juan e. hernández y dávalos colección de documentos para la ...
juan e. hernández y dávalos colección de documentos para la ...
juan e. hernández y dávalos colección de documentos para la ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>la</strong> que era Reina <strong>de</strong> los Cielos. Esas piedras, esas peñas esas espinas y abrojos son <strong>la</strong>s que<br />
le sirvieron <strong>de</strong> alfombra en lugar <strong>de</strong>l sol y <strong>la</strong> luna que tenía a sus pies en <strong>la</strong> gloria. Su<br />
trono fueron <strong>la</strong>s horrorosas grutas <strong>de</strong> ese monte, su dosel los silvestres cambrones, y su<br />
compañía <strong>la</strong>s fieras. He aquí americanos un bosquejo <strong>de</strong> los extremos <strong>de</strong> amor, que <strong>de</strong>béis<br />
a vuestra madre.<br />
¡Qué admiración sería <strong>para</strong> los ángeles ver en ese triste monte a <strong>la</strong> alegría <strong>de</strong> los<br />
cielos! ¡Pero qué gloria <strong>para</strong> los indianos! ¡Qué pasmo <strong>para</strong> los ángeles ver sobre, esas<br />
duras piedras <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que adornan <strong>la</strong>s cabezas <strong>de</strong> los serafines pero qué honra <strong>para</strong><br />
nosotros! ¡Qué piadosa envidia <strong>para</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más naciones! ¡Pero qué satisfacción <strong>para</strong> <strong>la</strong><br />
América! Bien lo habéis manifestado en tantas solemnes fiestas <strong>de</strong> todo el reino celebradas<br />
a honor <strong>de</strong> María <strong>de</strong> Guadalupe y en memoria <strong>de</strong> sus gloriosas apariciones. ¿Por qué<br />
provincia qué pueblo y qué nación hay en <strong>la</strong> América que no haya dado en estos días<br />
algunas muestras <strong>de</strong> su agra<strong>de</strong>cimiento?<br />
Pero volvamos al cerro <strong>de</strong> Tepeyacac <strong>de</strong> don<strong>de</strong> me arrebató el común regocijo y<br />
veamos a nuestra insigne huésped realzando <strong>la</strong>s pruebas <strong>de</strong> su amor. Inquieta como <strong>la</strong><br />
amante esposa que nos <strong>de</strong>scribe Salomón en el libro <strong>de</strong> los cánticos me parece que no se<br />
cansaría <strong>de</strong> ver hacia todas partes <strong>para</strong> ver si acaso <strong>de</strong>scubría al que objeto <strong>de</strong> su venida al<br />
mundo. Indica mihi &. Paréceme que <strong>la</strong> veo sobresaltada y cuidadosa espiando a su amado<br />
indio por entre <strong>la</strong>s malezas <strong>de</strong> ese cerro <strong>para</strong> salirle al paso: respiciens fenestras &. Ahora<br />
animaría tierna quejas como <strong>la</strong> triste paloma en los agujeros <strong>de</strong> <strong>la</strong>s peñas columba &. Y<br />
ahora arrobada <strong>de</strong> gozo prorrumpiría en estas voces: allí, allí, viene mi amado indio<br />
saltando por entre aquellos montes y col<strong>la</strong>dos: ecce iste venit &. Unas veces bajaría<br />
fatigada y solícita por <strong>la</strong>s sendas <strong>de</strong> ese cerro, y otras <strong>de</strong>scansaría <strong>de</strong> sus fatigas al brocal <strong>de</strong><br />
alguna vecina fuente. Mas cuando por fin llegaría a ver a su <strong>de</strong>seado indio, yo creo que<br />
41