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LA ObRA POÉTICA DE JULIO ALFREDO EGEA

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<strong>LA</strong> <strong>ObRA</strong> <strong>POÉTICA</strong> <strong>DE</strong><br />

<strong>JULIO</strong> <strong>ALFREDO</strong> <strong>EGEA</strong><br />

Pedro PERALES <strong>LA</strong>RIOS<br />

Doctor en Filología Románica<br />

E<br />

l 2 de diciembre de 2005 fue defendida en la Facultad de Humanidades<br />

de la Universidad de Almería una tesis doctoral sobre el poeta<br />

de Chirivel Julio Alfredo Egea, trabajo que pasa a ocupar lugar de<br />

primera línea en los estudios sobre el poeta vivo más importante de<br />

la poesía almeriense, y de los de más calidad poética en el panorama<br />

literario regional y nacional, tal y como se llega a concluir tras la<br />

lectura de la citada tesis.<br />

Se titula ésta La obra poética de Julio Alfredo Egea y es, con sus 593 páginas,<br />

el primer trabajo de rango académico que se ha realizado hasta el momento<br />

sobre el escritor. Su autor es el profesor de Lengua Castellana y Literatura Francisco Jiménez Martínez 1 , que<br />

recibió la calificación de Sobresaliente “Cum Laude” por la realización de la tesis y su defensa ante el tribunal,<br />

presidido por Antonio Sánchez Trigueros, de la Universidad de Granada.<br />

UNA VISIóN AMPLIA Y GENERAL <strong>DE</strong> SU <strong>ObRA</strong><br />

Si consultamos la bibliografía sobre la obra de Julio Alfredo Egea, comprobamos que ha sido objeto de<br />

numerosos estudios de muy variada índole en cuanto a enfoque y extensión 2 , pero observamos, como afirma<br />

Jiménez Martínez, que “faltaba una visión amplia y general basada en un análisis de detalle”. Hoy podemos<br />

afirmar que esa falta ha quedado subsanada. La tesis La obra poética de Julio Alfredo Egea es, en efecto,<br />

un estudio “de detalle”, profundo y completo sobre la producción literaria de este autor, pero limitado, como<br />

no podía ser de otra forma, sólo a la poesía recogida en libros publicados hasta 2003 más nueve poemas<br />

recogidos en un libro aún inédito, Arqueología del trino 3 .<br />

Y decimos que no podía ser de otra forma porque, además de poesía, Julio Alfredo Egea ha escrito y<br />

publicado otros trabajos y libros en prosa 4 . Por ello, y por tratarse de una producción aún no conclusa dada<br />

1 Hijo de matrimonio almeriense (de Urrácal), el profesor Jiménez nació en Barcelona en 1966, pero apenas cumplidos los dos años<br />

vino con su familia a vivir a Almería. Estudió Magisterio y ejerció como maestro en distintos pueblos de la provincia durante diez cursos. En<br />

1994 se licenció en Filología Hispánica en la Universidad de Almería y es profesor de Enseñanza Secundaria desde el curso 1999-2000.<br />

Tiene su plaza en propiedad en el IES “Carmen de Burgos”, de Huércal de Almería, aunque actualmente ocupa una Asesoría de Educación<br />

Secundaria en el Centro del Profesorado de El Ejido.<br />

2 Además de los breves artículos y reseñas de crítica literaria de nombres tan conocidos como Luis Jiménez Martos, Joaquín Caro Romero,<br />

Francisco Lucio, Carlos Murciano, José Antonio Sáez..., el profesor Jiménez Martínez comenta también otros de mayor extensión:<br />

CEBA, Juan José: “Amorizar”. Estudio introductor en Segunda Antología Poética 1973-1988, 1989. ESPADA SÁNCHEZ, José:<br />

Poetas del Sur, Madrid, Espasa Calpe, 1989. GARCÍA TEJERA, María del Carmen: Poetas andaluces de los años cincuenta, Sevilla,<br />

Fundación Lara, 2003. GARRIDO MORAGA, Antonio: “Humanismo en la base”, en Pequeña Antología, 1995. MARTÍNEZ DOMENE,<br />

Pedro, et al.: Con la raíz más alta que la rama. Libro-monográfico de la revista Batarro, en torno a Julio A. Egea, 1999. MEDINA,<br />

