LA SEÑORA RECIBE UNA CARTA - Víctor Ruiz Iriarte
LA SEÑORA RECIBE UNA CARTA - Víctor Ruiz Iriarte
LA SEÑORA RECIBE UNA CARTA - Víctor Ruiz Iriarte
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>LA</strong> <strong>SEÑORA</strong> <strong>RECIBE</strong> <strong>UNA</strong> <strong>CARTA</strong> 9<br />
to m á s .—¡Hum! Prefiero una copa…<br />
alicia.—¡Ay! Yo también.<br />
to m á s .—¿Qué tomas? ¿Agua mineral? Dicen que es muy rica…<br />
alicia.—(Ríe) Idiota.<br />
to m á s .—¡Je!<br />
(Alicia mira en torno, complacida)<br />
alicia.—No lo puedo negar, ¿sabes? Me encantan estas cenas en casa de Alberto<br />
y Adela. La verdad es que lo pasamos fantásticamente bien. ¡Y nos reímos<br />
tanto! ¿Te acuerdas de la última vez?<br />
to m á s .—¡Je! Pues, claro…<br />
alicia.—Tienen una casa bonita, ¿verdad? Pero bonita, bonita…<br />
to m á s .—Es natural. Adela es una mujer de un gusto exquisito y Alberto es un<br />
autor que gana muchísimo dinero con sus comedias. Cuando se unen esas<br />
dos fuerzas incontenibles, el buen gusto y el dinero, se puede tener un<br />
estupendo piso con buenos muebles y buenos libros y buenos cuadros…<br />
alicia.—Bueno. Tú también sabes ganar dinero, cariño. Eres un famosísimo<br />
director de cine que cobra un millón de pesetas por dirigir una película…<br />
to m á s .—(Un suspiro) ¡Ay! Pero estoy casado con una deliciosa mujer que gasta<br />
exactamente un millón de pesetas por cada película que dirige su marido…<br />
(Alicia pega un respingo, alarmadísima)<br />
alicia.—¿Cómo? ¿Qué has dicho?<br />
to m á s .—¡Je!<br />
alicia.—¿Qué has pretendido insinuar?<br />
to m á s .—(Con evidente tacto) ¡Alicia! ¡Encanto! Modérate, que estamos de<br />
visita…<br />
alicia.—¡Tomás! Pero ¿de veras piensas que soy yo la culpable de que nunca<br />
tengamos un céntimo? ¡Ah, no!<br />
to m á s .—¡Hum!<br />
alicia.—Eso sí que no. ¡Dios mío! Pero ¿cómo puedes ser tan injusto, tan cruel y<br />
tan egoísta? ¡Oh! Monstruo, grandísimo monstruo. Pero si la culpa de nuestra<br />
ruina la tienes tú y nadie más que tú…<br />
to m á s .—(Muy sorprendido) ¡Anda! ¿Tú crees?<br />
alicia.—(Cargadísima de razón) ¡Claro! ¡Los coches! Acuérdate de los coches.<br />
¡Tu afición a los coches, que es lo que nos pierde! ¡Porque cambias de coche<br />
cada seis meses! ¡Y cada coche que compras es mayor que el anterior! ¡Dios<br />
Edición dE óScAR BARRERO