la niñez jornalera la niñez jornalera - Sistema de Información Sobre ...

LA LA NIÑEZ NIÑEZ JORNALERA
JORNALERA
Educación Educación y y Trabajo
Trabajo
Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
Claudia Ramírez Azúcar
Introducción
Í N D I C E
PRIMERA PARTE.
Situación General
Capítulo I. Antecedentes 10
a) Quiénes son los niños jornaleros 10
b) El trabajo infantil y la presencia de jornaleros agrícolas 10
c) La educación en derechos de los niños y las niñas en el aula, vida cotidiana 13
Capítulo II. ¿Por qué los niños jornaleros migrantes? 25
II.1 Una primera aproximación sobre las condiciones de trabajo y de
salud de los menores jornaleros 25
II.2 Contexto Nacional 27
II.3 Contexto Estatal 29
a) Ubicación geográfica
b) División político-administrativa
c) Economía
d) Aspectos sociales
II.4 Contexto Regional 39
1

SEGUNDA PARTE
Los resultados
Capítulo III. Diagnóstico de las familias jornaleras 51
Capítulo IV. Los lugares de origen: la producción y reproducción
de jornaleros agrícolas 57
IV.1 Una Mirada al Interior de las Familias 57
a) Educando para la vida: Los niños jornaleros de la Mixteca 63
b) Relaciones de género de las familias jornaleras 66
c) Expresiones culturales 68
d) Actividades económicas de las familias en su lugares de origen 70
Capítulo V. Los lugares de llegada: una esperanza frustrada o una
luz al final de camino? 75
V.1 Fases Del Mercado Laboral 75
V.2 Los Migrantes Mixtecos 80
a) La migración infantil 83
b) Capacitación del niño jornalero 86
c) La imagen de la autoridad laboral para el niño jornalero 87
d) Productividad del niño jornalero 88
e) Percepción del trabajo de los niños jornaleros 89
f) La contribución económica del niño jornalero a su familia 90
g) La indumentaria de las jornaleras y los jornaleros 92
h) La educación del niño jornalero 94
i) Percepción y problemáticas de los niños y niñas en la enseñanza 95
j) Acceso y permanencia en la escuela 99
k) Modalidades de atención y características de la oferta educativa 107
l) El docente y la educación del niño jornalero 111
m) Los espacios educativos 115
n) Infraestructura escolar 116
Consideraciones finales 118
Bibliografía 121
2

A quienes son la parte esencial de esta investigación: los niños migrantes y sus
familias, quienes aun cuando tenían muchas actividades que realizar, no dudaron
en platicarnos sus experiencias. Con ellos, tenemos un sentimiento solidario que
va desde la alegría hasta el dolor y la tristeza, desde la impotencia hasta la fe y el
orgullo, por su entereza y trabajo, así como un fuerte sentimiento de esperanza
para que la marginación, discriminación y exclusión que actualmente padecen.
Cambie y mejore de manera importante su presente y, con ello, el mañana de sus
generaciones.
“Hombres; sed humanos; es vuestro primer deber; sedlo en todas las
circunstancias, en todas las edades y por todo lo que no le es extraño al
hombre. –¿Qué sabiduría tendréis fuera de la humanidad? Amad la infancia;
favoreced sus juegos, sus deleites y su amable instinto”.
(Rousseau)
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INTRODUCCIÓN
En la actualidad la migración es un fenómeno social que va en aumento en todos
los países del mundo; sin embargo las causas y las consecuencias no pueden
entenderse desde un único punto de vista. En México por ejemplo la migración se
manifiesta de diferentes maneras, ya sea migración interna o internacional. En
ambas clasificaciones podemos encontrar movimientos de familias completas,
hombres, mujeres y niños. Este texto abordará la migración de familias jornaleras
agrícolas que se desplazan del estado de Oaxaca a los estados de Sinaloa y Baja
California principalmente, como resultado de una investigación desarrollada de
febrero del 2001 a enero del 2003 financiada por el Sistema de investigación
Benito Juárez (SIBEJ) del CONACyT. El objetivo de dicha investigación fue dar
cuenta de las condiciones de vida de las familias migrantes y su repercusión en el
acceso y permanencia en la educación de los niños jornaleros de la Mixteca
oaxaqueña.
Las familias jornaleras a las que se hace referencia, se encuentran en una
situación de pobreza tal, que las ubica en el escalón más desfavorecido de las
clasificaciones sobre migración; son tan vulnerables que se han visto en la
necesidad de incorporar a todos los miembros del núcleo familiar al trabajo, donde
la edad, la distancia y el pago no importan, para ellos, lo indispensable es obtener
ingresos, mantenerlos y sobrevivir.
Las consecuencias ante la gravedad de este problema son muchas: hacinamiento,
constantes violaciones de los derechos humanos, extenuantes jornadas de
trabajo, violaciones físicas a niños y niñas, falta de atención médica y educativa
son algunas condiciones de vida que forman parte de su cotidianidad y que cada
una de ellas mereciera una atención especial; sin embargo, dada la complejidad
de cada una se hará alusión a la situación de la educación de los niños migrantes,
sus condiciones de vida y trabajo, las cuales son indispensables para asegurar su
acceso y permanencia en la escuela.
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La perspectiva educativa de los niños jornaleros no es muy alentadora, muchos de
ellos dejan la escuela y en el caso de que tengan la oportunidad de asistir, están
predestinados a incrementar los índices de reprobación. Es importante señalar
que para las regiones donde existe población indígena, el problema del rezago
educativo se agrava porque maestros que hablan el castellano, o el castellano y
una lengua indígena, enseñan a niños que no dominan el idioma español, base de
la comunicación en el aula.
En este sentido, entender el contexto del trabajo infantil y la educación,
especialmente en los niños jornaleros, nos remite a revisar la situación de sus
familias, así como de las condiciones en las cuales se encuentran inscritas. La
metodología que se siguió fue de tipo cualitativa y cuantitativa, lo que permitió
obtener una mayor representatividad de las familias y sus contextos así como de
apreciar la relación que guarda la migración con las condiciones de escolaridad de
la niñez jornalera de la Mixteca.
La población de estudio, se centró en los niños y niñas migrantes y sus familias,
así como también en aquellas personas que tienen una percepción de las familias
y mantienen relación constante con ellas. El presente estudio se llevó a cabo en la
región de la Mixteca oaxaqueña y los estados de Sinaloa y Baja California como
principales receptores de mano de obra jornalera. Cabe mencionar que el estudio
estuvo acotado a los periodos de trabajo realizados en los campos agrícolas y a
aquellos tiempos en que la población permanecía en su comunidad de origen, ya
que su movilización está asociada a los ciclos de cultivo de los estados
receptores.
En los lugares llamados de origen, trabajamos principalmente en aquellas
comunidades de la Mixteca donde se encontraban nuestros usuarios: CONAFE
(Consejo Nacional de Fomento Educativo), IEEPO (Instituto Estatal de Educación
Pública de Oaxaca) y que se encontraban vinculadas al PAJA (Programa de
Atención a Jornaleros Agrícolas).
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En los lugares de llegada (Sinaloa y Baja California) se consideraron los
campamentos en los cuales se encontraba trabajando el PAJA para abordar
campos que tenían población de la Mixteca oaxaqueña, según los propios datos
de trabajo de campo del Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas 1 .
Se aplicaron 474 cuestionarios a familias jornaleras y 588 cuestionarios a niños y
niñas jornaleros, el cuestionario se aplicaba de acuerdo al lugar de origen y grupo
étnico de los niños y niñas y su condición de asistente a la escuela, con el fin de
que en los campos agrícolas no se estuvieran considerando población que no
fuera oaxaqueña y de la Región de la Mixteca; mientras que en los lugares de
llegada se consideraba a los niños y niñas que estuvieran en la escuela, y que
acabaran de regresar de algún campamento donde hubieran realizado la actividad
de jornalero, ya que en la investigación se define al niño jornalero por su actividad
y no en relación a la de su familia, en tanto para las niñas si se consideró, la
situación de la familia y su actividad en el campo por las características culturales,
ya que los niños se van más al campo y las niñas realizan tanto actividades del
campo como domésticas, mismas que coadyuvan al trabajo familiar.
También se realizaron entrevistas semiestructuradas a jefes de familia, docentes,
autoridades, jefes de cuadrillas, empresarios y a los niños, para complementar la
visión obtenida en los cuestionarios y acercarnos, de la manera más real posible,
a su problemática. Asimismo, se realizaron guías de observación, las que se
manejaron durante el periodo completo de trabajo de campo en los lugares de
origen y llegada.
1 Cabe mencionar que, en los lugares de llegada, el hecho de saber que se estaba realizando un
trabajo con niños jornaleros, obstaculizó la obtención de información por parte de algunos
empresarios agrícolas, por las implicaciones legales que tiene para ellos el hecho de que niños
trabajen en campos de agricultura empresarial, pero básicamente lo que les preocupa es que sus
productos son comercializados principalmente en los Estados Unidos, donde tienen fuertes
restricciones si utilizan trabajo infantil.
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La presentación de los resultados de esta investigación se organizan de la
siguiente manera: en la primera parte se abordará lo relacionado a los
antecedentes del trabajo infantil y la vinculación educación-migración seguida por
el contexto estatal y regional para ubicar las características espaciales de las
familias jornaleras de la Mixteca oaxaqueña, las cuales son esenciales en la
interpretación de las acciones de los sujetos dentro de su mundo de vida. En un
segundo momento se abordará el resultado de la investigación haciendo
referencia al diagnóstico de las familias jornaleras, vista desde dos perspectivas
como son los lugares de llegada y los de salida, para finalizar con las
consideraciones finales.
Esperamos que este texto contribuya a sensibilizar a los lectores y que dé
elementos para la visualización del trabajo, mismo que es necesario proponer
para mejorar la situación de la niñez jornalera migrante, en el entendido de que el
conocimiento es un elemento fundamental para poder resolver problemáticas y
proponer las mejores estrategias para resolver intrincados retos, como el que
presenta la realidad de los miles de niños y niñas jornaleros migrantes; para ello,
resulta obvia la necesidad del trabajo interdisciplinario y sectorial, lo cuál es un
desafío a la problemática abordada.
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I.- ANTECEDENTES
PRIMERA PARTE. SITUACIÓN GENERAL
CAPITULO I
El presente apartado tienen por objetivo describir cómo se ha manifestado el
fenómeno de la migración de niños y el trabajo infantil en el ámbito mundial, para
identificar el binomio educación-migración como algo no exclusivo de los países
del tercer mundo o de las zonas con pobreza extrema, sino que se circunscribe a
un fenómeno mucho mayor: la globalización y sus consecuencias en las familias
marginadas, como son aquellas que pertenecen a la región Mixteca.
a) Quiénes son los niños jornaleros
Hablar de los niños jornaleros en el contexto mundial es referirse a una de las
poblaciones más desprotegidas dentro de todas las escalas de trabajos que
existen; su vulnerabilidad no sólo radica en su minoría de edad, sino está también
dada por las condiciones laborales en que lo hacen. En este sentido, vale la pena
mencionar que los niños jornaleros realizan actividades en medios contaminados
como los campos de la agricultura empresarial, y que los hace contraer diferentes
enfermedades, como son cáncer en la piel, leucemia o problemas, como lo son las
desviaciones de columna, causadas por cargar botes pesados con hortalizas y
vaciarlos a las batangas, cargas excesivas para su corta edad y que repercuten en
su sistema óseo. Asimismo, las enfermedades de tipo respiratorias son una
constante por los cambios bruscos de temperatura así como las enfermedades
gastrointestinales por ambientes contaminados.
b) El trabajo infantil y la presencia de jornaleros agrícolas
Para tener una primera aproximación de lo que implica el trabajo infantil es
necesario dar un panorama general de la situación.
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Se estima que para el año 2000 existía una población mundial de 6 mil millones de
habitantes, de los cuales 3 mil millones eran niños y niñas. Aquí valdría la pena
preguntarse ¿a qué se dedican los niños del mundo? Una respuesta inmediata es:
depende de la situación económica y social que cada uno vive. Los niños del
mundo se encuentran realizando diferentes actividades, por ejemplo 11 millones y
medio de niños y niñas trabajan en condiciones lamentables y peligrosas en
diferentes lugares como es la construcción, en las fabricas de calzado en diversas
partes del mundo; son 120 mil según los informes en Estados Unidos; 200 mil en
España; 400 mil en Italia; y 2 millones según en Gran Bretaña. Adicionalmente
más de 500 millones de niños viven con menos de un dólar al día, no van a la
escuela y mueren once millones de menores de 5 años 30 mil diarios, uno cada
tres segundos (Manzano, 2002).
Como consecuencia de los conflictos armados, en la década de los noventa más
de un millón de niños perdieron a sus padres y fueron separados de sus familias;
más de 300 mil han sido reclutados como soldados; más de 2 millones
masacrados; más de 6 millones han sufrido heridas, mutilaciones, y han sido
expulsados de sus casas; entre 60 y 100 millones de niñas han sido víctimas de
infanticidios y maltrato; más del 90% de los niños que trabajan se dedican a
actividades de servicio doméstico (es la ocupación más frecuente entre las niñas
entre 12 y 17 años). (www.OIT, 2003)
Según la fuente antes citada las actividades que realizan los niños son en la calle,
turismo y prostitución, trabajo doméstico, industria del cigarro, elaboración de
pelotas, minas de carbón, elaboración de tenis y trabajo agrícola. La mayor
demanda de los productos que realizan proviene de Estados Unidos, por ejemplo:
cuando se acerca la navidad, las fábricas obligan a los niños a trabajar turnos de
24 horas con breves pausas. (Manzano, 2002)
En América Latina trabaja uno de cada 5 niños; en África uno de cada 3; en Asia
uno de cada dos; de cada dos niños pobres uno trabaja como esclavo, es
explotado como trabajador, trabaja en el campo como jornalero o se encuentra en
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situación de vulnerabilidad por deudas. En el servicio doméstico los niños y las
niñas son la mano de obra más barata.
El otro niño pobre, el que no trabaja, se encuentra en espera y es reciclado como
mano de obra barata. Son 300 millones de niños trabajadores que "sobran",
quienes forman las filas de los niños de la calle con sus familias, altamente
expuestos a la violencia y a la prostitución. (Manzano, 2002).
En la actualidad se tienen pocos datos o datos parciales sobre cuántos niños
trabajan y si, por ejemplo, son más las niñas o los niños. La OIT (2000) señala que
existen alrededor de 250 millones de niños entre 5 y 14 años trabajando en
diferentes circunstancias, 150 millones de niñas y niños trabajan en sus hogares
en un ambiente de extrema pobreza y algunos otros -no visibles para las
estadísticas- realizan actividades de trabajo doméstico y prostitución. De acuerdo
con Cuencas Zavala (1996) existen alrededor de 400 millones de niñas y niños
explotados en todo el mundo; por su parte la UNICEF anota que son cerca de 100
millones de pequeños los que se encuentran clasificados dentro de la población
económicamente activa.
Por otra parte, si a estos datos se le agrega lo que sucede con los niños que
estudian, se tiene que para América Latina, por ejemplo, en lugar de avanzar en la
década pasada en materia educativa, la situación se volvió más contradictoria y
desigual. En los años ochenta, el 41.09% vivía por debajo de la línea de pobreza.
En los noventa ese número aumentó a 47% lo que en términos absolutos significó
un aumento de 60 millones de pobres en dicha región. La pobreza se ve reflejada
en la educación de los niños. Así, de los 237 millones de niños menores de 16
años que existen en el continente, 118 son considerados pobres. De ellos, 20
millones de menores de 14 años son niños trabajadores que quedan fuera del
sistema escolar o que desertan de él. Muchos millones viven en la calle, 6 millones
son niños desnutridos y 600 mil mueren anualmente por causas que podrían
evitarse (Calderón, 2000). El trabajo de la mujer en el medio rural en un contexto
10

de pobreza extrema agrava la situación descrita, ya que desde niñas empiezan a
cargar con las responsabilidades del hogar y son quienes presentan los mayores
problemas para asistir a la escuela. (Reyes, 2002;26).
Así, de manera general se puede decir que en los últimos años las cifras sobre
pobreza en América Latina se han agudizado: los países latinoamericanos
presentan porcentajes de población en situación de pobreza que va del 35 al 80%
y las cifras siguen aumentando. El consumo per capita por habitante decayó en la
década del ochenta en casi todos los países de la región; la pobreza afecta cada
vez más sectores, incluyéndose en los últimos años, a los trabajadores
industriales; también se observa un creciente deterioro de la economía de amplios
sectores de la clase media (Kliksberg,1993;18).
c) La Educación en los derechos de los niños y las niñas en el aula y en
su vida cotidiana
El derecho a la educación de los niños y las niñas esta intrínsecamente
relacionado a los aspectos morales, económicos, sociales y políticos, mismos que
forman parte integral de su dignidad como persona y que no deben estar sujetas
a negociación: el derecho a la educación es tanto una exigencia moral como
económica y que requiere de toda una movilización de recursos humanos y
materiales disponibles en beneficio del desarrollo humano y social que permita
edificar un mundo de justicia y paz; pero, también es importante destacar que es
ante todo una cuestión de voluntad política, donde gobiernos y comunidad
internacional deben promover ese derecho fundamental, en grado tal, que
contribuya al pleno desarrollo de todos los ciudadanos del mundo y al progreso de
todas las sociedades.
Para ello es necesario realizar una semblanza de cómo se ha ido desarrollando el
derecho de los niños y las niñas, dando cuenta de su relación con la educación y
cómo se conceptualiza.
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Hace más de cien años estaba socialmente aceptado que los niños trabajaran
para ganarse la vida, jornadas largas, en malas condiciones y deficiente
alimentación. Era normal que la mitad de los niños recién nacidos muriera antes
de alcanzar la edad adulta. Desafortunadamente en la actualidad cuando se alude
a una sociedad globalizada con alto porcentaje de tecnificación y avances
científicos en diversas disciplinas, “mayor conciencia” de los Derechos Humanos
la situación de los niños no ha cambiado; sin embargo sí existen buenos intentos
por lograr el cambio.
A inicio del año de 1920 el 6 de enero para ser exactos surge el primer intento por
proteger la integridad de los niños en Ginebra: la Unión Internacional de Socorro a
los Niños, redactó la primera carta magna que apelaba a la solidaridad
internacional a favor de la infancia, entre sus principales puntos destacaba que:
1. El niño debe ser tratado de manera que pueda desarrollarse de una forma
sana, en los ámbitos material y espiritual.
2. El niño que tiene hambre debe ser alimentado, el niño enfermo debe ser
cuidado, el niño con retraso debe ser estimulado, el niño desviado debe ser
atraído, y el huérfano y el abandonado deben ser recogidos y socorridos.
3. El niño debe ser el primero que reciba los socorros en tiempos de desastre.
4. El niño debe ser puesto en condiciones de ganarse la vida y protegido
contra cualquier explotación.
5. El niño debe ser educado en el sentimiento de que sus mejores cualidades
deberán ponerse al servicio de sus hermanos (Tuvilla, 2001; 55 y 56).
Esta declaración tuvo como antecedente la conceptualización de los derechos
globales de los niños y las niñas, habiendo sido adoptada en la V Asamblea de la
Sociedad de Naciones de 1924; fue este el periodo de mayor éxito y estabilidad de
este organismo y el documento resultante se conoce ahora como Declaración de
Ginebra o Declaración de los Derechos del Niño, la cual fue proclamada el 20 de
noviembre de 1959. Dicha declaración fue aprobada diez años más tarde y tuvo
reformas que la ampliaron, convirtiéndose en la base de la Declaración Universal
12

de los Derechos del niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1959.
Estos acuerdos y convenciones estuvieron enmarcados en el contexto de la
segunda Guerra Mundial, cuando en 1946 más de 20 millones de niños europeos
pasaban hambre y sufrían tuberculosis, raquitismo, anemia y otras enfermedades
derivadas de una pobre alimentación. En este tenor, se creó el Fondo de
Emergencia de la Naciones Unidas para la Infancia que más tarde se convertiría
en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). El informe que
recomendaba este paso contenía una elocuente declaración: “los niños de Europa y
China no sólo han carecido de alimento durante varios años crueles sino que han vivido en una
situación de terror constante, siendo testigos de la matanza de personas civiles, de los horrores de
la guerra científica y expuestos a un descenso progresivo de los estándares de conducta social...”
(Tuvilla,2001;69)
Maggie Black (1986,1996;56-57) 2 quien se ha dedicado a dar seguimiento de los
programas de la UNICEF, sugiere la evolución histórica de los derechos de los
niños de la siguiente manera: a) los años cincuenta caracterizados como la época
de las campañas contra las enfermedades masivas, b) los sesenta, como el
decenio del desarrollo, c) los setenta como la a época de propuestas alternativas;
d) los ochenta, la campaña a favor de la supervivencia de la infancia; y e) la
década de los noventa como el decenio en favor de los derechos de los niños,
donde destaca la Convención de 1989 y en la Cumbre Mundial a Favor de la
Infancia de 1990. De acuerdo a cada década, a continuación se abordan uno a
uno, los distintos periodos retomados por Tuvilla (2001) para contextualizar las
acciones desarrolladas a favor de los menores:
En la década de los 50 había más de 900 millones de niños menores de 15 años,
más de la mitad padecían hambre , frío y enfermedad, ocasionados por la guerra y
las migraciones masivas. El estado no tenía un control sanitario por lo que las
2 Para mayor información consultar Children First: The Story of UNICEF past and present. 1996
UNICEF / Oxford University Press: UNICEF y The Children and the Nations 1986. N.Y/UNICEF.
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enfermedades se desarrollaron masivamente (tuberculosis, malaria, frambesía,
lepra y tracoma, entre otras), la respuesta fue la puesta en marcha de campañas
internacionales de vacunación, medicamentos como la penicilina transformaron las
perspectivas de curación, combatiéndolas exitosamente. (Tuvilla,2001; 57)
En la década de los sesenta se aprobaron los dos pactos más importantes en los
cuales se fundamentan los derechos humanos del ser humano. En 1966 la
Asamblea General de Naciones Unidas aprueba el Pacto sobre los Derechos
Civiles y Políticos, y el de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los
cuales entraron en vigor 10 años más tarde. Estos pactos supusieron lo que
conocemos como derechos humanos del hombre y por tanto de los niños. Por
primera vez las víctimas de las violaciones de los derechos humanos disponían de
un recurso fuera de jurisdicción nacional. Esto significó un paso importante para la
posterior constitución de la Carta Internacional de Derechos Humanos.
También en la década de los cincuenta se celebraron cuatro conferencias
auspiciadas por la UNESCO, cuya finalidad era ofrecer educación primaria gratuita
y obligatoria a los niños. En 1966 entra en vigor la Convención Internacional para
la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, que proclama el
derecho de todos a la educación sin importar su raza u origen étnico.
Anteriormente se había aprobado la Convención de la UNESCO relativa a la
lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza y 5 años más tarde
el fomento entre la juventud de los ideales de paz, respeto mutuo y comprensión
entre los pueblos, que expresa: “La juventud debe ser educada en el espíritu de la paz, la
justicia, la libertad y el respeto y la comprensión mutuos, a fin de promover la igualdad de derechos
de todos los seres humanos y de todas las naciones, el progreso económico y social, el desarme y
el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”. (citado en Tuvilla,2001,59)
En la década de los setenta se dieron importantes logros en la comunidad
internacional tanto en el plano económico como en los ámbitos social y cultural, el
aumento en el precio del petróleo y la escasez global de alimentos fueron el
motivo para que Naciones Unidas respondiera con una serie de conferencias
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internacionales que estaban en defensa de los más débiles: se logra la
Declaración de los Derechos del Retrasado Mental (1971), Declaración sobre la
Protección de la Mujer y el Niño en Estado de Emergencia o de Conflicto Armado
(1974) y la Declaración de los Derechos de los Impedidos (1975). (Tuvilla,2001;
59)
En 1975 se aprobó la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados
como base para un nuevo orden internacional, desmoronado el sistema monetario
mundial de posguerra basado en valores fijos para el intercambio de divisas y en
una época de crisis energética y de alimentos. Un año antes, en Roma, tuvo lugar
la Conferencia Mundial sobre Alimentación que aprobó la Declaración Universal
sobre la Erradicación del Hambre y la Malnutrición. En esta conferencia se
proclamó solemnemente que: “Todos los hombres, mujeres y niños tienen derecho
inalienable a no padecer de hambre y malnutrición a fin de poder desarrollarse plenamente y
conservar sus facultades físicas y mentales...”. (Tuvilla,2001;60)
Mientras que más de 800 millones de niños, en todo el mundo, sufrían de una
mala alimentación proteínica, el comercio internacional de armas se elevó en 1970
a 6,000 millones de dólares. La suma total de las compras de material bélico por
los países subdesarrollados se elevó a más de la mitad del valor real de la ayuda
que estos países recibieron en ese mismo año.
A partir de que la situación de los niños se agudizaba cada vez más, en 1973 se
sugiere por el Secretario General de la Oficina Católica Internacional de la
Infancia, la celebración del Año Internacional del Niño, temerosos de no causar
ningún efecto, algunos organismos internacionales se mostraron dudosos, pero
numerosas organizaciones no-gubernamentales no dudaron en aceptarla. Así la
Asamblea General de Naciones Unidas –resolución 31/169 de 21 de diciembre de
1976– proclamó el año 1979 como Año Internacional del Niño durante el cual se
pretendería: promover el reconocimiento de incluir en los planes de desarrollo
económico y social, los programas específicos en beneficio de los niños; y hacer
15

conciente a la comunidad mundial de las necesidades especiales de la infancia. La
Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas creó en el Año Internacional
de la Infancia un grupo de trabajo encargado de la redacción de una norma
jurídica internacional. (Tuvilla,2001;60-61)
En 1982 se dieron a conocer datos que demostraron que el costo de todos los
programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) equivalía
aproximadamente a lo que el mundo gastaba en armamentos en 3 horas.
Naciones Unidas inició la “Campaña Mundial de Desarme”, ya que según un
informe de UNICEF en 1984 morían cada día 40,000 niños y la expansión de la
pobreza y miseria en las zonas urbanas era creciente provocando graves
consecuencias sociales y de injusticia sufridas principalmente por las mujeres y
por los niños. Así que se pensó que muchos de los grandes males de la
humanidad, en especial de los más débiles, podrían evitarse eliminando el costo
de los gastos militares que en los últimos 50 años constituía una enorme carga y
freno para el desarrollo en todos los países del mundo. Además el desarme
mejoraría las condiciones de vida de cerca de 1,000 millones de habitantes que se
encontraban en un nivel inferior al mínimo vital, de los 780 millones estaban
desnutridos, 850 millones eran analfabetos y 1,500 millones carecían de acceso a
la atención médica. (Tuvilla,2001;61-62).
En 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención
sobre los Derechos del Niño y el 2 de septiembre de 1990 siguiente, entró en vigor
una norma jurídica internacional sobre los derechos de los niños. En 1991 más de
95 países la ratificaron, siendo en la actualidad 191 países, hasta entonces
ninguna convención había logrado nunca una ratificación tan amplia ni tan rápida.
Lamentablemente según el informe el «Estado Mundial de la Infancia» de
UNICEF, la crisis económica del Sur adquirió dimensiones políticas y retrocedieron
sustancialmente los logros conseguidos hasta esa fecha.
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Los años ochenta, conocidos como la Década perdida muchos países habían
enfrentados los problemas de la deuda externa y del ajuste estructural, la
degradación ambiental y la expansión del SIDA, todo esto supuso para la infancia
el renacimiento de su causa y la defensa de sus más elementales derechos;
anhelo recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), y en la
Cumbre Mundial a favor de la Infancia (1990) que habían establecido ó la meta de
“Educación para Todos en el año 2000”.
Los años noventa han sido conocidos como el decenio de las Naciones Unidas,
caracterizado por la celebración de un conjunto de conferencias mundiales:
Conferencia sobre el Medio Ambiente y el desarrollo (Río de Janeiro, 1992); sobre
nutrición (Roma, 1992); derechos humanos (Viena, 1993); población y desarrollo
(El Cairo, 1994); desarrollo social (Copenhague, 1995); y sobre las mujeres
(Beijing, 1995). En todas estas conferencias se hace referencia a que la situación
de los derechos de los niños y niñas y su relación con el desarrollo humano es de
gran importancia. También la situación concreta de la infancia será especialmente
examinada en el primer Congreso Mundial sobre Explotación Sexual de la Infancia
(Estocolmo, 1996) y en la Conferencia sobre la Explotación y el Trabajo Infantil
(Oslo, 1997). La familia, considerada como la célula base de la sociedad, tuvo
también su merecido reconocimiento en 1994, el Año Internacional de la Familia.
En este breve esbozo del desarrollo de los derechos de los niños y las niñas nos
podemos dar cuenta que el estado de la infancia ha sido tomada, a lo largo de la
historia reciente, como barómetro del progreso para medir los problemas sociales
y económicos existentes a nivel mundial, tal como lo menciona Sen:
“cabe definir la pobreza no solo en función de la escasez de ingresos, sino también como una
privación de las aptitudes básicas, no existe demostración más convincente de este principio que el
trabajo infantil, que constituye al mismo tiempo la causa y el efecto de la pobreza y funciona como
una prisión que consume las aptitudes y las perspectivas de futuro”.
( www.oit).
17

