8 - DGCS UNAM - Universidad Nacional Autónoma de México

(aunque la prensa le restó importancia,
con una cobertura limitada), 15 cuyo efecto
sociopolítico entre sus participantes fue
estimulante, porque vivían en un escenario
desolador, permeado de intimidaciones y
de una previsible brutalidad.
Los estudiantes demostraron, sin
duda, la validez de su voluntad de
diálogo, en especial si se confronta con
la intolerancia de Díaz Ordaz mostrada
en su informe del 1º de septiembre,
cuyo formato, que no permitía la
menor interpelación, era la antítesis
IISUE AHUNAM Colección Manuel Gutiérrez
Paredes 2892.
de tal actitud. Además, la trascendencia histórica
de este hecho demuestra que el silencio también
puede ser un medio efectivo de negociación:
El silencio es la condición de posibilidad para que
algo sea escuchado. Si no hay silencio la significación
de la palabra se pierde, queda tan sólo el ruido de la
voz, la vociferación […] no es el tiempo muerto en
el ejercicio de la palabra: es el puente que permite
pasar de una palabra a la otra, es el espacio de la
reflexión, es la fuerza dinámica que entrega su fuerza
a la significación. 16
El Estado respondió con violencia, de modo que la
destrucción de los automóviles fue sólo una advertencia
de lo que ocurriría después. La obstinación por ejercer
un poder aplastante, un control absoluto de la expresión
y la organización ciudadana se evidencia con las
ocupaciones militares de la Ciudad Universitaria y del
Casco de Santo Tomás del IPN, el 18 y 23 de septiembre,
respectivamente, y, en última instancia, con la masacre
del 2 de octubre en Tlatelolco.
El gobierno decidió reprimir al Movimiento, porque en
su lógica política, la muestra de conciencia y disciplina
exhibida por los estudiantes el 13 de septiembre
era la mayor amenaza latente que se le enfrentaba.
Una fuerza social cohesionada y actuante con
lineamientos políticos de oposición, potencialmente
estaba destruyendo los mecanismos de control
corporativo del sistema, y esa amenaza tenía que ser
destruida. De manera explícita o intuitiva, el gobierno
interpretó que para él era mucho más peligroso el
avance logrado en las filas del Movimiento, la unidad,
la conciencia y la disciplina de los estudiantes, que los
enfrentamientos y la violencia que se podía derivar de
la represión y las provocaciones de la policía. 17
Estas palabras, de un dirigente del movimiento estudiantil
que marcó un parteaguas en la historia de México, se
convirtieron en la premisa de una reflexión social.
Mientras que en varios países del Cono sur se han
revisado a la luz del Derecho los excesos ejercidos por las
dictaduras militares, y se han iniciado los castigos a los
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