El Santo Cristo de los Afligidos de Vélez Rubio. Fernando ...

L
TRADICIONES VELEZANAS
L EL SANTO CRISTO DE LOS AFLIGIDOS DE VÉLEZ
RUBIO
Fernando PALANQUES AYÉN
(1863-1929)
Cronista oficial de la villa de Vélez Rubio
os textos que publicamos a continuación se deben a la elegante y erudita pluma
de D. Fernando Palanques Ayén, único cronista oficial que ha tenido el pueblo de
Vélez Rubio en su historia. El primero de ellos lo hemos extraído de su monumental
Historia de la villa de Vélez Rubio (1909, reproducida en 1987 por Revista Velezana);
concretamente se trata del capítulo...., donde aborda una vieja tradición,
hoy prácticamente desconocida, referida a la aparición y posterior devoción a una
milagrosa imagen de Cristo crucificado, pintada en los bajos del antiguo edificio del
Ayuntamiento, cuya fiesta mayor tenía lugar (hasta comienzos del s. XX) el 14 de
septiembre de cada año. Este trabajo inicial lo hemos completado con otro texto,
publicado por su autor en las postrimerías de su vida, en el periódico almeriense
La Crónica Meridional (...-IX-1927) del que nuestro personaje fue corresponsal
durante muchos años. Esta segunda colaboración, de la que reproducimos una
amplia selección (obviando la información que ya aporta en su Historia de Vélez
Rubio), da cuenta a los lectores de la prensa diaria de la recuperación y celebración
de las fiestas en honor del Cristo del Consistorio, en septiembre del 27, por impulso
del concejal Miguel Martínez Carlón López Zayas. En esta fase terminal de su
vida, Palanques, renunciando a su polémico pasado liberal, apoyó al gobierno del
Directorio Militar y dedicó no pocos encendidos elogios a la labor de la corporación
primoriverista presidida por Fernando Guirao Alcázar (alcalde entre 1924-1931),
convirtiéndose en un eficaz propagandista de sus realizaciones y proyectos a través
de la prensa diaria de la capital. Éste es un buen ejemplo.
En esta vieja perspectiva parcial
de la plaza de la Encarnación,
seguramente de comienzos de
los años 40, se aprecia, al fondo,
la fachada principal del Ayuntamiento
y la puerta de acceso a la
antigua capilla del Cristo de los
Afligidos, medianera con el templo
parroquial. Dicha puerta y ventana
superior fueron cegados en años
posteriores; finalmente, a comienzos
de los 90, con motivo de la
restauración exterior del templo
y la adecuación de su entorno
inmediato, se derribó el muro para
posibilitar el recorrido perimetral
del fabulosa fábrica religiosa.
215

Un suceso misterioso, que
llenó de asombro y excitó más
y más la devoción inveterada
de este religioso pueblo, fue
la aparición de esta milagrosa
efigie en el mismo lugar en
que, desde hace siglo y medio
próximamente, ha venido
siendo objeto de la veneración
y culto de los fieles. El suceso
data del mes de octubre
de 1760, siendo a la sazón
alcaldes ordinarios los Sres.
D. Martín de Falces Santonje,
alcaide castellano del castillo
de Vélez-Blanco, y D. Pedro Romero
Navarro, y tuvo lugar en
circunstancias bien extrañas.
Al abrir la puerta de la casa
Ayuntamiento en uno de los
días del mes de octubre citado,
se ofreció a la vista del alguacil
portero una imagen de Cristo
crucificado, de mediana factura
artística, pintada al fresco en
uno de los lienzos de pared del
vestíbulo. La noticia no tardó
en cundir por todo el vecindario,
que acudió en tropel a
contemplar admirado el extraño
fenómeno; el cual no podía explicárselo
sino como un hecho
sobrenatural y prodigioso, toda
vez que, por entonces, no existía
en este pueblo ni en los inmediatos
pintor alguno conocido, ni
tampoco hubo posibilidad de trazar
la imagen subrepticiamente
y en una sola noche. El lugar de
la aparición quedó bien pronto
convertido en capilla pública que
aún subsiste, si bien en peligro
inminente de desaparecer cualquier
día dado el estado ruinoso
del viejo edificio consistorial 1 ; y
en ella la sagrada efigie ha sido
objeto de frecuentes y devotas
peregrinaciones y realizado
repetidos milagros según testimonio
de los antiguos, y según
216
TRADICIONES VELEZANAS
EL SANTO CRISTO DE LOS AFLIGIDOS DE VÉLEZ RUBIO
se desprende también de un
curioso documento que vamos
a transcribir.