Ante esta situación los niños y niñas tienen que enfrentar en este nuevo siglo retos
que se pueden catalogar en: a) la ayuda al desarrollo; b) La seguridad humana y
c) la globalización.
Según las investigaciones realizadas por Tuvilla (2001;64-65) por una parte,
cuando se habla de ayuda al desarrollo se contempla que el progreso que se vivió
en el siglo pasado no se ha visto reflejado en la situación de las familias en el
mundo, de tal manera que los beneficios no se han distribuido equitativamente.
Las diferencias entre los ciudadanos ricos y los pobres se han ampliado
extraordinariamente en los últimos años. Asimismo, la persistencia de la pobreza,
exacerbada por el aumento de las tasas de desempleo en todo el mundo ha hecho
abrigar dudas respecto a la posibilidad de mantener el progreso material en este
siglo que comienza. Según el informe de UNICEF (1997) la ayuda oficial al
desarrollo concedida por los países industrializados se encuentra estancada, con
un promedio descendente próximo al 27% del PNB conjunto, el nivel más bajo
desde 1950.
Por otra parte, lograr la igualdad, el desarrollo y la paz, fue uno de los propósitos
de la IV Conferencia de la Mujer (Beijing, 1995) donde se reconoció la erradicación
de la pobreza, basada en el crecimiento económico sostenido, y el desarrollo de la
mujer en, en calidad de agente y beneficiaria de un desarrollo sostenido. Sin
embargo, como reconoció la plataforma de Acción de Beijing, en muchos países, a
pesar de los innegables avances, como el acceso a la escuela primaria, las niñas
siguen sujetas a profundas discriminaciones, incluso antes de su nacimiento. Sin
duda que poner el desarrollo en clave de género es una exigencia prioritaria para
el futuro.
Ante esta situación México a través de la SEP ha procurado generar situaciones
adecuadas de acceso y permanencia de las niñas y las mujeres en todos los
niveles educativos, los avances aún son incipientes, pues no sólo se trata de
lograr mayor acceso y permanencia de niñas y mujeres en los servicios
18

educativos, sino de modificar valores, creencias y actitudes de la sociedad; lo cuál
representa procesos de transformación complejos, de sensibilización y
concienciación que requieren tiempo y una firme voluntad política para
impulsarlos. (Pekín+5; 2000;17).
Mientras tanto, en el contexto internacional, la seguridad humana se traduce en
planteamientos sobre seguridad nacional, que es un concepto no válido en un
mundo globalizado; es necesario cambiar esta perspectiva hacia la seguridad
humana, que se orienta no exclusivamente a las incursiones militares y
desmantelamientos de armas en ciertos países, sino también a la reorientación de
las políticas y las economías hacia un desarrollo humano fundado en la
sustentabilidad ecológica. Un ejemplo de inseguridad humana se encuentra en los
éxodos; según diversas estimaciones se calcula que existen al menos 30 millones
de personas desplazadas en el mundo de los que el 80% son mujeres y niñas y
niños. Las causas de esas migraciones se han multiplicado e incluyen desastres
naturales, conflictos y pobreza extrema.
Tuvilla considera un tercer reto para el siglo XXI es la globalización. Los
constantes desplazamientos, el aumento de la tecnología en el mundo de las
comunicaciones, la considerable internacionalización del comercio, los
vertiginosos flujos de capitales y los avances tecnológicos exigen un rápido
proceso de cambio y ajuste que se ha visto acompañado en un aumento de la
pobreza, desempleo y desintegración social. De alguna manera, las amenazas de
bienestar humano resultado del deterioro del medio ambiente también se
globalizan. La economía del mundo ha forzado a muchas personas a emigrar a
otros lugares en busca de una vida mejor. También es de considerarse que esta
“actualización” de la economía en muchos países ha ido acompañada de ajustes
estructurales que han derivado en conflictos sociales. Asimismo, se ha producido
una crisis de identidad que ha impulsado a la población a aferrarse a un conjunto
de valores (religiosos, étnicos o culturales) y a resistirse a la rapidez de los
19

cambios sociales y políticos, que en algunos casos, se han traducido en violencia
civil.
Por último, los conflictos armados, provocados por la fragilidad de los poderes
institucionales -básicamente heredados del colonialismo-, así como gobiernos
corruptos y autoritarios han sido incapaces de asegurar el bienestar y la seguridad
de los ciudadanos. Existen también Estados que buscan mantener su hegemonía,
lo cuál ha provocado conflictos con el resto de países a quienes ellos identifican
como rivales militares o comerciales e intentan controlar los mercados nacionales
e internacionales con la intención de permanecer en el poder.
Por tanto, en los inicios de este siglo XXI se tienen millones de niños y niñas y
mujeres que no tienen derechos a la educación. Analfabetas de facto o
funcionales que se encuentran totalmente excluidos –por ejemplo- de las nuevas
tecnologías, lo que los coloca en una posición de gran vulnerabilidad, como lo
puede ser la explotación infantil. De no atender estos grupos, la pobreza y
explotación seguirán en crecimiento, como lo ha sido hasta la fecha. Cabe
preguntarse: ¿cuál es el sentido de progreso en nuestra sociedad, si millones de
niños y niñas se encuentran sin educación, pobres, en condiciones insalubres,
trabajando desde muy pequeños y sin posibilidad alguna de mejorar de manera
digna su presente y futuro?
Actualmente, la necesidad de refrendar el derecho a la educación del niño y niña
es insoslayable, en virtud de que en nuestros días se ha reconocido plenamente
que los niños tienen derecho a la Educación, mismo que antes del siglo XVI no se
había enunciado; derecho que se ejecute desde su función socializadora, pero
también que les permita romper los círculos viciosos de pobreza y mejorar su vida
presente y futura.
Como menciona Gastón Mialaret (1979; 29) se trata de educar sin desarraigar, de
educar en la doble perspectiva de un sujeto, -educándose y convirtiéndose en
20

agente de acción y de transformación del medio que lo rodea. Es decir, al niño y
niña no sólo se le debe educar en la Institución Escolar sino en relación con su
comunidad y familia, lo cual es fundamental para los niños que trabajan, como es
el caso de los niños jornaleros agrícolas quienes por su actividad laboral sacrifican
sus estudios.
Es importante señalar que los grandes pedagogos como Rousseau, Freinet,
Montesori, Decroly, Tolstoi, Ferriere, Freire entre otros, han apuntado la función
primordial de la educación para la apropiación de su presente, de su vida, del
mundo. Sus trabajos teóricos fueron desarrollados a partir de mirar a los niños
inmersos en situaciones difíciles de trabajo, familia, marginación y guerra.
Realizaron planteamientos que permiten orientar al niño y niña hacia una visión
integral de lo que es un ser humano, considerados como seres, con necesidades
particulares para su desarrollo y muy distintas a las de un adulto.
¿Porqué si desde hace cientos de años se han realizados planteamientos a favor
de los niños, no han repercutido en su calidad de su vida? Como es sabido, el
derecho a la educación del niño y niña se encuentran vinculados a los propios
derechos humanos.
Para nosotros, resulta trascendental visualizar las actividades de los niños
jornaleros y sus contextos familiares para integrar un acercamiento a la
problemática y definir qué tipo de educación es la que nuestra sociedad debe
brindar hoy en día a estos niños que tienen la expectativa de educarse -pero que
por sus condiciones de pobreza-, están marginados de los sectores institucionales.
Cuando los niños logran estar en la escuela, las propuestas existentes
desconocen la realidad de los niños jornaleros, lo que les impide impulsar una
educación efectiva y de calidad para este grupo.
Así mismo, es importante reflexionar si la educación de hoy para los jornaleros
debe ser en un espacio definido, o si desde su realidad cambiante, es posible
21

generar nuevas formas de acreditación que les permita acceder a mejores
condiciones de empleo y vida, ya que la escuela, por la estructura actual que
tiene, lejos de ser un apoyo, se convierte fácilmente en una pesada carga para
ellos y ellas.
22

CAPITULO II.
¿POR QUÉ LOS NIÑOS JORNALEROS MIGRANTES?
Hablar de los niños jornaleros significa referirse quizá al grupo poblacional más
desprotegido dentro del ámbito laboral, precisamente por las condiciones en las
cuales viven.
II.1 Una primera aproximación a las condiciones de trabajo y salud de los
menores jornaleros
Los niños jornaleros realizan actividades en medio de espacios contaminados
como son los campos de la agricultura empresarial, donde se exponen a una
plaguicidas y herbicidas que les provocan diversas enfermedades como son
cáncer en la piel y leucemia. Por otro lado, se ven afectados también por
desviaciones de la columna causadas por levantar pesados botes llenos de
hortalizas para vaciarlos en batangas, estas pesadas cargas a su corta edad
repercuten en todo su sistema óseo.
En 1994 el proyecto Huicholes y Plaguicidas inició un estudio cuya finalidad era
medir y dar a conocer los daños que los plaguicidas y pesticidas causan en la
población jornalera que trabaja en las zonas tabacaleras. Los resultados fueron
alarmantes, ya que los daños son irreversibles y una de las principales
enfermedades causadas es, como dijimos, el cáncer. Aunado a ello, los daños se
incrementan porque los jornaleros no tienen acceso a los servicios de salud y los
médicos no están entrenados para reconocer y atender estas intoxicaciones. La
población jornalera desconoce los daños a los que están expuestos y los
productores evaden sus responsabilidades, y continúan utilizando sustancias
prohibidas por su alto contenido de contaminantes, porque son más baratas
(Salina y Díaz, 2001; 95-97), sin mencionar, el posible daño que haga también, a
los consumidores. La aplicación de estas sustancias se debe hacer con estricto
control y cuidado: guantes, máscara, cubre-boca y ropa especial que evita el paso
de las sustancias tóxicas a la piel. Sin embargo los autores citados, afirman que
durante el tiempo en que han estudiado las comunidades de jornaleros nunca han
23

visto a un “mezclador” o “aplicador de plaguicidas” utilizando el traje protector
completo; tampoco han encontrado en los campo, las instrucciones necesarias
que avisen y señalen el tiempo que debe transcurrir para que regresen los
jornaleros a sus labores después de haber aplicado los plaguicida. (Salina y Díaz,
2001; 98)
La aplicación de estos químicos tóxicos, debiera ser al menos, una tarea de
adultos; sin embargo, se han encontrado casos de niños que narran haber
fumigado en más de una ocasión. Aún cuando lo apliquen los adultos, los niños
siguen teniendo contacto con las substancias porque juegan, comen, gatean en
las plantaciones, caminan descalzos, y los más pequeños –como es usual a su
edad-, se llevan las manos a la boca. Investigaciones hechas sobre el efecto de
los plaguicidas en los niños han demostrado que son altamente absorbibles por
vía dérmica, y que por su temprana edad y como parte de su metabolismo, implica
mayor y más rápida cantidad de sustancia inhalada, vía aire. Trabajos realizados
por Eskenazi, Bragman y expuestos desde antes de nacer porque en los campos
también trabajan mujeres embarazadas. (Salinas y Díaz, 2001; 102). La afectación
de tal contacto de químicos en el entorno conlleva la posibilidad de
malformaciones congénitas y cáncer infantil Castorina (1999). Asimismo, las
enfermedades respiratorias se presentan con frecuencia entre los niños jornaleros
por los cambios bruscos de temperaturas a los que se someten, así como las
enfermedades gastrointestinales, por contaminación. La salud de los niños
jornaleros se ve profundamente mermada durante el proceso que se lleva a cabo
en los campos de agricultura empresarial.
Según Diane Mull (Foro invisibilidad y conciencia. Septiembre, 2002), Directora del
Programa Creative Associates International (USAID) menciona que entre México y
Estados Unidos existen 4.55 millones de niños trabajando, de los cuales 3.5
millones con 12 y hasta 17 años de edad, trabajan en la agricultura comercial; de
ellos, 3.1 estudian y trabajan, 250 mil niños trabajan en Estados Unidos en
diferentes actividades y aproximadamente 800 mil niños trabajan en México y
24

Estados Unidos en actividades relacionadas con el campo, en agricultura no-
empresarial. Estas son algunas de las razones que obligan a reflexionar sobre la
situación de los niños jornaleros migrantes y a buscar soluciones para disminuir de
manera importante, la situación de riesgo constante en la que viven día a día en
los campos de cultivo.
II.2 Contexto Nacional
Lo antes expuesto nos muestra que el trabajo infantil no es un problema que se
presente solo en los países subdesarrollados, sino que también está presente en
los desarrollados.
¿Por qué trabajan los niños?, ¿el problema es de exceso de riqueza o de
pobreza? ¿a quién beneficia el trabajo infantil? ¿es necesario que para que los
unos tengan, se esclavice a los otros? ¿para qué se educa? Si se pretenden lograr
propuestas de mejoramiento en la vida de los jornaleros, es necesario incidir en
los contextos donde viven los pobres, pero, también cambiar las relaciones de
explotación que imperan en la sociedad actual. Sirva como ejemplo el caso que
mencionamos sobre los niños que tienen que incrementar drásticamente sus
jornadas en determinadas épocas del año por la demanda de los mercados.
En México, con una población de aproximadamente 100 millones de habitantes, se
considera que existen aproximadamente 38 millones de menores de edad. De
éstos, el 30% de aquellos quienes se encuentran entre los rangos de 0-5 años, se
estima que viven en situación de pobreza y pobreza extrema.
En 1990, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) estimó que eran
obligados a trabajar 250 millones de niños en el mundo, en el 2000 el cálculo
ascendió a 300 millones de niños trabajando en América Latina y el Caribe. De
acuerdo a las investigaciones realizadas por Correa y Vargas (2002; 33-34), la
CEPAL (Comisión Económica para América Latina) informó que en México el 20%
de los niños en edad escolar trabajan; como consecuencia pierden uno o dos
25

años escolares, aunque es una regla que la mayoría de ellos terminen por
abandonar la escuela definitivamente. La Asamblea de Representantes considera
que “...al menos 5 millones de menores laboran en el país y el 70% de ellos
cumple jornadas entre 5 y 14 horas diarias. Además el 50% ha abandonado la
escuela”. (Proceso, 2002) También se menciona que 7 mil niños se emplean como
«cerillos» o empaquetadores en las grandes cadenas comerciales del Distrito
Federal, aunque este número se eleva hasta 10,000 en temporadas vacacionales
o festivas, a pesar de las restricciones legales.”
Según el Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas (PAJA), Delegación
Oaxaca, en la actualidad existen 3.2 millones de niños jornaleros en México, de
estos 1.2 migran permanentemente. Del 100% de trabajadores que se emplean en
el campo, el 42% son mixtecos y el 12% zapotecas; 66.41% de la población
infantil indígena no va a la escuela, frente al 34% de mestizos que sí lo hace 3 .
También señalan que el 85.93% de la población infantil considerada como
indígena se incorpora al trabajo, frente al 75% de la población de mestizos. La
diferencia existente en el monto de los salarios es notable, según se mencionó en
el Foro de Invisibilidad y Conciencia (PAJA, septiembre 2002), que un niño
jornalero indígena percibe un salario de $48.00 diarios, frente a un pago de $60.00
diarios de un niño mestizo realizando la misma actividad.
Por otra parte, los lugares de destino de los jornaleros agrícolas han ido
cambiando, por ejemplo, estados como Sinaloa y Baja California Sur siguen
siendo los de mayor atracción. “...El estado de Sinaloa es uno de los polos de
desarrollo agrícola más importantes de la República Mexicana, debido a las
cuantiosas inversiones privadas y gubernamentales destinadas a dotar a la
producción agrícola con infraestructura y tecnología de punta.” (entrevista que
realizó la autora al Coordinador Estatal del PAJA, Culiacán Sinaloa, febrero del
2002.)
3 Hay que destacar que entre más alto es el nivel de la primaria, son menores las cifras de los
niños que asisten, esto está en razón de que al integrarse al trabajo y a la escuela a la vez, los
niños entran en un círculo de repetición que los hace, a la postre, abandonar los sistemas
educativos.
26

La principal producción es de hortalizas, cuyo proceso productivo requiere de un
gran número de trabajadores quienes -en su gran mayoría-, provienen de otros
estados del país, principalmente: Guerrero, Guanajuato, Durango, Veracruz y
Oaxaca. Para 1994, Oaxaca solo aportaba el 25 % de los jornaleros agrícolas,
situación que cambia en 1999, respecto a su incidencia hacia Sinaloa. Guerrero
ocupa el primer lugar con 27.86%, el propio Sinaloa con 21.93% y Oaxaca, el
tercer lugar con 17.94%. Oaxaca ha dejado de ocupar los primeros lugares en
proporción de mano de obra de los jornaleros en algunos estados del noroeste y
norte del país, principalmente en los dos lugares de llegada estudiados, como lo
son Sinaloa y Baja California. Las causas por las que la afluencia den los destinos
de llegada cambian es por decisión de los migrantes, pero básicamente por
cuestiones de geopolítica económica, ya que el Valle de San Quintín ha dejado de
ser de atracción y se está convirtiendo en una zona intermedia o de paso, porque
aún cuando han avanzado en materia tecnológica, ya tienen muy poca agua,
razón suficiente para que las agroindustrias se desplacen a otras regiones y los
migrantes dejen de arribar preferencialmente a estos lugares como lo hacían
antes.
Estos dos casos específicos nos muestran que los flujos migratorios sobre todo los
procedentes de Oaxaca están cambiando, lo cual no significa que se ha detenido
la migración, por el contrario sigue creciendo en forma alarmante; la movilidad de
los jornaleros oaxaqueños recientemente ha orientado sus desplazamientos hacia
los Estados Unidos.
II.3 Contexto estatal
En el presente apartado se muestra una visión rápida del estado de Oaxaca, como
fundamento contextual en que se desarrolla la Mixteca y enmarcándola en un
contexto nacional, donde Oaxaca ocupa el tercer grado de marginación,
caracterizado como "muy alto", lo cual da un parámetro que permite acercarse a
27

una realidad que da cuenta de las condiciones en que se presenta la extrema
pobreza en nuestro país.
a) Ubicación geográfica
El estado de Oaxaca está situado al sureste de la República Mexicana, limita al
norte con los estados de Puebla y Veracruz, al este con Chiapas, al oeste con
Guerrero y al sur con el Océano Pacífico.
Fuente: www.sagarpa.gob.mx
La entidad posee una extensión territorial de 95,364 Km 2 , que representa el 4.8%
del total nacional y lo convierte en el quinto estado más grande del país. Su
superficie náutica es de 11,351 Km 2 y está ubicado a 1,558 metros sobre el nivel
medio del mar.
b) División político administrativa
Por su conformación política, económica y social, Oaxaca cuenta con ocho
regiones: Cañada, Costa, Istmo, Mixteca, Papaloapan, Sierra Norte, Sierra Sur y
Valles Centrales; y es la capital del estado, la ciudad de Oaxaca de Juárez.
28