Arturo, “La obra poética de Julio Alfredo Egea”. Estudio- prólogo en Antología Poética 1953-73, 1975.<br />

3 Aunque el profesor Jiménez realiza el estudio de quince libros editados y uno inédito, hasta 2003 se habían publicado diecisiete libros de<br />

poesía. Los quince estudiados en la tesis más Poesías (1946) y Nana para dormir muñecas (1965), excluido el primero por carecer de<br />

interés literario y el segundo por ser un libro de literatura infantil.<br />

4 Libros suyos en prosa son: Plazas para el recuerdo. Sobre el barrio granadino del Albayzín (1984). La Rambla (1996). Antología biográfica.<br />

El sueño y los caminos (1990). Antología de cuentos. Puesto de alba y quince historias de caza (1996). Alrededores de la<br />

sabina (1997). Ha publicado también Mi tierra mi gente (1993). Relato sobre todas las comarcas almerienses, coleccionable publicado<br />

en 20 fascículos ilustrados por el periódico regional Ideal, de Andalucía Oriental.<br />

301


la intensa actividad en la que aún vive inmerso este prolífico escritor, hemos de considerar un acierto del<br />

profesor Jiménez la decisión de centrar su estudio en quince de los libros de poemas publicados más el citado<br />

Arqueología del trino.<br />

Puede sentirse afortunado Julio Alfredo Egea por haber sido objeto en vida aún de un estudio como el<br />

que ha realizado el profesor Jiménez, y puede hacerlo por muchas razones, pero por dos fundamentalmente.<br />

La primera por el correcto planteamiento y la agudeza crítica de que hace gala su autor. La segunda porque<br />

no se limita sólo a eso ni sólo a un mero producto académico. Jiménez Martínez va más allá de esto último<br />

y sabe transmitir a su trabajo, además del rigor científico, el amor al objeto de estudio, imprescindible ingrediente<br />

para alcanzar el éxito en la búsqueda de los objetivos propuestos. Por esta segunda razón, la tesis La<br />

obra poética de Julio Alfredo Egea es además, y como bien ha visto Miguel Ángel Blanco 5 , un homenaje al<br />

poeta. Y aunque solamente fuera por esto, puede sentirse satisfecho Julio Alfredo Egea.<br />

VALLE <strong>DE</strong> TODOS (1963): EL POETA OLVIDADO Y SILENCIADO<br />

El trabajo parte de una tesis inicial: menosprecio y escaso reconocimiento. Una de las hipótesis de partida para<br />

la realización de este trabajo ha sido lo que el profesor Jiménez califica de infravaloración y poco reconocimiento<br />

de la obra de Julio Alfredo Egea en el contexto de su promoción poética, lo que para el estudioso es injusto a<br />

todas luces, ya que, como él mismo afirma, se debe, más que a razones de tipo literario, artístico o estético, a<br />

otras razones espurias y en total contradicción con el universo artístico y creador, es decir, a razones basadas<br />

en valoraciones falsamente éticas que han perjudicado injustamente una producción de méritos contrastados.<br />

Considera el profesor Jiménez que entre estas razones ocupan lugar de primer orden las de signo partidario. Ello<br />

le lleva a afirmar que estamos ante un escritor cuya “figura roza la condición de poeta olvidado o silenciado”.<br />

Piensa que las dos causas fundamentales para que tal situación se haya producido han sido ser alcalde de su pueblo<br />

durante la dictadura franquista y la publicación de su libro Valle de todos en 1963, libro más controvertido de<br />

todos los de Julio Alfredo Egea y el que más ha contribuido a su valoración negativa.<br />

Ratificándose en la hipótesis de partida a que acabamos de aludir para la realización de su tesis, dice de<br />

este libro el profesor Jiménez: “A lo largo de este trabajo intentaremos demostrar que esta apreciación es<br />

miope y carece de fundamento, que el contenido del libro va en una dirección radicalmente contraria a<br />

la ideología oficial de la época, y que a la postre estamos ante una gran injusticia literaria en que se ha<br />

tardado demasiado tiempo en reparar, si es que esto se ha hecho ya del todo”. Considera Jiménez que<br />

este libro fue mal interpretado desde el mismo momento de su publicación, pero que en ningún caso es un<br />

reconocimiento o apoyo al régimen franquista o un canto de alabanza o elegía a lo que representa el Valle<br />

de los Caídos. Julio Alfredo Egea se limita a continuar con la labor poética que venía desarrollando y que<br />

había sido objeto de críticas muy positivas de carácter incluso nacional, y de forma ingenua construye poemas<br />