Se trata de una instancia
dirigida al Concejo por el clero
y vecinos más significados, en
solicitud de que se erigiera en
capilla el local ya citado. Lleva
la fecha de 4 de octubre de
1762 y dice así:
“Sres. del Concejo, Justicia
y Reximiento de la M.N. y L. villa
de Vélez Rubio: Los que suscriben,
por sí y ante de los demás
vecinos de esta villa. Con todo
respeto, ponen en la consideración
de Vds: Que en el año pasado
de mil setecientos y sesenta,
la Divina Providencia por cierto
modo permitió se dejase ver en
uno de los lienzos de pared del
portal de las Casas Capitulares
de esta dicha villa cierta pintura
o efigie de Jesuchristo crucificado
(de que ya Vds tendrán
noticia) a la que, siendo vista
por algunos devotos y piadosos
corazones, se le comenzó a
tributar culto y veneración, la
que por instantes de tiempo se
conoce el mayor aumento, así
por los fieles cristianos de esta
villa como de las confinantes y
varios peregrinos, etc. A causa
de los continuados portentos y
prodigios que este Señor está
obrando así con los vecinos,
como con los forasteros. Y añadiéndose
a estas maravillosas
circunstancias la de haberse
concedido licencia para que en
dicho sitio se celebre el santo
sacrificio de la misa por el M.N.
y piadoso corazón del Ilmo. Sr.
Dn. Claudio Sanz y Torres, dignísimo
obispo de esta diócesis,
cuya devoción continua cada día
con el mayor celo y devoción,
experimentándose en cada misa
que se celebra crecido concurso
de fieles. Y que el expresado portal
es demasiadamente sucinto
y no suficiente para la mucha
concurrencia que la experiencia
nos advierte. Hallándose como
se halla contiguo a dicho portal
un cuarto que hace de oficio a
D. Diego Benabente Abellán, escribano
de número en esta villa
y ayuntamiento de ella; piden
y suplican a Vds. que, para extensión
de la general devoción,
se dignen conceder su licencia
para que dicho cuarto oficio se
destruya y se haga una capilla
para el fin que va expresado;
obligándose, como desde ahora
se obligan, a la construcción
de otro cuarto con alto y bajo
suficiente para que sirva de oficio
con mayores comodidades
que las que se advierten en el
que existe, en el sitio que de
presente es casa de D. Joseph
Villanueva, en la Plaza de esta
villa. Favor que los suplicantes y
la general devoción de los fieles
esperan del muy noble piadoso
corazón de Vds., por quien piden
a este Señor felicite su vida por
muchos años, etc.”.
La corporación municipal
acuerda acceder a lo solicitado
en sesión del mismo día, a condición
de que, con la nueva Capilla,
no se estorbe el cómodo
acceso a las Salas Capitulares,
y de que la casa que se ofrece
en calidad de permuta, sea
decente, espaciosa y propia
a perpetuidad para la villa. Y
esto, “en consideración a todo
lo que se representa, y por
ser en sus mercedes igual su
afecto devoción a la imagen,
y desear su mayor culto y veneración
con la extensión que
se desea... Y presta su licencia
para ello otorgándose escritura
1 La Historia de Vélez Rubio se publica en 1909 y se redactó en los años inmediatamente anteriores. Justamente, desde
comienzos de siglo, se denuncia la situación de ruina del edifico consistorial, llegando incluso a desalojar las oficinas;
hasta que, finalmente fue restaurado en 1909, siendo alcalde Francisco Fernández López, al gusto modernista del
momento. Imagen que, enormemente deteriorada con el paso del tiempo, fue finalmente suprimida en la restauración
integral de comienzos de los 90. Para esos años ya había desparecido la sala del Cristo del Consistorio.

en forma a favor de esta villa
del tal oficio que se fabrique,
y en la escritura que se otorgue
se ponga testimonio de
este acuerdo y memorial que
lo motiva que se junte a este
libro capitular para que en todo
tiempo conste”.
En efecto, el 4 de Noviembre
del mismo año, don José
Villanueva hace donación al
municipio de una casa de su
propiedad, sita en la Plaza Mayor
(y que es la misma que hoy
sirve de Archivo de Protocolos
2 ), a cambio del local cedido
para la precitada Capilla. Eran
alcaldes ordinarios: D. Francisco
Martínez Meca, alcaide del
castillo y fortaleza de esta villa,
y D. José Molina Sánchez.