Enmarcado en una complicada y caprichosa orografía, el estado se encuentra
dividido políticamente en 30 distritos que abarcan los 570 municipios que gozan
de variados microclimas que históricamente han beneficiado las actividades
productivas de la entidad.
La mayoría de los municipios que conforman el estado son pequeños en territorio
y población, hecho que se refleja en las estadísticas de población, de las 10 511
localidades con las que cuenta el estado, 6 369 localidades que conforman el 60%
del total, tienen de uno a 99 habitantes, 2 921 localidades, es decir el 27.7%,
tienen de 100 a 499 habitantes, 685 localidades o el 6.5% cuentan con una
población de 500 a 999 habitantes; 319, el 3%, de localidades tienen de 1 000 a 1
499 habitantes, y a partir de este rango poblacional el número de localidades
restantes, 217 o el 2 % van de 2 000 a 100 000 habitantes. (INEGI,2000)
28%
Fuente. INEGI, 2002
Gráfico 1
Población asentada en las localidades oaxaqueñas
7%
3%
2%
1 a 99 100 a 499 500 a 999 1000 a 1499 2000 a 100000
El Estado de Oaxaca según la clasificación que realiza el CONAPO (2000) se
encuentra caracterizado de la siguiente manera: 182 municipios como de muy alta
marginación, (el 31.9%), 276 como de alta marginación (48.42%), 76 con
marginación media (13.33%); 27 municipios de baja (4.73%) y 9 municipios de
muy baja marginación (1.57%). (DIGEPO,2000;58)
60%
29

c) Economía
Respecto a la situación económica, según el INEGI (2000) el estado de Oaxaca
cuenta con 2 383 233 habitantes de 12 a 65 años, de los cuales 1 076 829
habitantes conforman la Población Económicamente Activa (PEA). De esta
población, 1 066 558 son PEA ocupada y 10 271 desocupados, frente a 1 297 849
que conforman la Población Económicamente Inactiva (PEI).
Del total de la población ocupada, la mayor parte representa a trabajadores por su
cuenta 414 724; seguido muy cerca por el número de empleados y obreros (343
047), continuando con los jornaleros o peones (130 098), después los trabajadores
sin pago (116 467) y por último, los patrones (16 044), como se muestra en la
Gráfica 2.
130098
Gráfico 2
PEA Según ocupación
116467
343047
16044
414724
trabpcta empl/obreros jornal/peon trabspago patrones
Fuente. Tabulados Básicos. INEGI. 2001
La ocupación principal del estado continua siendo la rama agrícola en donde se
concentran 438 312 habitantes, le sigue en importancia las personas dedicadas al
comercio (119 994) ya que Oaxaca es de fuerte afluencia turística, la actividad
comercial y de servicios ocupa uno de los lugares más importantes. En el sector
manufacturero, para el 2001, según el INEGI se reportaron 119 795 trabajadores y
en la construcción 80 092 personas, en la minería 3 829 y en electricidad y agua 2
800 personas. Lo anterior demuestra que la entidad continúa siendo
30

especialmente rural en algunas regiones, y en algunas otras tiene poca presencia
industrial
119795
119994
Gráfica 3
Distribución de la poblacion, según ocupación
80092
3829
2800
438312
agrícola comercio manufacturera construcción minería elect/agua
Fuente. Tabulados Básicos. INEGI, 2001
De acuerdo al orden de importancia que el sector primario tiene en la entidad, las
territorios regionales sembrados y cosechados en el año agrícola 1999-2000 son:
el Istmo con una superficie de 32 775 hectáreas, le sigue la región del Papaloapan
con 31 175 has. y en tercer lugar los Valles Centrales con 15 890 has. Los cultivos
de mayor importancia son, maíz. fríjol, chile, garbanzo y frutas. Regiones como la
Cañada, Costa, Mixteca y Sierra Norte alcanzan menos de 9 200 has. sembradas,
aunque el cultivo principal para ellas también es el maíz, el frijol, y el garbanzo.
(INEGI,2001;358) Aunque el algunas regiones los niveles de producción son
bastante altos, no se llega a cubrir los requerimientos internos; así mismo es
importante hacer notar que la región de estudio no figura dentro de aquellas en las
que se logra la mayor producción, de tal manera que ante la carencia de los
productos básicos en la comunidad, las familias tienen que desplazarse a otros
lugares del país.
La ganadería, aunque no es una actividad importante también tiene su relevancia
en el estado. Hasta el año 2000 Oaxaca producía 1 664 408 cabezas de ganado
31

ovino, 1 096 562 cabezas de ganado caprino, 4 992 357 gallinas y 839 235
puercos, como los animales más importantes por número, además de ovinos,
equinos, guajolotes y colmenas.
El volumen de la producción forestal del estado es de 579 194 mt 3 para el año
2000, la región más importante en producción forestal es la Sierra Sur con 238
439 mt 3 de madera en rollo, le sigue la Sierra Norte con 161 181mt 3 en rollo, los
Valles Centrales con 76 882 mt 3 y la Cañada con 32 830 mt 3, como las regiones
más altas en esta explotación.
Como podemos observar en el ámbito económico Oaxaca no es un estado que
pueda mantener al total de su población por arriba de la línea de pobreza, esto
repercute en los contextos locales y por ende, las familias recurren a la migración
como un recurso para paliar su situación de pobreza.
Los niños jornaleros oaxaqueños pertenecen a las familias que se consideran
pobres, indígenas y analfabetas. El 70% de las familias fluctúan en edades de 20
a 29 años, lo cuál las ubica en familias constituidas con rangos de edades muy
jóvenes y, al mismo tiempo, que tienen un alto potencial de mano de obra, así
mismo, el 75% de estas familias tiene en promedio tres hijos. El 30% de la
población jornalera pertenece a algún grupo étnico. En dichos grupos las mujeres
poseen elevados índices de monolingüismo y el 78% de las familias migrantes son
nucleares, la mayoría, analfabeta también, lo que pone a los niños en situación de
verdadera desventaja para insertarse en el medio educativo (Reyes,2002;105).
d) Aspectos sociales
Las condiciones de desigualdad social se expresan como consecuencia de los
desequilibrios económicos a los que se enfrenta la entidad. Según el XII censo de
Población y Vivienda del INEGI, para el 2000 Oaxaca contaba con una población
de 3’438,765 habitantes (1’657,406 hombres y 1’781 359 mujeres), quienes se
distribuyen en las regiones como lo muestra la siguiente gráfica (Gráfica 4). Las
32

cuatro regiones más pobladas son, en orden de importancia, Valles Centrales,
Istmo, Mixteca y Costa.
6%
9%
5%
13%
GRAFICA 4
DISTRIBUCION DE LA POBLACION POR REGION
13%
14%
25%
15%
Fuente: XII censo de Población y Vivienda del INEGI. 2002
Valles Centrales
Istmo
Costa
Papaloapam
Sierra Sur
Canadá
Sierra Norte
Mixteca
Es importante resaltar que en el ámbito nacional, Oaxaca, es el estado que posee
mayor presencia de grupos étnicos, cuestión que lo ubica en una situación más
delicada respecto a otras poblaciones mexicanas, cuando de migración de
jornaleros se trata, por las características de dichas familias. En este sentido,
tenemos que para el año 2000, INEGI contabilizó un total de 1’120 312 hablantes
de alguna de las 16 lenguas indígenas 4 que existen en el estado. El 35% de los
oaxaqueños pertenecen a algún grupo étnico; y se encuentran distribuidos por
sexo y según su condición de hablantes de la siguiente manera: 538 255 son
hombres y 582 057 son mujeres; según su nivel de monolingüismo el 20% de esta
población (219 171 personas) habla su lengua, pero no el español; dentro del
4 Estas son: amuzgos, chatino, chinanteco, chocho, chontal, cuicateco, huave, ixcateco, mazateco,
mixe, mixteco, náhuatl, triqui, zapoteco, zoque y el popoloca en peligro de extinción.
33

monolingüismo no castellano, son las mujeres quienes representan un mayor
número y 885 539 hombres y mujeres son hablantes de español como segunda
lengua, la primera, su lengua materna es de origen étnico, son considerados
bilingües. (INEGI,2001) Cabe mencionar que los dos grupos étnicos más
representativos para el estado son el mixteco con 244 259 hablantes y el zapoteco
con 341 383 (INEGI, 2000). En cuanto a la tasa de crecimiento social para el año
2000 Oaxaca contaba con una tasa de 0.75% anual (Mina,2002;5), lo cual puede
estar precisamente explicada por los niveles de expulsión de población a otras
entidades y al extranjero.
Continuando con los datos demográficos se encontró que en el año 2000 Oaxaca
tuvo el promedio de 2.92 de hijos por mujer considerado hasta el final de su vida
reproductiva, el cual es mayor a la media nacional. En cuanto a la esperanza de
vida en Oaxaca según Mina (2002;3), para la población total es de 72.49 años
(hombres 70.18 años y mujeres 75.72 años) frente al promedio nacional que es
de 73.6 años.
Un indicador que mide el desarrollo económico en las entidades es sin duda la
tasa de mortalidad infantil, que en Oaxaca ocupa el segundo lugar a nivel nacional
después de Chiapas, registrándose 31.68 defunciones infantiles anuales por cada
mil nacimientos. Así en la región sureste 5 de México la tasa de mortalidad infantil
es de 29 defunciones por año por cada mil nacimientos, mientras que a nivel
nacional es de 25 defunciones por cada mil nacidos.
Para el rubro de la educación la población de 15 años y más que presenta
analfabetismo se encuentra representada por un 21.45 % y para la variable
primaria incompleta el 45.53 % se encuentra en dicha situación. Esto se agudiza
en las regiones con más alto grado de marginación, lo cuál hace que existan
5 La región sureste se encuentra integrada por los Estados de Campeche, Chiapas, Guerrero,
Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán
34

zonas con marcadas diferencias en el estado, algunas consideradas como
prósperas y otras con mayores rezagos o pobreza.
Oaxaca tiene una población en edad escolar de 6 a 14 años que suman 812 745
habitantes, de los que 410 468 son hombres y 402 277 son mujeres. De los 660
800 niños que tienen aptitudes para leer y escribir, 332 276 son hombres y 328
524 son mujeres (ver gráfica 5); el número restante, 151 945, no ha recibido la
instrucción necesaria para poder hacerlo, lo cual representa un 18.69 % de la
población en infantil que se queda sin la educación básica y que se distribuye en
las zonas marginadas del estado. Estas estadísticas muestran lo que ya es
ampliamente conocido en Oaxaca en materia educativa y que responde a la
dispersión de las instituciones educativas, así como también a la pobreza de sus
familias, que muchas veces, al requerir mayores recursos económicos para sus
hogares, los padres permiten que los niños trabajen a edades muy tempranas, lo
que los coloca en franca desventaja respecto de aquellos que sí asisten a la
escuela. Según estudios realizados, el niño que abandona la escuela para poder
trabajar será quien menos salario reciba después, cuando sea adolescente y lo
mismo sucederá después, en su vida adulta. (Annan, 2001; Zabala, 1996;
UNICEF, 2001)
900000
800000
700000
600000
500000
400000
300000
200000
100000
0
Gráfica 5
NIÑOS EN EDAD ESCOLAR SEGÚN APTITUDES
PARA LEER Y ESCRIBIR
TOTAL HOMBRES MUJERES
NIÑOS EN EDAD ESCOLAR LEEN Y ESCRIBEN
Fuente: XII Censo de Población y Vivienda, INEGI, 2000
35

Por otra parte, considerando la información sobre el lugar de nacimiento y lugar de
residencia que declaró la población censada en cada una de las 32 entidades
federativas, en el año 2000 Oaxaca tiene un saldo neto migratorio de casi 662 mil
703 habitantes, lo cual la ubica como una zona de fuerte expulsión de mano de
obra a otras entidades del país y a Estados Unidos principalmente. En Oaxaca la
migración es un fenómeno que día a día se agudiza, pues algunas de las
condiciones del medio geográfico y climatológico, así como la poca inversión a la
agricultura que se brinda, lo que provoca a los campesinos gran dificultad de
competir con los mercados de agroindustriales nacionales e internacionales, hace
casi imposible la producción agrícola regional. Esta carencia en la producción
deriva en una escasa producción de bienes y servicios en las comunidades
rurales. Los habitantes se vean obligados a emigrar en busca de mejores
condiciones de vida (Reyes: 2002;28).
En cuanto a la migración temporal, de un total de 19,069 familias oaxaqueñas,
12,748 realizan sus desplazamientos con niños y 6,321 sin niños. (Ortiz, 2001) 6 En
este sentido, al interior de las familias migrantes jornaleras, los niños hoy en día se
han vuelto una pieza importante en el rompecabezas de la vida cotidiana. Las
crisis económica, ha llevado a que miles de niños en el mundo se inserten en
mercados laborales a temprana edad, lo cual va en contra de sus derechos
humanos y los ubica en el grupo más vulnerable de la sociedad. El caso de los
niños jornaleros agrícolas manifiesta la dinámica de pobreza y explotación a la que
se ha sometido este grupo en las últimas dos décadas.
Según la encuesta aplicada, se encontró que, de una población económicamente
activa (868 291 personas) 210 032 salen a trabajar fuera de su lugar de origen, lo
cual representa el 24.19% de la PEA, sin considerar el trabajo infantil. Este
progresivo aumento de los movimientos migratorios resalta la permanencia de las
desigualdades económicas y sociales en la entidad, donde no sólo la pobreza y la
6 Encuesta aplicada a autoridades municipales de 453 municipios, dentro del Proyecto: La
emigración de oaxaqueños a los campos agrícolas a del Norte y Noroeste de México y a los
Estados Unidos. 2000. IISUABJO.
36

marginación se hacen presentes, sino también la discriminación étnica y la
violencia. La exclusión y la falta de oportunidades ha orillado a las familias a
desarrollar estrategias de sobrevivencia para satisfacer sus necesidades básicas.
II.4 Contexto Regional
La región de la Mixteca se encuentra integrada por 155 municipios de los cuales el
20% (31 municipios) presenta muy alto grado de marginación; el 63.88% (99) es
de alta marginación; 14.83% (23) de media y 1.29% (2) de baja marginación. Cabe
mencionar que el 27.19% de los municipios de Oaxaca se encuentran ubicados en
ésta región (ver Mapa 2).
La Mixteca, con una extensión de 16,333 Km 2 ; se encuentra dividida por 7
distritos: Silacayoapam, Huajuapam, Coixtlahuaca, Juxtlahuaca, Teposcolula,
Nochixtlán y Tlaxiaco.
La erosión en la región de la Mixteca es muy fuerte, el distrito de Coixtlahuaca ha
sido catalogado con el peor grado de erosión existente; a pesar de la pobreza
regional y la grave erosión que presentan algunas partes de esta zona, en los
pequeños valles y laderas, se puede labrar y sembrar la tierra.
37

FUENTE:Elaboración propia con datos del INEGI.
Dentro de la Mixteca, el Valle de Nochixtlán se caracteriza por su diversidad de
cultivos como: trigo, cebada, alpiste, haba y alfalfa y se considera el más próspero
de la región; la producción se destina casi por completo a los mercados
regionales.
MAPA 2
REGIÓN MIXTECA Y MUNICIPIOS DE ESTUDIO
La Mixteca tienen una población de 12 años y más de 292 703 habitantes; el
40.8% es PEA (catalogándose el 81.08% como población activa y el 18.92% está
desocupado); el 59.2 % son PEI.
En esta región, sus habitantes desarrollan artesanías de palma principalmente
para paliar la precariedad en la que viven. Otros se dedican a la ganadería
caprina. Respecto a las siete regiones restantes del Estado de Oaxaca, la Mixteca
presenta un alto porcentaje de pobreza, en la actualidad sus actividades
económicas son insuficientes para generar riqueza. La característica básica de la
Mixteca, es su fuerte expulsión de mano de obra a destinos nacionales como
internacionales. También existen desplazamientos de población a los Estados
Unidos, pero existen en menor proporción respecto a los que suceden o en el
ámbito nacional y varía de acuerdo a los distritos de la región.
Itunyoso.shp
Tecomaxtlahuaca.shp
Snmartin.shp
Juxtlahuaca.shp
Coicoyan.shp
38

NÚMERO DE
MUNICIPOS POR
DISTRITO
25
20
15
10
5
0
FUENTE: Ortiz Gabriel Mario. La migración de oaxaqueños a los campos agrícolas del norte
y noroeste de México y a los Estados Unidos. IISUABJO. 2000.
De la Población Económicamente Activa que registró la encuesta del IISUABJO
(2000) en la región, se encontró que de 119,133 personas, salen 66,026 a trabajar
fuera de su lugar de origen, lo que representa a más de la mitad de la población, y
provoca que la mayor fuerza productiva, se desplace para generar riqueza en
otros lugares.
GRAFICA 6
DESTINOS DE MIGRACIÓN SEGÚN DISTRITOS
Interregional Edos. Del Norte Valle de Mex. Otros Edos. Internacional
D E S T I N O S
Coixtlahuaca Huajuapan Juxtlahuaca Nochixtlán Silacayoapan Teposcolula Tlaxiaco
Respecto a las actividades económicas, uno de cada dos habitantes realiza
actividades productivas, entre las que destacan la agricultura, explotación forestal,
ganadería, industria y comercio. La agricultura es la principal actividad económica
en la Mixteca Alta. Cabe mencionar que, en la mayoría de los casos de esta
región, posee tierras de muy mala calidad debido a la erosión y a la topografía de
la región, terrenos de agostadero, que no presentan condiciones propicias para la
agricultura de temporal que es la que se desarrolla en la región. En este sentido, la
producción agrícola, es insuficiente para la subsistencia debido a la dificultad que
presenta la cosecha en tierras de temporal (96% de las tierras cultivables), así
como a la nula inversión agrícola en la zona desde hace décadas. Cabe
mencionar que, debido a la necesidad, las tierras se sobre explotan lo cual
provoca menores rendimientos, por un lado. También, los sistemas de cultivo
tradicionales basados en la roza y quema, con instrumentos básicos como la coa y
el azadón siguen siendo la única tecnología utilizad. La siembra y cosecha se
39

ealiza de manera comunitaria, colaboran hombres, mujeres, niños, parientes y
compadres, de acuerdo a sus costumbres y tradiciones 7 .Los cultivos más
importantes son el maíz, trigo y frijol, como señalamos anteriormente, su
producción es precaria.
Las formas de tenencia de la tierra entre sus pobladores comprende tanto
propiedad comunal (referida sobre todo a los bosques y las tierras de pastoreo),
como la propiedad ejidal y propiedad privada; ésta última es la predominante, la
parcela tiene por lo general un promedio de dos hectáreas (INEGI, Anuario
Estadístico, 2001).
Como se mencionó, con respecto a la ganadería se cría ganado caprino, porcino y
lanar. Aunque la Mixteca no posee grandes bosques, también se extraen maderas
corrientes y preciosas, lo cual pone en mayor riesgo el precario equilibrio del
entorno, su erosión y sus habitantes.
La lengua Mixteca tiene múltiples variantes. La dificultad existente para
comunicarse entre sus municipios a lo largo del tiempo, propició diversificaciones
lingüísticas que las hacen ininteligibles entre sí. En esta situación se encuentra
especialmente la Mixteca baja.
La Mixteca cuenta con una población total de 429,785 habitantes en 93 736
viviendas ocupadas por un promedio de 5 personas. La Mixteca baja tiene una
casi absoluta carencia de servicios básicos. En general, en esta región, las
familias viven en casas fabricadas con adobe o madera y techos de palma, lámina
o teja. Un pequeño número de habitantes (20%) dispone de casas con más de una
habitación, construidas con materiales resistentes a fluctuaciones climáticas y con
todos los servicios.
7 Cabe mencionar que la agricultura y la relación del ser humano con la tierra, en los pueblos
originarios, como aquellos que son de la región Mixteca conforman los pilares de su conocimiento y
de su cultura, lo que se ve alterado de manera importante por la influencia que reciben los
migrantes al viajar a las zonas comerciales agrícolas del norte y noroeste del país.
40

La organización social Mixteca, se basa fundamentalmente en la familia nuclear, y
en menor medida en la extensa. Según los estudios que hemos realizado,
permiten constatar que estos cambios (hacia la familia extensa) se han generado
en mayor medida como efecto de la migración.
Según el trabajo de campo realizado en esa región tenemos que de 128
municipios encuestados 122 presentan migración temporal y 6 que no emigran. De
un total de 340,381 habitantes (180,509 mujeres y 159,872 hombres), salen a
trabajar a otros lugares 29,931 mujeres 41,095 hombres y 4,059 niños, lo que
representa un total de 75,085 personas jornaleras, es decir, el 22.05% de la
población total de la región. Cabe mencionar que de acuerdo a nuestra encuesta
en el estado, de un total 2’407,396 personas, se desplazan a trabajar a otros
lugares 260,402 (10.8%) como jornaleros agrícolas, y de ellos, el 28.83 % son
mixtecos. Cabe mencionar que la Mixteca ocupa los primeros lugares en expulsión
de mano de obra jornalera a otros lugares (ver gráfica 7).
120
100
80
60
40
20
0
GRAFICA 7
DESTINO DE LOS MIGRANTES TEMPORALES POR REGIÓN
CAÑADA COSTA ISTMO MIXTECA PAPALOAPAM SIERRA NORTE SIERRA SUR VALLES
CENTRALES
INTERREGIONAL EDOS DEL NORTE VALLE DE MEXICO
OTROS ESTADOS INTERNACIONAL
FUENTE: Ortiz Gabriel Mario. La migración de oaxaqueños a los campos agrícolas del
norte y noroeste de México y a los Estados Unidos. IISUABJO. 2000.
En este sentido, los grupos marginados como los indígenas (mixtecos) han hecho
de la migración laboral, una tradición que se reproduce generacionalmente. Así
41

tenemos que desde antes de 1900 los migrantes mixtecos se trasladaban al
estado de Veracruz para el corte de caña. Setenta años más tarde, los cultivos
comerciales de exportación de los estados de Sinaloa y Baja California comienzan
a emplear aproximadamente 90 mil trabajadores, la mayoría de ellos mixtecos,
respecto a los 10 mil que participaban en el circuito migratorio establecido entre la
Mixteca y la ciudad de México (Corona,1992).
En un principio los migrantes eran hombres, pero a medida que la situación de las
familias en sus comunidades se volvía más crítica, los migrantes empezaron a
desplazarse acompañados de sus esposas e hijos para establecer residencias
temporales en comunidades rurales del Centro y Sur de California y para cruzar la
frontera México-Estados Unidos.
Según información de estudio realizado en el IISUABJO (Ortiz,2000) a autoridades
municipales encontramos que la Mixteca presenta los índices más bajos de
escolaridad en todos los niveles educativos que se midieron. Por ejemplo, sin
escolaridad existen 66 municipios (30.55%) a nivel estatal, seguido por 35
municipios de Valles Centrales, casi la mitad (16.2%) con primaria incompleta se
encontraron 80 municipios (34.8%), seguido también por Valles Centrales con un
(15.7%). En relación a la primaria terminada encontramos que 104 municipios
presentan población con esta característica, lo cual representa el 31.2%, a nivel
estatal.
La participación de los niños en los campos agrícolas no ha significado que
puedan trabajar con cargas laborales menores o con mejores salarios; por el
contrario, están obligados a hacerlo al mismo ritmo y con los mismos resultados
que un adulto 8 , el salario diario que percibe tanto un niño como un adulto es de
8 La capacitación del niño jornalero la proporcionan los propios padres o familiares desde los
primeros días de labor. En las cuadrillas es frecuente observar al padre, a la madre o a algún
pariente adulto, enseñar los secretos de las labores agrícolas a las nuevas generaciones de
jornaleros. La mística del trabajo y su importancia para la reproducción familia, son recibidas por el
niño en el seno de su familia dentro de los campos de labor.
42

$53.00 con una jornada de 8 horas, de 7:00 a 16:00 horas, con una hora de
descanso para comer; trabajan 6 días a la semana. Estos datos varían en función
del tipo de cultivo y del periodo de cosecha.
Aunque en algunos campos del noroeste se dice que ya no se contrata mano de
obra infantil por las presiones externas hacia los grandes empresarios de no
comercializar sus productos con presencia de trabajo infantil, está muy lejos de ser
realidad, ya que se sigue contratando. Por ejemplo, en un campo de San Quintín
nos encontramos con una cuadrilla de niños denominada “Los pitufos”, menores
de entre 8 a 14 años aproximadamente. En Sinaloa, también detectamos
cuadrillas de familias completas trabajando en los campos agrícolas. Una
encuesta levantada en San Quintín por el UNICEF en 1998 arrojó que un 24.6%
de los niños declaró haberse incorporado al trabajo entre los 5 y 9 años de edad;
mientras que un 75.3% lo hizo entre los 10 y 14 años.
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
BAJA CALIFORNIA
Por otra parte, “la migración familiar ocasiona que en las escuelas se presente una
alta deserción porque los niños viajan con sus padres a trabajar como jornaleros,
43

lo que les ocasiona desfase educativo y problemas administrativos” (UNICEF,
1994). Aunque hoy existan programas orientados a atender a la población infantil
migrante, estos esfuerzos no han tenido un verdadero impacto, ya que muchos
niños entran al programa y abandonan la escuela antes de terminar los ciclos
escolares, la actualización y pertinencia de los documentos educativos oficiales se
convierta en un obstáculo para continuar sus estudios en otros lugares; además
de que una vez llegando a los campamentos en los cuales se concentra la familia
para trabajar, las jornadas de trabajo, la dinámica laboral no les permite combinar
las dos actividades: trabajo y escuela.
Así las nuevas generaciones de niñas y niños jornaleros se forman básicamente
en el seno familiar, es decir una socialización primaria la cual ocupa un lugar
fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje ya que representa la
primera fuente de sus experiencias educativas y formativas con las cuales muchas
veces se quedan. Es a través de la familia, y especialmente de la madre con el
niño inicia su proceso de socialización, aprendiendo costumbres, valores, formas
de comportamiento y comunicación que son vigentes y practicadas en la
comunidad. La familia proporciona el modelo con el cual el niño se identificará
para conformar su propia identidad, su visión y concepción del mundo y la función
social que le corresponde dentro de la sociedad. La familia prepara y capacita al
niño para el desempeño de las funciones socioeconómicas que le corresponden
dentro de la comunidad. La socialización llamada secundaria 9 , llega después.
9 Según Berger y Luckmann el niño aprende en dos dimensiones: la socialización primera enfocada
a la familia y, la socialización secundaria enfocada a la labor de las Instituciones quienes se
encargar de preparar al individuo para que pueda manejarse en ese mundo interinstitucional
44

POBLACIÓN
140000
120000
100000
80000
60000
40000
20000
0
GRAFICA 8
POBLACIÓN INFANTIL EN EDAD ESCOLAR SEGUN DISTRITOS DE LA
MIXTECA
SILACAYOAPAN
TLAXIACO
NOCHIXTLAN
HUAJUAPAN
DISTRITOS
COIXTLAHUACA
TOTAL HOMBRES MUJERES
Fuente: Censo de población y vivienda 2000. INEGI.
JUXTLAHUACA
TEPOSCOLULA
En este sentido, tenemos que en la región Mixteca existe una población potencial
en edad escolar de 457 mil 222 niños como lo indica la gráfica (ver Gráfica 8)
según los distritos de la región; pero de esta población escolar sólo el 29.49%
asiste a la escuela, quedando un 70.51% de los niños sin instrucción básica; es
decir, ante el rezago, mayor rezago: por su dinámica, las nuevas generaciones de
jornaleros se quedan aún más rezagadas escolarmente, de entre los jornaleros,
las niñas se ven más afectadas aún.
45

POBLACIÓN
80000
70000
60000
50000
40000
30000
20000
10000
0
GRAFICA 9
INASISTENCIA ESCOLAR POR DISTRITO SEGÚN SEXO
HUAJUAPAN NOCHIXTLAN TLAXIACO SILACAYOAPAN TEPOSCOLULA JUXTLAHUACA COIXTLAHUACA
DISTRITOS
TOTAL HOMBRES MUJERES
Fuente: Censo de población y vivienda 2000. INEGI.
Esta situación está asociada a la movilidad de las familias mencionadas, ya que
como hemos dicho anteriormente, el trabajo infantil, es hoy en día una pieza clave
en la sobrevivencia de las familias pobres. Cabe señalar que la aportación de los
migrantes jornaleros mixtecos a los mercados laborales ha quedado marcada por
las crisis que se desarrollan a nivel estructural, y que la incorporación de la mano
de obra ha ido variando de acuerdo a su historia, ya que primero migraron los
hombres, luego las mujeres y ahora los niños, hecho que pone una vez más en
evidencia que son siempre los más desprotegidos y marginados, quienes se
tornan más vulnerables en las situaciones extremas.
Según los datos del Censo de Población y vivienda del 2000, las mayores tasas
de participación económica por distrito, los niños de 12 a 14 años considerados
como población económicamente activa, se encontró una presencia laboral alta en
los distritos de Huajuapan, Coixtlahuaca, Nochixtlan y Juxtlahuaca. Estos datos
sobre la PEA dan cuenta de que los niños son quienes más ingresos generan para
el hogar, pero no descartemos que según las tradiciones de las comunidades
mixtecas el trabajo de las niñas muchas veces queda inscrito en las “invisibles”
actividades domésticas, como son lavar, limpiar su cuarto o casa y cuidar a sus
hermanitos como lo pudimos constatar en Baja California y Sinaloa.
46

