Los Tres Cochinitos : Un Cuento Financiero

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Frustrado porque el cochinito no quería gastar, el Sr. Wolfe se
rascó la cabeza y respondió, “Me doy cuenta que usted está muy,
muy ocupado hoy. Por eso, sólo le daré la escritura y me iré.” Y se
marchó, rascándose aun la cabeza.
Luego, el lobo se sentó en el borde de la pradera mientras pensaba
en el oro del Cochinito Inteligente. Vio una viejecita tocar la puerta
del Cochinito Inteligente. Hablaron durante un minuto y luego
el Cochinito Inteligente le entregó algún oro a la viejecita. ¡Y así se
le ocurrió una gran idea al lobo!
El Sr. Wolfe se disfrazó rápidamente de viejecita y tocó a la puerta
del cochinito Inteligente.