5 Ideal, Almería, 2 de diciembre de 2005.<br />

302


transidos de fe y esperanza en un futuro prometedor para los españoles, para todos los españoles, pero un<br />

futuro marcado “por el patriotismo y la españolidad”. No es otra cosa, insiste Jiménez, que el intento del<br />

poeta por salir de los límites de la poesía local que había caracterizado a sus anteriores poemarios, y por ir en<br />

busca de horizontes poéticos más amplios y universales desde los puntos de vista histórico y religioso.<br />

Pero pecó de ingenuidad y partió de un acontecimiento histórico que habría de pasarle factura, la construcción<br />

del Valle de los Caídos. Por ello afirma Jiménez que, siendo el verdadero sentido del libro la búsqueda<br />

de horizontes que trascendieran lo local, “el poeta escribió un libro de alabanzas a un monumento ilegítimo<br />

porque ignoraba, como muchos españoles, las circunstancias de su construcción, que después salieron<br />

a la luz para convertirlo en un símbolo fascista de nula representación civil. Así, aceptó con pasmosa<br />

ingenuidad este gran engaño y escribió un libro de poemas religiosos dedicados a una obra contemporánea<br />

de dimensiones fastuosas, tratando de ver en ella lo que realmente quería ver, la plasmación<br />

de los valores espirituales y nacionales en los cuales creía firmemente. La religión, la paz, el amor, el<br />

desterramiento del odio, la reconciliación tras la guerra civil y la construcción nacional como necesaria<br />

obra de todos”.<br />

GRANADA/CHIRIVEL<br />

También sabemos por este estudio que Julio Alfredo Egea, recién acabada la guerra, marcha a Granada,<br />

donde estudia bachillerato y se integra con facilidad en la vida cultural y literaria que bullía en la ciudad mientras<br />

vivió en ella, en cuya universidad se licenció en derecho más por afecto y agradecimiento al sacrificio que<br />

suponía a sus padres que por amor a la carrera; de ahí que nunca la haya ejercido. Tras una breve estancia<br />

en Madrid, vuelve a Granada, donde se intensifica su actividad literaria y la participación en tertulias con las<br />

principales personalidades de las letras y la cultura granadinas. Pero pronto abandona el bullicio de las ciudades<br />

y regresa, acompañado de su esposa Patricia López, a Chirivel, su pueblo natal, donde por primera vez<br />

se habían inundado sus ojos de luz un día de agosto de 1926. Y a caballo entre Chirivel, Granada y Almería<br />

ha transcurrido y transcurre su vida hasta hoy, dedicado a sus verdaderas pasiones: el amor a la naturaleza,<br />

a la humanidad y a la literatura.<br />

Aunque el principal propósito para volver a Chirivel fue la instalación de una granja avícola que le reportara<br />

ingresos suficientes para poder dedicarse a sus principales pasiones, lo cierto es que no se dedica única<br />

y exclusivamente a las tareas derivadas de la granja. Realiza otras muchas actividades, entre ellas, la alcaldía<br />

durante algunos años, lo que también le supuso, como ya hemos dicho, discriminación e infravaloración literarias.<br />

Pero, sobre todo, destaca su constante dedicación a la creación literaria y a actividades complementarias<br />

a la misma con el propósito de dar a conocer su extensa y rica producción. Entre estas actividades, ocupa<br />

lugar de honor la presentación a concursos literarios 6 , los cuales, además de proyección y reconocimiento<br />

más allá de las fronteras provinciales y regionales, le fueron también un valioso apoyo económico para la<br />

edición de varios de sus libros.<br />

En esta misma línea, Julio Alfredo Egea ha sido un incansable viajero por vocación y asiduo participante<br />

en recitales poéticos de toda naturaleza, en centros de enseñanza, en círculos literarios y culturales, en jornadas<br />

literarias... y siempre con el objetivo fundamental de proyectar socialmente su obra literaria, propósito éste<br />

que es otra de las características fundamentales de su carrera.<br />

6 Entre los abundantes premios literarios obtenidos por Julio Alfredo Egea, el profesor Jiménez destaca los siguientes: 1965: Primer premio<br />

