Número 2 - Año 2.005 - Colegio Reinado Corazón de Jesús
Número 2 - Año 2.005 - Colegio Reinado Corazón de Jesús
Número 2 - Año 2.005 - Colegio Reinado Corazón de Jesús
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
26<br />
N o s o t r o s L o s A l u m n o s<br />
Jóvenes Periodistas<br />
Cuento Navi<strong>de</strong>ño: El día más Feliz<br />
Érase una vez en un pueblo<br />
pequeño, muy bonito,<br />
en el que nevaba mucho<br />
en invierno. Los niños<br />
jugaban a hacer muñecos<br />
y a tirarse bolas unos a<br />
otros para ver quién era el que duraba más tirando<br />
bolas a los otros niños.<br />
Estos niños cuando llegaba<br />
la nieve, se ponían<br />
muy contentos porque<br />
pronto podrían escribir<br />
la carta <strong>de</strong> los Reyes<br />
Magos, y así se podían pedir todos los juguetes que<br />
<strong>de</strong>seaban o que habían visto durante el año.<br />
En ese pueblo había<br />
una niña muy buena.<br />
Ella no quería juguetes<br />
lo que <strong>de</strong>seaba con toda<br />
su alma era un papá y<br />
una mamá, porque sus<br />
padres se habían muerto en un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> coche,<br />
cuando ella era muy pequeñita.<br />
Viaje a La Prehistoria<br />
Era otro día más <strong>de</strong> colegio... otro frío día <strong>de</strong> un duro invierno<br />
en el cual no paraba <strong>de</strong> nevar. Era jueves, y como todos los<br />
jueves, me levanté con el pie izquierdo, porque a la noche mi<br />
madre me da <strong>de</strong> cenar pescado, ¡y no me gusta nada!<br />
Pero ese jueves era especial. Venía un tío <strong>de</strong> mi madre a cenar<br />
esta noche, que era inventor. Sí, sí, inventor. Y nos traía una<br />
sorpresa. Estuve todo el día muy nervioso pensando<br />
cuál sería la sorpresa.<br />
A las 7:30 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> llamaron a la puerta, y ¡por<br />
fin!, era él, Leocadio. La verdad es que no le hice<br />
mucho caso, porque entre besos y abrazos yo no<br />
<strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> buscar entre sus maletas un paquete<br />
envuelto. Y no había nada. Pregunté: Leocadio,<br />
¿dón<strong>de</strong> está la sorpresa?<br />
Mi tío empezó a reír y me contestó: La sorpresa<br />
la he tenido que <strong>de</strong>jar en la furgoneta porque era<br />
muy gran<strong>de</strong> y pesada.<br />
La cena se me hizo larguísima... aunque me<br />
comí todo el pescado sin darme cuenta porque<br />
mi tío no paraba <strong>de</strong> contar historias increíbles y<br />
todos le escuchábamos asombrados.<br />
Pero llegó el momento. Nos encontrábamos papá, mamá, mi<br />
hermana, mi tío y yo frente a las puertas <strong>de</strong> la furgoneta. Con la<br />
boca abierta nos quedamos cuando vimos una enorme máquina<br />
<strong>de</strong> color rojo. ¡UNA MÁQUINA DEL TIEMPO! Yo que soy tan<br />
valiente no dudé un momento en preguntar si se podía montar,<br />
si funcionaba bien. Mi tío me cogió <strong>de</strong> la mano, me metió en la<br />
máquina, y en 5 segundos pasé a ver la casa <strong>de</strong> mi familia a ver<br />
la cara <strong>de</strong> unos hombres muy raros. Iban todos con pieles, tenían<br />
largos palos <strong>de</strong> punta en la mano, y a su lado había unos<br />
grupos <strong>de</strong> mujeres pintando en las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una cueva.<br />
Los niños fueron a un<br />
centro comercial a llevarles<br />
las cartas a los<br />
Reyes Magos, y la niña<br />
puso eso que tanto<br />
<strong>de</strong>seaba.<br />
Uno <strong>de</strong> los Reyes Magos la vio muy triste cuando <strong>de</strong>jó<br />
la carta. El Rey la abrió y cuando vio lo que la niña quería,<br />
le dio tanta pena, que se puso rápidamente a buscar<br />
unos papás para que la adoptaran.<br />
Encontró a unos papás que querían tener una niña<br />
buena y pensaron que la noche <strong>de</strong> Reyes podían ir a<br />
conocerla y darle una gran alegría.<br />
Ella se puso muy contenta<br />
cuando los vio, y no se<br />
lo creía. No paraba <strong>de</strong><br />
dar gracias a todos.<br />
Todas sus Navida<strong>de</strong>s fueron<br />
muy felices y las celebraba<br />
con sus padres y sus hermanos que nacieron años<br />
<strong>de</strong>spués. Fueron muy felices, dándole muchas gracias a<br />
Dios por lo bueno que había sido con ella.<br />
Laura Acedo De La Llave − 4º E. P.<br />
- Pregunté: Leocadio ¿dón<strong>de</strong> estamos? Esta gente es muy<br />
rara y parece seria.<br />
- Mi tío contestó: No te preocupes. Son amigos míos.<br />
¡ESTAMOS EN LA PREHISTORIA!<br />
Le dije que me sonaba ese nombre, que había estudiado algo,<br />
pero no entendía qué hacíamos allí.<br />
Pero cuando llegó la hora <strong>de</strong> la cena lo entendí<br />
todo. Estos hombres no comían carne, comían<br />
principalmente pescado. Me enseñaron a pescar<br />
con lanzas, y me contaron muchas cosas sobre<br />
la vida <strong>de</strong> los peces muy interesante. Incluso vi<br />
un pez naranja, otro amarillo y otro morado. La<br />
vedad es que me inflé a comer pescado; pensando<br />
mientras ¡si me viera mi madre!<br />
- Por si no lo sabes, el pescado tiene mucho fósforo<br />
que nos ayuda a pensar mejor. Y como yo<br />
quiero pensar mucho para ser como el tío,<br />
agra<strong>de</strong>cí mucho a los hombres <strong>de</strong> la Prehistoria<br />
que me contaran tantas cosas sobre el pescado.<br />
Llegó la hora <strong>de</strong> irnos, porque en mi año ya era tar<strong>de</strong> y tenía<br />
que acostarme para ir al colegio el viernes.<br />
Cuando llegué abracé a mi madre y le conté todo lo que vi y<br />
aprendí. Prometí que nunca más iba a protestar cuando me<br />
diese pescado para cenar. Incluso mi madre me compró un<br />
gran libro <strong>de</strong> la Prehistoria.<br />
Cuando me levanté el viernes mi tío ya no estaba. Nunca<br />
olvidaré ese viaje. Me <strong>de</strong>jó, <strong>de</strong> regalo, una bonita piedra<br />
tallada a mano por una mujer <strong>de</strong> la Prehistoria.<br />
Victor Martínez Lluch − 6º <strong>de</strong> E.P.