jóvenes
no identificados, de pelo corto, ropas
negras y tenis”— 14 habían destrozado
sus automóviles, quizá como una
reacción de impotencia frente a una
manifestación pacífica.
La Manifestación del Silencio
constituyó uno de los actos más
significativos y simbólicos del
movimiento estudiantil de 1968
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