“Alcaraván, en Arcos de la Frontera, por el poema “Mis manos”. 1969: Primer premio “Miguel Ángel Asturias”, por el Círculo de<br />

escritores. iberoamericanos de Nueva York, por su poema “La sed”. 1969: Primer Certamen Hispanoamericano de Toledo, convocado<br />

por “Cultura Hispánica” con motivo de las Fiestas del Corpus. 1973: Premio “Ángaro”, de Sevilla, por el libro Desventurada<br />

vida y muerte de M.S. 1976: Premio “Ceuta”, del Instituto de Estudios Ceutíes, por el libro Sala de Espera. 1977: Premio “Polo<br />

de Medina”, de la Diputación Provincial de Murcia por el libro Bloque quinto. 1996: Premio “Juan Alcaide”, de Valdepeñas, por su<br />

libro Los Asombros. 2002: Premio Nacional “José Hierro”, de la Universidad Popular “J.Hierro”, por Fábulas de un tiempo nuevo.<br />

303


EL RECONOCIMIENTO EN LOS AÑOS 80<br />

Volviendo de nuevo a lo que ha de considerarse desde el punto de vista estético literario una valoración<br />

injusta de la producción de Julio Alfredo Egea, es obligado decir que afortunadamente esta<br />

situación ha cambiado bastante y para bien. Comentando esa valoración injusta el profesor Jiménez<br />

Martínez afirma que todos los inconvenientes surgidos tras la publicación de Valle de todos 7 debieron<br />

ser muy difíciles de superar para el poeta, el cual fue objeto de marginación en todo lo relacionado<br />

con el mundo literario. Por ello “trató de abrirse paso en otros medios menos privilegiados, pero<br />

que tanto le ayudaron a mantener alta la moral de su firme vocación poética. Nos referimos a la<br />

participación del autor en premios convocados por diferentes instituciones locales de la geografía<br />

española, con la que el poeta tenía la oportunidad de conocer a otros escritores, compartir<br />

inquietudes con ellos y seguir ejerciendo activa y públicamente el oficio literario”.<br />

Pero, como decíamos, afortunadamente esta situación ha cambiado. Así, a partir de la publicación<br />

de Sala de espera y Los regresos, en la década de los años 80, se produce “un amplio<br />

reconocimiento de su obra por parte de los poetas almerienses y granadinos más jóvenes”. Esto<br />

ha sido el inicio de un importante cambio de perspectiva en la valoración de la obra de este poeta y<br />

detonante para que su pueblo natal, en 1988, le organizara un homenaje 8, al que, cuatro años más<br />

tarde, se le adhirió la capital imponiendo su nombre a una plaza de la parte antigua, plaza donde<br />

hoy se ubica la sede de la institución cultural que más ha de contribuir, y así lo está haciendo en su<br />

última etapa, a la difusión de la obra de Julio Alfredo Egea.<br />

Actualmente goza de gran prestigio entre los críticos y es considerado el mejor poeta vivo de la provincia<br />

de Almería, tal y como se desprende de la tesis del profesor Jiménez Martínez, quien la defendió<br />

7 Jiménez Martínez, entre otras cosas, dice: “... la publicación de Valle de todos pudo decepcionar a quien esperaba otro libro más en sintonía<br />

con lo escrito anteriormente. Se trataba, pues, de un libro más clasicista de lo que cabía imaginar, sonetil y si se quiere conservador, por<br />

su inspiración en un motivo tan partidario, por lo menos a primera vista y por el tema elegido. Es cierto también que con él estuvo a<br />

punto de conseguir el Premio Nacional de Literatura, como así daban por hecho muchos pronósticos, pero finalmente el galardón fue<br />

para Pedro Gimferrer, autor de una primera obra realmente deslumbrante, Arde el mar. Con toda justicia, cabe añadir. En cualquier<br />

caso, tampoco la obtención de este premio hubiera cambiado mucho las cosas. Probablemente, se le hubiera acusado de oportunista,<br />

en busca del éxito fácil, por ser un libro tendencioso y a favor del régimen. De hecho, al poeta se le cerraron definitivamente muchas<br />