El cuidado de los hermanos pequeños por parte de las niñas
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
En este sentido, las condiciones de los niños que estudian o trabajan representan
un problema mucho más amplio, agravado especialmente desde la década de los
ochenta y debido a las relaciones que establece el modelo económico
predominante que para generar un "ganador" requiere obligadamente de
"perdedores": la gran cantidad de niños jornaleros que tanto en México como en el
resto del mundo, viven en condiciones de explotación. El modelo económico
capitalista es cada vez más excluyente y los grupos marginados entran en el
círculo vicioso de la pobreza, donde los pobres cada vez se hacen más pobres,
porque para poder sobrevivir tienen que integrarse todos al trabajo productivo, no
quedándoles tiempo para actualizarse y auto desarrollarse, como sucede en el
caso de los jornaleros: asistir a la escuela y al trabajo, tareas excluyentes por la
cantidad de tiempo requerido y -dada la movilidad de los ciclos agrícolas- que
requiere de presencia en espacios diferentes, en el mismo momento, lo que
complica de manera importante la imposibilidad de realizarlo. Los jornaleros optan
por asistir a los lugares de trabajo, que les proporciona ingresos para la simple
sobrevivencia, antes de asistir a la escuela.
47

Las escuelas en los campamentos
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
Escuela en el campamento
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
48

SEGUNDA PARTE. LOS RESULTADOS
CAPITULO III
DIAGNOSTICO DE LAS FAMILIAS JORNALERES
Debido a que en Oaxaca no existían estudios referidos a analizar la situación de
los niños jornaleros migrantes y su educación formal tanto en lugares de origen
como de llegada, fue muy importante dar cuenta de la dinámica implícita que lleva
vincular migración y educación. Por tal motivo fue primordial rescatar las vivencias
de los niños y, especialmente, la de familias completas que migran. Es por ello
que el presente apartado tiene la finalidad de describir los principales rasgos que
identifican a la familia migrante en el contexto de la región Mixteca, y dar cuenta
de algunas de sus más importantes características de identidad, que hacen que
los jornaleros tengan una visión del mundo particular y que contienen aspectos
fundamentales de la formación del niño y niña migrantes.
Las prácticas sociales de las familias -insertas en grupos comunitarios mayores-,
son los que reproducen, crean y recrean su vida cotidiana, y las que finalmente, en
un encadenamiento con el pasado y sus expectativas futuras, construyen una
visión cultural del mundo, circunscrita a un tiempo y espacio determinado. En este
sentido encontramos que las familias jornaleras mixtecas tienen las siguientes
características:
Analfabetismo: de las 1311 personas mayores de 15 años entrevistadas tanto en
los lugares de origen como en los de llegada, se encontró que el 42.59% de la
población de la muestra son analfabetas, el 48.49% tienen primaria incompleta,
pero por las características de la educación que se imparte en la zona de estudio y
por encontrarse que sólo llegaron a tercero o segundo año, esta población no
domina la lectura y escritura, por tanto, el hecho de haber asistido a la escuela en
términos de instrucción, no garantiza no sean analfabetas, lo cual representaría en
términos reales un 91.08% de la población total dentro de este grupo de
49

eferencia 10 , el 7% tienen primaria completa y el escaso resto posee secundaria o
nivel técnico.
Monolingüismo, de las 1897 personas mayores de cinco años se encontró que el
67.63% es monolingüe en mixteco 11 , siendo dentro de este grupo, el más
representativo el de las mujeres, con 53.7%; mientras que el monolingüe en
español asciende al 1.24%, representado por las nuevas generaciones de niños
cuyas familias ya no desean que hablen el mixteco, por asociarlo con la
discriminación y el rezago. Un dato importante es que mientras algunas familias ya
no quieren enseñar el mixteco, a sus hijos, otras sí enseñan ambos idiomas,
encontrándose al 31.13% en esta situación.
Otra características es que son familias nucleares y muy jóvenes con gran
potencial para el trabajo. El rango de edad predominante en estas familias
jornaleras es de 10 a 25 años de edad y se desplazan en su mayoría con hijos.
Sólo se detectó un 11.21% que van acompañados de otros familiares tales como
hermanos del esposo o esposa, suegras, o personas conocidas de su localidad.
Un dato revelador es que siempre se había considerado que las familias jornaleras
tenían un promedio de 2 o 3 hijos, pero se encontró que algunas familias tienen
hasta 8 hijos, sobre todo aquellas que se consideran como permanentes en los
campamentos. Las familias que salen de la comunidad tienen un promedio de 4
hijos, un dato muy elevado si se observan los promedios nacionales,
especialmente los de áreas rurales que son 2 hijos por familia. Sin embargo los
hallazgos demostraron que los niveles altos de natalidad se deben probablemente
a que dentro de la lógica de las familias jornaleras, un mayor número de hijos
significa la garantía de su subsistencia. En un principio de la investigación, se
10 Esto fue observado en los adultos, ya que mientras fueron sus primeros años de instrucción
primaria, lucharon por aprender hablar español, dado su monolingüismo en Mixteco.
11 Esta situación se da porque la mayoría de las mujeres y hombres viven en comunidades muy
marginadas donde tienen muy poco el contacto con el exterior, especialmente con hablantes de
español; las pocas posibilidades que tienen para practicar es cuando salen de sus comunidades:
en los campos, pero como están trabajando largas jornadas no les resta tiempo para hacerlo.
50

pensó que las familias eran reducidas por la movilidad a la que se ven obligadas y
que se dificulta entre mayor número de integrantes tiene; así mismo, por la
referencia de investigaciones anteriores.
No poseen tierras y las que tienen, son de muy mala calidad. El 60 % de las
familias jornaleras admitió no tener tierras de cultivo, por ello es que se quedan a
radicar en los campos de Sinaloa y Baja California, lo que, a veces, les ha
permitido hacerse de un pequeño patrimonio, particularmente a través de las
organizaciones de migrantes. Del resto de la población (40%) que aceptó tener
tierras en sus comunidades de origen, de este grupo sólo un 50% la siembra, pues
declaran invertir más de lo que ganan, por lo que toman la decisión de no
sembrarlas. Un jefe de familia comenta al respecto: “...Y hay que aguantarlo, hay que
aguantarlo. Terreno casa todo tenemos allá lo que hace falta es billete. Allá muchos de mi pueblo
viven en Ensenada, Lázaro Cárdenas, Leandro Valle, un chingo ya se salieron, de 20, 30 años, ya
tienen solar bueno, ya más o menos están ellos... ¿por qué?, porque salieron con todo pues y
quisieron estar solo, y como nosotros vamos pa´ allá y venimos, como por ejemplo ‘orita, horramos
un poquito, y otra vez vamos pá la casa,, ya termina y entonces ya no hay con qué ...ya llegando el
mes, ya salimos”
(entrevista realizada a jornalero en Sinaloa, febrero 2002)
Pertenecen a economías de subsistencia, pues lo que siembran no siempre se
cosecha, además la cosecha muchas veces alcanza para sobrevivir unos dos o
tres meses, esto hace que la mayoría de las familias jornaleras apenas sobrevivan
en sus comunidades durante los meses que permanecen ahí y esperan a que
lleguen los enganchadores para poder ir a trabajar a los estados del noroeste y
norte del país: “...Hay que buscar la vida allá que quedarse aquí sin tener trabajo”; “Está cabrón
quedarse aquí” o “...La comunidad es muy triste * por eso tenemos que salir”
(entrevista realizada a jornalero en Sinaloa, febrero 2002)
* Cuando los migrantes hacen alusión a que su comunidad es muy triste, lo relacionan con la
pobreza en la que viven y es como manifiestan parte de su estado de ánimo en el que están
inmersos en sus comunidades por las carencias que tienen que soportar.
51

Es por ello que una característica intrínseca a las familias jornaleras de la Mixteca
oaxaqueña es que provienen de lugares con altos grados de marginación y
pobreza extrema. En este sentido tenemos que los migrantes de la Mixteca Baja,
de los distritos de Juxtlahuaca, Silacayoapan y Huajuapan de León se incorporan
principalmente a los mercados de trabajo agrícolas de exportación, que requieren
mano de obra temporal de uso intensivo. Por tanto, estos municipios también se
caracterizan por tener alto grado de marginación.
Otra característica fundamental de las familias jornaleras de la región es que son
de origen mixteco. El mixteco provoca discriminación en los lugares de llegada. Se
pudo constatar que en algunos lugares separan a los indígenas de los mestizos y
a los primeros, los asientan en cuartos con menos servicios, construcciones de
lámina y cartón, condiciones que repercuten en su salud, y sobre todo, en la de los
menores. Entonces, por su condición étnica y de instrucción, sus actividades
quedan discriminadas: en algunos campos no les permiten trabajar en las
empacadoras por ser indígenas y porque no saben leer, contar y mucho menos
expresarse bien en español.
Derivado de lo anterior, los mixtecos realizan los trabajos más pesados en los
campos agrícolas, donde hay una jerarquización de actividades. El jornalero de la
Mixteca se encuentra en la parte más baja de la pirámide por su falta de
capacitación para el trabajo, no podrá ser entonces apuntador, o jefe de cuadrilla.
Las familias tienen presencia de trabajo infantil, donde los niños y niñas tienen que
trabajar para aportar al ingreso familiar, hoy en día esta es una característica más
de las familias jornaleras. De las 474 familias entrevistadas, todas ellas envían a
sus hijos a trabajar, ya sea de forma remunerada como es la de jornalero o no
remunerada, como por ejemplo en actividades domésticas. Los niños son
empleados por la familia desde los 6 años de edad, como se muestra en el Cuadro
1 (ver cuadro). Según los testimonios de padres de familia llevan a sus hijos a
trabajar a los campos de la agricultura empresarial porque eso vale, el trabajo y
52

