Adviento, tiempo de espera junto a María - Salesianos Uruguay
Adviento, tiempo de espera junto a María - Salesianos Uruguay
Adviento, tiempo de espera junto a María - Salesianos Uruguay
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
«No temas, <strong>María</strong>, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le<br />
pondrás por nombre Jesús; él será gran<strong>de</strong> y será llamado Hijo <strong>de</strong>l Altísimo. El Señor Dios le<br />
dará el trono <strong>de</strong> David, su padre, reinará sobre la casa <strong>de</strong> Jacob para siempre y su reino no<br />
tendrá fin». <strong>María</strong> dijo al Ángel: «¿Cómo pue<strong>de</strong> ser eso, si yo no tengo relaciones con<br />
ningún hombre?». El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rá sobre ti y el po<strong>de</strong>r<br />
<strong>de</strong>l Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo <strong>de</strong><br />
Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar <strong>de</strong> su vejez, y la que era<br />
consi<strong>de</strong>rada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para<br />
Dios». <strong>María</strong> dijo entonces: «Yo soy la servidora <strong>de</strong>l Señor, que se cumpla en mí lo que has<br />
dicho». Y el Ángel se alejó.<br />
Breve Reflexión<br />
Dios se acerca silencioso a tu vida y susurra para ti un nombre nuevo: ábrele la puerta <strong>de</strong>l<br />
corazón. Quiere hacerte partícipe <strong>de</strong> su Proyecto Salvador: abre tus oídos y escucha las<br />
señales, ponte en "onda" <strong>de</strong> amor. Dios cuenta siempre con tu respuesta libre, la <strong>espera</strong> con<br />
callado amor, fíate <strong>de</strong> su Palabra. Dile: Aquí estoy. ¡Hágase tu voluntad! Deja que el Espíritu<br />
Santo te inun<strong>de</strong>, siempre trae vida y <strong>espera</strong>nza al mundo. Siéntete pobre, como <strong>María</strong>, así<br />
podrá hacer Dios en ti algo nuevo. Da la mano a tantos hombres y mujeres que en el mundo <strong>de</strong><br />
hoy hacen posible el nuevo adviento <strong>de</strong> Dios. Descubre a tu alre<strong>de</strong>dor a las hermanas y<br />
hermanos, que habitados por el Espíritu, abren caminos <strong>de</strong> salvación, <strong>de</strong> paz y justicia entre<br />
los pueblos. Da gracias al Dios <strong>de</strong> la vida por todos ellos.<br />
Silencio… (música <strong>de</strong> fondo)<br />
Ave <strong>María</strong><br />
Canto 2: “Consolad”<br />
<strong>María</strong> en CAMINO<br />
En aquellos días, <strong>María</strong> partió y fue sin <strong>de</strong>mora a un pueblo <strong>de</strong> la<br />
montaña <strong>de</strong> Judá. Entró en la casa <strong>de</strong> Zacarías y saludó a Isabel.<br />
Apenas esta oyó el saludo <strong>de</strong> <strong>María</strong>, el niño saltó <strong>de</strong> alegría en su<br />
seno, e Isabel, llena <strong>de</strong>l Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres<br />
bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto <strong>de</strong> tu vientre!<br />
¿Quién soy yo, para que la madre <strong>de</strong> mi Señor venga a visitarme?<br />
Apenas oí tu saludo, el niño saltó <strong>de</strong> alegría en mi seno. Feliz <strong>de</strong> ti<br />
3