puertas, algunas de las cuales siguen todavía cerradas, debido a la etiqueta endosada de poeta franquista, injusta en todo caso, como<br />

todas las etiquetas lo son. La posterior publicación de Piel de toro tampoco ayudó a enmendar esta situación, el libro menos crítico<br />

de esta etapa, nacionalista tardío sobre el manido tema de España, y posiblemente el autor perdió en este momento la oportunidad de<br />

ocupar un lugar más destacado en la reciente historia poética española”.<br />

8 Puede decirse que Julio Alfredo Egea “es profeta en su tierra”, al contrario de lo que sucedió, por ejemplo con otro gran escritor almeriense,<br />

el poeta Álvarez de Sotomayor, natural de Cuevas del Almanzora, el mejor poeta de obra regionalista de la provincia de Almería,<br />

que dedicó toda su vida a recoger en poesías la vida, cultura, costumbres, lengua... de los campesinos del Valle del Almanzora. Y supo<br />

hacerlo de forma magistral y con el más profundo y sincero amor de un artista enamorado de su tierra. En cambio murió en 1947 con<br />

el sentimiento de haber sido un hombre incomprendido entre sus paisanos y de labor no reconocida. Tuvieron que transcurrir cincuenta<br />

años para que el Ayuntamiento de su pueblo natal le organizara un homenaje reconociendo su trabajo y desagraviándolo del trato injusto<br />

del que había sido objeto por los almerienses.<br />

304


ante la presencia emocionada del propio poeta y, supongo, con la satisfacción de éste ante testimonio<br />

tan directo de la actual valoración de que esta siendo objeto la labor de toda una larga vida dedicada a<br />

la poesía.<br />

LOS CONTENIDOS <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> TESIS<br />

El desarrollo de la tesis del doctor Jiménez sigue la estructura tradicional de los estudios biobibliográficos,<br />

procedimiento que se agradece por lo que supone de exposición cronológica y evolutiva de una producción<br />

en constante proceso de cambio, que va adquiriendo madurez, abandonando líneas, temas y rasgos, y adquiriendo<br />

nuevos matices y tratamientos. Esta estructura está dividida en los cuatro capítulos lógicos de este<br />

tipo de estudios.<br />

Tras un primer capítulo de introducción en el que, además de la definición de las principales características<br />

de la obra estudiada, el autor comenta los presupuestos teóricos y metodológicos de los que parte y en<br />

los que se basa para la elaboración de su trabajo, aparece un segundo capítulo en el que se elabora un breve<br />

esbozo de la vida y trayectoria literaria del poeta.<br />

Antes de presentar sus conclusiones y la bibliografía utilizada en el último capítulo, Jiménez Martínez<br />

realiza en el tercero, el más extenso e importante, el estudio de la obra poética, la que divide en tres etapas:<br />

una primera, que denomina de “realismo social y humanizador”, comprendida entre los años 1953 y 1965,<br />

y en la que incluye los libros Ancla enamorada, La calle, Museo, Valle de todos y Piel de toro. De la segunda,<br />

que va desde 1965 a 1974, forman parte las colecciones tituladas Repítenos la aurora sin cansarte,<br />

Desventurada vida y muerte de María Sánchez, Cartas y noticias, Bloque quinto y Sala de espera. Entre<br />

los años 1975 y 2002 sitúa Jiménez la tercera de las etapas en que divide su estudio, y a ella asigna los títulos<br />

Los regresos, Arqueología del trino, Los asombros, Desde Alborán navego, Fábulas de un tiempo nuevo<br />

y El vuelo y las estancias.<br />

Pero dejemos que sea el mismo profesor Jiménez quien nos defina con sus propias palabras estas tres<br />

etapas:<br />

“En todo poeta con una obra de estas características en cuanto a variedad y amplitud, es discernible<br />

una evolución en su forma de escribir e, incluso, transformaciones notables en su modo de<br />

concebir la actividad poética, el alcance de la misma, diferentes hipótesis sobre las funciones del<br />

poeta y lector, etc. El caso de Julio Alfredo Egea no es una excepción y en ella pueden identificarse<br />

varios periodos o etapas, que en general van desde una relación más estrecha con la poesía de<br />

su tiempo, continuando por el trazado progresivo de un camino propio y personal, hasta llegar a<br />

la culminación de su etapa posiblemente más brillante, la de la madurez, a la que pertenecen sus<br />