les permite reunir mayores ahorros para cuando regresan a su comunidad, para
así quedarse más tiempo en su pueblo.
En este sentido, ser una familia jornalera proveniente de espacios de marginación
y pobreza, hacen de sus prácticas sociales una reproducción intergeneracional
que proporciona escasamente elementos para la sola autoreproducción. Esto lo
podemos ver con la expresión de un jornalero que fue niño migrante y que ahora
es padre de familia:
P: ¿Cuándo fue el primer año que salió usted?
R: Uh no, no, no, ...ni platicar, entonces del tamaño de mi hijo, con mi papá, por
eso sé todo el movimiento acá, pues....De unos 6 o 7 años, igual como ellos,
pues... De aquí, rumbo a Canadá, Washington ...todo allá recorro, todo lo que es
California. Nos costó todo Baja California, la Paz ...todo conozco yo, nomás la
parte de Michoacán no conozco y Yucatán pa´ allá, Chihuahua no he ido.... Yo ya
no puedo, me canso, ‘orita está muy dura la línea tiene que pagar coyote y ‘orita
tiene que andar 4 noches, 4 días en camino, pero va uno si logra llegar donde uno
quiere, si no, se queda en medio camino. Por eso los traigo a ellos (señala a sus
hijos), para que siquiera poquito lo que coman ya sepan, ya es pan pos, cuando
anda solo, donde quiera uno ....por eso me traje mi familia, les digo: echando
ganas ...No hay feria, lo que sea $50... los ocho horas, cuál cosita voy a comprar
con $50 si por ejemplo un kilo cuesta como 40, 45 pesos ahorita, y luego la soda y
falta la tortilla. No aquí ...malcomidos, nomás la papita, pa´ pasarla nomás
...vivimos al día.
(Entrevista realizada en Estación Bamoa, Guasave, Sinaloa,26 de febrero del
2002).
CUADRO 1
DISTRIBUCIÓN DE NIÑOS SEGÚN EDADES
NIÑAS NIÑOS
TOTALES
EDAD FR. EDAD FR. ACUMULADOS
6 13
6
5
18
7 20
7 18
58
8 31
8 22
111
9 27
9 28
166
10 33
10 39
238
11 29
11 29
296
12 42
12 32
370
13 31
13 26
427
14 24
14 34
485
15 23
15 34
542
16 27
16 19
588
FUENTE: cuestionario aplicado a niños migrantes (2001-2002)
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CAPITULO IV
LOS LUGARES DE ORIGEN: LA PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN
DE LOS JORNALEROS AGRÍCOLAS
Intentar comprender e interpretar la realidad de las familias jornaleras es una tarea
poco sencilla porque requiere considerar los diversos elementos sociales de su
entorno en movimiento, que las llevan a tomar decisiones en sus lugares de origen
y de arribo; decisiones sólo significativas para sí mismas y que, tengan conciencia
o no, se encuentran permeadas por una estructura social que las rebasa.
En este sentido, la construcción del sí mismo, como sujeto social denominado
“jornalero agrícola”, lo edifican de acuerdo a su propia realidad, inscrita ésta en un
proceso histórico de formación que le da sentido y una existencia basada en
significados propios y vivencias que los diferencian de los demás. Todos son
jornaleros, pero aún así, por ejemplo, las familias jornaleras de la Mixteca
oaxaqueña toman particularidades que las diferencian del resto de jornaleros
agrícolas que se concentran en los campos de los estados del noroeste, al mismo
tiempo, estos elementos las hace asumir una identidad única que les une.
Aproximarse a los contextos de estas familias migrantes permite encontrar estos
rasgos para visibilizarlos.
IV.1 Una Mirada Al Interior De Las Familias Jornaleras
Para poder revisar cómo se desarrollan las actividades en una familia, es
importante no olvidar los referentes simbólicos que le dan sentido en el ámbito
social, cultural e histórico y que están en constante interacción con los procesos
de reproducción económica, cotidiana y generacional. Estas interrelaciones
materiales y simbólicas dan lugar a la socialización primaria de los individuos,
donde sus actividades, significados y motivaciones fundamentan las actividades
grupales y comunitarias; ámbito donde también se crean y recrean relaciones
sociales de intercambio, de poder, de autoridad, de solidaridad y de conflicto
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(Oliveira y Salles, 1988). Las relaciones familiares al mismo tiempo que producen
cultura, también producen y reproducen el aspecto macrosocial previamente
interpretado y construido por los sujetos que lo integran al propio núcleo familiar.
Los estudios sobre familias siempre han estado presentes en nuestra sociedad,
entre ellos destacan los que han abordado la reproducción de la sociedad, la
fuerza de trabajo, el papel mediador y protagónico de los grupos domésticos y sus
familias en dichos procesos así como las funciones demográficas,
socioeconómicas y culturales, entre algunos.
Los diversos acercamientos teóricos a las reestructuraciones de la familia se han
realizado bajo diferentes enfoques. “...Los estudios de corte funcionalista clásico
han relacionado los cambios operados en la familia a los procesos civilizatorios y
de modernidad que acompañan al desarrollo de la sociedad industrial avanzada...”
Por su parte, desde el ámbito de la psicología social, algunos autores han
caracterizado los cambios como efecto de la “invasión de las relaciones de
mercado sobre las relaciones afectivas intrafamiliares” (Fromm,1966). Desde una
perspectiva social más amplia, “las transformaciones que operan sobre las
relaciones familiares han sido ubicadas en el marco de los procesos económicos,
sociales y culturales que impone el desarrollo capitalista...” (Salvia,1995;144)
En este contexto, las familias jornaleras no han sido la excepción; por encontrarse
en zonas excluidas con grados elevados de pobreza, se vinculan a los campos de
la agricultura empresarial, como la mejor forma que tienen al alcance para paliar
su condición, sin embargo no les brinda opción alguna para romper con el círculo
de la pobreza en que están inmersos.
Por su parte, la literatura social anglosajona y otros enfoques sociodemográficos
latinoamericanos, a partir de considerar el nuevo papel de la mujer en el mercado
de trabajo y en la vida social, dan cuenta de algunos importantes cambios en la
reproducción de los grupos domésticos “así como de las relaciones de género
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dentro del hogar (...). Asimismo se han observado cambios en la legislación civil y
en esferas simbólicas y culturales de la vida cotidiana. La literatura social
anglosajona ha definido la estrategia familiar como un conjunto de decisiones y
planes familiares interrelacionados que gobiernan la composición, los movimientos
migratorios, el comportamiento demográfico, la participación de la fuerza de
trabajo y los patrones de consumo. (...) Para el enfoque sociodemográfico y
económico latinoamericano, la relación del grupo doméstico con el contexto
socioeconómico y político comporta mecanismos casi automáticos de adaptación,
aunque no necesariamente conscientes- fundados en una subyacente racionalidad
económica. Ninguno de los dos enfoques consideran la influencia del complejo
campo afectivo, simbólico y normativo de las relaciones intrafamiliares para la
realización de estrategias” (Salvia,1995;145).
Dentro de las relaciones familiares es muy importante considerar las situaciones
afectivas. Duncan (1994), Garrett (1994), MacLoyd (1998), (citados por Shaffer,
2000; 340) hacen referencia a que los cambios que a traído consigo la vida
moderna han originado que el tiempo que los padres pasan con sus hijos sea más
reducido y de menos calidad. En el caso de las familias jornaleras el papá y la
mamá pasan la mayor parte de su tiempo en los campos, es decir las necesidades
afectivas de los niños no son cubiertas, lo que muchas veces produce tensión y
depresión al interior de las familias, esto no es un elemento que ayude a los hijos
en un proceso de formación y que se ve reflejado ampliamente cuando el niño o
niña incursiona en la escuela.
En este sentido, los autores hacen una crítica de cómo al no considerar en las
investigaciones la vida cotidiana de los sujetos se pierde información valiosa sobre
el papel de las familias en las formas de reconfigurar su visión macro de la
sociedad en la cual se desenvuelven.
Es una idea aceptada que las relaciones domésticas y familiares desempeñan un
papel destacado en la reproducción material y simbólico-cultural de la sociedad
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(Salvia,1995). Según algunos estudios que se han hecho en torno a la adquisición
y transmisión de la cultura, se ve marginada o aislada de acuerdo al contexto en el
cual se le esté estudiando, por ejemplo una cultura subordinada podría decirse
que son las familias jornaleras porque se desenvuelven en un contexto de
marginación social y además pertenecen a la etnia Mixteca, “no es lo mismo ser
familia de clase obrera que burguesa; no es lo mismo vivir en el Distrito Federal
que en la frontera norte...” (Salles,1998;81). Es decir, ser parte de una familia
migrante hace la diferencia, ya que la forma de apropiarse, adquirir, vivir e
interpretar la cultura las ubican en un contexto de desventaja en relación al resto
de las subculturas, del país.
Según Salles “...es a partir de una carencia simbólica 12 que culturas alternativas
son producidas por representantes del pensamiento crítico, en estado de no
marginación económica (...) Estos ejemplos deben ampliarse con idea de que las
culturas dominantes (...) proponen una suerte de programa en su sentido social
reglamentador del deber ser femenino y masculino” Al respecto Bordieu menciona
que las producciones culturales históricamente acumuladas en la sociedad no
pertenecen de igual manera a todas las personas que en ella viven, sino más bien
a las que disponen de los medios para apropiárselas ya que hay un acceso
diferenciado a la cultura, vinculado a ejes de poder y dominación.
(Salles;1998,83)
Por otra parte, Freire hace alusión a la cultura del silencio donde plantea que “es
el resultado de la objetivación del pueblo por parte de los opresores, es la
manifestación del acriticismo fomentado y celosamente salvaguardado por ellos;
porque el silencio no es tanto el mutismo como la falta de espíritu crítico. Las
sociedades a las cuales se les niega el diálogo-comunicación, y en su lugar se les
ofrecen “comunicados” se hacen preponderantemente “mudas”. El mutismo no es
propiamente inexistencia de respuesta, es una respuesta a la que le falta un tenor
12 que significa una desvalorización, una no-credibilidad y una ausencia de sentido en la
apropiación y actualización de las culturas dominantes.
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marcadamente crítico” (Freire,1973;63). En este sentido, las familias jornaleras
han sido determinadas en un proceso histórico social de formación donde su
cultura ha estado mediada por los grupos de poder.
No obstante, en el ámbito de la vida cotidiana de los individuos existen algunas
instituciones que rigen la forma de actuar, por ejemplo, el matrimonio que es una
creación cultural macrosocial controladora, sea a partir del estado o de la religión.
Así también, la familia recrea la reproducción del control que sucede muchas
veces no conciente, a través de la socialización que acompaña al individuo desde
su nacimiento hasta la muerte. En este sentido, la forma de organización y
estructura familiar, según Salles, inciden en la identidad del sujeto. Es decir, como
la socialización es un proceso, se puede afirmar que las identidades son
construidas por proceso y que en determinado momento pueden cambiar algunos
de sus aspectos. Estos cambios, no descartan la socialización primaria. En el
estudio de las familias jornaleras y de sus hijos, suponemos también que estos
cambios son posibles, ya que según las teorías educativas, es en la infancia
cuando el sujeto forma gran parte de su personalidad y conforma las visiones
sobre lo que pretende como vida.
Una cuestión que es importante destacar es que la familia puede ser tomada como
uno de los ámbitos constitutivos del mundo-de-vida. Evidentemente la vida
cotidiana vista desde su dimensión social, anclada en la conformación de la
intersubjetividad, no es reductible a la familia, pero tiene en ella una de las
instancias formadoras.
Una de las características que se encontró de las familias jornaleras es que, la
mayor parte de los matrimonios fueron uniones celebradas en las propias
comunidades, sólo una pequeña parte se ha conformado en los trayectos, en el
proceso de migración. Cuando encuentran cónyuge fuera de la comunidad,
generalmente pertenecen ambos a la misma comunidad, como se pudo apreciar
en varios matrimonios.
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De las entrevistas que se realizaron a 474 matrimonios, se detectó que
generalmente se contraen como unión libre; sin embargo, a raíz de los
matrimonios colectivos, han reglamentado por la vía del registro civil, su unión.
Cabe mencionar que este hecho es muy importante para las familias porque
anteriormente el arraigo religioso era muy fuerte y sólo el matrimonio por la iglesia
era válido, pero la migración modificó esta visión a raíz de los constantes
desplazamientos. Así mismo, se pudieron detectar separaciones en las familias
jornaleras, propiciadas principalmente por los hombres quienes dejan a las
mujeres desprotegidas y con cargas extras de trabajo para darles sustento a los
hijos; ellas no pueden apelar a acuerdos legales por carecer de un matrimonio de
tipo civil 13 .
Por otra parte, de una muestra de 474 hogares se encontró que el 86.50% está
compuesta por familias de tipo nuclear 14 y el 13.50% lo componen las familias
extensas 15 . Lo anterior es algo fuera de lo común en las sociedades rurales y que
podría explicarse como cambios paulatinos que se van dando cuando la población
entra en contacto con otros patrones de conducta.
Según Requena (1992;75), la familia nuclear pertenece a la sociedad moderna,
mientras que las familias extensas son parte inherente de la sociedad tradicional,
vistas como unidad productiva, asociada antes y durante mucho tiempo a lo rural;
lo que sigue siendo cierto, especialmente en familias conformadas por gente
adulta.
Los cambios en los patrones culturales a que se hace referencia se dan en el
marco de la globalización, donde se reconfigura lo rural y lo urbano
(Llambí,1996;97), mezclándose y conformando una nueva “ruralidad”, es decir,
13 Este ejemplo de los matrimonios es uno de los cambios que las comunidades de la Mixteca
están comenzando a cambiar pues, ahora vivir dentro de la norma es una regla para poder
reclamar algún derecho para los hijos después.
14 Las familias nucleares son aquéllas que se componen por padres e hijos.
15 Son Aquéllas que se encuentran integradas por padres, hijos, yernos, nueras, nietos, abuelos,
etc.
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cambios en los modos de vida. Esto se manifiesta en las comunidades jornaleras
por la necesidad que tienen de emigrar con la intención de satisfacer sus
necesidades.
Las familias nucleares detectadas son las que tienen relativamente poco tiempo
de formadas, con hijos de 1 a 12 años, y que tienen una nueva y distinta actitud
hacia la vida que sus familias de origen; lo que se ve reflejado en las formas de
organizarse para trabajar dentro y fuera de la comunidad, así como también de los
diferentes roles que desempeña cada miembro de la familia. En las familias de
origen por ejemplo, sólo los hombres salían a trabajar fuera, muchas veces
recayendo esta responsabilidad en los jefes de familia y otras en los hermanos
mayores. En las nuevas familias se ha visto que todos salen a trabajar a los
campos agrícolas y, como se señaló anteriormente, es a partir de la década de los
ochenta cuando se agudiza la salida de todos los miembros de la familia, lo cual
les permite obtener mayores ingresos para poder paliar la situación de pobreza en
que viven.
Cabe aclarar la posición en que se encuentran las familias frente al tipo nuclear y
extensa. Muchas de ellas viven en su casas pero comparten la hora de algunos
alimentos, principalmente la comida o la cena. Según Bradomin (1993) la
organización de las familias mixtecas tienen una fuerte unidad, lo que a veces se
traduce en que la manutención persista aun cuando vivan separados. Es decir,
aunque se han dado cambios en la composición de las familias, no ha repercutido
del todo en el aspecto cultural, ya que permanecen los lazos con la familia de
origen que continúan basándose en las formas de convivencia familiar.
a) Educando para la vida: los niños jornaleros de la Mixteca
Hablar de la educación familiar nos remite a la forma de socializar al individuo para
que se desempeñe en una sociedad; según Héller (1991) las primeras fases de
socialización de los niños suceden a pesar de su voluntad: las personas no eligen
las familias en que nacen como tampoco al padre o madre, sino que se nace en
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un “grupo predefinido de otros significantes” y en este sentido se les enseña una
visión del mundo que es la única existente, que más tarde puede discutirse; sin
embargo, poseen ya una formación familiar consolidada, que requiere de varios
elementos para lograr modificaciones en los patrones aprendidos durante la
infancia.
Por su parte, Berger y Luckmann (1968) analizan que “la socialización primaria
comporta algo más que un aprendizaje puramente cognoscitivo. Se efectúa en
circunstancias de enorme carga emocional” en dicha socialización se internalizan
los roles socialmente establecidos, que al adquirirlos por parte del sujeto están
cargados de una serie de significaciones y a la vez esculpen un proceso de
identificación íntegro. En dicho proceso de apropiación de roles el individuo
comienza a formar su identidad, es donde puede reconocerse y diferenciarse del
otro.
Según Piaget, para el desarrollo del niño primero se encuentra la formación de su
yo para poder luego relacionarse con el otro, planteamiento que también realizan
Berger y Luckmann al hacer referencia a que el niño puede identificarse a sí
mismo. Esta identificación como niño jornalero, o como niño que pertenece a una
determinada etnia, o como niño trabajador, se fijan como figuras internalizadas en
cada uno de ellos, así como todos aquellos roles que les permite identificarse a sí
mismos, y con los otros, para adaptarse a su ambiente y a sus condiciones de
vida. Los niños jornaleros están consientes de que tienen que trabajar para poder
ayudar en su casa o para comer. Un niño oaxaqueño que estaba trabajando en
Sinaloa dijo en una entrevista:
⎯ ¿Cuántas veces has venido a este campo?
⎯ Trece
⎯ ¿Te gusta trabajar acá?
⎯ Sí
⎯ ¿Por qué?
⎯ Porque necesitamos dinero pa´ sacar para comer.
⎯ ¿Por qué saliste de tu comunidad?
⎯ Porque ahí pasó el huracán y nos tumbó nuestra casa y nos quedamos así en la calle y nos
vinimos pa’ acá
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⎯ ¿Y aquí en dónde viven?
⎯ En el Campamento 1
⎯ ¿Y han regresado durante estos tres años a Oaxaca?
⎯ Si, cada año
⎯ ¿Cuánto tiempo permaneces acá,?
⎯ De 8 meses, 9 meses en mayo.
(Entrevista realizada en Sinaloa a niño jornalero, febrero 2002)
Por otra parte, la instrucción en la comunidad toma diferentes matices según el
grupo de personas que es estudiado, cuando se les pregunta cómo priorizan la
educación de sus hijos, las familias manifiestan que les es importante en primer
lugar, enseñarles a sus hijos cómo se debe trabajar la tierra, el segundo lugar de
importancia se la otorgan a la transmisión de los elementos básicos de su cultura,
por ejemplo: ayudar al prójimo a construir su casa, o a apoyar a los deudos de los
difuntos con trabajo y dinero durante el velorio y los 9 días, con la cercanía y
acompañamiento; también enseñan el respeto a los miembros mayores de la
comunidad, así como la adecuada forma de comportarse en la sociedad según la
escala de valores del grupo y su particular visión del mundo y de la vida (la
importancia de la tierra, del tequio, por ejemplo).
Por tanto, la familia, como unidad básica de la sociedad, en los migrantes, al igual
que en el resto de la sociedad, desempeña un papel preponderante en el
desarrollo de los grupos y los individuos. Es más, muchas veces, las unidades
familiares sólo se quedan en el primer nivel de socialización (aquel que les brinda
los elementos básicos necesarios para conducirse por la vida), y es el que -a
través del tiempo-, sigue teniendo vigencia.
Este tipo de educación se da de la manera acostumbrada: a través de consejos
sobre cómo deben actuar las personas en la vida pública, sobre el respeto a las
autoridades, a las personas mayores y a los padres, sobre el agradecimiento que
se debe mostrar ante los favores recibidos, sobre la honradez, la templanza, la
devoción y el temor a los dioses. Los castigos han cambiado, anteriormente eran
muy crueles (por ejemplo, les quemaban las manos a las mujeres si no aprendían
a hacer tortillas; ahora o se les priva de lo que más les gusta o se les dan golpes
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físicos: cinturonazos, jalones de orejas...). Dentro de la formación familiar, no se
contempla aquellas cuestiones que involucran las relaciones de pareja, en otras
palabras, no se les enseña más que con las muestras explícitas de la vida, los
aspectos privados, sólo se “se explicita” aquello que pertenece al mundo público.
Podría afirmarse que las familias jornaleras de la Mixteca –como se señaló- se
quedan con sus hijos en la socialización primaria (como lo maneja Berger y
Luckmann). La falta de recursos impide enviar a los niños a la escuela, lo que
deriva en mayor marginación, y por ende, más migración. Según Shaffer “...
crecer en un hogar con desventajas económicas con padres con mucha tensión
psicológica o poca educación, incapaces de proporcionar la necesaria
estimulación intelectual, no propicia el desarrollo intelectual.” (Shaffer, 2000;332).
Por lo tanto para los niños jornaleros la educación y la socialización recibida en la
escuela queda en segundo plano, ya que la principal preocupación de sus padres
es cómo sobrevivir día a día. Las condiciones existentes hace muy poco probable
que la vida de estos niños y sus familias mejore.
b) Relaciones de género de las familias jornaleras
A las características que se han mencionado, se añaden las relaciones que se dan
entre las parejas, revestidas de gran sumisión por parte de las mujeres. Los
hombres son quienes toman las decisiones de la vida familiar (que incluye el
trabajo), en todos los sentidos.
Ante la sumisión de las mujeres y lo autoritario de los hombres, su interacción se
diferencia mucho tanto en la comunidad como en los lugares de arribo. Un ejemplo
de esta situación es que la comunicación de mujeres casadas sólo está permitida
hacia los niños o niñas, no con hombres, sean o no de su misma comunidad,
mucho menos con extraños; de hacerlo, los hombres justifican el “encelarse” y
pueden desatarse serios problemas.
En este sentido, dentro de la visión cultural de las familias migrantes las mujeres
solteras pueden quedarse sin contraer matrimonio si se les observa platicando con
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hombres en el lugar de arribo o “de fuera”. Incluso, las mujeres han tenido que irse
de la comunidad porque, como mencionan algunas entrevistadas: “no se dejaron
manejar por los hombres”. Al no someterse al mandato comunitario y al
“rebelarse”, optan por abandonar su comunidad, ya que al interior se les
estigmatiza y se interrumpe toda posibilidad de convivencia con ella.
Este aspecto influye determinantemente en las niñas en edad escolar cuando
pasan de los 12 años, porque para estos grupos, “ya que están en edad
casadera”. Con lo que respecta a la educación de los hijos e hijas, las diferencias
son muy marcadas, tanto en las comunidades de origen, como en los lugares de
arribo, la división del trabajo se perfila claramente por las diferencias de género. A
ambos géneros se les enseña a trabajar en el campo y a las niñas también se les
enseñan las labores propias del hogar que realizan en los campamentos antes de
cubrir su jornada laboral. Las niñas que no asisten a los campos, se hacen cargo
del hogar y del cuidado de los hermanos pequeños (los alimentan, cuidan, bañan,
lavan ropa, etc). Estas labores son consideradas primordiales por sus padres
porque ante su futuro casadero "deben estar preparadas para ello". A continuación
el fragmento de una entrevista hecha a una señora que trabaja en las guarderías
de los campos agrícolas:
R: No soy la única que hago todo, tengo dos niñas chiquitas, pero están chiquitas
todavía una de 5 y una de 7....la de 7. Pues ésa nada más se pone a lavar los
trates, la ropa, la ropa chiquita pues, porque ya la ropa grande no lo puede lavar,
yo soy la única que lavo.
P: ¿Y los hombres no le pueden ayudar el fin de semana?
R: No ...pues porque son varones ...no me gusta que hagan... No, ni a mi esposo
le gusta que hagan cosas que ellos no deben hacer, me dejan que yo lo haga sola.
(Entrevista realizada a madre cuidadora, Sinaloa, febrero 2002)
La violencia intrafamiliar es un evento común en las familias jornaleras, hecho que
se agudiza cuando los hombres cobran sus salarios y buscan liberar sus tensiones
mediante el alcohol, generalmente se producen riñas con cualquier pretexto para
agredir tanto a mujeres como niños y niñas.
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Al respecto un profesor comenta:
“Ahora si me es difícil, pero hay un proyecto que se llama: ‘Como soy’, ahí entra
esa pregunta: ‘¿cómo los tratan en su casa, quiénes les pegan?’ - Ésa vez que
hice esa pregunta me dio mucha tristeza, si me entendieron, algo que les llega, me
entienden, y muchos se pusieron a llorar. –‘A ver a quiénes les pegan...’ que los
patean, que los dejan tirados, privados: ‘Mi mamá’, dicen ellos, ...mi mamá– sus
mamás les pegan así, muchos niños se pusieron a llorar, porque les recordé algo
que viven en su casa, a veces intento que los niños estén el mayor tiempo posible
acá: –Nomás vayan a comer, vamos a seguir dándole en la tarde. Van a comer y
los padres nos apoyan en ese aspecto, quieren que su hijos salgan adelante y
vienen”.
(Entrevista realizada en Jicaral, Coicoyán de las Flores, Juxtlahuaca, Oaxaca. 6 de diciembre de
2001).
También es importante mencionar que en algunas comunidades los hombres se
encuentran armados, especialmente en los lugares donde se rumora que existen
plantíos de amapola. Este hecho se ha podido manifestar a partir de las
actividades que se desarrollan en la escuela, en la modalidad: Migrantes, donde
los niños han logrado expresar la violencia que viven en sus casas, lo que permite
ubicar a la familia jornalera como una familia con altos índices de violencia
intrafamiliar. Lamentablemente, se genera mayor violencia hacia los pequeños, ya
que las presiones y represiones siempre son canalizadas hacia los más
vulnerables, en este caso los niños y las niñas jornaleros; ello incide gravemente
en aspectos psicológicos que los marca para toda su vida, y que aflora al repetirse
cuando adultos, con sus propios hijos, se vuelven padres y madres golpeadores.
La fuerte tensión que viven las familias jornaleras, con una existencia
empobrecida en sus comunidades de origen y drásticamente modificada por su
inserción en los lugares de arribo; reduce de manera muy importante los recursos
para procurarse una vida digna.
c) Expresiones culturales
En la investigación sobre las familias indígenas, se hallan consignados muchos de
los elementos culturales que las identifican y las hacen ricas en cuanto a que
poseen una cosmovisión propia, única, dado su origen, lo que les provee de una
identidad comunitaria, individual y de pertenencia a un territorio.
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Pero cuando analizamos a familias indígenas que se encuentran inmersas en una
fuerte marginación, que luchan día a día por sobrevivir, la visión cultural se reduce
y sólo queda una versión diluida a un grupo indígena vulnerable. Es aquí donde es
importante resaltar que una “cultura vulnerable” 16 es absorbida por una dominante
y bajo la cual tiene que regirse para poder sobrevivir, esto es algo trascendental,
pocas veces mencionado.
Los jornaleros mixtecos siguen manifestando su cultura a través de sus fiestas,
pero en un contexto de pobreza y marginación; las festividades se realizan en un
marco de carencias, lo que limita también aspectos importantes de su
reproducción. Las hermosas y ricas fiestas han ido quedando reducidas a unas
cuentas expresiones culturales de la comunidad que les son casi imprescindibles
para su vida cotidiana y que generalmente, se hallan relacionadas con la
asistencia a los templos y con actividades en torno al santo patrono. Asimismo,
muchas veces estas fiestas de la comunidad carecen de música porque la banda
o músicos, se encuentran trabajando fuera de la comunidad; sucede lo mismo
para los bailes. La música, en las comunidades de Oaxaca, sigue ligada al
acontecer comunitario.
También, la presencia de la bebida, el mezcal, es fundamental en las fiestas. Las
bebidas son pretexto para olvidar frustraciones; por lo general, dentro de las
comunidades existe un día para que las mujeres beban, los hombres son quienes
las cuidan. Y como en todo sitio, si existe un exceso de alcohol, las fiestas
terminan en encuentros violentos entre sus pobladores. Cabe mencionar que
estas formas de expresión se encuentran en las agencias municipales. Las fiestas
de más presencia e impacto en toda la comunidad son las que organizan los
municipios, es cuando los migrantes internacionales regresan a su pueblo para
16 La pobreza ha ido mermando todas las formas de manifestación de los migrantes y les orilla a
vivir en un mundo donde sólo algunas expresiones culturales sobreviven. Entonces “cultura
vulnerable” tiene esta connotación en lugares marginales. No puede considerarse como
contracultura, ya que ellos no tienen tal visión de imponer un nuevo estilo cultural y crear un
espacio propio, sino se restringen a sobrevivir inmersos en un espacio físico y cultural, que les es
ajeno.
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eencontrarse en su origen, sentir la calidez de su grupo y disfrutar de los bailes,
familias y amigos.
d) Actividades económicas de las familias
Hablar de las condiciones de vida de las familias migrantes es hablar del terreno
laboral, ya que todas sus acciones se encuentran intrínsecamente relacionas con
la migración y su vida cotidiana cobra sentido en la medida en que trabajan como
jornaleros agrícolas; y es ello lo que participa de manera importante en la
formación de una visión del mundo, derivado en un distinto estilo de vida, ad hoc a
dicha condición.
En este sentido, se tiene que las familias jornaleras de los municipios de Coicoyán
de las Flores, Santiago Juxtlahuaca, San Martín Peras y San José Itunyoso, se
dedican principalmente a las actividades relacionados con el sector primario y los
productos que siembran forman parte de la dieta básica de los indígenas mixtecos:
maíz y frijol principalmente; aunque existen algunas familias que siembran flores y
cacahuates, como una innovación a los cultivos tradicionales, y que les permite
tener otra posibilidad de ingresos; ciertas familias tienen como actividad principal
ser jornalero en su comunidad, donde obtiene $50.00 diarios con comida, y sin
comida $70.00, lo que les permite realizar siembras en las pequeñas extensiones
de tierra que poseen; esto sucede en las comunidades que se encuentran más
cerca de las cabeceras municipales.
En esta investigación, una modalidad hallada en las zonas visitadas, es que
aquellos que se encuentran en las zonas donde el clima es de tipo tropical, tienen
la posibilidad de sembrar árboles frutales, lo que palía un poco su pobreza. Las
plantaciones más importantes encontradas fueron mango, plátano, naranja y
aguacate; sembrado en pequeños huertos familiares y que aprovechan para el
autoconsumo. Son estos los beneficios en “tierra caliente”, a decir de ellos y, esto
se detectó en comunidades de Coicoyán que se encuentra en la zona limítrofe con
Guerrero. Otra modalidad encontrada en las comunidades localizadas cerca de la
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cabecera distrital de Juxtlahuaca, es que las mujeres hacen tortillas el día de plaza
para venderlas y con este ingreso compran lo necesario para la semana, lo cuál es
una ventaja importante para las familias; esta actividad no pueden incorporarla
aquellas mujeres que viven en regiones interiores, sin carreteras o con caminos de
difícil acceso a los centros, a los mercados.
Por otra parte, existen comunidades de la Mixteca donde las familias tienen
ganado caprino; otras más se dedican a trabajar la madera, pero en menor
medida. Las familias que han tenido la posibilidad de manejar sus recursos, han
dejado de salir a trabajar a otros estados. Si está en sus posibilidades, dadas las
condiciones geográficas, que permite resolver su situación de bienestar básico, lo
aprovechan; conocen la inequidad y desigualdad en las que se mueven los
migrantes jornaleros y si pueden aprovechar mejor los recursos en sus
comunidades, evitan emigrar.
En este sentido, las actividades al interior de las comunidades se encuentran
relacionadas a los roles de las personas que conforman la comunidad. Los
hombres son los que se dedican a las actividades relacionadas con el campo
principalmente, salen desde las seis de la mañana y regresan hasta las seis de la
tarde. Las mujeres realizan actividades relacionadas con el hogar y las labores
consideran entretenimiento son el tejido de la palma, bordado de servilletas y el
bordado de sus vestidos típicos para su propio uso; así también otras mujeres se
van con sus esposos al campo, sobre todo en la época de cosecha. Algunos
hombres en sus tiempos libres, realizan el tejido de la palma para los sombreros o
petates, mientras que los niños según las entrevistas realizadas, salen temprano a
buscar leña, pastorean ganado bovino y ovino; las niñas se quedan en casa
realizando actividades que se relacionan con la elaboración de alimentos y las
labores del hogar con sus madres. Estas actividades las realizan antes de ir a la
escuela, y que terminan, si es necesario, al regresar de ella. Cabe mencionar que
en algunos lugares los niños estudian de lunes a domingo, si es que realizan
actividades relacionadas con el campo, mientras que las niñas ayudan a su mamá
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en las actividades de la casa. Los días de clase son especialmente para estudiar y
realizar actividades menores como transportar agua en cubetas a la casa.
Los profesores entrevistados y que están adscritos a diferentes modalidades
educativas institucionales, señalan que cuando existen condiciones favorables,
por el ambiente en que viven, podría contribuir a que la gente mejorara su
situación de vida, pero que la falta de recursos, muchas veces lo impide.
A los mixtecos, el uso del tiempo y el espacio les proporciona, como a cualquier
grupo o persona, la posibilidad de manejar su vida. En las comunidades mixtecas,
trabajar en el campo le permite a cada integrante de la comunidad realizar
actividades que les proporciona pertenencia e identidad y que distan mucho de el
sentido y ritmo que tiene en los campos agrícolas del norte. En su comunidad, en
el campo realizan actividades conjuntas que les permite platicar, contar anécdotas
y tomarse juntos un trago de mezcal o una cerveza. El trabajo tiene así otra
función en sus vidas y ellos deciden los tiempos en que lo realizan, lo que les
proporciona dominio sobre su vida y satisfacción.
Lo mismo pasa con los niños cuando llevan a pastar a los chivos o las vacas,
durante el trayecto pueden jugar y son parte integral del entorno, coinciden con
sus amigos y se hacen compañeros de alguna aventura dentro de la comunidad;
esta concepción del trabajo está intrínsecamente relacionada con su visión
cultural, tanto de los mixtecos como de la mayoría de los grupos indígenas y
rurales de Oaxaca. Generalmente, al salir del contexto comunitario, el trabajo toma
otra dimensión y significado; este punto será revisado cuando abordemos la
situación de los jornaleros en los lugares de arribo.
En las comunidades, las actividades de los niños se encuentran enmarcadas en
una lógica dentro de la cual a partir de los 6 años aproximadamente comienzan a
relacionarse con las actividades que son consideradas “propias de su género”. Los
niños/as juegan un papel importante dentro de las actividades de la comunidad
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que, cuando es trasladada a otros contextos, se trastoca. Aquí la visión cultural es
de gran importancia porque la familia indígena tiene por tradición enseñar con el
ejemplo, por eso las actividades que los niños y niñas comienzan a realizar tienen
que ver con las actividades de sus padres, o hermanos mayores. En este sentido
una madre comenta:
“---Niños de 6 años ya están yendo a trabajar al campo con sus papás aquí en la comunidad, ellos
van ayudar y van a la escuela y trabajan, hacen las dos cosas a la vez... Las niñas también, a
veces cuando salen, porque yo a mi niña que tengo (cuando me levanto temprano que es a las
cuatro o cinco de la mañana) porque aquí no hay molino para hacer masa, puro metate, le digo:
'levántate y junta mi lumbre’ - porque aquí donde es uno muy pobre, no hay luz-, 'junta mi lumbre,
arregla agua y barre mi casa' y yo lavo mi nixtamal' y ya yo pongo mi comal, muelo, cuando ya
amanece, le digo: 'ponte a lavar tu ropa y báñate y dale de comer a mis pollos, da de comer a mis
marranos y vete a la escuela, y cuando ya tú vienes me ayudas más acá en la casa', le digo”.
Sin embargo para algunos padres, trabajar es mejor que ir a la escuela. Cuando
perciben que los profesores “juegan” con los alumnos 17 , los padres suponen que
no es importante, que “pierden tiempo” y entonces la escuela pasa a segundo
término. Estudios que realizó el INI en el 2000 detectaron que las familias
indígenas que poseen elevados índices de analfabetismo, no le dan importancia a
la educación escolar de sus hijos, y los sacan tempranamente. Un profesor en la
Mixteca oaxaqueña comenta sobre los problemas que ha enfrentado:
“...Aparte de que no pronuncian bien el lenguaje, cuando realizo juegos, por decir así, una
dinámica, la gente se molesta... No les gusta que jueguen los niños, sienten que pierden tiempo.
Hace un año estaba yo jugando con ellos, cuando de repente viene la autoridad, –¿Qué pasó?–
dice, –Aquí se viene a trabajar, no se viene a jugar, y si sigue así, mejor que se acabe el CONAFE.
O sea, aquí a la gente no les gusta que los niños jueguen sino que estén trabajando...: dicen los
padres, que ellos quieren que los niños aprendan a leer, a sumar, a hacer cuentas, para que
17 El manejo de actividades lúdicas, incorporadas recientemente en los programas educativas, y
que son desconocidas para los padres indígenas, en contexto de las familias migrantes, quienes
han internalizado que la escuela es un espacio donde el niño “debe trabajar” ha hecho que los
padres de familia no entiendan que puede existir aprendizaje a través de juego. Con la situación
tan precaria que viven, esta percepción así del aprendizaje, contradice las expectativas que tienen
de la educación formal. Este es un aspecto nodal, que es necesario revisar en las propuestas de
educación intercultural. Generalmente, la escuela llega a imponer y no ha construir en base a la
visión de la cultura.
70

cuando se vayan a trabajar no tengan ningún problema, porque cuando menos ya aprendieron a
leer, para que no se pierden cuando vayan a la ciudad”.
(Entrevista a maestro de CONAFE, Jicaral, Coicoyán de las Flores, Juxtlahuaca, Oax. septiembre,
2001)
Lo anterior refleja que estas familias priorizan el trabajo porque el fruto que
obtienen de él, le es indispensable para su sobrevivencia: “aprender”, “jugar”, son
actividades que los distraen de su actividad principal diaria: buscarse el sustento,
proveerse día a día, trabajar.
Capítulo V
Los lugares de arribo: una esperanza frustrada o
¿una luz al final del camino?
Este apartado tiene la finalidad de proporcionar un panorama de los lugares de
arribo de las familias jornaleras y sobre todo estará centrado en las actividades de
trabajo que realizan los niños y niñas. Pero, antes se dará un breve bosquejo
sobre cómo los migrantes mixtecos se han ido familiarizando con el fenómeno
migratorio y han hecho de la migración una práctica de sus formas reproductivas.
V.1 Fases Del Mercado Laboral
Las familias jornaleras agrícolas se pueden desplazar a los campos mediante dos
formas de “contratación”; la primera tiene que ver con las empresas agrícolas de
los estados del noroeste y norte del país, quienes envían a una persona a los
lugares que tienen altos grados de marginación para conseguir mano de obra
barata. De tal manera que a los oaxaqueños mixtecos se les puede encontrar en
diferentes estados del país y en los Estados Unidos como lo muestra el mapa de
los principales estados con presencia de jornaleros agrícolas (ver mapa 3).
71

B A J A C A L IF O R N IA
B A J A C A L IF O R N IA S U R
S O N O R A
S IN A L O A
J o r n a le r os A g r íc o la s
L u g a r e s d e O r i g e n y D e s tin o
M a p a 3
C H IH U A H U A
O cé a n o
P a c ífic o
O A X A C A
G o lfo d e
M é x c io
G u a te m a la
Fuente: Ortiz Gabriel, Mario. Información del Proyecto: Formas de reproducción
campesina en regiones de alta marginación de Oaxaca. IISUABJO-SIBEJ, (Inédito),
1998.
Estas personas se trasladan y llegan a la Mixteca, por ejemplo, a los distritos
Juxtlahuaca y Silacayoapam principalmente o se ubican en zonas estratégicas
que les permite ir "enganchando a la gente"; la gente también los conoce como
"contratistas" y algunos pueden ser de la misma comunidad. Este proceso dura
alrededor de cuatro días para el reclutamiento de las familias; los viajes duran
cerca de 5 o 8 días, en función del lugar de destino. Los contratistas anuncian que
llegaron para regresar a los campos del noroeste, así empieza el reclutamiento de
las personas, quienes acuden a “anotarse”, después se reúnen en Juxtlahuaca y
abordan ahí el autobús que los llevará a sus centros de trabajo. Generalmente el
camión tarda 2 o 3 días en salir y las familias esperan pacientemente a que pasen
por ellos, mientras acampan en el estacionamiento cerca de los autobuses.
Es necesario mencionar que muchas veces los contratistas mencionan ciertas
garantías a los trabajadores que al llegar a los campos se desvanecen, pero como
ya se trasladaron con toda la familia no les queda más que esperar a que termine
la temporada; muchas de las veces ni siquiera saben en qué lugar están. Por
ejemplo nos encontramos a un grupo que acababa de llegar a Baja California y
mencionaron que los enganchadores prometieron:
72