La fantasía popular ha atribuido
un origen no menos misterioso
a la sagrada efigie, cual
es el de que fue trazada por un
reo de muerte, profano en el
arte pictórico, en ocasión de hallarse
en capilla la noche antes
de ser conducido al suplicio. He
aquí como la expone el vulgo,
inspirándose en la tradición:
“Un soldado, suizo de nación,
fue condenado a muerte.
Aquí debía ejecutarse la sentencia;
y el portal de las Casas
Capitulares sirvió de capilla
al infeliz condenado. Afligido
en extremo pasó la noche
antecedente a la ejecución invocando
el nombre de Jesús,
y queriendo para su consuelo
tener su sagrada imagen señaló
toscamente en la pared y
con carbón la efigie de Jesús
crucificado. Esta relación que
ha llegado hasta nosotros con
más o menos detalles, se haya
consignada por escrito en un
papel impreso en el primer tercio
del presente siglo (el XIX),
en unos versos en que se refieren
varios milagros obrados a
TRADICIONES VELEZANAS
EL SANTO CRISTO DE LOS AFLIGIDOS DE VÉLEZ RUBIO
la invocación del Sto. Cristo de
los Afligidos. Transcribiremos
la estrofa o período donde se
consigna el hecho, no por el
mérito de la composición, sino
por su valor historial:
“Este Christo de los Afligidos
lo pintó un soldado, caso es de
admirar,
en la cárcel de Vélez el Rubio,
el cual sentenciado era para ahorcar.
“Oíd, y escuchad,
que este Christo es muy milagroso
y en su mano tiene salud para dar”
Tal es lo que nos cuenta
la tradición, ese testimonio
oral que no se encierra en los
archivos; pero todo ello cae, a
mi juicio, por su base –y tal vez
opinen lo propio mis lectores- si
se tiene en cuenta el documento
anterior; que la pintura no es
al carbón, sino polícroma; y la
consideración de que no hubo
ninguna ejecución de pena
capital en esta villa durante la
segunda mitad del siglo XVIII,
y que, aún habiéndola, mal
pudo erigirse en prisión de un
reo de tal naturaleza, y mucho
menos en capilla, un lugar
tan inseguro y poco adecuado
como el vestíbulo o portal de
una casa ayuntamiento.
Otra conseja absurda es
la de que la imagen crece lentamente.
Mide ésta 70 centímetros
de altura, y el trozo de
pared en que está pintada se
halla cubierto por un marco de
escayola con cierre de madera
y cristal, por encima del cual
campea el siguiente dístico.
“Tu culpa me tiene así:
si no lloras ay de ti”
2 Antigua vivienda en donde hoy está el bar de Manzanera.
Al estar situada la Capilla
en la misma entrada y paso
para las oficinas municipales y
casa del alcaide, y el continuo
tránsito de tropas por esta villa,
dieron origen a que aquélla se
viese profanada frecuentemente
con destinos tan impropios
de su objeto, como cuerpo de
guardia y lugar de prevención y
arresto, hasta el punto de que
soldados y detenidos servíanse
del ara santa del altar para
mesa de escritorio y otros más
irrespetuosos menesteres.
Ésta y otras mil irreverencias
a que se vio expuesto el sagrado
recinto, indujeron a su capellán,
D. Joaquín Virto, a solicitar en
5 de octubre de 1800 licencia
del Concejo para levantar a su
costa un tabique o pared que
lo aislara del portal del Ayuntamiento,
como así se concedió y
ejecutó, quedando aquél con las
dos puertas que aún hoy tiene,
una a la plaza y otra al referido
portal. En 1853 algunos devotos
costearon la pintura y decorado
interior de la capilla tal como en
la actualidad se encuentra. Mide
ésta 4’55 metros de ancho por
7’08 de fondo.
Hubo un tiempo en que
el modesto oratorio fue denominado
por el vulgo el Cristo
Aparecido, y más comúnmente
el Cristo de los Segadores, por
la singular devoción que inspiró
siempre a estos humildes
jornaleros del campo, todos los
cuales, así a la salida como al
regreso de sus alegres expediciones
veraniegas, acudían en
cuadrillas a prosternarse al pie
del altar, ya para impetrar la
protección del cielo a sus rudas
faenas estivales, ya para rendir
ante la imagen la pobre ofrenda
de sus exvotos oraciones.
Tal es, a grandes rasgos,
la historia y origen tradicional
de la venerada efigie del Santo
Cristo de los Afligidos, tan
festejada un siglo atrás por
propios y extraños; pero cuya
devoción ha decaído sensiblemente
con el transcurso de los
tiempos, pues hoy apenas si se
la tributa culto, efecto sin duda
217

del estado ruinoso del edificio
consistorial.
