Libro segundo - Bicentenario

LOS TE'TU;Os ()1
en los sesos, enterrar In caLezi, regarla lodas las
jnafianas, y (lei fru to que i)I'odtIjese tiaer on grano en
la boca.
D. (iuillén Siefl1I)re (St.al)a rO(lea(IO (Ic rnUcbOs[)apeieS,
fingiendo lener nunwrosa correspondencia, pero sin
(lejar pie se viese to t1uc escribia. Lc cont u at decl;irante,
que era hijo (IC Felipe ill y de in Condesa de In
Roza, la coal, habiendo venido de I rianda con su
esposo, monO éste y ella luvo relaciones con aquel
monarca, regresando des1)ués ; 'i su pais donde habia
nacido D. Guillén ; Ic reliriO tambión, que, al efeclo de
que se Ic nombrase Virrey de la Nueva Espana, habia
en viado (lespacliOs A Madrid, dictados por éi y escritos
por cua(ro religiosos franriscanos, v conseguido el
cargo, SO rebelaria contra ci Rev propOsito tie esta
cormvei'saci(In Ic preguntO ii ci. I). Sebastihi Alfonso
Carrillo, qn6 oIirio deseal)a que Ic coiicediese, V COmO
Ic contestara (JIIC Contador de Trihutos, se riO I). Gui-
11n rcplicndole quc eligiec otro, corno eiigiO ci de
CapitIin (Ic la Guardia.
Que en tin, habia observado en D. Guiilén mocha
inteligencia, pero i't Ia vez rasgos (IC locura p°" los
repetidos disparates que decia.
D. Francisco Corral Sobs, reflere en su declaraciOn,
que, al saber Ii. Guillén la Ilegada del Marques de Sal-
'aticrra, hizo mucho sentimniento poritmc S. 11. no Ic
r: habla nombrado Virrey como pretendia, y a tal gra(lo,
que cavo enfei'mo, y este testigo Ic diO ci iesaine en
una carta v sOlo por l)urlarse de Cl y dar ocasiOn A que
dijCra ('01110 decia III uclios disparates.