“..que habría luz, agua, buenos cuartos y no hay nada de lo que prometieron allá y luego el
sueldo.. $88.00 pesos ...y acá nos dicen que es $72.00... No... pues estamos jalando el hambre
muy duro con los $72.00 He estado en otros campos... aquí cerca como Estación Bamoa 18 , la
diferencia es mucha, allá hay luz y todo y acá no hay luz, puras velas ...ni leña, tenemos que ir a
traerla”
(Entrevista realizada en el Campo Las Pulgas, Valle de San Quintín, Baja California,
mayo 5, 2002).
Otra forma de contratación es cuando algunos jornaleros ahorran o piden prestado
en sus comunidades de origen, y se trasladan por su propio peculio a los campos,
pagando su viaje. Así llegan a las colonias o cuarterías donde, regularmente son
ellos mismos quienes buscan dónde emplearse, dicen en las entrevistas:
“...Preferimos viajar nosotros y costearnos nuestros gastos porque preferimos
contratarnos con quien mejor nos pague, no estar sujetos al sueldo de un productor”.
(Entrevista realizada a jefe de familia jornalera en Guasave,
Lo siguiente lo expresan algunas autoridades de localidades:
Sinaloa, febrero 2002)
“...Aquí en Juxtlahuaca hay un medio de transporte que sale hasta Ensenada o no sé
hasta donde llega, y es el que toman los sábados, ellos se van por familias, y cuando
las familias son chicas se unen de 2 a 3 familias para irse juntos y toman ese
transporte; cuando no, ellos mismos tienen su medio de transporte aquí... y desde
aquí hasta allá se van en ese medio y también se van por familias, y cuando no, pues
a México; ahí es cuando van solos los padres de familia y no llevan a sus hijos, lo
toman (el transporte) a México y de México para allá muchos se van por tierra y
muchos se van en avión..”.
(Entrevista realizada a autoridad municipal de Juxtlahuaca,
Oaxaca, diciembre 2001)
Las condiciones señaladas por la autoridad, las tienen los migrantes que viajan
principalmente a los Estados Unidos; los jornaleros agrícolas lo hacen en su
mayoría a través de los autobuses, y llegan sobre todo a lugares como Leiva
18 Estación Bamoa se encuentra en Sinaloa, por lo que puede ser que la falsedad de los nombres
de los campos donde trabajan, sea parte del engaño, ya que ellos no conocen la ruta, ni los
destinos. Los jornaleros se dejan manejar por extraños en quienes tienen que “confiar” para poder
sobrevivir. Por supuesto, que esta situación ha provocado que sus derechos sean transgredidos.
73

Solano y Ruiz Cortínez colonias de Guasave, Sinaloa, allí se hospedan en
cuarterías. También existen colonias en Baja California: Lázaro Cárdenas,
Ampliación Trique, Maclovio Rojas y 13 de Marzo; en ellas, pagan renta que van
desde los 200 hasta los 300 y 500 pesos mensuales, según la característica de la
vivienda (ver fotos).
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
Cuarterías en la Col. Ruiz Cortinez
Condiciones de vida de las cuarterías en la Col. Ruiz Cortínez
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
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Los primeros emigrantes crearon en Sinaloa un sistema que consiste en el
traslado diario del personal a diferentes campos, a este mecanismo le llaman "los
camioneteros". Estos camioneteros son emigrantes que reunieron un capital y
conocen la existencia de campos pequeños donde necesitan mano de obra
barata, por lo que reclutan a los migrantes y los reparten en camionetas de tres
toneladas en los campos. A veces, estas camionetas sufren accidentes y no existe
quien se haga responsable por los daños, los jornaleros se encuentran totalmente
desprotegidos por que no hay un contrato laboral, esto es claro ejemplo de la
ilegalidad que presenta las condiciones laborales que presentan los campos en
Sinaloa. Como ésta, muchas otras acciones laborales que se realizan con los
jornaleros no están reguladas y los deja desprotegidos, como es el caso del
trabajo infantil. Los camioneteros (ver fotos) les rentan espacios en sus propias
casas, les pagan renta y se instalan en albergues improvisados; con ello,
garantizan la mano de obra toda la temporada. Después de detectados, los tienen
prácticamente reclutados la temporada entera. A veces los jornaleros permanecen
con los camioneteros porque les encuentran "buenos" contratos. Estas
condiciones laborales se encontraron en Sinaloa, particularmente en las
comunidades Leiva Solano y Ruiz Cortinez.
Transportación de niños y adultos jornaleros a sus lugares de trabajo
75

Fotos: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
V.2 Los Migrantes Mixtecos
Durante las dos últimas décadas una gran cantidad de comunidades de la Mixteca
oaxaqueña ha experimentado un proceso de dispersión de sus miembros hacia los
territorios del norte y noroeste de nuestro país, estos desplazamientos tienen
como objetivo la migración laboral, lo que ha derivado en el establecimiento de
una relación de dependencia entre los núcleos migrantes y sus pueblos de origen.
Es evidente que existe un efecto recíproco de la migración en la reproducción
social de los habitantes tanto en los lugares de origen de los migrantes, como en
los lugares de arribo. Este contacto con otras realidades de los pueblos mixtecos
se expresa ahora en muchas prácticas y formas de representación simbólica. Sin
embargo, como fenómeno contemporáneo se originó gracias a la articulación de
modos de producción que vincularon la fuerza de trabajo mixteca con el capital
transnacional en la frontera noroeste mexicana, así como por el consentimiento
del gobierno mexicano para cooperar con mano de obra a la crisis laboral de su
vecino estadounidense durante la primera mitad del siglo XX.
La relación entre identidad indígena y territorio comienza a ser minada desde esa
época, en la medida en que un indígena sin tierra no es propiamente tal, por lo
76

que debe emigrar, para “alquilarse” como peón en un rancho o hacienda. Según
Astorga Lira se convierte en una mercancía dentro del mundo capitalista al cuál
pertenece.
Entre 1962 y 1986, la región Mixteca fue de las menos beneficiadas en los
procesos de dotación de tierras: recibió 8.72% del total del reparto agrario de
tierras realizado en Oaxaca. Se desconoce el número de beneficiarios de tales
acciones durante ese periodo, sólo se sabe que la proporción por hectárea fue de
0.58 por beneficiario, las dotaciones más bajas en todo el estado durante ese
mismo periodo; a pesar de que en 1970 dominaban la propiedad ejidal y la
comunal (64.5%), la proporción de propiedad privada que existía en la región en
ese año (35.5%) estaba por arriba del promedio que imperaba en el estado de
Oaxaca (23%) (Velasco,2002;55).
La bibliografía sobre migración mixteca coincide en señalar que su carácter
masivo se definió en el mismo escenario de las grandes migraciones del campo a
la ciudad experimentadas en América Latina a mediados del siglo XX. Tales
migraciones surgieron después de la Segunda Guerra Mundial y al inicio del
periodo de industrialización del continente.
La introducción de la economía capitalista en el campo, sobre todo en el noroeste
mexicano, creó un nuevo mercado de trabajo que reorientó las corrientes
migratorias existentes y originó otras, con características propias del medio rural.
Poco después de la primera mitad del siglo XX la migración mixteca se vinculó a
esas opciones laborales en el noroeste agrícola.
Este aumento progresivo de familias jornaleras se encuentra relacionado a la crisis
que en América Latina se estaba viviendo en la década perdida como ha sido
conocida, la cual impactó seriamente en la economía de las familias más pobres.
Es en este periodo cuando mujeres y niños comienzan a integrarse a la migración
laboral.
77

Por tanto, en la década de los ochenta era un hecho que la migración se había
instalado como una estrategia cotidiana en la reproducción de los habitantes de la
Mixteca. En proyecciones de Nolasco (1979) para 1980, la región habría
expulsado las dos terceras partes de la población que tenía en 1970. En esta
década los lugares de destino más frecuentes eran el Distrito Federal, el estado de
Oaxaca, Veracruz, Sinaloa y, en baja proporción, Morelos, Puebla y Baja
California.
Las fuentes estadísticas registran la corriente norteña hasta entrada la década de
los noventa; reflejándose el distrito de Juxtlahuaca principalmente Mixteca y donde
se encuentran los municipios más pobres y marginados como son Coicoyán de las
Flores y San Martín Peras y algunos municipios del distrito de Huajuapan. A
diferencia de los distritos de Silacayoapan, Tlaxiaco, Tlacolula, Nochixtlán y
Huajuapan, que fueron señalados como los puntos expulsores más importantes a
ciudades del país (Conapo, 1990:95).
Respecto a la migración internacional, según los estudios de Velasco (2002;56)
entre 1987 y 1993 Oaxaca se mantuvo entre los primeros 10 estados con mayores
porcentajes de migrantes indocumentados que cruzaban a EE.UU. Al igual que la
mayoría de los inmigrantes indocumentados mexicanos, los oaxaqueños se
dirigen prioritariamente a California. En 1993 los oaxaqueños indocumentados
cruzaron principalmente por Tijuana y Mexicali (70.6%), aunque también pasaron
indocumentados oaxaqueños por la frontera de Nuevo Laredo y Matamoros
(29.4%). La concentración de migrantes oaxaqueños por California se comprueba
en otras fuentes, como la Encuesta de Redes de Pueblos Oaxaqueños en la
Agricultura de California (Runsten y Kearney, 1991) señalado por la autora antes
citada.
Una reconstrucción del desarrollo de la migración Mixteca a la frontera México–
EE.UU. puede organizarse en seis periodos temporales: el primero de 1942 a
1950, migración netamente masculina para la zafra de caña en Veracruz; el
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segundo de 1951 a 1960, donde se inicia la incorporación de las mujeres a la
migración y al empleo como trabajadoras domésticas y los viajes a las ciudades
de Oaxaca, Puebla y el Distrito Federal; el tercero de 1961 a 1970; el cuarto de
1971 a 1980; el quinto en la década de los ochenta, y el sexto en la década de los
noventa.
Se calcula que entre California y Baja California existen cerca de 200 mil
indígenas oaxaqueños, con un alto porcentaje de mixtecos que vienen de los
distritos de Huajuapan de León, Silacayoapan y Juxtlahuaca, ubicados en el
corazón de la Mixteca Baja de Oaxaca.
De acuerdo con las fuentes disponibles, los primeros asentamientos mixtecos en
el Valle de San Quintín se remontan a la década de los setenta, no obstante que la
arribo de los mixtecos pioneros se registra durante los años sesenta. Como lo
describen las narraciones de los propios migrantes, la experiencia en el Programa
de Braceros parece haber sido un suceso sin precedentes en la migración Mixteca
a esta frontera.
Como primer asentamiento mixteco, se "establecieron" en Ensenada, Mexicali y
Nogales en la década de los sesenta después de varias estancias en lugares del
corredor agrícola del noroeste de México. Los testimonios hablan de una
migración familiar desde la década de los setenta, y se registraban matrimonios
mixtecos en la ciudad de Tijuana, lo que indica un patrón de migración o
residencia familiar, pero se da en pequeñas proporciones si la comparamos con la
década de los ochenta. A fines de esta década, los grupos familiares mixtecos de
la colonia Obrera de Tijuana tenían como promedio ocho años de residir en la
ciudad. Los residentes de mayor antigüedad declararon haber llegado ahí a
principios de la década de los sesenta.
Al igual que otros pobladores fronterizos, los mixtecos desarrollaron estrategias
familiares de vida y de empleo que no se reducían a las oportunidades del lado
79

mexicano. En las colonias de San Quintín un 44% de los hogares mixtecos tenían
uno o más miembros que trabajaban en EE.UU. La temporalidad de sus
movimientos puede ser de ida y vuelta diaria, semanal o esporádica. Los
transmigrantes mixtecos ubican su hogar en Tijuana y su trabajo en California,
E.U. Esto todavía lo encontramos en los campos del Valle de San Quintín donde
existen familias denominadas como permanentes en los campos agrícolas y que
viven la trasmigración.
a) La migración infantil
Dentro del amplio horizonte de la migración, destaca un grupo social que a lo largo
de su historia ha sido objeto de la mayor marginación, explotación y olvido: nos
referimos a los miles de trabajadores asalariados del campo que se contratan
como jornaleros agrícolas que cuando inician, tienen apenas 7 u 8 años de edad.
En el país hay aproximadamente 3.6 millones de jornaleros identificados por el
censo 1990 como campesinos minifundistas. Esto indica que el 69.6% de la
población económicamente activa del sector agropecuario nacional se emplea
como jornalero (Guzmán y Lewin;1998 ,243).
Como se mencionó anteriormente la migración hacia la frontera norte del país de
los mixtecos y otros grupos campesinos e indígenas, es un fenómeno que se ha
venido desarrollando por años y que -aunado a los últimos cambios económico-
sociales- han provocado que hoy en día sean familias completas las que se
inserten en un proceso mayor de migración. Así tenemos que según la información
recabada, los niños empezaron a desplazarse con sus familias a mediados de la
llamada década perdida, aunque algunos suponen que fue porque “ya sabían
cómo llegar y moverse” en los lugares de arribo; la causa básica es que en esos
momentos toda América Latina estaba sufriendo el mayor estancamiento en
materia de desarrollo y progreso social, así las familias tuvieron que encontrar una
nueva forma de sobrevivir y fue llevar a los niños a los campos, porque ya el
dinero que el jefe de familia ganaba no era suficiente. Ahora bien, este fenómeno
se agudizó en 1990; según los datos de campo, en ese año es cuando más
80

familias salieron (80% de los 1878 registros) en su mayoría mujeres, 53.7%, y
hombres en menor medida, con un 46.3%.
Lo que las familias no sabían es que al empezar el fenómeno de la migración
familiar, llegarían aparejados efectos que las llevaría a mayor marginación. En
este sentido una persona, dice: “La comunidad escolar de aquí bajó bastante, esta
escuela no tiene mucho tiempo porque es de organización completa, aproximadamente
tiene como 7 años que es de organización completa... Los niños que migran son tanto
grandecitos como chiquitos”.
Sin embargo otras familias que han vivido la migración decidieron volver a sus
comunidades, en virtud de que:
“...No les gustó y ya ahora ya no van... fue para Sinaloa a trabajar y no le gustó, porque va, ahí
está el gobierno, dice él pues, que la gente que llegue que hablen con el gobierno o con alguien
que nos ayude porque nosotros vamos para Sinaloa, trabaja uno, y tantito no aguanta uno, ya nos
están regañando. Como un perro nos hacen allá, nos regañan mucho para el trabajo y luego el
dinero no alcanza para su gasto, les pagan poco y no les alcanza el dinero porque a veces se va
toda la familia y no alcanza para todos porque hay niños que no trabajan, nomás esperan para
comer y por eso ellos a veces no (...). Se enoja la gente del rico con ellos, por eso es que no
quieren salir, porque aquí en el pueblo hallen o no hallen para comer ya estamos en nuestro
pueblo, y va uno allá ...¿y cómo para regresar..? El dinero para el pasaje... llega uno aquí: y el
dinero para hacer nuestro gasto hay quien siembra, y quien no... No tenemos nada, para comprar
maíz, fruta para los niños. En el camino nomás se termina el dinero, por eso no nos gusta salir,
mejor está uno aquí aunque no halle uno, pero estamos en nuestro pueblo (...), porque no entiende
muy bien español él, a veces iba mucha gente de todo el pueblo a trabajar y se juntaba con uno,
hay uno que ya contesta y se meten a trabajar y hablan, ellos nomás andan como no pueden
hablar...”
(Entrevista realizada con traductor en la comunidad de Tierra Blanca, Coicoyán de las Flores,
Juxtlahuaca, Oaxaca, 2001)
Las familias que decidieron migrar tienen el dilema de enviar a los niños a trabajar
o estudiar. Generalmente sucede que los niños prefieren ir a las escuelas, pero los
padres requieren el ingreso que aportan los niños con su trabajo; esto tensa de
manera importante a las familias.
81

En las comunidades de la Mixteca situadas en el área de este estudio, un 80% de
las familias van y vienen y un 20% son estables, ya sea porque son de edad
avanzada, porque tienen algún cargo o tienen hijos ya grandes y no necesitan salir
a trabajar.
No obstante su corta edad, los niños que trabajan en San Quintín han acumulado
una larga experiencia laboral. La encuesta levantada indica que 28.1% de los
niños que respondieron a la pregunta sobre a qué edad comenzó a trabajar,
declaró haberse incorporado al trabajo entre los 5 y 7 años de edad; 46.9% lo hizo
entre los 8 y 10 años y en menor medida quedan los que empezaron a los 5, y
después de los 10 años de edad.
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
b) Capacitación del niño jornalero.
Como se dijo anteriormente, las familias indígenas migrantes llevan a sus hijos a
los lugares de trabajo, y es ahí donde ellos van socializándose y aprendiendo
cómo realizar las tareas de jornalero. Cabe mencionar que “según los jefes de
cuadrillas las mujeres que más llevan los niños a los campos son aquellas que
82

pertenecen a algún grupo étnico, generalmente de Guerrero y Oaxaca. Esta
característica la atribuyen los cuadrilleros a que como son indígenas «no razonan
que el hijo les quita más tiempo del que pueden aprovechar para cosechar los
productos». Sin embargo, esto responde a la mística del trabajo agrícola en las
familias jornaleras. De hecho, así es como los niños se hacen jornaleros:
observando al padre, a la madre o a algún pariente adulto, quienes, como se dijo,
les enseñan a trabajar la tierra y las técnicas de las labores agrícolas. La mística
del trabajo y su importancia para la reproducción familiar, son recibidas por el niño,
en el seno de su familia y en los campos de labor. Así mismo, las madres prefieren
tener cerca de sus hijos que dejarlos, es también por razones de seguridad, ya
que se encuentran en un lugar ajeno, con reglas y procedimientos no conocidos.
Si para ellas es difícil comprender y hacerse comprender, saben que sus hijos
también están en una situación de vulnerabilidad.
c) La imagen de la autoridad laboral para el niño jornalero.
Los resultados de la encuesta sugieren que no todos los niños logran identificar
con precisión los niveles de autoridad 19 y responsabilidad que conduce el proceso
productivo, pues del conjunto de agentes que intervienen en él, muchos sólo
identifican a aquella persona que le ordena directamente su trabajo y poco saben
quién es o tienen una figura difusa del propietario. En este sentido, para ellos "el
que manda" es el dueño de las plantaciones: el capataz.
Así como los niños, los padres tampoco saben cómo se organiza y dirige el trabajo
en los campos agrícolas del norte ni su logística. Si a ello aunamos que, como
mostramos líneas arriba, no saben en dónde están, se revela que los jornaleros
trabajan casi para solucionar de manera inmediata sus necesidades básicas, día a
día: lo indispensable es tener qué comer y donde dormir.
19 Este tipo de comportamiento esta asociado a las responsabilidades que les imponen los adultos
a temprana edad en un entorno que no comprenden, por ajeno. En sus comunidades, el trabajo en
el campo, se integra a su vida con naturalidad.
83

Una cuestión que se asocia a la autoridad es que a los niños se les despide a
veces de los campos por rebeldía a las órdenes y normas de disciplina que
establecen los mayordomos. Sin embargo, muchas veces el "no hacerle caso"
(rebeldía) implicó que los niños no se dejaron someter a malos tratos. El 4.2% de
los encuestados declaró haber sido suspendido alguna vez.
En la vida del jornalero, niño o adulto, permanece la angustia e incertidumbre
provocada por la búsqueda de empleo; cuando lo obtienen, la angustia se
convierte en la preocupación por conservarlo.
d) Productividad del niño jornalero.
Un niño cosecha, en promedio, 33 botes o baldes de 15 o 20 kilos cada uno,
durante una jornada de ocho horas. La cuota mínima exigida de botes cosechados
es de 20, siendo el máximo alcanzable, 70. En una jornada de trabajo, un niño
logra deshojar 9 surcos, lo que implica limpiar 200 plantas, y puede “hilar” 12
surcos de aproximadamente, 100 metros cada uno. Estas cantidades, cuyo monto
exacto depende de su edad y experiencia laboral, son perfectamente equiparables
con el rendimiento que puede lograr cualquier adulto; aunque por su estatura y
destreza los niños o niñas pueden desempeñar algunas tareas con mayor soltura
y lograr mayores rendimientos que los adultos, en el desbrote, por ejemplo.
El desbrote consiste en desprender los brotes de la planta que atrofian el
desarrollo del fruto; el deshoje, la eliminación del follaje que impide la arribo de los
rayos solares al fruto; el hilado, tendido del sisal a lo largo de los surcos, donde se
amarran las guías de las ramas de la planta y se cuelgan los frutos para facilitar su
desarrollo; la pizca o cosecha, última etapa del proceso, y que consiste en la
recolección de los frutos. En esta etapa de trabajo se concentra la mayor cantidad
de jornaleros (niños y adultos), ya que requiere de gran cantidad de mano de
obra.
84

Por otra parte, las habilidades del niño para las tareas agrícolas son ampliamente
conocidas por los cuadrilleros de los campos agrícolas, por lo que cada jefe de
cuadrilla se encarga de sacarle el mayor rendimiento posible. Así lo confirma la
opinión de un cuadrillero entrevistado en uno de los campos de trabajo:
“Lo niños son muy buenos para el desahije, el desbrote y el deshoje, porque pueden ir
casi sentados haciendo el trabajo y el señor grande rinde menos porque se cansa
más, porque tiene que doblar todo su cuerpo... pero los niños son hábiles, pa’ todo
rinden, igual que un adulto. Los niños están nuevos, la persona mayor es más seria
para trabajar, el niño juega más, pero se le encarga a los papás para que lo cuiden en
el trabajo; pero hay niños muy responsables, que no lo necesitan.” (Entrevista
realizada en Estación Bamoa, Sinaloa, febrero 2002).
e) Percepción del trabajo de los niños jornaleros
De este grupo de niños trabajadores el 13.3% manifestó que lo hace porque los
obligan, mientras que el 40.0 % lo hace por necesidad y el 33.3 % por gusto, el
13.3 % manifestó que se debe a diversos motivos. Independientemente de la
causa primera que señalan los niños como la causa que los llevó a trabajar, a
niños y niñas les gusta ganar su propio dinero para comprar golosinas, refrescos y
jugar en los video juegos establecidos en los campamentos. De tal manera que el
73.3 % de los niños trabajadores conciben al trabajo como algo esencial en sus
vidas que les permite aportar a su familia y a la vez obtener una pequeña
ganancia para su entretenimiento.
En este sentido, es importante señalar para efectos de la investigación que los
niños perciben al trabajo como inherente a las condiciones de vida en las cuales
se encuentran sus familias, para ellos es necesario desde pequeños, cumplir con
las responsabilidades compartidas con sus familiares.
El tono y la seriedad con la que conversan los niños en la entrevista devela que
los niños viven la responsabilidad tan en serio como los adultos, en este sentido
son adultos pequeños. Lo anterior se presenta más claramente en aquellos que
comenzaron a trabajar desde los 6 años; no así en aquellos que se incorporaron a
los 9 o 10 años. El niño que se incorpora al trabajo en edad temprana lo
internaliza como una necesidad apremiante y que necesita seguir en todo
85

momento de su vida, no otorga parte de su tiempo al juego; el otro niño concibe al
trabajo como algo importante, pero no sacrifica aquellas actividades que le disfruta
tanto como lo es el juego.
“A mí no me gustan la escuelas, por el recreo. No me gusta jugar”
(Entrevista a niña jornalera en Estación Bamoa, campo 7, Guasave, Sinaloa,
27 de febrero de 2002)
Dentro de la percepción del trabajo el niño lo relaciona con nuevos lugares y lo
disfruta, en este sentido el 40.8 % de la población manifestó que le gusta salir a
trabajar porque conoce lugares diferentes a los de su comunidad, y porque puede
ganar dinero, así lo reportaron el 46.9% de los entrevistados. Además le permite
alimentarse de forma diferente pues con estos ingresos las familias pueden
consumir más frecuentemente pollo. Esta situación les es casi imposible en sus
comunidades de origen, donde se alimentan básicamente de salsas de tomate y
chile, quelites, tortillas y frijoles. Los niños están educados en una visión solidaria
de la vida familiar y se pronuncian por apoyar a todos los miembros de su familia,
saben que de no hacerlo, sus familias se verían en una situación de mayor
desventaja aún.
El niño jornalero migrante trabaja especialmente por razones familiares; lo anterior
se refleja cuando respondieron sobre quiénes les consiguieron el trabajo, el 92.9
% contestó que lo habían hecho sus padres, mientras que el 7.1 % restante dijo
que a través de otros familiares: tíos, abuelos o hermanos. Los niños tienen que
dejar su comunidad para convertirse en el sustento principal de su familia.
f) La contribución económica del niño jornalero a su familia.
De acuerdo con la población de estudio, el tipo de lugar de residencia de los
jornaleros (campamentos o colonias) repercute en el salario que perciben los
niños: quienes viven en colonias perciben, en promedio, $480.00 a la semana;
mientras que aquellos que habitan en campamentos reciben un salario de
$432.00.
Una posible explicación de cómo se da la movilidad de trabajo de los niños puede
estar relacionada con la búsqueda “mejores salarios”. Sacrifican las condiciones
86

en que viven para ahorrar esos pesos de diferencia durante el periodo laboral.
Frecuentemente se contratan con los rancheros quienes, pagan salarios
ligeramente más elevados, como se mencionó anteriormente.
El salario promedio en San Quintín es el doble del salario mínimo rural que se
recibe en Oaxaca, estado de origen de la mayor parte de jornaleros que llegan al
Valle. Sin embargo, el alto costo de la vida en San Quintín atenúa esa gran
diferencia; de hecho, Baja California registra uno de los índices de precios más
altos del país. Para la mayoría de los migrantes es difícil percibir esta situación,
por ello, cuando llegan los enganchadores a sus comunidades, les parecen muy
convincentes los salarios y apoyos “ofrecidos” para trabajar en el norte, ya que no
consideran todos los gastos nuevos que harán, así como que muchos de los
productos son más caros, además de distintos de los que consumen en Oaxaca.
El 92.8 % de los niños declararon proporcionar su salario a su familia; este dinero
lo utilizan para los gastos de alimentación, vestido y calzado general de la familia;
4.2% destina parte a sus gastos personales o escolares; únicamente el 3% ahorra
algo. La encuesta parece revelar que los gastos necesarios para el desarrollo
individual del niño, entre ellos, su educación, no figuran entre las prioridades de la
familia.
También se pudo constatar que en los campamentos se encuentran las máquinas
de video juegos para niños, donde los niños gastan la mayoría de su dinero. Es
importante destacar que estas máquinas son instaladas por los patrones quienes
de esta manera, recuperan lo poco que ganan los niños por su trabajo. Es así
como el poco tiempo de entretenimiento se convierte para ellos en un círculo
vicioso, en donde para poder jugar también tienen que consumir, y por tanto
trabajar, contrario a lo que sucede en sus comunidades con los juegos
tradicionales por los que no “se paga” y que son también formadores (trompo,
canicas, matatena, etc.); no enajenan como los juegos virtuales que muchas
veces los aíslan de sus demás compañeros, y favorecen las rivalidades.
87

g) La indumentaria de las jornaleras y los jornaleros
Las jornaleras y los jornaleros tienen una forma peculiar de vestir. La mujer,
generalmente viste para el trabajo con zapatos tenis o calzado de plástico,
pantalones y vestido, blusa de manga larga, o con pantalón y blusa y con paliacate
amarrado en la cabeza cubriendo parte de la cara como se muestra en la foto. Así
mismo se visten las niñas y los niños, quienes muchas veces pasan por adultos,
según testimonios de algunos encargados de los campamentos. Así mismo,
encontramos que los hombres visten pantalones de mezclilla y camisas de manga
larga con gorra o sombrero y algunas veces con el paliacate en la cara. La razón
de esta vestimenta es la necesidad de protegerse del intenso sol y de la
contaminación por plaguicidas, y herbicidas que se rocían constantemente en los
plantíos, a ambos factores están expuestos por al menos 8 horas al día.
Atuendo de trabajo de las mujeres jornaleras
FOTO: Mario Ortiz Gabriel
88