Una modesta fiesta anual
que se celebra el 14 de Sep-
Aparte el mejoramiento
de los intereses comunales,
mediante una administración
honrada, y el fomento de la
instrucción pública con la creación
de cinco nuevas escuelas
dotadas de excelente material
moderno, uno de los cuidados
preferentes de este Municipio
durante los cuatro años que
lleva de actuación ha sido el
de la oportuna recordación de
fechas y efemérides históricas
que habían caído en lamentable
olvido con el transcurso del
tiempo, persuadida sin duda
la culta Corporación municipal
de que las tradiciones honrosas
constituyen siempre altos
valores espirituales para todos
los pueblos, como ha dicho en
más de una ocasión el actual
Presidente del Consejo de Ministros.
Una de esas efemérides
gloriosas –porque gloriosa es
para una localidad española
todo lo que rememora la fe
ingenua y el patriotismo fervoroso
de sus antepasados- es
para los velezanos la extraña
aparición del Santo Cristo de
los Afligidos o del Consistorio,
denominado así por venir recibiendo
culto en una estancia
del piso bajo del edificio consistorial,
que fue convertido en
capilla pública desde hace más
de siglo y medio, es decir, a raíz
del insólito acontecimiento.
218
(...)
Tal es la peregrina efeméride
que Vélez Rubio conmemoró
en la noche del martes
TRADICIONES VELEZANAS
EL SANTO CRISTO DE LOS AFLIGIDOS DE VÉLEZ RUBIO
tiembre, es lo único que perdura
de aquellos tradicionales
cultos.
CELEBRACIÓN DE LA FIESTA EN 1927
y mañana y tarde del miércoles
último, con un brillante
programa de festejos cívico-religiosos,
costeados por
suscripción popular, bajo los
auspicios del Ilustre Ayuntamiento
y del joven mayordomo
de la histórica Hermandad
de Jesús Nazareno y diputado
provincial corporativo don Miguel
Martínez Carlón.
Rasgos salientes de estos
festejos fueron, primero, un
primoroso castillo de fuegos de
artificio quemado en la noche
del 13 en la plaza de la Encarnación,
delante del suntuoso
templo parroquial, en cuyo
cancel se había colocado una
escultura del Crucificado sobre
carro triunfal y bajo un artístico
arco de flores, profusamente
iluminado con un centenar de
bombillas eléctricas. Y, segundo,
la procesión presidida por
el Ayuntamiento y la solemne
misa conventual celebrada en
la mañana del miércoles, y
cuyo panegírico estuvo a cargo
de este nuevo párroco señor
Moreno Quesada, quien tuvo
ocasión, mediante períodos
de conmovedora y persuasiva
elocuencia, saturados de erudición
y de citas históricas, de
corroborar ante sus nuevos
feligreses la fama de orador
sagrado de vibrante palabra e
irreprochable dialéctica de que
viene precedido.
Concluiré reproduciendo,
como nota curiosa, estos
versos que encabezaban el
programa anunciador de tan
populares festejos:
Historia de la villa de Vélez
Rubio (1909), p.370-375
“Es la Historia relicario
aúreo de las viejas glorias y
es talismán y es sagrario de
excelsas ejecutorias. Y nada
ennoblece tanto de un pueblo
la devoción como el culto sacrosanto
a la santa tradición.
La villa de tus amores, la de
las fuentes y breñas, la de los
verdes alcores y de las frondas
risueñas; tres cosas guarda de
intento de su fe signo notorio:
una Iglesia y un Convento y un
Cristo del Consistorio”.
Réstanos consignar que
a los festejos narrados, así a
los de carácter cívico como a
los religiosos, concurrió puede
decirse la población en masa
y muchedumbre del campo y
caseríos aledaños, deseosos
todos de que estos olvidados
homenajes al otro tiempo
famoso Santo Cristo de los
Afligidos recuperen su antiguo
y perdido esplendor. Porque
Vélez Rubio, como todo pueblo
creyente y culto, no puede
olvidar que estas viejas gestas
familiares son vida y nervio,
alma y altar, símbolo y sagrario
de muy gratas remembranzas.
¡Cómo que en ellas parece que
flota y palpita, aún a través
del tiempo y del espacio, la
nación fervorosa y el patriotismo
acendrado de nuestros
hidalgos progenitores! Y para
los hijos de calzón levantado
no hay culto más inefable a la
memoria de los que fueron que
la conservación de sus tradiciones
veneradas.
La Crónica Meridional, de
Almería, Septiembre, 1927.

TRADICIONES VELEZANAS
219