últimos poemarios”.<br />

Primera etapa: “A este conjunto se le podría agrupar en una posible ‘etapa realista o etapa testimonial’<br />

-o los dos calificativos a la vez-, con la precaución de matizar que no todo es realismo en sus primeros<br />

libros, ni con ellos se puede dar por clausurada la estética realista y social. Es cierto que en esta etapa<br />

la poesía se concibe como una crónica testimonial de seres y cosas verdaderos, pero esto es de alguna<br />

manera un rasgo dominante en su obra...”<br />

Segunda etapa: “... se caracteriza por la renovación, teniendo en cuenta que la renovación y la experimentación<br />

son constantes en la obra del autor, que siempre trata de aportar matices nuevos en cada<br />

libro. Un rasgo más singular es, sin embargo, la forma concreta de realismo poético expresado, más<br />

crítico y personal, calificativos que nos servirán para denominar esta segunda etapa”.<br />

305


Tercera: “... más personal e intimista, que bucea en el pasado, un pasado testigo de un proyecto<br />

literario y vital volcado en el exterior, y que ahora quiere rescribir desde su propia interioridad. La<br />

perspectiva realista le había ofrecido la oportunidad de contar la historia cotidiana e íntima de una<br />

realidad silenciada e ignorada. Una vez cumplido esto, el poeta vuelve sobre sus pasos para contar otra<br />

intimidad, esta vez la suya propia. De tal modo podemos denominar esta tercera etapa, dominado por<br />

una particular ‘poética del intimismo’, a pesar del efecto corrector que aporta la aparición de ‘Fábulas<br />

de un tiempo nuevo’, un libro crítico e irónico, volcado en la realidad más actual”.<br />

Consta, además, la tesis de un anexo que es una interesante novedad porque contiene, entre sus tres<br />

documentos, un original testimonio sonoro de una lectura poética ofrecida por el propio autor el mismo año<br />

en que fue defendida la tesis, es decir, 2005. Julio Alfredo Egea ofreció este recital el 3 de febrero en la Biblioteca<br />

Villaespesa de Almería.<br />

Para la elaboración de esta tesis el profesor Jiménez ha utilizado la totalidad, creo, de la bibliografía<br />

existente en la actualidad sobre Julio Alfredo Egea, pero ha dispuesto, además, de un material que puede<br />

considerarse la envidia, académicamente hablando, de cualquier estudioso. Me refiero al archivo del poeta,<br />

quien, previendo -estoy seguro de ello- que antes o después sería objeto de estudios, recopiló y ordenó no sólo<br />

todos sus trabajos, sino también todo lo que sobre los mismos y sobre su propia persona se ha ido publicando.<br />

En este sentido Jiménez Martínez ha sido un investigador afortunado, y creo que, por su minucioso trabajo y<br />

rigor científico, así lo ha merecido.<br />

306<br />

***<br />

Considero que esta tesis alcanza de forma sobresaliente “cum laude” sus dos principales objetivos: a)<br />

ofrecer un nuevo enfoque, un estudio académico de análisis de los valores de la obra y ubicación del autor<br />

en el lugar que le corresponde dentro del panorama literario, y b) rendirle un homenaje y contribuir a limpiar<br />

lo que de desagravio pueda haber en el menosprecio hacia una obra por razones partidistas y de falsa ética,<br />

ajenas por completo a la estética.<br />

Tras la lectura de este trabajo, de consulta obligada para quien en lo sucesivo quiera conocer o estudiar<br />

la poesía de Julio Alfredo Egea, estoy seguro de que este escritor empieza a considerarse ya un “poeta reconocido”,<br />

sentimiento que debe suponerle una alta dosis de tranquilidad para su quehacer literario. Deseamos<br />

que éste sea muy largo y esperamos poder seguir disfrutando de las composiciones de un escritor que se<br />

considera “entre los poetas que soñaron cambiar el mundo con la poesía” y dice de sí mismo que escribe<br />

“por necesidad”, cuando sufre o goza “con un tema sintiendo urgente necesidad de expresarlo, nunca<br />

por vano artificio literario”.

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