Por tanto, en los lugares a donde llegan, los jornaleros compran frecuentemente
ropa pues por las largas jornadas y lo expuestos que se encuentran a los
agroquímicos, es indispensable remplazarla con frecuencia, pues una muda es
pronto insuficiente para toda la temporada. Por ello es que en los lugares de arribo
de jornaleros pueden observarse tianguis de ropa: pantalones, camisas, pañuelos
-que utilizan para protegerse el rostro-. Estos gastos no corren por cuenta del
patrón. Cabe mencionar que de los 30 campos visitados en Sinaloa y Baja
California, sólo el de San Isidro en el Valle de Sinaloa proporciona las
herramientas necesarias y el uniforme para el trabajo.
Los tianguis en los campamentos o cuarterías
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
h) Educación de los niños y las niñas jornaleros
De 588 niños y niñas encuestados en los lugares de arribo y de origen se pudo
apreciar que el 96.9% estudian. Manifestaron que asisten a la escuela porque
quieren aprender a leer y escribir el 67.7%; les gusta estudiar al 22.6 %; y no sabe
por qué va a la escuela el 9.7%. La mayoría de los niños están interesados en
aprender, ya que se percatan de que la escuela podría representar para ellos una
89

opción distinta que el trabajo, así como menor esfuerzo y la posibilidad de mejorar
sus condiciones de vida.
Asimismo, las familias jornaleras muestran interés en la formación escolar de los
niños y las niñas, pero este se ve afectado por sus circunstancias. No basta con
querer hacerlo. Las características que tienen los niños y niñas jornaleros les
dificulta su instrucción, porque no cuentan con las condiciones mínimas que
favorecen la asistencia a la escuela y el aprendizaje: pertenecen a una etnia
como es la Mixteca en su gran mayoría, lo cuál los lleva hablar en una lengua
diferente a la que lo hacen la mayoría de los profesores; las madres de familia son
analfabetas; el número de hijos y las actividades relacionadas a su condición no
les resta tiempo para dar seguimiento escolar del niño; y por supuesto, el tiempo
que dedican al trabajo. Es posible agregar la tensión que experimentan por las
condiciones de pobreza y marginación que desemboca en violencia en el interior
del hogar son factores que inciden determinantemente en el ambiente del niño que
tiene efectos directos en su aprovechamiento escolar.
Lo anterior, se refuerza con la tesis de Arnold Sameroff (1993) y otros autores,
quienes afirman que la influencia de la familia en el aprovechamiento escolar de
sus hijos es fundamental (citado en Shaffer,2000;332). Estos factores evidencian
la vulnerabilidad de los niños y niñas jornaleros y las condiciones que los
mantienen en desventaja (rezago) frente a la media nacional. Por tanto, mientras
la educación que se imparte en las escuelas no considere las desventajas
económicas, culturales, sociales, que presentan las familias jornaleras, se seguirá
fomentando su marginación y negando la posibilidad a estos grupos marginados
tengan acceso a una vida con bienestar. Se les impone una curricula que no tiene
qué proponer con respecto a su propia visión del mundo, que responde a
necesidades diferentes de las dominantes. Esto se manifiesta en la visión de las
autoridades de las comunidades cuando mencionan que les interesa la educación
de los niños y las niñas para que aprendan hablar el español y escribir bien, ya
90

que les proporciona herramientas para avanzar en sus condiciones de vida y salir
del atraso y la marginación en la que viven.
i) Percepción y problemas de los niños y niñas jornaleros en la
enseñanza.
Una cuestión que para el proyecto de investigación era clave, consistía en indagar
la relación que existe entre la educación y el trabajo del niño migrante. Según el
punto de vista que ellos expresaron, manifestaron preferencia por estudiar, pues
“la escuela es menos pesada que el trabajo”, pero como sus padres los llevan a
los campos no para que estudien sino para que trabajen, no lo pueden, ni quieren
eludir porque la familia necesita más dinero, afirman: “trabajo por necesidad”. Sólo
el 3.7% mencionó tener preferencia por trabajar, mientras que el 85.2% prefiere
estudiar. También un 7.4 % manifestó preferencia por estudiar y trabajar, el 3.7 %
dijeron que no quieren ni trabajar ni estudiar.
En las entrevistas a los niños y niñas, se incluyó una pregunta para conocer si
consideraban útil lo que les enseñaban sus profesores, a lo que respondieron que
sí, particularmente dijeron: para educarme el 74.2%; para el futuro el 16.1%; para
el trabajo el 6.5%, y no sabe, el 3.2%. Estas impresiones que tienen los niños
dependen mucho de las expectativas que tienen sus padres ya que un 83.9% de
los padres manifiesta que manda a sus hijos a la escuela «para que no pase por lo
que ellos vivieron» (no saber escribir y leer, por ejemplo) y, sobre todo, para que
los ayude en los viajes, para que entiendan y se manejen con mayor soltura.
Por otra parte, para los niños es muy importante el lugar donde asistan a clases
pues eso significa también poder establecer mejores relaciones entre ellos y sus
profesores, ya que dada su condición de hablantes de mixteco, tienen serios
problemas en la interpretación de los contenidos. A pesar de que pretendieron
ocultarlo, en las entrevistas, el 87.5 % de los niños y niñas no entienden bien las
clases, por estar impartidas en una segunda lengua que no dominan.
91

Cuando se les comentó de esta situación los niños y las niñas dijeron que
entendían mejor a los profesores de los campamentos que a los de sus
comunidades de origen. Aunque más adelante tocaremos el punto sobre los
docentes, señalaremos que los profesores de los campamentos tienen mayor
contacto con las familias y conocen bien la situación de los niños, además que
algunos manifestaron haber sido niños jornaleros, pero que lograron revertir esa
situación cuando empezaron a estudiar y recibieron el apoyo de sus hermanos
mayores.
La condición de hablantes de alguna lengua de las niñas y los niños de la Mixteca
muestra según los datos recogidos, que el 97.7% de ellos habla más el mixteco
que el español y sólo el 2.5% es monolingüe en español; el porcentaje restante
pertenece a otras lenguas. Este dato permite confirmar nuevamente que en el
proceso de adquisición de una segunda lengua, es importante primero reforzar la
lengua materna, es decir el mixteco, porque contribuye a la conformación de la
autoestima, la identidad y el mejor manejo en contextos multiculturales. De lo
contrario, se vuelven apáticos, no quieren hablar y no saben cómo comportarse
con sus pares. Visto desde fuera, éste hermetismo produce que los califiquen
despectivamente como “oaxaco”.
En este sentido, es importante que los programas que se desarrollan para estos
grupos tengan un enfoque intercultural que refuerece su propia cultura y que les
permita desarrollar habilidades para interactuar con culturas distintas a la propia,
para manejarse con seguridad y reconociendo la importancia de las diferencias,
así como de los mutuos derechos.
En el mismo tenor, cuando se les preguntó sobre la comprensión de lectura, sólo
el 65.9% reportó que sí logra entender lo leído. Generalmente no entienden la
mayoría de los textos, lo que dificulta su atención, eso influye en la concentración
y silencio que exige la lectura. Los niños se sienten finalmente inseguros y hasta
ridículos al no leer, pronunciar y entender las lecciones. Si se aúna a ello, la falta
92

de preparación del maestro para percibir y manejar lo anterior, ya sea porque no
cuenta con las herramientas necesarias y/o con la sensibilidad precisa para
atender la situación, los alumnos se ven rodeados de circunstancias desfavorables
de principio que los coloca en condiciones de “rezago” creciente, año con año
aumenta y se encadenan a una instrucción precaria.
Por tanto al no ser diseñado los planes y programas de cada día bajo las
particulares características de estos alumnos; al estar más familiarizados con
actividades manuales que intelectuales, no tienen las bases necesarias para
desarrollar las herramientas claves: la lectura y la matemática. Si existe un buen
manejo, es más bien resultado de la casualidad, es decir, de la sensibilidad del
profesor, que a un objetivo explícito de la enseñanza a estos grupos.
Por otra parte, los niños prefieren asistir a la escuela en el campamento, así lo
manifestó el 64.5 %; mientras que el 16.1 % prefiere asistir en el pueblo y sólo el
19.4 % dijo que le daba lo mismo.. Es muy importante conocer la preferencia de
los niños por la escuela ya que ello influye su aprovechamiento. Cabe mencionar
que esta preferencia está dada por el trato que reciben los niños en el aula, lo que
está especialmente determinado por el dominio y experiencia que tienen los
maestros en la comprensión de las particularidades de estos niños y niñas, como
se señalará más adelante.
Las expectativas de los niños y niñas jornaleros sobre su futuro ha cambiado en
los últimos tiempos. Hace años los niños contestaban que «de grandes» querrían
seguir siendo jornaleros y vivir en su comunidad, ahora sus respuestas han
variado, dicen querer ser: maestro, doctor, secretaria, licenciado, campero, taxista;
sólo unos pocos siguen deseando ser jornaleros.
Proporcionalmente, de las actividades antes mencionadas, los niños encuestados
quieren ser de adultos: maestro (31.2%) y de esta la preferencia se manifiesta por
igual tanto para niñas como para niños. El sitio que señalaron como de su
93

preferencia para trabajar, fue fuera de la comunidad (75.4%), pronunciándose por
Sinaloa, Estados Unidos y San Quintín; mientras que cuando se les preguntó
sobre en qué lugar prefieren para vivir, los datos se invierten: ya que prefieren vivir
en su comunidad (48.3%). El resto se inclina por vivir fuera de la comunidad
(51.7%), obteniendo su preferencia el estado de Sinaloa entre otros lugares. Este
dato es simbólico, ya que la mayoría está planteando vivir fuera de su comunidad.
Esta percepción de los niños y niñas está determinada por los constantes
desplazamientos que han estado realizando desde temprana edad, lo cual los
lleva al desarraigo de su comunidad de origen y al arraigo en las comunidades de
arribo, donde ellos realizan su proceso de identidad.
Por último, la visión del niño y niña hacia su formación es indispensable, ya que de
alguna manera coadyuva a mejorar su situación en la escuela encontrándose
casos inéditos de profesores que fueron niños migrantes y que hoy se encuentran
realizando actividades de docentes en los campos agrícolas donde trabajan estas
nuevas generaciones y que por conocer sus experiencias logran impactar más en
la visión de las niñas y los niños que los profesores en los lugares de origen.
j) Acceso a la escuela, permanecer en ella
“...Yo empecé a trabajar a los 6 años... Estuve un año en la escuela por eso no aprendí mucho... ,
de que empecé a trabajar ya no fui a la escuela, porque como yo quedé huerfanito, no tenía ya a
mi mamá, yo crecí con mi abuelita y la pobre no tenía dinero para mantenerme...”
(Entrevista realizada a un hombre de 45 años en Estación Bamoa, Guasave,
Sinaloa.25 de febrero de 2002)
La anterior cita muestra bien la relación existente entre los niños y la escuela, las
circunstancias que rodean la educación formal de los niños jornaleros.
En este sentido, si relacionamos los distintos aspectos que caracterizan su vida,
se puede decir que su acceso y permanencia en la escuela se encuentra
estrechamente vinculado a sus formas de vida comunitaria (de origen) y
94

migratorias. Es un hecho que la dinámica de vida de las familias jornaleras
privilegia al trabajo de los niños en los lugares de arribo, por encima de los
estudios; para eso viajan, para trabajar, lo cual los aleja irremediablemente de la
posibilidad de tener una educación.
Para entender mejor esta situación se presenta un recuento de actividades de los
niños jornaleros durante un día de trabajo en los campos, para hacer ubicar la
posición que juega la escuela en su cotidianidad y las decisiones familiares.
• Se levantan a las 4:30 de la mañana para arreglar sus cosas, vestirse para el
trabajo y en caso de las niñas ayudar a las madres en lo que llevarán al
campo, como es hacer tortillas (aunque el algunos campos se encuentran
tortillerías, las familias mixtecas prefieren realizarlas en casa).
• Salen entre 6:30 y 7:00 de la mañana (dependiendo de la distancia que tengan
que recorrer) y se desplazan ya sea en autobuses, camionetas, o incluso
caminando; esta actividad les puede llevar desde 15 minutos hasta 1 hora.
Al llegar a los campos hacen sus cuadrillas y les asignan tareas.
• A las 12:30 en algunos campos se preparara la braza para que los jornaleros
calienten sus tortillas y alimentos (ver foto).
• Comen entre las 12:30 y 13:00 horas.
Media hora después regresan a las labores del campo hasta las 15:30 horas, si es
jornada normal. Algunos jornaleros aceptan trabajar medio turno más para
aprovechar la temporada alta y reunir más dinero y permanecen hasta las 18:00
de la tarde (en esta dinámica se insertan las familias jornaleras de la Mixteca).
• Al regreso, los niños corren hacia sus casas, se bañan, pasan por la tienda y
les fían galletas y un refresco, generalmente no tienen tiempo de comer algo
antes de salir a la escuela.
95

• Llegan a la escuela a las 7:00 p.m. El profesor los está esperando para revisar
las dudas del día anterior, en el orden en que van llegando. No todos llegan
puntuales, ya que dependen de las salidas y actividades previas, cuestión que
generalmente no depende de ellos.
• Continúan con el trabajo escolar. Como los niños han tenido un esfuerzo físico
tan fuerte, están cansados. La dinámica del salón les significa un descanso y
cuando el profesor explica las lecciones o actividades, algunos niños bostezan,
se estiran, buscan un momento de esparcimiento, platican con el niño cercano
sobre sus actividades en el campo, Regresan a sus casas alrededor de las
21:30 horas, comen algo, ven la televisión, si existe en el campamento o en
casa, y se van a dormir.
La comida en el campo
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
Este relato nos permite ubicar la importancia que tiene la escuela en sus vidas,
como vemos es muy poca, porque se enfocan a sus actividades laborales, lo cual
repercute negativamente en la permanencia de los niños en la escuela; por eso,
aún cuando el profesor realice dinámicas para "despertarlos", el proceso de
enseñanza y aprendizaje se dificulta. Algunos de ellos son muy responsables y
hacen lo posible por mantenerse atentos e interesados, pero otros, aunque
quieran, por el cansancio del día, ya no rinden; sus deficiencias de alimentación
96

también contribuyen a su cansancio y falta de energía 20 , mengua sus deseos de
aprender.
Respecto a este punto, Duncan (1994), McLoyd (1998) y Garret y otros (1994)
hicieron un acercamiento a las condiciones de pobreza de las familias marginadas
y concluyeron que las personas pobres y los integrantes de diversos grupos
minoritarios tienden a crecer en ambientes que estimulan mucho menos el
desarrollo intelectual, que aquellos experimentados por la mayoría de los grupos
blancos y otros miembros de la clase media. Estos autores consideran que las
condiciones de pobreza y la falta de ingresos económicos necesarios para la
subsistencia de una familia, origina que muchos niños padezcan desnutrición, lo
cual obstaculiza el crecimiento cerebral y los convierte en seres apáticos y
distraídos. (Shaffer,2000;340). En esta situación se encuentran los niños y niñas
jornaleros.
Por otra parte, en las comunidades de origen los niños asisten a la escuela por la
mañanas, pero como están acostumbrados a realizar actividades de tipo manual
como jornaleros, tienen mucha energía que los motiva a ser muy inquietos y
juguetones, tienen energía física y poco hábito a permanecer quietos y en un lugar
fijo. También se encuentra el caso en que niños llegan cansados de una rutina de
actividades que desarrollaron antes de ir a la escuela, la cual aunada a la mala
alimentación los desgasta y no quieren trabajar. Según lo expresaron los
profesores, "esos niños tienen flojera". Sin embargo, es claro que un niño que no
se alimenta bien, no puede concentrarse, baja su nivel de rendimiento y no tienen
una base física elemental resuelta. Cuando llega la tarde lo único que lo mantiene
con ganas de hacer las cosas es su gran capacidad de adaptación al medio y gran
ánimo.
20 Es importante señalar que en los lugares de arribo, algunos campamentos tienen un seguimiento
a la salud de los niños y les otorgan desayunos escolares, vigilan su estatura durante su estancia
en el lugar y tienen asistencia médica. Esta atención se ve mermada cuando regresan a las
comunidades de origen porque allí se les dejan de dar dichos servicios, lo que provoca un fuerte
descontrol en su desarrollo.
97

Se encontró también que en las comunidades los niños muchas veces son
agresivos con los profesores, lo que referimos a un conflicto de autoridad y con las
excesivas cargas de trabajo. Así mismo, el espacio escolar es menos obligatorio
que el trabajo, y quieren aprovechar ese tiempo y espacio –porque lo necesitan
hacer-, para jugar o comer. Frecuentemente, los maestros reportan que los niños,
los insultan en su lengua nativa
Ya ve pues, aquí la cosa es nada más aguantarse, por eso es que a muchos compañeros
les da desesperación y se van, se quedan los niños, se van, y esto no es nada... me hacían
más feo, a veces me decían puras groserías en mixteco.
(Entrevista realizada en Barrio San Antonio, Coicoyán de las Flores, Juxtlahuaca, Oaxaca,
10 de diciembre de 2001)
"...Por sus padres, a veces son un poco rebeldes, aquí enseño la vara y todos calladitos, no
disfrutarían estar en la escuela si yo les pegara, una vez de broma nada más que le hago a
una niña ¡órale!, así nada más, que se me pone a llorar, ahí luego se ve la sensibilidad.
...Alzándoles la voz, hablándoles fuerte, o si no, les digo que si no ponen atención les voy a
pegar, y ya, ahí se quedan.
(Entrevista realizada en el Coyul, Coicoyán de las Flores, Juxtlahuaca,
Oaxaca,9 de diciembre de 2001)
No olvidemos que el hecho de emigrar con sus familias y trabajar en los campos
agrícolas representa una forma de vida que se relaciona intrínsecamente con su
supervivencia y que por desgracia, incluye una buena dosis de agresividad y
violencia cotidiana 21 .
Muchas de las familias jornaleras son tan pobres, que la asistencia de los niños a
la escuela les representa un gasto difícil de afrontar, así que los pocos recursos
21 Es importante señalar que para el niño jornalero sí es importante la escuela, por los fuertes lazos
gregarios y solidarios que existen en las comunidades rurales e indígenas, tienden a sacrificar sus
deseos por ayudar a sus familiares a “mejorar” las condiciones de marginación y pobreza en las
que se encuentran. Para ellos la lógica del capitalismo queda fuera de toda explicación, sin
embargo, buscan la forma de enfrentar lo que están padeciendo como familia. El hecho de que
niño a temprana edad esté en contacto con una visión occidental, racional, mercantilista, le genera
conflicto con su propia forma de entender su cultura, éste es uno más de los factores que
favorecen la agresión en el interior de las familias. Es importan señalar que la lógica de la familia
campesina ha sido tratada ampliamente por Chayanov, cuando habla de su visión del mundo y de
las diferentes lógicas de interpretación que podemos tener de su realidad. Para ampliar la
información ver el discurso de los campesinistas y descampesinistas en el marco de la Teoría de
Chayanov.
98

con que regresan de las zonas agrícolas, no les permiten enviar a los niños a la
escuela: Dentro de su contexto cultural, para los mixtecos, la escuela no
representa ninguna posibilidad de ascenso social, y en la mayoría de los casos, no
lo es. Sin embargo para otros, es importante ir a la escuela pues les brinda los
elementos necesarios para poder desenvolverse mejor en los lugares de arribo,
por esa razón motivan a los niños a estudiar.
Con todos los problemas que presentan los niños no es difícil entender por qué
existen tantas dificultades para su ingreso y permanencia en la escuela. A
continuación se presenta de manera gráfica, cuál ha sido el comportamiento
escolar de los niños jornaleros de la Mixteca (ver gráfica 10).
No. de Niños
2
8
1 1
Gráfica 10
Niveles y ciclos cursados por niños y niñas en
Tecomaxtlahuaca durante el ciclo 2001-2002(CONAFE)
14
9
2
3
2
5
2 2
1 1 1
M H M H M H M H
4
8
5
1
4
3
1
nivel 1 nivel 2 Nivel 3 total
ciclo 1 ciclo 2 ciclo 3 ciclo 4
Fuente: Elaboración propia con datos del CONAFE
Según la gráfica anterior puede apreciarse que durante el ciclo escolar 2001-
2002, los niños del programa de Primaria para Niños Migrantes del CONAFE, nivel
1 (que equivale a primero y segundo año de la primaria formal) son quienes han
tenido mas posibilidades de terminar dicho nivel en el periodo especificado (un
año), 9 niños egresaron del primer nivel en un año y solo dos niñas lo pudieron
hacer en un año, el resto, ocho niñas lo hicieron en 2 años o ciclos, una en 3
ciclos, y una más en 4 ciclos.
En el segundo nivel, dos niñas lograron finalizarlo en un ciclo y cinco niños
también lo lograron en un ciclo, un niño lo hizo en 2 ciclos y dos niños en 3 ciclos.
99

Para el tercer nivel, sólo dos niñas llegaron y lo hicieron en 3 ciclos y dos niños
llegaron también al tercer ciclo; uno lo hizo en 2 ciclos y otro en 3. Con esta
información podemos observar que a mayor nivel, menor numero de niños y niñas
llegan a ellos. Tanto niños como niñas se van rezagando y requiriendo de más
tiempo para finalizar los niveles. Se puede apreciar con la gráfica, que son más los
niños que logran finalizar: quedan 14 niños y 4 niñas finalizan en un periodo
escolar. Si se observan los dos niveles anteriores, se aprecia la misma situación,
lo cual muestra que los niños pueden tener mejores condiciones para alcanzar un
mayor nivel, aún así, con muchos problemas.
Al caracterizar su permanencia, es posible ver que tanto niños como niñas se ven
afectados por los problemas anteriormente mencionados. Por tal motivo son pocos
los que pueden terminar su instrucción primaria debido a los niveles de
recursamiento 22 , que asociados a su edad, actividades y necesidades provoca que
terminen abandonando la escuela.
No. de Niños
56
36
Gráfica 11
Niveles y ciclos cursados por niños y niñas en San
Martín Peras. ciclo 2001-2002. CONAFE
51
40
1815 1518 16
11
1 3 6
1 2 5 9
1 3 1 3 3
m
nivel 1
h m
nivel 2
h m
nivel 3
ciclo 1 ciclo 2 ciclo 3 ciclo 4
Fuente: Elaboración propia con datos de CONAFE
90
52
h m
total
Por lo que respecta a la gráfica 11 de San Martín Peras, se puede apreciar que el
número de niños y niñas se concentra en el primer nivel, y conforme este
aumenta, el número de niños y niñas disminuye, lo cual indica -como en el caso de
22 El CONAFE dentro de la modalidad del MEIPIM tiene tres niveles que son equiparable a los sies
años de la escuela primaria formal de la SEP, que asocian a la cantidad de veces (o años) que un
niño o niña ha repetido el mismo nivel.
77
63
h
100

