Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
EL RECONOCIMIENTO EN LOS AÑOS 80<br />
Volviendo de nuevo a lo que ha de considerarse desde el punto de vista estético literario una valoración<br />
injusta de la producción de Julio Alfredo Egea, es obligado decir que afortunadamente esta<br />
situación ha cambiado bastante y para bien. Comentando esa valoración injusta el profesor Jiménez<br />
Martínez afirma que todos los inconvenientes surgidos tras la publicación de Valle de todos 7 debieron<br />
ser muy difíciles de superar para el poeta, el cual fue objeto de marginación en todo lo relacionado<br />
con el mundo literario. Por ello “trató de abrirse paso en otros medios menos privilegiados, pero<br />
que tanto le ayudaron a mantener alta la moral de su firme vocación poética. Nos referimos a la<br />
participación del autor en premios convocados por diferentes instituciones locales de la geografía<br />
española, con la que el poeta tenía la oportunidad de conocer a otros escritores, compartir<br />
inquietudes con ellos y seguir ejerciendo activa y públicamente el oficio literario”.<br />
Pero, como decíamos, afortunadamente esta situación ha cambiado. Así, a partir de la publicación<br />
de Sala de espera y Los regresos, en la década de los años 80, se produce “un amplio<br />
reconocimiento de su obra por parte de los poetas almerienses y granadinos más jóvenes”. Esto<br />
ha sido el inicio de un importante cambio de perspectiva en la valoración de la obra de este poeta y<br />
detonante para que su pueblo natal, en 1988, le organizara un homenaje 8, al que, cuatro años más<br />
tarde, se le adhirió la capital imponiendo su nombre a una plaza de la parte antigua, plaza donde<br />
hoy se ubica la sede de la institución cultural que más ha de contribuir, y así lo está haciendo en su<br />
última etapa, a la difusión de la obra de Julio Alfredo Egea.<br />
Actualmente goza de gran prestigio entre los críticos y es considerado el mejor poeta vivo de la provincia<br />
de Almería, tal y como se desprende de la tesis del profesor Jiménez Martínez, quien la defendió<br />
7 Jiménez Martínez, entre otras cosas, dice: “... la publicación de Valle de todos pudo decepcionar a quien esperaba otro libro más en sintonía<br />
con lo escrito anteriormente. Se trataba, pues, de un libro más clasicista de lo que cabía imaginar, sonetil y si se quiere conservador, por<br />
su inspiración en un motivo tan partidario, por lo menos a primera vista y por el tema elegido. Es cierto también que con él estuvo a<br />
punto de conseguir el Premio Nacional de Literatura, como así daban por hecho muchos pronósticos, pero finalmente el galardón fue<br />
para Pedro Gimferrer, autor de una primera obra realmente deslumbrante, Arde el mar. Con toda justicia, cabe añadir. En cualquier<br />
caso, tampoco la obtención de este premio hubiera cambiado mucho las cosas. Probablemente, se le hubiera acusado de oportunista,<br />
en busca del éxito fácil, por ser un libro tendencioso y a favor del régimen. De hecho, al poeta se le cerraron definitivamente muchas<br />
puertas, algunas de las cuales siguen todavía cerradas, debido a la etiqueta endosada de poeta franquista, injusta en todo caso, como<br />
todas las etiquetas lo son. La posterior publicación de Piel de toro tampoco ayudó a enmendar esta situación, el libro menos crítico<br />
de esta etapa, nacionalista tardío sobre el manido tema de España, y posiblemente el autor perdió en este momento la oportunidad de<br />
ocupar un lugar más destacado en la reciente historia poética española”.<br />
8 Puede decirse que Julio Alfredo Egea “es profeta en su tierra”, al contrario de lo que sucedió, por ejemplo con otro gran escritor almeriense,<br />
el poeta Álvarez de Sotomayor, natural de Cuevas del Almanzora, el mejor poeta de obra regionalista de la provincia de Almería,<br />
que dedicó toda su vida a recoger en poesías la vida, cultura, costumbres, lengua... de los campesinos del Valle del Almanzora. Y supo<br />
hacerlo de forma magistral y con el más profundo y sincero amor de un artista enamorado de su tierra. En cambio murió en 1947 con<br />
el sentimiento de haber sido un hombre incomprendido entre sus paisanos y de labor no reconocida. Tuvieron que transcurrir cincuenta<br />
años para que el Ayuntamiento de su pueblo natal le organizara un homenaje reconociendo su trabajo y desagraviándolo del trato injusto<br />
del que había sido objeto por los almerienses.<br />
304