Tecomaxtlahuaca- que es muy difícil para los niños permanecer en la escuela. La
diferencia entre niños y niñas para finalizar un nivel es mínima, podemos apreciar
que 56 niñas finalizaron el primer nivel en un ciclo y 51 niños lo hicieron en el
mismo tiempo; 36 niñas finalizaron en dos ciclos y 40 lo hicieron también en dos
ciclos. Son muy pocos los niños y niñas que necesitaron 3 o 4 ciclos para finalizar
su primer nivel. Para el segundo nivel se nota una reducción muy drástica: 18
niñas y 15 niños finalizaron el segundo nivel en un ciclo, 15 niñas y 18 niños lo
finalizaron en dos ciclos y 6 niñas en tres ciclos. En el nivel tres siguen teniendo
muy poca diferencia entre sí: las niñas (15) que finalizaron su tercer nivel en un
ciclo y 11 niños, las cifras siguen disminuyendo, muy probablemente porque son
pocos niños los que intentan cursar niveles superiores, y los que lo hacen, lo
logran en más tiempo que el primer nivel. La diferencia de acceso a la escuela se
marca en el primer nivel, se encontraron 90 niñas y 77 niños, ingresan más niñas
que niños, pero en el transcurso de la escuela, los problemas que presentan
afectan tanto a niñas como a niños.
Vale la pena señalar que la mayoría de las veces los niños y sus familias solo
quieren adquirir las habilidades básicas para emprender su migración: aprender a
leer y escribir, por ello después del primer nivel escolar desertan, lo que no les
garantiza que lo hayan logrado.
No. de Estudiantes
Grafíca 12
Grados cursados por niños y niñas en San Martín Peras, Enero-
Junio 2002 IEEPO
250
200
150
100
50
0
79
Fuente: Elaboración propia con datos del CONAFE
48
37
14 11 3
1 2 3 4 5 6 TOTAL
Grados
192
101

En la gráfica anterior, aun siendo de otra Modalidad Educativa (IEEPO), en San
Marín Peras se reflejan una vez más los problemas que tienen los niños para
permanecer en la escuela, en esta escuela se manejan los grados como otra
escuela formal, las diferencias entre los grados son muy notorias, se aprecia que
en el primer año se atendieron 79 alumnos, en segundo año 48, en tercer año 37,
en cuarto grado, el número de alumnos disminuye de manera drástica porque se
atendieron 14 alumnos, en quinto grado 11 alumnos y en sexto sólo 6 alumnos.
De un total de 192 alumnos, el 41.14% se encuentra en el primer año y el quinto y
sexto año captan sólo el 7.29%.
k) Modalidades de atención y características de la oferta educativa
En las comunidades de la Mixteca podemos detectar varios tipos de ofertas
educativas a las cuales pueden acceder los niños jornaleros. En primer lugar
tenemos al Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), en su modalidad
de MEIPIM (Modalidad Educativa Intercultural para Población Infantil Migrante); en
segundo lugar al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) en su
modalidad de Atención Básica de escuela Primaria Formal, además de la oferta
educativa de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) y la modalidad
del Programa de Atención a Niños migrantes 23 .
Sin embargo, el hecho de que exista diversidad en oferta educativa no quiere decir
que exista una concepción educativa que atienda las problemáticas que se han ya
señalado, y que instrumenten estrategias para lograr el efectivo bienestar del niño
migrante, así como una opción real de movilidad social para él y sus familias. Está
situación está básicamente dada por la escasa coordinación que existe entre las
instituciones, que establecen programas "desde el escritorio", donde el niño
23 ¿Cómo funcionan estos programas? Los cuatro funcionan de forma distinta; por ejemplo la
educación formal e indígena que imparte el IEEPO tiene su propia dinámica y ambos se ajustan al
periodo escolar establecido por la SEP para desarrollar sus actividades, con sus respectivos
periodos vacacionales, a nivel nacional. La diferencia que existe respecto a los programas de
atención a grupos indígenas es que éstos últimos priorizan algunas actividades que se relacionan
con contextos de grupos étnicos, pero es exactamente el mismo programa planteado para
educación primaria a nivel nacional en contextos urbanos y rurales
102

migrante real no es contemplado, porque no consideran las condiciones y
necesidades cotidianas de estos grupos marginados.
Las modalidades con enfoque hacia poblaciones migrantes empezaron a
proponerse en las comunidades a partir de 1994 y funcionan por periodos
relativamente cortos, en donde los profesores tratan de cubrir el programa básico
en 3 o 4 meses, en un intento por acoplarse a los ciclos de producción agrícola y a
los desplazamientos de las familias migrantes; finalmente tuvieron que reducirse
hasta mes y medio.
Podría considerarse bueno que los niños tengan muchas opciones a las cuales
acceder desde sus contextos locales, pero, por otra parte, es importante saber si
efectivamente acceden a ella, en qué condiciones lo hacen, y si es efectiva.
Es este sentido, el hecho de que existan diferentes ofertas educativas en una
misma comunidad sin que se proporcione la suficiente información y orientación,
produce que se las familias se confundan con respecto al tipo de servicio al que
deben acceder los niños migrantes. Los padres tampoco identifican cuál es la
diferencia entre una y otra modalidad y muchas veces eligen una modalidad que
se vuelve un obstáculo para su vida jornalera. En las comunidades de la Mixteca
se detectaron familias jornaleras migrantes que inscribieron a sus hijos dentro de
la escuela formal porque reconocen, como el resto de la sociedad, al IEEPO
como la institución oficial (por tanto, legal y estándar) que proporciona un
reconocimiento oficial para todo el país. Con el programa del CONAFE, programa
relativamente nuevo, los padres temen que los estudios no sean válidos.
El hecho de que las familias carezcan de información e inscriban a los niños en
escuelas que no se adaptan a su condición migrante promueve que los niños
pierdan ciclos escolares, que interrumpan sus estudios que no puedan
continuarlos en el lugar de arribo en los campos agrícolas, la carencia de
documentación oficial, así como de un sistema expedito que les permita la
103

movilidad. Este es un problema muy frecuente, que muchas veces desanima a los
niños y a sus familias porque obtener los documentos implica numerosos trámites
a los que tienen que dedicarle un tiempo que no poseen, por las condiciones en
las que viven, (necesidad de permanecer en el trabajo, falta de recursos
económicos y distancias a recorrer).
Lo anterior es un hecho recurrente en los relatos de vida de los niños respecto a
su historia escolar. Hemos llegado a encontrar por ejemplo, un niño que se llegó a
inscribir hasta cuatro y cinco veces en un mismo nivel escolar (lo que se puede
apreciar en la gráfica de San Martín Peras). También es posible observar en los
tres niveles del CONAFE, los niños que repiten más los años escolares, son
aquellos que están en primero y segundo.
No. de Niños
56
36
51
40
Gráfica 13
NIVELES Y CICLOS DE NIÑAS Y NIÑOS EN SAN MARTIN PERAS
18
15 15
18 16
11
5
1 3
6
9
1 3 1 2
1 3 3
m h m h m h m h
nivel 1 nivel 2 nivel 3 total
Fuente: Elaboración propia con datos del CONAFE (2001-2002)
90
52
77
63
ciclo 1
ciclo 2
ciclo 3
ciclo 4
Otra posible causa puede ser que dados los constantes desplazamientos con sus
familias, abandonan la escuela porque al ir creciendo y aumentando de edad, no
se sienten bien de permanecer en los primeros grados, como puede apreciarse en
la Gráfica 14, la cual muestra cómo en la medida que el niño tiene y aparenta
físicamente una edad mayor a la que posee el resto de sus compañeros de grupo,
reciben burlas de sus compañeros y se produce una convivencia difícil. Otra causa
que puede contribuir a la deserción, es que en las comunidades indígenas
migrantes las niñas de entre 13 o 14 años de edad están ya contrayendo
matrimonio, como ya antes se señaló, por consiguiente a esa misma edad, los
104

varones tienen que trabajar para responsabilizarse de lo que será la conformación
de su nueva familia.
Gráfica 14
Poblacición Escolar de 13 a 14 años por grados de asistencia a la
escuela, distrito de Juxtlahuaca, Oax.
1000
800
600
400
200
0
73
137
268
365
562
1 2 3 4 5 6
grados escolares
Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI, 2000
La mayor parte de las comunidades estudiadas se encuentren en municipios de
muy alta marginación, en estos lugares la escuela representa el medio para
aprender español, herramienta que utilizan para comunicarse cuando se
desplazan a otros lugares. Aún así, por las difíciles condiciones, los niveles de
analfabetismo persisten, inclusive cuando las comunidades cuentan con escuelas.
En su vida cotidiana, los miembros de la comunidad se mantienen comunicados a
través de la oralidad y no por medios escritos. La escritura en su cultura no tiene el
mismo lugar que en la urbana alfabetizada porque los conocimientos que ahí se
proveen, poco resuelve sus vidas, a excepción de el mero aprendizaje de la lecto
escritura y las operaciones básicas aritméticas.
Se hallaron en esta investigación, niños jornaleros en escuelas primarias de
educación básica formal, de MEIPIM y del Programa de Atención a Niños
Migrantes, así como de la DGEI. Durante el presente estudio se detectó gran
confusión: se dan contenidos sobre los campos y la realidad de los migrantes a
niños y niñas que no emigran, o los profesores “no cubren el programa porque la
mayoría de los niños no son migrantes”. También puede suceder que los niños
que sí son migrantes, conozcan muy bien la temática que se está tratando, pero el
902
105

profesor no. Cabría preguntarse ¿qué sentido tiene llevar una educación
“migrante” a las comunidades más apartadas, si los programas no están
atendiendo de manera significativa a dicha población?.
Es un hecho que en todas las escuelas de las comunidades de la Mixteca
podemos encontrar estas contradicciones. Para algunos maestros -por ejemplo-
tampoco ha quedado bien definido lo que significa ser un niño migrante, o si lo es
sólo cuando se desplaza el padre o madre, o si lo es hasta que realiza
desplazamientos con su familia o parientes. Estas confusiones también pueden
rastrearse en los propios programas.
Otro elemento que se valoró fue el impacto que producen o no, las campañas de
sensibilización dirigido a las familias jornaleras; campañas que son llevadas a
cabo en las comunidades para promover las distintas modalidades escolares que
existen para inscribir a los niños. Se encontraron, por ejemplo, servicios para niños
migrantes donde de 15 niños para grupo multigrado -como se suele manejar en la
mayoría de los casos- según los organizadores del grupo, sólo 6 cumplían con
estas condiciones previas y eran insuficientes para "abrir el grupo"; mientras tanto
en la escuela de primaria formal existían otros 10 niños migrantes que no sabían
del funcionamiento de la escuela “para niños migrantes” (multigrado) y tampoco
de los beneficios que tienen para ellos., ya que representa la oportunidad de
terminar en un periodo corto su ciclo escolar.
En este sentido, el planteamiento de las escuelas para niños migrantes en los
lugares de origen representa un compromiso mayor porque la forma de atención y
didáctica, tiene que estar fundamentada y vinculada a las características de la
población en cuestión y no al de la población en general, que en este caso, son
minoría.
l) El docente y la educación del niño jornalero
Hacer referencia a los contextos en los cuales los niños desarrollan sus
actividades formales de instrucción básica, remite a considerar todos los
106

elementos indispensables para su buen funcionamiento. Cuando revisamos a los
grandes pedagogos como Freire nos damos cuenta que los espacios educativos
cobran menos importancia cuando el profesor encargado de llevar a cabo el
proceso de formación tiene las habilidades necesarias para poder transmitir una
educación de calidad.
En este sentido, cuando hablamos de la educación formal en niños jornaleros nos
damos cuenta que los espacios educativos tienen un nivel muy alto de
significación. Los profesores del CONAFE por ejemplo, son jóvenes que se
encuentran trabajando como becarios y que se han hecho profesores a través de
un curso de unos días, o cuando mucho, de un mes. Según el coordinador del
MEIPIM-CONAFE a los profesores se les prepara de la siguiente manera:
“...Bueno la capacitación trabajan los capacitadores jóvenes que han sido instructores
comunitarios tanto así que destacaron y que han sido seleccionados para que
capaciten a sus compañeros se les capacita durante 15 días, se les habilita para que
se refuercen los elementos primordiales, y entregan los manuales de capacitación
para jóvenes instructores comunitarios. De hecho se les prepara y ellos son los que
capacitan a sus compañeros aspirantes a instructores. Hay un tronco común donde se
trata de acercar todos los elementos a los aspirantes de instructores comunitarios.
Una vez que ya tienen ese elemento sobre cómo deben llegar a esa comunidad, de
qué manera pueden abordar los niños. Se les abre un espacio para que realicen su
práctica de campo y la práctica es de una semana prácticamente. Cuando regresan ya
tienen la noción el conocimiento de cómo está la comunidad, dónde se encuentra la
comunidad, se continua capacitando hasta finalizar ya con cierta experiencia en el
campo. La siguiente fase se trata del tronco diferencial donde directamente se
capacita sobre la metodología: cómo van a trabajar los talleres, es ahí donde puede
darle prioridad a los niños que tienen un poquito de problema de aprendizaje”
(Entrevista al profesor Filogonio Prudencio Tinoco, Oaxaca de Juárez,Oaxaca.
9 de septiembre de 2002)
También se encontraron profesores que no tuvieron la oportunidad de asistir al
curso, las causas fueron varias: “porque el grupo ya estaba formado” o también
porque “había pasado el periodo de capacitación” y tenían que cubrir una
107

comunidad; otros mencionaron como causa que se quedaban porque allí
“pagaban mejor” que en el CONAFE.
Al no contar con los elementos necesarios para el manejo de los niños jornaleros y
los contenidos que se revisan para brindar una educación de calidad, se generan
problemas de aprendizaje. Un ejemplo es que como lengua madre, posean otra
que no es el español. Los niños jornaleros como hemos mencionado son niños
indígenas y que hablan la mayor parte de las veces una primera lengua, como es
el mixteco. Además que su mundo con los constantes desplazamientos ha
ampliado su conocimiento de la realidad y muchas veces rebasa la del docente,
quien no puede dar cabida a las inquietudes que los niños muestran, como se
observó en algunas comunidades de Coicoyán de las Flores y San Martín Peras,
donde el profesor, no conocía el campamento o las condiciones en las que vivían
los niños fuera de su comunidad; el maestro no tenía la posibilidad de desarrollar
los temas relacionados con los lugares de llegada.
Es determinante la diferencia escolar que se produce cuando les atienden
profesores capacitados. En los lugares de arribo, algunos de estos profesores se
encuentran en proceso de formación en la UPN y/o tienen mayor experiencia
trabajando en las escuelas. En los campos agrícolas llegamos a encontrar
maestros con experiencia (de los 5 a 10 años) y muchos de ellos tienen nivel de
maestría; en Baja California hay profesores de CONAFE, de la DGEI con muchos
años de servicio y por tanto con mejor forma para enfrentar los retos de la
educación infantil que en las comunidades propias de los jornaleros.
Cuando no se cuenta con buenos maestros, como decíamos, el dominar una
lengua distinta al castellano se convierte en un problema dentro del salón de
clases porque los alumnos no entienden instrucciones para realizar sus tareas y
por lo tanto los maestros no perciben avances y se desgastan. En los campos
visitados se encontraron profesores que hablan mixteco; pero aún así, la situación
108

es compleja, porque a los campos llegan jornaleros de diferentes etnias al
mixteco: trique, zapoteco, purépecha, náhuatl y tlapanecos, principalmente.
En la Mixteca se detectó una fuerte presencia de rotación de personal docente.
Reiteramos: estos casos de entrada y salida del personal al sistema educativo, y
la falta de formación no aseguran una educación de calidad para los niños;
asimismo se percibimos profesores que recientemente se encuentran en el
programa de atención a niños migrantes y por tanto carecen de experiencia, o
profesores que sí tienen experiencia pero que no hablan el mixteco o que están
esperando que termine su curso para abandonar el sistema en el que se
encuentran; los maestros argumentan que lo desean así por motivos de
superación personal, otros por los pagos tan bajos 24 .
Los niños reconocen la distinta preparación entre un docente y otro y lo expresan
con claridad, pues el aprendizaje se relaciona con los elementos pedagógicos con
los que cuentan los maestros.
Más allá de las diferentes modalidades de atención educativa a los niños
migrantes, y las contradicciones y diferentes formas de atención de las mismas,
uno de los elementos básicos es lo qué se enseña y cómo se enseña. Debido a
las condiciones de vida y de trabajo de estos niños es necesario trabajar no sólo
con los contenidos educativos, sino también con sus emociones y aprovechar sus
habilidades. Smeke (2002,26) menciona que debe entenderse que los alumnos
llegan a la escuela con las necesidades de aprendizaje académico y de desarrollo
del pensamiento, pero también con necesidades emocionales y sociales. Las
carencias de habilidades socio-emocionales en niños y jóvenes no sólo afectan al
individuo en sí, sino que afectan también el ambiente en general, el progresos
académico, el ambiente escolar y a toda la sociedad en general.
Hablar de los niños migrantes, es hablar de niños que enfrentan discriminación,
rechazo, marginación, carencias; significa hablar de una realidad que no se
24 Si bien se puede argumentar que son profesores en formación se piensa que es importante que
tengamos claro a qué tipo de grupo vulnerable va dirigida esta educación y que las Instituciones al
no preparar bien a su personal y asegurarles una buena remuneración por sus servicios, también
está propiciando un desequilibrio que se ha marcado por décadas entre la educación en el medio
urbano y la educación en el medio rural de las mismas desigualdades de la sociedad.
109

aprende de manera racional sino que está permeada por un cúmulo de emociones
que desde pequeños han ido experimentando y al mismo tiempo enfrentando para
poder vencer los retos que se les presentan en un ambiente de pobreza y
marginación. Es por ello que consideramos importante atender en el ámbito
escolar la situación emocional y afectiva de los niños, la cual puede redundar en
mejores formas de aprendizaje ya que según Gardner (1993) existe un tipo de
inteligencia que se relaciona con las emociones las cuales permiten reflexionar
sobre los propios actos de los niños y generan capacidades de manejo adecuado
de las características personales de cada uno de ellos, trayendo consigo
beneficios múltiples. (en Shaffer,2000)
m) Los espacios educativos
Como es sabido, los espacios educativos en los cuales se da el proceso de
enseñanza son muy importantes para el aprendizaje escolar; para los niños
migrantes los espacios y contenidos de enseñanza pueden ser la puerta de
entrada a un mundo que les es ajeno para hacerlo propio; de ahí su
trascendencia.
Lamentablemente, los espacios educativos 25 en que se desarrolla el proceso de
enseñanza y aprendizaje del niño jornalero no tiene los elementos esenciales, ni
cuenta con una adecuada preparación del docente para transmitir una educación
que le permita crear esa conexión entre su contexto de marginación y pobreza en
el que se desenvuelve y su relación con la práctica de jornalero; la situación se
convierte en un círculo vicioso de carencias, tanto en su vida personal como en su
formación institucionalizada, lo que provoca que el sujeto se mueva en un mundo
de privaciones, donde las acciones cotidianas se encuentran condicionadas por su
contexto de producción y reproducción social: la marginación genera mayor
exclusión y la educación no representa ninguna posibilidad de mejoramiento real
de su calidad de vida.
25 Se entiende por espacios educativos el lugar donde se dan las prácticas de la persona, en relación con las
distintas esferas en que se despliega su vida cotidiana, no solamente en la que se circunscribe al escenario
escolar. Lo cual posibilita al sujeto para apropiarse de su propia relación con la realidad. Es decir, no se limita
a la educación con el proceso de la transmisión de un saber sino en el desarrollo de una conciencia, que lo
lleva al descubrimiento sobre su contexto de vida.
110

n) Infraestructura escolar
Con este estudio valoramos que de acuerdo a las modalidades de atención
educativa de los niños migrantes, las escuelas del CONAFE cuentan con
mayores elementos de apoyo para esta personas que aquellas del IEEPO, Ppor
estar mejor instrumentadas, por ejemplo, las aulas del CONAFE cuentas con una
una pequeña biblioteca en su interior y con material didáctico limitado, pero que de
alguna manera apoya al profesor en su trabajo.
Por su parte, algunos espacios escolares que fueron visitados durante este
estudio y pertenecientes al IEEPO en la modalidad de niños migrantes, carecen de
materiales de apoyo. Las mayores carencias se refieren a la ausencia de libros
para alumnos y docentes, material didáctico; unos no tienen pupitres, mucho
menos biblioteca.
Estas condiciones sí influyen de manera importante la posibilidad de ofrecer
múltiples estrategias didácticas. Algunas escuelas del IEEPO tienen a niños
trabajando en bodegas o cuartos aislados; es decir, aunado a las condiciones que
enfrentan las familias, se suma la discriminación que las Instituciones tienen con
este sector de la población cuando es una función gubernamental de estas
ofrecerles un espacio adecuado como parte de sus derechos a la educación.
Condiciones de las escuelas para niños migrantes en los lugares de origen
Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
111

Foto: Virginia Guadalupe Reyes de la Cruz
CONSIDERACIONES FINALES
Lo antes expuesto lleva a considerar que la incorporación de los niños al trabajo
asalariado como jornaleros agrícolas en el noroeste del país es la respuesta de la
población rural para equilibrar su consumo y producción familiar. La incorporación
del trabajo asalariado fuera de su comunidad, por parte de las mujeres y los
menores de edad, ha sido la principal estrategia, ante la descampesinización
producida por el mercado globalizado y la carencia de oportunidades de empleo
en sus lugares de origen.
La descampenización de la Mixteca, provocada por la migración de los mixtecos
hacia campos altamente tecnificados, con niveles de producción competitiva a
nivel internacional (agricultura empresarial), para convertirse en asalariados del
campo, deteriora ampliamente su existencia e identidad comunitaria, su vida
cotidiana y su calidad de vida, ya que el salario que obtienen apenas si les
permite sobrevivir para reproducir su inserción en las filas de jornaleros agrícolas.
Para poder hacerlo, han requerido incluir la mano de obra de sus hijos, o en todo
caso, de enviarlos con parientes hacia los campos del norte de México.
Las familias jornaleras presentan analfabetismo, monolingüismo en mixteco, altos
índices de natalidad, y alta vulnerabilidad; causa y efecto de ello, la carencia o
112

insuficiencia económica, lo que no les permite satisfacer sus necesidades básicas
y, como se dijo, los obliga a movilizarse.
Ser migrante jornalero ha llegado a constituirse en un estigma social. Unos viven
estigmatizados como “oaxacos” y sometidos a un orden que los rebasa y anula y
otros luchan por revertir sus condiciones de vida y de trabajo, son los rebeldes,
irrespetuosos, tercos y despreciados por su condición étnica; es decir, con una u
otra actitud, son mexicanos marginados de sus derechos, los laborales.
Por otra parte, al llegar a los campos de trabajo las familias se enfrentan a una
realidad que sobrepasa los límites de la pobreza, ya que no solamente sufren
mayores carencias sino que se exponen a situaciones que dañan su integridad
psicológica, emocional y física.
Las familias integran a los niños y niñas como jornaleros para paliar la situación en
la que viven; lo cual no significa lograr un mejor nivel de vida para ellos y su
familia, sino que en algunos casos, pueden mantener el mismo nivel económico
que tenían hace diez años, con las carencias que implica a los niños jornaleros,
ingresar al mundo laboral, que se contrapone o dificulta sustancialmente su
posibilidad de estudiar.
La pobreza, marginación y explotación de las cuales son víctimas las familias
jornaleras, da origen a elevados índices de violencia intrafamiliar fincada, en gran
parte, en la frustración cotidiana que viven. Esta frustración muchas veces recae
en los miembros más vulnerables de la familia como son los niños y las niñas
migrantes.
La permanencia en la escuela se les dificulta por las siguientes razones:
En primer lugar, las condiciones de vida, y de trabajo entre las que destacan la
condición económica, constante movilidad y el trabajo como actividad principal de
su vida cotidiana, dificulta el acceso y permanencia a la escuela. Esta situación se
va agravando si se considera que las modalidades de atención que existen para
los niños y niñas migrantes, no han impactado en la población infantil,
básicamente por la poca coordinación interinstitucional o miopías administrativas o
burocráticas. Es decir, aun cuando los niños están en posibilidades de combinar
113

trabajo y escuela, los programas orientados para su atención no han cubierto sus
expectativas, presentándose elevados niveles de deserción en la población.
Los contenidos de los programas tienen dificultades para llevarse a la práctica, ya
que la mayoría de los docentes no están en posibilidades de sostener la propuesta
educativa debido a que su formación suele ser insuficiente, tienen gran movilidad,
y bajo salario, entre otras, lo cual no permite que las capacitaciones y la
experiencia adquirida mediante la práctica puedan ir fortaleciendo a un grupo de
profesionales que brinde una opción a los niños jornaleros en su proceso
educativo. Aunado a esto, el problema de la lengua en el aula está afectando
seriamente el aprendizaje de los niños, si tomamos en cuenta que se encuentran
en un proceso de transición a una segunda lengua.
En este tenor, todo parece indicar que los programas responden a las
recomendaciones hechas por organismos internacionales dejando de lado el
contexto regional en que crecen los niños, de igual forma se priorizan las
estadísticas y la visión institucional, sin entender la situación de los niños y sus
familias. Quienes diseñan los programas educativos lo hacen sin considerar las
fortalezas y debilidades de la población a la cual van dirigidos esos programas, lo
cual impide transformar esa realidad.
Es pues necesario encontrar las formas de favorecer, como diría Freire, una visión
mucho más abarcadora y liberadora y no un mundo de sometimiento que los limita
a la simple repetición del ciclo de pobreza y marginación. Para ello, las
instituciones gubernamentales pertinentes requieren hacer su trabajo de manera
coordinada e intersectorialmente, así como establecer acuerdos legales con el
sector agrícola empresarial nacional; es decir, es imprescindible que los jornaleros
agrícolas ejerzan los derechos constitucionales que les corresponden, en principio:
sus derechos laborales y de educación. Hacerlo así, desde una perspectiva
intercultural, donde su cultura comunitaria siga teniendo vigencia.
114

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